Los nervios

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Los nervios
Este padecimiento consiste en frecuentes lapsos en los que se experimentan
extrema tristeza o ansiedad cuya consecuencia es una serie de
manifestaciones físicas, como dolor de cabeza o muscular, reactividad
disminuida, náuseas, pérdida del apetito, insomnio, fatiga y agitación. Se
presenta más en mujeres y, en general, las investigaciones lo han ligado al
estrés, la cólera, el desequilibrio emocional y la baja autoestima. Para hacer
frente a este padecimiento, las personas utilizan remedios tradicionales que
no son indicados por médicos y pertenecen al sentido común o a la
sabiduría popular: infusiones de hierbas, píldoras para los nervios, reposo,
aislamiento y apoyo familiar.
Ataque de nervios
Las personas que padecían este síndrome, presentaban varios síntomas
característicos de la depresión, el trastorno por ansiedad generalizada, los
ataques de pánico y el trastorno por estrés postraumático. Lo anterior se
debe a la variedad de señales que incluye la manifestación del ataque de
nervios, como temblores, palpitaciones, sensación de calor que del pecho
sube hasta la cabeza, desmayos y episodios parecidos a la epilepsia. Todo
esto se presenta como respuesta a experiencias estresantes agudas, en
particular frente a las pérdidas de seres queridos, la amenaza y los
conflictos familiares, como funerales, escenas de accidentes, durante
discusiones familiares o pleitos. Es considerada como una respuesta
apropiada socialmente dentro del contexto en el que se produce y, además,
representa una demanda de apoyo hacia los seres queridos o hacia las
personas que le rodean.
Susto o espanto
Es uno de los padecimientos más difundidos en toda la América Latina. Se
ha mantenido dentro de nuestra epidemiología desde épocas prehispánicas,
sobre todo en pueblos indígenas donde la incidencia es más frecuente; sin
embargo, también podemos encontrarlo en contextos mestizos.
La enfermedad del susto es atribuida a la "pérdida del ánima". En términos
occidentales y cristianos, podríamos concebir esto como la pérdida de
algún elemento constitutivo del alma; esto sucede de manera sobrenatural,
lo cual se desencadena como una reacción por el temor ante alguna
circunstancia imprevista, es decir, por un miedo intenso. En algunos casos,
los acontecimientos traumáticos no se sufren de manera personal; los
pacientes se afectan cuando otros (por lo general familiares) se asustan. (
animales también pueden asustar
Los síntomas físicos derivados del susto incluyen, a menudo, agitación,
anorexia, insomnio, diarrea, fiebre, cefaleas, náuseas y vómitos; asimismo,
se puede acompañar de confusión mental, apatía, depresión, introversión y,
no poco común, cuadros delirantes alucinatorios y confusionales.
En relación con su tratamiento, existen algunas variantes de un lugar a otro.
Son numerosos los médicos indígenas o tradicionales especializados en
tratar esta afección. En los casos más graves, cuando el alma es
definitivamente espantada del cuerpo, los pacientes pueden fallecer.
Mal de ojo, ojo
Se trata de una enfermedad originada por la "mirada fuerte" de algunos
individuos, ya sea por envidia o determinados estados de ánimo sufridos
por estas personas. Un gran número de estudios etnográficos da cuenta de
la capacidad que tienen algunos individuos para enfermar a otros por medio
de la vista.
Afecta sobre todo a los niños y en ocasiones a los adultos; se cree que las
plantas y los animales también pueden ser afectados por el mal de ojo.
Entre los síntomas más frecuentes se refiere la presencia de vómitos,
diarrea, llanto o intranquilidad, entre otros.
Es una de las creencias más antiguas y difundidas en el mundo, de mayor
consideración y conocimiento en el ámbito del saber médico popular.
Según el saber popular, el mal de ojo no debe ser atendido por un médico
académico, pues la enfermedad "se riega más" y el estado del paciente se
agrava, puesto que "ésta es una enfermedad del curandero, no del doctor".
Es una de las enfermedades ante las cuales la población ha desarrollado
más medidas preventivas.
Brujería
Sinónimo de daño, embrujamiento, encantamiento, enfermedad mala,
enfermedad regalada, hechicería, hechizo, mal de gente, mal echado, mal
puesto, maldad, trabajo, trabajo malo
Es uno de los males más popularizados, que puede tener un sinfín de
manifestaciones y se encuentra presente en cualquier ámbito sociocultural
de nuestros países latinoamericanos. Sin embargo, es indispensable
puntualizar que constituye uno de los procedimientos más importantes
dentro del proceso salud-enfermedad, ya que a partir de esta denominación
se agrupa una amplia gama tanto de la magia como de la medicina
tradicional.
A pesar de que a la brujería puede atribuírsele un sinfín de males, es más
común que se le refiera como explicación para enfermedades mentales de
tipo psicótico (locura), tanto por la población indígena como por la mestiza,
aun cuando acudan a atención médica o psiquiátrica. Esto sucede cuando
los desajustes tienen una aparición violenta, repentina crónica o presentan
resistencia a los tratamientos. Además, se considera que el peligro de morir
por brujería es mucho mayor que por cualquier enfermedad.
La brujería consiste en un conjunto de procedimientos que se
complementan con materiales mágicos y actos rituales, así como de
componentes verbales variados y complejos, ejecutados por determinadas
personas para alcanzar objetivos como enfermar o matar a un individuo,
causar desgracias y accidentes, influir en situaciones amorosas, conocer el
pasado, presente y futuro, y curar o inmunizar a las personas contra la
propia brujería. Es empleada como explicación para dar sentido a su
realidad en lo referente a desgracias, sufrimientos y enfermedades.
Esta práctica es intencionada, pues siempre que es utilizada se tienen
motivos definidos, el principal es la envidia. Una de las causas más
frecuentes para recurrir a la hechicería la constituyen los conflictos
originados por cuestiones sentimentales o amorosas. Al respecto, la
literatura etnográfica presenta una gran cantidad de casos. Por lo tanto, la
brujería se considera uno de los medios más factibles en ciertos contextos
para dar "escape" a los impulsos agresivos que no deben descargarse
físicamente sobre otros miembros de la sociedad. Alivia tensiones sociales,
siempre y cuando no sea descubierto el ejecutor, ya que esto puede
revertirse al culpable, de manera igualmente mágica o mediante agresión
física.
En la brujería podemos encontrar similitudes entre creencias europeas y
prehispánicas, e identificar su mezcla, ya que se expresa de diversas
maneras, procedimientos y recurre a distintos entes.
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