Helenismo, cristianismo y Filosofía. Nuevas ideas frente al mundo

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Helenismo, Filosofía y Cristianismo. Las nuevas
ideas frente al mundo griego
February 19, 2014
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Filosofía y Cristianismo
El cristianismo entró en el mundo como una religión revelada: fue ofrecido al
mundo por Cristo como una doctrina de redención y salvación y amor, y no
como un sistema abstracto y teorético; Cristo envió a sus apóstoles a predicar,
no a ocupar cátedras de profesores. El cristianismo era el camino, un camino
hacia Dios que tenía que ser recorrido en la práctica, no un sistema losóco
para añadir a los sistemas y escuelas de la Antigüedad.
Los apóstoles y sus
sucesores se sentían llamados a convertir al mundo, no a construir un sistema
losóco.
Además, en la medida en que su mensaje iba dirigido a judíos, los
apóstoles tenían que enfrentarse con ataques teológicos, más que losócos, y,
por lo que respecta a los no judíos, no estamos informados de que, aparte del
famoso sermón de san Pablo en el Areópago de Atenas, tuvieran que enfrentarse,
ni siquiera que tuviesen trato, con lósofos griegos en el sentido académico de
la palabra.
No obstante, cuando el cristianismo fue arraigando y creció, provocó la suspicacia y la hostilidad, no solamente de los judíos y de las autoridades políticas, sino también de intelectuales y escritores paganos. Algunos de los ataques
dirigidos al cristianismo fueron debidos simplemente a ignorancia, a crédulas
sospechas, a miedo de lo desconocido, a representaciones erróneas; pero también se lanzaron ataques en el plano teorético, sobre bases losócas, y esos
ataques exigían respuesta. Eso signicó que hubo que utilizar argumentaciones
losócas, y no meramente teológicas.
Se encuentran, pues, elementos losó-
cos en los escritos de los primeros Padres y apologistas cristianos; pero sería
evidentemente ocioso buscar allí un sistema losóco, puesto que el interés de
aquellos escritores era primordialmente teológico: defender la fe. Sin embargo,
al llegar el cristianismo a establecerse más rmemente y a ser mejor conocido, y
al llegar a ser posible que estudiosos cristianos desarrollasen su pensamiento y
su formación intelectual, el elemento losóco tendió a hacerse más claramente
reconocible, en especial cuando de lo que se trataba era de enfrentarse con los
ataques de lósofos paganos profesionales.
Dado que, por una parte, los lósofos paganos se inclinaban a atacar a la
Iglesia y las doctrinas de ésta, y, por otra parte, los apologistas y teólogos
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cristianos se sentían inclinados a tomar para sí las armas de sus adversarios,
cuando pensaban que dichas armas podían ser útiles para sus propios objetivos,
no podría esperarse otra cosa sino que los escritores cristianos mostrasen una
divergencia de actitud ante la losofía clásica, según que optasen por ver a ésta
como enemiga y rival del cristianismo o como un útil arsenal o almacén de
materiales, o incluso como una preparación providencial para el cristianismo.
Así, mientras que, a ojos de Tertuliano, la losofía pagana era poco más que
la locura de este mundo, Clemente de Alejandría veía la losofía como un don
de Dios, un medio de educar al mundo pagano para Cristo, análogamente a
como la Ley había sido el medio para educar a los judíos.
Clemente llegó a
pensar, como Justino había pensado antes de él, que Platón había tomado su
sabiduría de Moisés y de los profetas (la argumentación en ese sentido había
tenido su origen en Filón); pero, mientras Filón había tratado de reconciliar la
losofía griega con el Antiguo Testamento, Clemente trató de reconciliarla con
la religión cristiana. Por supuesto, la actitud que nalmente triunfó fue la de
Clemente, y no la de Tertuliano, ya que san Agustín hizo un abundante uso de
ideas neoplatónicas al presentar su ideología cristiana. [Copleston: Historia de
la Filosofía, Tomo II]
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Las nuevas ideas
El cristianismo aporta un bagaje de nuevos conceptos que en su mayoría son
extraños al mundo griego:
1.Monoteísmo. Sólo existe un Dios y los cristianos lo defendieron de manera radical. Algunos griegos pensaron el monoteísmo pero de forma dubitativa,
como los estoicos con el destino.
2.
Omnipotencia, omnisciencia, etc.
En él se reune todo lo posible;
cualquier característica positiva deberá tenerla en modo innito. En los panteones de dioses greco-romanos no podía darse la omnipotencia dado que estaba
repartida
sui generis,
debilitando a cada dios. Aparecen en el cristianismo los
milagros, el lógos, la medida de Heráclito, queda burlada por la voluntad de
Dios. Lo que es necesario que ocurra por el determinismo de las leyes naturales
quizá no sea porque la intención de Dios es otra y puede cambiarlo. Se termina
el Cosmos como un todo ordenado, la
physis
que se enciende según medida y
según medida se apaga.
