1.3 la cohesión territorial: hacia un desarrollo más equilibrado

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I.3 La cohesión territorial: hacia un desarrollo más
equilibrado
El objetivo del reforzamiento de la cohesión especificado en el Artículo 158 del Tratado está destinado principalmente a lograr un desarrollo armonioso de la Unión
en su conjunto. Esta fue, de hecho, la razón por la que
en 1999 el Consejo informal de Ministros responsable
de la planificación espacial y de la política regional formuló en Potsdam el Esquema de Desarrollo del Espacio
Comunitario (EDEC). El EDEC fija tres grandes objetivos: un desarrollo urbano policéntrico y una nueva relación entre las zonas urbanas y las rurales; la igualdad de
acceso de todas las regiones europeas a la infraestructura y al saber y la gestión prudente del patrimonio natural y cultural. El EDEC 1 formula unas directrices de política para todos los Estados miembros, regiones y
autoridades locales, así como para la Comisión.
La búsqueda de los mismos objetivos y la aspiración
general de lograr un desarrollo espacial coherente y
sostenible subyacen a la cooperación transfronteriza,
transnacional e interregional, financiada por el FEDER.
La ampliación de la Unión Europea al este que se llevará
a cabo en los próximos años, tras el ingreso de Austria,
Finlandia y Suecia hace unos cuantos años, transformará significativamente la Unión, duplicando con creces
su superficie en relación con los primeros años de la década de 1990. Todos estos elementos plantearán nuevos retos para la cohesión territorial, dada la importancia que continuará teniendo la reducción de las
disparidades regionales.
La Unión, un territorio muy centralizado
Históricamente, la actividad económica, así como el
stock de capital y los recursos humanos cualificados,
han estado concentrados, salvo contadas excepciones, en las zonas más centrales de la Unión. Aunque las
regiones que se encuentran en la periferia
sudoccidental de la Unión han convergido en cierta medida con el resto, incluso en lo que se refiere a los niveles de educación, aún no es suficiente – y es improbable
que lo sea a medio plazo – para invalidar el modelo centro-periferia, que, de hecho, se prevé que se reforzará
con la adhesión de los países de Europa central.
Los estudios recientes de la influencia de la integración
en el equilibrio regional de la Unión han subrayado la
necesidad de adoptar medidas concomitantes para impedir que aumenten las disparidades entre las zonas
más fuertes y las más débiles 2. Esta conclusión se basa
en el reconocimiento de que la localización económica
se caracteriza por generar importantes externalidades,
unas positivas, otras negativas, y de que no hay razón
alguna para pensar que las meras fuerzas del mercado
encontrarán el equilibrio correcto entre los efectos positivos y los negativos y darán, pues, como resultado un
desarrollo económico equilibrado en el conjunto de la
Unión. Aunque la concentración de la actividad económica en las regiones más fuertes puede aumentar la eficiencia de la producción en la Unión a corto plazo, podría aumentarla a costa de la competitividad a más
largo plazo de la economía de la Unión, en la medida en
que dañe el potencial productivo de las regiones más
débiles y reduzca su capacidad para explotar sus ventajas comparativas. Por otra parte, la concentración tanto de las empresas como de la población en determinadas regiones va en contra del objetivo del desarrollo
sostenible, no sólo a causa de la superpoblación y de la
congestión que podría provocar sino también a causa
del declive y de la despoblación de otras zonas.
Los datos empíricos sugieren que aunque cabe imaginar
que la integración de la Unión Europea tendrá tres resultados diferentes en el futuro – un aumento de la concentración de la actividad económica, un aumento de la dispersión o un cambio escaso o nulo de la pauta existente –
en los últimos 20 o 30 años la distribución territorial de la
actividad económica apenas ha variado. La actividad
29
I.3 La cohesión territorial: hacia un desarrollo más equilibrado
económica continúa, pues, estando concentrada en gran
medida en una zona central relativamente pequeña,
como antes se ha señalado. Nada indica que el incremento de los costes registrado en las regiones más fuertes como consecuencia del aumento de la congestión y
de la subida de los salarios corregirá por sí solo este
desequilibrio.
