Algunas reflexiones acerca del concepto de capital social y

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En la última década, el concepto de capital social se instaló y expandió con
rapidez y sin demasiada clarificación de su status teórico y alcances empíricos
pasando a ser un nuevo ingrediente de política pública social, en particular la de
superación de la pobreza. En la actualidad son pocos los programas y proyectos
sociales de desarrollo que en su fundamentación, objetivos y/o diseño no hagan
referencia al término capital social. La expresión se utiliza con mucha ambigüedad,
lo que resta precisión a programas y proyectos y la transforma en un concepto de
poca utilidad práctica. Sin embargo, es un concepto que ha tenido un claro
atractivo, motiva seminarios y publicaciones especializadas y abre diálogo entre
áreas disciplinarias que con frecuencia no encuentran un idioma común, por
ejemplo, la sociología y la economía.
La difusión de la mirada de capital social se expande en el marco de una
disciplina, la economía, y de instituciones internacionales dominadas por ésta. En
la ortodoxia económica los individuos se mueven y deciden en un vacío social,
siguiendo motivaciones personales de utilidad y beneficio. El lente de capital social
da cuenta de un re - descubrimiento y una incorporación tímida de variables
sociales y culturales, que estuvieron muy presentes en los análisis de los
iniciadores de esta disciplina, como entre otros lo recuerda Polanyi en la Gran
Transformación.
Algunas reflexiones acerca del concepto de capital social y desarrollo
A.
Necesidad de precisar el concepto de capital social
El concepto de capital social refiere a las relaciones sociales, los vínculos y la
sociabilidad. El concepto se alimenta de lo que es el corazón de la sociología: los
vínculos entre la persona y la sociedad, la acción social, cómo vivir en común,
cómo actuar en forma cooperativa para alcanzar propósitos comunes o
compartidos, como evitar la fragmentación y atomización. Sobre estos asuntos
trata el capital social, al punto que en algunos documentos emanados del Banco
Mundial lo califican como un elemento que aporta al “pegamento” de la sociedad.
1
Hasta aquí, sin embargo, el concepto no sería más que un nuevo nombre para lo
que desde siempre ha sido la preocupación de la sociología: los vínculos sociales.
En efecto, el capital social se realiza y manifiesta a través de relaciones sociales,
pero lo que le da especificidad es la noción de capital en el sentido económico del
término. Esto es, en cuanto recurso que puede ser activado para generar mayor
riqueza, entendida como bienestar y éxito en los emprendimientos de los
individuos, grupos o sociedades. Desde ya cabe consignar que el bienestar y éxito
no es sólo material y tangible, sino que tiene importantes componentes no
tangibles como por ejemplo el reconocimiento, aceptación, influencia, poder y
control.
El capital social se suma a los recursos productivos tradicionalmente reconocidos:
recursos naturales, capital físico, capital financiero y capital humano (educación,
experiencia, habilidades sociales, información y conocimiento). Los recursos
naturales, físicos y financieros están fuera de las personas, el capital humano es
de la persona a título individual, es su capacidad y formación, ésta lo acumula y es
difícil que lo transfiera en el corto plazo a otra persona. El capital social, por su
parte, se deposita en las relaciones sociales. Su activación no depende de una
sino de dos o más personas. Tanto su activación, como los beneficios que aporta
dependen de las características de las relaciones sociales y de a quienes
conectan. Las relaciones sociales que son base de capital social suponen una un
marco de confianza y reciprocidad y se traducen en un actuar conjunto:
cooperación para lograr propósitos o fines comunes.
La literatura sobre capital social hace numerosas distinciones, las que presentan
notables ambigüedades, diferencias y en ocasiones contradicciones acerca del
contenido, significado y ámbito del concepto. Algunos plantean el capital social a
nivel de las relaciones sociales que tienen lugar (nivel de conductas) mientras que
otros plantean a nivel sociocultural y normativo, aludiendo al contextos que
favorecen o no favorecen el actuar con otros, la cooperación para encontrar
respuestas a problemas compartidos. Algunos relevan el aporte del capital social a
la integración social y otros afirman que no todo el capital social ni todos los tipos
2
de capital social tienen necesariamente efectos positivos. El capital social a veces
se define por sus funciones (para qué sirve), y otras veces por sus condicionantes
(qué se requiere para que se desarrolle). Hay quienes ponen atención en las
relaciones sociales que se movilizan y quienes relevan los resultados que se
obtienen. Algunos lo visualizan como un stock o acumulación de confianza y
expectativas de reciprocidad y otros como un flujo de relaciones e intercambios.
Algunos autores privilegian cuestiones de entorno o contexto que posibilitan el
desarrollo de determinadas formas de sociabilidad, mientras otros examinan las
relaciones sociales propiamente tales. Algunos otorgan un papel crucial a las
reglas formales y a las instituciones, mientras otros ponen el acento en los
aspectos cognitivos asociados a la interiorización de normas y reglas informales.
Algunos afirman que se puede crear capital social, otros afirman lo contrario. El
capital social favorece la acción colectiva, pero no toda acción colectiva es
manifestación de capital social. Para algunos su uso reiterado no contribuye a
menguarlo o extinguirlo, como en otras formas de capital, sino a acrecentarlo: la
reiteración de la experiencia produciría más confianza y ésta a su vez, mayores
intercambios y beneficios; para otros, eso no es necesariamente así y el capital
social se puede deteriorar con su uso. Se entiende que la presencia de capital
social significa lazos entre las personas que favorecen los emprendimientos y la
colaboración, hacen más denso el tejido social y contribuyen, de esta forma, a
construir una mejor sociedad. No obstante, también se sostiene que el capital
social de algunos grupos moviliza el capital social de otros, pudiendo producir
conflictos, relaciones clientelares, divisiones sociales.
Pese a la amplia gama de miradas, es posible consignar algunos importantes
puntos de acuerdo:

El capital social contiene recursos o activos que permiten ampliar las
oportunidades de las personas.

Entre los beneficios que se atribuyen al capital social los hay de índole
económica o material y de índole socio política.
3

El capital social constituye un bien público, en el sentido que no es
propiedad de nadie en particular y que nadie puede llevárselo o
manipularlo a su entera voluntad

El capital social tiene en consideración aspectos subjetivos, valóricos y
culturales, tales como las expectativas, creencias y valores respecto al
otro y a las posibilidades de actuar en común y se asocia a los
conceptos de confianza, reciprocidad y cooperación

El capital social se encuentra enmarcado por un conjunto de reglas
formales o informales, que de ser internalizadas y repetidas, se
institucionalizan.

El capital social es un intangible y resulta difícil de diagnosticar y medir
Otra faceta del análisis sobre el capital social es que éste debe
comprenderse en el marco de su contexto histórico específico. El capital social,
cualquiera sea su tipo, al ser parte de las relaciones e interacción social, se
refuerza o debilita en el proceso de interacción. Hay contextos históricos y
culturales mas y menos propicios. La historia, la experiencia pasada, y los
cambios constantes en el entorno y en la estructura de oportunidades transforman
constantemente la situación de capital social de un grupo.
El capital social no es único ni homogéneo. Hay tipos o formas distintas de capital
social según las características de las relaciones sociales que lo generan, materia
que es relevante de tener en cuenta a la hora de planificar programas de
desarrollo. Partiendo del trabajo pionero de Granovetter (1973) quien plantea las
"fortalezas de los lazos débiles", se ha planteado la diferencia entre el capital
social que se deriva de lazos fuertes y capital social que deriva de lazos débiles.
Los lazos fuertes son relaciones sociales informales, cara a cara, recurrentes en la
vida cotidiana y cargadas de afectividad. Los lazos débiles, por su parte, son los
que conectan a las personas, familias, grupos con otros fuera mas allá del grupo
unido por lazos fuertes. Mientras los lazos fuertes son un refugio y apoyo ante
condiciones difíciles, forman a la persona y están en el origen de emprendimientos
4
del grupo para mejorar sus condiciones de vida, los lazos débiles son menos
densos, recurrentes o cotidianos pero conectan con otros, muchas veces, con una
experiencia e historia distinta, con recursos distintos a los del grupo, los que
combinados con los de éste, conforman un capital social que favorece la
superación de la pobreza. Los grupos y segmentos de población para los cuales
los lazos fuertes son definitorios, encierran al grupo sobre si mismo y dificulta que
superen su situación. Siguiendo esta línea, el Banco Mundial (Woolcock, 1998; y
Narayan, 1999) distingue entre capital social del tipo "bonding" (de unión), que
equivale a lazos fuertes, y capitales de tipo "bridging" (puente) y "linking"
(escalera). El capital social del tipo puente establece vínculos extensos
horizontales que se dan en organizaciones asociativas de segundo nivel y que
usualmente constituyen alianzas y coaliciones. El capital social del tipo escalera
facilita relaciones de cooperación en las que el poder y grado de control de una de
las partes es mayor que el de otras. Estas relaciones generan mayores
posibilidades de intercambio pues se abren a otros grupos con cuotas mayores de
recursos y poder. Es posible que estas relaciones tomen las características de
clientelismo, pero no necesariamente es así.
El capital social "puente" y "escalera" representaría capital que se deriva de lazos
débiles. Es una acción cooperativa con personas menos cercanas que mueven y
tienen ámbitos de intercambio más amplios, abre el mundo y la mirada a nuevas
posibilidades, facilita el acceso a recursos nuevos y aumenta las posibilidades de
superar situaciones de pobreza.
Durston (1999, 2002) señala que la unidad que posee activos de capital social
puede ser el individuo, el grupo, la comunidad y la sociedad y diferencia entre:
Capital social individual, se refiere a las relaciones de confianza y reciprocidad que
tiene la persona y de la cual deriva beneficios. Por ejemplo, relaciones al interior
de la familia, redes de búsqueda de trabajo, de apoyo para el cuidado de los hijos,
etc. Son relaciones con características de un contrato diádico y que se extienden a
