A poco tiempo de que el río Amazonas fuera

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S
on las cinco de la mañana y amanece en
la selva. El sol, que
pronto estallará en
35 grados, aún no
aparece tras el horizonte verde,
ya vibrante por el movimiento
animal. El tinte azul de la luz natural baja su intensidad, al igual que
la cantidad de zancudos acechantes, mientras que las carpas se
abren y dejan salir a los balseros:
todos competidores dispuestos a
enfrentar al río Amazonas, que,
como un ente dual, será su aliado
y enemigo por tres días. Apenas
amanece en la selva, y está a punto
de comenzar la carrera de balsas
más dura del mundo.
Sin embargo, la aventura comenzó el día anterior. Los 36 equipos se trasladaron en bus desde
Iquitos hasta Nauta, para luego
embarcarse hacia la Isla de los Pescadores, en la ribera del río Marañón. Allí fue donde recibieron sus
topas (madera para balsas), parte
de sus provisiones y claras instrucciones para enfrentar al aliento
y guarida de la Yacumama, el
Amazonas: encontrar la corriente
a favor, no dejar de remar, alejarse
de los muyunas (remolinos) y,
sobre todo, ser respetuoso con la
selva. Si no, podrían ser engullidos sin piedad.
Sería una carrera tan difícil
como larga. Por eso, la construcción de las balsas tomó todo un
día. Cada equipo, compuesto por
cuatro personas cada uno, construyó su embarcación sin sombra
alguna, bajo la inclemencia del
sol en la isla. Así, siempre con
la ayuda de algunos pobladores
de Nauta –cada año esperan la
competencia para ganar dinero extra–, los competidores extranjeros terminaron la nave que
esta mañana los pondrá rumbo
a un nuevo destino, aquel que
implica haber vencido las fauces
turbias, fangosas y marrones del
río más caudaloso del mundo. O,
al menos, habérsele enfrentado.
Ahora, las balsas intentan hacer
línea en el agua. Los competidores
con menos experiencia bregan
para controlar su embarcación y
alinearse. Luego del desayuno en
EL LLAMADO
DE LA SELVA
A poco tiempo de que el río Amazonas fuera
declarado maravilla natural del mundo, se
realizó el Amazon Great River Raft Race, carrera de
balsas de tres días que, desde 1999, se realiza por el
río más caudaloso del planeta. Equipos extranjeros
y nacionales se entregaron a la aventura de surcar
sus aguas y enfrentarse a la naturaleza.
texto y fotos Mauricio Gil ballón
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el barco de la organización, cada Ucayali para evolucionar en el
equipo llevó su balsa al agua y ya Amazonas, ya hay algunas perla paciencia se termina. El nervio- didas en la distancia. Collis suda
sismo se traduce en un murmu- y mira complacido: su criatura ya
llo ininteligible de voces La hoja tiene 14 años y puede vivir sin
de ruta marca que el primer día él. En 1999, el inglés fue quien
deberán llegar a Nueva Esperan- ideó y creó la Great River Amazon Raft Race. “La
za (comunidad de
carrera es mi bebe
aproximadamente
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y es mi manera de
300 personas); el
serum condarle algo a cambio
segundo, al poblased ut am
a esta ciudad”, dijo
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días atrás echado
por último, a Nanay.
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Aquel año llegó de
carrera. Son 187
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vacaciones y nunca
kilómetros los que
más se quiso ir. Ventienen por delante.
dió su casa en Inglaterra, dejó su
El creador feliz
trabajo como corredor de seguros,
Arriba, en el tercer piso del barco, recogió su pensión y se instaló
Michael Collis observa. Sentado, a pocas cuadras de la Plaza de
varias veces con una cerveza en la Armas iquiteña. Nunca ha sido
mano, mira con el ceño fruncido más feliz.
cómo las balsas, poco a poco, se
Collis, antes de venir a Iquitos,
van separando en el río. Cuando ya tenía experiencia organizando
el Marañón une fuerzas con el carreras de balsas en Europa. Y
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la puso en práctica en el Amazonas. Junto con el alcalde de
Iquitos de aquel entonces, Iván
Vásquez (hoy presidente regional de Loreto), montó la primera
edición del evento. Hasta el 2002
fue una carrera de un solo día
y 50 kilómetros. Los tres años
siguientes fue de dos días y, desde
el 2006, mantiene su formato
actual. Collis nunca pensó que
fuera a estar involucrado tanto
tiempo en la carrera de balsas:
recién este año solo está como
colaborador, sin ejercer ningún
cargo de organización. Por eso,
mientras saluda desde la proa a
compatriotas suyos en la balsa,
no puede más que sonreír.
