EDUCAR AL EMPRESARIO PYME1 INTRODUCCIÓN En los últimos años, el fortalecimiento de las Pymes –en particular, aquellas que ocupan mano de obra intensiva- ha constituido uno de los rasgos más interesantes del modelo de sustitución de importaciones2. En paralelo a la expansión del sector, la necesidad de pensar la gestión de las organizaciones desde una perspectiva más profesional se hizo cada vez más evidente. En este artículo, nos proponemos aportar algunas ideas vinculadas a la necesidad de promover ámbitos para la formación continua del empresariado Pyme. Haremos mención también, a temáticas bien actuales como las referidas a la profesionalización de las organizaciones y las llamadas competencias para la gestión de innovaciones. Gestionar una empresa a través de la adquisición sistemática de competencias que tiendan a la profesionalización del empresariado supone en primer lugar, revalorizar las prácticas de gestión en ámbitos en los cuales, históricamente, prevaleció mucho más el hacer por sobre el saber. Revisar rutinas instaladas, impulsar nuevas estrategias de comunicación e integración del personal, diseñar un organigrama y describir tareas específicas para cada sector, conformar equipos de trabajo proactivos así como promover prácticas institucionales que favorezcan mayores niveles de autonomía y de creatividad en todos los sectores de la organización, constituyen algunos de los tópicos que imaginamos deberían formar parte de una propuesta formativa orientada a la profesionalización del empresario Pyme. Toda propuesta de formación es en definitiva, una propuesta situada. ¿A qué aludimos cuando utilizamos la expresión situada?. Fundamentalmente, hacemos referencia a que los saberes de la profesionalización deberían enmarcarse en una prospectiva de mediano y largo plazo, la que definirá en buena medida los sentidos de la capacitación. La propuesta que impulsamos se estructura básicamente en dos pilares. Por un lado, desde una perspectiva diacrónica, la formación del empresario Pyme debería tener en cuenta aquellas variables contextuales que tanto a nivel local como internacional inciden en el funcionamiento de la economía y de la sociedad de su época. En ese sentido, incursionar en temáticas vinculadas a la historia económica y/o política del país o bien, de otras realidades, contribuiría a la construcción de una identidad empresaria en donde los avatares del pasado reciente pudieran formar parte de un corpus reflexivo 1 Los términos de este binomio pueden resultar un tanto provocador. El vínculo entre Capacitación y Empresariado Pyme no siempre resultó fecundo. Sin embargo, desde el último cuarto del siglo XX, los desafíos emergentes tanto en el escenario local como en el ámbito internacional obligan a las empresas, cada vez con mayor urgencia, a (re) pensar el manejo de sus organizaciones adicionando al saber hacer, un marco reflexivo orientado a profesionalizar la gestión. 2 Según el Documento oficial “Plan Estratégico Industrial 2020”, en nuestro país, entre los años 2003 y 2011 se crearon 140 mil Pymes. El 60% de esas nuevas Pymes nació de la mano de jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 18 y 35 años. Sugerimos, entre otros aportes, la lectura de: Ministerio de Industria de la Nación. Plan Estratégico Industrial 2020. Informe Anual 2009 – 2010 de la Fundación Observatorio Pyme: Evolución reciente, situación actual y desafíos para 2011. Bruera I (2010). Las Pymes en la economía argentina. Presente, perspectivas y condiciones necesarias para su crecimiento y rentabilidad. INSECAP – UCES. 1 facilitador de la toma de decisiones en el presente. Por otra parte, entendemos que la formación a recibir no puede prescindir de lo que denominamos la mirada hacia adentro; es decir, analizar los rasgos específicos que hacen a la cultura organizacional de la empresa para poder efectivamente imaginar instancias de innovación y de cambio institucional que tengan un impacto real en el devenir cotidiano de cada institución. Existe relativo consenso en señalar que durante la última década, nuestro país ha mutado su matriz productiva. Los cambios económicos devenidos luego de la Convertibilidad promovieron un escenario de crecimiento para el sector Pyme que