ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN

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ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN
Ubicación – El lugar de oración debe ser decorado con gusto, con símbolos de la tierra, en particular de los
elementos antiguos de la tierra, fuego, viento y agua, y los símbolos franciscanos del sol y la luna.
◘ Canto de apertura
Loado seas, oh mi Señor (4 x)
1. Y por todas tus criaturas,
por el sol y por la luna,
las estrellas y los vientos,
por el agua y por el fuego.
2. Por la hermana madre tierra,
que alimenta y nos sostiene,
por los frutos, flores, hierba,
por los montes y los mares.
3. Porque el fin de nuestra vida
es cantarte y alabarte,
y porque nuestra existencia
sea siempre un canto alegre.
◘ Signo de la cruz y saludo
◘ Ambientación inicial
Nos reunimos hoy aquí para pedir a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu, como hijos de Dios que viven en un
planeta que está en peligro debido a nuestra incapacidad para cuidar de él. La vida humana está en riesgo a
causa de nuestra explotación desmedida de los recursos, de nuestras guerras por los bienes de la tierra, y
una renuencia a asumir la responsabilidad de aquellos que son pobres y oprimidos. Nos reunimos no solo
para pedir perdón de nuestros hermanos y hermanas, sino para pedir a Dios un corazón nuevo, uno que
reconoce la responsabilidad por nuestra hermana, la Madre Tierra, y por todos sus hijos presentes y futuros.
◘ Oremos con el Salmo 8 (en dos coros):
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
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◘ Oración:
Oremos: Oh Dios, que hemos tratado la creación con señorío, sin el respeto que se debe. Danos ojos para ver
lo que es bueno, para discernir lo que podemos cambiar y para imaginarnos un mundo en el que compartimos
equitativamente los bienes de la tierra con todos.
◘ Reflexión: Desmond Tutu, Arzobispo Emérito de Ciudad del Cabo, Iglesia Anglicana de Sudáfrica.
En la Biblia, el libro del Génesis declara que los seres humanos han sido creados a imagen de Dios y los invita
a tener dominio sobre el resto de la creación. Hechos a imagen de Dios, son por lo tanto los representantes
de Dios y no deben sostener este dominio despiadadamente, sino como Dios sostendría este dominio: con
cariño, amor y compasión.
Hay una íntima conexión entre nosotros, los seres humanos, y el resto de la creación. Es mística y real. Cuando
Adán y Eva arruinan definitivamente sus vidas a través de la desobediencia a Dios, esto trae consecuencias
devastadoras para el resto de la creación. La tierra, que hasta entonces había producido cosechas en
beneficio de los seres humanos, ahora arroja malezas. Esta es una forma metafórica de decir que la Creación
ha sido dañada, porque los seres humanos han sido dañados. Ahora la creación está roja en dientes y garras.
◘ Reflexión: Papa Francisco, Laudato Si´, No. 89,90
Las criaturas de este mundo no pueden ser consideradas un bien sin dueño: «Son tuyas, Señor, que amas la
vida» (Sb 11,26). Esto provoca la convicción de que, siendo creados por el mismo Padre, todos los seres del
universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime
comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde. Quiero recordar que Dios nos ha unido
tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para
cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación.
Esto no significa igualar a todos los seres vivos y quitarle al ser humano ese valor peculiar que implica al
mismo tiempo una tremenda responsabilidad. (…) Es verdad que debe preocuparnos que otros seres vivos
no sean tratados irresponsablemente. Pero especialmente deberían exasperarnos las enormes inequidades
que existen entre nosotros, porque seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros.
Dejamos de advertir que algunos se arrastran en una degradante miseria, sin posibilidades reales de
superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer con lo que poseen, ostentan vanidosamente una
supuesta superioridad y dejan tras de sí un nivel de desperdicio que sería imposible generalizar sin destrozar
el planeta. Seguimos admitiendo en la práctica que unos se sientan más humanos que otros, como si hubieran
nacido con mayores derechos.