Para dar un contenido práctico al concepto de centro-periferia, se ha elaborado un índice de facilidades de acceso, que mide el tiempo que necesita cada región para alcanzar a otras regiones ponderado por su importancia
económica. Debe hacerse hincapié en que este índice se
basa en gran medida en estimaciones y representa la situación actual y no la que podría haber en el futuro, dado
el desarrollo actual de la infraestructura en las regiones
periféricas (financiado en parte por los Fondos Estructurales) y, lo que quizá sea más importante, dadas las implicaciones del desarrollo de la sociedad de la información
para el concepto de facilidades de acceso. No obstante,
los resultados son instructivos. Las regiones pueden dividirse en tres grupos según este índice (Mapa A.4):
−
las regiones centrales, cuyo índice de facilidades de
acceso es más de un 50% superior a la media de la
Unión y los 12 países candidatos, situadas en el triángulo comprendido entre North Yorkshire (Reino Unido), Franche-Comté (Francia) y Hamburg (Alemania);
−
El punto sobre la IDT es especialmente pertinente. La
estructura de los costes de producción de las empresas
ha cambiado considerablemente en los últimos años:
los costes fijos de investigación y desarrollo han aumentado y los costes de transporte han disminuido. Dado
que la IDT tiende, al igual que otras actividades estratégicas de alto valor añadido, a estar concentrada en las
regiones centrales en las que se encuentra la infraestructura del saber y la especializada, se trata de un factor que subyace a la creciente polarización de la Unión y
a la concentración de las actividades de bajo valor añadido en las zonas periféricas.
(como se señala en el Artículo 299§2 del Tratado);
El sistema de transporte también está más desarrollado
en las regiones centrales. La densidad de autopistas es
cuatro veces mayor que en las zonas periféricas, al
tiempo que también hay un 40% más de líneas ferroviarias y dos veces más de líneas de doble vía. Sin embargo, existen indicios de que la posición relativa está cambiando, sobre todo en las zonas de la periferia cuyo
sistema de carreteras está más desarrollado y continúa
expandiéndose y que están tendiendo a convertirse en
importantes puntos de acceso, como Lisboa, Andalucía
en España y Attiki en Grecia.
las regiones intermedias cuyo índice se encuentra
comprendido entre el 40% y el 150% de la media.
La distribución sectorial del empleo también es muy diferente en las regiones centrales y en las periféricas.
Aunque la proporción de empleo industrial es muy
las regiones periféricas, cuyo índice es inferior a un
40% de la media, situadas en el norte de Europa, en
Suecia y en Finlandia; en el noroeste, en el norte de
Escocia y en Irlanda; en el sur, en Portugal, España,
las islas mediterráneas, la punta meridional de Italia y
Grecia; y en el este, en los países candidatos; aunque
las regiones ultraperiféricas 3 no se incluyeron en el
estudio, sus facilidades de acceso son incluso menores y tienen una serie de desventajas estructurales
−
Lo que se observa es una elevadísima concentración de
las actividades en las regiones centrales, que sólo representan un 14% de la superficie pero que cuentan con un
tercio de la población y casi la mitad (47%) del PIB. La
densidad de población es 3,7 veces mayor en estas regiones que en las periféricas. En todas las 88 regiones
centrales (nivel NUTS 2), salvo en 11, el PIB per cápita es
superior a la media de la Unión, mientras que en todas las
111 regiones periféricas, a excepción de 23, es inferior a
la media. El PIB per cápita medio de las regiones centrales es dos veces mayor que el de las regiones periféricas
y la productividad es 2,4 veces mayor. En 1997, el gasto
en investigación y desarrollo representó un 2,1% del PIB
en las primeras y un 0,9% en las segundas. En 6 de las 7
regiones ultraperiféricas, el PIB per cápita sólo representa alrededor de la mitad de la media de la Unión.