dejó en evidencia, entre otras problemáticas, la necesidad de actualizar los saberes y las competencias laborales para un tipo de empresario que –en términos generales- se ha caracterizado históricamente por su carácter emprendedor. Si por un lado, el modelo productivo inaugurado luego de la crisis del año 2001 dejaba en evidencia la necesidad de capacitar a los empleados –en particular en aquellas ramas de la producción industrial cuyos oficios habían sido afectados por la reconversión tanto económica como educativa de los años ’90-3 por otra parte, el emprendedor que lentamente se transformaba en empresario, reconocía que junto con la expansión de su empresa aparecían casi de manera simultánea, nuevos/viejos problemas que lo obligaban a revisar no sólo la gestión de su organización, sino también, sus propios modelos mentales, sus propias lógicas de pensamiento. Ahora bien: ¿Dónde incorporar las nuevas habilidades que impone este complejo presente histórico?. ¿Cómo se aprenden?. ¿Es posible pensar que los déficits en la gestión puedan resolverse organizando una carrera específica con una currícula exhaustivamente programada orientada a la formación permanente del empresariado Pyme o bien, es posible imaginar la construcción de colectivos de reflexión en los cuales el empresario pueda interactuar con Otros y aprender en el marco de la diversidad?. Posiblemente, estos y otros interrogantes admitan múltiples respuestas. Probablemente cada empresario Pyme organizará su propia trayectoria formativa en función de los déficits inherentes a la gestión de su organización. Pero de lo que sí estamos convencidos, es que en el marco de las nuevas lógicas productivas del siglo XXI, la capacitación empresaria continua tiene un impacto altamente positivo en la productividad de las empresas, ayudándolas a posicionarse de manera diferenciada respecto de sus potenciales competidores en el mercado. 3 Aludimos en este párrafo, no sólo a la llamada Reforma del Estado con su lógica privatizadora y descentralizante sino también, a los cambios impulsados al interior del sistema educativo argentino a través de la sanción de leyes que reformularon la histórica propuesta educativa centrada en el rol protagónico del Estado Nacional (Ley de Transferencia de 1991; Ley Federal de Educación de 1993 (derogada en 2006) y Ley de Educación Superior de 1995). 2 CAMBIA, TODO CAMBIA… Hemos argumentado que en el contexto de un nuevo modelo productivo posterior a la Convertibilidad, el sector Pyme se expandió notablemente. El siguiente Cuadro comparativo permite apreciar la cantidad de empresas en actividad según sus años de aparición en el mercado. Junto con la expansión, también se hicieron visibles algunos déficits ligados al manejo de la organización. Así, las nociones de profesionalización y de competencias para la gestión empezaron a implicarse mutuamente. Definimos la profesionalización como un proceso evolutivo a través del cual, la incorporación sistemática de ciertos saberes y prácticas (competencias) capacita para el desempeño de una ocupación o de un puesto de trabajo. Este proceso o procesos, está pleno de eventos de diferente naturaleza cuyo conocimiento nos permite comprender la profesionalización recorrida. Respecto de la noción de competencias, recuperamos los aportes de Gallart (2006:71) quien argumenta que “la noción de competencia, tal como es usada con relación al mundo del trabajo, se sitúa a mitad de camino entre los saberes y las habilidades concretas; la competencia es inseparable de la acción pero exige a la vez conocimiento”. Articulando ambas definiciones, argumentamos que en el camino hacia la profesionalización de las Pymes, será el empresario sensible a las demandas de su entorno el que irá gradualmente incorporando nuevos saberes y habilidades concretas (competencias) que lo ayuden a superar aquellas prácticas sustentadas exclusivamente en el saber – hacer a los efectos de reorientar su gestión cotidiana hacia modalidades más reflexivas que hagan de la innovación y del cambio organizacional el eje de la gestión. 