Nos han vendido la falsa idea de que consumir

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EDUARDO RUBIO, PSICÓLOGO
«Nos han vendido la falsa idea de que
consumir más supone vivir mejor»
«El problema es el modelo neoliberal que impulsa a
pensar en el hoy, en tener más bienes»
Entrevista de Yolanda Veiga para El Correo 09.08.2005
«El envejecimiento de la población podría tener
repercusiones graves. ¿Quién va a pagar nuestras
pensiones?», se pregunta Eduardo Rubio Ardanaz, psicólogo
y coordinador del grupo de debate sobre aspectos sociales, en
el marco del congreso organizado por Eusko Ikaskuntza sobre
desarrollo sostenible. La precariedad laboral, el auge del
individualismo y el crecimiento de las desigualdades entre ricos
y pobres, alerta, son otras de las consecuencias que ha
provocado un modelo socioeconómico basado en «un
consumismo desaforado» que amenaza con «acabar con el
propio sistema» si no se le pone freno.
-¿Qué es un modelo social sostenible?
EL ESPECIALISTA
Eduardo Rubio Ardanaz es
psicólogo social por la universidad
del País Vasco. Es miembro de
Eusko Ikaskuntza y en la
actualidad está centrado en la
línea de investigación del
Desarrollo Sostenible y la
Psicología Social de la
Sostenibilidad.
-Aquél que permite a todo el mundo vivir de manera digna y que transmite esa forma
de vida a las siguientes generaciones.
-Ya hay cierta sensación de que vivimos bien.
-Porque nos han vendido la falsa idea de que consumir más significa vivir mejor. Antes
vivíamos ocho personas de una familia en la misma casa y sólo había un coche. Ahora
hay ocho casas y ocho coches y nos hacen ver que vivimos mejor, lo que no es sino un
mecanismo más para que consumamos, pero nos aísla y nos crea necesidades que nos
esclavizan, más que ayudarnos a vivir mejor.
-A algunos les vienen muy bien.
-Sí. Al sistema, que está basado en producir más para consumir más, pero ¿a coste de
qué?, ¿cómo influye en el planeta? Se acaba el petróleo, el efecto invernadero no se
puede amortiguar sin límites, estamos dañando la capa de ozono...
Se nota día a día
-Pero el ciudadano no lo percibe como un problema que le afecte en su día a
día.
-También lo hace. Sube la gasolina, no puedo tomar el sol al mediodía porque es malo
para la piel, el avión en el que me voy de vacaciones se revisa cada vez menos porque
el viaje tiene que ser barato... Y consumiendo barato estoy influyendo en que se
mantenga la precariedad laboral, que también me afecta a mí, porque la empresa lo
que quiere es ser competitiva y ello le exige pagar poco.
-¿Competitividad a costa de qué?
-De sueldos bajos, de que haya niños trabajando, incluso en Occidente, del agotamiento
de los recursos, de la explotación laboral, especialmente de los inmigrantes, cuando en
realidad los necesitamos.
-Mucha gente ve la inmigración como un problema.
-Si no viene gente de fuera, se nos hunde el chiringuito. Tenemos una población
envejecida. ¿Quién va a pagar nuestras pensiones?
-Se ve aún como un problema lejano...
-Pero va a tener mucha repercusión. El problema es que este modelo neoliberal que
empuja a un consumismo desaforado impulsa a pensar en el hoy, en tener más bienes
para poder vivir mejor, lo que nos genera necesidades que no son tal. Ocurre con las
rebajas. ¿Compramos algo porque lo necesitamos? No, pero lo tenemos que comprar
porque es barato.
-¿La solución pasa, entonces, por consumir menos?
-Es parte de la solución. Consumir menos y de otra manera. Si un producto nos lo
venden a un euro y otro parecido a dos, compramos el de uno; pero no nos paramos a
pensar en si el trabajador ha cobrado un sueldo digno, de dónde proviene la materia
prima Estamos alimentando el sistema.
Usar menos el coche
-¿Somos conscientes de cómo repercute nuestra manera de consumir?
-No. Mi coche no contamina mucho, ni gasta mucha gasolina, ni provoca muchos
atascos... pero ¿los coches de millones de personas? El consumo desaforado va contra
el planeta y tenemos que tomar conciencia de ello. Estamos a tiempo de hacerlo.
-¿Cómo?
-Una solución pasa por consumir de manera más adecuada. Yo antes era adicto al
coche, pero ahora lo cojo menos, tiraba los envases y ahora los reciclo. Si de repente
dejamos de consumir productos que dañan el medio ambiente o que provienen de la
explotación infantil, estamos siendo capaces de influir en el mercado y de lanzar un
mensaje.
-Eso exige una toma de conciencia masiva.
-Y una mayor participación ciudadana. Ésa es otra de las claves. Tenemos más poder
del que creemos que tenemos y utilizarlo supone que vamos a estar cada vez más
concienciados, que vamos a exigir responsabilidades a la Administración, que el poder
de las multinacionales va a quedar más amortiguado... Hay empresas que ya se
preocupan de no comprar material que provenga de mano de obra explotada, ¿por qué?
Porque quizá entonces el consumidor no compre ese producto y eso le va a perjudicar
económicamente.
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