mario molina y el principio precautorio

MARIO MOLINA Y EL PRINCIPIO PRECAUTORIO
LA DESTRUCCIÓN DE LA CAPA DE OZONO
PEDRO MEDELLÍN MILÁN
Profesor Investigador de la UASLP
Publicado en Pulso, Diario de San Luis
Sección Ideas, Pág. 4a del jueves 12 de abril de 2001
San Luis Potosí, México.
URL: http://ambiental.uaslp.mx/docs/PMM-AP010412.pdf
Hoy presento un texto de la Unión de Científicos Preocupados (UCS, por sus siglas
en inglés) sobre Mario Molina. Me parece interesante presentarlo por dos razones:
1) para que el lector tenga acceso a una cita textual de la UCS y 2) para hacer una
reflexión sobre el Principio Precautorio con base en la información del texto. Todos
los párrafos con viñetas son citas textuales traducidas, tal como aparecen en su
página, www.ucsusa.org :
LA HISTORIA DE MARIO MOLINA Y SUS DESCUBRIMIENTOS SOBRE EL
OZONO
•
Mario Molina logró un lugar en la historia al presentar la primera
demostración definitiva de que las acciones humanas pueden dañar el
ambiente a escala global.
•
En 1974 Molina estableció la hipótesis de que los clorofluorocarbonos, o
CFC’s, un ingrediente muy usado entonces en latas de aerosoles, aires
acondicionados y refrigeradores, estaban agotando la “capa de ozono”, una
delgada capa del gas situada en la atmósfera entre quince y cuarenta
kilómetros sobre la superficie de la tierra.
•
El ozono estratosférico protege al planeta de los rayos ultravioleta del sol
cuya incidencia directa es dañina a los seres vivos. Sin el ozono, la vida
vegetal y animal tal como la conocemos no existiría en el planeta, o por lo
menos sobre el suelo. Molina predijo que un sólo átomo de cloro, liberado en
la atmósfera superior por la descomposición de los CFC’s, podría destruir
hasta 100,000 moléculas de ozono.
•
La propuesta de Molina fue inicialmente recibida con escepticismo,
particularmente por la industria de los CFC’s (con ventas de 2,000 millones
de dólares al año) y aún por sus colegas científicos. Pero para el año de 1979
ya había probado su teoría.
•
Alarmados por las noticias de un “talón de Aquiles” en la atmósfera, el
público demandó acción. Molina testificó ante el Congreso de los EUA y el
número de cartas que recibieron de los ciudadanos sólo fue menor al de la
Guerra de Vietnam. Cediendo a la presión, los fabricantes empezaron a
buscar alternativas a los CFC’s.
•
Estas acciones, incluyendo una prohibición en el uso de CFC’s como
impulsores en latas aerosoles en los EUA, ocurrió a pesar de que nadie había
observado aún ninguna pérdida de ozono estratosférico. El descubrimiento
del famoso agujero en la capa de ozono sobre la Antártica ocurrió hasta
1980, avivando el sentimiento de urgencia sobre una total prohibición de los
CFC’s.
•
Molina mismo dice sobre este episodio, que fue “un precedente importante
en el uso del principio precautorio” y sugiere que la necesidad de hacer algo
aún antes de que se alcance un grado de certidumbre es “típico de los
asuntos ambientales.”
•
En 1987, se firmó un acuerdo internacional conocido como el Protocolo de
Montreal para desfasar el uso de los CFC’s en los países desarrollados y en
desarrollo.
•
Molina siguió con su investigación, para probar la conexión entre los CFC’s y
el agujero de ozono de la Antártica vía una serie de reacciones químicas que
fueron confirmadas en 1991.
•
Por este trabajo en química atmosférica Molina recibió el Premio Nóbel de
1995, compartido con Sherwood Rowland y Paul Crutzen. Era la primera
vez que un Nóbel era otorgado a un mexicano americano y también la
primera vez que el Comité Nóbel reconocía a líderes en ciencias ambientales.
•
Al recibir su parte del premio de un millón de dólares, Molina donó dos
tercios para ayudar a que científicos del tercer mundo condujeran
investigación ambiental.
•
“Tenemos grandes desafíos frente a nosotros si hemos de preservar el
ambiente, y es obvio que hay demasiados pocos científicos de los países en
desarrollo involucrados en este esfuerzo”, dijo.
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•
Molina y su grupo de investigación han continuado desde entonces
indagando sobre un amplio rango de reacciones químicas en la interfase
entre la atmósfera y la biosfera, que son críticas para el entendimiento del
problema de la contaminación del aire urbano, así como del proceso de
cambio climático.
•
Molina ha sido profesor de química atmosférica en el MIT desde 1989. En
1994 fue llamado a formar parte del Comité de Asesores del Presidente en
Ciencia y Tecnología y se hizo miembro de la barra de directores de la UCS
en 1997.
COMENTARIOS SOBRE EL PRINCIPIO PRECAUTORIO
Como dije al inicio, termino con un comentario: El Dr Mario Molina hace notar que
algunas de primeras iniciativas para disminuir las emisiones de CFC’s fueron
tomadas antes de tener evidencia científica fuerte sobre el daño que causan estas
sustancias químicas. Sin embargo aún así, es interesante notar que todas estas
iniciativas ambientales ocurren a contracorriente del sistema de producción y sus
intereses comerciales, que suelen ser determinantes. En este caso, la evidencia
teórica se dio en 1974, los primeros pasos y las pruebas empíricas se dieron hasta
cinco años después en 1979, en 1980 se “fotografió” el agujero de ozono y sólo hasta
1987 se logró un acuerdo internacional para empezar a disminuir la fabricación de
los dañinos CFC’s. A pesar de esto, esta se considera una historia relativamente
exitosa en la lucha para proteger el ambiente, pero es sólo una de las miles de
historias que protagoniza el hombre industrial en contra de la naturaleza. De
muchas de estas historias se sabe mucho menos o tienen unas rutas mucho más
tortuosas. Los CFC’s aún se fabrican, aunque en mucho menor medida. El principal
sustituto de los CFC son los HCFC’s y estos tampoco son inocuos. En resumen, el
Principio Precautorio se tiene que aplicar con mucha mayor visión y determinación
si queremos salvar el planeta y la especie humana.
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