FIJACIÓN DE CARBONO EN EL SUELO EN AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN De Benito Muñoz A. y Sombrero Sacristán A. Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León.(ITACyL) Introducción La inquietud de la sociedad de este planeta por las consecuencias que a medio y largo plazo puede provocar “el efecto invernadero” con respecto a un cambio climático es una de sus preocupaciones en la época actual. Desde el punto de vista técnico es evidente la existencia de una estrecha relación entre los gases atmosféricos de efecto invernadero y el cambio climático que se está produciendo a nivel global y el objetivo para contrarrestar esta evolución está orientado a reducir las emisiones antropogénicas, hacia la atmósfera, de los gases de efecto invernadero, GEIs, en general, y en particular el dióxido de carbono, CO2. Desde el año 1800 la concentración de CO2 en la atmósfera terrestre se ha incrementado desde 280 ppm, (en volumen), hasta el valor actual de mas de 370 ppm. Este incremento coincide con la industrialización de la sociedad y es la mejor evidencia de que está causado por las emisiones de CO2 ligadas a las actividades humanas. Reconociendo, por tanto, que el aumento de la concentración del CO2 atmosférico es el principal inductor del cambio climático hay que concretar como líneas de actuación para contrarrestar esta evolución, por un lado, una reducción de las emisiones de CO2 y de los otros GEIs hacia la atmósfera, y por otro, un aumento de su captura de la atmósfera y su almacenamiento en el suelo. En el año 1997 el Protocolo de Kyoto recomendó a los países desarrollados reducir el total de las emisiones de esos gases a un nivel no menor del 5% con respecto al de 1990, en el período de compromiso comprendido entre los años 2008 y 2012. La reducción de las emisiones de CO2, unida muchas veces al desarrollo de los países y a políticas restrictivas, ha encontrado una considerable resistencia a la hora de poner en práctica los planes para la consecución de este objetivo. Consecuentemente se ha contemplado la posibilidad de recurrir a los sumideros naturales de carbono para mejorar la fijación de CO2 y GEIs sobre sistemas biológicos. A este respecto el mecanismo más importante de fijación de CO2 atmosférico tanto en medios terrestres como marinos es la fotosíntesis de las plantas, en la cual el CO2 se convierte en primer lugar en azúcares y posteriormente polímeros estructurales como celulosas y ligninas. Desde esta perspectiva se estudia la viabilidad de manipular las emisiones de CO2 a pesar de que la materia orgánica de las plantas tiene una descomposición lenta y su evolución es hacia una transformación del carbono orgánico en CO2 y una liberación posterior hacia la atmósfera. Impacto de la agricultura sobre el cambio climático global En los periodos anteriores el efecto invernadero estaba regulado por el equilibrio existente entre el carbono terrestre y el CO2 atmosférico fundamentado en la liberación natural del carbono por descomposición de la materia orgánica y en la absorción del CO2 atmosférico en la fotosíntesis de las plantas. La interrupción de este equilibrio entre el carbono de la superficie terrestre y el CO2 atmosférico ha venido propiciada, en la agricultura por la roturación de los terrenos forestales y por la puesta en cultivo de las tierras a gran escala, por al fraccionamiento y la quema de residuos de las cosechas, y por el manejo inadecuado de los suelos debido a un laboreo excesivo de los mismos con la consiguiente disminución de la materia orgánica, como se muestra en la figura 1 Disminución del % de M.O. 110 100 100 90 89 80 80 70 70 60 64 59 50 50 42 40 39 38 37 30 0 10 20 30 40 50 60 70 Años de cultivo Fig. 1 Disminución porcentual de la materia orgánica del suelo durante seis décadas de cultivo (Kinsella,. 1995) Por otra parte la industrialización generalizada del último siglo y la liberación de los gases provenientes de los combustibles fósiles han sido otros de los factores importantes de desequilibrio en el intercambio natural del gas con la atmósfera, provocando un incremento de los gases sobre la corteza terrestre. Todo ello ha dado lugar a un aumento de la liberación de gases de efecto invernadero, GEIs, entre los que dióxido de carbono, CO2, óxido nitroso, NO2, y metano, CH4, son los de mayor importancia y significación. Para restablecer el equilibrio inicial se hace imprescindible, por tanto, por una parte reducir las emisiones de los GEIs, y por otra incrementar la fijación del carbono en el suelo. Hay tres pilares básicos, desde el punto de vista agrícola, sobre los que se fundamenta la