control de legalidad y acciones colectivas

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PARTICIPACIÓN DE LA SEÑORA MINISTRA OLGA SÁNCHEZ
CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, EN EL ENCUENTRO DE
DERECHOS HUMANOS, JURISPRUDENCIA Y PRESUPUESTOS DE
LA ÉTICA, EN LA MESA REDONDA:“CONTROL DE LEGALIDAD Y
ACCIONES COLECTIVAS”, El DÍA 28 DE JUNIO DE DOS MIL
TRECE.
“CONTROL DE LEGALIDAD Y ACCIONES
COLECTIVAS”

“El proceso de la justicia es un proceso de
diversificación de lo diverso, o de unificación
de lo idéntico. La igualdad entre todos los
seres humanos respecto a los derechos
fundamentales es el resultado de un proceso
de gradual eliminación de discriminaciones y,
por consiguiente, de unificaciones de aquello
que se venía reconociendo como idéntico: una
naturaleza común del hombre por encima de
toda diferencia de sexo, raza, religión, etc.”
Norberto Bobbio.
El Tiempo de los Derechos.
1
La mesa de dialogo “control de la legalidad
y acciones colectivas”, gira en torno a dos
preguntas detonantes:
1.¿En qué difiere el control de legalidad de
los controles de constitucionalidad y de
convencionalidad
y
quienes
están
obligados a efectuarlo?
2.¿Qué
retos
introducen
las
acciones
colectivas, sobre todo en la operatividad y
principios del juicio de amparo y que
principios
éticos
actúan
evaluación de las mismas?
2
para
la
Tema 1.
Hoy en día, es indudable que el paradigma,
a partir de la reforma en materia de Derechos
Humanos,
de
junio
del
año
2011,
ha
impactado seriamente en la forma del análisis
jurídico.
La legalidad al día de hoy, no puede verse
como una cuestión aislada o independiente de
la regularidad constitucional.
Prácticamente, desde 1995, en que se
inaugura
la
Novena
Época,
se
constititucionalizando el ordenamiento.
3
ha
ido
¿Qué
ha
implicado
la
constitucionalización del ordenamiento?
Ha significado, que los contenidos de las
normas
legales,
encuentren
un
asidero
constitucional, ya sea de manera natural en la
formulación de sus propias reglas, o bien, a
través de la interpretación conforme.
Así, ha permeado los valores y principios
de la constitución en las normas de carácter
secundario.
Sin embargo, actualmente, podemos, no
solo hablar de la constitucionalización del
4
ordenamiento,
sino
además,
de
una
convencionalización de éste.
Además, ha dejado de ser una tarea
exclusiva del Poder Judicial de la Federación, a
través del juicio de amparo y de los otros
mecanismos
concentrados
de
control
constitucional,
específicamente
abstracta
inconstitucionalidad
de
la
acción
y
la
controversia constitucional.
Como sabrán, con motivo de la Reforma
Constitucional
en
Materia
de
Derechos
Humanos, y de lo determinado por el Pleno de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se
ha reinterpretado el contenido del artículo 133
de
la
Norma
Fundamental,
de
manera
sistemática, considerando trascendentalmente
5
las obligaciones de las autoridades que se
contienen en el artículo 1° de la propia
Constitución, para determinar así, que para
hacer viable el control de convencionalidad
ex—officio, se hace imperante la necesidad de
que el control de la constitución sea a la vez
difuso.
Así,
con
motivo
de
la
solicitud
de
modificación de la jurisprudencia 22/2011,
solicitada por el Señor Ministro Presidente Don
Juan
Silva
Meza,
jurisprudencias
se
determinó,
73/1999
y
que
74/1999,
las
que
establecían que la constitución no autorizaba
un control difuso de la constitución, pues
este se realizaba de manera exclusiva por el
Poder Judicial de la Federación, a partir de
la interpretación de los artículos 103, 105 y
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107; han quedado sin efectos. Autorizando
así, el control difuso de la constitución.
De este modo, la ampliación exponencial de
los mecanismos de control de los Derechos
Humanos, léase control de la constitución y
control de convencionalidad, tanto en sus vías
difusas como concentradas, buscan el impartir
justicia bajo una visión humanista.
Efectivamente,
ambos
mecanismos
de
control, son duales, pues la constitución sigue
teniendo
sus
formas
de
regularidad
concentradas en el amparo, la controversia
constitucional
y
la
acción
de
inconstitucionalidad, cuyo efecto es la invalidez
de la norma; y ahora, la forma difusa, en la
cual, todos los juzgadores, de todos los niveles,
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tienen atribuciones para, en caso extremo, de
una
absoluta
e
irremediable
inconstitucionalidad de la norma, establecer
su INAPLICACIÓN en el caso concreto.
Por
otra
parte,
el
control
de
convencionalidad, que es ex—officio, esta de
manera
general,
encargado
a
todos
los
juzgadores, de todos los niveles, y en todas las
vías que se ejerza ante ellos, siendo por tanto
difuso; pero además, a partir de las reformas
constitucionales en materia de amparo, y de la
entrada en vigor de la ley de amparo de dos de
abril de este año, podemos sostener que existe
un
control
concentrado
y
directo
de
los
contenidos de las disposiciones de fuente
internacional, a través de la vía de amparo.
