el laboratorio en el diagnóstico de las gammapatías monoclonales

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EL LABORATORIO EN EL
DIAGNÓSTICO DE LAS
GAMMAPATÍAS MONOCLONALES
CURSO DE FORMACIÓN CONTINUADA A
DISTANCIA 2011-2012
ACTUALIZACIONES EN EL
LABORATORIO CLÍNICO
Nº 2
I.S.S.N.- 1988-7477
Título: Actualizaciones en el Laboratorio Clínico
Editor: Asociación Española de Biopatología Médica
Maquetación: AEBM
Fecha de Distribución: diciembre de 2011
El laboratorio en el diagnóstico de las
gammapatías monoclonales
Raquel Ramos Corral (1), Ainoha García Claver (1), Mª Jesús
Cuesta Rodríguez (2), Guadalupe Rivera Santos (3), Luisa de
la Cuesta Ibáñez (3). (1) Especialista en Análisis Clínicos. (2)
Especialista en Bioquímica Clínica. (3) Especialista en Análisis
Clínicos y Bioquímica. Adjunta del Servicio de Análisis Clínicos del
Hospital Virgen de la Salud de Toledo.
1. INTRODUCCIÓN
Las gammapatías monoclonales (GM) son un grupo de enfermedades que se
caracterizan por una proliferación anormal de un clon de linfocitos B –células
plasmáticas que sintetizan moléculas idénticas de inmunoglobulinas (Ig) ocasionando
la aparición de un componente monoclonal (CM) en el suero y a veces en la orina de
los pacientes (1). Este componente suele aparecer en forma de pico en la región
gamma del proteinograma electroforético, de ahí el nombre de estas enfermedades,
aunque puede presentarse en la región beta e incluso alfa globulinas. Las
inmunoglobulinas son proteínas polipeptídicas compuestas por dos cadenas pesadas
(que pueden ser de 5 clases: α, µ, γ, δ, ε) y dos cadenas ligeras (que pueden ser de
2 tipos: λ y κ). En la molécula completa de una Ig se distinguen una fracción
constante (Fc) formada por los dominios constantes de las cadenas pesadas (CH1,
CH2 y CH3) y ligeras (CL), común dentro de cada clase de Ig, y dos regiones
variables (Fab), cada una de ellas formada por los dominios variables de una de las
cadenas pesadas (VH) y de una de las cadenas ligeras (VL), que da especificidad a
cada clon de Ig. (Figura 1)
664
Figura 1. Estructura de inmunoglobulina (Ig) (2).
Las GM no siempre son debidas a procesos malignos, sino que también pueden
deberse a procesos benignos (Tabla 1).
Malignos
Benignos
Mieloma múltiple
Enf.
autoinmunes
(crioglobulinemia,
Macroglobulinemia de Waldenström
aglutininas, síndrome de Sjögren)
Plasmocitoma solitario
Hiperparatiroidismo
Enfermedades de cadenas pesadas o Tiroiditis de Hashimoto
ligeras
Sarcoidosis, parasitoris, artritis séptica
Síndrome POEMS
Cirrosis biliar primaria
Amiloidosis
Hepatitis crónica activa, VHC
Síndromes linfoproliferativos
Fibrosis pulmonar hereditaria
Enfermedad por depósito de
Esferocitosis hereditaria
inmunoglobulinas
Tabla 1. Ejemplos de gammapatías monoclonales malignas y benignas
Además de éstas, se pueden encontrar otras GM que tienen una significación clínica
indeterminada, asociadas a neoplasias, la proteinuria de Bence-Jones idiopática y las
GM de significado incierto (GMSI).
2. METODOLOGÍA EN EL LABORATORIO DE PROTEÍNAS
La detección del CM en el laboratorio es el primer paso para un correcto diagnóstico,
seguimiento y tratamiento de los pacientes. Es necesario el análisis del suero y la
orina del paciente para establecer un correcto diagnóstico. La secuencia de trabajo
665
en el laboratorio será la siguiente: detección, identificación (o tipificación) y
cuantificación del CM (3).
