Las preguntas que siempre debemos hacernos

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ESPECIAL
DOMINGO
06 DE ABRIL DE 2014
juventud rebelde
Las preguntas que siempre
debemos hacernos
La inclusión de los jóvenes en la configuración de la vida del país es antídoto contra la desmovilización o la falta
de compromiso, sostiene Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, al evaluar
en diálogo con JR, a propósito de este 4 de Abril, cuánto se ha transformado la organización
en atención a lo trazado por la Primera Conferencia Nacional del Partido
por YUNIEL LABACENA ROMERO,
estudiante de Periodismo
[email protected]
fotos ROBERTO RUIZ
«(…) ¿Y qué juventud queremos?
¿Queremos, acaso, una juventud
que simplemente se concrete a oír
y a repetir? ¡No! Queremos una
juventud que piense. ¿Una juventud, acaso, que sea revolucionaria
por imitarnos a nosotros? ¡No!, sino
una juventud que aprenda por sí
misma a ser revolucionaria, una
juventud que se convenza a sí misma,una juventud que desarrolle plenamente su pensamiento».
Hace más de medio siglo, en un
acto de homenaje a los mártires del
asalto al Palacio Presidencial, en la
Escalinata de la Universidad de La
Habana, Fidel formulaba esas preguntas y aseveraciones convencido
de que la juventud es un tiempo de
fundar,revolucionar,prepararse para
el futuro, de entregar, creer…
Quizá por ello haya que volver a
esas interrogantes, pues el cambio
de época ha provocado que también cambien las organizaciones políticas y de masas. Hacerlo cuando
se debe es la clave del éxito. La evolución lógica de generaciones y las
realidades de la Cuba de hoy invitan
a que la organización guía de la juventud sea más flexible y se adapte a
las nuevas condiciones históricas.
Es que, como decía el Che, «en
nuestra sociedad, juegan un gran
papel la juventud y el Partido (…)
particularmente importante es la
primera; por ser la arcilla maleable
con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras
anteriores». No en balde hace dos
años, la Primera Conferencia Nacional del Partido depositó otra vez
grandes responsabilidades y su
confianza en la Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC).
La necesidad de atemperarse a
los nuevos tiempos, la importancia
de que la organización concentre su
labor en la atención a los niños,
adolescentes y jóvenes, dirigida a
formar en ellos valores y convicciones y una conducta social adecuada, así como evaluar asuntos esenciales desde su perspectiva y motivaciones propias; dejar a un lado la
falta de creatividad, el reunionismo
y el exceso de convocatorias a sus
El tema de los valores en las nuevas generaciones es una de las prioridades del trabajo de la UJC. Foto: Kaloian
miembros, estuvieron sobre el tapete en aquel análisis.
¿Cómo asumió la organización
los objetivos de la Conferencia?
¿Cuánto se ha transformado?
¿Cómo ha sido el trabajo después
de este encuentro? ¿Cuánto falta?,
fueron algunas de las interrogantes
que guiaron el diálogo extenso y profundo de Juventud Rebelde con Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la
UJC, a propósito de que la organización juvenil acaba de cumplir sus 52
años de vida.
Yuniasky aseguró que la UJC ha
asumido los objetivos de la Conferencia con receptividad y con mucho
respeto, además de verlos como un
enorme compromiso con el Partido,
que confía en el relevo y le plantea
nuevos retos. Añadió que para estar
a tono con lo pedido, la Juventud ha
emprendido un proceso para hacerse más dinámica,cercana a los jóvenes y para que los cuadros lleguen
más a la base, dediquen más horas
al intercambio, a dialogar y enseñar.
«Trabajamos en eliminar trabas,
en reducir los espacios formales,
las reuniones excesivas, en dinamizar nuestros estatutos y reglamentos, buscando justamente frescura
en la UJC, sin que deje de ser una
organización de propuestas sólidas,
de seriedad en lo que hace. Estamos conscientes de que continuamos siendo la cantera, y hoy sigue
constituyendo esa la máxima aspiración de un joven comunista».
