La Negociación Colectiva. Articulación de Convenios

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La Negociación Colectiva. Articulación de Convenios
Dr. Carlos Casalás Viera
XV Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social XIII Jornadas Rioplatenses de Derecho del Trabajo y de la
Seguridad Social26 al 28 de agosto de 2004. Paraná, Entre Ríos.
Sum ario
Introducción
I. El Derecho del Trabajo en el Estado Constitucional de Derecho.
II. El Ordenam iento Jurídico Estatal y la Autonom ía Colectiva.
III. La Negociación Colectiva. Del Modelo Contractual a la Negociación Colectiva Dinám ica.
IV. La Negociación Colectiva.
V. Estructura de la Negociación Colectiva.
- Introducción Especial
- La Construcción de los Niveles de Negociación
- Los niveles de Negociación: Resultado del Modelo de la Autonom ía Colectiva
- Factores que inciden en la Em ergencia de Unidades y Niveles de Negociación
VI. Articulación de la Negociación. Concurrencia y Sucesión de Convenios Colectivos
Introducción
En el 11º Congreso Internac ional de Derec ho del T rabajo y Seguridad Soc ial, c elebrado en Carac as en 1985, se
trata el tema de Proc edimientos y estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva. Los países del c ono sur, en el fin de las
dic taduras y el inic io de la rec onstruc c ión democ rátic a, se oc upaban más de la rec uperac ión de las libertades que
de los c ambios que se est aban produc iendo en el mundo del t rabajo.
Casi veinte años después, es ineludible referirse a los efec tos que ha produc ido la implementac ión de polític as
neoliberales por los gobiernos en latinoaméric a, y la profunda transformac ión del modelo de ac umulac ión c apitalista.
La apertura al mundo de las ec onomías, siguiendo los lineamientos de algunos organismos internac ionales, las
reformas del Estado, y los c ambios en las legislac iones laborales y de seguridad soc ial promoviendo su flexibilizac ión
y desregulac ión muestran una realidad tan deplorable en el mundo del trabajo c on desempleo, informalidad, trabajo
infantil, prec arizac ión, salarios injustos, exc lusión de servic ios soc iales, etc . que obliga a repensar "el sentido y el
alc anc e de la protec c ión c onstituc ional del trabajo en sus diversas formas" c omo señala Rodolfo Capón Filas.
El estudio, en este tiempo de la negoc iac ión c olec tiva, de la artic ulac ión de c onvenios debe ubic arse en ese
c ontexto, pues c onstituye el objeto c entral del derec ho del trabajo.
En ese sentido, se ubic a en primer término, el tema del "estado c onstituc ional de derec ho" , donde los derec hos
fundamentales soc iales, ec onómic os y c ulturales, c onstituyen su c omponente esenc ial.
En segundo término, el rol de la negoc iac ión c olec tiva, c omo forma de partic ipac ión de los trabajadores en la
soc iedad, en la c onstruc c ión de un "orden soc ial justo" superando el modelo c ontrac tual "c lásic o" que atendía
c onc retamente a la negoc iac ión reduc ida a las c ondic iones de trabajo.
En terc er término, el análisis de los modelos de autonomía c olec tiva c on relac ión al ordenamiento jurídic o estatal. El
equilibrio resultante origina sistemas abstenc ionistas o reglamentaristas. A su vez, habrá sistemas que promuevan
legislac ión de promoc ión y de apoyo a la autonomía c olec tiva.
Los tres aspec tos inc iden en la formac ión de la estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva. En la c uarta parte se analiza
la ENC, organizada según se distribuya el poder de los sujetos y la inc idenc ia de fac tores históric os, instituc ionales
y ec onómic o- tec nológic os e inmediatamente su proyec c ión en la artic ulac ión de los c onvenios c olec tivos.
Finalmente, algunas c onsiderac iones sobre la c onc urrenc ia de c onvenios c olec tivos, en el derec ho del trabajo
uruguayo, la referenc ia en la tarea de interpretac ión del c onvenio c olec tivo c on reglas propias y el orden públic o
laboral, que se c onstituyen en los c omponentes fundamentales en la resoluc ión de la c onc urrenc ia en todas sus
expresiones.
I. El Derecho del Trabajo en el Estado Constitucional de Derecho.
El t ema se lo present a c on div ersos énf asis expresados generalment e en la c arac t erizac ión de los modelos
c onstituc ionales. Las Constituc iones del S. XIX, establec ieron el "Estado liberal de derec ho" , y se evoluc iona hac ia
el "Estado soc ial de derec ho" o "Estado democ rátic o y soc ial de derec ho" , c omo lo define un c onstituc ionalista
uruguayo. 1
En la desc ripc ión de dos modelos, de regulac ión jurídic a, se los c alific a c omo el "derec ho privado c lásic o" y modelo
del "derec ho soc ial" 2 para c onsiderar a éste c omo c orrec tor de las limitac iones del otro, inc orporando func iones al
Estado, en el ámbito de la ec onomía, salud, educ ac ión, vivienda, medio ambiente, trabajo y en c ita a F.Ewald 3 lo
c arac t eriza por ser un "derec ho de grupos" y "derec ho de desigualdades" .
En un sustanc ial estudio del art. 14 bis de la Constituc ión argentina, Bidart Campos 4se refiere al "c onstituc ionalismo
soc ial" , afirmando que: "El c onstituc ionalismo soc ial" es la c ulminac ión del c onstituc ionalismo c lásic o. No lo
desplaza, ni lo destruye, ni lo sustituye: lo c ompleta y le da una nueva tónic a. (...) "...el soc ial (c onstituc ionalismo)
rec ae prec isamente en el ámbito de los derec hos para ac entuarles su func ión soc ial, para implantar y, a la vez para
que ese estado allane las desigualdades y los desniveles injustos, muy espec ialmente en la relac ión entre c apital y
t rabajo".
En la c lásic a división del derec ho, entre lo privado y lo públic o, se altera su vinc ulac ión, y el derec ho públic o
interferirá en el c ampo privado, regulando direc tamente relac iones entre partic ulares. 5
Es en la Constituc ión, que definitivamente se c onsolida el derec ho del trabajo, alejándose del ordenamiento jurídic o
privado del c apitalismo.
En el análisis de M onereo Pérez 6, se destac a esta perspec tiva, que c ompartimos: "...c uando sus instituc iones y
princ ipios básic os (del derec ho del trabajo) derivan de lo enunc iado en la propia Constituc ión, de tal modo que las
normas infrac onstituc ionales c onc retizan y realizan aquellas instituc iones y princ ipios laborales garantizados en el
texto fundamental".
En el primer nivel del ordenamiento jurídic o, se integra el c onflic to soc ial y el Derec ho del T rabajo resulta el
instrumento de regulac ión permanente de las relac iones laborales, expresivas del c apitalismo industrial.
Para el autor, la espec ialidad del derec ho del trabajo, en el marc o del derec ho soc ial c onstituc ional, siguiendo a Irti
7: "...ya no es el desarrollo de los c riterios previamente ac ogidos en el Código Civil, o introduc idos por el legislador
ordinario, sino que es realizac ión de princ ipios c onstituc ionales. Y a no hay relac ión de genero o espec ie, sino
programa de ejec uc ión. Las normas espec iales se c arac terizan ahora c omo normas realizadoras de princ ipios
c onstituc ionales".
Los efec tos de esta c onc epc ión se proyec tan espec ialmente en los derec hos ec onómic os, soc iales y c ulturales,
entre los que se ubic a, la libertad sindic al.
Estos derec hos integran el c onjunto de derec hos fundamentales y se les rec onoc e su c ondic ión de exigibilidad. Las
diferenc ias ante los "derec hos c iviles y polític os" obedec en a razones históric as y no de esenc ia, c omo lo afirma el
Juez de la Corte Interameric ana de DD.HH. 8.
El desarrollo normativo internac ional en relac ión a derec hos humanos laborales, los c ambios c onstituc ionales en
varios países de Améric a Latina, entre las que se destac an la brasileña de 1988, la c olombiana de 1991 y la
argentina en 1994, han propic iado el desarrollo de una jurisprudenc ia de tribunales c onstituc ionales, instalando la
c onc epc ión del "bloque de c onstituc ionalidad" , inic iada por el Conseil Constitutionnel franc és, y rec ogido por la
Corte Constituc ional de Colombia 9 c omo el "...c ompuesto por todas aquellas disposic iones y princ ipios a los que se
les rec onoc e valor c onstituc ional" 10.
En est e sent ido, se pronunc ia Capón F ilas 11; al c onsiderar la proyec c ión de la protec c ión c onstituc ional de la
negoc iac ión c olec tiva, sosteniendo la prevalenc ia del c onvenio c olec tivo, ante una ley posterior c uando aquel
ot orga mejores derec hos.
El estado soc ial de derec ho, el modelo c onstituc ional, integrado a numerosas disposic iones de validez universal c on
relac ión a los derec hos humanos laborales, se debe c omparar c on las garant ías judic iales adec uadas, lo que reúne
los c arac teres esenc iales del Estado Constituc ional de Derec ho, c omo lo desarrolla Prieto Sanc his 12 t endiendo a
asegurar "plena fuerza normativa" a los "princ ipios, derec hos y direc tivas" de las reglas c onstituc ionales.
En c onc lusión, el ordenamiento jurídic o laboral resulta "totalmente impregnado" por las normas c onstituc ionales y
suprac onstituc ionales, al dec ir de Ric c ardo Guastini 13.
