Vulnerabilidad al delito y sentimiento de inseguridad en las grandes

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Pontificia Universidad Católica Argentina
Observatorio de la Deuda Social Argentina
“Vulnerabilidad al delito y sentimiento de inseguridad
en las grandes áreas urbanas de la Argentina: Factores
que influyen en el riesgo victimización y disparan el
miedo al delito.”
Coordinador: Agustín Salvia
Autora: Carolina Moreno
Índice temático
Introducción…………………………………………………………………………….3
El crecimiento del delito y del sentimiento de inseguridad………………………. 4
La inseguridad como disparador del miedo……………….………………………..6
Factores que influyen en la problemática del delito: miedo en el barrio,
presencia policial y tráfico de drogas……………………………………..………...7
Ficha técnica de la Encuesta de la Deuda Social Argentina del Bicentenario
(2010-2016)…………..……………………………………………………………….12
1
Resumen Ejecutivo
De acuerdo a los resultados de la EDSA-Bicentenario (2010-2016), la
inseguridad aparece como la mayor preocupación de la población urbana adulta de 18
años y más. Esto no sorprende ya que, tanto la delincuencia como el sentimiento de
inseguridad tuvieron durante la última década un crecimiento sistemático, afectando a
finales del año 2011 a 3 y a 8 de cada 10 personas, respectivamente. Es decir, en
promedio un tercio de la población adulta fue víctima él o algún miembro del hogar de
al menos un hecho delictivo que afectó su patrimonio o seguridad física. Al mismo
tiempo, más del 80% de la población dijo sentir inseguridad dado que era altamente
probable que fuera víctima de un delito.
El aumento del delito entre 2010 y 2011 tuvo como principal afectado al cuartil
superior de la escala socioeconómica y a los habitantes des zonas con trazado urbano de
nivel socioeconómico medio. Asimismo, se observa un mayor crecimiento de la
inseguridad en el Gran Buenos Aires que en las Ciudades del interior, producto del
crecimiento de la misma en la Ciudad de Buenos Aires (que pasó de 31,5% en 2010 a
36,3% en 2011, a la vez que se mantuvo estable en niveles cercanos al 27% en el
Conurbano Bonaerense). El sentimiento de inseguridad tuvo un comportamiento más
uniforme afectando de manera similar a la población adulta de los diferentes estratos y
condiciones residenciales analizadas.
Si se analiza la relación que existe entre la inseguridad efectiva y el sentimiento
de inseguridad se observa que éste último aumentó principalmente entre quienes fueron
víctimas de un hecho delictivo (pasando de 95,4% entre quienes sufrieron un delito a
76,7% entre quienes no sufrieron) sin encontrarse diferencias significativas según
estrato socioeconómico, condición residencial u aglomerado urbano. Por otra parte, el
50% de los hogares urbanos se sintieron inseguros en su propio barrio o vivienda. Al
mismo tiempo que también más de la mitad indicaron que no contaban con vigilancia
policial en la zona y el 36% reconocieron la presencia de venta o tráfico de drogas en su
barrio.
Un análisis según la condición socio-residencial de los hogares entrevistados
muestra que quienes padecieron tanto mayor presencia de venta o tráfico de drogas
como mayor temor al delito son los hogares más pobres o carenciados (25% del nivel
socio-económico inferior o habitantes de villas o asentamientos precarios). Asimismo,
se observan diferencias importantes en la distribución de la vigilancia policial ya que la
misma aumenta a medida en que se escala por estrato socioeconómico y/o por condición
socio-residencial.
Estos datos cobran relevancia al constatar que tanto la presencia de vigilancia
policial como la venta o el tráfico de drogas ejercen influencia sobre los niveles de
delito, miedo y sentimiento de inseguridad. El temor en el propio barrio o vivienda
aumenta en los hogares que no cuentan con efectivos policiales en la zona (de 36,6% en
presencia de los mismos a 49,2% en ausencia, en 2011) y también en donde hay venta,
tráfico o intercambio de drogas, ya que pasa de 35,7% entre quienes no perciben la
presencia de dicha problemática a 54,7%, entre quienes si la percibe.
