los áridos - Asociación Galega de Áridos

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 ASOCIACIÓN GALEGA DE ÁRIDOS LOS ÁRIDOS EXTRACCIÓN Se define como árido todo material granular, inerte, formados por fragmentos de piedra con una granulometría (tamaño) determinado, de procedencia natural, generalmente, o artificial, que puede ser utilizado como tal o bien como constituyente de la trama armazón de aglomerado, y cuya utilización es adecuada en diversos ámbitos de la industria de la construcción, fundamentalmente en edificaciones, carreteras y ferrocarriles. Los áridos son materias primas minerales extraídas de la tierra para ser utilizadas, después de procesos de trituración y clasificación, en diferentes y muy diversos sectores industriales. Para la extracción de áridos se emplean distintos métodos de arranque de la roca según los diferentes tipos de yacimiento, se obtiene mediante dos sistemas de explotación: con el uso de explosivos, o con el uso de maquinaria adecuada. Esto da lugar a dos clases de explotaciones: Canteras: Son las explotaciones donde la piedra es compacta y para extraerla es necesario el uso de explosivos, mediante voladuras. Posteriormente este material es triturado y clasificado en función de las necesidades. Graveras: Son las explotaciones de depósitos de sedimentos, arenas y gravas procedentes de depósitos aluviales. Como los materiales están sueltos y no son compactos se emplean equipos de arranque mecánico que extraen la piedra directamente del yacimiento para su posterior clasificación en varios tamaños y composiciones. Los áridos son un material insustituible, vital para el desarrollo de la economía. Hoy por hoy, es la segunda materia prima más consumida después del agua y representa más del 50% de todos los recursos minerales consumidos. En consecuencia, las canteras son un elemento esencial y estratégico para el progreso de un país. "El árido es el segundo material más consumido después del agua” Debido a las características geológicas y litológicas del subsuelo de Galicia, la naturaleza y calidades de los áridos son muy variables, lo que implica la aplicación de técnicas de explotación y procesos de transformación diversos, con el fin de satisfacer las exigencias de mercado cada vez más rígidas en cuanto a la homogeneidad y calidad del producto final a poner en obra. De forma general, puede establecerse una clasificación de los áridos en: Áridos naturales: Aquellos que se extraen directamente de los yacimientos mineros, se utilizan después de haber sufrido únicamente una clasificación por tamaños para adaptarse a las exigencias de fabricación de un hormigón y otras prescripciones de uso de obra. Suponen un 90% de los áridos que se consumen, es decir que se extraen para su venta. Áridos de trituración: Se obtienen mediante la conminación de diferentes rocas canterables o de las granulometrías de rechazo de los áridos naturales. Áridos ligeros: Productos naturales o artificiales que se usan para la obtención de piezas o elementos de obra de bajo peso y/o aislantes. Áridos artificiales: Son aquellos que resultan de un proceso industrial o minero o que fueron sometidos a alguna modificación físico‐química de otro tipo. Son materiales de derribo, etc. utilizables y reciclables. Áridos reciclados: Son aquellos que resultan del reciclaje residuos de demolición o construcciones. Y de escombros. Representan menos del 1% de los áridos que se compran y venden. El aprovechamiento de áridos reciclados está limitado a ciertos usos. Materiales de préstamo: Aquellos que pueden utilizarse sin modificaciones de sus características naturales, o bien con pequeñas modificaciones (adición de productos estabilizantes, o tratamientos mecánicos). Suelen utilizarse en la construcción de terraplenes y pedraplenes. Materiales de escollera: Bloques, naturales o artificiales de formas y características variables en función de las condiciones de obra, cuya misión es proteger un dique frente a la acción erosiva de las aguas marinas o canalizadas; en todo caso debe asegurarse que son estables frente a las condiciones químicas de las aguas, frente a ciclos de sequedad / humedad y en cualquier otra situación propia de su emplazamiento. En el caso de Galicia la variabilidad litológica del subsuelo, determina tanto la naturaleza de los áridos producidos como la distribución de las diferentes explotaciones y usos de los mismos. Las litologías explotadas para la producción de áridos en Galicia pueden agruparse de la siguiente forma: 
