EXISTIMATIO U HONOR CIVIL

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EXISTIMATIO U HONOR CIVILTACHA DE INFAMIA
Ponencia elaborada para el VII Coloquio ItaloBrasileiro de Derecho Romano.-
Mónica M. C. Cáceres
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN .........................................................................................................................................................1
CONSECUENCIAS DE LA INFAMIA.....................................................................................................................4
EL HONOR CIVIL EN EL DERECHO PARAGUAYO ........................................................................................5
CÓDIGO CIVIL .........................................................................................................................5
CONSTITUCION NACIONAL ...........................................................................................6
EL VOTO DE CENSURA............................................................................................................................................7
CONCLUSIONES .........................................................................................................................................................8
BIBLIOGRAFIA .....................................................................................................................................................9-10
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EXISTIMATIO U HONOR CIVIL-TACHA DE INFAMIA – LA PERDIDA DE LA
REPUTACIÓN EN EL DERECHO PARAGUAYO.*Ponencia elaborada para el VII Coloquio Italo-Brasileiro de Derecho Romano.-
Introducción
El jurisconsulto Calistrato define en el fragmento 5(Digesto 50.13)”La estimación
es el estado de dignidad ilesa comprobado por las leyes y las costumbres que en virtud
de delito nuestro se menoscaba o se pierde por la autoridad de las leyes”. Esta figura que corresponde a la historia de Roma, consiste en el estado de
dignidad ilesa que deben gozar todas las personas, es la plena consideración de quien
obra conforme a los preceptos del Derecho y de la Moral, adquiriendo una mayor
importancia cuando se trata de juzgar la reputación de los Magistrados romanos
(cónsules, censores, cuestores, jueces).
En la historia del Derecho Romano, a causa de la “mala reputación”, se registran
normas, reglas jurídicas y sanciones muy severas, tanto para los particulares así como
para los funcionarios públicos, que conllevan la pérdida parcial de su capacidad
jurídica, mediante el sistema de la tacha de infamia que consiste en una anotación en
el registro personal (censo), hasta la pena máxima(deportación o muerte) para los
magistrados que incurren en sobornos o actuasen con parcialidad manifiesta.
Este trabajo no pretende realizar un estudio acabado de las fuentes romanas
(Corpus Iuris, Institutas de Gaio), sino simplemente ilustrar al lector sobre esta famosa
figura del Derecho Romano y su eventual importancia para los tiempos que hoy
vivimos, pues como se me ha enseñado, “el Derecho Romano es al Derecho, lo que
el diccionario es al lenguaje”. El Derecho Romano no solo constituye la fuente de
prácticamente todas las ramas del saber jurídico, sino también sirve de modelo y guía
para cuando se pretende reformar nuestro actual sistema jurídico.
La capacidad civil de las personas en Roma se mide por la posesión de los tres
estados, el de la libertad, el de la ciudadanía y el de ser sui iuris, no estar sujeto a la
potestad de un Pater. La reputación, la buena fama, es un cuarto estado, de menor
rango, pero que si falta, oscurece, destruye la personalidad, como lo refiere el Prof.
Humberto Vázquez en la monografía “De his qui notantur infamia”, resultado de la
investigación que el mismo realizara.
El Honor Civil en sentido jurídico, es la plena consideración de que goza la
persona ante la ley. Su degradación menoscaba la personalidad del hombre y el
derecho civil romano imponía la degradación del honor en los casos específicos
determinados por la ley y por una nota censoria. O sea la llamada TACHA DE
INFAMIA.-( Persona tachada o persona intachable!!).
En principio, eran los censores (nota censoria) quienes excluían al ciudadano
que se postulaba para un cargo público y les privaba del derecho al sufragio. Los
motivos podían ser la intemperancia, perjurio, negligencia en la gestión del patrimonio.
Era indigno el ciudadano que llevaba una vida pública en contra de las buenas
costumbres. Se los registraba fuera del censo, en unas tablas denominadas “tabulae
Ceritum”.
La nota censoria no producía efectos más allá de la magistratura del censor que
la había pronunciado. Recaía, por medio del censo o mediante la Ley Ovinia, sobre la
conducta de los hombres públicos, sean estos senadores, magistrados o funcionarios
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del Estado. La Infamia, sin embargo, marcaba perpetuamente a la persona que había
incurrido en ella. En algunos casos, sus efectos se anulaban mediante la restitutio in
integrum concedida por el Emperador.