—¿Se vieron los jóvenes reflejados en lo aprobado durante la Conferencia del Partido?
—Sí, eso se logró. Creo que la
Conferencia, por la profundidad del
debate que propició en la sociedad
en general, no dejó fuera a ningún
sector y los jóvenes como es lógico
son un segmento muy importante.
De ellos emanaron opiniones muy
sólidas que han sido tenidas en
cuenta para las transformaciones
que se han hecho en nuestra organización.
—¿Cuánto cambia la visión del
trabajo de la organización cuando
se dirige en una provincia y luego a
nivel de país?
—Indudablemente se produce
un cambio significativo; la visión
desde el nivel de país es más abarcadora, más general, lo cual también entraña más responsabilidad,
modestia y consagración; pero indiscutiblemente el tránsito por los
niveles de base es imprescindible,
no se alcanzan resultados satisfactorios sin el paso por esos escalones, en contacto directo con los colectivos laborales, primero como trabajador y luego como dirigente en
ese nivel primario.
—¿Hemos sido capaces de
ofrecer a las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles la
autonomía que reclamaron en el
proceso de análisis que condujo a
la Conferencia, para que estos asuman las misiones que les corresponden e incrementen el necesario
reconocimiento de los estudiantes
y jóvenes?
—La UJC como organización
guía del movimiento juvenil cubano,
representante de todos esos intereses, no busca restar autonomía a
las organizaciones que están vinculadas a su labor. Ellos generan constantemente un gran número de actividades, de ideas, son muy creativos y eso nos satisface, y aún pueden serlo mucho más. Nosotros
La organización ha de ser más cercana a nuestros jóvenes, expresó
Yuniasky. Foto: Calixto N. Llanes
apoyamos que expandan esa creatividad, que se propongan cosas
nuevas, que sugieran ideas.
«Lógicamente, tenemos una responsabilidad política, nos corresponde guiar, pero no suplantamos o
ignoramos sus planteamientos. Si
cada movimiento juvenil u organización estudiantil tiene un buen funcionamiento, ya en esencia están
siendo autónomos, que es lo que
necesita la UJC. No se trata de lograr
mayor o menor protagonismo, sino
de que cada cual haga lo que tiene
que hacer siempre y cuando se
corresponda con las funciones concebidas para esas organizaciones».
—¿Cómo se ve ahora el exceso
de reuniones,la falta de creatividad
y sistematicidad en el empeño de
las funciones de la UJC? ¿Se han
resuelto estas dificultades?
—A veces se tratan de hacer
generalizaciones y eso nunca es
positivo. En ocasiones se quiere
condenar a la reunión y estigmatizarla como algo siempre innecesario, y no es así, solo que se deben
concebir con inteligencia, con utilidad, despojarlas de formalismos,
de propuestas sin atractivo, hacerlas cuando realmente sea necesario. Esa es una batalla muy seria
que tenemos.
«Desde hace más de un año
dejamos que sean nuestras estructuras de base las que decidan los
temas que consideren vitales o de
interés en su radio de acción, sin
imposiciones verticales ni dogmatismos. No queremos que identifiquen a nuestras estructuras solo
como un colectivo que hace reuniones, porque realmente si usted revisa el comité de base solo tiene
establecido reunirse una vez en el
mes.
«De 30 días en que se pueden
generar iniciativas, actividades…,
solo una o dos horas de ese tiempo se lo estamos dedicando a una
reunión. Lo demás se puede emplear en muchas cosas: en lo productivo, patriótico, recreativo; por
tanto, condiciones tenemos para
no propiciar el reunionismo.
«También a los niveles superiores les hemos restado reuniones
que resulten innecesarias. Abogamos por trasladar las acciones a la
base; hacer más que decir, cada
cual cumpliendo con sus actividades propias como trabajador, como
estudiante, como ama de casa…».