3 Uno de los temas que en mayor medida aparece en diálogos mantenidos con empresarios del sector es aquel que da cuenta de la tensión existente entre incorporar nuevos saberes para la gestión y, al mismo tiempo, superar el miedo al cambio4. Habitualmente escuchamos la siguiente frase: “Si hasta ahora me ha ido bien; si hasta ahora crecí, ¿para qué cambiar?”. Si el miedo al cambio suele ser uno de los escollos más difíciles de sortear para un emprendedor que se transformó en empresario, el temor a formar parte de grupos de reflexión y aprendizaje para el cambio organizacional suele ser interpretado, en muchos casos, como definitivamente innecesario. Hace ya algunos años, Alvin Toffler (1994) señalaba que “los analfabetos del futuro no serán los que no sepan leer y escribir, sino los que no sepan aprender, desaprender y reaprender”. De allí la importancia de dotar a los emprendedores que se han transformado en empresarios de nuevas competencias para la gestión y la innovación permanente que contribuyan a hacer sustentable el proyecto productivo y/o comercial iniciado. En cualquier organización, la capacitación empresaria continua hace la diferencia ya que permite revisar patrones de funcionamiento históricamente arraigados, al mismo tiempo que impulsa al empresario Pyme a conectarse con el afuera5. Reflexionar en ámbitos específicos sobre el hacer cotidiano y darle a ese saber/hacer un marco teórico que lo sustente, habilita la posibilidad de construir nuevas herramientas de gestión de alto impacto en la productividad de las empresas. Parafraseando al especialista Donald Schön (1998), hacer del emprendedor exitoso un profesional reflexivo6. Estamos convencidos que las Pymes mueven el aparato productivo de un país7. Durante muchas décadas al empresario Pyme le alcanzó con el conocimiento que emanaba de su oficio específico. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX se han ido 4 Algunos especialistas definen a esta situación: “salir de la zona de confort”. Abandonar lo conocido para incursionar en nuevos aprendizajes implica, a nuestro criterio, un fractura; un antes y un después en la historia profesional del empresario. Esa fractura que trasciende el plano meramente laboral porque interpela aspectos del orden emocional y autobiográfico amerita la conformación de espacios de reflexión y aprendizaje que de manera gradual y sistemática no sólo se orienten a la enseñanza de nuevas herramientas para la gestión organizacional sino también, en un plano más profundo y personal, acompañen la revisión de las propias estructuras mentales de cada sujeto. 5 Sabemos que el día a día de una Pyme es complejo y vertiginoso. Por lo general, el empresario Pyme tiene pocas oportunidades de participar en actividades que le faciliten la incorporación de nuevas perspectivas teóricas o habilidades prácticas. Abrirse a diferentes actividades formativas implica asumir la posibilidad de revisar su propia subjetividad empresaria y vincularse creativa y participativamente en otros espacios de socialización. 6 Recuperamos esta idea de la obra de Schon, D (1998). La Formación de Profesionales Reflexivos: hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje en las profesiones. Edit. Paidós. Buenos Aires. En esta obra, el autor postula que la preparación de los profesionales que desarrollan una actividad eminentemente práctica, debería centrarse en potenciar su capacidad para la “reflexión en la acción”, es decir, el aprendizaje de la acción y el desarrollo de la habilidad para la evolución permanente y la resolución de problemas. Y estos es así, porque los problemas a los que se enfrentan algunos perfiles profesionales que conviven cotidianamente en el cenagoso mundo de la teoría y de la práctica –ingenieros, arquitectos, docentes, etc.- rara vez son claros y sencillos. En la mayoría de las ocasiones, los problemas son complejos, difíciles de resolver aplicando una receta única, fuera de toda racionalidad que imponga una única alternativa de solución. 7 Según Maristany, las Pymes son empresas que ocupan habitualmente alrededor del 60% o 70% de la mano de obra disponible generando gran movimiento en el dinámico mercado de la oferta y la demanda laboral. De la misma manera, participan del 40% del PBI. Al respecto puede consultarse la obra de Maristany, J (2006). Fundación y Crecimiento de las Pymes. Edicon. Fondo Editorial del Consejo Profesional de Ciencias Económicas. Buenos Aires. Pg. 17. 