LA TERCERA REVOLUCION INDUSTRIAL Y LAS NUEVAS

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LA TERCERA REVOLUCION INDUSTRIAL
Y LAS NUEVAS EXIGENCIAS DEL PSOGRADO
Luís Felipe Abreu *
Sara Rosa Medina *
El sistema educativo actual se ha derivado de la producción fabril mecanicista y habrá de
transformarse al parejo de la revolución científico-técnica que hoy vivimos.
La crisis contemporánea ha sido provocada por la tendencia a manejar el presente con las
herramientas del pasado; vivimos fuera de tiempo e intentamos gobernar la Tercera Revolución
Industrial con los elementos propios de la fábrica rutinaria.
En efecto, la sociedad predominante ha derivado su estructura de la producción masiva: con su
división del trabajo en tareas simples que son repetidas incesantemente. Nuestros arquetipos
son el “taylorismo” y el modelo “fondista”, con sus líneas de montaje y sus procesos rutinarios
determinados por una planta industrial rígida, diseñada para hacer un producto específico. Por
el contrario, en el presente la industria marcha en una dirección distinta: el uso creciente de las
computadoras, las máquinas con control numérico y los manipuladores automáticos (robots);
configuran los llamados “Sistemas de Fabricación Flexible” (SFF). Estos pueden reprogramarse
incesantemente para cambiar las características del producto: el límite ya no se halla en las
máquinas, sino en la capacidad de los individuos que las operan. En general, las tareas
rutinarias y repetitivas son dejadas a las computadoras. Así, se conforma una transformación
radical del trabajo humano, el cual se orienta hacia las tareas de innovación, investigación y
desarrollo. Asistimos al eclipse de la “sociedad mecanicista”, para dar paso a la “sociedad
activa”, caracterizada por la innovación continua y la flexibilidad de los sistemas productivos.
Nos hallamos frente al fin de una era y el comienzo de otra, y para ello no estamos preparados,
de ahí el “shock del pasado” que nos agobia y sumerge en esta crisis; la cual es, ante todo, una
crisis cultural.
También el actual sistema educativo se ha derivado de los paradigmas “taylorista” y “fordista”,
sin embargo, la revolución científico-tecnológica que hoy vivimos, nos exige abandonar el
esquema mecanicista: pues, no podemos producir hombres creativos mediante rutinas
inflexibles y acríticas.
La educación predominante ha copiado de la fábrica rutinaria sus métodos de trabajo, es por su
planeación, organización y control un producto del pasado:
La planeación educativa: se deriva de un sistema fabril cuasi-estático, donde los sistemas
productivos y tecnológicos evolucionan muy lentamente y las revisiones curriculares se
producen cada 10 ó 15 años.
La organización escolar: utiliza la repetición como eje de todo aprendizaje, se busca desarrollar
un educando estandarizado, dotado de un pensamiento convergente que lo capacita para
seguir instrucciones precisas. Incluso esta tendencia ha penetrado a los niveles del posgrado
por la vía de la super-especialización.
* Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
El control de la educación: Es autoritario e inflexible, supedita al educando a una estructura
rígida e irracional.
En cuanto la economía moderna se orienta al uso intensivo de los conocimientos y los
“sistemas de fabricación flexible”. Se requiere de una educación de nuevo tipo: dinámica,
flexible con un fuerte componente de ciencias básicas, capaz de seguir la “deriva” científicotécnica, en donde se desarrolle la capacidad creativa y de innovación y proporcione al
educando los elementos para incorporarse a un proceso de “educación continua”.
El posgrado tendrá que participar como elemento central de este cambio, por lo menos, deberá
responder con urgencia a los siguientes retos:
1. El acelerado desarrollo científico-tecnológico, exige una organización, capaz de:
a) contemplar el horizonte científico y tecnológico previsible y preparar a sus egresados
en función de los futuros posibles.
b) Poseer la suficiente flexibilidad curricular para incorporar los nuevos conocimientos,
mediante la reformulación constante de los paradigmas de las diferentes disciplinas.
c) Promover la formación sólida en ciencias básicas, única de garantizar la formación
continua del educando.
2. la innovación científica y tecnológica es la base de la economía: las fábricas y los
centros de educación tienden a convergir, la industria requiere de la educación
permanente de su personal y de la investigación continua; y las instituciones de
educación superior necesitan las condiciones reales de la producción para la
investigación y la formación profesional.
a) Los parques son un espacio en el cual se plasma esta convergencia y deben planearse
cuidadosamente. Pues en un país como el nuestro en donde la empresa carece de
investigación y las
instituciones educativas se hallan alejadas de la producción,
articulación eficiente de ambas instancias.
b) La necesidad de laboratorios pesados cofinanciados entre la industria y las
instituciones educativas se vuelve indispensable: tanto para la investigación, como para
la enseñanza y el desarrollo de nuevos procesos.
c) La educación formativa en las tareas de investigación y desarrollo es crucial, porque
serán las actividades demandadas por el mercado de trabajo.
d) La artificiosa separación entre facultades e institutos debe superarse mediante nuevas
formas de organización, pues es resultado de una división del trabajo obsoleta.
e) El uso de los sistemas de automatización computarizados se vuelve indispensable,
tanto para la producción, como para la investigación y la educación.
f)
El establecer grandes proyectos de modernización tecnológica e investigación y
desarrollo en determinadas ramas de la producción, es la única forma viable para
renovar la industria y el posgrado simultáneamente. Es conveniente crear: Laboratorios
Nacionales de Referencia, por rama industrial.
