“Nitidización” Rocas ácidas o básicas Principales procesos de

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Principales procesos de formación del suelo
en climas tropicales húmedos
Una gran parte de LAC se encuentra bajo clima húmedo
tropical. Éste se caracteriza por temperaturas altas constantes
(temperatura media anual es de alrededor de 26°C),
precipitaciones frecuentes y abundantes (más de 2.000 mm
anuales) y una humedad. En estas condiciones la meteorización
química, la lixiviación y la translocación se combinan para dar
lugar a una gran variedad de suelos. La geología de la roca
madre influye también sobre las propiedades químicas del suelo.
Si bien estos suelos son capaces de mantener altos niveles de
vegetación natural (p. ej. bosque lluvioso tropical), su puesta en
cultivo es problemática. La cantidad de nutrientes vegetales (p.
ej. Ca, Mg, K, P) suele ser deficiente. El pH bajo, junto con un
alto nivel de hidróxidos de hierro y aluminio, hace que el fósforo
no esté disponible para las plantas. La densa vegetación natural
se debe pues a un ciclo de nutrientes auto-sostenible; si este
ciclo se interrumpe, (p. ej. como resultado de la deforestación y
la subsiguiente conversión en tierras agrícolas o para pastos),
el suelo pierde rápidamente su fertilidad y es vulnerable a los
procesos de degradación (p. ej. erosión). Las prácticas tradicionales
agrícolas de tala y cultivo temporales tenían en cuenta este ciclo.
A continuación se describen los principales procesos de formación
de suelo que se dan en estos lugares: ferralitización, formación
de plintita y formación de suelos con alto contenido en aluminio.
2. La formación de la plintita
En terrenos planos o suavemente inclinados, sometidos a
fluctuaciones de las aguas subterráneas y donde el suelo es
rico en hierro, puede aparecer un material llamado plintita (del
griego plinthos, ladrillo). La plintita, antiguamente conocida como
laterita, es una acumulación subsuperficial de hidróxidos de
hierro, arcilla caolinítica y cuarzo. Se forma generalmente por la
segregación del hierro presente en el suelo, como consecuencia
de la saturación de agua del mismo. Este hierro con frecuencia
procede de tierras altas y ha sido transportado por el agua
en forma de óxido ferroso en condiciones anaeróbicas. La
concentración de hierro también puede aumentar debido a la
eliminación de cationes de sílice e iones básicos a través de la
lixiviación de los compuestos disueltos por la meteorización.
1. Ferralitización
Los suelos de los trópicos húmedos presentan las siguientes
características: son de profundidad media, están fuertemente
erosionados, son rojos o amarillentos y no tienen límites muy
marcados entre sus horizontes. La meteorización es intensa
debido a la elevada humedad y temperatura. Si estas condiciones
se mantienen durante un largo periodo de tiempo, dan como
resultado un suelo de varios metros de profundidad, con una
proporción de fragmentos de la roca original menor del 5%.
Las altas temperaturas del suelo y la percolación intensa disuelven
y movilizan los minerales primarios, mientras que los compuestos
menos solubles como los sesquióxidos de hierro y aluminio,
la caolinita y los granos gruesos de cuarzo permanecen en la
matriz del suelo. Estos procesos se conocen como ferralitización.
El color rojizo se debe a la presencia de hematita (Fe2O3), un
mineral compuesto de óxido férrico (en climas más templados,
es la goethita el compuesto que domina en la composición de los
suelos, aportando en este caso un color más amarillento).
Las condiciones que favorecen la ferralitización son un bajo pH del
suelo, estabilidad geomorfológica durante periodos prolongados
de tiempo y un material parental de fácil meteorización y con alto
contenido en hierro y aluminio.
El contenido en arcilla y la textura son relativamente constantes
al avanzar en profundidad. Esto es debido a la actividad biológica,
que se encarga de mezclar los distintos materiales (en las
regiones tropicales, el principal agente responsable de la mezcla
de suelo son las termitas; mientras que en las zonas templadas
lo son las lombrices de tierra).