través de redes egocentradas. Estas redes pueden ser entre iguales (compañero
5
de trabajo, vecino) o con personas en otra posición social. Algunas son de lazos
fuertes y otras débiles.
Capital social grupal, se trata de diversas redes egocentradas que se cruzan de
modo que todos se conocen, son amigos, hay una experiencia compartida, alta
confianza y reciprocidad frecuente. Dominan los contactos cara a cara. Se trata
casi siempre de redes entre iguales y de lazos fuertes (relaciones familiares,
círculo de amigos más cercanos). Es el grupo el que deriva beneficios de su unión
y trabajo conjunto.
Capital social comunitario tiene un asiento territorial o funcional. La membresía no
depende del reclutamiento de una persona sino de una vecindad estable o de una
comunidad de intereses definida por un objetivo común. Internamente hay
relaciones fuertes y débiles. El capital social comunitario puede haberse generado
por experiencias exitosas de trabajo colaborativo en el pasado. Cuando su
acumulación es significativa, existe como costumbre casi natural, contando con
estructuras normativas implícitas. Cuando es más nuevo, requiere acuerdos en
cuanto a objetivos comunes, compromisos claros, liderazgo, división del trabajo,
reglamentación y sanciones explícitas.
Capital social societal, referido a activos intangibles que configuran un contexto
más o menos favorable a la existencia y generación de capital social, por ejemplo,
el predominio de relaciones sociales competitivas o cooperativas, cerradas o
abiertas, inclusivas y tolerantes o excluyentes o discriminatorias de otros.
Sintetizando, en este texto se adopta la siguiente definición de capital social:
Capital social es el conjunto de relaciones sociales asociativas y de cooperación basadas
en la confianza y la reciprocidad que permiten a las personas, en este caso los sectores y
segmentos pobres, ampliar su campo de oportunidades al derivar de él activos y
beneficios individuales y grupales.
6
B.
Capital social y sus similitudes y diferencias con otros conceptos
Resulta importante diferenciar capital social de otros conceptos con los cuales a
veces se confunde, pero que desde nuestra perspectiva son distintos.
Capital social y relaciones sociales
No cualquier relación social es capital social. Capital social supone relaciones
sociales, formales o informales, que tienen cierta permanencia y regularidad, que
se cimientan en lazos de confianza y que apoyan la cooperación y la solución
conjunta de problemas. De ellas los participantes derivan beneficios individuales o
grupales y logran atraer otros activos a su entorno.
Capital social, capacidades y empoderamiento
Las capacidades y el empoderamiento individual (autoestima, habilidades
sociales, manejo de información, seguridad en sí mismo, etc.) son parte del capital
humano y no son capital social. Pueden, y en muchas ocasiones así ocurre, ser
materia prima o insumo que colabora a la expansión del capital social.
Capital social y participación social
La participación social es a la vez, tanto un fin de la política social, en cuanto
refleja a la “ciudadanía en acción” (habitantes que conocen y asumen sus
derechos y deberes), como un medio que contribuye a ampliar dicha ciudadanía y
a mejorar la sintonía entre la política pública y las necesidades y prioridades de los
habitantes. De esta forma, la participación social construye ciudadanía y colabora
para que las políticas y programas sean más pertinentes, eficaces y sustentables.
La participación se asocia muchas veces con la promoción del trabajo grupal y
asociativo en los sectores pobres.
La participación social se refiere al involucramiento directo y activo de los
ciudadanos en iniciativas o proyectos de bien común. Principalmente se realiza en
el ámbito comunitario dando cuenta de una motivación socio territorial por incidir
en la vida del lugar. Se vincula también a proyectos de desarrollo que instalan las
políticas sociales. La participación se liga al capital social. Sin embargo, per se no
es constitutiva de capital social y puede darse el caso de acciones de interés
8
estrictamente individual, de trayectorias de carácter político o de espacios de
liderazgo alejados de los ámbitos de la confianza y la reciprocidad.
Capital social, ciudadanía y compromiso cívico
El concepto de ciudadanía se vincula a derechos y deberes de las personas. El
concepto se entrecruza, pero es distinto, al de capital social. Ambos se asocian a
