EL ODIO Y LA HUMANIDAD POR ELIE WIESEL Porque el odio

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EL ODIO Y LA HUMANIDAD POR ELIE WIESEL
Porque el odio? Porque obedecer su sombría e implacable fuerza que se manifiesta en el deseo de
destruir por razones que traen vergüenza y depresión a la condición humana? Que bien puede resultar
del odio? Ha habido, puede haber, nobleza en eso? Acaso se ha producido alguna obra de arte producto
del odio? Literatura y odio, espiritualidad y odio, belleza –pueden ponerse juntos?
Knut Hamsen y Louis-Ferdinand Céline fueron grandes novelistas, pero sus escritos antisemitas hacen
una literatura muy pobre. El odio reduce, abarata. El dicho popular “el amor es ciego” es incorrecto. El
odio es ciego y ciega. No hay luz en el odio, no hay salida de él. La Iliada de Homero empieza con enojo:
“Canta Aquiles el enojo de los dioses”. Enojo si, odio no. Todas las guerras empiezan en el corazón de los
hombres, no en los campos de batalla. Entonces porque aun existe tanto odio alrededor, en tantos
lugares, y cuál es su papel en la historia?
En la memoria colectiva de la humanidad, la mayoría de las sociedades se han regido por motivos
diferentes al odio. La Antigua Grecia celebraba la sabiduría, Roma glorificaba la autoridad, el
Cristianismo enfatizaba el amor aun en su fanatismo, el Islam predicaba el fanatismo aun en sus
oberturas hacia las creencias foráneas, y el Judaísmo predicaba la justicia y la verdad aun en el exilio. El
odio acompaña al fanatismo. El odio como un símbolo de poder se convirtió en una fuerza y se podía
encontrar solo en las dictaduras religiosas y políticas. Dudar allí significaba ser despreciado, condenado
y castigado. Stefan Zweig escribió sobre Erasmo:“Amaba muchas de las cosas que nosotros amamos,
poesía y filosofía, libros y arte, idiomas y personas, y sin distinción amaba al mundo entero. La única cosa
que verdaderamente odiaba? El Fanatismo”.
“Odia al enemigo” era el imperativo cuando la libertad humana estaba totalmente asfixiada y erradicada,
en tiempos en que pensar diferente era ser diferente, estar alejado y por lo mismo menos digno de
respeto, compasión y apoyo. El fanatismo inspira miedo. El gran Descartes quito su libro sobre ciencia
porque temía que le sucediera lo mismo que a Galileo.
Pero entonces, uno podría decir que todo esto sucedió alguna vez, no ahora. Error. Hoy el fanatismo se
ha convertido o re-convertido en una fuente de peligro, el más grave de todos. No es nada nuevo. El siglo
XX estuvo plagado de fanatismo: alojado en Moscú y los otros racistas, con su cuartel central en Berlín.
Su meta era la conquista global; para obtenerla, sacrificaron millones de vidas humanas. Auschwitz y el
Gulag no pueden ser comparados- no creo en las analogías relacionadas con el Holocausto- pero si tienen
cosas en común. Ambos desconfiaban fanáticamente de las diferencias individuales y abolieron la
libertad, ambos produjeron odio.
Aquellos de nosotros que inocentemente pensamos que la derrota del fascismo y la caída del comunismo
resultaron en la desaparición del antisemitismo, del racismo y la intolerancia, están equivocados. El
antisemitismo está creciendo, los racistas están muy activos y la intolerancia ha resurgido. De naturaleza
religiosa, penetra las noticias diarias al igual que dominaba en la Edad Media durante las Cruzadas y la
Inquisición.
Que es lo que seduce de la excesiva intolerancia que sale a la luz en el fanatismo? Le da al fanático un
sentido de superioridad. El cree que sabe mejor que nadie. No acepta dudas. Siempre está seguro de
tener la razón, por lo que evade el dialogo. Cuál es el propósito de escuchar otros puntos de vista que no
son correctos? Ultimadamente, el fanático quiere que el mundo entero sea una prisión. Desea que todas
las personas sean sus prisioneros. Las llaves están solo en sus manos. Eventualmente, también encierra a
Dios en una cárcel. Oponerse a él significa liberar no solo al hombre sino a Dios mismo.
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