Funcion endotelial y ejercicio

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS
Departamento de Postgrado
“FUNCIÓN ENDOTELIAL Y EJERCICIO”
Carrera de Especialización en Medicina Interna
Directores: Prof. Dr. Eduardo L. RODRÍGUEZ
Prof. Dr. Jorge G. MARTINEZ
Prof. Dra. María E. RODRIGUEZ
AUTOR: PEDRO OSCAR CHAUMEIL
AÑO: 2009
“FUNCIÓN ENDOTELIAL Y EJERCICIO”
RESUMEN
En las dos últimas décadas, la función endotelial (FE) normal ha sido
identificada como integrante de la salud cardiovascular. Estratégicamente ubicado
en la interfase entre la circulación sanguínea y la pared vascular, el endotelio está
idealmente posicionado para responder a los cambios hemodinámicas y mantener
la homeostasis sanguínea. Originalmente considerado como una capa de células
inertes y pasivas que solo recubrían los vasos sanguíneos formándole una cubierta
protectora, el endotelio es ahora considerado como un importante órgano
endócrino capaz de producir y responder a una serie de estímulos físicos y
químicos reconociéndosele además propiedades antiaterogénicas que incluyen la
inhibición del crecimiento y proliferación celular, reducción de la adhesión
plaquetaria y leucocitaria a la pared del vaso, propiedades antitrombóticas y
fibrinolíticas. La pérdida de estos atributos protectores debido a la disfunción
endotelial (DE) contribuye a la fisiopatogenia de la enfermedad ateroesclerótica y
la mortalidad cardiovascular.
El endotelio produce numerosos componentes que regulan el tono vascular,
siendo el óxido nítrico (ON) el vasodilatador principal. Es probablemente el más
importante y mejor caracterizado mediador del endotelio, y su función
vasodilatadora intrínseca es comúnmente usada como índice sucedáneo de la
función endotelial. La FE normal es indispensable para la correcta regulación del
tono vascular.
Aunque el rol del ON derivado de endotelio en el ejercicio agudo no ha
sido comprendido completamente, la realización de actividad física durante
semanas o meses produce un “Up Regulation” de la bio-actividad del ON. El
“Shear Stress” generado por el aumento del flujo sanguíneo es un potente
estímulo para la producción de ON y los cambios hemodinámicas que ocurren
durante el ejercicio agudo pueden por lo tanto, proveer un estímulo para el
mejoramiento de la FE. El entrenamiento físico mejora la función vasodilatadora
dependiente del endotelio, no sólo como un fenómeno localizado en el grupo
vascular activo, sino también como una respuesta sistémica, produciendo
adaptaciones fisiológicas en todo el sistema cardiovascular, que mejoran el estado
físico, el tono autonómico, la coagulación sanguínea y la inflamación que se
asocian a la mejoría de la salud vascular con reducción de los eventos
cardiovasculares tanto primarios como secundarios. Los mecanismos involucrados
son multifactoriales y probablemente incluyen además la modificación de los
factores de riesgo como el mejoramiento del perfil lipídico, el control del peso
corporal, la tolerancia a la glucosa y la presión arterial.
Individuos que presentan daño de la función endotelial en forma basal,
presentan mayor mejoría en su FE luego del entrenamiento físico en relación a
individuos que no presentan DE. Esto significa que es más difícil mejorar la FE
previamente normal, siendo esto reflejado por el aumento de la bio-actividad del
ON. Los detalles de los mecanismos por lo cual se produce este hecho fisiológico,
estarían dados por la importancia del “Up Regulation” y los efectos antioxidantes,
aunque estos mecanismos no están aún debidamente aclarados.
Muchas condiciones, incluida la ateroesclerosis, la Diabetes Mellitus e
incluso otros factores de riesgo cardiovasculares, son asociados con disfunción
endotelial (DE), los cuales se correlacionan con la mortalidad cardiovascular. Este
lazo entre la DE y las enfermedades vasculares es el punto clave para una
potencial intervención terapéutica, a los fines de lograr un mejoramiento de la FE,
otorgando una posible explicación para la reducción de eventos coronarios.
