MAURICIO Hoy en día para nosotros el monje Mauricio es tan solo el autor de una misiva que se nos ha conservado inserta entre las llamadas Epistolae Wisigothicae, nombre con el que se conoce desde Gundlach una colección de veinte cartas de los siglos VI y VII escritas por diversos autores. No sabemos prácticamente nada de este personaje, y toda la información que sobre él poseemos pasa irremediablemente por su carta. El destinatario de la misiva es cierto obispo Agapio de sede desconocida que suele identificarse con el obispo homónimo al que el conde Bulgarano dirigió también una carta, lo que situaría los años de su episcopado durante el reinado de Witerico (603610). García Moreno apunta la posibilidad de que Agapio fuera un obispo metropolitano. Gundlach, por su parte, cree que pudo ser obispo de Braga, mientras que Domínguez del Val se inclina por Córdoba. Con todo, estas atribuciones no van más allá de meras conjeturas. De la carta se desprende que el obispo Agapio había acusado al monje Mauricio de vagabundo y fugitivo. El monje, conocedor de tal hecho, le escribe defendiéndose de las acusaciones y achacándolas a hombres malvados que habrían informado mal al prelado. La carta intenta ser una defensa de la actuación del propio monje, para lo cual utiliza diversas imágenes tomadas de las Sagradas Escrituras. La acusación vertida sobre Mauricio no era ciertamente trivial, pues numerosas disposiciones eclesiásticas perseguían a los clérigos y monjes que huían de sus iglesias y monasterios vagando por los caminos o viviendo sin estar sujetos a la autoridad de obispos y abades. En este sentido, tanto las reglas monásticas como las disposiciones canónicas hacen hincapié en la irrevocabilidad de la profesión monástica. Son numerosas las referencias que aparecen en los cánones de los concilios visigóticos condenando a los clérigos y monjes vagabundos y fugitivos: IV Concilio de Toledo (año 633), cánones 52, 53 y 55; VI Concilio de Toledo (638), canon 6; VII Concilio de Toledo (646), canon 5; XIII Concilio de Toledo (683), canon 11. BIBLIOGRAFÍA 1. EDICIONES (CPL 1294) GIL, J., Miscellanea Wisigothica, Sevilla, Universidad de Sevilla, 19912, pp. 45-47 (nº 17). (*) GUNDLACH, W., “Epistolae Wisigoticae”, MGH, Epistolae, vol. 3,1. Epistolae Merowingici et Karolini Aevi, Berlin, Weidmannsche Verlagsbuchhandlung, 1892 (reimp. München, Monumenta Germaniae Historica, 1994), pp. 686-687 (nº 18). 2. OTROS ESTUDIOS DÍAZ, P. C., Formas económicas y sociales en el monacato visigodo, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1987, pp. 149-153. DOMÍNGUEZ DEL VAL, U., Historia de la antigua literatura latina hispano-cristiana, vol. 4, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1998, p. 464. GARCÍA MORENO, L. A., Prosopografía del reino visigodo de Toledo, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1974, pp. 37-39 (nº 30) y 223 (nº 661). GUNDLACH, W., “Die Anhang des III. Epistolae-Bandes der Monumenta Germaniae Historica: Epistolae ad res Wisigothorum pertinentes”, Neues Archiv der Gesellschaft für ältere deutsche Geschichtskunde 16, 1891, pp. 9-48. —, “Epistolae Wisigoticae”, MGH, Epistolae, vol. 3,1. Epistolae Merowingici et Karolini Aevi, Berlin, Weidmannsche Verlagsbuchhandlung, 1892 (reimp. München, Monumenta Germaniae Historica, 1994), pp. 658-690. KAMPERS, G., Personengeschichtliche Studien zum Westgotenreich in Spanien, Münster (Westfalen), Aschendorff, 1979, p. 65 (nº 234). ORLANDIS, J.- RAMOS-LISSÓN, D., Historia de los concilios de la España romana y visigoda, Pamplona, Universidad de Navarra, 1986, pp. 431-434. SALVADOR VENTURA, F., Prosopografía de Hispania meridional. III – Antigüedad Tardía (300-711), Granada, Universidad de Granada, 1998, pp. 27-29. VIVES, J., Concilios visigóticos e hispano-romanos, Barcelona-Madrid, CSIC, 1963. [S. I. A.]