2.1 Detección
El proteinograma electroforético es el método de elección para la detección de un
CM. Consiste en la separación de las proteínas de suero u orina, basándose en su
carga eléctrica (punto isoeléctrico). Actualmente existen dos metodologías para la
realización de proteinogramas:
2.1.1. La electroforesis en gel de agarosa. Utiliza un soporte sólido, el gel de
agarosa, en el que se aplica una diferencia de potencial para separar las proteínas en
función de su carga. La separación estará influenciada por el pH del medio, por lo
que se deben usar medios de electroforesis tamponados. El revelado de las distintas
fracciones de proteínas se realiza mediante colorantes, como el azul brillante de
Coomasie. Posteriormente cada una de las bandas se puede cuantificar por
densitometría, valorando su porcentaje respecto a la proteína total del suero.
2.1.2. La electroforesis capilar (EC). Es un método más sensible que el anterior,
precisa un volumen bajo de muestra y permite la automatización, por lo que es
adecuado para laboratorios con una gran carga de trabajo. La separación se realiza
aplicando un voltaje mucho más elevado que en el caso del gel de agarosa, gracias
al fino diámetro del capilar, lo que aumenta la resolución y disminuye el tiempo de
análisis. La detección se realiza por medición directa espectrofotométrica en el
espectro UV de cada una de las fracciones separadas, sin necesidad de tinciones.
2.2 Identificación o tipificación
Una vez detectado el pico monoclonal en el proteinograma se debe realizar su
caracterización es decir, la tipificación de las cadenas pesadas y ligeras que lo
666
componen. Esto se realiza utilizando antisueros específicos para cada clase de
cadena pesada (α, µ, γ, δ, ε) y tipo de cadena ligera (λ, κ), con los que se hace
reaccionar el suero o la orina problema. Se puede llevar a cabo de las siguientes
formas:
2.2.1. Inmunofijación (IFE). Es el método más utilizado en los laboratorios
clínicos. Consiste en una electroforesis del suero u orina en gel de agarosa, seguida
por una inmunoprecipitación con cada uno de los antisueros. La tinción con azul
brillante de Coomasie permitirá la observación de una banda nítida en la calle
correspondiente al antisuero de la cadena pesada y al de la cadena ligera que
compongan el CM a tipificar.
2.2.2. Inmunosustracción
(IS),
inmunotipado
(IT)
e
inmunodesplazamiento (ID) (4,5,6). Estos métodos consisten en la adaptación
de la IFE a la EC. En la IS, la muestra se enfrenta a cada uno de los antisueros
marcados con partículas de látex para el tipaje. El inmunocomplejo formado se
separa de la muestra y se realizará la EC. Se observará la desaparición del pico
monoclonal
en
el
proteinograma
que
se
haya
tratado
con
el
antisuero
correspondiente a la naturaleza de la Ig patológica. En el caso del IT no se realiza
una separación previa a la EC, sino que el antisuero modifica la movilidad
electroforética del CM, el cual migra entre la albúmina y la alfa-1, apareciendo en
esta zona una banda en el proteinograma del antisuero correspondiente. En el muy
reciente procedimiento de ID, la reacción entre las Ig del suero y cada anticuerpo
frente a las cadenas pesadas o ligeras, con intensa carga negativa, ocasiona que
cada inmunocomplejo migre hacia el ánodo más que la albúmina, desapareciendo del
trazado electroforético.
667
2.3 Cuantificación
La cuantificación del CM se puede realizar directamente en los proteinogramas, por
densitometría o
lectura UV, delimitando el pico monoclonal en los programas
informáticos que soportan los equipos del laboratorio. Otro método de cuantificación
es
mediante
técnicas
de
inmunoprecipitación, como la nefelometría o la
turbidimetría, con el inconveniente entre otros de que, además del CM, se cuantifican
a la vez otras Ig policlonales de la misma clase o del mismo tipo.
Existe un método relativamente reciente para la cuantificación de cadenas ligeras
libres en suero llamado Freelite™ (7). Está basado en un inmunoensayo en el que
se utilizan anticuerpos policlonales altamente purificados específicos para cadenas
ligeras unidos a partículas de látex para poder realizar su cuantificación mediante
nefelometría o turbidimetría. Hay kits de Freelite™ disponibles para los distintos
autoanalizadores comúnmente utilizados en los laboratorios clínicos, como
Immage® (Beckman Coulter), Cobas® (Roche) o ADVIA® (Siemens). Este análisis
presenta una alta especificidad, es automatizable y muy sensible (8).
