1 Mundo adulto y educación de la sexualidad en la Institución Educativa: algunas cuestiones. Lic. Eduardo Biassini. Introducción. Luego de centrar la atención en las bases biológicas de la sexualidad humana trabajado por los panelistas que me precedieron intentaremos ubicarnos en la perspectiva de las ciencias sociales, y en particular en la Sociología, con el fin de plantear algunas situaciones problemáticas, muchas de ellas poco cómodas, que se generan en esto de educar formalmente en sexualidad a niñas/niños y adolescentes. He escrito algunas notas para compartirlas con ustedes revisando parte de la literatura actual que arroja elementos de análisis sobre esta temática con el fin de pensar juntos y si se diera la posibilidad de que al final de mi exposición algunos de los docentes quieren hacer alguna reflexión al respecto, bienvenida será. Lo que me propongo es plantear algunas cuestiones que emergen en trabajar la temática de la sexualidad en las escuelas y también en los Liceos, vislumbrar algunas franjas o zonas de tensión que van apareciendo en el escenario en la innovación. ¿de qué innovación hablamos? La innovación en cuanto a la incorporación sistemática en el currículo oficial, innovación en cuanto a las estrategias que se implementan pero no se puede sostener que no se educaba para la sexualidad 1 2 en otras instancias anteriores a la actual; sabido es que hay numerosas experiencias al respecto, algunas muy acotadas, otras han quedado a mitad de camino en algunos planes y programas, y se sabe que también hemos educado para la sexualidad desde la omisión, desde su negación, desde la manifestación de un currículo oculto, nulo o también desde el implícito. Podríamos acordar entonces que la novedad está en la fuerza con que se manifiesta el hecho o la acción de educar en la sexualidad y su inclusión como dimensión clave en la constitución y desarrollo de la personalidad de niñas/ niños y el adolescentes; o también la novedad está en que pasa a formar parte sustancial de la propuesta curricular en los diferentes niveles y planes de formación. En cualquier caso, tamaña innovación en todo el sistema educativo comprime y a la misma vez despunta una experiencia multidimensional que merece ser abordada cuidadosamente desde los diferentes actores tanto institucionales, como comunitarios y sociales. Los actores institucionales están definidos desde los roles preestablecidos o adscriptos, de acuerdo a su función al interior del marco institucional. Su desempeño está estipulado formalmente en la institución educativa y en particular por el régimen legal que le crea su marco de regulación. Para referirnos a actores sociales y comunitarios conviene diferenciar Sociedad de Comunidad. Para esto M Weber sostiene que “lo socia”l se define en el orden racional y “lo comunitario” pertenece al orden afectivo; mientras que en el ámbito de lo social desarrollamos acciones racionales de acuerdo a 2 3 fines o a valores, en el plano de las acciones comunitarias predominan la tradición y los afectos, predominan las acciones no racionales. La escuela se entiende como un espacio de cruce o de encuentro entre las dimensiones social y comunitaria…que se presentan en formato institucional; en ella conviven decisiones racionales (con contenidos políticos, ideológicos, disposición de recursos, las propias decisiones derivadas de las políticas educativas, marco legal, etc) y también tradicionales y o afectivas (derivadas de las familias, del barrio o comunidad de referencia misma) por lo que deberá dar respuesta a esta innovación armonizando dichas dimensiones. Esto será una tarea que sólo la escuela, entendida como espacio único, particular e irrepetible podrá resolver con mayor o menor grado de acierto. Sólo los actores involucrados en ese escenario cargado de significados serán los que puedan o no puedan alcanzar niveles de éxito en la implementación de esta innovación. Se podría sostener que la Escuela asume y también refuerza su condición socializadora posibilitada por la perdida de capital social de la familia o del mismo entorno comunitario por ejemplo, o dicho de otra forma, lo que antes quedaba en manos de la familia en cuanto al monopolio de la educación sexual de los niños ahora “se muda” de institución o “lo comparte” ya que la familia pierde ese monopolio en “beneficio de la sociedad civil” o la sociedad políticamente organizada. 