Agricultura de subsistencia - ccoo

Agricultura de subsistencia
Agricultura de subsistencia
Sólo el apoyo financiero a la producción agrícola de los países pobres puede mitigar la hambruna
Avanzado el siglo XXI, cerca de mil millones de personas siguen pasando hambre en el mundo. Azuzada por la crisis
económica, la situación se ha complicado más en los últimos seis meses, el tiempo que ha corrido entre la cumbre de
Roma, en junio del 2008, y la presente cita sobre Seguridad Alimentaria, en Madrid. La cumbre, cuyas conclusiones se
sabrán hoy, se plantea soluciones urgentes: se necesitan recursos financieros a la agricultura, los objetivos del Milenio
parecen cada día más lejanos, las ONG siguen denunciando las hambrunas y el aumento en los precios de los alimentos
y se reavivan las expectativas sobre el efecto Obama. "En el tiempo que lleva como presidente de Estados Unidos
(apenas una semana), ya se ha propuesto una reunión inmediata para erradicar el hambre", admitía Jacques Diouf,
director de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Entre todos estos elementos, España se plantea su cuota de liderazgo: Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores,
recordó que los países ricos deben invertir el 0,7% de su PIB a ayudas al desarrollo.
El asunto sonroja a las instituciones internacionales: como sube el precio de los alimentos, los números no cuadran. En
presencia de 65 ministros, en su mayoría africanos, asiáticos y europeos, Madrid propone la creación de la Alianza
Global contra el Hambre y promociona el reimpulso de las políticas agrarias, abandonadas desde hace treinta años: la
agricultura está centrando el peso de la cumbre.
Diouf y Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores español, se expresaron en números: el 98% de la población
desnutrida vive en países en vías de desarrollo. Y el 75% de los pobres vive en el medio rural. "Esta es la crónica de una
tragedia anunciada", dijo Diouf. "A principios de los 80, los países ricos destinaban el 18% de su presupuesto a las
ayudas oficiales al desarrollo. Hoy, apenas invierten el 4%", dijo Moratinos. El abandono, apuntan, respondía a una
creencia en la buena fe.
"Todo se basó en la convicción de que las políticas agrarias se desarrollarían solas. Así que se las dejó en manos del
sector privado", concluyó Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional. Con el tiempo, el
mercado no ha suplido esas políticas agrarias. Así que muchos agricultores han quedado atrapados en la pobreza, sin
acceso a la maquinaria, a las semillas o a la propiedad de la tierra.
"Abandonar la agricultura fue un error: fabricar infraestructuras para producir alimentos es tan importante como los
propios alimentos", dijo Ngozi Okonjo-Iweala, directora gerente del Banco Mundial. "Hace tiempo que vamos
retrasados - insistió Diouf-. Cinco años después de la cumbre de 1996 (entonces se adoptó el compromiso de reducir el
hambre a la mitad antes del 2015), tuvimos que convocar otra cumbre para denunciar que los recursos para la ayuda a la
agricultura estaban disminuyendo, en vez de crecer. A este ritmo, vimos que los objetivos del 2015 no se alcanzarían
hasta el 2150... Ahora, tenemos que acelerar. El problema es que la crisis financiera actual no facilita la tarea".
A través del vídeo, Estados Unidos apareció en escena para aportar un granito de esperanza. Hillary Clinton avaló el
futuro papel de Obama. La secretaria de la Administración estadounidense se comprometió en la lucha por el fin del
hambre. "Es una prioridad absoluta (de Obama). La inseguridad alimentaria y la subida de los precios representa una
amenaza para la prosperidad y la seguridad en los países en desarrollo", dijo.
En ese sentido, la situación es novedosa. En los últimos años, la administración Bush ha trampeado en la ayuda al
desarrollo. Aunque aún aporta la mitad del presupuesto mundial en asistencia a la alimentación, su subvención está
mediatizada: ofrece dinero, pero sólo si se gasta dentro de Estados Unidos, y siempre según un catálogo concreto de
alimentos. "La administración Bush lanzaba ayudas, pero siempre en función de sus intereses", denunciaba a este diario
el portavoz de una ONG.
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En este marco, España anda buscando su parcela de liderazgo: no sólo ha alentado esta cumbre en Madrid, sino que se
ha comprometido a aportar 500 millones de euros a la ayuda alimentaria en cinco años (hasta 2012): "A día de hoy, ya
hemos anunciado 280 millones", dijo Moratinos. Así arrancó los aplausos del auditorio. Según el titular de Exteriores,
desde mediados del 2008, España ha elevado hasta 105 millones de dólares (unos 90 millones de euros) su ayuda al plan
mundial de alimentación, "y ya se encuentra entre los diez primeros donantes del mundo". "Pero además, ha aumentado
en un 25% su contribución a la FAO y ha abierto una ventanilla de 30 millones de dólares (unos 26 millones de euros)
para ayudas al programa de las Naciones Unidos para el desarrollo".
"Todavía pretendemos que España aporte el 0,7% de su PIB antes del 2012. Es más, queremos que ese objetivo sea
obligatorio para todos los países desarrollados - concluyó Moratinos-. Si el ministro canadiense propuso un 0,7%
voluntario hace cuarenta años, ¿cómo no nos vamos a comprometer a que hoy sea obligatorio para todos nosotros...? El
mundo necesita un mensaje claro y rotundo".
No todos avalan la buena fe de la cita en Madrid. Hubo decenas de manifestantes, cacerola en mano, a las puertas del
Palacio de Congresos, a primera hora de la mañana, gélida en Madrid. Eran representantes de las asociaciones civiles,
convocados por Vía Campesina y Amigos de la Tierra. "Esta conferencia es una farsa. Se nos ofrece una estructura tipo
Banco Mundial: un dólar, un voto. Y no se está escuchando a los pequeños agricultores, cuyo futuro está en juego aquí",
dijo Javier Sánchez, de Vía Campesina. Tampoco Intermón aplaude la iniciativa: la califica de precipitada. "16.000
niños mueren de hambre cada día. Como si todos los niños menores de cinco años muriesen cada día en La Rioja - dijo
José Antonio Hernández, su portavoz-. Además de retóricas, espero que se pongan en marcha medidas".
SERGIO HEREDIA
La Vanguardia
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