2
Introducción
Diversas teorías de desarrollo humano y tratados internacionales de derechos humanos
reconocen el derecho a la seguridad e integridad corporal como un derecho humano
fundamental de los individuos. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(1966) establece que “todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personales” y la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) reconoce el
“derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona”. En este marco, los
Estados nacionales del mundo tienen una responsabilidad ineludible frente al problema
para con sus ciudadanos.
Anteriores estudios publicados por el Observatorio de la Deuda Social Argentina
relativos al problema de la inseguridad en las grandes áreas urbanas del país, dan cuenta
de un crecimiento sistemático del delito urbano y del sentimiento de inseguridad en
nuestro país. El objetivo del presente trabajo es describir y explicar dicha evolución y
algunos de los aspectos centrales que condicionan e influyen en la inseguridad urbana.
Para ello se presentan los resultados de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (20042009) y de la Encuesta de la Deuda Social Argentina del Bicentenario (2010-2016) en
torno al problema de la inseguridad desde su doble naturaleza: el haber sido víctima de
un hecho delictivo y el sentimiento de inseguridad o temor al delito, ya que ambas caras
tienen importantes consecuencias sociales y condicionan, de alguna manera, la calidad
de vida y la integración social de las personas.
De esta forma, se analiza el indicador de inseguridad efectiva que permite cuantificar la
proporción de población que ha sufrido un hecho delictivo personalmente o algún
miembro de su hogar, en el período comprendido por los doce meses anteriores a la
entrevista y el indicador de sentimiento de inseguridad que identifica a aquellas
personas que dicen experimentar temor a sufrir algún tipo de delito en el futuro cercano.
Asimismo, se estudia la influencia que ejerce la “presión ecológica” (Roche, 1998)1
sobre el miedo al delito dimensionando la percepción de la población analizada acerca
del grado de seguridad que existe en los barrios donde habitan.
Por su parte, el presente trabajo estudia como afectan las diferencias socio-residenciales
y de habitad urbano en los niveles de inseguridad efectiva y de miedo al delito. A su vez
se busca analizar la relación que existe entre delito y sentimiento de inseguridad y
algunos de los factores que influyen en el aumento de los mismos, teniendo en cuenta el
efecto de la llamada “presión ecológica”. Entre dichos factores, se analiza la influencia
que ejerce la presencia policial y la venta o el tráfico de drogas sobre la problemática de
la inseguridad.
1
Berggman, M y Kessler, G., Vulnerabilidad al delito y sentimiento de inseguridad en Buenos Aires:
determinantes y consecuencias. En Revista Desarrollo Económico, vol. 48 Nº 189-190, julio-setiembre /
octubre-diciembre, 2008.
3
El crecimiento del delito y del sentimiento de inseguridad
La figura 1 da cuenta de que la inseguridad aparece como la mayor preocupación de la
población de 18 años y más que reside en las principales áreas urbanas de Argentina.
Casi cuatro de cada diez entrevistados (36%) respondieron, en el año 2011, que la
inseguridad es el principal problema a resolver por parte de las autoridades del país.
Este hecho no sorprende ya que de acuerdo con los resultados presentados en las figuras
2 y 4, se produjo durante todo el período de análisis (2004-2011) un aumento constante
de la delincuencia y del sentimiento de inseguridad (pasando de 21,7% en 2004 a 29,3%
en 2011, la primera y de 68,4% a 82,2%, respectivamente, la segunda).
