PROPIEDADES QUE CARACTERIZAN A LOS SUELOS FORMADOS EN CONDICIONES DE EXCESO DE AGUA Walter Luzio L., Wilfredo Vera E., Carlos Benavides Z. y Manuel Casanova P. Facultad de Ciencias Agronómicas Universidad de Chile INTRODUCCIÓN Los suelos formados en condiciones de saturación con agua, o bien que se encuentran saturados con agua en la actualidad, normalmente están asociados a relieves planos o casi planos o bien a los sectores más deprimidos del paisaje. Sin embargo, la definición de ellos no parece tan simple a causa de la diversidad morfológica y conceptual que presentan estos suelos con exceso de humedad. La literatura contabiliza los siguientes términos para estas áreas: pantano, marisma, ciénaga, fangal, fangar, marjal, medanal, humedal, turba, turbal, turbera, lodazal, paddy soils, bofedal, ñadi, suelos hidromórficos y también áreas inundadas. La dificultad en asignarles una definición precisa radica en que constituyen áreas localizadas entre los sistemas acuáticos y los sistemas terrestres y que, por lo tanto, frecuentemente, poseen propiedades de ambos. Es decir, presentan una gradiente de humedad o de exceso de agua desde las áreas elevadas claramente definidas hasta los sistemas acuáticos, pasando por áreas húmedas que no están permanentemente inundadas. En lo que parece existir acuerdo entre los diversos autores es que estas tierras inundadas tienen en forma característica una vegetación hidromórfica. Sin embargo, este acuerdo desaparece cuando se aproxima a los límites entre estas áreas saturadas y las áreas de las partes altas secas (Reddy et al., 2000). Un concepto diferente es el de suelos con mal drenaje. Según Lozet y Mathieu (1990) "el drenaje corresponde a la eliminación del exceso de agua desde suelos demasiado húmedos ...", por medios artificiales sean éstos sistemas abiertos o tapados. En cambio, el drenaje natural de los suelos está rclacionado con propiedades tales corno la textura, la estructura, la posición y dirección del nivel freático y la presencia eventual de un substrato impermeable. De esta manera, el término mal drenaje se puede utilizar en forma amplia para incluir desde suelos moderadamente bien drenados hasta suelos muy pobremente drenados (Luzio, 1989). Sean cuales sean las definiciones o aproximaciones sobre las tierras inundadas o los suelos con mal drenaje, el exceso de agua en los materiales edáficos por períodos prolongados imprime en el suelo ciertos rasgos y propiedades que les son característicos y que los identifican en la mayor parte de los casos. Sin embargo, la resiliencia de los suelos puede variar considerablemente dependiendo de los materiales de origen, de los 57