Tabla 3 PIB per cápita de las regiones según su carácter periférico, UE27, 1998
Población (% del total de cada grupo)
Número de regiones (% del total de cada grupo)
PIB per cápita
(UPA) > media
PIB per cápita
(UPA) < media
PIB per cápita
(UPA) > media
PIB per cápita
(UPA) < media
Total
Regiones centrales
88,8
11,2
77
11
88
Regiones intermedias
70,3
29,7
35
24
59
Regiones periféricas
18,1
81,9
23
88
111
Fuentes: Eurostat, DG REGIO
30
I.3 La cohesión territorial: hacia un desarrollo más equilibrado
parecida (alrededor de un 30% del total), la proporción
de empleo agrícola es siete veces mayor en las regiones periféricas que en las centrales, mientras que el empleo de los servicios sólo representa un 53% del total en
las regiones periféricas y un 69% en las centrales. Estas
cifras reflejan evidentemente la competitividad subyacente, que contribuye a explicar por qué la tasa de ocupación es inferior al 59% en las regiones periféricas,
mientras que en las centrales es algo superior al 67%
(véanse las Tablas 3 y A.6).
Esta concentración de la actividad económica y de la
población en una zona tan limitada del territorio de la
Unión produce efectos negativos no sólo en las regiones periféricas sino también en las centrales, donde es
responsable de la congestión del tráfico y de las enormes presiones a las que está sometido el medio ambiente. Mientras que en las regiones periféricas los estrangulamientos existentes en el terreno del transporte
son una consecuencia de la baja calidad de la infraestructura y de la falta de conexiones, en las regiones centrales se debe a las restricciones de capacidad y al excesivo tráfico (véanse los Mapas A.5 y A.6).
Como consecuencia de esta congestión y de la concentración de la actividad económica, las emisiones tóxicas
son 2,3 veces mayores en las zonas centrales que en las
periféricas 4 (véase el Mapa A.7).
Con la integración de los 12 países candidatos, en la
Unión habrá muchas más zonas cuyo nivel de desarrollo es muy inferior a la media. Se sumará una nueva periferia continental oriental a la periferia marítima meridional ya existente. Como consecuencia, la actividad
económica tenderá a estar incluso más concentrada en
algunas regiones que en Estados Unidos, donde la distribución de la actividad es más uniforme, a pesar de
que su territorio es el doble de grande que el de la Unión
ampliada y su población es mucho menor (270 millones
de habitantes, o sea, un 44% menos que en la Unión).
En Estados Unidos, cabe distinguir cuatro zonas de importancia mundial desde el punto de vista económico,
cada una de las cuales tiene más de 15 millones de habitantes y en las que cada uno de los Estados que las
Tabla 4 Centros de actividad económica
en la UE y en Estados Unidos
% de la
superficie
total
% de la
población
total
% del
PIB
Regiones centrales de
la UE
13,8
33,0
47,2
Centros de desarrollo
de EE.UU.
28,1
48,8
53,5
componen tiene un PIB per cápita superior a la media
de Estados Unidos. Estas zonas representan conjuntamente el 28% de la superficie total de Estados Unidos,
un 49% de la población y un 54% del PIB nacional y, por
lo tanto, muestran un nivel de concentración muy inferior
al de la Unión, si bien la geografía física es claramente
un importante factor que contribuye a ello (Tabla 4, Gráficos A.5, A.6 y Mapa A.8).
Zonas urbanas
Centros de crecimiento para
lograr un desarrollo policéntrico
Las conexiones entre los centros urbanos y entre éstos y
las zonas rurales constituyen un importante factor para
el desarrollo económico. En la Unión, son las zonas centrales las que tienen el nivel más alto de equipamiento
de infraestructura y las redes urbanas más desarrolladas (véase el Mapa A.9).
Los estudios realizados para el EDEC dividen las regiones en 6 categorías: las regiones dominadas por una
gran zona metropolitana; las regiones urbanas densamente pobladas con un desarrollo económico policéntrico o disperso; las regiones que tienen una elevada densidad de población en las zonas urbanas pero que
contienen zonas rurales y muestran un desarrollo policéntrico; las zonas rurales que están bajo la influencia de una
zona metropolitana; las zonas rurales que tienen pequeñas y medianas ciudades; las zonas rurales alejadas.