3. FORMAS CLÍNICAS DE LAS GM
3.1. Gammapatías monoclonales de significado incierto (GMSI)
El término GMSI fue introducido por Kyle hace más de 25 años y según los criterios
diagnósticos del Grupo de Trabajo Internacional del Mieloma se define por la
presencia de una concentración de proteínas monoclonales en suero menor de 3
g/dL, menos de un 10% de células plasmáticas en la médula ósea junto con la
ausencia de proteinuria de Bence Jones y manifestaciones clínicas asociadas (CRAB,
668
del inglés hipercalcemia, insuficiencia renal, anemia o lesiones óseas). La clase de Ig
es IgG en el 70% de los casos, IgM en el 16%, IgA en el 11% y biclonal en el 3%.
La incidencia aumenta con la edad, presentándose en el 3% de las personas
mayores de 50 años y hasta en el 10% de los mayores de 70 años de edad.
El riesgo de la progresión a mieloma múltiple (MM) o un trastorno relacionado es de
1% por año. Ante la ausencia de marcadores biológicos fiables que puedan predecir
la evolución a un MM se han propuesto dos modelos para la estratificación del riesgo
de progresión. Éstos son el de la Clínica Mayo y el del grupo español PETHEMA
(Programa para el Estudio de la Terapéutica en Hemopatía Maligna).
El primero, se basa en las anormalidades de las proteínas del suero considerando
como factores de riesgo adversos la presencia de: una concentración de CM superior
a 1,5g/dL, un isotipo distinto de IgG y un ratio anormal de cadenas ligeras libres en
suero (valores normales: 0,26-1,65). Por otro lado, el PETHEMA utiliza la citometría
de flujo para diferenciar células plasmáticas normales de las aberrantes en aspirados
de médula ósea. De esta forma, se puede distinguir los pacientes con un elevado
riesgo de progresión (aquellos en los que la mayoría de las células plasmáticas
muestran anomalías fenotípicas como la disminución de CD38, ausencia de CD19 o
presencia de CD56) de aquellos en los que coexisten células plasmáticas con fenotipo
normal y aberrante, los cuales estarían libres de progresión a corto plazo y solo sería
necesario su monitorización durante varios años sin necesidad de tratamiento (9,10).
3.2. Macroglobulinemia de Waldenström (MW)
La MW se define como un trastorno linfoproliferativo B poco común caracterizado
primariamente por la infiltración de la médula ósea por células linfoides con patrón
669
predominantemente intertrabecular, junto a la demostración de la presencia de una
GM de clase IgM.
Se puede clasificar en sintomática o asintomática considerando la existencia o no de
síntomas atribuibles a la infiltración tumoral (síntomas constitucionales, citopenias,
organomegalias) o a la proteína monoclonal (síndrome de hiperviscosidad,
crioglobulinemia, amiloidosis, fenómenos inmunes, etc.).
La enfermedad generalmente tiene un curso crónico, de modo que puede
permanecer estable durante mucho tiempo sin síntomas importantes. En caso de
presentar síntomas, son frecuentes los constitucionales (astenia, anorexia, pérdida
de peso) así como la tendencia al sangrado incluso varios años antes del diagnóstico.
Los casos asintomáticos con pocas probabilidades de progresar se suelen caracterizar
por ausencia de anemia y β2-microglobulina normal, aun teniendo un componente
monoclonal muy elevado (11,12).
3.3. Mieloma osteosclerótico o síndrome POEMS
El síndrome POEMS es un trastorno multisistémico descrito por Bardwick en 1980,
que se caracteriza por polineuropatía (P), organomegalia (O), endocrinopatía (E),
pico monoclonal (M), cambios cutáneos (S, Skin).
La mayoría de los pacientes tienen un CM IgA o IgG tipo lambda. El pico de
incidencia de este síndrome ocurre en la quinta y la sexta década de la vida. Los
criterios diagnósticos del síndrome de POEMS se pueden dividir en:
 Criterios mayores:
- Polineuropatía, que suele ser el síntoma de presentación.
- Alteración monoclonal por proliferación de células plasmáticas, que no suelen
superar el 5 % en el aspirado de médula ósea.
670
 Criterios menores:
- Lesiones óseas osteoescleróticas, que pueden ser solitarias o múltiples.
- Organomegalia (esplenomegalia, hepatomegalia, linfadenopatía).
- Edema
- Endocrinopatía (suprarrenal, tiroidea, hipofisaria, gonadal, paratiroidea y
pancreática).
- Cambios cutáneos (hiperpigmentación, hemangiomas, etc.)
Se requiere al menos 1 criterio mayor y 2 criterios menores para llegar al
diagnóstico.