La estimación se perdía totalmente cuando el ciudadano romano perdía el
estado de libertad y también con la capitis diminutio media, o sea la pérdida de la
calidad de ciudadano, porque ésta, era requisito primordial para ser sujeto de derecho.
En algunos casos se incurría en infamia directamente como cuando se cometía
un acto punible (profesión deshonesta, poligamia) y en otros casos se requería de una
sentencia judicial provocada por un hecho punible de índole criminal así como civil,
como en los procesos por hurto, robo, injuria, fraude, incumplimiento del deber procesal
de dar testimonio y otros.
De acuerdo a la investigación realizada por el Prof. Vázquez, en las fuentes se
distingue una infamia inmediata y una infamia mediata, según resulte del desempeño
de un oficio o cargo o de una declaración judicial expresa, ya sea en juicio civil o penal.
Algunos casos de infamia que registran las Institutas de Justiniano, Libro III,
Título II, ( con las notas de los glosadores y post-glosadores) son:
-
Los despedidos del Ejército por causa ignominiosa. No solo el soldado sino
también el general, aunque usare insignias consulares.
Los actores que salen a escena por un precio y los gladiadores que luchan en el
circo.
Las mujeres que se prostituyen públicamente incluso aunque no lo hicieren por
un precio.
La mujer que ha sido sorprendida en delito de adulterio.
El que toleró hacer de mujer su cuerpo, salvo que haya sido obligado a ello.
El que contrajo dos sponsales o dos nupcias al mismo tiempo.
La viuda que contrae nupcias sin esperar el tiempo de luto.
Los que se dedican a cobrar intereses inmoderados e ilícitamente exigen
INTERESES DE INTERESES!!!
El que habiendo sido testigo de un acto se niega luego a testificar sobre el
mismo. (Ley XII tablas)
Los condenados por acciones penales en virtud:
De la actio furti.
Del delito de estelionato.
Del delito de calumnia.
Del delito de usurpación de herencia.
De la actio iniuriae.
Del delito de prevaricato.
Los condenados por acciones civiles en virtud:
De la actio pro socio.
De la actio mandati.
De la actio depositi.
El caso de la mujer que finge estar embarazada para ser puesta en posesión de
bienes.(ventris nomine)
El caso del condenado en juicio público.
Consecuencias de la Infamia:
La degradación del honor, es decir, de la aplicación de la tacha, acarreaba
consecuencias civiles y políticas como ser: la pérdida del derecho al sufragio, a
acceder a la carrera de los cargos públicos(carrera de los honores), tampoco podían
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ser testigos, ni tutores, ni ejercitar acciones populares, ni abogar por si mismos, ni
desempeñar cargo de Senador, caballero, ni decurión, ni acceder a una herencia y
hasta el contraer matrimonio le estaba restringido.
La tacha de infamia resultante de la ley o del Edicto del Pretor duraba hasta la
muerte. En algunos casos podían borrarse por decisión del Senado o del Emperador.
En el caso de los jueces que actuaban con parcialidad manifiesta, decían los
antiguos “opresor de inocentes y libertador de criminales”, eran castigados según
que la causa en que cometió el delito, fuera del ámbito civil o criminal.
Si se trataba de una causa civil, el juez era condenado a devolver el triple de lo
recibido, perdía su dignidad y además debía responder por los daños y perjuicios
causados al inocente condenado.
Si se trataba de una causa criminal, se los sometía a una audiencia pública y
capital, se los condenaba a muerte y se les confiscaban todos sus bienes. Algunos
podían escapar de esta pena mediante el destierro que en algunos casos era peor que
la propia muerte.
En este último caso algunos historiadores jurídicos cuentan que la piel del juez
condenado a muerte, se utilizaba para forrar la silla(curul) de su sustituto.EL HONOR CIVIL EN EL DERECHO PARAGUAYO
Que es el honor, la fama, la reputación, la dignidad, la estimación, para la
sociedad paraguaya del siglo XXI? Revisando sus principales normativas es posible
que encontremos una definición que sirva como el pilar que aún pueda sostener la
dignidad de la República.
Código Civil
Debemos comenzar primeramente entendiendo que en el Derecho moderno, la
ciudadanía o el ser ciudadano no reviste un interés esencial para fijar la capacidad civil
de las personas, más allá de lo relativo al Derecho Público (voto, impuestos), como
ocurría en los pueblos antiguos, en el Derecho Romano. El Derecho Privado moderno
reconoce la igualdad de todos los hombres, y por ende, todos los hombres gozan de
capacidad jurídica.