FIGURA 1: PROBLEMAS MAS IMPORTANTES DEL PAÍS
Año 2011
Población de 18 años y más. En porcentaje
6,7
6,9
7,6
36,0
INSEGURIDAD
POBREZA
EDUCACIÓN
DESEMPLEO
INFLACIÓN
CORRUPCIÓN
ECONOMÍA
14,8
16,4
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
FIGURA 2: HABER SUFRIDO UN HECHO DE DELINCUENCIA
Evolución 2004-2011
Población de 18 años y más. En porcentaje
40
30
24,6
26,2
26,8
2008
2009
28,4
29,3
2010
2011
22,8
21,7
20,9
2004
2005
20
10
0
2006
2007
Fuente: EDSA, Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
Cuando se compara el riesgo a sufrir un delito según estrato socio-económico y
condición residencial de la población de 18 años y más analizada (figura 3), se observa
que el mismo es mayor y creció más entre la población de sectores medios (25%
superior y habitantes de zonas con trazado urbano de NSE medio). Dichos sectores
fueron los más afectados por el crecimiento de la tasa de delitos durante el período de
estudio, pasando de 32,3% en 2007 a 34,8% en 2011 en el cuartil superior de la escala
socioeconómica, y de 26,8% a 32,5% respectivamente, en las zonas con trazado urbano
4
de nivel medio. Por el contrario, los niveles de delincuencia se mantuvieron
relativamente estables en torno al 20% en el cuartil inferior y en las villas o
asentamientos precarios. A pesar de ello, es importante resaltar que los sectores más
carenciados son quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad real o
sustantiva frente a la delincuencia, ya que la mayoría de las veces la sufren en su ámbito
residencial y porque el robo o el hurto, o incluso la violencia, los tienen entre sus
principales víctimas dado el mayor impacto que generan estos hechos en su presupuesto
familiar. A lo cual se suma la presencia de una mayor desigualdad socio-residencial
producto de las posibilidades de acceso a la seguridad privada que tienen los estratos
más acomodados.
Si se analiza la evolución de la inseguridad según aglomerado urbano, se observa que la
misma aumentó en mayor medida en el Gran Buenos Aires (pasando de 22,9% en 2007
a 27,8% en 2010 y a 29,1% en 2011) y se mantuvo estable en torno al 30% en las
Ciudades del interior. Sin embargo, en el último año de estudio (2011), no se hallan
diferencias significativas en los porcentajes registrados para ambos aglomerados
urbanos, manteniéndose los niveles de inseguridad cercanos al 30%. Si se comprara a
los entrevistados residentes en el Gran Buenos Aires se observa que los habitantes de la
Ciudad de Buenos Aires dijeron haber sufrido mayores hechos de delincuencia o
violencia durante el 2010 y 2011 que los del Conurbano Bonaerense. Asimismo, el
aumento de la inseguridad en dicho aglomerado fue impulsado principalmente por el
aumento de la misma entre los entrevistados porteños pasando de 31,5% a 36,3% en el
último bienio ya que en el Conurbano se mantuvo prácticamente sin cambios en niveles
cercanos al 27% (figura 3).
FIGURA 3: HABER SUFRIDO UN HECHO DE DELINCUENCIA SEGÚN CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Años 2007/2010 y 2011
Población de 18 años y más. En porcentaje
40
32,3
2007
33,7 34,8
30
27,8
26,8
22,722,2
22,4
21,0
2010
2011
36,3
32,6 32,5
29,1
31,5
29,229,5 29,6
26,6 26,8
22,9
20,1
17,4
20
10
///
///
0
25% Inferior
25% Superior
Estrato socioeconómico
Villa o
asentamiento
precario
Trazado urbano
de NSE medio
Condición residencial
Gran Buenos
Aires
Ciudades del
Interior
Aglomerado urbano
Conurbano
bonaerense
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
/// No se cuenta con información o la información disponible no es estadísticamente comparable.
Al igual que la delincuencia, la sensación de inseguridad tuvo un comportamiento
ascendente durante todo el período de análisis (pasando de 68,4% en 2004 a 82.2% en
2011). Estas cifras continúan demostrando un nivel de percepción de inseguridad
bastante superior al de delitos concretos producidos. De acuerdo a diversos estudios
realizados sobre dicha problemática, el sentimiento de inseguridad nunca ha sido un
reflejo de los índices de delito y exhibe una autonomía relativa: suele aumentar al
incrementarse la victimización pero una vez instalado como problema social, no baja
aunque las tasas de delito si lo hagan (Bergman y Kessler, 2008).