Las características clínicas y de laboratorio que permiten diferenciar este síndrome de
otras GM que pueden estar asociadas con polineuropatía se muestran en la tabla 2.
SÍND. POEMS
Polineuropatía
100%
(motora)
Cadena pesada IgG > IgA >IgM
CM
Cadena ligera
λ
CM
>95% casos
Concentración
<2 g/dl
CM en suero
Células
<5%
plasmáticas
médula ósea
Organomegalia
++
Lesiones
++
cutáneas
Lesiones
+++
esqueléticas
Trombocitosis
++
Anemia
+
GMSI
AMILOIDOSIS
MM
~5%
(sensorimotora)
IgM >IgG >IgA
15-20%
(sensorimotora)
IgG > IgA >IgM
1-8%
(sensorial)
IgG > IgA
κ
75% casos
<3 g/dl
λ
75% casos
<2 g/dl
κ
75% casos
>3 g/dl
<10%
<10%
>10%
-
++
+
+
+
-
-
+++
-
++
+
++
Tabla 2. Comparación de las características clínicas y de laboratorio de las GM asociadas a
polineuropatía (13).
671
El pronóstico de estos pacientes presenta una supervivencia estimada en 12 -33
meses (1,13).
3.4. Amiloidosis
La amiloidosis es la enfermedad originada por el depósito a nivel tisular, extracelular,
de material amiloide, que origina alteraciones en el órgano en el que se localiza,
evolucionando progresivamente a la atrofia del mismo.
La estructura física del amiloide está formada mayoritariamente por componentes
fibrilares (fibrilla amiloidea), que derivan de proteínas séricas y por componentes no
fibrilares
como glicosaminoglicanos (heparán-sulfato entre otros), componente P
amiloide del suero (de la familia de la proteína C reactiva) y apolipoproteínas E y J.
La amiloidosis se clasifica según la naturaleza de la proteína precursora. La
amiloidosis primaria o idiopática (AL) y la secundaria o reactiva (AA) son los tipos
más frecuentes. En la AL las fibrillas están compuestas por fragmentos de cadenas
ligeras monoclonales (más frecuentemente λ) pudiendo estar asociada al mieloma
múltiple o a la MW mientras que la AA está relacionada con una enfermedad
inflamatoria subyacente, siendo la más frecuente la artritis reumatoide.
Los pacientes con AL presentan menos del 20% de células plasmáticas en médula
ósea, muestran proteinuria de Bence Jones moderada y las manifestaciones clínicas
(síndrome nefrótico, hepatomegalia y fallo cardíaco) son debidas a la acumulación de
las fibrillas en los distintos tejidos. Raramente evoluciona a MM (14).
3.5. Enfermedad de las cadenas pesadas
La enfermedad de las cadenas pesadas es un trastorno linfoproliferativo de células B
que se caracteriza por la producción de un CM anómalo, compuesto por moléculas
incompletas de cadenas pesadas desprovistas de cadenas ligeras. Estas proteínas
672
anómalas pueden derivar de las cuatro clases de cadenas pesadas, α, γ, μ y δ (hasta
la fecha no se ha comunicado ningún caso de enfermedad de cadenas pesadas ε). La
enfermedad de cadenas pesadas α es la más frecuente de las cuatro, la enfermedad
de cadenas γ presenta una frecuencia intermedia mientras que la enfermedad de
cadena µ y δ son muy raras. Las principales características de cada tipo se muestran
en la tabla 3 (15,16).
Enfermedad
FranKlin
(Hγ)
Adulto
Enfermedad
Forte
(Hμ)
Adulto
Enfermedad
Vilpo
(Hδ)
Anciano
Infecciones
repetición
++
Enfermedad
Seligmann
(Hα)
Adulto joven
(<30 años)
Síndrome
malabsorción
-
Propios LLC
Propios MM
+/-
-
+
-
+/-
-
Esplenomegalia
+
-
+
-
Cadena pesada
Fracción Fc
cadena γ
+
Fracción Fc
cadena α
+
Polímeros
cadena μ
+
Tetrámeros
cadena δ
+
Edad
Síntomas
Adenopatías
periféricas
Hepatomegalia
Banda
homogénea
Proteinuria
de
Bence Jones
Aspirado
Células
medular
linfoplasmocitarias
-
+ (60% de
los casos, κ)
Normal
Células
Infiltración
plasmáticas
plasmática
vacuoladas
Tabla 3. Características de las enfermedades de las cadenas pesadas (15)
3.6. Enfermedad por depósito de inmunoglobulinas
Esta enfermedad es secundaria al depósito de cristales de Ig monoclonal o sus
componentes en determinados tejidos. Las mayores complicaciones se deben al
depósito de dichas Ig en los glomérulos, causando un síndrome nefrótico y
posteriormente, insuficiencia renal (1).