3. Creacionismo. Dios crea a partir de la nada,
ex nihilo.
Parménides ya
había dicho que de la nada, nada sale.
4. Abismo infranqueable entre el Creador y lo creado. Esto sí, equivalente
a la separación de los mundos platónicos, y por tanto, trascendencia frente
a inmanencia. Además, el creador es un ser necesario, no puede no existir,
mientras que los seres creados por él son seres contingentes, es decir, pueden
existir o no.
5. Paternidad. Dios es Padre. Unidad de toda la humanidad y concepto
de prójimo como igual o equivalente. Si lo primero parecía ilusorio, lo segundo
socavaba lo que la propia naturaleza hace: todo es desigual.
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6. Dios se hace hombre en un momento y un lugar determinados, para
un pueblo elegido, el judio, es el Mesias esperado [¾Cómo es posible esta discriminación locativa y étnica?]
7. Dios entra en la Historia como un hombre más; es crucicado por
los romanos y muere. La muerte de Dios ocurre para la salvación de nuestros
pecados, para nuestra redención [Jamás los griegos o romanos cultos podrían
aceptar estas barbaridades, pues, ¾cómo colocar a Dios en relación con la historia
de los hombres?]
8.
El hombre es una creación especial de Dios, pues estamos hechos a
su imagen y semejanza.
Somos un conjunto de cuerpo y alma, pero el
hombre es su alma inmortal.
Y además, ocurrirá la resurrección de
los cuerpos. El sermón de Pablo en Atenas (¾60 d.C.?), acabó bruscamente
cuando los lósofos estoicos y epicúreos presentes se levantaron al escuchar a
Pablo decir que resucitaremos.
Todavía entonces, lo que Pablo decía, buena
parte del cristianismo, era una sarta de sandeces para los pensadores cultos que
lo consideraron un charlatán más.
9. Providencia. Dios es providente y está pendiente de todos los asuntos
humanos y de la propia historia de los hombres, es un Dios personal. Dios
les habla a los hombres con su palabra en los escritos sagrados (profetas) y
directamente como Cristo. La Biblia es la palabra de Dios.
10. Verdad revelada, revelación. Por eso, el concepto de verdad es
muy diferente del griego. La losofía griega siempre había insistido en los límites
del conocimiento, pues les era evidente a todos los pensadores, bastaba siquiera
echar un vistazo a toda la panoplia de escuelas losócas con sus heterogéneas
respuestas. Pero el cristianismo habla de una verdad revelada; de una verdad
absoluta que no admite la polémica; no hay equivalencia, ni igualdad en el debate si una de las partes 'sabe' de antemano que lo que enuncia es verdadero
absolutamente. El cristianismo arma que la Verdad que asume es divina, su
origen es Dios mismo, por tanto no puede discutirse aunque sí mantenerse fanáticamente. En cambio, la actitud griega y romana era muy diferente pues partía
de la base de la discusión serena y racional en igualdad de condiciones.
11.
El pecado.
Esa verdad alcanzaba no sólo el ámbito epistemológico,
sino también el moral.
El hombre es malo por naturaleza debido al pecado
original. Está por tanto condicionado y tiende a actuar mal; al mismo tiempo,
la providencia y gracia divinas ayudan al hombre para obrar bien. Luego, el
hombre posee libre albedrio para ejercer la responsabilidad de sus acciones.
El concepto de pecado es novedoso; lo malo, la desviación de lo estipulado como
bueno, no es debido a la ignorancia como habían supuesto los griegos
(intelectualismo moral socrático), sino a la maldad humana que nos condiciona
y nos inclina a la infracción. En consecuencia, uno es responsable de sus actos,
es culpable por 'palabra, obra u omisión', de lo que acaece según sus elecciones
y debe estar dispuesto al arrepentimiento, a la penitencia y a la consiguiente
redención.
12. Recordad que en las escuelas helenísticas hablábamos de eclecticismo
y sincretismo. El eclecticismo busca construir una ideología losóca eligiendo
las mejores ideas (las consideradas por quien hace la elección, claro) de entre
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varias ideologías losócas distintas; en cambio, el sincretismo es una fusión
total o parcial que compagine dos o más escuelas o ideologías losócas, (siendo
una de ellas la propia de quien hace la elección). Tiende a usarse más el sincretismo para el cristianismo, pero no olvidéis que éste no es exactamente una
ideología losóca. El cristianismo introdujo en el desarrollo teológico ortodoxo
(y heterodoxo, pero ahora no viene al caso), términos, conceptos, metodologías,
etc., del estoicismo (tardío, como el de un Séneca o Cicerón), del platonismo, y
siglos después, del aristotelismo, entre otros.
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