5
FIGURA 4: SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD
Evolución 2004-2011
Población de 18 años y más. En porcentaje
100
80
68,4
67,1
2004
2005
69,8
72,5
76,6
78,1
2008
2009
83,2
82,2
2010
2011
60
40
20
0
2006
2007
Fuente: EDSA, Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
A diferencia con lo que ocurre con la inseguridad efectiva, el sentimiento de inseguridad
afecta de manera similar a la población adulta de los diferentes estratos y condiciones
socio-residenciales analizados alcanzando, por igual, a ocho de cada diez personas
entrevistadas. Un comportamiento similar se observa al analizar las diferencias según
aglomerado urbano ya que los niveles de percepción de inseguridad se mantuvieron
estables entre 2010 y 2011 en torno al 80% no hallándose diferencias significativas
entre el Gran Buenos Aires y las Ciudades del interior. Asimismo, dentro del Gran
Buenos Aires, el miedo al delito se comportó de manera generalizada afectando tanto a
los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires como a los del Conurbano Bonaerense
(figura 5).
FIGURA 5: SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD SEGÚN CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Años 2010 y 2011
Población de 18 años y más. En porcentaje
2007
100
80
85,1 81,5
75,5
80,6 80,0
68,4
83,4 85,6
73,8
82,4 82,1
72,7
72,0
2010
85,8 84,7
81,7 80,8
2011
82,8 80,9
78,3 80,3
71,8
60
40
20
///
///
0
25% Inferior
25% Superior
Estrato socioeconómico
Villa o
asentamiento
precario
Trazado urbano
de NSE medio
Condición residencial
Gran Buenos
Aires
Ciudades del
Interior
Aglomerado urbano
Conurbano
bonaerense
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
/// No se cuenta con información o la información disponible no es estadísticamente comparable.
La inseguridad como disparador del miedo
El sentimiento de inseguridad es un problema social con consecuencias diferenciadas a
las del delito, por esta razón es importante analizar cuales son los factores que lo
impulsan. A pesar de poseer una cierta “autonomía relativa” con respecto a las tasas de
delitos, ya sea porque la intensidad del mismo es diferente o porque no suele disminuir
aunque las tasas de inseguridad efectiva si lo hagan, la figura 6 da cuenta de que el
sentimiento de inseguridad aumenta entre quienes han sido víctimas de un hecho
6
delictivo (pasando de 95,4% entre quienes sufrieron un delito a 76,7% entre quienes no
sufrieron). Esta relación se observa, sin diferencias significativas, en todos los estratos
socioeconómicos y condiciones residenciales analizadas y tanto en el Gran Buenos
Aires como en las Ciudades del interior.
FIGURA 6: SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD SEGÚN HABER SUFRIDO UN DELITO
Año 2011
En porcentaje de población de 18y más.
Haber sufrido
100
80
96,7
95,4
76,7
98,5
94,9
77,4
82,4
72,1
No haber sufrido
95,7
96,2
94,8
75,6
75
96,0
94,3
79,8
76
71,4
60
40
20
0
TOTAL
25% Inferior 25% Superior
Villa o
Trazado
asentamiento urbano de
precario
NSE medio
Gran Buenos Ciudades del
Aires
Interior
Estrato socioeconómico
Condición residencial
Aglomerado urbano
Conurbano
bonaerense
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
Factores que influyen en la problemática del delito: Miedo en el barrio, presencia
policial y tráfico de drogas
Existen condiciones estructurales complejas que pueden llegar a favorecer o inhibir la
distribución espacial de los hechos delictivos y del sentimiento de inseguridad. De esta
forma, el lugar en donde se producen hechos delictivos, puede estar condicionado por
distintos factores. Asimismo, el lugar más delicado, no depende sólo de la mayor
oportunidad delictiva, sino también de las condiciones en las que el acto o hecho
delictivo puede ser llevado a cabo.
La figura 7 describe el indicador de miedo al delito en el propio barrio o vivienda y
algunas condiciones o características que pueden ejercer influencia sobre los niveles de
inseguridad: la presencia de efectivos policiales en la cercanía del hogar y la percepción
de la existencia de venta, tráfico o intercambio de drogas o estupefacientes. Los
resultados muestran, que a pesar de que el miedo en el propio barrio o vivienda afectó a
casi la mitad de los hogares entrevistados, se observa una disminución del mismo entre
el año 2010 y 2011 pasando del 49,8% al 42,5% respectivamente. Asimismo, durante el
mismo período de estudio se registra un aumento de la presencia policial (de 48,5% a
53,9%). Sin embargo, es importante destacar el crecimiento que se produce en el último
bienio en la percepción sobre la presencia de venta o tráfico de drogas para pasar de
28,1% a 36%.