673
3.7. Mieloma múltiple (MM)
El MM se caracteriza por la proliferación neoplásica de un clon de células plasmáticas
que producen un CM mayor de 3 g/dL que es liberado a la sangre, y de aquí
posiblemente a la orina. Habitualmente en la médula ósea hay entre un 1% y un 2%
de células plasmáticas. En el MM este porcentaje aumenta por encima de un 10%
afectando no sólo a la médula ósea sino también a múltiples localizaciones (14).
Representa el 1% de todos los cánceres y aproximadamente el 10% de las
enfermedades hematológicas malignas. La relación hombre/mujer es 1.4:2 y, con
respecto a la raza, presenta mayor incidencia la afroamericana que la caucasiana,
pero estas diferencias no están totalmente aclaradas. La edad media de aparición se
sitúa en los 66 años y sólo un 15 y un 2% de los casos se diagnostica antes de los
50 y de los 40 años, respectivamente. La mejoría de las técnicas diagnósticas, así
como el aumento de la esperanza media de vida de la población general explicaría, al
menos en parte, el aumento de la incidencia en las últimas décadas (14,17).
No se conocen con exactitud las causas del MM. Parece que algunos grupos de
población podrían tener más predisposición al estar en contacto con ciertos agentes
tóxicos, por ejemplo, productos químicos de la agricultura, el gas mostaza utilizado
con fines bélicos o la exposición a radiación. También han sido implicados varios
virus entre los que se incluyen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), los
virus de las hepatitis y el virus herpes tipo 8. Por otro lado, se ha observado que una
pequeña proporción de casos son de origen familiar. Se ha descrito que el riesgo de
desarrollar MM es aproximadamente 3,7 veces superior en personas con un familiar
de primer grado afectado (14).
674
La mayoría de las manifestaciones clínicas derivan de la acumulación de las
células plasmáticas en la médula ósea o en distintos tejidos y de la presencia del CM:
 Los dolores óseos son el síntoma más frecuente del mieloma; aparecen en casi el
70% de los pacientes. Las lesiones óseas están causadas por la proliferación de las
células tumorales y por la síntesis en las células del mieloma de los factores
activadores de los osteoclastos.
Las lesiones óseas son de carácter lítico y rara vez se asocian a formación
osteoblástica de hueso nuevo. Esta osteolisis provoca la movilización del calcio óseo
y la consiguiente hipercalcemia aguda o crónica.
 La predisposición a padecer infecciones es quizás el rasgo más característico junto
con la afectación ósea. Los factores que favorecen el desarrollo de infecciones son
diversos. Los pacientes con MM tienen hipogammaglobulinemia difusa, si se excluye
el CM, que está relacionada con la menor producción y la mayor destrucción de los
anticuerpos normales, especialmente frente a los antígenos de tipo polisacárido,
como los que existen en las paredes de las células bacterianas. Por otro lado, puede
haber un descenso de los linfocitos T CD4+, alteraciones en las funciones del
complemento, y los granulocitos contienen poca lisozima en los pacientes con
mieloma. Los agentes patógenos más habituales son Streptococcus pneumoniae,
Staphylococcus aureus y Klebsiella pneumoniae en las infecciones pulmonares y
Escherichia coli y otras bacterias gramnegativas en las del tracto urinario.
 Alrededor del 80% de los pacientes presentan anemia que suele ser normocítica y
normocrómica y está relacionada con la sustitución de los elementos de la médula
ósea por las células tumorales en expansión y con la inhibición de la hematopoyesis
secundaria a los productos elaborados por el tumor. Además, pueden existir
675
trastornos de la coagulación por falta de funcionamiento correcto de las plaquetas
recubiertas de anticuerpos o por la interacción del CM con los factores de la
coagulación I, II, V, VII u VIII (18).