4 acumulando cambios que han transformado significativamente el entramado institucional de la empresa moderna así como aspectos o lógicas del orden social, político y económico. El debilitamiento de la matriz estadocéntrica, el impacto de la globalización, la revolución de las comunicaciones, las nuevas identidades juveniles, la reestructuración del mundo del trabajo, la pérdida de certezas respecto a la construcción individual y colectiva de futuros entre otros cambios, propician la necesidad de pensar con cierta urgencia una nueva agenda político – económica que se inserte en un escenario de desarrollo productivo con equidad8. ¿Alcanza sólo con adaptarse a los cambios?. Creemos que no. El empresario del siglo XXI necesita incorporar una variedad de competencias para la gestión y la innovación permanente que transformen a su micro, pequeña o mediana empresa en una organización inteligente y humanizada9. Solo así, es posible pensar que el florecimiento de las Pymes acontecido durante los últimos años tenga sustentabilidad en el largo plazo. LA CONSTRUCCIÓN DE UN PROFESIONAL REFLEXIVO10 No hay dudas que la organización enseña; desde el hacer cotidiano, el empresario construye conocimiento no sólo respecto de la especificidad de su oficio (en sentido amplio) sino también, en relación a la organización que conduce. Toda empresa –sea conciente de ello o no-, cuenta con su propia cultura institucional que la identifica y diferencia del resto. Así como las variables contextuales cambian con el paso del tiempo, de la misma manera, la organización que quiere crecer, mejorar su eficiencia y alcanzar mayores niveles de productividad, no puede seguir haciendo lo mismo. Hay un momento único, clave en toda organización, que es obviamente, el momento de su fundación, de su aparición en el mercado. Hay también, otros momentos durante su evolución en donde la clave para seguir siendo única, exitosa, competitiva y eficiente, implica asumir el desafío de la transformación. Gore (2004), sostiene que una organización funciona cuando puede dialogar/articular efectivamente sus propuestas con el mercado. Parafraseando al autor, diría que un emprendedor se vuelve exitoso (es decir, se convierte en empresario) cuando deja de ser un mero producto de las 8 La versión más reciente de estos cambios conceptuales y su expresión en términos de una estrategia de acción política se encuentra en el Documento producido por la CEPAL y la UNESCO (1992) titulado: Educación y Conocimiento. Eje de la Transformación productiva con Equidad. Santiago de Chile. 9 Durante décadas, la literatura especializada puso énfasis en la necesidad de promover organizaciones inteligentes, superadoras del paradigma productivo fordista. En nuestra perspectiva, aquellos postulados resultaban y resultan aún hoy, todavía incompletos. En ese sentido, estamos convencidos que una organización además de orientar su performance hacia niveles de exigencia cada vez mayor, debe apostar también a construir y sedimentar una sinergia colectiva fundada en la centralidad de la condición humana. Desde nuestra perspectiva, una organización es inteligente, no sólo cuando afianza patrones de producción sustentadas en la eficiencia sino a la vez, cuando el conjunto de sus empleados encuentra en la propia organización la posibilidad de aportar sus saberes, participar responsablemente y sentirse interpelados en el respeto a la diversidad. 10 Ya hemos planteado la fertilidad de esta categoría conceptual a los efectos de construir un nuevo perfil profesional para el empresariado Pyme; perfil empresarial que supere las limitaciones impuestas por la expertiz del saber hacer (oficio) y se fundamente en la adquisición de saberes y competencias para la gestión de innovaciones. Al respecto, Véase Schon, D (1998). Op. Cit. Edit. Paidós. Buenos Aires. 