INTRODUCCION
El endotelio participa de forma importante en la conservación de la
homeostasis vascular mediante la secreción y liberación de diversas sustancias
vasoactivas y moléculas de adhesión.
Las células endoteliales, además de cumplir funciones de soporte de los
vasos sanguíneos y regulación de transporte de macromoléculas entre plasma e
intersticio, también producen una serie de moléculas biológicamente activas que
son liberadas como respuesta a una variedad de estímulos fisiológicos. Estas
moléculas influyen en el tono vascular, flujo sanguíneo, viscosidad y además
interaccionan con las células de la pared. Algunas de estas incluyen la
prostaciclina, el factor despolarizante derivado del endotelio, las bradicininas y el
ON todas con propiedades vasodilatadoras, mientras otras como la angiotensina II
y la endotelina, son potentes agentes vasoconstrictores. De estos agentes
vasoactivos producidos por el endotelio, el ON es uno de los más estudiado y
comprendido. El primero en identificarse fue el factor de relajación derivado del
endotelio en donde se estableció que el efecto vasodilatador de la acetilcolina era
solo evidente en vasos sanguíneos con una superficie endotelial intacta. Zawadzky
y Furchgott en los 80'(1) establecieron a este factor como el ON, sintetizado en
células endoteliales, a partir del aminoácidos L-arginina por acción de la óxido
nítrico sintetasa endotelial (ONs) (2), y desde entonces su rol protagónico ha ido
creciendo hasta convertirse en el órgano más importante de la economía no solo
por su superficie de extensión sino por su reconocidas funciones autócrina,
parácrinas y endócrinas.
La bioactividad del ON puede modificarse ya sea por estímulos
farmacológicos o fisiológicos. Durante el ejercicio, por ejemplo, el shear stress
estimula a la pared vascular, el endotelio actúa como mecano transductor e
incrementa los mecanismos vasodilatadores, que tienden a normalizar el alto shear
stress (3), aunque en la denominada “cascada de señalización” media una
estimulación mecánica para la liberación de las moléculas vasoactivas, los
mecanismos por lo cual se produce en forma completa, aún no han sido
debidamente aclarados y varias hipótesis han sido propuestas. La activación de los
canales de potasio (K) mediados por flujo (4), posiblemente como resultado del
shear stress que media la deformación de elementos del cito esqueleto, puede
conducir a la liberación del ON. (5).
La DE (6) relacionada al ON es encontrada bajo diversas condiciones,
siendo usual en ambos tipo de vasos ya sea en los de conductancia o resistencia y
en varios lechos vasculares, en especial en la circulación coronaria en donde los
mecanismos propuestos para explicar la disminución de la actividad del ON en
dicha zona incluyen la liberación de aniones superóxido asociados con un estado
rédox anormal.
La DE ha sido reportada en pacientes sin síntomas obvios de enfermedad
ateroesclerótica, pero que presentaban factores de riesgo cardiovasculares
convencionales, incrementándose de acuerdo al número de factores de riesgo
presentes. Factores como la edad, que es un importante predictor de daño en la FE
la cual declina con la edad, el tabaquismo ya que el humo del cigarrillo produce
disfunción endotelial encontrándose esto principalmente en vasos sistémicos y
coronarios, la hipercolesterolemia siendo uno de los mecanismos responsables de
la producción de superóxido, la obesidad particularmente asociado con la
obesidad central e insulinorresistencia y la DBT mellitus.
La DE también interviene en la fisiopatología de la HTA siendo reportada
como un marcador independiente para la morbilidad cardiovascular futura en
individuos hipertensos. El nexo entre DE e HTA no esta claro, pero la FE podría
mejorar como resultado de la administración de IECA quienes parecen mejorar no
solo la presión arterial, sino que también reducen la producción de superóxido y
atenuadores de la función del ON (7).