umbrales de dignidad y calidad de vida. Ciudadanía refiere a los derechos y las
responsabilidades de los ciudadanos y usuarios de las políticas públicas y a su
participación y control de la acción del Estado. Estando el capital social ligado a la
capacidad cooperativa de las personas, contiene una semilla fértil de expansión de
la ciudadanía y el interés y compromiso por los asuntos de bien público.
Capital social, sociedad civil y asociatividad
Se ha vinculado el concepto de capital social al de organizaciones y
asociaciones propias del área privada o no gubernamental incentivadas por
motivaciones de interés público. Estas entidades intermedias son eficientes
colaboradoras de las redes ciudadanas, pero en sí mismas no necesariamente
son portadoras de capital social. En este sentido el número de estas
organizaciones no es indicador de capital social.
Capital social, organización social y organización comunitaria
En principio, la existencia de organizaciones sociales (funcionales y territoriales)
constituye una señal de presencia de capital social asumiendo que en la
interacción que las sustentan existen bases de confianza y reciprocidad y que su
principal lógica es la cooperación. Sin embargo, éstas no necesariamente
constituyen un depósito de capital social. Pueden surgir como respuesta a
demandas del Estado, tener un carácter meramente instrumental y operar sobre
bases de control más que de cooperación. El registro del número y tipo de estas
organizaciones no constituye un indicador de capital social por sí mismo. Es
necesario complejizar el análisis evaluando las bases de reciprocidad y confianza
que sustentan a estas asociaciones, y la capacidad que tienen de movilizar activos
para sus participantes.
9
Capital social y redes sociales
El término red social se utiliza profusamente en el ámbito de la política social
y se restringe con cierta frecuencia al conjunto de beneficios contenidos en los
programas sociales. Esta comprensión de red social no es capital social.
Otras veces se habla de red social cuando un conjunto de instituciones o
organizaciones se proponen trabajar coordinadamente. Tampoco es capital social
en el sentido definido.
Una red social es capital social cuando los actores involucrados en la relación de
intercambio acarrean distintos tipos de recursos, los que en la red se disponen
para que estén al acceso de otros. Estos recursos pueden ser parte del capital que
tiene cada uno de los actores que entran en relación (capital humano), pero
también existen recursos que están incrustados en las redes de otros actores con
los que se interactúa, sobre los cuales se tiene acceso directo o indirecto. Las
redes tienen por tanto, la capacidad de ampliar el espectro de recursos de que
dispone cada uno de los agentes que la componen, poniendo la experiencia propia
a la disposición de otros para el logro de objetivos y metas comunes (Nan Lin,
2001).
C.
Beneficios o resultados del capital social
Los beneficios que genera el capital social pueden organizarse en tres tipos:
i.
económicos y materiales, los que permiten acceso a mejores niveles de
bienestar;
ii.
sociales y culturales, los que generan beneficios en el ámbito de la
integración social; y
iii.
políticos y cívicos, los que colaboran a alcanzar mayores de cuotas de
poder e influencia social.
10
Cuadro 1.
TIPOS DE BENEFICIOS QUE PUEDE GENERAR EL CAPITAL SOCIAL SEGÚN UNIDAD EN QUE LOS GENERA.
Ejemplos
TIPO ACTIVOS O BENEFICIOS
INDIVIDUAL
GRUPO O COMUNIDAD
BIENESTAR
Beneficios económicos y materiales
 Acceso a información útil para encontrar
o mejorar la condición laboral
 Acceso a activos económicos (vivienda,
equipamiento, ámbito)
 Préstamos informales de dinero o
sistemas informales de crédito
 Acceso
a
iniciativas
productivas
colectivas
(microempresas,
cooperativas)
 Intercambio de bienes y enseres
 Desarrollo personal y adquisición y
realización de destrezas y aptitudes
 Ampliación del mundo de referencia
 Conocimiento e información
 Sentimientos de utilidad y valoración
personal
 Reconocimiento y aceptación social
 Incremento del desarrollo económico- 
social de la comunidad consecuencia
de nuevos emprendimientos colectivos 
 Desarrollo de proyectos comunitarios
 Mayor sustentabilidad de los proyectos 
 La comunidad atrae más recursos
económicos y materiales
Se incrementan los intercambios y
emprendimientos
Contribuye
al
desarrollo
económico
Contribuye
a
la
generación
clusters productivos