5 circunstancias para convertirse en un hacedor de las mismas. Y es justamente en este punto, en donde aparece con mayor claridad la importancia de la capacitación. La capacitación como recurso insustituible para el mejoramiento de la cultura organizacional y de sus propias competencias para la gestión. Estamos convencidos que el crecimiento de una empresa y la formación para la gestión de innovaciones va de la mano11. Al igual que el Dios Jano, constituyen dos caras de la misma moneda. Un empresario que se capacita, es un empresario que está mejor preparado para reconocer las nuevas oportunidades que le ofrece el mercado, cuenta con nuevas herramientas para planificar sus estrategias productivas y/o comerciales y adquiere/ para sí y a la vez transmite a sus empleados, la confianza suficiente y necesaria para emprender innovaciones. Un empresario que decide transitar el vertiginoso camino de la capacitación es un profesional que quiere superar la soledad de la gestión a través del contacto con Otros. Compartir ideas o proyectos, estar abierto a otras miradas, ser receptivo a otras visiones, participar en Cámaras u organizaciones empresarias, asistir a conferencias, seminarios o cursos vinculados al mejoramiento de la gestión, etc., todo ello implica asumirse lentamente como un profesional de la gestión. Por último, un empresario que se capacita es un actor social cada vez más protagonista no sólo del cambio de su organización sino también, de las transformaciones socio – políticas que de manera sorpresiva y acelerada, atraviesan la sociedad de la que forma parte. Pensarse no sólo como un gestor de innovaciones en su propia empresa sino también, como un sujeto histórico situado en la comunidad en la que produce y en la que lleva adelante sus proyectos12. Magíster Claudia B. Cao Directora de Capacitación y Desarrollo Profesional “De Asia S.A.” Docente de Educación Superior 11 Tal como sostiene Rafael Echeverría, argumentamos que hay productividad en el trabajo reflexivo ya que Innovación y Aprendizaje constituyen en la empresa emergente del siglo XXI, componentes nodales del éxito empresarial. Al respecto, véase Echeverría, R (2001). La empresa emergente. La confianza y los desafíos de la transformación. Edit. Granica. Buenos Aires. 12 Para profundizar en torno a los cambios sorpresivos, vertiginosos, propios de la sociedad posmoderna, invitamos a la lectura de Bauman, Z (2002). Modernidad Líquida. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 6 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Y CITADA Bauman, Z (2005). La Globalización. Consecuencias Humanas. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. Bauman, Z (2002). Modernidad Líquida. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. CEPAL (1992). Educación y Conocimiento. Eje de la Transformación Productiva con Equidad. Cleri, C (2007). El libro de las Pymes. Edit. Granica. Buenos Aires. García Canclini, N (2000). La globalización imaginada. Edit. Paidós. Buenos Aires. De Sousa Santos, B (2009). Pensar el Estado y la Sociedad. Desafíos Actuales. CLACSO / Waldhuter Editores. Buenos Aires. Echeverría, R (2001). La empresa emergente. La confianza y los desafíos de la transformación. Edit. Granica. Buenos Aires. Gallart, M (2008). Competencias, productividad y crecimiento del empleo: el caso de América Latina. OIT / Cinterfor. Montevideo. Gallart, M (2006). La escuela técnica industrial en Argentina: ¿un modelo para armar?. OIT / Cinterfor. Montevideo. Gore, E (2004). La Educación en la Empresa. Edit. Granica. Buenos Aires. López Alves, F y Dessein, D (2004). Siete escenarios para el siglo XX. Edit. Sudamericana. Buenos Aires. Maristany, J (2006). Fundación y Crecimiento de las Pymes. Edicon. Fondo Editorial Consejo. Buenos Aires. Ministerio de Industria de la Nación. Plan Estratégico Industrial 2020. Buenos Aires. PymeNews. Noticiario Empresarial (2010). Empresarios: Características que lo definen, en www.pymenews.es Sennett, R ( ). La Cultura del Nuevo Capitalismo. Edit. Anagrama. Buenos Aires. Schon, D (1998). La Formación de Profesionales reflexivos: hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el aprendizaje en las profesiones. Edit. Paidós. Buenos Aires. Subsecretaría de Desarrollo Económico. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (2011). Análisis del Tejido Empresarial de la Ciudad de Buenos Aires. Aspectos Estructurales y Dinámica Reciente. Svampa, M (2008). Cambio de Época. Movimientos sociales y poder político. Edit. Siglo XXI. Buenos Aires. Toffler, A (1994). La Tercera Ola. Edit. Plaza y Janes. 7