Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. De cómo la idea de universidad de Karl Jaspers preexistía en la América Latina del siglo XIX y principios del XX Diego Alejandro Muñoz Gaviria Grupo Interdisciplinario de estudios pedagógicos, Universidad de San Buenaventura. A la memoria de Margarita “La universidad, señores no sería digna de ocupar un lugar en nuestras instituciones sociales, si (como murmuran algunos ecos oscuros de declamaciones antiguas) el cultivo de las ciencias y de las letras pudiese mirarse como peligroso bajo un punto de vista moral, o bajo un punto de vista político” Andrés Bello Resumen Pensar en el significado de la universidad y en el sentido de ser maestro universitario, implica comprender la universidad como una escuela de la investigación en la cual los resultados académicos encuentran su mayor expresión en la formación para la mayoría de edad, a partir de prácticas y concepciones de enseñanza ancladas en la discusión y, por ende, en el uso democrático del juicio y la palabra. Estas ideas se encuentran ya en las bases conceptuales de las universidades Latinoamericanas del siglo XIX y principios del XX, en las cuales los ideales de ser humano, ciencia y patria se fusionan para dar cabida, desde las prácticas discursivas estudiadas, a la propuesta de formación para la mayoría de edad, expresada en términos de defensa de la patria, formación del juicio, ejercicio de la autonomía, democratización del conocimiento, acción transformadora de la realidad social, entre otras. Lo importante de estas ideas es ver cómo en nuestros pensadores ya se encontraba la idea de universidad que en 1948 logra sintetizar Karl Jaspers en Alemania. PALABRAS CLAVE: Universidad, formación, investigación, mayoría de edad, enseñanza y formas de vida. Summary To think about the university and the meaning of being a university teacher implies the comprehension of the institution as a school for research where academic results find their maximal expression in the education for adulthood through attitudes and practical strategies. These strategies shall be anchored on discussion therefore on the democratic use of judgement and Sociólogo, Especialista en Contextualización Psicosocial del Crimen, Magíster en Psicología de la Universidad de San Buenaventura Medellín, Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales: Niñez y Juventud de la Universidad de Manizales y el CINDE. Director del Grupo Interdisciplinario de Estudios Pedagógicos de la Universidad de San Buenaventura, y miembro del Grupo sobre Formación y Antropología Pedagógica FORMAPH de la Universidad de Antioquia. Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. language. The conceptual basis of these ideas are already found in Latinamerican universities since the 19th and the early 20th century: the ideal of a human being melts together science and nation to generate an educational goal leading to the defence of the nation, to autonomy, democratization of knowledge, transformation of the surrounding social realities, etc. Altogether I think therefore that among our early pedagogical thinkers there already existed the idea of the university that the German Karl Jaspers proposed in 1848. Key words: University, Education, research, adulthood, teaching, living styles Introducción El presente trabajo se inicia con la discusión de algunas ideas sobre la universidad y la forma como éstas fueron producidas y apropiadas por las instituciones de educación superior Latinoamericanas del siglo XIX y principios del XX, con el lugar común de buscar una formación para la mayoría de edad, gracias a la acción pedagógica de maestros investigadores. Para tal fin, se comienza con la tematización de las ideas centrales de Karl Jaspers sobre la idea de universidad, centrada para este autor en la renovación del espíritu originario de la universidad, es decir, en su significación como escuela investigadora capaz de reconstruir el espíritu de la época; en la circulación, apropiación y construcción de concepciones de ciencia que lleven en el ámbito universitario el sentido de dar claridad a la existencia y, por ende, que tiendan hacia la autoconciencia y el poder de visión; en la relación que ha de existir entre la universidad y las formas de vida, en otras palabras, de su contextualización sociohistórica, lo cual permite entenderla como construcción humana y por tanto, eminentemente histórica; por último, en las funciones sustantivas de la universidad: la investigación, la formación y la enseñanza. En un segundo momento del escrito se abordan las funciones de investigación, formación y enseñanza en las universidades de América Latina del siglo XIX y principios del XX, para lo cual se traen a colación algunos Discursos de inauguración y manifiestos de universidades Latinoamericanas como: la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia (1867 – 1880), la Universidad de Chile (1843), la Universidad de México (1910) y la Universidad de Córdoba (1918). 