La actividad física involucra cambios dramáticos en la hemodinámica
cardiovascular. En respuesta al ejercicio agudo, numerosas fenómenos interactúan
para aumentar el flujo sanguíneo y la activación muscular. En el comienzo del
ejercicio, la acción mecánica de la contracción y relajación muscular esquelética
crea una bomba muscular, lo cual causa un aumento inmediato en el flujo
sanguíneo del músculo en trabajo. Como la actividad muscular continúa, los
metabolitos con propiedades vasoactivas son liberados del músculo dentro del
líquido intersticial y activan directamente las arteriolas terminales. Las sustancias
propuestas a ser involucradas en esta “vasodilatación metabólica” (8) incluyen los
iones K, metabolitos como la adenosina y más recientemente el ON liberado
desde el músculo activo.
La respuesta al incremento del flujo local de la estructura de la red arterial
facilitadora, es la elevación progresiva en serie desde los vasos largos. Este el
principio de la “Vasodilatación Ascendente” propuesta para explicar el fenómeno
de vasodilatación, la cual comenzaría en la microvasculatura y se transmitiría en
forma proximal hacia las grandes arterias. Una de las explicaciones propuestas
para dicho fenómeno, luego del ejercicio agudo, es que los vasos terminales que
bañan el fluido insterticial se ponen en contacto con los metabolitos liberados,
incrementando la velocidad de flujo a través de una corriente ascendente arterial
(9). Este incremento en el flujo incrementa el shear stress en el endotelio,
estimulando la liberación de ON y la consiguiente vasodilatación arterial.
Inicialmente se desarrollaron técnicas invasivas que evaluaban las arterias
coronarias a través de la angiografía, posteriormente, se desarrollaron técnicas no
invasivas que utilizan el ultrasonido y el doppler color para medir los cambios que
se producen en el diámetro y flujo de la arteria braquial luego de someterla a
diferentes estímulos; identificando y cuantificando la presencia y severidad de la
DE dependiente de endotelio, siendo hoy en día esta técnica el “Gold Stándar”. En
numerosos estudios clínicos se esta utilizando esta técnica no invasiva para la
medición de la función endotelial.
En 1992 Celermajer et al.(10) fue el primero en describir una técnica no
invasiva para evaluar la vasodilatación endotelio dependiente en las arterias
braquial y femoral. Esta técnica se basa en la observación, por medio de
ultrasonidos de alta resolución, de los cambios de diámetro que se producen en la
arteria braquial como respuesta a un estímulo que, en condiciones fisiológicas,
produce un aumento de la liberación de ON. Este estímulo puede ser mecánico
como, por ejemplo, el aumento de flujo sanguíneo asociado a la hiperemia
transitoria que sigue al periodo de isquemia previo, conocida como dilatación
mediada por flujo. Esto puede producirse inflando un manguito de presión en el
antebrazo, lo que provoca la oclusión temporal de la arteria humeral (de
conductancia al igual que la femoral). Una vez liberada la compresión, el aumento
de flujo genera un incremento de la presión de rozamiento (shear stress), estímulo
físico inductor de liberación de ON. Por medio del ultrasonido se mide el
diámetro de la arteria en estudio en situación basal, y luego se la valora ante el
incremento de flujo secundario a la oclusión. Posteriormente se mide la respuesta
al diámetro arterial ante la administración de nitroglicerina. En arterias sanas, el
incremento de flujo tras la oclusión causa dilatación de los vasos, por liberación
de ON "vasodilatación endotelio-dependiente" (VDED).
Este mecanismo, sin embargo, falla en presencia de DE. La respuesta
vascular de vasodilatación a la nitroglicerina es "endotelio-independiente", ya que
ésta tiene una acción directa sobre el músculo liso y, por tanto, su acción no se ve
afectada por la presencia de DE. Esta técnica goza de una variabilidad aceptable y
una buena reproducibilidad, en la actualidad existen guías para su empleo y
desarrollo siendo en el momento actual una herramienta idónea que deberá ser
adecuadamente investigada para determinar su utilidad en el campo clínico.(11)
Material y Métodos
El trabajo se realizó en la ciudad de La Plata, en un período comprendido
entre (2003-2006).Es un trabajo de tipo no experimental, transversal, comparativo.