Collis recuerda hasta 19 nacionalidades que han pasado por la
carrera. Y está seguro de que es la
más larga del mundo de su tipo:
ya estaría en el libro de récords
Guinness si se pagaran los seis
mil dólares para la presencia de
los veedores de dicha organización. Pero por ahora, es feliz de
estar lejos de Inglaterra, “aquel
el plan
es crecer
La carrera es organizada por el
Gobierno Regional de Iquitos.
l Norma Córdova, directora
regional de Comercio Exterior,
Artesanía y Turismo de Loreto,
explicó que el objetivo de la carrera es promover el turismo en
esta ciudad como destino de
deporte aventura.
l Lonely Planet, de la BBC, la
principal guía de viajes del
mundo, ubicó a la Amazon Great
River Raft Race en la lista de
las diez mejores carreras para
ver en vivo y en directo. El Rally
Dakar y el Tour de Francia son
parte de esa lista también.
l Países que han competido en
la historia de la carrera: Perú,
Venezuela, México, EE.UU.,
Canadá, Nueva Zelanda,
Australia, Turquía, Inglaterra,
Escocia, Irlanda, Sudáfrica,
Bélgica, Suecia, Austria, Irán,
Israel, Brasil, Alemania, Francia y Noruega.
l
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Pat, patalicipsed
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frío lugar donde la gente tiene
todo, pero es miserable”, y que los
competidores también lo sean al
enfrentarse al Amazonas.
Locales vs. extranjeros
Al término del primer día, la diferencia es clara: los extranjeros
jamás podrán contra los locales.
Además del conocimiento del
entorno, la visión de la carrera
es tan distinta como la cultura
peruana lo es con la escocesa: los
locales compiten para ganar, los
extranjeros para experimentar
la fuerza del ente vivo que es la
selva, a través del río Amazonas.
Entonces, no sorprende que ‘Los
Lobos Marinos de Nanay’ sean los
primeros en llegar a Nueva Esperanza –y mantendrán esa posición
hasta la última meta, en su pueblo
natal. Su destreza en el río se asemeja, justamente, a las nutrias:
coordinación acuática, astucia y,
sobre todo, resistencia física: así
su ventaja con los demás fuera
de kilómetros, nunca pararon de
remar. Ni el sol abrasador ni la lluvia punzante podría detenerlos.
“Nosotros practicamos mucho
en el río Nanay. Sí tenemos ventaja
con los extranjeros”, cuenta Lino
Navarro, capitán de ‘Los Lobos
Marinos de Nanay’, luego de dar
sendos sorbos de agua de una
botella, y sin saber que al final
del tercer día de competencia, ya
rtarlo a
través de una
veterinaria
local o
extranjera
(como lo hizo
cecilia con su
‘ferret’ dalila,
quien vino
desde chile).
LA CARRERA
cifras
70
200
5 mil
carpas, 280 colchonetas, 5 mil litros de agua y 280
chalecos salvavidas se necesitaron para los participantes
de la carrera.
remos, 200 kilos de clavos, mil galones de
combustible y 400 topas se requirieron para la
construcción de las balsas.
soles se llevaron los ganadores de cada categoría
(de Mejor equipo nacional, Mejor equipo extranjero
masculino, Mejor equipo extranjero femenino, Mejor equipo
extranjero mixto, Mejor equipo nacional mixto), mientras que cada
segundo lugar se llevó 3 mil soles.
en la meta final, impondrían un
nuevo récord de la competencia:
14 horas y 22 segundos, menos de
siete horas que ‘Amazon Bistro’,
el equipo que saldría campeón
entre los extranjeros. Es cierto,
los que llegan de fuera del país
se encuentran con una realidad
que los pasma, y la victoria se
trata más en penetrar la selva a
través de los ríos, olvidar los baños
por letrinas calurosas, dormir en
carpas desvalidas ante la lluvia y
abandonarse a la corriente. Así,
terminar la carrera será vencer.
Ha llegado a su fin la carrera,
y ha comenzado la tempestad que
sirve como colofón al evento que
arrancó cuatro días atrás, en la
Isla de los Pescadores. Varios de
los participantes han tenido que
ser remolcados por los guardacostas y la policía por el peligro de
que desaparezcan en la neblina
amazónica, y otros son atendidos
por los médicos debido al esfuerzo
físico. El barco de la organización ha encallado en un banco
de arena a poca distancia de la
meta, y Nanay es frío y ventoso,
quizá parecido al lugar que dejó
atrás Michael Collis en Inglaterra. Sin embargo, el calor es de
todos los participantes, que gritan
y comparten un mismo logro. Se
enfrentaron al Amazonas y no sucumbieron. Atardece en la selva, y
ya no serán los mismos. ❖