3 4 Abordar este fenómeno, el de la experiencia que estamos desarrollando de formar en la sexualidad en los centros educativos nos permite ver de cerca la tensiones y a la vez los nuevos desafíos que cada institución va desarrollando, tensiones que no solamente son tales por su exteriorización o su rápida manifestación, sino y tal vez mas importantes aun otras que son silenciosas, solapadas y se manifiestan sutilmente al interior de la institución misma o en el “entorno” de ella, en lo que podríamos denominar los alcances comunitario y social. Buena parte “del partido” se juega fuera de la cancha y es deber del sistema educativo dar cuentas a la comunidad y a la sociedad de sus éxitos y de sus fracasos. Preguntarnos por ejemplo ¿Qué miradas aportan los padres/adultos responsables de esta innovación? ¿Desde cuáles sitios hacen oír sus voces? Si es que las hacen oir. Y la familia tomada como concepto colectivo… ¿Cuáles situaciones problemáticas ha incorporado a partir de esta experiencia como agente socializador si temas como “relaciones de poder” entre los géneros son abordados tempranamente en la institución educativa? ¿Cuáles impactos o resistencias se han manifestado a partir de situaciones vivenciales que los mismos estudiantes transfieren a partir de lo que reciben en la Escuela/Liceo? ¿Y las otras instituciones de la comunidad barrial? ¿Las de carácter religioso? , por ejemplo. 4 5 Estamos percibiendo y a la vez asumiendo que la incorporación de la educación sexual como parte de la formación integral de los educandos a través de la intervención sistemática en el ámbito curricular produce una particular “distorsión” en el posicionamiento de los actores. La estructura de roles, que en última instancia es social y depende de las relaciones de producción se sacude o por lo menos comienza a ser cuestionada lo cual puede afectar su propia estabilidad. Los viejos esquemas se trastocan y esto genera una situación de incertidumbre potencialmente productiva que a veces puede volverse cuestionadora del orden impuesto. La forma o la modalidad que describe este cuestionamiento va a variar según los diversos contextos institucionales; en algunos casos se manifiestan con la presencia de padres ansiosos, inquietos, desafiantes, desconfiados, o de familias que bloquean algunos de los mensajes emanados de las propuestas pedagógicas de los maestros, o de agentes sociales que interfieren en el desarrollo de los procesos educativos en forma perniciosa en pos del amarillismo….también pueden darse situaciones de padres abiertos, colaborativos, que manifiestan buenas intenciones pero no siempre sus aportes son convenientes para la lógica de trabajo institucional: o pueden asomarse algunos bloqueos internos en la propia dinámica escolar derivados de las convenciones y mitos del mismo cuerpo docente (en el caso de Secundaria cuesta muchísimo asimilar la transversalidad de la estrategia de implementación tanto de pares docentes como de los equipos directivos). 5 6 SEXUALIDAD/ES ¿Pero que le agrega de particular a la gestión escolar incorporar a los contenidos curriculares la formación en la/s sexualidad/es? ¿Qué sucede con el adulto, docente, pieza clave en la relación educativa a la hora de trabajar en esta dimensión humana que ahora se hace explícita? Su práctica esta en juego y sobre él recaen muchos mitos e historias que tienen una naturaleza social y cultural; el docente no es ajeno al peso del contexto histórico y social. Seguidamente explicitaré desde el marco conceptual en el cual debemos trabajar como docentes el concepto de sexualidad que pretende ubicarse en un marco semántico común para luego establecer la relación de esto con el papel del adulto/docente. . El término sexualidad es significativamente más abarcativo que el de sexo ya que hace referencia no sólo a la dimensión biológica, sino especialmente, a las dimensiones psicológica y social que determinan a los seres humanos en tanto hombres y mujeres. La sexualidad es un componente constitutivo de la naturaleza humana. Está presente en todas las etapas de la vida. Resulta una simplificación 6 7 suponer que comienza en la pubertad y termina con la llegada de la tercera edad. La restricción de la falacia sexual –dice Bourdieu- a pura genitalidad es un grave error, lamentablemente alimentado por la modernidad misma, la mayoría de la gente lo ha reducido a acto sexual o mero placer. Ni siquiera nos percatamos de la diversa e inmensa arquitectura que hemos levantado desde el sexo. Vivimos en una estructura construida con infinidad de discursos sexuales, se puede notar