Mejora la calidad de los vínculos
sociales
Estimula
la
creatividad
y
emprendimientos sociales
Protege de riesgos de fractura
social
Contribuye a instalar sentimientos
de respeto y solidaridad
INTEGRACION SOCIAL
Beneficios sociales y culturales
PODER E INFLUENCIA SOCIAL
Beneficios políticos y cívicos
 Oportunidad de opinar e influir
 Ejercicio del derecho a petición y
reclamo
 Derecho y ejercicio de voz pública
 Aumenta la disposición a participar en
iniciativas de interés público
Se fortalece la vida social y comunitaria
Fortalece la identidad comunitaria
Permite acceder a servicios colectivos
Contribuye a la cohesión grupal
SOCIEDAD




 Mejora la capacidad de coordinación
entre diferentes agentes
 Mejora la capacidad de diálogo,
negociación y de generar acuerdos
 Mejora la interacción con el aparato
público y con otros agentes
 Potencia la capacidad de propuesta y
emprendimientos





Contribuye al civismo e inspira
virtudes cívicas
Fortalece el rol de la ciudadanía
activa
Contribuye a una mejor relación
entre la ciudadanía y el aparato
público
Fortalece la capacidad de control
ciudadano de la acción del Estado
Facilita la coordinación públicoprivado
Fuente. Serrano (2002).
11
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