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Así,
estamos
viviendo
una
constitucionalización y convencionalización
de todo el ordenamiento, buscando que éste
sea armónico en el objetivo esencial de todo
Estado Constitucional y Social de Derecho.
La máxima protección de los Derechos
Humanos, para la mejor y más pacifica
forma de vida dentro de la sociedad.
Tema 2.
Sin lugar a dudas, el establecimiento de las
acciones colectivas implica retos y la imperiosa
necesidad de definir contenidos legales, para
hacer operativas las acciones colectivas.
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Las acciones colectivas, que se encuentran
principalmente reguladas en el Código Federal
de Procedimientos Civiles en su Libro Quinto,
implican una de las formas más importantes
de protección para la sociedad, ya sea que se
trate de acciones colectivas en sentido estricto,
acciones difusas, u homogéneas.
Estas consisten en términos de lo previsto
en el artículo 581, del Código Federal de
Procedimientos Civiles, en:
I. Acción difusa: Es aquélla de naturaleza
indivisible que se ejerce para tutelar los
derechos e intereses difusos, cuyo titular es
una colectividad indeterminada, que tiene por
objeto reclamar judicialmente del demandado
la
reparación
del
daño
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causado
a
la
colectividad, consistente en la restitución de
las cosas al estado que guardaren antes de la
afectación, o en su caso al cumplimiento
sustituto de acuerdo a la afectación de los
derechos o intereses de la colectividad, sin que
necesariamente exista vínculo jurídico alguno
entre dicha colectividad y el demandado.
II. Acción colectiva en sentido estricto:
Es aquélla de naturaleza indivisible que se
ejerce para tutelar los derechos e intereses
colectivos, cuyo titular es una colectividad
determinada o determinable con base en
circunstancias
comunes,
cuyo
objeto
es
reclamar judicialmente del demandado, la
reparación del daño causado consistente en la
realización de una o más acciones o abstenerse
de realizarlas, así como a cubrir los daños en
forma individual a los miembros del grupo y
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que deriva de un vínculo jurídico común
existente
por
mandato
de
ley
entre
la
colectividad y el demandado.
III. Acción individual homogénea: Es
aquélla de naturaleza divisible, que se ejerce
para tutelar derechos e intereses individuales
de incidencia colectiva, cuyos titulares son los
individuos
agrupados
circunstancias
reclamar
con
base
en
cuyo
objeto
es
tercero
el
comunes,
judicialmente
de
un
cumplimiento forzoso de un contrato o su
rescisión con sus consecuencias y efectos
según la legislación aplicable.
La
trascendencia
de
las
acciones
colectivas, como conjunto de mecanismos
de defensa para la sociedad, radica no solo
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en la existencia de los medios procesales
establecidos, sino la materia que protegen;
siendo
ésta
los
derechos
de
los
consumidores y la protección al medio
ambiente.
Derechos que son comunes a todos, pues
todos somos consumidores, y todos estamos
insertos y expuestos al medio ambiente.
El reconocimiento y la protección a los
consumidores, que desde hace varias décadas
se había venido desarrollando de manera
exclusiva por la Procuraduría Federal del
como
Consumidor,
ombudsman
especializado en la materia, hoy encuentra
una expansión en los entes legitimados para
reclamar
a
fabricantes,
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productores,
distribuidores y vendedores, entre otros, por
más entidades, como lo son las Asociaciones
Civiles y los representantes comunes.
Por lo que hace a las acciones colectivas
respecto del medio ambiente, estas adquieren
trascendencia en la medida que, permitirán
a la colectividad, determinada o difusa,
reclamar y exigir, no solo la protección de
los recursos naturales, sino la adecuación
del espacio común; por ejemplo el ambiente
o mobiliario urbano, que sea acorde y
amigable para adultos mayores o personas
con discapacidad.
Por supuesto, que ello implicará retos
en materia de amparo.
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La Ley que entró en vigor el día tres de
abril de este año, prevé en el artículo 5°,
fracción I, que el titular de un interés legítimo
colectivo, podrá tener el carácter de quejoso.
Esto, por supuesto que es acorde con lo que la
Constitución prevé en el artículo 17, párrafo
tercero, y el Código Federal de Procedimientos
Civiles.
Ahora, el tema que seguramente será
motivo de diversas interpretaciones y de un
extremo cuidado por parte de los juzgadores,
será el relativo a los efectos de una eventual
concesión de amparo. Sin embargo, ello será
un tanto casuístico pues estará sujeto a la
materia en cada caso concreto.
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Definitivamente,
los
participantes
de
esta mesa de diálogo, nos han aportado
valiosísimas
ideas,
compartiendo
su
conocimiento especializado en la materia,
lo que nos lleva a cada uno de nosotros a la
reflexión.
Después de las ideas y conceptos que nos
han brindado Marinette Bricard, Rosa María de
la Torre, Jorge Gijón Rojas, Xavier Martínez,
Adriana Labardini y Marco Antonio Esquivel
López, que han sido de lo más formativo, no
me resta más que dar por concluida esta mesa
redonda.
Gracias
a
todos
participación.
16
Ustedes
por
su
Descargar