Granitos 
Diabasas 
Gabros 
Anfibolitas  Ortogneises 
Esquistos 
Cuarcitas y cuarzo filoniano 
Areniscas 
Calizas APLICACIÓN Los áridos son materiales básicos e imprescindibles en la construcción, tanto de infraestructuras (carreteras, aeropuertos, puentes, puertos, ferrocarril...) como de edificación (viviendas, escuelas, hospitales depuradoras...). Son un indicador muy preciso del desarrollo socioeconómico de un país. Los áridos pueden emplearse directamente o para fabricar cemento, hormigón o asfalto. Los principales usos a los que se destinan: 
Áridos para carreteras 
Hormigones y morteros 
Balasto de ferrocarril 
Escollera 
Materiales de préstamo Los áridos también son utilizados en la fabricación de cerámica y vidrio, acero, papel, plásticos, pintura y detergentes…Los áridos destinados en estos procesos requieren unas propiedades muy específicas, como una mayor pureza y un tamaño muy pequeño. RESTAURACIÓN Los áridos se obtienen mediante una intervención temporal sobre el medio natural que tiene por objeto la obtención de un aprovechamiento minero. Se trata pues, de un impacto paisajístico transitorio producido mientras se desarrollan las labores extractivas y que finaliza cuando el lugar de la cantera o gravera es restaurado, aunque mientras la explotación está en funcionamiento se llevan a cabo toda una serie de medidas para evitar la contaminación o alterar lo menos posible el medioambiente. Todas las explotaciones de áridos están obligadas por ley a tener un proyecto de restauración antes de comenzar la extracción. El proyecto de restauración tiene como principal objetivo que los terrenos recuperen o mejoren las condiciones en las que existían antes de que el lugar fuese explotado o adecuarlo a condiciones compatibles con el hábitat natural de la zona. Las posibilidades de restauración son múltiples y dependen de las necesidades y condiciones del área explotada. En el caso de canteras y graveras, el objetivo es rellenar el hueco creado con la extracción, utilizando distintas opciones para recuperar ese hueco como la creación de una laguna o lago. En el caso de formación de lagos o lagunas, puede ser un buen motivo para atraer a la zona nuevas especies animales o vegetales, proporcionando así a los habitantes del lugar un sitio de recreo. Otra de las grandes posibilidades de restauración de una cantera de áridos es el aprovechamiento del hueco para almacenar residuos que no se pueden reciclar procedentes de la demolición de edificios y del sector de la construcción en general, se denominan RCDS. Se emplean también para rellenar esos huecos las grandes cantidades de tierra excedentes surgidas de la construcción de infraestructuras, tales como autovías o ferrocarril. Ambos rellenos se van colocando planificadamente por capas hasta alcanzar la altura del resto del terreno. La última de las capas, la más superficial, se rellena con tierra cultivable, ya que son múltiples los modelos de restauración que permite: plantación de árboles, parque natural, pastos para ganado, tierras de cultivo,… También existen ejemplos de construcción de polígonos industriales, parques tecnológicos, urbanizaciones... TRANSPORTE El sistema de transporte, prácticamente único, es la carretera, ya que es el medio que une todos los puntos de producción y consumo potencial. El árido es un material que se vende a un precio ajustado al coste de producción, por esta razón transportar los áridos más de 60 Km. del lugar de donde se extraen no es ni económica ni medioambientalmente rentable. Por eso las canteras y las graveras deben de estar cerca de los centros de consumo. El transporte pues, es un factor con mucha repercusión económica dentro del ciclo de explotación, ya que incrementa el coste del producto en un 30‐40%, o incluso, un 50%, del coste total. 
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