Herencia y sucesión internacional El más acá del Más Allá “…Morir es una costumbre que suele tener la gente...”. Ante la verdad del verso borgeano, vale la pena asumir que, más allá del domicilio o nacionalidad del propietario que fallece, es el lugar de ubicación de los bienes lo que determina la sucesión. N adie puede realmente expresarse inequívocamente después de la muerte. Pero sí es posible establecer en vida qué ocurrirá con nuestros bienes patrimoniales y cómo se beneficiarán nuestros descendientes. El cumplimiento de la propia voluntad depende de la sucesión. Y son variados los pormenores y opciones que la determinan. En la actualidad uruguaya es habitual, por ejemplo, que extranjeros compren inmuebles aquí y adquieran campos o participaciones en sociedades constituidas en este país. Es frecuente que uruguayos inviertan dinero en el exterior o lo depositen en bancos extranjeros. A veces sin saberlo, están determinando quiénes serán sus herederos, los derechos de su cónyuge y qué proporción de dichos bienes pueden disponer libremente por testamento. AL COMPRAR Quien compra bienes en Uruguay, suele asesorarse sobre su valor de mercado, valor de reventa y utilidades a percibir. Pocas veces consulta sobre la incidencia que tendrá en el patrimonio que recibirán sus herederos. Y, sin saberlo, determina las reglas de la sucesión sobre ese bien. Porque si al fallecer está en su patrimonio, se aplicará el régimen uruguayo. Hay diversas confusiones probables. Por ejemplo, personas que, por testamento, dejan todo su patrimonio a un hijo que padece dificultades económicas, pretendiendo que los restantes, más aliviados, no reciban nada. Eso no está permitido en Uruguay, por lo que su voluntad no se cumplirá plenamente. Anticipar las reglas aplicables a la heredad, permite al comprador de un bien hacer el negocio contemplando la planificación sucesoria. Conociendo estas reglas, sabrá qué porción del mismo puede disponer por testamento, quiénes heredarán ese bien y en qué proporciones. Si un ciudadano argentino, domiciliado en su país, compra un inmueble en Uruguay debería asesorarse sobre el derecho uruguayo para conocer el régimen hereditario aplicable a ese bien. Es que, en este caso, por ejemplo, si fallece dejando solamente dos hijos, podrá disponer libremente por testamento de 1/3 de su patrimonio en Uruguay. El resto lo recibirán los hijos en partes iguales. Porque el derecho uruguayo así lo establece. ¿QUÉ JUEZ CORRESPONDE? Es clave, en sucesiones internacionales, determinar ante qué juez debe llevarse la sucesión. Presentarse ante un juez que no corresponde, supone llevar un juicio, con los plazos que implica, para obtener, en definitiva, un fallo sin efecto sobre los bienes. En Uruguay rige la “pluralidad de sucesiones”. Hay que iniciar tantas sucesiones como países en los que dejó bienes el causante. Si quien fallece deja un bien en Uruguay y otro en Argentina, se harán dos sucesiones. Una ante el juez argentino, en la que se incluirá el bien situado en dicho país y otra localmente, por el bien aquí ubicado. Una sucesión en Argentina sobre bienes ubicados en Uruguay, finaliza con un fallo sin efectos en nuestro país. Es que el juez no tiene competencia para disponer por Mauro Mónico [email protected] sucesión de estos bienes. Por ello deberá iniciarse una nueva sucesión en Uruguay, perdiendo los herederos varios años en el proceso. Basta que una persona deje un bien en Uruguay para que sea indispensable abrir aquí una sucesión. DOMICILIO EN URUGUAY, BIENES EN EL EXTRANJERO Personas domiciliadas en Uruguay adquieren bienes en el extranjero o depositan su dinero en bancos del exterior. Esto, que es normal, también genera incertidumbres. ¿La ubicación del bien incide en la sucesión? ¿Dónde debe tramitarse la sucesión? ¿Quiénes serán los herederos, en qué proporciones y cuándo? ¿Qué bienes se pueden disponer por testamento? Si el país donde se localizan los bienes es Colombia, Bolivia, Perú, Argentina o Paraguay - se aplicarán los Tratados de Montevideo de 1889 y 1940, respectivamente – se iniciará una sucesión en el país donde esté ubicado el bien al momento del deceso. Y serán las leyes de ese país las que regularán la heredad. Si, en cambio, se dejaron bienes en otro país con el que no existen tratados al respecto, deberá analizarse cuál es la solución adecuada para el caso. Ello podría coincidir con las normas uruguayas y exigir una sucesión donde se sitúe el bien. Pero, también, podría exigir una sucesión en el país de la nacionalidad o del domicilio del causante. Los asesores deben considerar la planeación sucesoria entre las variables que inciden en una operación y evitarle al cliente la distorsión de su voluntad o las sorpresas y trámites estériles.