en el amplio imaginario social que tenemos para describir nuestros sexos, ya que existen figuras, olores y hasta luces, que son sexuales y no necesitan de la genitalidad y de sus órganos sexuales. Si nos detenemos a reflexionar sobre la sexualidad que hemos conformado notaremos que la misma “no se ajusta a un modelo univoco” sino que es plural, procesual y cambiante; por esta razón es un producto social e histórico. Desde esta perspectiva lo han analizado autores como Foucault y también Bourdieu. Hablar de sexualidad también es plantear el concepto de identidad de género, en tanto construcción sociocultural de las diferencias entre los sexos. Cada época, cada cultura, cada grupo, ha generado, consensuado o impuesto nociones y valores con respecto a los modos de vivir la sexualidad. Permítaseme una digresión con relación al tema género con el fin de no dejarlo pasar por alto: Algunas investigaciones señalan que las instituciones escolares establecen patrones de interacción que favorecen a los chicos varones y los docentes 7 8 tienden a fortalecer el tratamiento diferencial que influyen en la reproducción de los estereotipos de género. Esta diferenciación se manifiesta en los adjetivos y calificativos que se utilizan cuando los docentes se dirigen a ellos o a ellas. Se trasmiten algunos códigos sociales que comunican mensajes sobre los comportamientos correctos y adecuados para cada género. (Bourdieu) Las investigaciones que se han efectuado sobre el fenómeno concluyen que la construcción de masculinidades y femineidades dista mucho de ser un mero aprendizaje explícito de normas impuestas, sino que están implicados muchos mecanismos complejos de reproducción de códigos culturales. Las teorías basadas en la trasmisión y socialización de identidad de género se ha mostrado incapaz de explicar el surgimiento de cambios que han puesto en cuestión sus enunciados: sostienen que la identidad de género no es fija, por lo que carece de sentido hablar de categorías “femenino” y “masculino”, pues no existe una esencia femenina ni una esencia masculina. La identidad de género precaria, contradictoria y siempre está en un constante proceso de reconstitución. Retomo el planteo referido la sexualidad en un sentido amplio… En relación a muchos aspectos de la sexualidad se generan mitos, creencias, temores y prejuicios que carecen de una base científica, pero que se vienen transmitiendo como naturales en la vida cotidiana. Estas ideas influyen y a veces condicionan e incluso distorsionan los modos de vivir la sexualidad. 8 9 Con el objeto de establecer un marco de referencia se pone a consideración lo que los organismos internacionales representativos (OMS, OPS, etc) han acordado con respecto a una definición de sexualidad: Es un entramado de manifestaciones y expresiones afectivas, biológicas, psicológicas, socioculturales, éticas y religiosas, que nos identifica y caracteriza como sujetos únicos. Decir sexualidad es decir identidad, vivencias, emociones, es también decir represiones y mandatos, es decir placer y responsabilidad, es el modo en que las personas experimentan el cuerpo en las diferentes etapas de su vida. Es sobre todo una construcción que las personas hacen en el encuentro con otros, por lo tanto nacemos con sexo y nos hacemos sexuales en una cultura determinada, en un tiempo determinado, en un grupo social determinado. Y la Escuela/Liceo que? Esa Escuela/Liceo que “es” también se define desde el “debe”, con principios de acción transformadora… En la visión de Bowers y Flinders, (1990)1 la institución educativa debe considerarse como un espacio ecológico de significados, de patrones culturales comunicados a través del pensamiento y de la conducta. El aprendizaje en la Escuela debe así, pues, provocar la relación activa y creadora de los 1 Citados por Angel Pérez Gómez en “La cultura escolar en la sociedad neoliberal” Pag.289 9 10 individuos y grupos en la cultura pública de la comunidad humana en general y de la comunidad local, en particular. En esta concepción, la institución educativa debe preocuparse por construir puentes entre la cultura académica tradicional, la cultura de los alumnos y la cultura que se está creando en la comunidad social actual. Para ello, el currículum debe ser un medio de vida y acción de modo que los individuos construyan y reconstruyan el significado de sus experiencias. Como lo sostiene Bernard Charlot la institución educativa está llamada a redefinir su rol en una sociedad altamente