II. El Ordenam iento Jurídico Estatal y la Autonom ía Colectiva.
La relac ión entre el ordenamiento jurídic o estatal y la autonomía c olec tiva, rec onoc e c omo punto de partida, la
búsqueda de los f undament os del rec onoc imient o de ést a.
A partir de ordenar las explic ac iones entre posic iones "monistas" y de "pluralismo jurídic o" . Bueno Magano 14,
desc ribe a las primeras, que c onc iben el derec ho c omo "...la organizac ión soc ial de la sanc ión" , y sustentan que
"...su plenitud solo se alc anza c uando el Estado adquiere el monopolio de la fuerza". A partir de ello, el
rec onoc imiento de la autonomía, depende siempre de una c onc esión del Estado.
En el pluralismo jurídic o, ubic a diversas fundamentac iones que expresan matic es. Desde el pluralismo (o autonomía)
originaria, que c oexiste c on el ordenamiento estatal, sostenida, según Bueno Magano, por Georges Burdeau y
Georges Gurvitc h, de quien transc ribe: "Partic ularmente, en c ontrario al prec onc epto arraigado de supremac ía del
derec ho estatal, mostramos que los c uadros del derec ho ec onómic o y del c anónic o, para no menc ionar el derec ho
internac ional, poseen todas las c arac terístic as que, en c irc unstanc ias c onc retas, están habilitadas a c ompetir c on
los ordenamientos jurídic os polític os, enfrentados a los c uales puede afirmarse c omo equivalentes y superiores" .
Ent re esas post uras, se han elaborado f undament ac iones c on algunas v ariant es, c omo lo que rec oge M ant ero 15,
donde el Estado hac e una "rec epc ión de princ ipio" , y "rec ibe" o "inc orpora" al ordenamiento estatal a la autonomía
c olec tiva tal c omo se presenta en la realidad soc ial.
En una fundamentac ión, que enc uadra en la instalac ión del c onstituc ionalismo soc ial, Sarthou 16 se inc lina por
c onsiderar que la autonomía c olec tiva representa: "...el ac uerdo en un pluralismo c onflic tual genétic o, bipolar,
c onstituc ionalizado, de propietarios de c apital y trabajo, en tregua históric a, c on sus armas jurídic as doc umentadas
en el pac to fundac ional de la c omunidad" .
En el examen de los sist emas de relac iones laborales de c ualquier país, dependerá el marc o en que se desenv uelv e
la libertad sindic al.
Siguiendo la c lasific ac ión de Sarthou, la
Autonom ía Colectiva será Absoluta
, en un sistema donde se expresa: 1.
Rec onoc imiento de la libertad sindic al y de la autotutela c omo forma de relac ión entre poder estatal y poderes
privados c olec tivos.
2. Régimen de sindic ato representativo para la resoluc ión del pluralismo sindic al.
3. Garantía del abstenc ionismo estatal sobre la autonomía c olec tiva.
4. Exc epc ión al no- intervenc ionismo: la extensión u homologac ión a c argo del poder estatal y
5. Inderogabilidad peyorativa del estándar legal.
La autonom ía colectiva restringida
, implic a el predominio de la fuente heterónoma sobre la autónoma,
fundándose en el orden públic o ec onómic o, que explic a fuertes restric c iones en la libertad sindic al y espec ialmente
en la negoc iac ión c olec tiva de los ac tores soc iales.
Finalmente, la autonom ía colectiva prom ocionada
, que se propone la renov ac ión del c onsenso ent re poder
públic o y poderes soc iales c olec tivos por la vía de la promoc ión y desarrollo de la autonomía c olec tiva. En este
sistema, es posible detec tar variantes: la
adm inistración colectiva del garantism
, donde
o
se delega hac ia la
negoc iac ión c olec tiva la fac ultad de la derogac ión peyorativa de la legislac ión laboral mínima, de los que tenemos
ejemplos en proyec tos de reforma de hac e algunos años en Brasil; la autonomía c olec tiva
estim ulada para la
prevención de la conflictividad
, donde se busc a que la negoc iac ión c olec tiva resuelva el c onflic to a través de la
ac c ión sindic al en la empresa y 3. La autonomía c olec tiva organizada
y participativa
, donde el rol del Estado es el
de organizar y c rear formas de partic ipac ión tripartita. El derec ho a la informac ión y c ontrol, c ogestión, etc ., son
impulsados f uert ement e en est e sist ema.
Una vez, perc ibida la importanc ia de detec tar las c arac terístic as de la relac ión entre el ordenamiento jurídic o estatal
y la autonomía c olec tiva, estamos en c ondic iones de afrontarla direc tamente en el ámbito de la negoc iac ión
c olec tiva, el c onvenio c olec tivo y la artic ulac ión de los c onvenios c olec tivos.
"El delicado equilibrio entre ley y autonom ía colectiva en la configuración de la negociación colectiva
".
17
La evoluc ión del ordenamiento jurídic o de las relac iones laborales en España, manifiesta c arac teres de estos
modelos de autonomía desde el régimen autoritario, donde el "...pac to entre sindic atos y patronos era subsidiario
respec t o de la f unc ión que desempeñaba en est e sent ido la norma est at al. . . " 18
Los c ambios introduc idos en la Constituc ión de 1978 transformaron sustanc ialmente el sistema español, y la
negoc iac ión c olec tiva oc upa un lugar preponderante en la regulac ión de las relac iones laborales 19.
El c itado autor se refiere a la "zona sísmic a" que produc en las relac iones entre la legislac ión estatal y la autonomía
c olec tiva, donde la norma c onstituc ional además del rol garantista ordena al legislador a establec er reglas que
permitan el ejerc ic io efec tivo del derec ho. Y en términos de ubic ac ión entre monismo y pluralismo jurídic o, ha sido el
T ribunal Const it uc ional que ha ubic ado el modelo: "la f ac ult ad que poseen los represent ant es de los t rabajadores y
empresarios (art. 37.1 de la C. E.) de regular sus intereses rec íproc os mediante la negoc iac ión c olec tiva es una
fac ultad no derivada de la ley, sino propia que enc uentra su expresión jurídic a en el texto c onstituc ional" por lo que
"no resulta posible asimilar (...) las relac iones entre ley y c onvenio a las que se instauran entre norma delegante y
norma delegada" 20
El Estatuto de los T rabajadores (espec ialmente el 83.1 y 83.2) vino a rec onoc er dos modelos de negoc iac ión:
"...una legal y supletoria" , c on rec onoc imiento de libre elec c ión de ámbitos negoc iales y otro "autónomo y
preferente" c entralizado y artic ulado, a partir de la c apac idad de las organizac iones soc iales más representativas.
21
Nos parec e c laro, que el sistema de autonomía c olec tiva desde la fuerte restric c ión del período de la dic tadura, ha
alc anzado el de la "autonomía c olec tiva promoc ionada" en la vertiente que la orienta hac ia la "prevenc ión de la
c onflic tividad" al menos hasta la reforma de 1994.
Considerándolo un "terc er modelo" el instaurado por la reforma del merc ado de T rabajo de 1994, al modific ar el texto
del art. 84 ET que Villavic enc io no duda en c onsiderar que ha produc ido una reversión del sistema, al establec er
"reglas sobre las relac iones entre c onvenios c olec tivos (c onc urrenc ia y reparto de c ompetenc ias)..." 22. El terc er
modelo "legal y preferente", desc entralizador admite la "...c onc urrenc ia c onvenc ional, permitiendo la afec tac ión del
c onvenio supraempresarial anterior y superior por el c onvenio, también supraempresarial, posterior e inferior, salvo
en c iertas materias...". 23
La reac c ión sindic al, en la importante huelga de enero de 1994, c uestionó la reforma que ac arrearía un
debilitamiento de las fac ultades sindic ales, y un c orrelativo fortalec imiento del poder empresarial. 24
En los términos de la c lasific ac ión utilizada de las variantes de la autonomía c olec tiva, la reforma española, ha
afec tado la relac ión de la ley c on la negoc iac ión c olec tiva, transformando ésta en un instrumento de flexibilizac ión
de las c ondic iones de trabajo.
En el mensaje, elevando el proyec to de ley que resultaría en la ley de ordenamiento laboral, el Poder Ejec utivo
argentino, rec onoc e la c ontroversia originada por la ley derogada, y entre varios aspec tos, destac a el referente a:
"...la preeminenc ia del c onvenio c olec tivo de ámbito menor por sobre el c onvenio de ámbito mayor" . La nueva ley
rec ogerá, en opinión del P.E. un nuevo texto: "...mec anismos de artic ulac ión de c onvenios a partir de los de ámbito
mayor. La fac ultad de artic ular c onvenios c olec tivos de diferente ámbito, se relac iona direc tamente c on el
establec imiento de reglas aplic ables a los supuestos de c onc urrenc ia y suc esión de c onvenios" . La nueva ley le
otorga un papel relevante a "la c ondic ión más favorable para el trabajador" en la c omparac ión de instituc iones. 25
Las reformas anteriores, que la norma deroga, afec taban el modelo de autonomía c olec tiva, en un sentido similar a
la reforma española, promoviendo la desregulac ión laboral. La LOL invierte el proc eso c omo queda de manifiesto en
la c omparac ión en relac ión al tema de artic ulac ión y prelac ión de CCT 26 que hac e Capón Filas: "Un c onvenio
posterior de ámbito mayor o menor, modific a el c onvenio anterior en tanto establezc a c ondic iones más favorables
para el trabajador" .