◘ Reflexión: Declaración del grupo de trabajo encargado por la Academia Pontificia de las Ciencias,
Vaticano, 2011
Hacemos un llamado a todos los pueblos y naciones para reconocer los graves y potencialmente irreversibles
impactos del calentamiento global causado por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero
y otros contaminantes, y por los cambios en los bosques, humedales, pastizales y otros usos del suelo.
Hacemos un llamado a todas las naciones para desarrollar e implementar, sin demora, políticas eficaces y
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justas para reducir las causas y los efectos del cambio climático en las comunidades y en los ecosistemas,
incluidos los glaciares de la montaña y sus cuencas hidrográficas, conscientes de que todos vivimos en la
misma casa. Si actuamos ahora en el espíritu de una responsabilidad común y aceptamos el deber que
tenemos entre sí y, en la administración de un planeta bendecido con el don de la vida.
Estamos comprometidos en garantizar que todos los habitantes de este planeta reciban su pan de cada día,
el aire fresco para respirar y el agua limpia para beber conscientes de que, si queremos la justicia y la paz,
debemos proteger el hábitat que nos sustenta.
◘ Lectura de la carta de san Pablo a los Romanos: (Romanos 8,18-23)
Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se
revelará en nosotros. En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios. Ella
quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió, pero conservando una
esperanza. Porque también la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la
gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto. Y no sólo ella: también
nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando que se realice la
redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios.
◘ Oración de san Francisco – Cántico de las creaturas
(en dos coros, o se sugiere el video: https://www.youtube.com/watch?v=2GSt4Tw4sZY)
"Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria,
el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno
de hacer de ti mención.
Alabado seas, mi Señor,
con todas tus criaturas,
especialmente el hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor, de ti,
Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado
luminosas y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor,
por el hermano viento,
y por el aire y el nublado
y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde
y preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor,
por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos
con coloridas flores y hierba.
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Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos
que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!
Bienaventurados aquellos a quienes encuentre
en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alabad y bendecid a mi Señor, y dadle gracias
y servidle con gran humildad."
◘ Reflexión o diálogo
 ¿Tengo claro que Dios me ha dado la misión de ser administrador de la creación?
 ¿Considero tener una conciencia ecológica alerta y bien informada? ¿Estoy dispuesto a
comprometerme a trabajar por la ecología lo más posible?
 ¿Qué plan familiar vamos a hacer para avanzar en conciencia y coherencia ecológicas? ¿Cómo vamos
a transmitir a nuestros hijos los valores del cuidado de la creación? ¿Qué mundo queremos dejar a
nuestros hijos y nuestros nietos?
 ¿Qué podríamos hacer en nuestra calle o nuestra colonia?
◘ Oración de perdón
En el año 2002, el Papa Juan Pablo II y el patriarca de la Iglesia ortodoxa griega Bartolomé, hicieron una
declaración conjunta, la Declaración de Venecia:
“En el comienzo de la historia, el hombre y la mujer pecaron con su desobediencia a Dios y con su rechazo
de su designio para la creación. Una de las consecuencias de este primer pecado fue la destrucción de la
armonía original de la creación. Si examinamos atentamente la crisis social y ambiental a la que se
enfrenta la comunidad mundial, tenemos que llegar a la conclusión de que todavía seguimos traicionando el
mandato que nos ha dado Dios: ser administradores llamados a colaborar con Dios en el cuidado de la
creación con santidad y sabiduría. (...) Es necesario un acto de arrepentimiento por nuestra parte y un
intento renovado de vernos a nosotros mismos, unos a otros, y al mundo que nos rodea desde la perspectiva
del designio divino de la creación. No es solo un problema económico y tecnológico; es moral y espiritual.”
Hoy nos hacemos solidarios de la responsabilidad colectiva que tenemos todos los seres humanos y
elevamos nuestra oración de perdón a Dios, nuestro Padre y Creador.
A cada invocación respondemos: Perdón, Señor.
(Leídas entre dos o varias personas, alternándose.)
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1. Perdón, Señor, porque hemos contaminado el aire, el viento y hasta la atmósfera que nos rodea y
protege.
