HACIA UNA RECONVERSIÓN A LARGO PLAZO DE LA MATRIZ

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HACIA UNA RECONVERSIÓN A LARGO PLAZO
DE LA MATRIZ ELÉCTRICA ARGENTINA
LA OFERTA HIDROELÉCTRICA
Ing. Guillermo V. Malinow
[email protected]
La sociedad actual tiende paulatinamente a reducir la
emisión de sustancias nocivas a la atmósfera y produ-
cir energía eléctrica mediante la incorporación de
energías renovables.
Este trabajo plantea una mirada de largo plazo con
horizonte al año 2035 para retomar el empleo de
fuentes con baja emisión de gases contaminantes a la
atmósfera, sean convencionales o no convencionales.
El comportamiento de la demanda de energía eléctrica
durante el período 1992-2015 mostró un crecimiento
promedio del 4,12% anual acumulado (a.a.).
A largo plazo y con políticas de eficiencia vía progra-
mas de uso racional y eficiente de la energía (UREE)
puede reducirse el nivel actual de consumo eléctrico y
ensayar entonces un crecimiento futuro de la misma a
una tasa del 3,5% a.a.
Con este escenario se duplicaría la demanda total
actual de energía eléctrica al pasar de un valor de
136.870 GWh registrado en el año 2015 a un valor de
272.340 GWh proyectado para el año 2035.
En las próximas dos décadas deberíamos incorporar
al parque de generación una potencia, en promedio,
de entre 1.500 MW a 1.700 MW por año.
Se analizó la posibilidad de diversificar la matriz eléctrica
a largo plazo incorporando fundamentalmente equipamiento hidroeléctrico, nuclear, eólico y fotovoltaico.
La ley 27.191 de promoción de energías renovables no convencionales para el uso en generación de energía eléctrica establece
como metas que para el año 2017 éstas fuentes deben cubrir el
8% del consumo de energía eléctrica nacional, debiendo alcanzar
el 20% del mismo para el año 2025.
En el año 2015 la generación del sistema interconectado
nacional mediante recursos renovables no convencionales fue de solo 916 GWh provenientes de las energías
eólica y solar.
Con la proyección de la demanda antes mencionada, los
porcentajes del consumo a cubrir en los hitos planteados
se traducirían estimativamente en una energía anual de
11.730 GWh, 38.615 GWh y 70.770 GWh, para los años
2017, 2025 y 2035, respectivamente, lo cual muestra el
desafío que tiene por delante el país en este campo.
Para el empleo de energía nuclear se dispone de la ley
26.566, Plan Nuclear Argentino, que prevé además de
poner en marcha la central nuclear Atucha II, prolongar
la vida de la central nuclear Embalse –tarea actualmente
en ejecución-, construir la 4° y 5° centrales nucleares e
impulsar el proyecto Central Argentina de Elementos
Modulares (CAREM).
De concretarse este plan, en el año 2035 se podría estar
aportando al sistema 27.000 GWh/año.
Nuestro país debería apoyarse también en un recurso
natural limpio, renovable y abundante como es el recurso hídrico, entonces la pregunta que surge es: ¿ en el
hipotético reparto de fuentes energéticas cuánto puede
corresponder a la hidroelectricidad en las próximas dos
décadas?
Las centrales hidroeléctricas generaron en el año 2015
41.463 GWh, y si hubiera sido un año de hidraulicidad
media, podría haberse generado un 4% más.
Como oferta hidroeléctrica y considerando solamente
una selección de 30 proyectos que cumplen la condi-
ción de maximizar la potencia y la energía media anual,
se podría aportar mediante esta tecnología una potencia de 12.000 MW, con lo cual se duplicaría la actual
potencia hidráulica instalada en el sistema.
Este equipamiento sería capaz de generar una energía
media anual de 47.300 GWh
Con un factor de planta cercano a 0,50 el costo unitario
incluyendo los destinados a atender la problemática
ambiental y social, puede estar en el orden de 2.500 a
3.000 u$s/kW instalado.
Adoptando un costo de 2.500 u$s/kW se arriba a una in-
versión total del orden de los 27.000 M u$s a realizar en
el período 2016 - 2035 con una inversión media anual de
1.288 M u$s.
Computando los aportes antes mencionados, la matriz
eléctrica argentina se desagregaría al año 2035 como se
indica seguidamente. Su reconversión puede apreciarse por
comparación con la configuración registrada en el año 2015.
Ésta nueva configuración representa una gran oportunidad
para incorporar nuevos proyectos que empleen energías
renovables como la hidroeléctrica, la eólica, la solar, la
biomasa, entre otras.
Si no se impulsa el empleo de tecnologías basadas en
fuentes renovables (hídrica, eólica, solar, biomasa,
mareomotriz, etc.) así como en la nuclear, la demanda
argentina de energía eléctrica continuará cubriéndose
con aquellas tecnologías que emplean combustibles
fósiles (gas natural y derivados del petróleo), sin así
poder reducir la emisión de gases nocivos a la atmósfera como se pretende.
Resulta imperioso tender a un nuevo paradigma energé-
tico sustentado en una planificación integral que incluya
el uso de todos los recursos renovables a fin de que la
matriz eléctrica resultante refleje de la mejor manera el
potencial que de este tipo de fuentes dispone el país.
En particular cabe mencionar que la energía hidroeléc-
trica, por su capacidad de almacenamiento y gran flexibilidad operativa, resulta el complemento idóneo para
otras energías renovables sin garantía de suministro,
como la eólica y la solar.
Concretar un plan de equipamiento eléctrico como el
que se menciona en este ensayo implicará para la
Argentina un esfuerzo técnico, económico, financiero y
de gestión mayúsculo, que sin dudas redundará en un
positivo efecto macroeconómico con formidable im-
pacto en la economía del país y de la región donde se
implanten los proyectos.
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