La "frontera móvil" entre la intervenc ión estatal y la autonomía c olec tiva, rec onoc e otro movimiento. De la
promoc ión de la flexibilizac ión loc alizada en la empresa, se avanza hac ia una autonomía c olec tiva promoc ionada.
III. La Negociación Colectiva.
(Del modelo c ontrac tual a la negoc iac ión c olec tiva dinámic a)
El Modelo Contractual.
Las explic ac iones teóric as del c onvenio c olec tivo se c onstruyeron sobre la búsqueda de similitudes c on alguna figura
c ontrac tual c ivilista o el rec onoc imiento de su naturaleza dual, donde c omparte expresiones c ontrac tuales y legales.
En esos términos, la func ión del c onvenio estaba dirigido a la regulac ión de los c ontenidos básic os de las
c ondic iones de trabajo de los trabajadores individuales, por lo que el c ontenido "normativo" del c onvenio, separado
de aspec t os "obligac ionales" , c onst it uía un aspec t o f undament al.
Sobre esta base, además, se c onstruye la separac ión entre derec ho individual y derec ho c olec tivo, relegando el
tratamiento del rol de la negoc iac ión c olec tiva en la transformac ión de las soc iedades en el c orrer del siglo XX.
Este aspec to es perc ibido por Villavic enc io 27, c onsiderando que los sist emas de relac iones laborales
latinoameric anos, regularon la negoc iac ión c olec tiva, c on intervenc ión fuerte del Estado y adjudic ando un rol
c onc entrado en la disc usión de c ondic iones de trabajo.
Este análisis es c oinc idente c on relac ión a la huelga, en c uyo análisis, Mantero 28, distingue el modelo c ontrac tual o
c lásic o del polivalente o dinámic o, donde en el primero se rec onoc e al derec ho de huelga para la defensa de
"intereses profesionales" y su entorno soc ial y familiar del trabajador. En el "modelo polivalente" le adjudic a, a partir
de su ubic ac ión en el estado soc ial de derec ho, la "c onstituc ión de un nuevo orden soc ial" .
En la medida que se va ampliando la partic ipac ión de los trabajadores a través de sus sindic atos en los más diversos
aspec tos soc iales, ec onómic os y polític os la visión c ontrac tual, queda relegada por el siguiente modelo.
Negociación Colectiva Dinám ica.
En el mismo marc o del estado c onstituc ional emergente c on la inc orporac ión de derec hos soc iales ec onómic os y
c ulturales en las c onstituc iones, desde 1917 en adelante, el derec ho de la negoc iac ión c olec tiva se integra implíc ito
en el rec onoc imiento c onstituc ional de la libertad sindic al. Por ello, además, rec ibirá el c onvenio c olec tivo "efic ac ia
jurídic a vinc ulante" 29
Pero fundamentalmente, la negoc iac ión c olec tiva c omprenderá relac iones soc iales, c ulturales, ec onómic as y
polític as: "es imposible, por lo tanto, derivar algunas figuras al derec ho polític o, reduc iendo la negoc iac ión a la mera
disc usión sobre c ondic iones y medio ambiente de trabajo" (...) "...en un c lima de libertad responsable (los ac tores
soc iales) c onstruyan espac ios de c onvivenc ia solidarios, democ ratizando realmente las relac iones soc ietales en sus
c uatro elementos: soc ial, c ultural, ec onómic o, polític o" 30
En el análisis de las transformac iones del derec ho del trabajo, el Informe Supiot 31 destac a en "La dinámic a de la
negoc iac ión c olec tiva" dos innovac iones jurídic as: la negoc iac ión c olec tiva c omo un paso obligado en la elaborac ión
del Derec ho y en segundo lugar se perc ibe: "un movimiento intenso de desc entralizac ión en favor de las empresas y
nuev as unidades de negoc iac ión en niv eles inf ranac ionales o t ransnac ionales" . 32
En este ámbito, las profundas transformac iones hac ia el interior de las empresas en los proc esos de
desc entralizac ión alteran el c onc epto de unidad empresarial, de relevante inc idenc ia en la artic ulac ión.
En c onc lusión, los c ambios en el rol c lásic o de la negoc iac ión c olec tiva, le otorgan a ésta la c ondic ión de
instrumento fundamental en las relac iones laborales, por lo que la adec uac ión de los niveles de negoc iac ión en un
c apitalismo globalizado, pero atomizado en las unidades produc tivas, resulta un medio fundamental en la dinámic a
de las relac iones laborales.
IV. La Negociación Colectiva en el Uruguay.
1. Algunos datos de las Relaciones Laborales (desde 1990 hasta 2001-2002).
El Informe Relasur 33 sobre las relac iones laborales en el Uruguay analizó la realidad uruguaya hasta los primeros
años de los noventa. La negoc iac ión c olec tiva, en forma tripartita en el ámbito de los Consejos de Salarios permitió
c ubrir c asi la totalidad de los trabajadores del sec tor privado, manteniendo una fuerte c onflic tividad que propic iaba
la negoc iac ión.
Entre 1991, a la ac tualidad, la realidad ha c ambiado sustanc ialmente.
Siguiendo las c onc lusiones de Juan Manuel Rodríguez y otros 34, el "nuev o modelo" present a las siguient es
c arac terístic as.
1. El Est ado abandona su rol int erv ent or en las relac iones laborales, mant eniéndose en algunos sec t ores y ac ent úa
las polític as flexibilizadoras.
2. El movimiento sindic al ante los profundos c ambios que implic aron la desaparic ión de sec tores industriales c asi
íntegros, c omo el de la industria textil, rápidamente pierde su fortaleza, y se enc uentra en este tiempo c on esc asos
result ados posit iv os.
3. Los empleadores, en un proc eso intenso de transformac ión únic amente ac eptan la negoc iac ión si resulta
func ional a sus objetivos en la organizac ión empresarial, c ambios tec nológic os, produc c ión y objetivos c omerc iales.
La negoc iac ión c olec tiva de c omprender c asi el 90% de los trabajadores en 1990, estuvo en el 2000 c on el 28% y
en la ac tualidad no alc anza el 20% de los trabajadores de la ac tividad privada.
La negoc iac ión se desplaza de la rama a la empresa, y si en el año 2000, sólo 16 subgrupos de ac tividad (10% de
los que negoc iaban en el pasado), mantenían negoc iac ión c entralizada, es posible afirmar, que ha seguido
reduc iéndose inc entivada por la c risis rec iente.
Los c ontenidos de la negoc iac ión también c ambian, y la flexibilidad expresada en variados aspec tos irrumpe desde
1995, desplazando la negoc iac ión salarial.
En c onc lusión, los autores se preguntan si las transformac iones son c oyunturales o estruc turales. La apertura de la
ec onomía, la introduc c ión de tec nología, los c ambios regionales, la intensific ac ión de la globalizac ión, hac e difíc il que
pueda revertirse y seguramente se inc rementarán en el marc o de los c ambios del modelo c apitalista de ac umulac ión.
2. El derecho de la negociación Colectiva en el Ordenam iento Jurídico Estatal.
Desde 1934, la Constituc ión Uruguaya, tomando c omo fuentes las Constituc iones de Méxic o de 1917, de Weimar,
1919 y la de España de 1931, rec epc iona entre los derec hos fundamentales, los c onoc idos c omo "derec hos soc iales"
, lo que c arac terizará el derec ho del trabajo a partir de la regulac ión direc ta de las normas c onstituc ionales. El
derec ho a la negoc iac ión c olec tiva, sin estar expresamente menc ionado, se le c onsidera c ontenido en el de la
organizac ión sindic al y el derec ho de huelga. T eniendo en c uenta, la c onc epc ión del "estado c onstituc ional" ,
referido en la ponenc ia y espec ialmente las c onsiderac iones sobre el "bloque de c onstituc ionalidad" , los arts. 72: "la
enumerac ión de derec hos, deberes y garantías hec ha por la c onstituc ión, no exc luye a los otros que son inherentes
a la personalidad humana o se derivan de la forma republic ana de gobierno" y el 332: "los prec eptos de la presente
Constituc ión que rec onoc en derec hos a los individuos, así c omo los que atribuyen fac ultades e imponen deberes a
las autoridades públic as, no dejarán de aplic arse por falta de la reglamentac ión respec tiva, sino que ésta será
suplida rec urriendo a los fundamentos de las leyes análogas, a los princ ipios generales de derec ho y las doc trinas
generalmente admitidas" , permiten la fundamentac ión y operatividad plena de Pac tos, Dec larac iones, Convenios
Int ernac ionales en el ordenamient o jurídic o laboral uruguay o c onsolidándose en sent ido prot ec t orio que debe seguir
la legislac ión ordinaria y orienta la interpretac ión y aplic ac ión de las mismas.
A partir del nivel c onstituc ional (y suprac onstituc ional) la regulac ión estatal es c asi inexistente, lo que permite
ubic ar al sistema uruguayo c omo abstenc ionista en materia de intervenc ión legislativa en las relac iones c olec tivas
de trabajo. 35
Con relac ión a la negoc iac ión c olec tiva y c onvenios c olec tivos dos leyes en textos muy breves, definen la relac ión
del ordenamiento jurídic o estatal y la autonomía c olec tiva. Esta c arac terístic a es rec onoc ida por autores que
estudian las relac iones laborales en el Uruguay, c omo el c aso de Villavic enc io 36que la c alific a c omo "honrosa
exc epc ión" , entre los países latinoameric anos.
