Tesis doctoral de Wilhelm Londoño: Fausto ignorado. Una

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Tesis doctoral de Wilhelm Londoño: Fausto ignorado. Una etnografía sobre
construcción e ignoración de la modernidad en la puna de atacama.
Por José Luis Grosso, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de
Catamarca
En abril de 2012, Wilhelm Londoño obtuvo su grado de doctor en Ciencias
Humanas en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de
Catamarca, Argentina, con la tesis Fausto ignorado. Una etnografía sobre construcción e
ignoración de la modernidad en la puna de atacama. La tesis, orientada por Alejandro
Haber, constituye un ejercicio de lo que con Alejandro venimos llamando “nometodología” (Haber, 2011; Grosso, 2013). Como lo marca a cada paso esta
investigación doctoral, ella no consiste sólo ni en primer lugar en un protocolo de
trabajo para el requisito académico (que también lo resulta siendo, y sin duda de
un modo sobresaliente y excesivo), sino en los devenires acontecidos en una
situación relacional en la que el “investigador” se pone y a la que se ex-pone. Los
aprendizajes que revela esta investigación no acogen meros “datos” ni elaboran
“interpretaciones” que traducen a “los otros” (como ha sido el métier de la
antropología y de las ciencias humanas y sociales siguiendo el mainstream de la
tradición científica), sino que son el fruto de enseñanzas de vida agenciadas al
disponerse y jugarse prolongada y sostenidamente en la relación comunitaria local,
hasta que se llega a invertir las políticas de conocimiento que establecen la
asimetría de los que saben sobre los que no saben como estructura de autoridad
epistémica en el sistema colonial.
Esta investigación, en este sentido, además de servir como espejo analógico para la
de los tesistas que acompañamos con Alejandro en este y otros programas de
doctorado, y para nuestros equipos de investigación, interviene decididamente en
la discusión actual de las ciencias humanas, especialmente en torno del lugar del
investigador, de la teoría relacional en la que resulta implicado y de las políticas de
conocimiento en los espacio-tiempos locales. La crítica de la “representación” en la
antropología y en las ciencias humanas y sociales en general no basta para abrir
nuevas relaciones de conocimiento si no hay otros que rompen la formación
epistémica dominante desde otras maneras de conocer, que son otras maneras de
sentir, de vivir, de morir, de estar-en-el-mundo. Otros que nos tocan, nos afectan, y
nos toman de la mano al seguir sus huellas. Cuestiones cruciales, tanto en la
discusión epistemológica en curso, como en el reconocimiento de los lugares de
producción de teoría: un pensar-sintiente que corporiza fenomenológicamente la
dimensión más radical y originaria del “sentido”; pensar-narrando y narrarpensando que conlleva un movimiento epistémico, una mudanza, en las
condiciones del llamado “diálogo de saberes” entre epistemes académicas, saberes
comunitarios y movimientos sociales, y en las políticas contra el colonialismo
epistemo-lógico.
Podría decirse que la frontera y la originalidad son las que demarcan los márgenes
territoriales de esta tesis, pero no en el sentido intra-académico y pro-científico de
“conocimiento de frontera” y de “exigencia de originalidad”, sino en cuanto a las
luchas simbólicas en torno al conocimiento y a las políticas de la vida desde la
perspectiva y acción de la comunidad local. Por algo “don Alejandro” (Alejandro
Haber), “(el señor) Bili” (Wilhelm Londoño) y quienes han integrado este equipo
de investigación con un estilo de trabajo riguroso y dejándose estar en la relación
con los agentes locales, humanos y no-humanos, tienen el reconocimiento de esos
agentes y es allí que encuentran, juntos con sus nombres y afectos, sus aprendizajes
más valiosos y las verificaciones más sólidas.
Pocas veces me sucede que mantenga mi interés, página a página, día a día, ante
un texto extenso. La secuencia que sigue el desarrollo de esta tesis se sostiene en el
círculo dialógico entre la semiopraxis de los agentes locales, incluyendo en ella la
intervención silenciosa o imponente de los seres no-sociales, la disposición
autocrítica del autor y las cuestiones teórico-conceptuales puestas en juego.
Cualquier experticia, técnica o instrumento se disuelven allí en un devenir del
conocimiento que no domina un sujeto desde su distanciamiento objetivador con
sus estrategias procedimentales, sino que se gesta en el diálogo en que, como lo
percibía Bajtin, tanto se habla como se escucha, tanto se da como se recibe: allí se
comprende abriéndose al desconcierto, porque son nuevas (en gran medida qua
arcaicas) las cosas que están aconteciendo.