Se estudiaron un total de 57 pacientes, que ingresaron a protocolos donde se
realizó actividad física y que comprendió diferentes tiempos de actividad, con una
misma distancia e intensidad en los distintos protocolos que se dividieron en tres
grupos:
Grupo A realizó caminata durante 15 minutos.
Grupo B realizó trote de 15 minutos
Grupo C realizó trote de 45 minutos.
Se tomaron en cuenta los siguientes criterios de inclusión y exclusión:
Criterios de inclusión:
• Personas sanas.
• Edades mayores a 18 y menos de 35 años.
Criterios de exclusión:
• Tener mas de 35 años y menos de 18 años
Presentar enfermedades como:
• DBT.
• HTA previamente conocida.
• Obesidad.
• Dislipemia (se utilizaron laboratorios de hasta 3 meses de antigüedad).
• Utilizar algún tipo de medicación que interfiera con el estudio.
• No cumplimiento con el protocolo de estudio en forma completa.
Variables utilizadas:
•
•
•
•
Edad.
Sexo.
Realización de actividad física programada.
Medición de área arteria braquial BASAL y POST EJERCICIO
INMEDIATO y alejado.
Se realizó con los fines de evaluar la función endotelial, la prueba Test de la
Arteria Braquial con una técnica modificada de la técnica original propuesta por
Celermajer, en donde se evaluará la dilatación de la arteria braquial luego de
someterla al stress parietal generado por el ejercicio físico, en sus diferentes
protocolos, bajo condiciones estandarizadas en el reporte de la “Internacional
Brachial Artery Reactivity Task Force”(13).
Prueba:
Equipo: ecógrafo doppler color ATL 1500.Preparación del paciente:
• La prueba se realizó en un lugar tranquilo con temperatura adecuada y
controlada.
• Se suspendió la ingesta de cualquier sustancia vasoactivas que interfiera en
el estudio.
• No consumir previo a la realización del test: cafeína, comidas grasas,
Vitamina C, Tabaco.
• Luego se realizó actividad física en sus diferentes protocolos.
Técnica:
• Modificada de Celermajer. Se realizó estudio doppler, calculándose el
diámetro de la arteria braquial en reposo (basal). Inmediatamente después,
las personas que participaron en el estudio realizaron actividad física, en
un circuito preestablecido respetando la distancia y el tiempo por vuelta
estipulada con anterioridad, con una intensidad física del 55%, en los
diferentes grupos. Inmediatamente luego de la realización de dicha
actividad se midió el diámetro arterial, repitiéndose la medición a los 15 y
30 minutos, con el fin de estudiar también la respuesta fisiológica alejada.
El estimulo del ejercicio físico resultante generó un aumento del shear
stress que dilató la arteria. La modificación del área se cuantificó en
porcentaje. A medida que se obtuvieron los datos se registraron en una
planilla de cálculo.
Con respecto a las normas éticas, los pacientes fueron invitados a ingresar al
estudio, explicándoles las características de la prueba a realizar y obteniendo su
conformidad. Al terminar el estudio se les realizó una encuesta en la que debían
contestar si experimentaron alguna incomodidad y si lo volverían a realizar.
Análisis estadístico
Para el análisis estadístico cuando se compararon los promedios de los tres grupos
se utilizó el análisis de la varianza (ANOVA). Cuando se encontraron diferencias
se continúo el análisis con el test de TUKEY. Para comparar los promedios de dos
grupos se utilizó el método de STUDENT (“t”).
Financiación del Trabajo:
El trabajo se realizó en el Instituto Medico Platense, destacando que el desarrollo
del mismo no aumentó las erogaciones de la institución, corriendo por cuenta del
autor los gastos de librería.
OBJETIVOS
•
Observar la influencia de la actividad física sobre la función endotelial.
•
Establecer el porcentaje de cambio luego de realización de actividad física.
•
Comparar la respuesta endotelial en los diferentes niveles de actividad
física.
•
Evaluar el mantenimiento de la dilatación endotelial posterior al esfuerzo
en los diferentes grupos.