El ordenamiento jurídic o estatal resuelve su relac ión c on la autonomía c olec tiva, rec onoc iendo el pluralismo de los
mismos y resuelve su vinc ulac ión mediante el
reenvío legal al ordenamiento jurídic o intersindic al. El art. 1º de la ley
9.637, fac ulta a la Administrac ión a vigilar "...el c umplimiento de los c onvenios c elebrados entre patronos y
obreros". La téc nic a del reenvío legal a diferenc ia de la rec epc ión, rec onoc e la autonomía del ordenamiento
reenviado. 37 38
Los efec tos de la abstenc ión de la ley, c on relac ión al c onc epto y naturaleza jurídic a del c onvenio c olec tivo, le
permitieron afirmar a Barbagelata 39: "a) que el legislador entendió ac ordar c iertos efec tos a un instituto (que) ya
existe y válido en la prác tic a; b) que la determinac ión de sus c arac terístic as ha de busc arse en esa prác tic a y
sobre todo en la doc trina más rec ibida" .
Casi treinta años después, el art. 1º de la ley 13.556 del 26 de oc tubre de 1966, mantiene ese lineamiento pero
inc orporando la noc ión de los sujetos, titulares del derec ho a la negoc iac ión de c onvenios c olec tivos, al establec er:
"Dec lárase, a los efec tos de la aplic ac ión (...) de la ley Nº 9675 del 4 de agosto de 1937, en lo pertinente, que solo
podrán c ausar los ef ec t os legales prev ist os, aquellos c onv enios c olec t iv os que hubieran sido c onc ert ados ent re un
empleador o un grupo de empleadores, o una o v arias organizac iones represent at iv as de empleadores, por una
parte, y por la otra, por una o varias organizac iones representativas de los trabajadores involuc rados(...)" . La
norma resuelve las situac iones de la atribuc ión de representatividad de más de una organizac ión y la inexistenc ia de
organizac ión representativa, ajustándose a los c riterios del Convenio Nº 98 y la Rec omendac ión Nº 91 de OIT .
Finalmente, la ley 10449 del 12 de noviembre de 1943, c ompleta básic amente, las normas vinc uladas a la
negoc iac ión c olec tiva, al c rear los Consejos de Salarios, organismos de integrac ión tripartita, aplic able a la ac tividad
privada, que depende su ac tivac ión de la dec isión polític a del gobierno, c readora de una "segunda pista" de
negoc iac ión, diferenc iada de la anterior, pero influyente en el desarrollo de la negoc iac ión c olec tiva. Espec ialmente,
fortalec ió la artic ulac ión de la negoc iac ión y obligó a negoc iar a los sujetos legitimados para ello, donde se
verific aba la extensión de los efec tos, similar al que origina el proc edimiento de "homologac ión" vigente en la
Argentina.
En resumen, y reiterando lo expuesto, el sistema uruguayo c onsagra la AUT ONOMIA COLECT IVA ABSOLUT A, a partir
de:
1. Rec onoc imiento c onstituc ional de la libertad sindic al;
2. Organizac ión sindic al representativa c omo forma de resoluc ión del pluralismo sindic al;
3. Abstenc ionismo estatal, lo que otorga a la autonomía c olec tiva un amplio margen de ac tuac ión, proc ediendo a
rec onoc erla mediante el reenvío legal a los resultados de la negoc iac ión c olec tiva;
4. Intervenc ión del Estado, reservada a c onsiderac iones polític as del gobierno, que puede extender y homologar
ac uerdos c olec tivos.
Estas c arac terístic as, en una c onc epc ión del derec ho del trabajo c omo "c onjunto de normas y princ ipios que regulan
el ejerc ic io del poder" ejerc ido por los ac tores soc iales 40 permite exponer el estado ac tual del sistema de relac iones
laborales, c onc retamente en el ejerc ic io del derec ho a la negoc iac ión c olec tiva:
1. Ha bastado la dec isión polític a de los últimos gobiernos en abstenerse en intervenir, para provoc ar una inmediata
desregulac i ón;
2. Los empleadores, se reservan la inic iativa en la negoc iac ión c olec tiva en la materia que le puede interesar en sus
objet iv os empresariales;
3. Las organizac iones sindic ales, a la defensiva, ejerc en c on limitac iones su derec ho de resistenc ia.
V. Estructura de la Negociación Colectiva.
Introducción Especial.
La negoc iac ión c olec tiva en el Uruguay rec uerda el método de negoc iac ión estátic a definida por Kahn- Freund 41
donde: "... las partes, esto es, el empresario, o empresarios, o una asoc iac ión patronal, y uno o varios sindic atos,
se reúnen, negoc ian, c onc luy en un ac uerdo y , una v ez alc anzado ést e, se dispersan, reanudando nuev as
negoc iac iones solo c uando sea nec esario. . . "
La otra modalidad, la negoc iac ión c olec tiva dinámic a, instituc ionalizada, permanente, parec e muy lejana a la
realidad de nuestro país, por lo que la desc ripc ión de la estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva, no debe suponer el
repaso de organizac iones enc uadradas c on ref erenc ias t errit oriales o f unc ionales est ric t as. Parec e adec uado,
enfoc ar el estudio de la E.N.C. c omo lo c onsidera Valdés Dal- Dé 42: "En su signific ado primero y esenc ial, la
estruc tura negoc ial ac túa c omo verdadero c entro de distribuc ión de poder y, por c onsiguiente, ella misma es el
resultado último de la forma en que, en un sistema dado de relac iones laborales, se reparte ese poder."
La E.N.C., se c ompone entonc es, de la identific ac ión de los niveles de negoc iac ión, su formac ión y los elementos
que c onfiguran los mismos.
Partimos de los supuestos examinados antes, espec ialmente los resumidos en el c apítulo anterior, al establec er el
modelo de aut onomía c olec t iv a en un ordenamient o est at al esc asament e regulador.
La Construcción de los Niveles de Negociación.
La c onstatac ión que los trabajadores van hac iendo al c ompartir un lugar de trabajo, tareas más o menos similares y
la organizac ión en una unidad de su ac tividad laboral, les permite identific ar inmediatamente, las c ondic iones en que
se trabaja y se inic ia la c onformac ión de intereses c omunes.
En una primera aproximac ión la unidad de negoc iac ión es: "...el soporte exterior de un c onjunto de intereses
c omunes..." 43
El interés del empleador referido al mismo ámbito en que aquél grupo de trabajadores identific ó su interés c omún, va
c ompletando la unidad de negoc iac ión.
La negoc iac ión c olec tiva se apoya en la c onstanc ia del nivel de la unidad de negoc iac ión y no a la inversa.
Esta c onstatac ión es la que permite explic ar c ómo se ejerc e el derec ho a la negoc iac ión c olec tiva al margen de los
dispositivo de reglas que pretenden induc ir las unidades de c ontratac ión.
La aparic ión de la unidad de negoc iac ión es la primera expresión del PODER NORMAT IVO, tal c omo lo explic a
Rodríguez F ernández 44 y donde se expresa la autonomía c olec tiva.
La determinac ión del ámbito territorial c orresponderá al emergente poder normativo, que irá también determinando la
regulac ión del nivel de negoc iac ión.
La estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva se irá establec iendo por el desarrollo de los niveles de negoc iac ión, que
expresan el poder normativo. La distribuc ión del poder normativo en el sistema de negoc iac ión, permitirá la
subsistenc ia de la estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva. 45
La c onstruc c ión del nivel de negoc iac ión, y de las unidades de negoc iac ión, aparec e estrec hamente ligado a los
intereses de los trabajadores y de los empleadores, por lo que esenc ialmente será c onflic tiva su resoluc ión.
Los Niveles de Negociación:
Resultado del Modelo de la Autonom ía Colectiva
En el modelo de autonomía c olec tiva en el Uruguay, c arac terizado por el abstenc ionismo, le deja a los empleadores
y las organizac iones sindic ales un amplio ámbito de libertad para la determinac ión de los niveles de negoc iac ión. La
induc c ión de la ley c readora de los Consejos de Salarios de 1943, c on ac tividad intensa entre 1944 a 1968,
promovió ámbitos de negoc iac ión, pero la inaplic ac ión del régimen de elec c ión de delegados le dejó a los ac tores
princ ipales la resoluc ión del rec onoc imiento de los niveles en el anc ho c ampo que establec ió la ley y su dec reto
reglamentario.
Puede afirmarse, que en nuestro país, el nivel de negoc iac ión es elegido por los sujetos en c ondic iones de negoc iar.
Esta fac ultad resulta de la misma esenc ia que el poder de c rear normas aplic ables a las relac iones de trabajo
inc luidas en su ámbito. 46
Factores que Inciden en la Em ergencia de Unidades y Niveles de Negociación.
Si se proc ediera desc ribir la E.N.C., rec urriendo a establec er la nómina de organizac iones de empleadores, de
empleadores de sindic at os, de f ederac iones y de c ent rales ( c ent ral de t rabajadores) obt endríamos una espec ie de
panorama fotográfic o de la realidad del país, c ongelado en un momento históric o. Pero ante la c onstatac ión de la
c asi nula negoc iac ión c olec tiva, el c onoc imiento de los viejos ac tores en lo que parec e ser un "nuevo esc enario"
para las relac iones laborales 47, es absolutamente insufic iente y en parte erróneo.
Por ello, c onsiderar algunos de los f ac t ores que est arán present es en la ev oluc ión que deberá t ener el sist ema
uruguayo, puede aportar en la c omprensión de la E.N.C.
1. Historia de los actores.
La E.N.C. que fueron elaborando los ac tores princ ipales, y que c rearon los niveles de negoc iac ión y sujetos
legitimados, mantendrá una gran influenc ia.