Es mucho más lo que se sabe cuando se escucha de otros las intuiciones que se van
preconfigurando en el aire; cuando acontece lo que, como un rayo, destella el
sentido rompiendo sus semillas y nos desflora las carnes de la comprensión; y
cuando, dejándonos tocar por los roces de la conversación en que estamos
implicados, entendemos que hacer ciencia es un camino no-unívoco de
transformación del mundo. La praxis crítica no es un saber distante y autorizado
bajo el aura de un poder asimétrico, sino la inteligencia colectiva que nos hace
comunidad, y así, pertenecientes a lo posible que nos reúne en la conjunción de las
fuerzas diversas y opuestas. La praxis crítica trastoca el fetichismo epistémico que
nos coloniza desde la agencialidad local de relaciones que nos envuelve en otra
manera de estar en el mundo. La praxis crítica se revela así como otra manera de
estar-en-el-mundo, afectando la manera como vivimos y con-vivimos.
Esta tesis nos habla de esto: de la ética comunal que puja hacia la revolución que
nos libera porque nos descoloniza. Son saberes milenarios los que nos salvan, no al
registrarlos y coleccionarlos, sino al permitirnos vivirlos, conmovernos, desde la
raíz existencial de estar aquí: ese es el sentido de esta “arqueología indisciplinada”,
y tal vez sea el sentido de las ciencias humanas. Es lo que he aprendido también en
la conversación con Rodolfo Kusch (Kusch, 1975; 1976; 1978). Al hacer parte de la
conversación, hacemos parte de aquella historia, de aquella suerte, de aquella
lucha simbólica en una semiopraxis crítica radical, de aquellas gestas de esperanza
que saben morir en la crianza. Así, el pretendido “objeto” habla de nosotros, de lo
que estamos-siendo ahí. La teoría local de la relacionalidad (Haber, 2010) involucra la
ciencia en sus alcances más amplios: la incluye, la fagocita, la potencia hasta sus
posibilidades extremas. “Fausto es ignorado” significa “Fausto es devorado por un
espacio-tiempo otro, que niega en la relación, sin desconocer, sin aniquilar, como sí
lo hacen en cambio los proyectos sucesivamente violentos de la Cristiandad y de la
Modernidad”; Fausto es reconocido al ser incorporado a través de la deglución
festiva y sacrificial de sus afanes. La teoría local de la relación con-vence por
hospitalidad excesiva (Grosso, 2013). Los colonizadores, ayer y hoy, nunca lo han
entendido; lo han interpretado como debilidad e ingenuidad de los “nativos”, sin
percibir tampoco la fuerza cultural que allí opera: esa potente política cósmica del
sentido. Las Ciencias Humanas están ante la alternativa de fundar una vez más su
autoridad en el endurecimiento objetivo del mundo y volverse así mero discurso
sin vida que bloquea cínicamente lo posible; o de entrar en el diálogo existencial
con otras maneras de estar y de vivir, que rompen el cristal de una “realidad” que
se quiere única, dueña de sí y violenta en su inmutabilidad. La comunidad de
Antofalla es la puerta a otra universidad que podríamos ser, y la fuerza anacrónica
y liberadora de una historia que no ha concluido aún y se mantiene abierta a pesar
de todo el peso demoledor de la Historia con mayúsculas. El sencillo gesto que nos
toca la piel lleva consigo el “mayor riesgo teórico” (Benjamin, 2010) que podremos
concebir para dar vuelta el orden violento sobre el que pisamos cada día, cada
mañana, cada nueva reiteración de lo mismo. Gracias, Wilhelm devenido “Billy”,
por hacernos pensar en las ciencias humanas, en el riesgo teórico que las atraviesa
y nos atraviesa. Porque el riesgo teórico es lo que nos pasa: volvernos otros.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BENJAMIN, Walter
2010 Sobre el concepto de historia. (1939-1940) Bogotá: Desde Abajo.
GROSSO, José Luis
2013 “Excess of Hospitality. Critical semiopraxis and theoretical risks in postcolonial justice.” In A.
HABER & N. SHEPHERD (eds.) After Ethics. Ancestral voices and post-disciplinary worlds in
archaeology. Cape Town: University of Cape Town (en imprenta).
HABER, Alejandro
2010 “Animismo, relacionalidad, vida: perspectivas post-occidentales.” En D. HERMO y L. MIOTTI
(coords.) Biografías de paisajes y seres. Visiones desde la arqueología sudamericana. Córdoba y Catamarca:
Encuentro Grupo Editor – Doctorado en Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Catamarca.
2011 “Nometodología payanesa. Notas de metodología indisciplinada.” Revista Chilena de
Antropología, N° 23: 9-49, Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Chile.
KUSCH, Rodolfo
1975 La negación en el pensamiento popular. Buenos Aires: Cimarrón.
1976 Geocultura del hombre americano. Buenos Aires: García Cambeiro.
1978 Esbozo de una antropología filosófica americana. Buenos Aires: Castañeda.
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