Galaxias activas, una bestia interior Héctor Zenil Chávez Las galaxias son estructuras enormes que contienen miles de millones de estrellas. Todas las galaxias contienen un núcleo donde se concentra la mayor cantidad de materia a consecuencia de la fuerza de gravedad que la atrae hacia su centro. Cuando se estudia una galaxia se puede pensar que la energía total que emite es la suma de la emisión de cada una de las estrellas dentro de ella. Sin embargo, en las galaxias activas, este no es el caso. Las galaxias activas (o AGN - Active Galactic Nuclei por sus siglas en inglés) son aquellas que contienen un núcleo que es tan brillante como el resto de la galaxia, y su brillo no se puede explicar simplemente como la suma de todas las estrellas que contiene. El núcleo de estas galaxias es tan pequeño como nuestro Sistema Solar pero irradia tanta energía como una galaxia entera. Aproximadamente el tres por ciento, del total de galaxias que se conocen, son galaxias activas y se han clasificado en cuásares, radio galaxias y galaxias Seyfert (nombradas así por su descubridor). Cuando fueron casualmente descubiertas las primeras galaxias activas, mientras se estudiaban núcleos de galaxias espirales, surgieron muchas ideas para tratar de explicar su extraño fenómeno. Sin embargo, lo único que puedo explicar un acontecimiento de tal magnitud concentrado en el centro de estas galaxias, fue la existencia de un objeto muy poderoso: un agujero negro súper masivo. Se tratarìa de un cuerpo con mil millones de veces más masa que nuestro Sol pero concentrado en un radio similar a la órbita que describe Urano. Debido a la atracción gravitacional que ejercen estos agujeros negros súper masivos se forma un disco de material a su alrededor que rota y es arrastrado calentándose y acelerándose tanto, que emite tanta energía como el resto de la galaxia. A este proceso se le conoce como acreción. Parte de ese material del disco de acreción cae al agujero negro, pero otra parte es expelida a velocidades cercanas a la de la luz en dos chorros o "jets", responsables de la emisión de ondas de radio. Estos chorros expulsan materia a velocidades cercanas a la de la luz (casi 300 mil kilómetros por segundo) originando una emisión conocida como emisión sincrotrónica Esta descripción básica del agujero negro súper masivo rodeado por un disco de acreción es parte de un modelo físico más completo llamado Modelo Unificado de Galaxias Activas. El nombre de este modelo expresa su objetivo: unificar nuestro entendimiento acerca de los distintos tipos de Galaxias Activas, como los cuásares, radio galaxias y las galaxias Seyfert. En el modelo se describe al agujero negro súper masivo rodeado por un disco de acreción que a su vez está rodeado por una estructura opaca en forma de dona (o toro) constituida de gas y polvo que va alimentando al disco de acreción y finalmente al agujero negro. La dona obscura alrededor del núcleo es fundamental en el modelo ya que explica los distintos tipos de galaxias activas como un mismo objeto pero visto desde distintos ángulos. Así, las galaxias Seyfert son galaxias activas vistas de canto, mientras que los Cuásares son vistos de tal forma que la mayor emisión está dirigida hacia nosotros, es decir, sus chorros apuntan hacia nosotros. Mientras que las radio galaxias son galaxias elípticas activas que opacan su emisión debido a su forma, ya que el núcleo queda oculto pero que aún así es tan poderoso que puede percibirse su emisión más tenue en ondas de radio. Este modelo es consistente con las observaciones y es muy difundido y aceptado. Logra explicar satisfactoriamente las propiedades de las galaxias activas y ayuda a entender el fenómeno dentro de ellas. Aún así tendrá que seguir siendo sometido a prueba en aspectos como su capacidad para predecir otras propiedades que pudieran estar presentes, pero aún no detectadas en este tipo de galaxias. Por ejemplo, este modelo sugiere que podrían haber muchas más galaxias con agujeros negros súper masivos en su núcleo de las que se han detectado hasta ahora. Incluso sugiere que probablemente la mayoría de las galaxias normales podrían contener un agujero negro súper masivo. Las observaciones que se han llevado a cabo confirman esta posibilidad ya que en la mayoría de las galaxias se ha encontrado una gran aglomeración de estrellas que rotan a gran velocidad en el centro de la galaxia, presumiblemente debido a un agujero negro súper masivo. Esto quiere decir, entre otras cosas, que la única diferencia aparente entre una galaxia activa y una no activa sería si en el momento en que la observamos está siendo alimentado o no el agujero negro. De esta forma el tres por ciento de galaxias activas que se ha detectado no indica cuáles y cuántas más son realmente galaxias activas potenciales sino en cuántas están siendo realmente alimentados sus agujeros negros. Aunque la Vía Láctea no es una galaxia activa se tiene fuerte evidencia de que podría contener también un agujero negro súper masivo en su centro. Existe también cierta evidencia que sugiere que la Vía Láctea fue alguna vez una galaxia activa y que podría incluso volver a serlo pues se ha detectado radiación sincrotón emitida desde su centro a bajos niveles.