El desarrollo policéntrico puede tener lugar en dos
niveles:
−
en el nivel de la Unión, con un desarrollo disperso en
la Unión en su conjunto en una serie de centros dinámicos de crecimiento, en contraste con la situación en la que la actividad económica tiende a estar
concentrada en las regiones centrales y las demás
zonas son periféricas;
−
en el nivel regional, en las zonas en las que existe
una serie de centros urbanos, a menudo interconectados, en lugar de uno predominante. En Europa, los ejemplos representativos son el Randstadt
en los Países Bajos y la región del Rhin en Alemania,
que contrastan con la región francesa de París o el
sudeste de Inglaterra, donde el desarrollo tiende a
estar concentrado en Londres.
Las regiones centrales de la Unión están organizadas
en gran medida según el modelo policéntrico de
31
SIG16
6 Tipos regionales de pautas
espaciales ruales-urbanas
GDR LIBERGEO - EQUIPE P.A.R.I.S.
Fuente : Moriconi - Ebrard, Geopolis, 1994, y Eurostat.
0
100
500 km
Regiones dominadas por una gran
metrópoli
Regiones policéntricas que tienen una
elevada densidad urbana y rural
Zonas rurales bajo influencia
metropolitana
Regiones policéntricas que tienen una
elevada densidad urbana
Zonas rurales que tienen pequeñas y
medianas ciudades
Zonas rurales alejadas
I.3 La cohesión territorial: hacia un desarrollo más equilibrado
desarrollo, mientras que en las regiones periféricas, las
zonas rurales que tienen pequeñas y medianas ciudades son mucho más importantes (representan un 47%
de la población). Sin embargo, en las segundas el desarrollo de los centros urbanos podría servir de base para
una distribución más equilibrada de la actividad económica en la Unión (Mapa 6).
Fuentes de los datos
Las dos fuentes utilizadas en este análisis son la
Encuesta sobre las fuerzas de trabajo de la Unión y el
Urban Audit.
La EFT permite desagregar los datos en tres tipos de
zonas según la densidad de la población:
Más del 44% de la población de la Unión habita en ciudades de más de 50.000 habitantes, pero sólo 22 tienen
más de un millón de habitantes 5.
- las zonas urbanas: zonas densamente pobladas,
Las regiones más prósperas de la Unión son casi todas
ellas urbanas (véase el recuadro): 54 de las 63 regiones
NUTS 3 que tienen un PIB per cápita más de un 50% superior a la media de la Unión6 son urbanas.
- las zonas intermedias: formadas por unidades loca-
constituidas por unidades locales contiguas, cada
una de las cuales tiene una densidad superior a 500
2
habitantes por km y una población total de 50.000
personas como mínimo;
les continuas menos densamente pobladas, cada
una de las cuales tiene una densidad superior a 100
2
habitantes por km y una población total de 50.000
habitantes como mínimo, o por unidades vecinas de
una zona densamente poblada;
Zonas urbanas:
considerables disparidades
- las zonas rurales: formadas por unidades locales escasamente pobladas situadas fuera de zonas urbanas o intermedias. Debe señalarse que las unidades
locales que tienen una baja densidad de población
pero que están totalmente enclavadas en el seno de
una zona urbana o intermedia forman parte de ésta,
mientras que las que están situadas entre una zona
urbana y una intermedia forman parte de la segunda.
En las zonas urbanas de la Unión consideradas en su
conjunto, el paro era, en promedio, del 10,1% en 1999,
algo superior a la media de la Unión (9,2%). El paro de
larga duración y juvenil también era más alto que en el
resto de la Unión, si bien las tasas varían considerablemente de unos Estados miembros a otros y parece que
en ellas influyen más los factores nacionales que los factores urbanos generales comunes al conjunto de la
Unión (véanse las Tablas A.8-A.10).
Muchas ciudades europeas tienen graves problemas de
pobreza y exclusión social en determinadas zonas. Según el Urban Audit, en algunas ciudades como Hamburgo, Toulouse, Nápoles, Génova, Glasgow o Edimburgo,
las tasas de paro pueden variar significativamente de
unas zonas a otras y son hasta 10 veces más altas en las
zonas más afectadas que en las menos afectadas. Lo
mismo ocurre con las tasas de dependencia.