2. Perdón Señor porque hemos contaminado el agua a causa de nuestra negligencia y egoísmo y ni las
personas, ni los animales pueden beberla sin peligro. Por nuestra culpa los peces mueren en el mar y
los ríos están sucios e inhabitables.
3. Perdón, Señor, por la desertificación de nuestra tierra que hemos explotado, saqueado y hecho estéril
para generaciones venideras. En nombre del progreso hemos permitido que sea envenenada y
deforestada. Perdón, Señor, porque no hemos prestado atención a los clamores de nuestra hermana
y madre tierra.
4. Perdón Señor por nuestros juicios y prejuicios, por nuestras puertas, fronteras y corazones que se
cierran, por nuestra falta de solidaridad con los pobres y oprimidos de nuestro país y del mundo
entero.
5. Perdón, Señor, porque, rehuimos la muerte, la nuestra y la de los demás, y a menudo abandonamos
en su soledad a enfermos y moribundos.
6. Perdón Señor porque traicionamos la vida por no haber creído en tu resurrección.
Señor, purifica nuestra mirada y nuestro corazón; permítenos descubrir tu soplo en la naturaleza animada e
inanimada y tu presencia en la historia; enséñanos a conocerte mejor en todo y en todos. Amén.
◘ Oración por nuestra tierra (Papa Francisco, Laudato Si´)
Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas,
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.
Inúndanos de paz,
para que vivamos como hermanos y hermanas
sin dañar a nadie.
Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo
y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.
Toca los corazones de los que buscan sólo beneficios
a costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos
con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el amor y la paz. Amén.
◘ Video sobre la encíclica “Laudato Si´”: https://www.youtube.com/watch?v=1tYdOIqvpqg
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◘ Oración de los fieles
Dios Padre, creador del Universo, que estás atento a cada creatura de la cual conoces sus necesidades. Con
gran confianza te presentamos nuestras peticiones en el nombre de toda la creación.
Juntos oremos: ¡Dios que amas la vida, escúchanos!
1. Para que las Iglesias y las comunidades eclesiales sepan responder a los signos de los tiempos
manifestados en el grito de la naturaleza, herida por la incapacidad de la humanidad, incapaz de
reconocer su vocación de ser el custodio de todo lo que existe, oremos:
2. Para que las organizaciones internacionales sepan denunciar con fuerza la explotación de los bienes tan
generosamente ofrecidos por la Madre Tierra, por la cual tantos hermanos y hermanas viven necesidad
debido al despilfarro y al abuso por parte de los individuos y de las naciones, oremos:
3. Por aquellos que están comprometidos en la vida política y, que en cada ciudadano crezca la conciencia
que cualquier comportamiento irrespetuoso hacia el medio ambiente porta daños a la convivencia
humana, socavando los cimientos de la paz, oremos:
4. Por aquellos que profesan la fe en Dios de acuerdo a sus propias tradiciones religiosas promuevan una
espiritualidad y una praxis coherente con el reconocimiento de la bondad de la creación, contribuyendo
al crecimiento de un mundo de amor, de justicia y paz, en el cual cada ser vivo con su existencia alabe
al Creador, oremos:
5. Para que los jóvenes, inspirados del ejemplo de san Francisco, realicen con madurez la elección de un
estilo de vida desinteresada y sostenible, promoviendo el cuidado y la protección de los ecosistemas,
garantizando el acceso a todos los recursos básicos y, fomentando las prácticas que respeten los
derechos fundamentales de la persona humana y de cada creatura, oremos:
6. Para que nosotros que participamos en esta celebración litúrgica, nos haga disponibles para responder
a Su Palabra que nos llama a ser profetas de una nueva creación, realizada en la Pascua de Jesús,
oremos:
Oh Dios misericordioso, dador de todo lo bueno, te bendecimos por habernos dado la vida para compartirla
con tantas otras creaturas. A través de ellas y con ellas, te alabamos y te pedimos que continúes en derramar
tu Espíritu en el universo, y en él manifiestes tu gloria. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
◘ Padre nuestro
◘ Bendición final
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