Los Grupos Humanos

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Los Grupos Humanos
El humedal del río Paraná inferior constituyó durante la fase final del Holoceno reciente, un área donde
se desarrolló un intenso escenario microevolutivo, compuesto por tres metapoblaciones diferentes. La
primera, compuesta por grupos cazadores-recolectores locales con algún componente agrícola que
pudo haber sido mayor en los sectores más septentrionales del humedal del Paraná y menor en los
grupos más meridionales. Un segundo núcleo poblacional compuesto por las bandas de cazadoresrecolectores que explotaban la llanura pampeana y que ocasional y/o estacionalmente explotaban el
ambiente fluvio-lacustre del Paraná y estuario superior del Río de la Plata. El tercer grupo, arribado
muy tardíamente al área, estaba compuesto por los grupos guaraníes.
Cazadores-recolectores locales
El gran núcleo poblacional del tamo inferior de la cuenca del Plata
estaba mayoritariamente compuesto por esta metapoblación,
compuesta por diferentes grupos que en el siglo XVI son nombradas
por los marinos europeos como “Timbú”, “Chaná”, “Mbeguá”, gentilicios
compuestos, como “Chaná-Timbú”—, “Chaná-beguá”, etc., y otros que
pueden corresponder a núcleos poblaciones menores pertenecientes a
los primeros, como los “Carcaraes”. Si bien la mayoría de las crónicas
los señalan como básicamente cazadores-recolectores, también estas
mencionan algún componente agrícola menor, que en el caso de los
Timbúes parace haber sido sustancialmente más importante, con
asentamientos que podrían haber tenido
una importante estabilidad residencial. El
componente vegetal de la dieta incluía
además una importante cantidad de
productos obtenidos en el bosque xerófilo y sus desprendimientos. La
pesca era una de las principales formas de obtención de proteínas
animales, y se producía un excedente importante destinado al
almacenamiento, probablemente como forma de atenuar la depresión de
los recursos que ocurren durante el invierno, y/o con fines de intercambio.
Estos grupos locales exhibían en términos generales una baja
movilidad residencial. No se conoce ninguna referencia etnográfica de
estos grupos fuera del ambiente del humedal, por lo que se considera
que los campamentos base no se desplazaban fuera de este ambiente.
Las crónicas también mencionan que, aunque tenían lenguas y/o
construcciones dialectales diferentes, todos estos grupos podían
comunicarse entre sí. No sabemos si esto se debía a que existía una
lengua franca y/o a la presencia de individuos políglotas y/o que sus
distancias lingüísticas no les impedían la comunicación verbal.
Pendientes de malaquita y caninos de carnívoros perforados. Sitio Anahí
Guaraníes
Luego de décadas de inactividad de la arqueología guaraní en el Delta del
Paraná y el estuario del Río de la Plata, desde principios de este nuevo siglo
se han reactivado las mismas. Este nuevo esfuerzo está plasmado por la
ubicación y excavación de viejos y nuevos sitios arqueológicos pertenecientes
a esta metapoblación.
Estos grupos horticultores, que -de acuerdo a algunos autores- se originaron
en la cuenca del Amazonas unos 2.500 años atrás, llegaron como mínimo
hace unos 700 años a las costas del Río de la Plata.
Fragmento de vasija guaraní. Sitio Kirpach, costa del río Uruguay inferior.
Estas poblaciones se caracterizaron por una horticultura de roza y quema, basada en el cultivo del
maíz (y en sectores más septentrionales incluían la mandioca). Sin embargo,
se ha documentado etnográficamente diversos tipos de manipulación de más
de 100 especies vegetales por parte de estos grupos. La obtención de
proteínas animales era sumamente importante. En el Delta del Paraná la
caza del ciervo de los pantanos y del carpincho ocuparon un lugar
privilegiado, al igual que la pesca. Sin embargo, estudios recientes están
demostrando que esta no haría sido tan importante en el área como la caza
de aquellos dos grandes mamíferos.
Grabado que ilustra una escena de la vida de los guaraníes (tomado de U. Schmidl, edición de 1948).
Los Guaraníes construían aldeas donde se establecían durante algunos años. Generalmente estaban
integradas por tres o cuatro grandes unidades (malocas), que en su conjunto podían albergar entre
varias decenas hasta cientos de individuos. Los Guaraníes desarrollaron una
institución de marcada desigualad social, como la esclavitud. También
practicaron la antropofagia ritual, inhumaciones en urnas y un esquema de
defensa activa de los territorios, tendiendo a expandir las áreas
consideradas como propia o apetecibles de ser incorporadas como parte de
sus áreas de producción de alimentos, pesca y caza. La alfarería es un rasgo
peculiar de estos grupos, ya que es técnica y estilísticamente muy diferente
a la que producían los grupos aborígenes locales.
Fragmentos de cerámica guaraní procedente del sitio Arroyo Fredes
Se caracteriza principalmente por su típico patrón corrugado y unguiculado, y por la presencia de
alfarería polícroma (idéntica a la que se encuentra en sitios guaraníes del sur de Brasil, y a lo largo del
río Uruguay).Asimismo, las pastas empleadas en la elaboración de los recipientes presentan un
conglomerado de técnicas de manufactura que las diferencia en algunos aspectos de aquella
elaboradas por los aborígenes locales.
Cazadores recolectores del interior de la llanura pampeana
Un núcleo poblacional completamente distinto lo constituían los grupos conocidos históricamente como
“Querandíes”. Estos conformaban pequeñas bandas altamente móviles que en el interior de la llanura
pampeana explotaban el guanaco y el venado de las pampas principalmente. Es posible que su
territorio occidental haya llegado hasta las Sierras Centrales, donde tomaban contacto con poblaciones
y bienes originados en el sector andino. Ocasional y/o estacionalmente, se acercaba a la línea fluvial
Paraná-Plata, probablemente durante en el verano, concomitante con la concentración de recursos
estivales y el pulso migratorio de los peces estenohalinos del Paraná. Es muy probable que este
mecanismo de explotación interior-costa fluvial, históricamente documentado, describa un sistema de
movilidad plenamente prehispánico, que aún no ha sido adecuadamente analizado. Este movimiento
posiblemente estuvo acompañado por mecanismos de intercambio de bienes, los cuales pueden
explicar la recuperación de artefactos de metal, pendientes de malaquita y de otras rocas duras como
la cuarcita en los sitios del humedal generados por los grupos humanos locales. Asimismo, este
mecanismo pudo haber generado alianzas más o menos duraderas, basadas en el intercambio de
bienes, información, derechos de explotación y haya facilitado, a su vez, el flujo genético entre ambas
metapoblaciones.
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