La unidad sindic al expresada en la c entral únic a y el rec onoc imiento de sujetos representativos, según las unidades
o niveles de negoc iac ión, siempre integrados en la organizac ión unitaria seguirá inc idiendo aunque la distribuc ión del
poder hay a v ariado sust anc ialment e.
Del lado empleador, las organizac iones nac ionales, no han c ambiado tanto c omo las c orrespondientes a niveles de
ac tividad de la industria y el c omerc io. En este ámbito han desaparec ido organizac iones íntegras o alterado
radic almente sus roles.
Los c ambios que produjo el modelo ec onómic o, inc rementados en la déc ada del noventa, c on la apertura de la
ec onomía, hizo desaparec er sec tores industriales c asi totalmente; ha obligado a transformarse tec nológic amente a
otros y se mantienen algunos c on las c arac terístic as anteriores. En este c aso, ejerc iendo una fuerte inic iativa y
poder, han quebrado las unidades y niveles de negoc iac ión históric as, y sólo rec urren a la negoc iac ión
desc entralizada o c ontenidos mínimos referidos generalmente a la organizac ión empresarial flexible.
La fuerte inc idenc ia de los niveles de negoc iac ión por rama de ac tividad y la negoc iac ión por empresa, c uando ésta
es preeminente en el sec tor de referenc ia, c arac terizó históric amente la E.N.C. en Uruguay, pero ante las
t ransf ormac iones ref eridas, es dudoso que puedan equilibrarse las unidades de negoc iac ión en esos niv eles
históric os.
El Estado, abstenc ionista e intervenc ionista, ahora presc indente en las relac iones laborales, se c onvirtió en un
aliado en la c rec iente inic iativa patronal que alterará la distribuc ión de poder en perjuic io de las organizac iones de
t rabajadores.
2. El m arco institucional.
1. El modelo uruguayo se ajusta al definido en la Organizac ión Internac ional del T rabajo. La Rec omendac ión 163
sobre negoc iac ión c olec tiva de 1981 establec e que las medidas de fomento de la N.C. deberían tener por objeto que
pueda desarrollarse a c ualquier nivel y el Convenio 154 sobre fomento de la N.C, en sus arts. 2 y 3 proc ura asegurar
la ac tuac ión libre de las organizac iones al desarrollar la negoc iac ión c olec tiva.
Al nivel de la legislac ión ordinaria, debe rec onoc erse la inc idenc ia de la ley 10449 en el período que operó
integramente (o parc ialmente entre 1985 y1990) c omo lo admite Rosenbaum 48 afirmando que "favorec ió la
c elebrac ión de ac uerdos c olec tivos en los niveles de rama" , y a lo que seguramente se rec urrirá si se ajustan las
dec isiones polític as a las direc tivas c onstituc ionales.
Los ant iguos "laudos" o resoluc iones de los Consejos de S alarios, los c onv enios c olec t iv os, o las part es que de ellos
subsistan, aunque a merc ed del poder patronal, todavía marc an en algunos sec tores de ac tividad la E.N.C. por lo
que se les retomará en las futuras manifestac iones del poder normativo en el sistema de relac iones laborales.
Es probable, finalmente, que el movimiento sindic al uruguayo, rec onozc a que el abstenc ionismo legislativo era
func ional c on un Estado intervenc ionista y un modelo c apitalista c errado en las fronteras, pero es negativo en esta
etapa históric a.
La "libertad de negoc iar" proc lamada por los gobiernos de orientac ión neoliberal, les permitió defender su posic ión
polític a de no c onvoc ar a Consejos de Salarios e intervenir selec tivamente en la N.C. de algunos sec tores privados
o públic os, fac ilitando los c ambios en las empresas c on el menor c osto laboral posible.
3. Condiciones Económ icas y de Organización del Trabajo.
El c apitalismo ha c ambiado estruc turalmente. La relac ión c apital trabajo y las func iones del Estado han sido
afec tadas profundamente a raíz de la inserc ión internac ional de las ec onomías nac ionales, muy dependientes del
c apitalismo financ iero transnac ional. "No se puede identific ar la globalizac ión sólo c on la c reac ión de una ec onomía
global, si bien ésta es el eje del proc eso y su aspec to más evidente" 49 "debemos mirar más allá de la ec onomía. La
eliminac ión de obstác ulos téc nic os, más que ec onómic os, es lo que c onstituye el primer lugar su premisa: la
abolic ión de las distanc ias y del tiempo. Por ejemplo, habría sido imposible c onsiderar el mundo c omo una sola unidad
antes de que existiera la posibilidad de darle la vuelta navegando. Del mismo modo, c reo que los revoluc ionarios
perfec c ionamientos téc nic os en los transportes y en las c omunic ac iones que han tenido lugar desde el final de la
segunda guerra mundial, son los que han permitido a la ec onomía que alc anzara los niveles de globalizac ión ac tuales
(...) por primera vez en la historia de la humanidad la evoluc ión de los transportes permite que se pueda organizar
también la produc c ión, y no sólo el c omerc io, de forma transnac ional. Hasta los años setenta una empresa que
hubiera deseado poner en marc ha la produc c ión de automóviles en un país distinto al de origen, debía c onstruir una
fábric a entera y transplantar todo el proc eso produc tivo al lugar previamente elegido, pongamos las Filipinas. Hoy,
en c ambio, es posible desc entralizar la produc c ión de motores y de otros c omponentes y después hac erlos
c onverger donde se quiera: desde un punto de vista prác tic o, la produc c ión ya no se organiza dentro de los
c onfines polític os del estado en el que se halla la c asa madre (...) este es el elemento c apital del proc eso. La
abolic ión de las barreras c omerc iales y la liberalizac ión de los merc ados son, en mi opinión, un fenómeno sec undario"
.
Los efec tos que produc e la globalizac ión, los destac a Ermida Uriarte: 50 "tres dramas" que la globalizac ión entraña
para los trabajadores y t odos los que se preoc upan por los problemas soc iales: a) el relat iv o desint erés por el
merc ado interno; b) la limitac ión del poder estatal para gobernar las variables ec onómic as; y c ) el predominio de
ideologías que no privilegian el fac tor trabajo" .
En ese mismo proc eso de c ambio se ha provoc ado c ambios en la estruc tura de las empresas. El fenómeno ha sido
estudiado minuc iosamente por la doc trina iuslaboralista uruguaya 51 donde se ha dest ac ado que: "En est e ámbit o, la
negoc iac ión c olec tiva, más que a desc entralizarse tiende a desaparec er" (...) "...tampoc o ha sido posible que el
C.C. de la empresa que c onstituye ya el epic entro de la desc entralizac ión se c onvierta en un instrumento que
perdure en relac ión c on la negoc iac ión de c ondic iones laborales respec t o de los t rabajadores de las empresas
sat élit es. "
En el mismo sentido, en la misma obra c olec tiva se afirma: "...la temporalidad de las relac iones laborales, a la
externalizac ión de las mismas, impide que los trabajadores se organic en o afilien al sindic ato de rama c uya ac c ión no
es v isualizada v iable ni ef ic az para la def ensa de sus int ereses. "
En definitiva, el esc enario mundial se ha transformado y el esc enario del interior de la empresa también ha
c ambiado. En todo c aso, los c ambios en el mundo del trabajo, han debilitado la negoc iac ión c olec tiva, pérdida
c rec iente del poder sindic al y simultáneamente el deterioro de las c ondic iones de trabajo y direc tamente el
inc remento de la desoc upac ión hac en de este fac tor de influenc ia dec isiva en la E.N.C. de nuestro país.
4. Los sujetos de la Negociación Colectiva.
Los fac tores hasta ahora examinados; históric os, instituc ionales, ec onómic os y de organizac ión empresarial,
parec en ser c omponent es preexist ent es y ext ernos, que se present an ant e los t rabajadores, sindic at os e inc lusiv e
los empleadores, por lo que inc luir los sujetos c omo fac tor, se dirige a examinar c omo éstos desarrollan su ac tividad
sobre los ant eriores. 52
4.1. Las concepciones Ideológicas en el Movim iento Sindical y las Actitudes Patronales.
El sindic alismo uruguayo es un sindic alismo c lasista, por lo que sus inic iativas c on relac ión a la c onfigurac ión de las
unidades y niv eles de negoc iac ión, debe adec uarse a los objet iv os que adjudic an al "c onjunt o de la c lase
trabajadora" en su partic ipac ión en la soc iedad y su rol transformador de la misma. Ello determina que sus
reivindic ac iones tienen c ontenido direc to a las c ondic iones de trabajo pero proc uren inc idir en los problemas
polític os y soc io- ec onómic os nac ionales. En c onc lusión, el enc uadre de los niveles de negoc iac ión en ramas de
ac tividad o direc tamente al máximo nivel nac ional, es el objetivo de los sujetos sindic ales.
Los empleadores, a partir de la negativa a negoc iar, define c omo el "mejor sindic ato" al que "no existe" o en
términos más prec isos al "c arente de poder" , para desarrollar alguna ac tividad de negoc iac ión c olec tiva.
S e present an dos f ac t ores para que dec idan en c onf ormar unidades de negoc iac ión: por una part e, las
transformac iones de la organizac ión produc tiva pueden requerir la partic ipac ión de los trabajadores y las
interferenc ias en la c ompetenc ia, le hac en elevar la mira y tender a desarrollar unidades y niveles de negoc iac ión
superior.