7
FIGURA 7: MIEDO EN EL BARRIO O VIVIENDA, PRESENCIA POLICIAL Y TRÁFICO, VENTA O INTERCAMBIO DE
DROGAS EN EL BARRIO SEGÚN CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Años 2010 y 2011
En porcentaje de hogares particulares.
53,9
49,8
2010
48,5
50
2011
42,5
40
36,0
28,1
30
20
10
0
Miedo en el barrio
Presencia policial
Tráfico de drogas
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
El miedo al delito afecta, en 2011, en mayor medida a los hogares de los estratos más
bajos pasando de 47,6% en el cuartil inferior a 33,4% en el cuartil superior de la escala
socioeconómica. Asimismo, y contrariamente a la tendencia general, se observa un
aumento del mismo entre 2010 y 2011 en los hogares de villas o asentamientos
precarios (de 49,3% a 55,5%). Por el contrario, el miedo disminuyó en los hogares de
zonas con trazado urbano de NSE medio para colocarse en 2011 en torno al 35%. A
pesar de no hallarse diferencias significativas en los niveles de miedo según aglomerado
urbano, se observa una mayor tendencia al temor en las Ciudades del Interior y dentro
del Gran Buenos Aires en el Conurbano bonaerense (41,2% contra 32,6% en la CABA)
(figura 8).
FIGURA 8: MIEDO EN EL BARRIO O VIVIENDA SEGÚN CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Años 2010 y 2011
En porcentaje de hogares particulares.
60
50
55,5
53,2
48,4
47,6
44,9
43,0
2010
53,7
49,3
47,6
33,4
42,0
41,2
39,1
40
2011
49,4
35,1
32,6
30
20
10
0
25% Inferior
25% Superior
Estrato socioeconómico
Villa o
Trazado
Gran Buenos
asentamiento urbano de NSE
Aires
precario
medio
Condición residencial
Ciudades del
Interior
Aglomerado urbano
Conurbano
bonaerense
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
Uno de los factores que ejercen una importante influencia sobre el miedo y la
vulnerabilidad al delito es la presencia o ausencia de vigilancia policial. Por ello, es
importante recordar que existen diferencias sustanciales en los niveles de acceso a este
tipo de recursos logrados por los diferentes estratos socioeconómicos. Quienes
pertenecen a estratos más altos, poseen mayores posibilidades de acceso a bienes
públicos, dada la oportunidad de disfrutar en forma privada de aquellos bienes que no se
8
brindan de manera pública, o que se brindan de forma ineficiente. Esto ocurre con la
vigilancia policial que como se demuestra en la figura 9, aumenta a medida en que se
mejoran las condiciones socioeconómicas y residenciales (pasando del 39,2% en el
estrato muy bajo al 72.1% en el medio alto y de 40,9% en las villas o asentamientos
precarios a 68,3% en las zonas con trazado urbano de NSE medio en 2011) siendo los
estratos más acomodados los más favorecidos por el aumento de la presencia policial en
el barrio.
Por su parte, un análisis según aglomerado urbano muestra que el nivel de presencia
policial no solo es mayor sino que creció más durante el 2010 y 2011 en el Gran Buenos
Aires que en las Ciudades del interior. Sin embargo, dentro del Gran Buenos Aires, se
observan importantes diferencias en la distribución de recursos de seguridad
favoreciendo los mismos a los hogares de la Ciudad de Buenos Aires y perjudicando al
Conurbano ya que siete de cada diez hogares porteños respondieron contar con algún
tipo de vigilancia policial cercana contra menos de la mitad de los hogares del
Conurbano bonaerense (figura 9).
FIGURA 9: PRESENCIA POLICIAL EN EL BARRIO SEGÚN CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Años 2010 y 2011
En porcentaje de hogares particulares.