Hoy, a diferencia de la época romana, ninguna persona pierde su capacidad civil
por cambiar de domicilio o por perder su libertad. Unicamente la capacidad de obrar de
estas personas sufre algunas transformaciones al mudar de domicilio o disminuye, a
causa de una pena penitenciaria.
En el sistema jurídico nacional no existe un ordenamiento específico que registre
como o cuando se pierde la reputación civil y tampoco las consecuencias de las
“infamias”. El honor civil no se halla contemplado o definido en nuestra normativa
constitucional o civil.
En la estructura del Código Civil Paraguayo, la capacidad de obrar está limitada
por el nacimiento, la minoridad, la enfermedad mental y la inhabilitación
judicial.(arts.37,38). Respecto a ésta última limitación, podemos señalar que los casos
de incapacidad de obrar, sujetos a la consideración judicial, de realizar ciertos y
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determinados actos, puede ser tan extensa que resultará imposible elaborar una lista
de todos ellos.
Pero por ejemplo, se puede citar el caso del conductor que es hallado culpable
por infringir gravemente una regla de tránsito; al mismo se lo sanciona con la
inhabilitación para conducir. También tenemos el caso del quebrado a quien se lo
inhabilita para administrar sus propios bienes o el condenado penalmente que no
puede ejercer el derecho al sufragio. Podría decirse que estas sanciones menoscaban
el honor civil de los mismos?. No, pues estas sanciones son temporales, por lo que una
vez cumplido los plazos, se los rehabilitan y vuelven a contar con plena capacidad de
obrar, pudiendo entonces volver a conducir, administrar bienes, a ejercer cargos
públicos y realizar todos los actos jurídicos de la vida.
Las figuras de interdicción e inhabilitación que contempla el Código Procesal
Civil, se circunscriben a casos de impedimentos psico-físicos y no a comportamientos o
conductas que atentan o menoscaban la reputación y que haría pasible del reproche
social y la incapacidad de ejercer actos o funciones públicas.
No encontramos disposiciones relativas al honor, en el capítulo que se refiere a
las personas, pero el Código Civil cuando se refiere a la aplicación de la Ley, sujeta la
conducta de los individuos a la observancia de las buenas costumbres y el orden
público. El artículo 9 reza cuanto sigue: “los actos jurídicos no pueden dejar sin efecto
las leyes en cuya observancia estén interesados el orden público y las buenas
costumbres”.
Al decir de Francisco Centurión, (Derecho Civil-Persona y Familia, Tomo I), la
noción de orden público que tiene una sociedad es variable en función al tiempo y al
espacio y solamente pueden delinearse los principios sobre los cuales se sustenta,
señalando como tales, la organización política, la organización de la familia,
estableciendo que las normas que rigen estos principios interesan al orden público.
En cuanto a la idea de “buenas costumbres” es aquella, sigue diciendo el citado
autor, que coincide con la conciencia social, con la moral, y que es aceptada, por todos
los individuos.
Aquellos actos jurídicos que violan las reglas de orden público y las buenas
costumbres, merecen como sanción la nulidad del acto realizado. Pero no merecen la
tacha de infamia sobre la/las personas que produjeron la violación.
En el derecho público, se encuentra que la infracción a las buenas costumbres y
al orden público, están sancionadas, pero muy livianamente como se verá a
continuación.
Constitución Nacional
Tampoco se encuentra en la Constitución de la República, una definición que
nos permita entender el concepto de “buenas costumbres”, que mas bien creo, se halla
sujeta al concepto que la sociedad en general tiene de lo que está bien y de lo que está
mal.
Las referencias en la Carta Magna, respecto al honor de las personas, podemos
decir que se encuentran al reglar sobre la prohibición de declarar contra uno mismo,
cuando dice que la deshonra de los imputados por actos ilícitos no afecta a los
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parientes y allegados. O cuando establece el derecho a la intimidad siempre que no
afecte al orden público.
Se podría decir que los principios sobre los cuales se sustentan las buenas
costumbres están normatizadas en la Constitución cuando ella establece los derechos
y garantías de los ciudadanos. Pero la Constitución no contempla tampoco los casos
de pérdida del honor, salvo lo relativo al voto de Censura.
El voto de Censura
No existe un censor público que “tache” por su indignidad a quienes se postulan
a cargos públicos, a pesar de la existencia de una Comisión Parlamentaria denominada
de “Investigación de delitos”. (al parecer, hoy, disuelta).
