PAGO DE OBLIGACIONES – DEUDOR – REESTRUCTURACIÓN

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PAGO DE OBLIGACIONES – DEUDOR – REESTRUCTURACIÓN DEUDA
Concepto 2007000769-001 del 27 de febrero de 2007
Síntesis: Adquirida la calidad de deudor, la obligación principal de éste debe dirigirse a la
total satisfacción del crédito en los términos y condiciones pactadas. El no descuento mensual
acordado para pagar el crédito, por ejemplo, que un acreedor no remita cuenta de cobro a su
deudor o no adelante gestiones para el recaudo del crédito o no proceda a realizarse los
descuentos a los cuales tenga acceso para cobrar la suma adeudada, no significa que haya
cesado para el deudor la obligación de pagar o que se modifiquen o suspendan los plazos y/o
las condiciones que se hayan pactado para el pago de la misma. Cuando un deudor se
encuentra en dificultades de cumplir su obligación puede acudir ante la institución financiera
acreedora a fin de proponer alternativas de solución encaminadas a pagar el saldo adeudado
en condiciones o términos diferentes a los inicialmente pactados propuesta que puede ser
aceptada por la institución financiera, previa evaluación de las condiciones actuales en la
capacidad de pago del deudor, que daría lugar a la reestructuración de la deuda. Sin
embargo, las entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera en cuanto desarrollan
actividades de interés público deben emplear la debida diligencia en la prestación de los
servicios a sus clientes.
«(…) solicita orientación respecto de una situación presentada con ocasión de un crédito
otorgado por un establecimiento bancario a través del mecanismo de libranza, crédito que,
según comenta, no le fue descontado oportunamente de su salario y que, al parecer,
actualmente no podría pagar en el término que le exige la referida institución financiera.
Sobre el particular, dada la imprecisión de sus afirmaciones, se considera pertinente efectuar
los siguientes comentarios generales que pueden resultar de su interés advirtiendo que los
mismos no conllevan el dirimir aspectos contractuales en que sean parte una institución
vigilada y su clientela:
1- Inicialmente debe señalarse que el vínculo que surge entre un establecimiento de crédito y
sus deudores se deriva de un negocio jurídico celebrado en virtud del postulado de la
autonomía de la voluntad, según el cual los contratantes son libres para fijar los términos y
condiciones bajo las cuales se obligan, siempre y cuando éstos al celebrarlos acaten las
prescripciones legales, se respete el orden público y las buenas costumbres. Todo contrato así
celebrado es una ley para los contratantes y no puede ser invalidado sino por consentimiento
mutuo o por causas legales (Artículos 15, 16 y 1.602 del Código Civil).
Aplicando estos criterios a una operación de mutuo celebrada por una institución financiera, es
claro que una vez adquirida la calidad de deudor, la obligación principal de éste debe dirigirse
a la total satisfacción del crédito en los términos y condiciones pactadas.
Bajo este contexto, independientemente del origen de la situación que haya derivado el no
descuento mensual acordado para pagar el crédito (por ejemplo, la circunstancia de que un
acreedor no remita una cuenta de cobro a su deudor o no adelante ante el mismo las gestiones
pertinentes para el recaudo del crédito o, incluso, a que por causas a él imputables no proceda
a realizarse los descuentos a los cuales tenga acceso para cobrar la suma adeudada), no
significa que haya cesado para el deudor la obligación de pagar o que per sé se modifiquen o
suspendan los plazos y/o las condiciones que se hayan pactado con el acreedor para el pago de
la misma.
2- De otra parte, valga manifestarle que cuando un deudor se encuentra en dificultades de
cumplir su obligación, al margen de la causa de tal situación, puede acudir ante la institución
financiera acreedora a fin de proponer alternativas de solución encaminadas a pagar el saldo
adeudado en condiciones o términos diferentes a los inicialmente pactados propuesta que
puede ser aceptada por la institución financiera, previa evaluación de las condiciones actuales
en la capacidad de pago del deudor, y que daría lugar a la reestructuración de la deuda de
conformidad con lo previsto en el numeral 2.2.1.1 del Capítulo Segundo de la Circular Básica
Contable y Financiera (C.E. 100 de 2995) de esta Superintendencia1.
En todo caso, es pertinente recordar que cualquiera sea la propuesta de solución y la decisión
que al respecto adopte el banco acreedor, este Organismo no tiene injerencia en tal aspecto por
ser eminentemente de carácter contractual.
3- Sin perjuicio de lo anterior, es de anotar que las entidades vigiladas por la Superintendencia
Financiera de Colombia en cuanto desarrollan actividades de interés público deben emplear la
debida diligencia en la prestación de los servicios a sus clientes a fin de que éstos reciban la
atención debida en el desarrollo de las relaciones contractuales que se establezcan con aquellas
y, en general, en el desenvolvimiento normal de sus operaciones (Artículo 98, numeral 4,
subnumeral 4.1. del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero).
En este orden de ideas, si considera que en el caso concreto la institución vigilada trasgredió
disposiciones de orden público por las cuales debe velar este Organismo (V. Gr. no dio la
atención debida a su cliente en la prestación de sus servicios) puede presentar su reclamación
al Defensor del Cliente de la respectiva entidad o ante esta Superintendencia, adjuntando toda
la evidencia que la fundamente.
(…).»
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1 “2.2.1.1. Se entiende por reestructuración de un crédito cualquier mecanismo excepcional, instrumentado mediante la
celebración y/o ejecución de cualquier negocio jurídico, que tenga por objeto modificar las condiciones originalmente
pactadas con el fin de permitirle al deudor la atención adecuada de su obligación ante el real o potencial deterioro de su
capacidad de pago.
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