Zonas rurales
Más de dos de cada tres habitantes de Europa meridional y de Irlanda viven en zonas rurales, mientras que la
cifra es de uno de cada ocho en Bélgica, el Reino Unido,
Alemania e Italia (Gráfico A.7).
A excepción de Portugal, la población que vive en zonas rurales está aumentando en todos los Estados
miembros, si bien en proporciones distintas (véanse el
Gráfico A.8 y la Tabla A.11 del Anexo):
El Urban Audit se realizó entre 1998 y 2000 con el objetivo de medir la calidad de vida de los pueblos y las ciudades de la Unión. La fase piloto, que es la base de los
datos citados en el texto, cubría una pequeña muestra
de 58 centros urbanos, por lo que los resultados deben
interpretarse con cautela.
−
en Bélgica, Alemania, Grecia y España, la tasa de
crecimiento de la población rural es muy superior a
la media nacional;
−
en Italia, el Reino Unido y Austria, la tasa de crecimiento es similar a la de la población total;
−
en Dinamarca, Francia, Irlanda, Finlandia y Suecia, la
tasa de crecimiento es inferior a la de la población total y en Portugal la población rural está disminuyendo.
Durante el periodo 1995-1999, en las zonas rurales de la
Unión el crecimiento del empleo (1,0% al año) fue superior a la tasa total (0,8% al año). El carácter rural de una
región no constituye, pues, un obstáculo para la creación de empleo. Al contrario, un entorno natural y cultural atrayente que tenga unos niveles más bajos de congestión puede contribuir significativamente a fomentar
la inversión empresarial.
33
I.3 La cohesión territorial: hacia un desarrollo más equilibrado
Desde el punto de vista sectorial, en las zonas rurales el
empleo ha disminuido significativamente en la agricultura, pero ha aumentado en la industria – salvo en Alemania
y en Austria – y, sobre todo, en los servicios, que han contrarrestado con creces las pérdidas de empleo agrícola.
Las características económicas y sociales de las zonas
rurales varían significativamente dentro de la Unión, así
como dentro de cada Estado miembro. Cabe distinguir
tres tipos de zonas según sus relaciones con el resto de
la economía nacional e internacional y su lejanía con
respecto a los grandes centros de actividad:
−
−
−
las zonas rurales que están integradas en la economía
global y que se caracterizan por un crecimiento económico y demográfico. Suelen estar cerca de centros urbanos y tienen, en general, una renta per cápita superior
a la media. El empleo se encuentra predominantemente
en la industria y en los servicios más que en la agricultura. En algunos casos, estas zonas corren el riesgo de
convertirse puramente en zonas residenciales para las
personas que trabajan fuera, lo que constituye una amenaza para su entorno tradicional y para su patrimonio
social y cultural; sin embargo, otras están desarrollándose independientemente;
las zonas rurales intermedias, que suelen encontrarse
relativamente alejadas de los centros urbanos pero
que guardan buenas relaciones con éstos y tienen un
nivel razonable de infraestructura. En muchas de esas
zonas, la agricultura continúa desempeñando un importante papel, si bien están tendiendo a aumentar la
diversidad económica y la actividad, por ejemplo, en
la industria agroalimentaria y en los servicios. En algunos Estados miembros, hay grandes explotaciones
agrícolas en estas zonas;
las zonas rurales alejadas, que suelen estar escasamente pobladas y, en muchos casos, situadas en zonas periféricas de la Unión lejos de los centros urbanos. Su relativo aislamiento suele deberse a sus
características topográficas, como su relieve montañoso, y tienden a caracterizarse por su baja densidad demográfica y el envejecimiento de la población, una
mala infraestructura, insuficientes servicios, una baja
renta per cápita, una población trabajadora relativamente poco cualificada, débiles relaciones con el resto
de la economía y un elevado nivel de empleo agrícola.