75
69,3
72,1
65,1
68,3
2010
55,3
60
47,6
45
50,2
51,3
40,9
39,2
71,5
2011
74,6
49,1
39,7
32,4
31,2
30
15
0
25% Inferior
25% Superior
Estrato socioeconómico
Villa o
Trazado urbano Gran Buenos
asentamiento de NSE medio
Aires
precario
Condición residencial
Ciudades del
Interior
Aglomerado urbano
Conurbano
bonaerense
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
De acuerdo con la figura 10 se produjo un aumento en la problemática de venta o tráfico
de drogas entre los años 2010 y 2011 afectando en mayor medida a los hogares de
estratos y condiciones socio-residenciales más bajos. Mientras que en el cuartil inferior
la presencia de tráfico o venta de drogas aumentó de 33,7% a 47,9% en los dos últimos
años de estudios, la misma se mantuvo estable en torno al 21% entre los hogares del
cuartil superior. Un comportamiento similar se observa al analizar las diferencias según
condición residencial ya que en los hogares en villas la percepción sobre la existencia de
tráfico de estupefacientes pasó de afectar a casi la mitad de los hogares entrevistados en
2010 a casi tres cuartos en 2011. No se hallan diferencias significativas según
aglomerado urbano aunque analizado la situación del Gran Buenos Aires se observa que
la presencia de tráfico de drogas se incrementó fuertemente en el Conurbano
Bonaerense (pasando de 29% a 37,9%) y se mantuvo estable en la Ciudad de Buenos
Aires en niveles inferiores cercanos al 24%.
9
FIGURA 10: TRÁFICO, INTERCAMBIO O VENTA DE DROGAS EN EL BARRIO SEGÚN CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Años 2010 y 2011
En porcentaje de hogares particulares.
75
64,2
2010
2011
60
48,5
47,9
45
38,5
34,6
33,7
27,5
30
20,3
21,5
21,2
37,9
29,1
29,0
23,1
21,8
24,3
15
0
25% Inferior
25% Superior
Villa o
Trazado urbano Gran Buenos
asentamiento de NSE medio
Aires
precario
Estrato socioeconómico
Condición residencial
Ciudades del
Interior
Conurbano
bonaerense
Aglomerado urbano
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
Tanto la presencia o ausencia de vigilancia policial como la venta o el tráfico de drogas
ejercen influencia sobre los índices de delincuencia y sobre los niveles de miedo al
crimen que experimentan las personas en su propio barrio o vivienda. La figura 11
muestra que el temor aumenta en los hogares que no cuentan con presencia de efectivos
policiales en su entorno y disminuye en presencia de los mismos para pasar de 49,2% en
los primeros a 36,7% en los segundos. Esta relación se observa independientemente del
estrato, condición residencial o aglomerado urbano analizado pero tiende a
profundizarse en los hogares con trazado urbano de NSE medio y del Gran Buenos
Aires.
FIGURA 11: MIEDO EN EL BARRIO O VIVIENDA SEGÚN VIGILANCIA POLICIAL POR CARACTERÍSTICAS SELECCIONADAS
Año 2011
En porcentaje de hogares particulares
75
Sin vigilancia
60
41,6
36,7
53,9
52,7
51,5
49,2
45
Con vigilancia
57,4
46,4
43,7
37,6
31,7
31,0
43,3
33,2
47,8
34,4
37,3
31,0
30
15
0
25% Inferior 25% Superior
TOTAL
Estrato socioeconómico
Villa o
asentamiento
precario
Trazado
urbano de
NSE medio
Condición residencial
Gran Buenos Ciudades del
Aires
Interior
Aglomerado urbano
Conurbano
bonaerense
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
Un comportamiento similar se obtiene al analizar la relación entre padecer miedo al
delito en el propio barrio o vivienda y presencia de tráfico de drogas o sustancias
ilegales. De acuerdo con los datos presentados en la figura 12, el temor aumenta
fuertemente entre aquellos hogares que perciben la existencia de algún tipo de
intercambio de drogas o estupefacientes en su entorno para llegar a 54,7% (contra
35,7% en hogares que no perciben esta situación). A pesar de que esta relación se halla
en los hogares de todos los estratos y condiciones socioeconómicas analizadas, son los
del cuartil inferior y que habitan en villas o asentamientos precarios quienes más temen
al delito en presencia de tráfico de drogas. El miedo en las villas afecta a siete de cada
10
diez hogares que declararon venta de drogas en su propio barrio, contra tres de cada diez
que dijeron no percibir dicha presencia. Asimismo, si se analizan los resultados según
aglomerado urbano, se observa que el temor es mayor entre los hogares que perciben
venta o tráfico de drogas en todos los casos estudiados pero que dicha relación se
profundiza en las Ciudades del interior para colocarse el miedo al delito en torno al 60%
en presencia de drogas y bajar al 40% en ausencia de las mismas.