 Si el CM forma crioglobulinas (Ig monoclonales o policlonales que precipitan con el
frío) pueden aparecer alteraciones circulatorias y el fenómeno de Raynaud. La
crioglobulinemia es una forma especial de vasculitis sistémica, englobada en el
subgrupo de las vasculitis mediadas por inmunocomplejos. La clasificación de las
crioglobulinemias fue llevada a cabo por Brouet en 1983 (tabla 4):
Tipo de
Crioglobulinemia
Tipo I
(crioglobulinemia
monoclonal)
Características
Procesos Asociados
Ig monoclonales (IgM
la más frecuente)
Síndromes linfoproliferativos
Enfermedades autoinmunes,
Tipo II
Ig monoclonales
infecciones crónicas, síndromes
(crioglobulinemia
anti-IgG y policlonales. linfoproliferativos, enfermedades
mixta)
del tejido conectivo
Tipo III
(crioglobulinemia
Ig policlonales
Los mismos que el tipo II
mixta policlonal)
Tabla 4. Clasificación de las crioglobulinemias (1)
En la mayoría de los casos es de etiología desconocida (enfermedad de las
crioaglutininas idiopática), a excepción del tipo II que está ampliamente causada por
el virus de la hepatitis C. Aparecen frecuentemente en personas de edad avanzada
(1).
 Dependiendo de las propiedades físicas del CM (sobre todo con las paraproteínas
IgM, IgG e IgA) pueden aparecer síndromes de hiperviscosidad. La hiperviscosidad
se define como el aumento de la viscosidad relativa del suero en comparación con la
del agua. Normalmente, la viscosidad relativa del suero es de 1,8, es decir, el suero
es casi dos veces más viscoso que el agua. Los síntomas de hiperviscosidad aparecen
676
cuando esa cifra llega a 5 o 6, algo que suele ocurrir cuando las concentraciones de
paraproteínas son de alrededor de 4 g/dL para la IgM, de 5g/dL para la IgG, y de 7
g/dL para la Ig A.
 En el 25% de los pacientes con MM aparece insuficiencia renal, y más de la mitad
presentan alguna afectación renal. La hipercalcemia es la causa más frecuente, pero
también contribuyen a la patología renal el depósito de sustancia amiloide en los
glomérulos, la hiperuricemia, las infecciones repetidas, la infiltración del riñón por las
células mielomatosas y las lesiones tubulares asociadas a la excreción de cadenas
ligeras. En condiciones normales, las cadenas ligeras filtradas por los glomérulos se
reabsorben en los túbulos y se catabolizan en ellos. Sin embargo, si la cantidad de
cadenas ligeras aumenta, provocan lesiones de las células tubulares, ya sea por
acción tóxica directa o indirectamente por la liberación de enzimas lisosómicas
intracelulares. La manifestación más precoz de esta lesión tubular es el síndrome de
Fanconi del adulto.
 Los síntomas neurológicos aparecen en una minoría de pacientes y sus causas son
numerosas. La hipercalcemia produce letargo, debilidad, depresión y confusión
mental. La hiperviscosidad puede originar cefalea, fatiga, trastornos visuales y
retinopatía. Las lesiones y colapsos óseos producen a veces compresión de la médula
espinal y dolores radiculares (18).
En 2003 el Grupo de Trabajo Internacional del Mieloma publicó los 3 criterios que
deben presentar los pacientes para el diagnóstico del MM (17):
 Células plasmáticas en médula ósea mayor del 10% o plasmocitoma demostrado
por biopsia.
 Presencia de un CM en suero o en orina.
677
 Disfunción orgánica relacionada con mieloma, específicamente:
a) Hipercalcemia: calcio sérico mayor de 11,5 mg/dL.
b) Insuficiencia renal: creatinina sérica mayor de 2 mg/L o aclaramiento de
creatinina menor de 40mL/min.
c) Anemia: normocítica, normocrómica con un valor de hemoglobina menor de
10 g/dL o 2 g/dL por debajo del límite inferior de normalidad.
d) Lesiones óseas: osteopenia severa, lesiones osteolíticas o fracturas severas.
Las pruebas de laboratorio obligatorias para el diagnóstico de MM son:
 Biopsia de médula ósea: el examen citomorfológico es necesario para demostrar la
presencia de plasmocitosis. El infiltrado suele ser superior al 10%, pero cifras
inferiores no descartan el diagnóstico si se demuestra la presencia de células
plasmáticas monoclonales. Además, con la biopsia de médula ósea se pueden
estudiar las células plasmáticas mediante diferentes técnicas cuyos resultados tienen
valor pronóstico como son el inmunofenotipo y la citogenética.
