los contratos bilaterales en el concurso de acreedores

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ARTÍCULO / junio 2010
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LOS CONTRATOS BILATERALES EN EL CONCURSO DE ACREEDORES
Manuel Vallvé Marsol. Abogado Hispajuris.
El cumplimiento de los contratos en vigor o las consecuencias de su incumplimiento
pueden marcar de manera decisiva la supervivencia de la concursada en un concurso
de acreedores o, por el contrario, encaminar al concursado hacia una dolorosa
liquidación, que en el fondo no deja de ser un fracaso del sistema. ¿Cómo pueden los
Administradores Concursales (o los abogados de las distintas partes que intervienen)
acudir al juez para hacer cumplir o resolver los contratos según el interés del
concurso?
1.-Los contratos bilaterales pendientes en el concurso
La Ley Concursal regula las normas aplicables a los contratos en sus artículos 61 a
70. En dichos preceptos encontramos la regulación de los contratos de trabajo, los
contratos con las administraciones públicas, determinados aspectos
de los
arrendamientos urbanos (la enervación en el desahucio) y la rehabilitación de créditos
y de contratos de bienes con precio aplazado. Es, sin embargo, en los artículos 61 a 63
donde encontramos una regulación general de los contratos con obligaciones
recíprocas.
a)
Tareas preliminares de la Administración Concursal: Una vez puestos a
disposición de la AC (Administración Concursal) los distintos contratos de la
concursada, el primer paso a realizar es identificar si estamos ante contratos de tracto
único o de tracto sucesivo y, particularmente en este último supuesto, evaluar su
incidencia en el concurso, su necesidad y finalmente, y en la medida de lo posible,
intentar evitar deudas contra la masa.
b)
Efectos sobre los contratos: La LC establece dos reglas sobre los contratos
bilaterales pendientes. La primera, la vigencia de dichos contratos teniéndose por no
puestas cualquier tipo de cláusulas que impliquen la resolución automática por el
hecho de declararse el concurso. La segunda, la posibilidad de su resolución en
interés del concurso o en caso de incumplimiento contractual. El articulo 61.1 regula
los contratos pendientes de cumplimiento por una sola de las partes, disponiendo que
el crédito o la deuda que corresponda al deudor se incluirá, según proceda, en la masa
activa o pasiva del concurso, en tanto que el articulo 61.2 regula los contratos con
obligaciones pendientes de cumplimiento tanto a cargo del concursado como de la otra
parte, estableciendo que irán a cargo de la masa las prestaciones a que esté obligado
el concursado. En ningún caso se puede acudir a las reglas generales (1124 y
concordantes del Código Civil) sobre resolución de contratos: no se pueden rescindir
de manera automática y unilateral los contratos. Es cierto que si hubieren
obligaciones pendientes de cumplimiento por el concursado anteriores al concurso,
podrá instarse la resolución del contrato ante el juez (del concurso), siempre que sean
contratos de tracto sucesivo o aquellos de tracto único en los que existan
incumplimientos posteriores a la declaración del concurso, sustanciándose por los
trámites del incidente. Ahora bien, la LC establece que en aras a la regla general de
conservación de los contratos y el interés del concurso, el juez podrá acordar (62.3)
que, aun existiendo causa de resolución, el contrato mantenga su vigencia y deba ser
cumplido, siendo, en este caso, a cargo de la masa, las prestaciones debidas
(anteriores al concurso) o las que aún deba realizar el concursado. Es decir, a petición
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de la AC o del propio concursado se podrá enervar la acción de resolución en interés
del concurso y con la consecuencia contra la masa indicada.
Se rompe, pues, la normativa general en materia de contratación en la medida en la
que se faculta al juez del concurso para acordar el cumplimiento del contrato incluso
existiendo causa de resolución. Es en este punto donde adquiere importancia la
diferencia entre los contratos de tracto único y los de tracto sucesivo: sólo en estos
últimos podrá instarse la resolución por incumplimientos anteriores al concurso. En
los de tracto único los incumplimientos anteriores no facultan para solicitar la
resolución pero sí los posteriores a la declaración del concurso.
c)
La resolución del contrato en interés del concurso ex. 61.2-2º: Sin embargo, el
concursado –si hay intervención– o los AC –en caso de suspensión- sí que podrán
solicitar la resolución de los contratos con prestaciones recíprocas pendientes si lo
consideran de interés para el concurso. Para ello la ley prevé una comparecencia de
las partes ante el juez. Si hay acuerdo, el juez dictará auto declarando el contrato
resuelto en los términos acordados. Si no hubiera acuerdo se abrirá un incidente
concursal donde el juez decidirá sobre la resolución y sus consecuencias
(indemnizaciones etc.).