FIGURA 12: MIEDO EN EL BARRIO O VIVIENDA SEGÚN VENTA O TRÁFICO DE DROGAS POR CARACTERÍSTICAS
SELECCIONADAS
Año 2011
En porcentaje de hogares particulares
75
60
45
Con tráfico de drogas
67,0
57,3
54,7
Sin tráfico de drogas
60,7
52,3
50,7
35,7
38,6
44,1
41,9
31,1
34,9
42,8
40,8
32,5
33,0
34,4
29,3
30
15
0
25% Inferior 25% Superior
TOTAL
Estrato socioeconómico
Villa o
asentamiento
precario
Trazado
urbano de
NSE medio
Condición residencial
Gran Buenos Ciudades del
Aires
Interior
Aglomerado urbano
Conurbano
bonaerense
CABA
GBA
Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.
11
Ficha técnica de la Encuesta de la Deuda Social Argentina del
Bicentenario (2010-2016)
DOMINIO DE LA MUESTRA
(INTENSIVO)
DOMINIO DE LA MUESTRA
(EXTENSIVO)
UNIVERSO
TAMAÑO DE LA MUESTRA
TIPO DE ENCUESTA
BALANCEO DE LOS CASOS
PUNTOS MUESTRALES
PROCEDIMIENTO DE
MUESTREO
PUNTOS MUESTRALES
CRITERIO DE
ESTRATIFICACIÓN
ERROR MUESTRAL
Aglomerados urbanos con 50.000 habitantes o más
de la República Argentina agrupados bajo 3
grandes conglomerados (GBA, Grandes áreas
metropolitanas y Resto Urbano)
GBA: Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Conurbano Zona Norte, Conurbano Zona Oeste y
Conurbano Zona Sur.
Grandes áreas metropolitanas: Gran Rosario, Gran
Córdoba, San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo,
Gran Mendoza
Resto Urbano: Mar del Plata, Gran Salta, Gran
Paraná, Gran Resistencia, Gran San Juan,
Neuquén-Plottier-Cipoletti, Zárate, La Rioja, Goya,
San Rafael, Comodoro Rivadavia y Ushuaia-Río
Grande.
Hogares particulares / Población de 18 años y más.
5.712 hogares / 20.740 personas
Multipropósito longitudinal.
No proporcional en campo con post-calibración en
análisis.
952 radios censales.
Muestreo polietápico con una primera etapa de
conglomeración (salvo para los aglomerados de
más de 800.000 habitantes que se incluyeron
explícitamente todos) en donde se buscó la
representación de las distintos conglomerados y
una segunda etapa de estratificación. La selección
de los puntos muestrales dentro de cada
aglomerado y estrato fue aleatoria y autoponderada
en función por la cantidad de hogares de cada radio
censal. Las manzanas en el interior de cada punto
muestral y los hogares de cada manzana se
seleccionaron aleatoriamente a través de un
muestro sistemático, mientras que los individuos
adultos dentro de cada vivienda fueron
seleccionados mediante un sistema de cuotas de
sexo y edad.
952 radios censales
Estratificación socio-económica efectuada por
clasificación y ordenación de los radios censales
según el promedio del nivel educativo del Jefe de
hogar en cada radio censal.
Error muestral de +/-1,30% con una estimación de
una proporción poblacional del
50% con un nivel de confianza del 95%.
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