Esta comisión ha sido creada en virtud de los arts.194 y 195 de la Constitución
que establece el “voto de censura”, para los casos en que el parlamento solicite un
informe “sobre asuntos de interés público”, a los demás poderes del estado, entes y
funcionarios públicos(art.192), obligándolos a comparecer.
La única sanción prevista en caso de encontrarse un caso de “mal desempeño”,
dice la Constitución, es “el voto de censura”, que debe ser aprobado por mayoría
absoluta de dos tercios, que en realidad, no tiene ninguna significancia, y “recomendar
su remoción del cargo”, al Presidente de la República o al superior jerárquico.
El art.195 de la Constitución en su segundo apartado, última parte refiere que “la
ley establecerá las sanciones por el incumplimiento de la comparecencia”. O sea que,
el voto de censura no es otra cosa que una simple recomendación.
Todos los casos que por presión de la prensa han sido investigados, terminaron
con un sobreseimiento o simplemente con el cambio del cargo. Un ex-presidente de la
República, ha sido recientemente condenado a cuatros años de prisión por causa de
un auxilio financiero ilegal, sentencia que se halla en apelación. Esta resolución judicial
no contempla ninguna otra sanción, razón por la cual, en el caso de que la condena
sea confirmada, transcurrirá el plazo y luego en virtud del artículo constitucional, que
dispone como inhabilidad para el cargo, la condena judicial por el tiempo que duren
las mismas, podrá nuevamente postularse para cualquier cargo público.
Otro caso reciente ha sido del Director de un Ente Binacional, quien fue
destituido, pero nombrado como Consejero en otra entidad del Estado.
El citado articulo excluye de la investigación al Presidente, Vice-Presidente,
ministros y magistrados y declara que cualquiera fuese el resultado de la investigación,
la misma no es vinculante en el caso de que se forme una causa judicial.
El art.190 de la Carta Magna permite, mediante reglamento, que por mayoría de
dos tercios las Cámaras pueden amonestar o apercibir a sus miembros, por
“inconducta” de sus funciones y suspenderlos hasta 60 días sin goze de sueldo.Ninguno de los articulados de la Constitución define o especifica “ la inconducta
en el ejercicio de funciones..”, ni desarrolla una sistema de sanciones severas que
haga temer a cualquiera que no se conduce apropiadamente en sus funciones. Muchos
de nuestros hombres públicos han perdido su sentido de la dignidad. Algunos, en
épocas pasadas han sido condenados inclusive, pero hoy siguen usufructuando
puestos públicos.
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Únicamente, se prevé el Desafuero, como consecuencia, de que uno de los
miembros del parlamento sea sumariado en un proceso judicial, estableciéndose un
sistema de mayoría de dos tercios para otorgar el desafuero. En todos los casos que se
procedió conforme a esta regla,(que fueron muy pocos), fueron por causa de delitos
comunes, pero no por causas de deshonestidad o mala administración de bienes del
Estado.
En relación a la calidad de ciudadano, la Constitución legisla en su art.150 que la
misma se pierde por ausencia injustificada de la República por más de tres años,
debiendo ser declarada en resolución judicial. También se pierde por optar por otra
nacionalidad. (Salvo los tratados de doble nacionalidad).
La ciudadanía se suspende, o sea el ejercicio del derecho de ciudadanía,
cuando se adopta otra nacionalidad, cuando sea declarado incapaz de hecho, cuando
se halle cumpliendo pena privativa de libertad.(art.153)
La Constitución no registra ningún caso específico de “infamia inmediata”, que
pueda menoscabar el estado de dignidad de los ciudadanos y que impida el ejercicio
de sus derechos públicos o privados.
Las incompatibilidades e inhabilidades establecidas en la Constitución
(arts.196/7) son más bien de orden económico, de pluralidad de cargos públicos, que
de orden moral, salvo los incisos que se refieren a condenas judiciales y solo por el
tiempo que duren las mismas.
Sin embargo, alentadoramente, se puede decir que con muy buen tino los
constitucionalistas previeron un caso específico de “tacha de infamia” con la
consecuencia de la “perdida de la investidura” para senadores y diputados, por el “uso
indebido de influencias” y por “violar el régimen de inhabilidades o
incompatibilidades”.(art.201). No se establece si esta pérdida lo inhabilita para volver a
postularse. Lastimosamente o afortunadamente para muchos, la historia no registra la
aplicación de esta sanción.
