arresto como medida de apremio en materia laboral. la suspensión

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Registro No. 187860
Localización:
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XV, Febrero de 2002
Página: 766
Tesis: VI.2o.T.17 L
Tesis Aislada
Materia(s): laboral
ARRESTO COMO MEDIDA DE APREMIO EN MATERIA
LABORAL. LA SUSPENSIÓN DEBE CONCEDERSE SIN EXIGENCIA
DE REQUISITO ALGUNO PARA SU EFECTIVIDAD.
Si en un procedimiento laboral la Junta aplica las medidas de apremio e
impone un arresto a quien se ostenta como tercero extraño sin ser parte en el
juicio, por su desobediencia a una determinación judicial, sus consecuencias
en manera alguna pueden causar daños o perjuicios a los derechos o
patrimonio de los terceros perjudicados, toda vez que la relación derivada de
un arresto sólo se finca entre autoridad y gobernado, y con el ejercicio de tal
medida, aquélla pretende vencer la resistencia injustificada del rebelde
contumaz a la obediencia, ya sea en sentido positivo o negativo, de una
determinación judicial, lo que no trasciende a la esfera jurídica de terceros,
puesto que la desobediencia al mandato judicial no afecta directamente los
derechos que se deducen en el juicio natural. En ese contexto, no es posible
considerar que para que surta efectos la suspensión definitiva otorgada en
contra de la orden de arresto reclamada, se deba fijar garantía so pretexto de
reparar el daño o indemnizar los posibles perjuicios que con la medida
cautelar se pudieran ocasionar al tercero perjudicado, en términos de lo
dispuesto por los artículos 125 y 139 de la Ley de Amparo, porque las
consecuencias que se generan con dicha suspensión tampoco inciden en la
esfera jurídica de terceros, pues no debe perderse de vista que, en la especie,
no rige el principio de que los hechos de igual naturaleza deben tener igual
reglamentación, toda vez que, tratándose de la afectación a la libertad por un
arresto como medida de apremio, ésta tiene su origen en una conducta de
naturaleza diferente al supuesto en el cual se afecta ese valor supremo por un
mandato de autoridad judicial del orden penal, como es el caso de las órdenes
de aprehensión, detención o retención, porque en tales hipótesis, el
mandamiento judicial está dirigido a sujetos distintos, al tener su fuente en la
realización de una conducta que la ley penal reputa como ilícita, estimando
responsable al indiciado, e implica la instrucción de un procedimiento para
determinar la existencia y el grado de responsabilidad; ello permite resaltar
que, en ambos casos, se persiguen fines esencialmente diversos, esto es, la
actitud de resistencia del particular a cumplir con una determinación judicial
dentro de un procedimiento jurisdiccional es sancionada con un arresto
máximo de treinta y seis horas, atento lo dispuesto por el primer párrafo del
artículo 21 constitucional; en cambio, en la orden de aprehensión, detención o
retención, además de estar sustentada en una conducta tipificada y sancionada
por la ley punitiva con penas privativas de libertad, existe un ofendido, o una
persona con derecho a la reparación del daño o a exigir la responsabilidad
civil proveniente de la comisión de un delito; de ahí que en razón de la
brevedad de la medida de apremio, se impone la ineludible necesidad de
otorgar la suspensión de la ejecución de la orden de arresto en forma
inmediata, sin condicionar su efectividad a que el quejoso tenga que otorgar
garantía o cumplir con algún otro requisito, pues ello contraviene los fines de
la suspensión.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL
SEXTO CIRCUITO.
Incidente de suspensión (revisión) 36/2001. Rocío Quintero Martínez. 3 de
mayo de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: José de Jesús Quesada
Sánchez. Secretario: Lorenzo Ponce Martínez.
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