4.2. La Organización de los Sujetos y la Distribución y Difusión de su Poder 53
Hemos menc ionado los c ambios hac ia el interior de las empresas, lo que se c onoc e c omo la "desc entralizac ión
empresarial" , y los efec tos que produc e en los niveles de negoc iac ión c olec tiva.
Int egrados en esa realidad los t rabajadores irán ident if ic ando int ereses c omunes y podrán promov er su organizac ión,
y finalmente definir la unidad de c ontratac ión.
En esa "empresa desc entralizada" , pero que manifiesta c riterios de una sola organizac ión produc tiva, la
c onstruc c ión del sujeto sindic al c orresponde a la inic iativa de los trabajadores que definirán la c omunidad de
intereses que los impulsa a la organizac ión c olec tiva.
La organizac ión de la empresa preexiste y es "c ondic ión indispensable" , c omo sostiene la c itada Rodríguez
Fernández (pág. 478) pero no depende de su dec isión en forma exc lusiva la formac ión de la unidad de c ontratac ión.
El empleador, instalado en su empresa, no requiere justific ar ninguna representatividad, puede esperar que su
c ontrario, inic ie el c omplic ado proc eso de alc anzar algún grado de organizac ión y fundamentalmente de
represent at iv idad.
En el nivel superior, saliendo del ámbito interno de las empresas, la c uestión c ambia y aún existiendo organizac ión
de t rabajadores puede no haberlo de un grupo de empleadores o una organizac ión gremial de empleadores.
Por t ant o dependerá de los int ereses en juego, est rat egias de negoc iac ión, et c . , que se est ablezc a el niv el de
negoc iac ión.
La inversa, puede también ac ontec er. El sindic ato que no se organiza en el nivel supraempresarial, impide la
formac ión del nivel de negoc iac ión: "...lo realmente determinante ha sido la dec isión de que sea en la empresa, y no
en otro posible foro, en lo que radique el poder de negoc iar" 54
Finalmente, y de ello es un buen ejemplo el proc eso de c onformac ión de la unidad sindic al, el poder que ac umulan
los grupos de trabajadores va establec iendo el sujeto c olec tivo. En c ualquier modelo de ejerc ic io de la libertad
sindic al, no puede impedirse la formac ión de grupos que pretendan c onstituirse en sujetos negoc iadores. Será el que
resulte de reunir en sí, la mayor potenc ia en organizac ión, extensión y objetivos el que termina c onfigurando la
organizac ión represent at iv a. La represent at iv idad que expresan organizac iones únic as de t rabajadores t ant o en el
ámbito de empresas c omo rama de ac tividad, es una c arac terístic a del movimiento sindic al uruguayo, logrado sin el
auxilio de una legislac ión de apoyo.
En c onc lusión, entre fac tores históric os, instituc ionales, ec onómic os, tec nológic os y la ac c ión que despliegan los
titulares de intereses c omunes, determinarán la estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva.
El poder del empleador en su empresa, el poder de la organizac ión en ese mismo ámbito o en c orrespondiente de
ac tividad que dec ida su ac tuac ión, permitirán o obstac ulizarán la formac ión de las unidades de c ontratac ión.
Es posible que la ley promueva, aún en forma indirec ta, ámbitos de negoc iac ión, que propic ien la organizac ión, c omo
el c aso de la ley de Consejos de Salarios, pero en un régimen de autonomía c olec tiva c on Estado presc indente la
est ruc t ura sólo dependerá del poder que ost ent en las organizac iones.
VI. Articulación de la Negociación Colectiva.
Concurrencia y Sucesión de Convenios Colectivos.
1. Articulación de la Negociación Colectiva
La artic ulac ión de la negoc iac ión c olec tiva, está direc tamente vinc ulada a la estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva
y ambos aspec t os dependen de las c arac t eríst ic as del sist ema de aut onomía c olec t iv a donde est á operando.
Las definic iones la refieren c omo: "...un mec anismo para soluc ionar la c onc urrenc ia de c onvenios c olec tivos de
diverso nivel, aplic ables en princ ipio, a una misma situac ión de hec ho" 55
Sin embargo, parec e posible distinguir los aspec tos vinc ulados a la ENC y la artic ulac ión de la negoc iac ión c olec tiva
y la c onc urrenc ia de los c onvenios c olec tivos, en una instanc ia posterior al problema de la artic ulac ión.
Ello es así, espec ialmente en el modelo de autonomía c olec tiva absoluta del derec ho del trabajo uruguayo.
En ef ec t o, en ausenc ia de regulac ión alguna, las unidades y niv eles de negoc iac ión se est ablec erán según la
delimitac ión de los intereses en juego y lo resuelvan los sujetos partic ipes. Nuestra opinión es c oinc idente c on la de
Babac e 56 c uando señala: "La determinac ión de la unidad c onc reta de negoc iac ión, quedará en última instanc ia
librada a la autonomía c olec tiva de los interloc utores soc iales por aplic ac ión del princ ipio de libertad sindic al" .
Es este planteo, estamos distantes del sistema de los Ac uerdos Marc o: "ordenac ión, regulac ión, modalizac ión y
armonizac ión de la negoc iac ión c olec tiva misma" y c omo lo sostiene Villavic enc io, de "la inevitable limitac ión de la
autonomía c olec tiva de las unidades negoc iales menores c omo presupuesto de la artic ulac ión negoc ial" . 57
En un modelo de unidad del movimiento sindic al, a partir de una únic a c entral y organizac iones sindic ales que toman
c omo referenc ia organizativa las ramas de ac tividad espec ífic as, ámbitos territoriales más o menos predeterminados
y unidades empresariales, es posible organizar una est ruc t ura organizat iv a de negoc iac ión c olec t iv a "desde arriba"
c on los c orrelativos sujetos de la parte empleadora. La libertad sindic al de lo que disponen lo admite, pero no ha
sido ese el c riterio seguido. Por el c ontrario, c omo ha quedado dic ho, la estruc tura negoc ial ac túa c omo
distribuidora del poder por lo que ella es el resultado de c ómo queda distribuido ese poder. 58
En esta línea, el "c riterio jerárquic o" que ordena la ENC de c onvenios de mayor nivel a menor nivel, no es aplic able
en la artic ulac ión de la negoc iac ión c olec tiva uruguaya.
La artic ulac ión de la negoc iac ión c olec tiva se resuelve por la c oordinac ión de dos reglas:
1) La intervenc ión legal en el sistema, según lo dispuesto en el art. 1º de la ley 13.556 del 20 de oc tubre de 1966.
La inc idenc ia de esta disposic ión legal ha quedado, en nuestro parec er, definitivamente esc larec ida c on el estudio
de Rosenbaum 59: "la parc ela de la realidad soc ial que c onfigura el ámbito de vigenc ia o c entro de imputac ión
normativa de un c onvenio c olec tivo de trabajo es la unidad de c ontratac ión" .
Y la unidad de c ontratac ión, se delimita, por un lado, rec urriendo a la definic ión del sujeto negoc iador de la parte
empleadora, obteniendo así el marc o func ional o territorial c orrespondiente y por otro lado, de ac uerdo a la c itada
disposic ión, el sujeto sindic al debe ser representativo, introduc iéndose la idea de la "representatividad sufic iente" y
superando la de "representac ión" , propia del derec ho c omún.
En definitiva, la negoc iac ión c olec tiva tiene así asegurado el requisito indispensable de la representatividad del
c onjunto de trabajadores, en el sujeto sindic al y resuelto el ámbito territorial (empresa, grupo en empresas, rama de
ac tividad) o func ional (obrero, administrativo, ofic io, etc .) atendiendo a la c onformac ión del sujeto empleador.
Est o resuelv e la pregunt a f undament al que responde Goldin 60: "¿Conc urrenc ia de normas o diluc idac ión de ámbitos
de representac ión?" El autor supone la c oexistenc ia vinc ulada de dos c onvenios c olec tivos c onc ertados y
homologados en los términos de la ley 14.250. En el c aso uruguayo se tratará de dos c onvenios c elebrados
c onforme a las leyes 9675 y 13.556, y ante ello, la respuesta es que estamos en la delimitac ión de los alc anc es de
la representatividad y no de c onc urrenc ia de c onvenios c olec tivos.
La "representatividad sufic iente" de la organizac ión sindic al y el límite territorial o func ional según la representac ión
empleadora, permite exc luir c omo eventual c onc urrenc ia c onflic tiva, y resolverlo por la delimitac ión de los ámbitos
de representac ión, tarea previa al c onflic to por c onc urrenc ia.
2. La autonomía c olec tiva, ejerc ida por los c orrespondientes sujetos legitimados, definen en forma c oordinada c on el
anterior, la ENC y la artic ulac ión de la negoc iac ión c olec tiva, puede ser resuelta en los propios instrumentos
normativos.
Así, a través de delimitac ión territorial, unidad empresarial, c ategorías, etc ., pueden establec er reglas que resuelvan
la c orrespondiente artic ulac ión.