compleja que guarda una nueva relación con el saber…es en este lugar donde debe pensarse educar la sexualidad. Es necesario reconstituir el “cerco simbólico” para que la institución exista como lugar específico al que vale la pena concurrir para encontrar allí lo que otro ámbito no lo da. Y el adulto… Que? Evitemos por un momento tomarla en su totalidad a la institución para centrarnos un actor relevante en la relación pedagógica: el adulto que enseña en la institución escolar/liceal; es decir, el docente. Focalicémoslo más como adulto que como maestro (sin dejar de reconocer que ese es su rol), más como un producto cultural, construido y en construcción, que como un enseñante. Visualicemos más su faceta cultural que política… Y planteémoslo…¿mediante cuáles situaciones y mediante cuáles procesos los adultos desarrollan también su propia experiencia, como sujetos constructores de significados pero también como profesionales de la “educación, en un marco 10 11 institucional/legal que también los consttituye discursivamente desde las relaciones de poder? ¿cuáles son los ámbitos posibles e imposibles también, de des-construcción de saberes por los cuales transita el mismo adulto, que también es un sujeto histórico y social y por lo tanto en él hay carga de símbolos que representan concepciones y convenciones sobre la misma temática de la sexualidad por ejemplo? Propongo partir de una hipótesis para facilitar la comprensión de que se pretende transmitir: “pese a la emergencia de las culturas juveniles y pese al protagonismo de los adolescentes y los jóvenes en varias facetas de la vida social y cultural de nuestros tiempos, nuestra cultura sigue siendo esencialmente adulto-céntrica y las instituciones educativas son una manifestación de ello” Si es sostenible lo que se acaba de mencionar, entonces, la cultura adulta, dominante en la dinámica de las instituciones, se convierte en un componente a estudiar en su posicionamiento ante las nuevas demandas de formación de la sexualidad de los estudiantes. La Escuela deberá prestar atención en las representaciones de los propios docentes, tomar ese factor como componente crítico en su propio proceso de experiencia vital. 11 12 LA CENTRALIDAD DE LOS ADULTOS EN LA DINAMICA DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS LICEALES COMO OBSTACULO (¿Y COMO OPORTUNIDAD?) Dicen los economistas que en todas situación de crisis se generan, inexorablemente, oportunidades…¿puede es válido esto para las crisis que conciben hacia adentro componentes sociales y culturales? Si las instituciones o los colectivos modernos están en crisis… el adulto es quién más queda trastocado por el vaciamiento/ o la reconfiguración de las instituciones clásicas o modernas. En ellas el adulto debe trabajar y formar de una manera totalmente diferente a cómo trabajaron y lo formaron otros adultos…esta generación adulta se ha constituido en una bisagra que debe mediar entre el lastre autoritario de la dictadura y la etapa pos dictadura…(la dictadura estructuró un doble discurso racionalizante: la doctrina de la seguridad nacional y la teoría neoliberal autoritaria) para el caso de nuestro país y la región; pero también más allá de la dictadura por la licuación de los grandes relatos modernos, y el advenimiento de movimientos contraculturales y subculturales que cuestionan los viejos estilos de la sociedad tradicional moderna. Pero tampoco podemos sostener que la cultura adulta presenta una identidad tal, que permita diferenciarla claramente de la cultura juvenil, más bien un contraste a grandes rasgos puede favorecer tal interés si es que nos lo proponemos. 12 13 Algunos autores han construidos tipos de adultos que se identifican diferencialmente en cuanto a su rol de tal: Los adultos tradicionales son aquellos que no innovan o lo hacen lo menos posible. Se enfrentan al inconveniente que la sociedad en su conjunto no los acompaña por lo que, muchas veces están a contracorriente de sus hijos. Este grupo se caracteriza por realizar un culto a la formalidad y la rutina, mantienen la ilusión de volver al tiempo pasado, negando, así, los cambios que atentan contra su necesidad de estabilidad. Tienden a apoyarse en su capacidad de esfuerzo y responsabilidad más que en la creatividad. Cuando ser adulto es sinónimo de ‘viejo’ y, como tal, queda desacreditado en un mundo en que ser joven es el ideal, estos adultos, pueden caer en actitudes autoritarias intentando sostener un modo de vida que va a ‘contra pelo’ de