Hoy me comentaron una anécdota que me parece digna de ser

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Observatorios Urbanos
¿Realidad o ficción?: lo distante del quehacer político
Rosana Méndez Barrón*
Un conocido maestro me comentaba que en la escuela preparatoria donde trabaja,
recientemente se llevo a cabo un ejercicio de investigación por parte de los alumnos
sobre el tan conocido Plan Sonora Proyecta (PSP). La idea era aplicar algunas nociones
básicas trabajadas en una clase de metodología. Los jóvenes entre quince y dieciséis
años de edad, trabajaron por más de dos meses investigando y analizando la
información disponible al respecto.
Encontraron algunos de los aspectos tales como: a) De las 100 obras anunciadas, sólo
algunas relacionadas con vialidad en Hermosillo son necesarias, más no indispensables,
pero se observa que tienen “alto perfil” político e incluso un costo excesivo; b) al
interrogar a ciudadanos comunes advirtieron que gran mayoría no tiene conocimiento de
las obras que integran PSP, mucho menos le interesan, mucho menos fueron
consultados, aunque éstas deberían ser en su beneficio, y c) la mala planeación que
muestran algunas de estas obras (ejemplos: para quienes salen de Hermosillo sobre el
eje vial San Pedro el Saucito, no se planeó un retorno por lo que deben salir de la
carretera y hacer una vuelta en “U”; el paso subterráneo se inunda cuando llueve; y no
se pensó en los pobladores locales, pues no hay paso peatonal, salvo algunas escaleras
colocadas una vez que la “obra” fue realizada).
Estas conclusiones no son nuevas, lo importante es quiénes lo descubrieron: unos
estudiantes de preparatoria. Lo significativo es que si bien, estos jóvenes empezaron
haciendo una simple tarea, terminaron en el cuestionamiento hacia el quehacer político
estatal. Estos cuestionamientos son válidos y lo óptimo sería hacerlos llegar a los
encargados de elaborar dichos proyectos.
Es curioso como la juventud no es tomada en cuenta en muchos de los foros políticos,
pues a menudo se piensa que no tienen capacidad para juzgar correctamente su entorno,
sin embargo, a veces nos pueden sorprender con su agudeza y capacidad crítica. Al
igual que los adolescentes, hay otros grupos de población cuyas demandas no son
consideradas como debería, tal es el caso de las mujeres. Una muestra de ello es la
reciente reforma al Artículo 1º de la Constitución Política del Estado, que sustenta la
“protección de la vida desde la fecundación hasta la muerte natural”, reforma realizada
sin consulta y que deja de lado la capacidad de decisión de las ciudadanas sonorenses.
Otro componente social que ha sido excluido de las decisiones y acciones públicas es el
sector rural. Algunas localidades rurales sonorenses viven en graves condiciones de
precariedad. Adentradas en una pobreza de décadas, se esfuerzan día a día por subsanar
sus necesidades básicas empleándose en diversas actividades, tanto dentro como fuera
de sus localidades, de baja remuneración, incertidumbre y con pocas o nulas
prestaciones y/o servicios.
La baja de dinamismo del sector agropecuario en décadas pasadas ha acentuado el
deterioro de las localidades rurales y las estrategias de reactivación productiva, y los
programas de desarrollo y diversificación económica no han tenido el éxito esperado,
traduciéndose en desempleo, pobreza y en un ensanchamiento de la desigualdad entre
los habitantes urbanos y los rurales.
La situación se agrava día con día y es prioritario atacar el problema ahora y de raíz y
para ello se requiere conocer las particularidades de su economía y el papel de los
diferentes agentes sociales. Este problema no se acaba con simples programas de
saneamiento. Al igual que los jóvenes y las mujeres, los pobladores rurales son parte de
Sonora y merecen ser escuchados y atendidos.
*Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de El Colegio de Sonora,
[email protected]
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