En el c aso uruguayo, sin intervenc ión legal en ningún sentido, disponen de un anc ho c ampo de ac tuac ión. La
doc trina y el derec ho c omparado ofrec e diversos c riterios ordenadores. En el c aso español, es posible resolverla
según lo dispone el ET : tanto la ENC, c omo las reglas sobre c onc urrenc ia y princ ipios de c omplementariedad entre
unidades de c ontratac ión, tienen previsión estatal. Lo pueden hac er organizando los ámbitos formales e inc lusive
establec iendo las materias negoc iables y la medida de c ada una de ellas. 61
Como señala Ermida 62 "c uanto mayor es la autonomía, mayor la posibilidad de diversific ac ión de niveles de
negoc iac ión y c onsec uentemente, mayor la posibilidad de c onc urrenc ia o superposic ión de c onvenios c olec tivos de
dif erent es niv eles"
El c onvenio c olec tivo banc ario (AEBU- ABU) de 1998, susc ripto entre la organizac ión sindic al representativa y un
sujet o empleador, que no c omprende la t ot alidad de las empresas banc arias, prev é en div ersas disposic iones,
generalmente al c onc luir la regulac ión de diversos institutos, por ej. "ferias rurales" o "viátic os" , donde se establec e
que en los c asos que en que las empresas o la negoc iac ión c olec tiva tuvieren regímenes más benefic iosos a los que
resultan de los artíc ulos anteriores deberán mantener los mismos". (art. 51 y 81 en redac c ión c asi idéntic a)
2. Concurrencia y Sucesión de Convenios Colectivos.
A partir de la ENC y la artic ulac ión de la negoc iac ión c olec tiva, se aborda ahora el de la c onc urrenc ia y suc esión de
c onvenios c olec tivos.
En el panorama doc trinario que se pudo tener a la vista, los estudios toman c omo punto de partida, los trabajos de
e Martín Valverde, A. 63 que ordenó bajo los c riterios de supletoriedad, subsidiaridad, c omplementariedad y
finalmente, la c olisión o c onflic to, la tipología de relac iones entre normas jurídic as.
En el primer c aso (supletoriedad) una disposic ión, se aplic a en defec to de previsión de otra; en el segundo
( subsidiariedad) donde dado un supuest o de hec ho se est ablec e la aplic ac ión de una disposic ión hast a t ant o no
aparezc a otra disposic ión prevista que le c orresponderá regular; en el terc ero (c omplementariedad) se aplic a un
prec epto, c ompletado c on otro prec epto. Por lo que la c olisión o c onflic to entre normas es: "Para el mismo supuesto
<s> la disposic ión a) establec e el prec epto <x> y la disposic ión b) establec e el prec epto <y>, siendo <x> e <y>
inc ompatibles o antinómic os" . 64
En primer término, estric tamente c on relac ión a la c onc urrenc ia de c onvenios c olec tivos, las diversas soluc iones no
deben trasladar los c riterios de interpretac ión y aplic ac ión de las leyes ni de los c ontratos. Y a hemos establec ido las
diferenc ias entre los modelos c ontrac tual y dinámic o de la negoc iac ión c olec tiva, por lo que podemos afirmar
c ompartiendo lo expresado por Sarthou 65 que el primer requisito es respetar la "autonomía laboral" del instituto. En
c ita a Wagner Giglio en apoyo a su posic ión se c onc reta su argumentac ión: "Los c onvenios c olec tivos de trabajo
produc to de esa autonomía negoc ial c olec tiva, no serían por lo tanto, ni ley, ni c ontrato, ni ley delegada sino una
norma jurídic a c olec tiva de naturaleza jurídic a nueva" .
Entre las bases para las reglas de interpretac ión además de la "espec ialidad" , Sarthou destac a el princ ipio de
"indivisión de las c ontroversias interpretativas" , rec urriendo al fundamento de UNIDAD de CREACIÓN (voluntad
c onvenc ional) la UNIDAD T ELEOLOGICA (la finalidad c omún de las c láusulas) y UNIDAD MAT ERIAL, c on relac ión al
c onjunto integrado en el instrumento.
T odo ello para resolver las hipótesis planteadas por Martín Valverde, y espec ialmente en c asos de c onc urrenc ia
c onflic tiva.
En segundo t érmino, has quedado c laro, a nuest ro ent ender, que la "diluc idac ión de ámbit os de represent ac ión" es
previa a la situac ión de c onc urrenc ia.
La resoluc ión de esta situac ión puede plantearse entre la representatividad del sindic ato de ac tividad c on relac ión a
la representatividad del sindic ato de empresa (o de ofic io) en el ámbito de aplic ac ión de éste último.
Orden públic o soc ial o laboral. En el ámbito del derec ho del trabajo, el orden públic o se presenta c on c arac terístic as
sustantivas, que le inc orporan su c ondic ión de oc uparse de la protec c ión del ser humano que trabaja. En este
sentido la "salida normativa" no es la c ondic ión nec esaria para que opere el orden públic o. La tendenc ia a la
progresividad, a través de la elevac ión de la c onsiderac ión jurídic a de derec hos humanos fundamentales, que no
exigen una identific ac ión entre orden públic o y derec ho positivo, es expresiva del orden públic o laboral. Pero no es
solo en aspec t os sust anc iales, sino en los aspec t os inst rument ales del orden públic o, que se expresa la operat iv idad
del orden públic o laboral: a) la primac ía de la regla de la norma más favorable o sobrepujamiento; b) la c onservac ión
de las c ondic iones más benenfic iosas; y c ) la irrenunc iabilidad de los derec hos adquiridos. Esta distinc ión entre lo
c onc eptual y lo instrumental, permite aprec iar, la diferenc ia de la c onsagrac ión c onstituc ional de los "bienes
humanos" protegidos que c oinc ide c on el orden sustantivo del orden públic o y el derec ho a ser "protegidos en el
goc e" que hac e referenc ia a la instrumentalidad del orden públic o 66.
El mismo fundamento, pero examinado a partir de la idea de los "Princ ipios mínimos fundamentales en la relac ión
laboral" , la Corte Constituc ional de Colombia ha elaborado una jurisprudenc ia c onstante, ha partir de la
interpretac ión del art. 53 de la c onstituc ión c olombiana. En el trabajo de c ompilac ión del relator de
c onstituc ionalidad Ivan Esc ruc ería, se relevan numerosas sentenc ias que c onc retan los princ ipios mínimos (orden
públic o laboral) fundamentales, "...vinc ulantes, aún c uando no se haya dic tado la ley que lo desarrolla. Es que los
valores y princ ipios que se enc uentran en la c onstituc ión son obligatorios para el intérprete" 67.
En c onc lusión, la aplic ac ión de las reglas instrumentales, rec onoc idas c omo manifestac iones del princ ipio protec tor,
o c omo c omponentes del orden públic o laboral en el sentido expresado, se proyec tan sobre los niveles de
protec c ión, debiendo someterse la negoc iac ión c olec tiva y los c onvenios c olec tivos, a los "princ ipios mínimos
fundamentales" o el "orden públic o laboral" .
En último término, el c riterio de temporalidad (la norma posterior, deroga a la anterior de igual naturaleza) opera
t ambién at endiendo los expresados f undament os, de t al modo, que deberá at enderse a la "idea sust ant iv a" ,
diferenc iándola de las manifestac iones instrumentales que adoptan algunas normas ( por ej. imperatividad,
indisponibilidad), para admitir que éstas, pueden adec uarse al propósito de protec c ión de las sustantivas. 68 En
definitiva, se resolverá aplic ar o no el c riterio de la temporalidad, aprec iando est distinc ión esenc ial.
1 CAGNONI, José A. Estudios sobre el estado democ rátic o y soc ial de derec ho, Montevideo 1989, pág. 13 y ss.
2 Abramovic h, V. y Courtis C. Los derec hos soc iales c omo derec hos exigibles, T rotta, Madrid 2002, pág. 49 yss.
3 Abramovic h, V. y Courtis, pág. 56 op. c it.
4 Bidart Campos, G. Princ ipios c onstituc ionales de derec ho del trabajo (individual y c olec tivo) y de la seguridad
soc ial en el art. 14 BIS. Revista T rabajo y Seguridad Soc ial. Año 1981, Suplemento Extraordinario. Buenos Aires,
pág. 483 y ss.
5 Radbruc h, Gustavo. Introduc c ión a la filosofía del derec ho, Méxic o, FCE, 1ª Ed. En español, 1951, pág. 162.
6 Monereo Pérez, José. Algunas reflexiones sobre la c arac terizac ión téc nic o jurídic a del Derec ho del T rabajo. Madrid,
Civitas 1996, pág. 52.
7 Monereo Pérez, op. c it. pág. 54.
8 Abramovic h y Courtis, op. c it. nota 39 a p. 39.
9 Public ada en la Revista Derec ho Laboral, Montevideo, t. XLIII, p. 145 y ss.
10 Barbagelata, H.H. El bloque de c onstituc ionalidad de los DD.HH. laborales en : AAVV El trabajo y la Constituc ión
Montoya Melgar A Coord. Madrid M. De T rabajo y A. Soc iales 2003
11 Capón Filas, R. Protec c ión c onstituc ional del T rabajo, public ado por La Ley en el número espec ial del Suplemento
de Derec ho Constituc ional, por los 150 años de la Constituc ión. El Suplemento es dirigido por German Bidart Campos.
El ensay o obra desde la página 72 a la 88.
12 Prieto Sanc his, L. Derec hos fundamentales, neoc onstituc ionalismo y ponderac ión judic ial. Lima, Palestra Editores
2002, pág. 111 y ss.
13 Guastini, R. La "c onstituc ionalizac ión" del ordenamiento jurídic o: el c aso italiano en AAVV, Miguel Carbonel
(Editor) Neoc onstituc ionalismo (5) Madrid. T rotta 2003, pág. 49.
14 Bueno Magano, O. Organizaç ao sindic al brasileira, Sao Paulo, Ed. Revista dos T ribunais, 1982, pág. 8 y ss.
15 Mantero, Ric ardo. El ordenamiento intersindic al y las fuentes del derec ho del trabajo en AA.VV. T reinta y seis
estudios sobre las fuentes del derec ho del trabajo, Montevideo, FCU 1995, pág. 285.