d)
La posibilidad de subordinar los créditos del 92.7: La reforma de la LC llevada
a cabo por el RDL 3/2009 ha introducido un nuevo número 7 en el artículo 92 que
regula los
créditos subordinados. El nuevo número 7 dice: “Son créditos
subordinados: (…) 7º Los créditos derivados de los contratos con obligaciones
recíprocas a que se refieren los artículos 61, 62, 68 y 69, cuando el juez constate,
previo informe de la administración concursal, que el acreedor obstaculiza de forma
reiterada el cumplimiento del contrato en perjuicio del interés del concurso.”. Visto lo
indicado en las letras b) y c), esta norma está prevista únicamente para los supuestos
en los que concurre un interés del concurso favorable al cumplimiento del contrato y
que se hace efectivo ex artículo 61.2, es decir, por disposición legal o por decisión
judicial ex articulo 62.3. Puesto que la ley no establece diferencia se puede interpretar
que todos los créditos derivados de un contrato cuyo cumplimiento se obstaculiza se
verán postergados y reducidos a la categoría de subordinados, es decir, tanto los que
hubieran podido ser calificados como ordinarios por ser anteriores a la declaración del
concurso como aquellos que pudieran ser contra la masa pasiva.
La ley exige, en primer lugar, un interés del concurso; en segundo lugar, una
actuación dirigida a obstaculizar el cumplimiento; en tercer lugar, se exige una
reiteración; y, en cuarto lugar, se exige que la actuación obstaculizadora del
contratante in bonis genere un perjuicio al interés del concurso, es decir, un nexo de
causalidad.
2. Los aspectos procesales
La mayoría de las cuestiones que se susciten en el concurso se ventilarán por el cauce
del incidente concursal. El incidente es el cauce previsto (art 192 LC) para todas las
cuestiones que se susciten en el ámbito de la tramitación del concurso y para las
cuales la ley no haya señalado un trámite concreto. El artículo 194 regula el incidente
concursal que podríamos denominar común, reservándose el artículo 195 para le
regulación del incidente concursal en materia laboral. El incidente del 194 se iniciará
con una demanda que debe reunir la forma prevista en el artículo 399 de la LEC.
Admitida a trámite, se dará traslado a las partes par su contestación en el plazo
común de diez días y en la forma prevenida en el artículo 405 de la LEC. Contestada
la demanda, el proceso continuará conforme a los trámites del juicio verbal de la LEC,
salvo en lo relativo a la celebración de la vista. Sólo habrá vista si lo han solicitado las
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partes y previa declaración de pertinencia de los medios de prueba anunciados. Por
tanto, debe tenerse muy presente en este punto la importancia de anunciar la prueba
de que intenten valerse las partes ya desde el momento de sus primeros escritos de
demanda y contestación, a los efectos de que el Juez pueda valorarla, decidir sobre su
admisión y pertinencia, así como para resolver sobre la celebración o no de la vista,
con la importante consecuencia de la preclusión de la posibilidad de presentar prueba
fuera de ese plazo. Es importante resaltar en este punto que la prueba documental
debe acompañarse con los escritos iniciales de las partes. Hay que acompañar
físicamente los documentos al expediente judicial, sin que baste su designación o
simple remisión a los autos principales del concurso donde ya pudieran constar.
No se trata, por tanto y propiamente de un juicio verbal, sino de un procedimiento
singular y específico con sus propias normas singulares y que en algunas fases
procesales adopta la tramitación del juicio verbal, por lo que deben tenerse muy en
cuenta las normas procesales específicas en cuanto a su inicio en forma de demanda,
trámite de contestación escrita con plazo propio, proposición de prueba en los mismos
escritos iniciales con especial atención a la prueba documental y, en su caso, con
expresa petición de celebración de vista.
3. Conclusión final
Los AC deberían acostumbrarse a reclamar a la concursada una relación de los
contratos vigentes desde el mismo momento de la aceptación del cargo. Seguidamente,
con los contratos en su poder, deberían estudiar el impacto que tienen,tanto en la
tesorería, como en el funcionamiento de la empresa, y tanto en el supuesto que se
decida mantenerlos, como en el supuesto de que se prevea solicitar su cancelación.
Cualquier negociación que se inicie se debe intentar que concluya sin incidente y
sobre la base de un buen acuerdo homologable por el juzgado si es necesario.
Actuando de esta manera disminuye la conflictividad, con la consecuencia de
disminuir la carga de trabajo del juzgado y agilizar el procedimiento. La inactividad
por dejadez o por complejidad lo único que puede generar es más créditos contra la
masa, y precisamente NO generar más créditos contra la masa ha de ser uno de los
principales objetivos de la AC, más allá de aquellos que son estrictamente inevitables.
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