Con respecto al inmunofenotipo, la distinción entre célula plasmática normal o
neoplásica se establece por la presencia de anomalías fenotípicas, como ausencia de
CD19 o presencia de CD56, CD13, CD33 o CD117. Además, la presencia o ausencia
de ciertos antígenos se ha relacionado con el pronóstico. Así, los MM CD117 se
podrían asociar a un pronóstico favorable mientras que los CD20+ y CD45+
presentarían peor pronóstico. Sin embargo, la mayor utilidad del inmunofenotipo es
su aplicación en el estudio de la enfermedad mínima residual, ya que dada su
sensibilidad y rapidez permiten detectar pequeñas cantidades de células, como
ocurre tras el tratamiento (19).
678
El estudio citogenético debe incluir el cariotipo y el análisis por hibridación in situ con
fluorescencia (FISH). Las anormalidades más relevantes y con peor pronóstico son la
del(13q) en el cariotipo y t(11;14), t(4;14), t(14;16), t(6;14), t(14;20) y del(17p)
detectadas por FISH (17).
 Sistemático de sangre: más del 50% de los pacientes con MM presentan anemia,
leucopenia en más del 30% y trombocitopenia en el 20%. En la extensión de sangre
periférica se observa el fenómeno de rouleaux (hematíes agrupados como “pilas de
moneda” que es característico en pacientes con niveles elevados de proteínas en
suero) y que contribuye al aumento de la velocidad de eritrosedimentación presente
en las GM (14).
 Bioquímica general para la determinación de creatinina, calcemia, LDH (refleja el
recambio celular y se incrementa en formas muy agresivas), proteína C reactiva y
beta-2-microglobulina (β2M). La elevación de la concentración en suero de ésta
última es indicativa de una gran carga tumoral o de insuficiencia renal, y constituye
uno de los principales marcadores pronósticos de la enfermedad (19) porque
permite, junto con la medida de la concentración en suero de la albúmina (ALB), el
estadiaje del MM.
El sistema de estadiaje más utilizado ha sido el de Durie y Salmon pero actualmente
este ha sido sustituido por el sistema de estadiaje internacional que se muestra en la
tabla 5:
679
Estadio
Valores
ESTADIO I
β2M <3.5 mg/L y ALB ≥3.5 g/dL
ESTADIO II
β2M <3.5 mg/L y ALB <3.5 g/dL o β2M 3.5-5.5 mg/L
ESTADIO III
β2M >5.5 mg/L
Tabla 5. Sistema de estadiaje internacional para el mieloma múltiple (20)
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las proteínas monoclonales circulantes
interfieren en algunos tests realizados en analizadores automáticos líquidos, bien por
precipitación durante el análisis o por propiedades específicas de unión. Los
artefactos más comunes son la disminución de los valores de HDL colesterol, el
aumento de la bilirrubina y la ateración de la medida de fosfato inorgánico (14).
 Electroforesis de proteínas e inmunofijación en suero y orina: la presencia de un
CM en suero u orina es uno de los principales criterios para el diagnóstico de MM. El
97% de los pacientes presentan un CM que puede ser detectados por electroforesis
del suero o de la orina. La frecuencia de los distintos isotipos es la siguiente: IgG en
el 45 a 55% de los casos, IgA en el 15 a 25%, IgM en el 7 a 20% (incluyendo MW),
IgD en el 0,5 a 1% e IgE aparece raramente (<0,01%). Con respecto a la cadena
ligera se conoce que la proporción de cadenas κ frente a λ es de 2:1, con la
excepción del mieloma IgD donde las cadenas libres λ son más frecuentes (14).
Entre el 5 y el 15% de los MM se caracterizan por carecer de cadena pesada y sólo
presentar cadenas ligeras libres en orina (proteínas de Bence Jones), denominándose
MM de Bence Jones o de cadenas ligeras, y en el 3% de pacientes no se detecta CM
en el suero ni en la orina en el momento del diagnóstico (MM no secretor).
680
Los mielomas biclonales se caracterizan por la presencia de dos CM con diferente
movilidad electroforética que presentan dos cadenas pesadas, diferentes o del mismo
isotipo y la misma clase de cadena ligera o bien distinta cadena ligera. Tiene una
frecuencia muy baja según la literatura médica (2%), siendo lo más habitual su
aparición después del trasplante de médula ósea (14).