Regiones fronterizas
Las regiones fronterizas 7 representan casi el 40% de la
superficie de la Unión y el 25% de la población. Son aun
34
más importantes en los países candidatos, donde representan un 66% de la superficie y un 58% de la
población. La ampliación provocará, pues, un aumento
significativo de su importancia en la Unión.
En términos económicos, en general no puede considerarse que las regiones fronterizas internas de la Unión
tengan más dificultades que otras, debido en parte al
grado de integración económica en la Unión y al éxito
de las iniciativas INTERREG. En particular, su nivel de
PIB per cápita (un 14% superior a la media de la Unión
ampliada a 27 países) es similar al de las regiones no
fronterizas (un 17% superior a la media de la Unión ampliada; véase el Mapa A.10 y la Tabla A.12).
Sin embargo, las regiones que tienen fronteras externas
se encuentran en una situación más difícil, con la notable excepción de aquellas limítrofes con los países candidatos. Mientras que las que tienen fronteras comunes
con terceros países tienen un PIB un 5% inferior a la media de la Unión (ampliada), las que lindan con los países
candidatos tienen un nivel que es un 15% superior a la
nueva media de los 27 países. No obstante, algunas de
estas regiones podrían muy bien tener dificultades temporalmente tras la ampliación.
Existen diferencias mucho más significativas entre las
regiones de la Unión actual limítrofes con los países
candidatos y las regiones vecinas de los propios países
candidatos. En las segundas, el PIB per cápita sólo representa un 53% de la media de la Unión (ampliada), es
decir, mucho menos de la mitad del nivel de las regiones vecinas de la Unión actual. No obstante, se encuentran en una situación mucho mejor que las regiones de
los países candidatos situadas en la frontera oriental,
cuyo PIB per cápita sólo representa, en promedio, un
38% del de la Unión ampliada.
Zonas que tienen características
geográficas específicas
Las zonas montañosas, costeras y marítimas, las islas y los
archipiélagos constituyen una parte importante de la Unión
y son incluso más significativas en algunos Estados miembros. La mayoría de las regiones ultraperiféricas son islas.
Sin embargo, no constituyen una zona geomorfológica específica como tal sino que se tratan como un grupo de 7 regiones enumeradas en el Tratado y se reconoce que
tienen algunas desventajas inherentes, debido especialmente a sus dificultades de acceso a causa de su lejanía
con respecto a otras zonas de la Unión.
I.3 La cohesión territorial: hacia un desarrollo más equilibrado
Mientras que las regiones que se considera que tienen
derecho a la ayuda estructural de los Fondos Estructurales se definen de acuerdo con criterios administrativos y
socioeconómicos, las zonas geomorfológicas se definen
según sus características físicas. No siempre es fácil definirlas y no suele existir una definición aceptada por todos
(urbanas, rurales, etc.). Por otra parte, sus características
no siempre son sinónimo de problemas estructurales.
A continuación se analizan los tres principales tipos de
zonas geomorfológicas.
Roma, Nápoles y Atenas) y cubren una parte significativa
de la superficie de la Unión. Muchas de estas zonas están
densamente pobladas y tienen un elevado nivel de actividad turística, que genera una elevada renta, pero que también ejerce considerables presiones sobre el medio ambiente, cuya conciliación plantea un enorme reto. Sin
embargo, otras zonas están escasamente pobladas. El
aumento del tráfico marítimo entraña crecientes riesgos
para la seguridad, el medio ambiente y la conservación de
las costas (Tabla A.15).