—¿Cómo ha cambiado el funcionamiento, el que se asumió que
debía ser sin esquemas ni dogmas?
—Aún no tenemos lo que queremos, pero creemos que andamos
por el camino correcto. Lo sustenta
lo que hemos logrado con las reuniones en la base, y a ello se suma
la prioridad que estamos dando a la
preparación de nuestros cuadros, a
entrenarlos desde que conforman
nuestras reservas para el trabajo en
la UJC, identificando debilidades o
carencias, para lograr métodos que
permitan mayor influencia y efectividad.
—¿Cuánto ha variado el trabajo
político con los jóvenes? ¿Se logra
influir, como se aspira, en la mayoría de ellos?
—En tu pregunta queda reflejado el cambio principal en los métodos de la organización en materia
de trabajo político e ideológico. En la
nueva etapa se ejerce, como planteas,influencia sobre todos los jóvenes, y no nos limitamos solamente
a la militancia política. Ahí radica el
principal cambio, en el hecho de
juventud rebelde
Nada prohíbe el acceso de los dirigentes juveniles a las redes sociales.
preocuparnos por todos los niños,
adolescentes y jóvenes cubanos,
tratando de sumarlos al movimiento juvenil y a la participación en la
vida política de nuestro país.
«Es significativo destacar que
estamos utilizando como armas
principales las conquistas de la
Revolución en todos los sectores,
pero especialmente la cultura y la
educación son nuestras más poderosas formas de transmitir los valores que aspiramos formar en las
nuevas generaciones».
—¿Cómo se ha desarrollado la
atención a los niños, adolescentes
y jóvenes para contribuir a formar
valores y convicciones?
—El tema de los valores en las
nuevas generaciones es una de las
prioridades de trabajo de la UJC,
pues como organización comprendemos que es un asunto vital, y que
nos toca muy de cerca a cada uno
de nosotros, no solo en la condición
de dirigentes, sino como entes activos de la sociedad y como componentes de las familias.
«Somos del criterio de que en los
últimos años se ha producido un
determinado deterioro de algunos
valores, sobre todo de aquellos ligados con la educación formal, con
los buenos hábitos de comportamiento cívico y con las buenas costumbres, pero no coincidimos, y lo
digo con sinceridad, con algunas
opiniones que expresan una crisis
irreversible y general de estos valores en toda la sociedad.
«Cotidianamente somos testigos
de numerosas muestras de consagración, apego al trabajo o al estudio, por miles y miles de jóvenes, lo
cual es muestra de que en sus
esencias la sociedad cubana cuenta
aún con un gran caudal de esos sentimientos que la Revolución ha sembrado a lo largo de los años.
«Sin embargo, esto no significa
que estemos conformes o que ignoremos lo que pasa a nuestro alrededor. Nos alarma cada hecho negativo que implique a un joven, cada
estudiante usando mal el uniforme,
cada maltrato a la propiedad colectiva, cada indisciplina, lo mismo en
la calle que en los hogares.
«Como organización hemos
investigado el tema a través de
nuestro Centro de Estudios sobre la
Juventud, lo hemos discutido con la
militancia y el estudiantado, y hemos encontrado factores que influyen en el asunto, sobre todo de unidad entre la familia, la escuela y
nuestras organizaciones de base
para potenciar las buenas prácticas
en materia de educación cívica.
«Claro, nos falta mucho más empuje, más combate contra esas conductas; que los dirigentes de la UJC,
de la FEEM y la FEU nos preocupemos por hacer más cosas que
resalten los mejores valores, que
dialoguemos sobre el tema con los
jóvenes allí en su entorno, reflexionando, señalando los errores».
—Buena parte de los jóvenes
se alejan de los medios tradicionales y se acercan a las nuevas
tecnologías. ¿Cómo usarlas mejor
para influir más en ellos? ¿Cree
que el acceso a Internet y la
interconexión pueden reblandecer ideológicamente a los jóvenes? ¿Por qué los dirigentes juveniles no usan con más sistematicidad un blog o acceden a las
redes sociales?
