El realismo mágico y lo real maravilloso El realismo mágico Es una corriente literaria caracterizada por la aparición de elementos mágicos en un entorno o una narración realista. Este movimiento se asocia, sobre todo, con la literatura latinoamericana del siglo XX (principalmente tras la publicación en 1967 de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, aunque su origen e influencia sean más generales. Los elementos característicos del realismo mágico los encontramos en una gran variedad de novelas, poemas, cuadros y películas como las obras de Claudia Llosa “Madeinusa” o “La teta asustada”. Es un concepto captado a menudo como un género literario de mediados del siglo XX. El término fue usado por primera vez por un crítico de arte alemán Franz Roh, en su libro Nach-expressionismus, magischer Realismus, para describir el realismo extraño e inhabitual de las obras post-expresionistas, impregnadas de surrealismo y de figuración, de algunos pintores americanos de los años 20, como Ivan Albright, Paul Cadmus o George Tooker. El término llegó a la lengua española con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925), más tarde en 1947, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Úslar Pietri en su ensayo El cuento venezolano. Es difícil dar una definición concreta y exacta de lo que es el realismo mágico como tal ya que no es el fruto de un movimiento organizado, sino más bien un conjunto de expresiones individuales de artistas, a veces contradictorias, pero que comparten una cierta visión de la realidad. Entre los autores que usan esa técnica sobresalen el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el colombiano Gabriel García Márquez, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura, aunque muchos aclaman como padres del realismo mágico a Juan Rulfo con Pedro Páramo, Arturo Uslar Pietri con su cuento La lluvia (1935), José de la Cuadra, Pablo Neruda y otros. Jorge Luis Borges también ha sido relacionado por algunos críticos al realismo mágico, pero su negación absoluta del realismo como género o como una posibilidad literaria lo pone contra este movimiento. Alejo Carpentier, de Cuba, en su prólogo al Reino de este mundo, define por su parte el concepto de real maravilloso, que, a pesar de sus semejanzas con el realismo mágico de Gabriel García Márquez, no es la misma técnica literaria. Laura Esquivel de México, con Como agua para chocolate a veces fue unida con el realismo mágico, a veces con lo real maravilloso – la diferenciación no es tan obvia. El realismo mágico se desarrolló fuertemente en los años 60-70 del siglo XX. Además, fue un modo de reaccionar ante los regímenes dictatoriales latinoamericanos frecuentes en esa época. El realismo mágico se puede definir como una preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica (como en la literatura maravillosa), su finalidad no es suscitar emociones (como en la literatura fantástica propiamente dicha) sino una forma de expresar la actitud frente a la realidad. Una de las obras más representativas de este estilo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. El realismo mágico comparte ciertas características con el realismo épico (conocido desde el siglo XIX), como la pretensión de dar verosimilitud interna a lo fantástico e irreal. ¿Cómo identificar el realismo mágico en la obra? En muchas novelas del realismo mágico aparecen (en configuraciones diferentes) los elementos siguientes: elementos mágicos o fantásticos, percibidos por los personajes como algo normal elementos mágicos nunca explicados representaciones de mitos y leyendas latinoamericanas multiplicidad de narradores para obtener distintos puntos de vista a una misma idea el tiempo es cíclico, no lineal, el presente se repita o se parezca al pasado transformación de lo cotidiano en una experiencia sobrenatural preocupación estilística y estética los personajes pueden morir y luego volver a vivir – la muerte como etapa aparecen escenarios latinoamericanos Los personajes que aparecen en las obras de esta corriente suelen viajar y son viajes no sólo físicas, pueden ser desplazamiento diferentes, los héroes cambian de espacios y tiempos en sus pensamientos y su estado onírico. Lo real maravilloso En el prólogo de El reino de este mundo, Carpentier describió su visión de lo real maravilloso. Carpentier, muy alejado de los surrealistas, concluye que lo real maravilloso es patrimonio y natural de Latinoamérica. La influencia de El reino de este mundo obra y de esta teoría fue enorme en los posteriores escritores latinoamericanos. – odsyłam do wstępu do książki, która znajduje się na serwisie