Las islas
Zonas montañosas
Las zonas montañosas representan barreras geográficas. Con el paso del tiempo, las actividades han ido
concentrándose en los valles que son pasos naturales,
pero actualmente muchos de ellos se han convertido en
estrangulamientos para el transporte y el aumento de la
circulación de bienes y de personas entraña crecientes
riesgos para la seguridad y el medio ambiente. Algunas
zonas como los Alpes, los Pirineos, las Dolomites, las
montañas griegas, los Highlands de Escocia y Fjällen
de Suecia representan alrededor de un 39% de la superficie de la Unión. En muchas de estas zonas, la actividad económica está concentrada en la agricultura –
en la tierra que es cultivable – en el turismo y en otros
servicios. En las demás, hay muy poca actividad económica. Aunque algunas zonas montañosas son económicamente viables y están integradas en el resto de la
economía de la Unión, la mayoría tiene problemas,
como lo demuestra el hecho de que más del 95% de
ellas (desde el punto de vista de su superficie) puede
acogerse a la ayuda de los Objetivos 1 o 2 de los Fondos
Estructurales (Mapa 7 y Tablas A.13 y A.14)
Zonas costeras y marítimas
Las zonas costeras son las que se encuentran situadas en
la franja de tierra que bordea las costas de la Unión y cuya
anchura depende de las características geográficas y de
las fronteras administrativas. En ellas se encuentran muchas grandes ciudades (Londres, Estocolmo, Copenhague, Helsinki, la Haya, Dublín, Lisboa, Barcelona, Marsella,
1
2
3
4
5
6
Las islas son especialmente importantes en los cuatro
Estados miembros meridionales, tres de los cuales son
países de la cohesión, si bien también hay un elevado
número de islas en Francia, en el Reino Unido y en los
tres países nórdicos, muchas de las cuales pueden
acogerse a la ayuda de los Fondos Estructurales (Tablas A.16 y A.17). De hecho, cerca del 95% de la población de todas las islas de la Unión puede acogerse a la
ayuda de los Objetivos 1 o 2. En el caso de las islas más
pequeñas, las dificultades de acceso constituyen el
principal problema que dificulta el mantenimiento de
actividades económicas competitivas y de una población trabajadora joven con un elevado nivel de educación. Las dificultades de acceso constituyen un problema incluso mayor en las regiones ultraperiféricas. Las
islas mayores están mucho mejor integradas en el resto
de la economía de la Unión, aun cuando muchas dependan actualmente de la ayuda estructural para acortar distancias con otras zonas de la Unión.
Las zonas antes identificadas son muy diferentes desde
el punto de vista de sus características económicas y sociales. Las políticas regionales destinadas a mejorar su
desarrollo deberían continuar aspirando a reforzar las relaciones entre las diferentes partes de la Unión en lugar
de consistir en medidas aisladas específicas para cada
tipo de zona. No obstante, esas políticas deberían ir
acompañadas de programas de cooperación entre las
zonas de similares características que estuvieran adaptados a sus rasgos geográficos y que pudieran generar
beneficios adicionales.
Paralelamente al desarrollo del EDEC, la Comisión lanzó un programa de estudios en diciembre de 1998, en estrecha
colaboración con los 15 Estados miembros. Como consecuencia de este programa, surgió la base de un entendimiento
común sobre el análisis territorial, cuestión que hasta entonces se había dejado en gran medida de lado en la Unión. Esta
parte del informe se basa en los resultados de los estudios realizados durante un periodo de 10 años.
Véase, en particular, Braunerhjelm et al., Integration and the regions of Europe: how the right policies can prevent
polarisation.
Islas Canarias, Guadaloupe, Martinique, Guyane, Réunion, Açores y Madeira.
Fuente: programa de estudio del EDEC.
Cifras aproximadas (fuente: EUROSTAT-GISCO).
El PIB per cápita del nivel NUTS 3 no siempre es un indicador fiable de la renta debido a los desplazamientos transregionales
del domicilio al trabajo.
35
I.3 La cohesión territorial: hacia un desarrollo más equilibrado
Canarias (E)
Guadeloupe Martinique
(F)
(F)
Réunion
(F)
Guyane (F)
Açores (P)
Madeira
(P)
SIG16
7 Fondos Estructurales 2000-2006: zonas que pueden acogerse a la ayuda de los Objetivos 1 y 2
Objetivo 1
Objetivo 2
Objetivo 1
Objetivo 2
Salida progresiva
(hasta 31/12/2005)
Salida progresiva
(hasta 31/12/2006)
Objetivo 2 (parcialmente)
Programa especial
Salida progresiva
(hasta 31/12/2005)
Salida progresiva
(hasta 31/12/2005) (parcialmente)
Fronteras regionales
Fronteras NUTS2
0
100
500 km
© EuroGeographics Association para las fronteras administrativas
36
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