los jóvenes adolescentes y en muchos casos, de los demás adultos. Este tipo de adulto presenta también aspectos positivos, como por ejemplo proporcionar un marco explícito, claro, a los niños, adolescentes y/o jóvenes. Los jóvenes saben qué se espera de ellos y pueden rebelarse contra lo que no estén de acuerdo. Los adultos - adolescentes, son adultos por edad y por experiencia, pero no aceptan ubicarse en un lugar diferente respecto de los jóvenes, en lo que tiene que ver con responsabilizarse por ellos y poner límites. En tiempos de mitificación de la juventud, el estilo de vida adolescente muestra el camino al resto de la sociedad, y estos adultos entran en una guerra generacional banalizada por la cosmética, la eternidad que viene de la mano de las cirugías 13 14 estéticas y las terapias ‘alternativas’. Pero, “…los jóvenes expulsan de ese territorio a los falsificadores que no cumplen las condiciones de edad exigidas…” (B. Sarlo, 2000: 41) Los jóvenes que se interrelacionan con estos adultos les cuesta mucho rebelarse: no hay contra qué hacerlo, no hay un marco claro, no hay oposición, del otro lado hay un igual. El adulto - adolescente cae frecuentemente en la demagogia al tratar a los niños, adolescentes y jóvenes como compinches en relaciones sin asimetría. Los docentes de este tipo, con sus pedagogías light, “parecen enseñar al adolescente a ser adolescente, lo cual no tiene ningún sentido” (S. Di Segni, 2002: 70). Por supuesto, estos adultos tienen de positivo la posibilidad de mantener una comunicación buena con los jóvenes, comprender que sus hijos tienen otros referentes y no rechazarlos, sino, más bien tratar de conocerlos y compartirlos. Reconocen las capacidades de autonomía y los derechos de los jóvenes y esto conduce a una relación de, por lo menos, una aparente horizontalidad. Si esto se hiciera sin apropiarse del lugar del joven, entonces, resulta positivo. Si los docentes - adolescentes utilizan su capacidad de comunicación y su informalidad al servicio de la motivación de sus estudiantes y se preocupan por profundizar los saberes, entonces, también puede ser muy exitosa la gestión. Los adultos inseguros son los que se interrogan constantemente: qué es ser adulto, cómo hacer uso de la autoridad que el rol les confiere. No queriendo repetir lo que hicieron sus padres y sin renegar de su rol de adulto se 14 15 transforman en grandes consumidores de consejos profesionales y de material especializado, siempre en búsqueda de la construcción de su rol. Sienten temor de ser tildados de autoritarios, por lo que, aunque reconocen el valor de los límites, tienen enormes dificultades para ponerlos. Es común que caigan en la confusión y la duda constante a la hora de tomar decisiones. Cada decisión es costosa y nunca están seguros de haber acertado al tomarla. Actualmente, es, quizás, el tipo de adulto más común y tal vez sea por esto que vemos tantos jóvenes hipermaduros, porque es probable que hayan desarrollado una madurez extraordinaria buscando compensar las dudas de los adultos. Estos adultos, ya sea padres como docentes, tienen de positivo que la duda los lleva a pensar y repensar sus acciones y esto los lleva a ser flexibles ante los cambios, tienen la virtud de autocuestionarse, por otro lado la inseguridad los motiva a explorar alternativas diversas y a profundizar en su formación. La situación seria y difícil a resolver hoy, sobre todo para las generaciones jóvenes, es cómo actuar en medio de una sociedad que no tiene un modelo bien fundamentado a seguir. Tal vez sea hora de dejar de buscar afanosamente de qué aferrarse y aceptar que no hay de qué aferrarse si lo que se pretende encontrar es un modelo claro y preestablecido. No puede haber recetas porque las fuentes de sentido y los referentes están en constante descontrucción y reconstrucción. Los adultos actuales aparecen presionados entre dos generaciones: la de los padres que siguen atados a modelos referenciales rígidos, esperando que la 15 16 sociedad les devuelva el lugar que ocupaban y la de los hijos que esperan la dedicación y los derechos que la sociedad les otorga. Esta situación bisagra, obliga al adulto a recrear su rol y esta recreación será posible en base al reconocimiento de ese otro que es el joven - adolescente actual. Ese reconocimiento implica conocimiento, preocuparse por escucharlos, aceptar las diferencias, negociar para llegar a acuerdos y tolerar frustraciones. El Adultocentrismo es una visión del mundo donde se plantea