posible recuperación del equilibrio entre el CO2 captado de la atmósfera y el desprendido desde el suelo y son: - El aumento de la biomasa y de la producción de los cultivos por la introducción de nuevas variedades y rotaciones de los mismos, por un incremento de la eficiencia de los fertilizantes y por una ampliación de la superficie de regadío. - El incremento de la materia orgánica del suelo y una menor tasa de mineralización, por tanto una menor liberalización de CO2. - El ahorro de combustibles fósiles en la agricultura, disminuyendo las labores agrícolas y utilizando maquinaria. de menor potencia. Estas propuestas y actividades están muy ligadas a la Agricultura de Conservación como se muestra en la figura 2. Fig. 2. Manejo de la materia orgánica del suelo en agricultura. FAO, (2002) Todos estos esfuerzos combinados pueden reducir las concentraciones de CO2 en la atmósfera, aliviar el calentamiento global del planeta (Reicosky, 2005), y disminuir la preocupación de la sociedad en este tema, que fue lo que dio lugar, como resultado inmediato, a la firma del protocolo de Kyoto en 1997. Importancia de la Agricultura de Conservación en la disminución de las emisiones de CO2 La Agricultura de Conservación juega un papel importante en el sostenimiento de los pilares antes enunciados según los resultados experimentales obtenidos en diferentes trabajos de investigación. Es necesario desarrollar nuevas prácticas de manejo del suelo, como la siembra directa, para almacenar más CO2 en el suelo, y optimizar la fotosíntesis de las plantas para aumentar las producciones de los cultivos. (Reicosky, 2007) Con respecto al incremento de la biomasa y producción de los cultivos de secano se puede destacar que, aunque estos parámetros son muy similares en los sistemas convencionales y los de conservación, en años de climatología normal, sin embargo, son superiores en agricultura de conservación cuando los años son secos. Pues el agua del suelo, que en secano es el factor principal en la producción de los cultivos, se retiene mejor en agricultura de conservación que en agricultura convencional y por tanto hace que aumenten las producciones en aquel sistema de agricultura. (Bravo et all., 2007). En definitiva se puede asegurar que en el contexto mediterráneo español la agricultura de conservación asegura un crecimiento de los rendimientos entre un 10 y un 15%y sobre todo su estabilización, (Lahmar, R.,2006). Uno de los sumideros terrestres más importantes del almacenamiento de carbono y del intercambio con el CO2 atmosférico es el carbono orgánico del suelo, SOC, y la Agricultura de Conservación puede desempeñar un papel importante en su aumento, mejorando al mismo tiempo la calidad ambiental en los sistemas de producción, (Reicosky, 2007) La agricultura de conservación favorece la acumulación de carbono orgánico en los primeros horizontes del suelo dejando los residuos del cultivo precedente sobre la superficie del suelo. La agricultura convencional, en cambio, con el volteo del suelo, acelera su destrucción cualquiera que sean las circunstancias climáticas de las zonas agrícolas. Sin embargo, el aumento de la cantidad y % de carbono orgánico como respuesta a la reducción del laboreo varía apreciablemente, entre los estudios efectuados, pues mientras en unos no se obtienen diferencias apreciables, en otros se presentan incrementos altamente significativos al reducir las labores, (De Benito y Sombrero, 2006). Esta inconsistencia refleja la interacción del laboreo con varios factores a tener en cuenta, como los de tipo agronómico, suelo y variables climáticas, principalmente. Los factores agronómicos del laboreo sobre el carbono orgánico del suelo incluyen, el sistema de laboreo y los pases de los aperos, las rotaciones de cultivo y las prácticas de fertilización, principalmente. En general cuanto mayor es la reducción del laboreo mayor es el incremento del contenido de carbono orgánico en el suelo. Así, el aumento de carbono orgánico es mayor al pasar de laboreo convencional a no laboreo, que al pasar a este pasar desde un laboreo mínimo. De forma similar los beneficios del laboreo reducido en relación con el carbono orgánico del suelo son más pronunciados en sistemas de producción con altos rendimientos. Por tanto en no laboreo, una rotación continuada de cultivos es mas beneficiosa que otra en la que se introduce el barbecho. Finalmente los sistemas de cultivo bien fertilizados tienen una mejor respuesta en el aumento de carbono orgánico que cuando la fertilización es escasa o nula. Las propiedades del suelo también influyen en la respuesta de carbono a la reducción