3. La educación actual desprecia los procesos cognoscitivos del educando, más bien se
ha dedicado a la conformación de la conducta o a la preparación para una práctica
profesional estable. Así ocurre en los estudios de especialización y en muchos casos
en los de maestría. El futuro exige la innovación constante y la creatividad:
a) Debe favorecerse la enseñanza tutorial, en contacto directo con quienes se hallan en la
frontera del quehacer científico y tecnológico. Lo cual implica modificar nuestro modelo
universitario a favor de personal dedicado de tiempo completo a las tareas de
investigación e innovación.
b) La modificación de la práctica rutinaria se logra cuando se enfrenta al educando con
problemas que por su complejidad inducen el desarrollo de enfoques alternativos y esto
requiere de la infraestructura y el financiamiento para la investigación: es menester
incluir en los planes de estudio líneas de investigación innovadoras que se revisen
constantemente.
c) Es necesario emprender un esfuerzo de indagación sistemática sobre la capacidad del
posgrado para desarrollar la creatividad y la capacidad de innovación.
4. Las actividades productivas y de investigación se producen en el contexto de la
competencia internacional, por eso es menester:
a) Establecer estándares educativos y de investigación superiores o iguales a los
internacionales, para lo cual debe organizarse un vasto programa de intercambios y
colaboración internacional.
b) Favorecer el espíritu de cooperación y el trabajo en equipos interdisciplinarios a fin de
subsanar carencias y lograr el desarrollo acelerado de nuestras capacidades.
c) Dotar al educando de una formación filosófica, ética y humanística capaz de orientar su
participación creadora en el desarrollo nacional.
En síntesis, la modernización económica de México requiere de un nuevo tipo de institución de
educación superior. Pues, en la actualidad, gracias a la tecnología, informática, los recursos
humanos son el elemento central de progreso: ya que el conocimiento humano ha reemplazado
a las máquinas y a las fábricas como motor del cambio tecnológico.
Así el componente del “capital humano” cobra una mayor importancia con relación al “capital
físico”. La economía moderna exige: la comprensión científica de los procesos técnicos, la
capacidad de innovación, el aprendizaje continuo y el trabajo en equipo. En ello radica la
verdadera flexibilidad de la producción: entonces, podemos afirmar que el “cuello de botella” no
se halla en el “hardware”, sino en el “software”.
Sin embargo, la necesidad social de preparar al individuo para la “fabricación flexible”, no
puede ser afrontada por ninguno de los actores sociales de manera aislada e inconsciente:
-
Las empresas temen que su inversión educativa sea transferida a otras firmas
debido a la movilidad laboral y prefieren la producción rutinaria de baja
calificación.
-
El Estado inmerso en una aguda crisis fiscal, está muy preocupado por reducir
costos y aumentar el control del gasto con ello, se privilegia una estructura
rígida que reduce nuestra flexibilidad social y económica.
-
El “taylorismo” como política, tanto pública como privada, pretende sustituir la
educación, la investigación y la alta tecnología por controles burocráticos y
trucos contables; reduce los costos de inversión en el corto plazo, pero nos
condena a la obsolescencia tecnológica y nos debilita frente a la competencia
internacional, amenaza con “industrializarnos” sobre la base de una tecnología
caduca, lo que constituiría paradójicamente “una alternativa subdesarrollada al
subdesarrollo”.
Requerimos, con urgencia, de una política global, que involucre a todos los sectores sociales,
mediante consenso, a fin de conformar un Pacto para el Desarrollo Científico, Tecnológico y
Productivo, pues ésta es la única forma capaz de crear los recursos humanos y el capital físico
para aumentar la productividad y la eficiencia termodinámica de nuestra planta industrial; sólo
entonces podremos reducir costos al mismo tiempo que aumentamos los bienes disponibles.
Las universidades debemos utilizar la autonomía para generar un nuevo modelo de institución
vinculado al “cambio estructural” que el país nos demanda; no podemos continuar aislados de
la producción cuando en otros países se crean “parques industriales” y novedosas formas de
cooperación entre las instituciones de educación superior y los espacios productivos.
En suma: la reorientación del posgrado es indispensable para el desarrollo de México, esto
implica vincularnos con la producción sobre la base de metas concretas de inversión e
investigación; asimismo, es urgente cambiar los modelos predominantes en la educación de
posgrado a favor de una estructura moderna capaz de enlazarse con el desarrollo tecnológico y
la investigación de alto nivel. En las actuales circunstancias éste es el único camino para crear
una educación flexible, autofinanciable y de alto nivel académico.
La investigación y el debate sobre los nuevos modelos para reorganizar la educación superior
es inaplazable, proponemos que el Congreso apruebe:
1. Desarrollar un proyecto interinstitucional e interdisciplinario a fin de crear “modelos” par
vincular la educación de posgrado con la investigación y la producción.
2. Que el tema del próximo Congreso Nacional de Estudios de Posgrado sea “El
posgrado en el contexto de la innovación científica y tecnológica”.
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