36 LA VANGUARDIA S O C I E D A D SÁBADO, 25 NOVIEMBRE 2006 La montaña es para disfrutarla La popularización del ocio en parajes naturales y la entrada en el invierno hacen aconsejable evitar riesgos MARTA RICART L Barcelona as salidas a la montaña se han convertido en una opción más de ocio para personas de todas las edades y condición y, cada día, se ve más cercano el traslado a los parajes de montaña de la masificación de las playas. Precisamente, cuando no es temporada de playa, como ahora, crecen las incursiones lúdicas a parajes del interior. La oferta es múltiple: buscar setas, excursionismo o senderismo, recorridos a caballo o en bicicleta, descenso de ríos, escalada, esquí... En la montaña se puede disfrutar de maneras muy diversas, pero los expertos recomiendan tener siempre en cuenta algunos aspectos para aprovechar más la salida, evitar riesgos y no dañar la naturaleza. EL ENTORNO En invierno y por libre, más riesgos Una cuestión básica es si se va a la montaña en verano o ahora, a finales de otoño y en invierno. Esta época puede determinar la actividad –el esquí, snowboard, las travesías con raquetas son exclusivas de temporada de nieve– pero además, debe tenerse en cuenta en cualquier salida que el rocío, el hielo o la nieve pueden hacer el suelo resbaladizo o algunos parajes inaccesibles; que hace frío y la noche es helada; y que las horas de luz diurna son menos, señala Xavi Arias, alpinista, guía profesional y director de la escuela de montaña del Club Excursionista de Gràcia. Uno de los mayores peligros tras las nevadas son los aludes, por lo que hay que conocer el riesgo de la zona adonde se va y en ese día. Arias diferencia igualmente dos marcos que condicionan la práctica de la actividad: si se hace en un espacio controlado o con monitor (una estación de esquí, con una empresa de deportes de aventura) o por libre. El aumento de la afluencia de personas, la mayoría de ámbito urbano, que se apuntan a actividades en la montaña ha hecho que crezca la práctica libre. En este caso, quien practica la actividad es el único responsable de minimizar cualquier riesgo. De ahí, la importancia de saber adónde se va y qué se va a hacer. Se deben comprobar –los habituados lo hacen automáticamente– las características del lugar y de la actividad (itinerario, posibles dificulta- RAFAEL LÓPEZ-MONNÉ En cualquier época del año y actividad deben tenerse algunos aspectos en cuenta para poder disfrutar más y evitar riesgos des, cuánto durará), así como la previsión meteorológica. También hay que avisar de dónde estaremos. EL EXCURSIONISTA “Si te gusta, fórmate un poco” Perderse o recibir un chaparrón no tendrá graves consecuencias en verano. En invierno, pueden causar incluso la muerte por hipotermia. El primer consejo de Arias es que hay que ir equipado para la actividad que se va a hacer. Y eso no significa lo más caro y sofisticado, sino lo adecuado. Botas o ropa caliente son imprescindibles en invierno en la montaña. No está de más llevar una linterna, algo para comer y agua, así como vendas y mercromina. Cada persona debe conocer qué va a hacer, sus limitaciones y las de las personas con quien va. “Yo aconsejaría –dice Arias– que las salidas a la montaña se hagan con algún club. En Catalunya tenemos una gran tradición, existen más de 300, por lo que ofrecen una amplia varie- dad de opciones y actividades y para todo tipo de personas. Se forma en algunos deportes y además, cada fin de semana suelen organizar salidas, a veces gratuitas. ¿Por qué no mirar en el club más cercano? Y si lo pruebas y te gusta este tipo de ocio, fórmate. ¿Por qué no seguir uno de los cursillos que hacemos los clubs de un fin de semana o dos? Ya son en sí una actividad”. En los clubs excursionistas ya funcionan doce escuelas reconocidas por la Federació Excursionista de Catalunya –casi todas las entidades facilitan asesoramiento o formación–. La formación que imparten incluye cómo orientarse, técnicas de caminata, saber frenar una caída y otras muchas cuestiones. LA ACTIVIDAD Flora, fauna e historia enriquecen La elección de una actividad depende de los gustos y capacidades de cada persona. “Dentro del excursionismo, por ejemplo –ilustra Arias–, no es lo mismo una salida al Turó de l'Home (Montseny), adonde se llega con coche y prácticamente se da un paseo por una pista forestal –y si te olvidas el bocadillo en el coche, puedes ir a buscarlo– que una travesía por las Agulles de Montserrat, que también se puede hacer en una mañana, pero ya es recomendable llevar mapa pues hay muchos caminitos y puedes extraviarte o puedes tener que trepar en algún tramo. O no es lo mismo que una travesía de dos días por caminos GR11 del Pirineo, en que hay que llevar mochila, será mas dificultosa y larga la caminata, se dormirá en refugios y, como olvides el bocadillo, puedes pasar horas sin comer”. Cualquier actividad resulta más enriquecedora si se aprovechan todas sus vertientes: una excursión preparada puede permitir no sólo hacer ejercicio, respirar aire puro o admirar el paisaje, sino conocer la historia, la geografía, la fauna o la flora, practicar la fotografía o el dibujo... El creciente número de personas que hacen actividades al aire libre obliga, más si cabe, a respetar el entorno; desde no arrojar basura EXPOSICIONES DE ARTE Subhasta D’ANTIGUITATS DIUMENGE 26/11 a les 11 h. SUBASTA DE NOVIEMBRE Martes 28 y Miércoles 29 a las 17h. Exposición: hoy sábado 25 y mañana domingo 26 últimos días De 10 a 13,30 y de 16,30 a 20 h. www.subarna.net C/ Consell de Cent, 295 08007 Barcelona (entre Balmes y Enric Granados) T. 93 215 65 18 e-mail:[email protected] hasta no destrozar nidos o no salirse del camino (supone arrasar otra porción de terreno). LOS ACCIDENTES Primero prevenir, luego buscar ayuda Nadie cree que vaya a tener un accidente. Arias recuerda que las estadísticas muestran que hay más accidentes en las actividades que, en principio, tienen menos riesgo. Así, apunta que entre 2000 y 2004, de los accidentes en actividades de montaña en Catalunya, el 48% fueron de personas que hacían excursionismo o senderismo, frente al 8% entre escaladores, el 3,4% entre esquiadores y 0,2% entre espeleólogos, por ejemplo. Las actividades de menor riesgo son practicadas por más personas y no siempre en buena forma física ni preparadas. Caídas, despeñamientos, por un simple resbalón, son habituales. Y pueden ser muy graves. En caso de accidente, el primer consejo es avisar, pedir ayuda, aunque implique dejar solo al herido, pues si se intenta resolver la situación sin conocimientos, puede empeorar. Hoy es usual llevar teléfono móvil –los expertos lo recomiendan, pero subrayan que no hay que confiarse por el hecho de llevarlo– y el teléfono de emergencias 112 es accesible incluso en lugares con escasa cobertura y desde teléfonos bloqueados. Pero llevar móvil tampoco debe significar abusar de los equipos de emergencias (si hay que llamar porque uno se pierde a diez minutos de un pueblo, es que está poco preparado para estas actividades). Hace un par de años, ante el aumento de personas que practican actividades al aire libre, la Generalitat amenazó con exigir en algunas prácticas un seguro que cubriera los costes de eventuales rescates o cobrar éstos, cuando menos si se comprobaba que la víctima había sido temeraria. Los expertos ven difícil aplicar esta medida y prefieren que se promocione la práctica de actividades asociadas a clubs u otras entidades, que facilitan formación guías y tienen seguro.c.