del laboreo, que se pone en videncia en el control de la erosión del suelo. Así, los suelos fácilmente erosionables suelen mostrar una mejor respuesta del carbono orgánico a la reducción del laboreo que los que no lo son. El clima afecta tanto a la producción de los cultivos como a la descomposición de los residuos, pues el potencial para acumular rápidamente carbono orgánico en el suelo al reducir el laboreo es superior en condiciones que favorecen altos rendimientos productivos y por tanto mayor fijación de carbono. Pero al mismo tiempo, estas condiciones también estimulan la actividad microbiana y la descomposición de la materia orgánica del suelo. En este caso el beneficio de la reducción del laboreo para el carbono orgánico depende de la tasa de descomposición relativa del carbono fijado, es decir, de que la cantidad de carbono descompuesta sea mayor o menor que la fijada en un determinado periodo de tiempo. El clima interacciona en ambos términos de la ecuación, ganancias y pérdidas. Por tanto no es fácilmente aplicable una relación entre el clima y la respuesta del carbono orgánico a la reducción del laboreo del suelo. (Campbell and Janzen, 1995) Todos estos factores determinan la magnitud de la influencia del laboreo sobre el carbono orgánico del suelo y no hay predominio de unos sobre otros en la tendencia a su aumento como respuesta a la reducción del laboreo. El carbono existente en el suelo no es un parámetro fácil de determinar debido a la heterogeneidad y variabilidad espacial del medio. La forma más directa de medir la cantidad de carbono fijada es apreciar los cambios secuenciales del elemento en el suelo, mediante muestreos regulares en periodos más o menos largos de tiempo y determinaciones del carbono orgánico en las cada una de las muestras. Otra de las formas de constatar la influencia del laboreo sobre la emisión de carbono del suelo es medir el flujo de CO2 desde el suelo durante un largo periodo de tiempo Esto puede dar lugar a valores similares a los de la tabla 1, en la que se muestran las emisiones de CO2 relacionadas específicamente con los sistemas de laboreo empleados en la preparación del suelo para la siembra. Sistema de laboreo Emisiones de CO2 (kg/.ha.año) Laboreo convencional 28168 Laboreo reducido 23588 Tabla 1. Emisiones de CO2 medidas a lo largo de 2 años en los que se utilizaron diferentes sistemas de laboreo. (Sanchez et all, 2002). Estos estudios, hechos de manera permanente, permitirán cuantificar las actividades agrícolas como factores favorables o desfavorables a la fijación del carbono en el suelo. El incremento de SOC puede ser el resultado de una serie de prácticas que incluyen una mejora en el manejo del laboreo y de los sistemas de cultivo, en la gestión de los residuos para aumentar la cubierta vegetal del suelo y en un uso eficiente de los inputs de producción principalmente nutrientes y agua, (Follet, 2001). La finalidad principal de la fijación del carbono en el suelo no solo está relacionada con el cambio climático sino también con la reducción de la contaminación medioambiental y con la degradación de los recursos naturales, y en definitiva con la salud y el bienestar de la sociedad. El almacenamiento del carbono en los suelos utilizando técnicas de Agricultura de Conservación puede, por tanto, ayudar a contrarrestar las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Finalmente otro de los puntos esenciales de la importancia de la Agricultura de Conservación con respecto al restablecimiento del equilibrio del CO2 es la disminución de las emisiones por un menor número de labores en la preparación del suelo para la siembra y por la utilización de maquinaria de menor potencia en las mismas en relación con el laboreo convencional. Según los cálculos efectuados por diferentes investigadores el ahorro carbono, en la agricultura de la unión europea, procedente de las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles, es de 3,2 millones de toneladas por año, que unidas al potencial de fijación de 23 millones de toneladas por año por la adopción del laboreo de conservación dan lugar a una mitigación considerable de las emisiones de carbono hacia la atmósfera (Smith et al., 2000). Concluyendo que una conversión del 100% a agricultura de no-laboreo podría suponer una anulación de las emisiones agrícolas de CO2 en Europa, (Smith et al., 1998). Resultados obtenidos en experimentos realizados en Castilla y León. En nuestro, caso en los experimentos llevados a cabo desde 1994 a 2004 en Torrepadierne (Burgos) y desde 1993 a 1998en Viñalta (Palencia) los resultados de producción de los cultivos se presentan en la figura3. 