Hay que destacar que tras el tratamiento farmacológico o con el transplante de
células hematopoyéticas se han observado cambios en el tipo de proteína
monoclonal secretada.
3.8. Formas clínicas especiales de MM
 Mieloma múltiple quiescente (MMQ) o Smoldering multiple myeloma.
El diagnóstico de MMQ se basa en la presencia de CM mayor de 3 g/dL en suero o
más del 10 % de células plasmáticas en la médula ósea, en ausencia de anemia e
insuficiencia renal y de lesiones esqueléticas. El riesgo de la progresión a MM es del
10% por año (19). Para predecir la evolución a un MM se usan los dos modelos para
la estratificación del riesgo de progresión comentados en el GMSI. En este caso la
Clínica Mayo considera como factores de riesgo la presencia de: una concentración
de CM superior a 3 g/dL, más del 10% de células plasmáticas y un ratio anormal de
cadenas ligeras libres en suero (10).
 Plasmocitoma solitario (Mieloma solitario)
Tumoración de células plasmáticas localizada en una región ósea (columna, esternón
parrilla costal, huesos largos), sin infiltración de médula ósea por el mieloma. La
electroforesis IFE en suero y orina puede no detectar proteína monoclonal. La
supervivencia suele ser larga (mayor de 10 años), pero un tercio de los casos
evoluciona a mieloma sintomático (19).
681
 Plasmocitoma extramedular
Es un tumor de células plasmáticas que se origina fuera de la médula ósea,
generalmente el tracto respiratorio superior o en el aparato gastroduodenal. Los
plasmocitomas pueden asentar en cualquier órgano y extenderse y transformarse en
mieloma múltiple. Predomina la proteína monoclonal IgA. Un 15 % de los pacientes
pueden desarrollar un MM (19).
En la tabla 6 se muestran de forma resumida los principales parámetros de
laboratorio y manifestaciones clínicas que pueden ayudar en el diagnóstico
diferencial de las distintas gammapatías.
CM
BMO
Hipercalcemia
IR
Anemia
Afectación ósea
GMSI
<3g/dl
<10%
No
No
No
No
MW
IgM
≥10%
No
Rara
Si
No
SP
<2g/dl
<5%
No
No
No
Si
AM
<2g/dl
<10%
No
Sd Nefrótico
Infrecuente
No
MM
≥3g/dl
≥10%
Si
Si
Si
Si
MNS
0
≥10%
Si
Si
Si
Si
MMQ
≥3g/dl
≥10%
No
No
No
No
PS
0
<10%
No
No
No
Si
PM
0
<10%
No
No
No
Si
Tabla 6. Principales parámetros de laboratorio y manifestaciones clínicas para el diagnóstico
diferencial de GM (1). (GMSI: Gammapatía de Significado Incierto; MW: Macroglobulinemia de
Waldeström; SP: Síndrome POEMS; AM: amiloidosis primaria; MM: Mieloma Múltiple; MNS: MM no
secretor; MMQ: Mieloma Múltiple Quiescente; PS: Plasmocitoma Solitario; PM: Plasmocitoma Mútiple).
682
4. SEGUIMIENTO EN EL LABORATORIO DE LAS GM
Existe un documento de consenso entre la Sociedad Española de Química Clínica
(SEQC) y el Grupo Español de Mielomas de la Asociación Española de Hematología y
Hemoterapia (AEHH), publicado en 2009, acerca del seguimiento que se debe
realizar en los pacientes con GM. Los intervalos del seguimiento se presentan en la
tabla 7 y dependerán de si el paciente sigue un tratamiento o no y del riesgo de
progresión en cada caso. Por ejemplo, los pacientes con CM de clase IgA o IgM,
tienen un mayor riesgo de progresión. En cada revisión del paciente se deberá
realizar una electroforesis para observar la evolución del proteinograma y la
cuantificación del componente monoclonal. No será necesario repetir el tipaje del
CM a menos que se haya producido algún cambio cualitativo en el pico (3).
GMSI
MM no tratado
Alto riesgo
Bajo Riesgo
Alto riesgo
Bajo Riesgo
6 meses
12 meses
1-3 meses 6 meses
MM con tratamiento
1º A las 4-5 semanas
2º Cada mes
3º Cada 3 meses si
buena respuesta
Tabla 7. Seguimiento de las GM en el laboratorio propuesto según protocolo de la SEQC
2009 (3)
683
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