La Divina Comedia en cómic

La divina comedia, el manga
Por Ruben Varillas.
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estos tiempos de novelas gráficas y experimentaciones viñeteras, hay que reconocer que, a originales, a los
chicos de Herder Editorial no les gana nadie. Que una editorial especializada en filosofÃ−a se decida a
publicar mangas literarios, metafÃ−sicos y filosóficos, ya tiene su miga, pero resulta que además sus
campañas de promoción son la mar de divertidas.
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Con motivo de la aparición del AsÃ− habló Zaratustra, en versión manga, desde la editorial desafiaron a
los lectores a que se fotografiaran con el caracterÃ−stico bigote nietzscheniano, como paso previo a la
participación en un concurso premiado con un lote de libros de la editorial. Ahora, se trataba de invitar a
alumnos y profesores a participar en un cuestionario sobre Dante y su Divina comedia; que es, claro, el nuevo
tÃ−tulo de manga adaptado que ha publicado la editorial. La copia promocional nos llegó acompañada de
un primoroso saquito de raso rojo que contenÃ−a tres buenos trozos de carbón dulce. Ya se sabe que, con
azúcar, las penas del infierno lo son menos, y el purgatorio se sobrelleva mejor.
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En realidad, la adaptación de textos clásicos al manga no es una novedad: el gran Tezuka ya hizo su
versión personal de Crimen y castigo (Tsumi to Batsuu), e incluso adaptó la vida de Buda y los preceptos
básicos de su religión al lenguaje del manga, en su monumental Buddha. Casi todo cabe dentro del
manga. Su importancia dentro de la cultura japonesa es tan grande, y las cifras de sus ventas tan altas, que en
el paÃ−s nipón hay un tebeo casi para cada tipo de lector: hay mangas de deportes, de cocina, especializados
en temas económicos, e incluso dedicados a partidas de go (uno de los juegos de mesa más populares en
Asia); y, por supuesto, hay mangas filosóficos y literarios. En ese sentido, la propuesta de Herder no viene
sino a cubrir un espacio de mercado (un nicho, como se le llama ahora) que no estaba ocupado en nuestro
paÃ−s.
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Somos de los que pensamos que el cómic es un vehÃ−culo excelente para iniciar a los más jóvenes en el
mundo de la lectura. Curiosamente, en las tres últimas décadas el mundo del cómic ha vivido un
fenómeno paradójico: de ser un medio popular dirigido a un público infantil y juvenil, ha pasado a
convertirse en un vehÃ−culo artÃ−stico con Ã−nfulas ilustradas y aspiraciones adultas, hasta el punto de que
hasta fechas recientes parecÃ−a que el cómic para niños habÃ−a entrado en un franco declive. Editoriales
como Mamut y Thule Ediciones se están encargando de recuperar el modelo del cómic infantil. Y es que,
no sólo de novelas gráficas puede alimentarse el mercado.
La propuesta de editar clásicos de la literatura y de la filosofÃ−a en versión manga puede leerse como otra
vuelta de tuerca dentro del potencial didáctico y divulgativo del medio. Es cierto que, seguramente, la
mayorÃ−a de los jóvenes (y adultos, por qué no) que se adentren en la lectura de AsÃ− habló Zaratustra,
el manga o La divina comedia, el manga, no llegarán nunca a dar el paso hacia la lectura de la obra original
que ha inspirado la adaptación, pero también es cierto que estos tebeos son dos buenos productos de
entretenimiento, que su lectura es un disfrute en sÃ− misma y que, una vez concluida, la cultura general del
joven lector se habrá enriquecido con la referencia de dos obras esenciales en el saber universal. Por todo
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ello, esperamos que éstas no sean las últimas adaptaciones en ver la luz y que a Herder le salga bien la
apuesta.
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