16 Sarthou, Helios. Autonomía y Estado en el c ampo de su c ontradic c ión. Ponenc ia presentada en el X Congreso
Iberoameric ano de D. del T . y de la S. S. 9- 13 de abril de 1989, Montevideo, Libro de Ponenc ias T ema II.
17 Villavic enc io Ríos, A. Los Ac uerdos marc o sobre la estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva: naturaleza jurídic a,
efic ac ia, c ontenido. Gramada, Ed. Comares 1998. El título del parágrafo c orresponde al utilizado por el autor en la
pág. 53.
18 Gutierrez Vergara, A. Las relac iones laborales entre la ley y el pac to. Rev. Del Ministerio de T . y Asuntos
Soc iales. D. del T rabajo Nº 3, España 1997 (Gutierrez V. era en 1997 Srio. General de la C.S. de CC.OO.)
19 Villavic enc io, op. c it. pág 54.
20 Villavic enc io, op. c it. pág 66.
21 Villavic enc io, op. c it. pág 72.
22 Villavic enc io, op. c it. pág 97.
23 Villavic enc io, op. c it. pág 95.
24 Gutierrez Vergara, op. c it. pág. 34.
25 Capón Filas, R. Ley de ordenamiento laboral (LOL) y trabajo dec ente. La Plata Librería Editora Platense, 2004,
pág. 28 y ss. donde transc ribe el Mensaje del P.E. c on el proyec to de LOL.
26 Capón Filas, op. c it. pág. 21.
27 Villavic enc io, op. c it. pág 13.
28 Mantero, Ric ardo. Límites al derec ho de huelga, Montevideo, FCU, 1992, pág. 24 y ss.
29 Rivero Lamas, J. Las relac iones entre la ley, el c onvenio c olec tivo y las manifestac iones de negoc iac ión informal,
en Rev. Del Ministerio de T . y A. Soc iales D. del T rabajo Nº 3, 1997, España, pág. 12.
30 Capón Filas, op. c it. Ley de Ordenamiento...pág. 258.
31 T rabajo y empleo, T ransformac iones del T rabajo y futuro del D. del T rabajo en Europa. Alain Supiot (c oord.)
Valenc ia, T irant lo blanc h 1999, pág. 149 y ss.
32 T rabajo y empleo, op. c it., pág. 152.
33 Las relac iones Laborales en el Uruguay. Informe Relasur OIT . Ministerio de T . y S.S. Madrid 1995.
34 Rodríguez, J.M., Cozzano, B y Mazzuc hi, G. La transformac ión en las relac iones laborales, Uruguay 1985- 2001,
Montevideo, Universidad Católic a 2001.
35 Las Relac iones Laborales en Uruguay, op. c it. pág. 35.
36 Villavic enc io, op. c it. pág. 14, nota 32.
37 Bobbio, Norberto. T eoría General del Derec ho, Colombia, Ed. Debate (reimp. 1996; 1ª ed. 1991) pág. 259: "Por
"reenvío" entendemos aquel proc edimiento por el c ual un ordenamiento renunc ia a regular una materia determinada
y ac oge la reglament ac ión est ablec ida por f uent es normat iv as pert enec ient es a ot ros ordenamient os; por
"rec epc ión" se entiende el proc edimiento por el c ual un ordenamiento inc orpora en su propio sistema la regulac ión
normativa de una materia dada, en la forma c omo está establec ida en otro ordenamiento" . En la pág. 261 desarrolla
la idea: "...atribuyendo a las normas (por el reenvío) probablemente a un grupo de normas, formadas íntegramente
en el ordenamiento menor, la misma validez de las normas propias del ordenamiento estatal, c omo si fuesen
idént ic as a ést as. "
38 Rivas, Daniel y Castello, Alejandro. Los efec tos del c onvenio c olec tivo XII Jornadas Uruguayos, Montevideo, FCU,
pág. 194 y ss. Los autores en extensas c itas (Nº 71) a Pizzorusso y Bobbio, se expiden en el mismo sentido
expresado.
39 Barbagelata, H.H. Régimen de los Convenios Colec tivos. Montevideo. Colec c ión de Cultura Sindic al – 2 FUECI,
1954, pág. 45.
40 Hoyos, Arturo. Derec ho del T rabajo y relac iones de poder en AAVV, Derec ho Laboral Esc ritos Laborales,
Colombia, Edic iones Librería del Profesional 1990 pág. 220. En el mismo sentido Sarthou, H. en exposic ión verbal
Maestría Derec ho del T rabajo 2004.
41 Kahn- Freund, O. T rabajo y derec ho. Madrid. M. de T rabajo y S. Soc ial 1987, pág. 117.
42 Valdés Dal- Ré, F. Prólogo a "La estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva. Ma. Luz Rodríguez Fernández, Valladolid,
Ed. Lexnova. 2000, pág. 24.
43 Rodríguez Fernández, M. La estruc tura de la negoc iac ión c olec tiva. Valladolid. Ed. Lexnova 2000, pág. 37.
44 Rodríguez Fernández, M. op. c it. pág. 49
45 Rodríguez Fernández, M. op. c it. pág. 89
46 T omada, Carlos. Apuntes de la Conferenc ia dic tada en el Paraninfo de la Universidad de la Repúblic a
(Montevideo) en la Jornada Internac ional de RR.LL. el 22 de mayo de 2004. Utilizó las expresiones "esc enario
diferente" , "viejos ac tores" y "libreto desc onoc ido" para desc ribir los c ambios en las relac ione laborales en nuestro
países.
47 Bronsten, A. El nivel de la N.C. en derec ho c omparado en Estudios Laborales T omo I (homenaje a Rafael Alfonzo
Guzman) Carac as Universidad Central de Venezuela 1986 pag. 181.
48 ROSENBAUM, J. Estruc tura y niveles de la N.C. en proc eso de transformac ión de los sistemas de relac iones
laborales. Rev. Derec ho Laboral, Montevideo. T omo XXXV. Nº 167 julio- setiembre 1992 pág. 493.
49 HOBSBAWM, Eric . Entrevista sobre el siglo XXI. Crític a. Madrid, 2000 págs. 82 y ss.
50 ERMIDA URIART E, O. Globalizac ión y relac iones laborales (paper) 2000, c itado por Hugo Barretto en: "La
obligac ión de formar a c argo del empleador" , Montevideo, FCU 2001 pág. 28.
51 AAVV. Cuarenta y dos estudios sobre la desc entralizac ión empresarial y el derec ho del trabajo. Montevideo, FCU
2000. Espec ialmente los trabajos de Rosenbaum, J. "Desc entralizac ión empresarial y negoc iac ión c olec tiva" , pág.
508 y ss. y Babac e, H. "Desc entralizac ión empresarial, niveles y artic ulac ión de la negoc iac ión c olec tiva" , pág. 520
y ss.
52 Rodríguez Fernández, op. c it. pág. 477
53 Rodríguez Fernández, op. c it. pág. 477
54 Rodríguez Fernández, op. c it. pág. 486
55 Ermida Uriarte, O. Artic ulac ion de la negoc iac ión c olec tiva, Enc ic lopedia Jurídic a Omeba Apéndic e VII, Buenos
Aires, Driskill S.A. 1996, pág. 42.
56 Babac e, Héc tor. La artic ulac ión de niveles de negoc iac ión c olec tiva, en AAVV veintitrés estudios sobre
c onvenios c olec tivos, Montevideo, FCU, 1988, pág. 269
57 Villavic enc io, op. c it. pág 307 y 308
58 Introduc c ión espec ial Cap.5 ENC
59 Rosenbaum, Jorge. Alc anc e subjetivo de los c onvenios c olec tivos en AAVV veintitrés estudios sobre c onvenios
c olec tivos, Montevideo, FCU, 1988, pág. 47 y ss.
60 Goldin, A. Conc urrenc ia, artic ulac ión y suc esión de normas en el derec ho del trabajo en Rev. Derec ho del T rabajo
7, año XLVI, julio 1986. Buenos Aires, La Ley, pág. 947
61 Villavic enc io, op. c it. pág. 309
62 Ermida Uriarte, O. "Estrutura da negoc iaç âo c oletiva: sujeitos, níveis e artic ulaç ao. Rev. RELASUR 2. OIT . MT SS.
España 1994, pág. 104
63 Martín Valverde, A. Conc urrenc ia y artic ulac ión de normas laborales. Rev. Polític a Soc ial. Madrid, Instituto de
Estudios Polític os Nº 119, 1978. Se c ita del mismo autor, la obra c onjunta c on Rodríguez Sañudo, F. y Garc ía
Murc ia, J. Derec ho del T rabajo, T ec nos, Madrid 1996.
64 Martín Valverde, A. op. c it. pág. 13.
65 Sarhou, H. Interpretac ión de los c onvenios c olec tivos. Rev. Derec ho Laboral. T . XXVI. Nº 129, enero- marzo
1983. Montevideo, pág. 98.
66 Garmendia, Mario Orden públic o y derec ho del trabajo. Montevideo FCU2001. Pag.77 y ss. El párrafo sobre orden
públic o laboral, sigue los lineamientos del autor c itado resumiendo algunos aspec tos sustanc iales.
67 Esc ruc eería Mayolo, I. T rabajo de c ompilac ión (paper) Princ ipios mínimos fundamentales de la relac ión laboral.
(de la Corte Constituc ional)
68 Garmendia, Mario. Op. Cit. Pag. 91 y 92.
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