En algunos casos, cuando la plintita está expuesta a ciclos
repetidos de humedecimiento y secado, ésta se convierte en
petroplintita (plintita endurecida irreversiblemente, también
conocida como laterita. Ver foto abajo, en esta página). (CG)
Arriba: en Brasil, los Plinthosols (allí conocidos como Plintossolos) cubren
aproximadamente el 6% de la superficie del país. Las mayores extensiones
se dan en la Amazonia, Baixada Maranhense, norte de Piauí, sudeste de
Tocantins, Ilha do Bananal, nordeste de Goiás, Pantanal y en los bordes de las
mesetas del Altiplano Central. La plintita (material constituido básicamente
por una mezcla de arcilla y óxidos de hierro, casi o completamente sin materia
orgánica) se aprecia claramente en este tipo de suelos. (MBON)
“Nitidización”
En Cuba, en varias zonas de Centroamérica y en algunos lugares de
Brasil tiene lugar un proceso derivado de la ferralitización conocido
como “nitidización”. Dicho proceso puede resultar en suelos que
contienen unas estructuras blocosas características de forma nuciforme
(como nueces) poliédrica y de caras brillantes (por ello reciben el
nombre de Nitisols) producidas por la presión. Estos suelos suelen ser
profundos y se desarrollan sobre productos de la meteorización muy
finos procedentes de material parental de medio a básico, con un alto
contenido en caolinita y/o hierro (de ahí el color rojo). En algunos casos
pueden contemplarse como suelos jóvenes que ejemplifican los procesos
de ferralitización. A través de la hidrólisis intensiva de los minerales y el
lavado del sílice y las bases, los procesos de hinchado y encogimiento
resultan en los elementos estructurales ya descritos.
Inicialmente, el hierro ferroso precipita en concreciones arcillosas
de óxido férrico blandas, de color rojo oscuro. Cuando ha
precipitado la cantidad de hierro suficiente y la tierra comienza
a secarse, la arcilla blanda se endurece de manera irreversible.
Este proceso suele comenzar al eliminarse la vegetación, dejando
así la superficie del suelo expuesta. La plintita puede aparecer en
forma de concreciones (esquelética) o como una capa continua
(petroplintita), también conocida como piedra de hierro. Los
suelos con petroplintita son especialmente abundantes en la zona
de transición del bosque tropical a la sabana, especialmente en
áreas que antiguamente fueron más húmedas. A veces, cuando
la plintita no está demasiado concentrada para formar una capa
continua, da lugar a pisolitos, una capa densa de nódulos. Dichas
capas a veces se pueden encontrar cerca de la superficie debido
a la remoción de la tierra entre los pisolitos por las termitas para
construir sus nidos.
La plintita expuesta, puede conducir en última instancia a
modificar el relieve original, ya que funciona como una capa
protectora contra la erosión del suelo subyacente. Con el paso
tiempo, las partes del suelo que carecen de esta capa protectora
desaparecen, mientras que las que están cubiertas por la plintita
pasan a formar parte de las zonas más altas del paisaje.
Rocas ácidas o básicas
El concepto de roca ácida, o material parental ácido, se refiere a menudo
a rocas ígneas que contienen una cantidad significativa de sílice (SiO2).
Ejemplos de ello son el granito o la riolita.
Por el contrario, el término básico se aplica a rocas carentes de cuarzo
y que contienen minerales como el feldespato o la biotita. Ejemplos de
rocas básicas son el basalto, la dolerita y el gabro.
Es cada vez más frecuente el uso del término máfico en lugar de básico.
La foto de abajo, tomada en Brasil, muestra un perfil de Ferralsol típico:
profundo, sin horizontes diferenciados y de color rojizo. (LMSB)
Petroplintita que aparece como una capa
dura en la superficie del suelo. (CG)
Suelos y medio ambiente en LAC | Atlas de suelos de América Latina y el Caribe
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