7000 kg/ha 6000 5000 Cer/Cer 4000 Bar/Cer 3000 Leg/Cer 2000 Cer/Leg 1000 0 LC LM NL LC BURGOS LM NL PALENCIA Sistemas de laboreo Fig. 3. Producciones medias de cereal y leguminosa de dos localidades con los mismos sistemas de laboreo y rotaciones de cultivos. (Sombrero, A. y De Benito A. 2008). LC, laboreo convencional, LM. Laboreo mínimo, NL, no laboreo. Inicialmente el % de carbono orgánico en los 30 primeros centímetros de suelo en la parcela del ensayo fue de 1.04, (35,256 t/ha) y el aumento en este periodo, en t/ha y en %, se refleja en las figuras 4 y 5 14 12 Tm. ha -1 10 8 LC 6 LM NL 4 2 0 LC LM NL Sistem as de Laboreo Fig. 4 Aumento del carbono orgánico en el suelo en diferentes sistemas de laboreo. LC, laboreo convencional. LM, Laboreo mínimo. NL, no laboreo. 35 % de Carbono 30 25 LC 20 LM 15 NL 10 5 0 LC LM NL Sistemas de laboreo Fig. 5 Incremento del % de carbono orgánico en el suelo en los distintos sistemas de laboreo. LC, laboreo convencional. LM, laboreo mínimo. NL, no laboreo o siembra directa. Según los valores de los datos medios representados en las figuras en todos los sistemas de laboreo ha habido un aumento apreciable del contenido de carbono orgánico en el suelo en los 10 años del experimento. Además las diferencias han sido estadísticamente significativas entre los sistemas de laboreo. Al final de este periodo, el carbono orgánico en los 30 primeros centímetros del perfil del suelo fue superior en las parcelas de siembra directa o no laboreo con respecto a las de laboreo mínimo y laboreo convencional, y el aumento porcentual de las diferencias fue del 20% y 200%, respectivamente. El aumento de carbono en el suelo en las diferentes rotaciones de cultivo, barbecho/cereal, cereal/cereal y leguminosa/cereal, fue diferente según el sistema de laboreo utilizado, como se muestra en las figuras 6 y 7. Pues, así como fue generalizado y superior, el aumento del carbono en la rotación de cereal con leguminosa, en todos los sistemas de laboreo, sin embargo hubo diferencias significativas en laboreo convencional entre la rotación con barbecho, que fue la de menor contenido en carbono, y las restantes, y en laboreo mínimo, en el que, en la rotación de monocultivo de cereal, el 14 12 Tm/ha 10 R1 Bar/Cer 8 R2 Cer/Cer 6 R3 Leg/Cer 4 2 0 CT MT NT Sistemas de Laboreo aumento de carbono en el suelo fue menor que en las de barbecho y leguminosa. Fig. 6 Aumento del carbono orgánico en el suelo en las rotaciones de cultivo ensayadas en cada uno de los sistemas de laboreo. LC, laboreo convencional. LM, Laboreo mínimo. NL, no laboreo. % de carbono 45 40 35 30 25 R1 Bar/Cer 20 15 R3 Leg/Cer R2 Cer/Cer 10 5 0 CT MT NT Sistemas de Laboreo Fig. 7 Incremento del % de carbono orgánico en el suelo en las diferentes rotaciones de cultivo empleadas en el ensayo con distintos sistemas de laboreo. LC, laboreo convencional. LM, laboreo mínimo. NL, no laboreo o siembra directa. Estos resultados y apreciaciones concuerdan con los obtenidos por otros investigadores que concluyen, en sus trabajos, que son claras las diferencias, en la retención del carbono en el suelo, entre sistemas de laboreo siempre a favor de los de conservación, y en particular del no-laboreo (Follet, 2001), y que la mejora en la fijación a través de las rotaciones es compleja y solo hay algunos casos en que se puede aumentar claramente, como en la de maíz a maíz- soja en cultivos de regadío, (Tristam and Wilfred, 2002). Referencias Bravo,C.A., Giráldez; J.V., Ordóñez, R., González, P. and Perea Torres, P. 2007. 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Les enseignements du proyet KASSA. In: Options Mediterranéennes, Serie A Nº 69 pp 11-18. CIHEAM Reicosky, D.C. 2005. Impact of the Kyoto Protocol Ratification on global transactions of carbon. Congreso Internacional sobre Agricultura de Conservación. Córdoba (España). 188-198. Reicosky, D.C. 2007.http://pnvsteep.wsu.edu/directseed/conf98/soil2.htm Sanchez, M.L., Ozores, M.I., Colle, R. López,J.M., De Torre, B., García, M.A. y Pérez, I. 2002. Soil CO2 Fluxes in cereal land use of the Spanish plateau: Influence of conventional and reduced tillage practices. Chemosphere 47:837-844. Smith, P.,Powlson, D.S., Glendinng, M. J.and Smith, J.U.,(1998)Preliminary estimates for the potential for carbon mitigation in European soils though no-till farming.Global Change Biology, 4:679-685. Smith, P.,Powlson, D.S., Smith, J.U., Fallon, P. And Coleman,K. (2000). Meeting Europe´s climate change commitement: quantitative estimatesof the potential for carbon mitigationby agriculture. 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