•
Valorar las diferencias por género de acuerdo con las diferentes respuestas
de la función endotelial.
RESULTADOS
Se estudiaron 57 personas distribuidas en los diferentes grupos. Del total,
de pacientes estudiados, la distribución por género fue de 26 los varones y 31
mujeres. Esto representó el 45,6% para los varones y 54,3% para las mujeres.
(Tabla 1 y Gráfico 1)
TABLA 1
Nº Pacientes
X de edad (años)
Promedio General de Diámetro de Arteria
Braquial BASAL( Area)
Varones
26
25,4
0,22
Mujeres
31
25,9
0,15
Total
57
25,71
0,183
GRAFICO 1
Distribucion por Género
60
50
varones
mujeres
total
Nº de
Pacientes 40
30
20
10
0
1
Las edades estaban comprendidas entre 19 y 34 años, siendo la Media
general de 25,71 años. En los varones la Media de edad fue de 25,4 y en las
mujeres 25,9. Se observó que el mayor número de personas se encontraba en el
rango de edad entre 24-28 años siendo un total de 24, lo que representó el 42,1%
de las personas estudiadas. De los cuales 10 (23,75%) pertenecían al sexo
masculino y 14 (33,25%) al femenino. (Gráfico 2)
GRAFICO 2
Distribución por Género y Edad
14
Nª de
12
Personas
10
Masculino
Femenino
8
6
4
2
0
19-23 años
24-28 años
Mas de 29 años
Del total de pacientes estudiados, en el GRUPO A (caminata de 15 minutos)
11 pertenecían al sexo femenino y 5 al sexo masculino. En el GRUPO B (trote de
15 minutos) 9 pertenecían al sexo femenino y 10 al sexo masculino. En el
GRUPO C (trote 45 minutos) 11 pertenecían al sexo femenino y 11 al sexo
masculino. (Gráfico 3)
GRAFICO 3
Distribución por Género
12
Nª de
10
Personas
varones
8
mujeres
6
4
2
0
GRUPO A
GRUPO B
GRUPO C
Se evaluó la función endotelial mediante el test de Arteria Braquial, en
forma basal y posterior a la realización de ejercicio, observándose que el
promedio general de diámetro BASAL de todos los grupos fue de 0,186 y POSTEJERCICIO INMEDIATO de 0,23, diferencia altamente significativa (P=0,01).
En el GRUPO A: el diámetro BASAL promedio fue de 0.20 y POSTEJERCICO
INMEDIATO de 0,24 diferencia que no fue estadísticamente significativa (P=
0,072), GRUPO B: diámetro BASAL promedio de 0.17 y POST EJERCICIO
INMEDIATO de 0,21 diferencia altamente significativa (P=0,000); GRUPO C:
diámetro BASAL promedio de 0,18 y POST EJERCICIO INMEDIATO de 0,23
con alta significancia estadística (P=0,000). (Tabla 2 y Gráfico 4)
TABLA 2
GRUPO
Promedio
basal
Promedio
Post- Promedio a Promedio a los
ejercicio inmediato los 15min 30min
Grupo A
Grupo B
0,20
0,17
0,24
0,21
0,22
0,18
0,18
0,20
Grupo C
0,18
0,23
0,19
0,17
GRAFICO 4
Valor Promedio del Test de la Arteria Braquial en cada Grupo
0,25
Área
0,2
GRUPO A
GRUPO B
GRUPO C
0,15
0,1
0,05
0
basal
post
15min
Tiempo
30min
Si analizamos los grupos en forma individual y por género, observamos
que en el GRUPO A el diámetro de arteria braquial del sexo masculino BASAL
fue de 0,24 y POST EJERCICIO INMEDIATO de 0,26. No significativo.