—Esto supone un gran reto, porque las nuevas tecnologías resultan
novedosas e imprescindibles. Nuestro desafío es que su utilidad triunfe
sobre lo banal, sobre lo superfluo,
que no desconecten al joven de la
realidad ni lo sumerjan en un mundo
virtual donde por lo general gobiernan las leyes del mercado.
«Nunca se debe olvidar que
muchas veces estas plataformas
tecnológicas pueden ser también
mecanismos de subversión potenciados por los grandes capitales y
sus medios de comunicación. No
se puede tratar el asunto con ingenuidad. Las recientes denuncias
sobre la creación desde EE.UU., de
redes de telecomunicaciones enfiladas a los jóvenes con fines de manipulación política contra la Revolución, son una evidencia de ello.
«Las tecnologías en sí,como consecuencia del desarrollo de la globalización, no son fuerzas malignas,
pero su uso adecuado o no las convierten en fortalezas o en debilidades para la labor ideológica. Creo
que nuestra juventud tiene argumentos que sirven como excelentes escudos para acudir a las tecnologías y ponerlas a nuestro favor.
«Nada prohíbe el acceso de
nuestros dirigentes juveniles a las
redes sociales. Las limitaciones
son las mismas que de manera
general tiene el país en materia de
conectividad, pero tenemos dirigentes jóvenes en esas redes, secretarios de comités de base, cuadros…
Ellos están en Facebook, Twitter, en
páginas web, en los blogs, en los
centros universitarios y de la cultura. En aquellos espacios donde les
resulta factible, pero definitivamente están y seguirán estando en la
medida de las posibilidades, lo cual
es algo que estimulamos como una
fortaleza en nuestra labor».
—En Cuba, donde no existe un
Ministerio de Juventud, la UJC ha
asumido de alguna manera esa
función. ¿Cree que como parte del
proceso de institucionalización se
requiera de un ministerio de ese
tipo, que promueva gubernamentalmente la política para el sector
juvenil, o la UJC puede seguir asumiendo esa función?
—Nosotros tenemos una encomienda refrendada en el artículo 6
de la Constitución de la República,
que define: «La Unión de Jóvenes
Comunistas, organización de la juventud cubana de avanzada, cuenta
con el reconocimiento y el estímulo
del Estado en su función primordial
de promover la participación activa
de las masas juveniles en las tareas
de la edificación socialista y de preparar adecuadamente a los jóvenes
como ciudadanos conscientes y
capaces de asumir responsabilidades cada día mayores en beneficio
de nuestra sociedad».
«Creo que nuestro trabajo tiene
que ser ese, impulsar la participación y representar los intereses de
los jóvenes. Tenemos condiciones y
voluntad de hacerlo independientemente de que en el orden administrativo o gubernamental se puedan
adoptar otras decisiones que siempre implicarían a la UJC en su labor,
porque en las políticas que los
ministerios trazan con relación al
tema de la juventud siempre ha de
estar representada la organización».
—¿Cuáles serían los asuntos
relacionados con la juventud a los
que se les debiera prestar mayor
atención desde el punto de vista
estatal o gubernamental?
—Los jóvenes siempre tienen
muchas demandas e inquietudes
en el orden material, algo que es
propio de la juventud en toda época. En nuestro caso, en los
momentos actuales, la situación
se complejiza porque el país no
puede destinar muchos recursos
a satisfacer demandas en materia
de recreación, del acceso a la
vivienda y el problema salarial, los
temas más recurrentes en la
encuestas y estudios.
«Lo positivo es que la dirección
del país está al tanto de ellos y ha
creado mecanismos para buscar
opciones de conjunto entre las
instituciones gubernamentales y
la UJC, con el permanente seguimiento del Partido».
