Expectativas Análisis de tendencias socioeconómicas 4. ¿Banca pública o banca privada? Los rescates financieros pusieron en tela de juicio a los bancos, pero las entidades públicas también necesitan una fuerte financiación. Las dudas se ciernen sobre cúal es el mejor modelo bancario y la regulación más eficiente L a crisis de las cajas de ahorros en España (un agujero de 15.000 millones según el Banco de España y 120.000 conforme a la agencia de rating Moody’s) y la de los landesbanken alemanes parece responder, por sí sola, el debate entre banca privada y pública. Por otra parte, Estados Unidos ha tenido que nacionalizar el 34% de Citigroup—el mayor banco por activos del mundo—, inyectar 520.000 millones de euros (750.000 millones de dólares) en el capital de los bancos y ofrecer garantías públicas de los activos de Citigroup y Bank of America—la segunda entidad por activos del mundo—por otros 346.000 millones de 22 euros. Mientras, gran parte de la banca británica sigue nacionalizada. En 2010 Barack Obama planteó la creación de un Banco de Infraestructuras, público, en EEUU, similar hasta cierto punto al Banco Europeo de Inversiones (BEI), con el que la UE financia gran parte de sus apuestas en educación, infraestructuras o energía. La idea ha sido abandonada, pero revela que el debate es complejo y depende, sobre todo, de la situación en cada país. Ese carácter ‘nacional’ del debate es, precisamente, la primera distinción que debe hacerse a la hora de debatir las bondades y desventajas de un modelo Expectativas bancario exclusivamente privado o mixto privado y público. Así, en las economías con déficit públicos significativos, la banca pública puede jugar un papel extremadamente negativo, dado que se puede convertir en una financiadora del déficit. Ésa es la conclusión de un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado el 1 de marzo sobre la banca pública en India. El estudio detecta que “los bancos públicos respondieron más favorablemente [que los privados] a aportar relativamente más recursos para financiar el déficit fiscal”. Un segundo factor es el peligro de politización de los bancos públicos. En este sentido, el estudio de Paola Sapienza Incentivos crediticios de los bancos estatales para el Centre for Economic Análisis de tendencias socioeconómicas and Policy Research, ya detectaba en 2002 la correlación entre tipos de interés y política en el caso de la banca pública: “El comportamiento crediticio de los bancos estatales se ve afectado por los resultados electorales del partido afiliado al banco: cuanto más fuerte es el partido en el área donde las empresas están tomando crédito [del banco] menor es el tipo de interés”. El estudio más concluyente al respecto es un monumental trabajo, también del FMI, basado en el análisis de los sistemas bancarios en 133 países en vías de desarrollo entre 1994 y 2003, que llega a cuatro conclusiones: 1) La existencia de un sector bancario público guarda una relación directa con las posibilidades de que se produzca una crisis financiera en ese país. Un banco público creará riesgo sistémico si da créditos para favorecer a los gobernantes iStockphoto®, ©koya79, Credit cards falling as dominoes 23 Expectativas 2) Los bancos públicos toman más riesgos, aunque eso depende de cada país y cada entidad. 3) Debido al punto anterior, la existencia de una banca pública con una cuota de mercado alta obliga, a su vez, a los bancos privados a tomar más riesgos, exacerbando así el peligro sistémico. 4) Los costes de las quiebras para las entidades públicas son menores que los de las privadas. Un problema adicional de la banca pública es que, al contrario que la privada, es difícil de transformar. En teoría, la banca pública se crea para hacer que el crédito llegue a aquellas áreas de la economía a las que las instituciones financieras privadas no acceden. En otras palabras: es una herramienta para corregir una disfunción del mercado. El propósito de este artículo no es cuestionar esa tesis, dado que el sector privado puede distribuir recursos de manera ineficiente, como explica el profesor del MIT y ex economista jefe del FMI Simon Johnson en su libro Thirteen Bankers al hablar de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos. Sin embargo, sí existe una amplia evidencia de que la banca pública, que puede haber sido creada para fomentar el desarrollo de ciertos sectores o regiones, sigue existiendo una vez que ha logrado esos objetivos. Acaso ningún ejemplo sea tan evidente como el del banco público por excelencia: el Banco Mundial. En un mundo en el que los flujos de capital y la inversión ex- 24 Análisis de tendencias socioeconómicas Una banca pública con alta cuota de mercado, obliga a los bancos privados a incurrir en mayores riesgos tranjera directa están marcando una formidable reducción de la pobreza incluso en el África subsahariana, el Banco Mundial no sólo no ha recortado sus operaciones, sino que las ha aumentado, como ponen de manifiesto los estudios Privatize the World Bank, del experto en Economía Política del American Enterprise Institute Nicholas Eberstadt y el devastador informe The Man Who Broke The Bank, de Stephen Fidler para la revista Foreign Policy, entonces propiedad del think tank Carnegie Endowment for International Peace. Si ésos son los problemas de la banca pública ¿por qué se mantiene el debate? La respuesta la da Johnson—un destacado enemigo de la tesis de que los bancos deben ser grandes—en su blog The Baseline Scenario: la banca privada ha cometido errores que justifican la existencia de la pública. Entre ellos destaca que dependen de ayudas estatales en tiempos de crisis y que parte de la opinión pública percibe una colusión entre los bancos privados y los Gobiernos que es imposible de detectar por parte del ciudadano medio. En otras palabras: como explican en la red Vox Svetlana Adrianova y Panicos Demetriades, de la Universidad de Lei- Expectativas cester, y Anja Shortland, del Deutsches Institut fuer Wirtschaftsforschung, las críticas a la banca privada son simplemente un reflejo del clásico problema entre el principal y el agente. El propietario tiene la percepción de que no controla a los bancos privados, que son gestionados con total libertad por los directivos. A cambio, la opinión pública piensa que sí tiene voz y voto sobre la banca pública, que financia déficit, concede créditos en mejores condiciones y apoya proyectos con menos sentido económico que sus competidores privados. El problema es que esas actividades son, en el medio plazo, lesivas para la estabilidad financiera del país. “Es un síntoma de mala regulación” del sector, concluyen estos tres investigadores. Otra cosa es que las reformas regulatorias actualmente puestas en práctica por el G-20, o las propuestas lanzadas por Johnson (que en general ha tenido muy poco éxito a la hora de convencer a los reguladores y a los políticos) sean las adecuadas. Análisis de tendencias socioeconómicas Referencias Informe del FMI sobre banca pública en India: http://www.imf.org/external/pubs/ft/ wp/2011/wp1150.pdf Informe del FMI sobre propiedad de la banca, estructrua del mercado y riesgo: http:// www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2007/ wp07215.pdf Thirteen Bankers: http://13bankers.com/ Estudio de Northwestern y el CEPR: http:// www.cepr.org/meets/wkcn/5/583/papers/sapienza.pdf Artículo del American Enterprise Institute proponiendo la privatización del Banco Mundial: The man Who Broke The Bank: http://www.foreignpolicy.com/story/files/ story1879.php El BEI como ejemplo del Banco de Infraestructuras propuesto por Obama: http:// www.tnr.com/blog/jonathan-cohn/77568/ everything-you-wanted-know-about-national-infrastructure-banks-were-afraidArtículo de Svetlana Adrianova, Panicos Demetriades y Anja Shortland: http://www. voxeu.org/index.php?q=node/4647 25