que solo los adultos, son las personas que están "preparadas" para dirigir la sociedad y que son el modelo de desarrollo social, adultez que se manifiesta en la experiencia, en la madurez, y en toda una visión del mundo. Sabemos que la Cultura Adulta y el Adultocentrismo ha entrado en crisis, sino veamos todos los ejemplos de autoritarismo, corrupción que se han forjado en los últimos años, es por eso que los referentes o modelos que tenían las y los jóvenes ahora no existen, porque carecen de autoridad moral y coherencia.. El desarrollo de la cultura juvenil actual depende de que se entable un diálogo inter-generacional continuo. M. Mead va mas allá del diálogo aun, pues sostiene “donde los jóvenes gocen de libertad para actuar según su propia iniciativa y puedan conducir a sus mayores en dirección a lo desconocido. Entonces, la vieja generación tendrá acceso al nuevo conocimiento experimental, sin el cual es imposible trazar planes significativos.” 16 17 La globalización acerca a la vida de los individuos fenómenos lejanísimos, ella ofrece la posibilidad de escoger “estilos de vida” alternativos a través de la “confianza” y el “riesgo” que funcionan como mecanismos de interacción en los sistemas abstractos. La recalificación de la esfera intima o la re definición de espacios sociales mayores es una reacción al “secuestro de la experiencia” por parte de la ciencia, la tecnología, y los sistemas expertos, permitiendo plantear problemas éticos y existenciales que ofrezcan contenidos valorativos a los nuevos movimientos sociales. La clave es la reflexividad de sí mismo que se contrapone a la reflexividad institucional” Giddens. “En la sociedad actual los sistemas sociales no son formas de resolver necesidades sino mecanismos de control, de represión y reproducción de desigualdades… las identidades culturales se han disociado de la racionalidad económica o política y se han refugiado en la individualidad provocando comportamientos egoístas e inciertos. Se han desvinculado las diversas esferas de la vida social, sólo los movimientos sociales pueden revincularlos según Touraine. Mundo adulto... “contrastes” a resolver Declive de las instituciones clásicas, licuación de las inst Individualismo Colapso de la comunidad, de los Actores colectivos/ reinvención de la identidad 17 18 Modernos/Sobremodernos/Posmodernos Generación bisagra/ Generación del Mayo francés Ciudadanos, civiles/Individuos/consumidores/ Rigidez/plasticidad Ideología de la permanencia/ idealización flexible, sin modelos fijos “amor para siempre” /amor confluente, episódico Para finalizar podríamos agregar que como educadores necesitamos una amplia reflexión y revisión de nuestras propias creencias y valores a la hora de trabajar en educación sexual y género. La educación no es solo lo que decimos, también están presentes nuestras miradas, nuestra postura, nuestros gestos y de esta forma transmitimos mensajes que tienen un fuerte peso en los sujetos con los que trabajamos. Por ello, es imprescindible la revisión de nuestros saberes y la autocrítica para poder ser coherentes con nuestros objetivos y poder promover una formación integral de niñas/niños y adolescentes. Podríamos preguntarnos si las Instituciones educativas son espacios para trabajar en la construcción /deconstrucción de una nueva relación entre las culturas adulta y adolescente o juvenil en el mundo de la configuración de las sexualidades. La institución sola no puede. No debe. Allí tal vez radica la necesidad de volver a pensarlas como espacios de significación que necesitan otros correlatos. Pero no hay duda en que el adulto se convierte en un actor vital en la 18 19 generación de ámbitos institucionales capaces de capitalizar las prácticas reflexivamente, apostando a la institucionalización y redefiniendo su “cerco simbólico”. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 19 20 • Anep. Cociicen. “La Educación de la Sexualidad: su incorporación al Sistema Educativo” (2008) • Bourdieu, Pierre “La dominación masculina” (2000) • CHarlot, Bernard. “La escuela en mutación”.( 1987) • Foucault, Michel “Microfísica del poder” (1992) • Giddens, Anthony “Las transformaciones de la intimidad” (1995) • Mead, Margaret “Hombre y mujer” (1961) • OMS- OPS. Organización Mundial de la Salud. Organización Panamericana para la Salud.(2006) • Pérez Gómez “La cultura escolar en la sociedad neoliberal” (1989) • Touraine, Alain “Crítica a la Modernidad” (1994) • Weber, Max “Economía y Sociedad” (1944). 20