—¿Tiene la UJC la suficiente
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influencia en el sector productivo
del país? ¿Hasta qué punto se
adapta la organización al escenario
de la actualización,más complejo y
diversificado?
—Somos una organización
fuerte en el sector productivo y
aún podemos serlo más. Hemos
comprendido y acompañamos las
transformaciones en ese sector,
donde el incremento de la labor
por cuenta propia es lo más trascendente; pero lo hemos incorporado como un reto y lo estamos
asumiendo. Allí tenemos militantes, muy buenos, revolucionarios,
y queremos crecer en su número y
lograr que participen en nuestras
actividades como el resto de los
trabajadores.
«El Buró Nacional aprobó hace
un año acciones concretas para trabajar con el sector no estatal, que
constantemente revisamos y actualizamos con espíritu crítico. Ellas
van encaminadas a sumar militantes y organizaciones de base propias de ese sector, y hoy en 11 provincias existen y funcionan esos
comités de base de trabajadores
por cuenta propia».
—¿Cómo el talento del sector
educacional y científico, deportivo,
cultural y de la salud se pone al servicio de nuestra sociedad?
—En un sistema como el nuestro, esencialmente encaminado a
poner los logros en servicio del pueblo, es un elemento casi natural
que el talento extienda sus frutos al
alcance colectivo. Los aportes científicos o tecnológicos de los jóvenes son fuente de muchas soluciones y alternativas a muchas carencias. Tenemos las Brigadas Técnicas Juveniles, que son un ejemplo
de cómo los jóvenes buscan soluciones a muchos problemas en
diversos lugares y es asombroso
cuánto aportan, cuánto ingenio y
sentido del deber hay entre ellos.
—¿Han cambiado las publicaciones infantiles y juveniles vinculadas a la UJC? ¿Se logran adaptar
sus materiales y artículos al gusto
e intereses de los niños, adolescentes y jóvenes?
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—En los últimos tiempos ese es
un tema al que hemos prestado
mucha atención, pues han existido
dificultades con la sistematicidad en
la salida de las publicaciones, por
razones esencialmente técnicas, de
la poligrafía. Estas han influido en
que no lleguen oportunamente a las
manos de niños y jóvenes,que es la
esencia y el fin principal.
«En cuanto al contenido, creo
que se ha venido mejorando día
tras día, y aunque estamos insatisfechos, las revistas hoy gustan a
sus destinatarios, son hechas con
mucho amor y profesionalidad. Sus
colectivos están abiertos a las críticas y a las sugerencias de los lectores, que es la mejor fuente para
enriquecerlas».
—Hay quienes hablan de despolitización o cierto nivel de enajenación en determinados sectores
juveniles. ¿Comparte esa preocupación?
—La apatía política y la falta de
compromiso son tal vez las armas a
las que más apuesta el enemigo, y
no me refiero solo al enemigo de
nuestra Revolución,sino al enemigo
común de las fuerzas progresistas
en el mundo. A ellos les conviene
que los jóvenes no se preocupen
por la realidad amarga de nuestro
mundo, les conviene más tenerlos
al margen, sumergidos en sus intereses personales, hipnotizados con
la seudocultura, presos del mercado o de las drogas.
«Hablando de nuestro país, no
creo que sea un fenómeno que
abarque a sectores enteros de la
juventud, es un problema que está
dentro de determinados grupos, y
ello recaba un mejor trabajo y una
mayor preparación política y cultural
de los cuadros en todos los niveles.
«Tenemos una gran fortaleza, y
es que en nuestro modelo político la
inclusión de los jóvenes en la configuración de la economía, de la ciencia, de la salud y otros sectores es
muy activa,y miles participan,lo cual
ya es una muestra de que toman
parte a favor del sistema político.
Ello evita que se sientan como figuras apolíticas o sin compromiso».
La Juventud es una organización fuerte en el sector productivo y aún
puede serlo más.
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