El mentado “Juicio Político” se halla previsto para los casos de mal desempeño
del cargo, delitos cometidos en ejercicio del cargo y delitos comunes, a los efectos de
la destitución del cargo de Presidente, Vice, Ministerios del ejecutivo, miembros de la
C.S.J., Fiscal General, Defensor del Pueblo, Contralor y sub contralor, miembros del
tribunal electoral.(art.225).A juicio de los artículos que refieren respecto a las inhabilidades para ejercer un
cargo público, cuando reza “...por el tiempo que dure la condena...o la inhabilidad”,
podemos afirmar que las eventuales “tachas” que puedan recaer sobre los ciudadanos
son solo temporales, rehabilitándoselos sin mayores inconvenientes.
Conclusiones
En realidad, en estos tiempos, la sociedad ha perdido o no ha podido sostener lo que
natural y moralmente es permitido y/o reprochado. Pues, tanto gobernantes como
gobernados, han construido una suerte de manto impenetrable que cubre y protege las
“malas costumbres” que poseen muchos ciudadanos paraguayos.
Es así, que para la sociedad paraguaya no constituye una violación al orden
público y a las buenas costumbres:( a pesar de que existen leyes que lo prohíben)
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Ejercer dos o más cargos públicos al mismo tiempo.
Hacer uso de las influencias del cargo para realizar negocios o torcer la justicia.
Violar normas de orden público como el uso indebido de los bienes del estado
para campañas proselitistas o para actividades privadas.
La no rendición de los gastos públicos.
Violar las reglas establecidas para la obtención de bienes y servicios para el
Estado.
Ejercer un cargo público a pesar de las denuncia respecto a oscuros
comportamientos en la vida privada.
En el Paraguay, es frecuente decir, que nadie pierde su reputación, su honor.
Tímidamente podría decir que al Derecho Paraguayo le falta crear un sistema de
sanciones específicas por la violación del orden público y las buenas costumbres, con
consecuencias gravosas al honor y reputación de la persona. En especial cuando se
trata del ejercicio de un cargo público. O simplemente, modificar el sistema de
inhabilidades e incompatibilidades previstas en la constitución, haciéndolas de carácter
perpetuo.
No estamos lejos del sistema romano en cuanto a la caracterización de los
casos que podrían ser pasibles de tacha, estamos lejos del juzgamiento de dichos
casos y la aplicación de las normas.
El problema del pueblo paraguayo no radica en la inexistencia de reglas
precisamente, sino en la inexistencia de hombres y mujeres “corajudos” que hagan
cumplir la ley.
Surge necesaria la redefinición de la reputación y del honor, la implantación en
las mentes de los ciudadanos y ciudadanas de la idea del honor, de la reputación y
sobre todo del temor que produciría conducirse en contravención a las buenas
costumbres, universales y paraguayas, por la gravedad de las sanciones y las
consecuencias irreversibles que la sanción merezca.
La idea de revisar este tema ha surgido como una especie de tabla de auxilio
para traer hoy a nuestra vida cotidiana, la discusión y el debate sobre el concepto del
honor, la conducta del hombre, en especial de la clase dirigente, que deben ser
modelos de lucha contra ese mal que se ha extendido como una peste a toda nuestra
sociedad, cual es la corrupción, al punto de convertirla en una costumbre, una “buena
costumbre”.- Al decir de Roma, no es suficiente “vivir”, sino que es necesario “honrar la
vida”.- (Prof.H.Vázquez- Escuela de Derecho de La Rioja).-
Fuentes bibliográficas:
• Rodolfo Sohm; “Inst.Derecho Privado Romano”
• E.Petit; “tratado E.de Derecho Romano”
• F.Schulz; “Derecho Romano Clásico”
• K.zoltan Mehesz; “Judex romanus”
• Francisco Centurión; “Derecho Civil”
• Corpus Iuiris Civilis – Garcia del Corral – Ed.facsímil.Ed.Lex Nova S.A. Valladolid, España.
Dig.3.2. Dig.50.13. Cod.Just.2.1
•
Prof.Humberto Vazquez “De his qui notantur infamia” (Investigación realizada por la Cátedra de
D.Romano-Escuela de Abogacía de La Rioja-Arg.)
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Autora Ponencia: Mónica M. C. Cáceres La Serna
Encargada de Cátedra - Derecho Romano I y II
Facultad de Ciencias Jurídicas y Diplomáticas
Universidad Católica Ntra.Sra.de la Asunción
Asunción - Paraguay
Mayo de 2002.-
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