(P=0,705). En las mujeres el diámetro de arteria braquial BASAL fue de 0,17 y
POST EJERCICIO INMEDIATO de 0,23. No significativo. (P=0,302). El
porcentaje de variación para el sexo masculino fue del 8,3% y para el sexo
femenino del 29,4%.(Tabla 3 y Gráfico 5)
GRAFICO 5
Promedio de Diámetro de la Arteria Braquial
por Género en el Grupo A
0,3
Area 0,25
Masculino
Femenino
0,2
0,15
0,1
0,05
0
basal
post
15min
30min
Tiem po
TABLA 3
GRUPO A
Varones
Mujeres
Promedio de
ambos sexos
Diámetro de
Arteria Braquial
BASAL
0,24
0,17
0,20
Diámetro de
Arteria Braquial
Post-Ejercicio
0,26
0,23
0,24
Porcentaje de
Variación
Significancia
Estadística
8,3
29,4
20
No Significativo
No Significativo
No Significativo
Analizando el GRUPO B observamos que en los varones el diámetro de
arteria braquial BASAL fue de 0,21 y POST EJERCICIO INMEDIATO de 0,24.
No significativo (P=0,242). En las mujeres el diámetro de arteria braquial BASAL
fue de 0,13 y POST EJERCICIO INMEDIATO de 0,18 con una (P=0,002).
Altamente significativa. El porcentaje de variación promedio para el sexo
masculino fue de 14,3% y para el sexo femenino de 38,4%.(Tabla 4 y Gráfico 6)
GRAFICO 6
Promedio de Diámetro de la Arteria Braquial
por Género en el Grupo B
0,25
Area
0,2
Masculino
0,15
Femenino
0,1
0,05
0
basal
post
15min
30min
Tiempo
TABLA 4
GRUPO B
Varones
Mujeres
Promedio de
ambos sexos
Diámetro de Arteria
Braquial BASAL
0,21
0,13
0,17
Diámetro de Arteria
Braquial Post-Ejercicio
0,24
0,18
0,21
Porcentaje
de Variación
14,3
38,4
23,5
Significancia
Estadística
No Significativo
Altamente S.
Altamente S.
En el GRUPO C observamos que en el sexo masculino el diámetro de
arteria braquial BASAL fue de 0,21 y POST EJERCICIO INMEDIATO de 0,26.
No significativo (P=0,139). En el sexo femenino el diámetro de arteria braquial
BASAL fue de 0,16 y POST EJERCICIO INMEDIATO de 0,21. Valor
significativo (P=0,005). Se obtiene un porcentaje de variación en el sexo
masculino de 23,8% y en el sexo femenino de 31,2%. (Tabla 5 y Gráfico 7).
GRAFICO 7
Promedio de Diámetro de la Arteria Braquial
por Género en el Grupo C
0,3
Area
0,25
Masculino
Femenino
0,2
0,15
0,1
0,05
0
basal
post
15min
30min
Tiem po
TABLA 5
GRUPO C
Varones
Mujeres
Promedio de
ambos sexos
Diámetro de
Arteria Braquial
BASAL
0,21
0,16
0,18
Diámetro de
Arteria Braquial
Post-Ejercicio
0,26
0,21
0,23
Porcentaje de
Variación
23,8
31,2
27,7
Significancia
Estadística
No Significativo
Significativo
Altamente S.
DISCUSIÓN
En nuestro estudio observamos que el sexo femenino presenta valores
basales promedio de diámetro de arteria braquial inferiores con respecto a los del
grupo masculino, esto se observa en todos los grupos, presentando un porcentaje
de variación superior al sexo masculino en todos los grupos. Es de destacar que en
el Grupo A y Grupo C los valores obtenidos de diámetro de arteria braquial
promedio a los 30 minutos eran inferiores a los valores basales, hecho no
observado en el grupo B donde la dilatación de arteria braquial se mantuvo más en
el tiempo.
En el Grupo A encontramos una respuesta vasodilatadora positiva
inmediatamente posterior a la realización de la prueba, tanto en el sexo masculino
como en el sexo femenino, obteniéndose en este último grupo el mayor porcentaje
de dilatación (29,4%), regresando a los 30 minutos a valores levemente inferiores
a los basales, a diferencia del sexo masculino donde observamos que ya los 15
minutos los valores son similares a los basales. El porcentaje de aumento del
diámetro de la arteria braquial es muy alto pero sin significancia estadística quizás
debido a que el tamaño de la muestra es pequeño. Analizando el Grupo B
encontramos que el sexo femenino nuevamente presenta el mayor porcentaje de
dilatación (38,4%) siendo éste valor, el mayor porcentaje de dilatación obtenido
de todos los grupos. A los 15 minutos el sexo masculino presenta valores
inferiores a los basales con un importante aumento a los 30 minutos posteriores y
en el sexo femenino se observan valores superiores y estables a los 15 y 30
minutos con respecto a los basales.
En el Grupo C observamos lo visto en los otros grupos, valores basales
superiores en el grupo masculino, gran dilatación de la arteria braquial postejercicio inmediato, observándose un descenso dramático en los registros a los 15
y 30 minutos en ambos grupos. En este grupo es donde se obtiene el mayor
porcentaje promedio de variación del diámetro de arteria braquial de todos los
grupos (27,7%) dado principalmente por la dilatación obtenida por el sexo
masculino donde se observa el mayor porcentaje de todos los grupos (23,8%).
Está claro que la vasodilatación producida por el ON es sólo uno de los
efectos relatados del ON, y que es sólo uno de varios mediadores que produce el
endotelio. Sin embargo el ON juega un rol fundamental en la FE y su efecto
vasodilatador proporciona una señal práctica de la FE.
La realización del ejercicio agudo, produce cambios hemodinámicos que
actúan directamente en el endotelio (13). La exposición recurrente de estas fuerzas
resulta en una adaptación que incluye el “Up regulation” de la actividad del ON y
el consiguiente aumento de la vasodilatación. El entrenamiento que ejercita
pequeños grupos musculares como la contracción de las manos puede mejorar la
función vasodilatadora local, pero el ejercicio que involucra áreas amplias de
músculos, ya sea el ciclismo o el trote, generan un gasto cardiaco y una presión de
pulso incrementada, resultando en un incremento del flujo pulsátil y la presión de
pulso sistémica. La exposición prologada a estos estímulos vasculares por el
entrenamiento generan shear stress, y pueden mejorar la capacidad de
vasodilatación tanto local como sistémica. Es importante destacar que estos
efectos encontrados son extensivos a la circulación coronaria (14) (15). En
jóvenes y sanos la mejoría en la FE normal se observa con un buen entrenamiento
físico, pero esto no es tan claro cuando hay condiciones asociadas que generan DE
o cuando es necesario prevenir la declinación dada por la edad. Este abanico de
posibilidades que muestra el entrenamiento en la función endotelial, está
determinado por la edad, estado físico y los factores de riesgo.
Diferentes estudios han demostrado que la mejoría en la FE se obtiene luego
del entrenamiento de unos pocos días en animales. En humanos sanos, 4 semanas
de entrenamiento mejoran la FE basal. En estados patológicos asociados a DE se
produce una mejoría más rápida al entrenamiento obtenido luego de 3 o 4
semanas, pero rápidamente retorna a lo basal cuando cesa la actividad física (16).
La exposición prolongada a los cambios hemodinámicos dados por el
entrenamiento físico, generan un aumento en la sensibilidad del músculo liso al
ON, tanto en animales como en humanos. También existe alguna evidencia que
puede ocurrir eventualmente un remodelado vascular con el incremento del
diámetro del vaso. Estos dos últimos procesos, efectivamente, constituyen
mecanismos para reducir el shear stress, permitiendo que la actividad del ON
vuelva a los niveles de preentrenamiento. Sin embargo, los mecanismos
endoteliales responsables que median los cambios estructurales de los vasos,
quedan aun sin definir.
A través de los años, el endotelio vascular está expuesto a stress psíquico,
físico y químico comprometiendo su función, junto con la edad, factores de riesgo
y enfermedad cardiovascular. La DE está caracterizada por la reducción de la
actividad del ON, siendo este un componente en la clínica de la aterogénesis, de la
IC, la DBT y en la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular. La
actividad física regular se asocia con el mejoramiento de todas estas condiciones
por los efectos positivos del ejercicio sobre la FE.
Bibliografía
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