1. La idea de la universidad: aportes conceptuales de karl jaspers (1946) Las ideas que se expondrán sobre la universidad provienen en su sentido teórico del escrito de Karl Jaspers titulado: La idea de la universidad, en el cual el autor deja sentadas algunas de las directrices centrales del espíritu universitario. Es de anotar que los aportes presentados por este autor dan paso a una reflexión fecunda sobre el significado de universidad y el sentido de ser maestro universitario, en tanto problematiza asuntos centrales del espíritu que encarna las ideas básicas del surgimiento histórico de la universidad en la cultura Occidental, a saber: la universidad como escuela investigadora, las concepciones de ciencia, la universidad y las formas de vida. La renovación del espíritu originario de la universidad: la escuela investigadora Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. En los planteamientos conceptuales de Jaspers se entiende la universidad como una propuesta venida de occidente que cumple el cometido moderno de llevar la razón científica a los diferentes espacios vitales del mundo moderno, de allí que su espíritu originario sea la formación de sujetos críticos a la luz de la dinamización del conocimiento mediante la investigación. Cabe indicar que los comentarios y reflexiones de Jaspers citadas en este escrito, pertenecen al pensamiento del autor luego de vivenciar procesos socio históricos como la hegemonía nazi en Alemania y su consecuente derrota en 1945, acontecimientos que permitieron al autor apostar por ideas clásicas de la cultura occidental, que en su reivindicación permitieran renovar el espíritu originario de instituciones sociales como la universidad, encargadas de velar por la formación de ciudadanos capaces de enfrentar las contingencias de la “barbarie” que se despierta por doquier bajo la forma camuflajeada de espíritus liberadores; la idea central del autor será la formación crítica o para la mayoría de edad, como asunto que permite entender las reconstrucciones civilizatorias de un occidente globalizado, como manifestaciones de la más genuina voluntad de introducir razón en el mundo. Para el caso concreto de la universidad, permite entender este autor desde la idea del espíritu originario, que las renovaciones universitarias no obedecen a meros caprichos legislativos, encarnaciones de razones estratégicas, sino al contrario, que la universidad se dinamiza por un espíritu, una idea que funciona como correlato de la razón crítica, que lejos de cosificar humaniza, desde esa idea antropológica de un ser que se hace humano en tanto es capaz de dar cuenta de sí mismo, es decir, de una mayoría de edad y una subjetividad actuante (Jaspers, 1959, 392). Dado lo anterior, la universidad se erige como el centro especializado que se encarga desde la vinculación dialéctica de la sociedad y las disposiciones del Estado, de formar sujetos críticos capaces de apropiar dinámicamente las herencias o acervos de conocimiento producidos por académicos de otras épocas, campos del saber y experiencias vitales. Así: “la universidad es la sede en la cual la sociedad y el estado permiten el florecimiento de la más clara conciencia de la época” (Jaspers, 1959, 392). Una vez expuestos en términos generales los aportes centrales del autor en torno al espíritu originario de la universidad, es decir como escuela de investigación y crítica, se hace necesario problematizar la forma como éste entiende la idea de ciencia, de manera tal que nos permita encuadrar la fuerza dada a la investigación con una concepción de la ciencia no dogmática, y por ende, histórica. Concepciones de Ciencia: autoconciencia y poder de visión Las concepciones de ciencia, tal y como las entiende Jaspers, se basan en la reivindicación de la ampliación y complejización de las visiones de mundo que poseemos a la luz de una actividad continua de reflexión crítica, apoyada en campos del saber científico que fortalezcan o falseen nuestras ideas iniciales sobre el mundo (Jaspers, 1959, 400) De esta forma, la visión de Jaspers sobre la ciencia (s), trasciende los reduccionismos instrumentalistas de ésta, que en su carrera por el pensamiento occidental han llevado a pensar la producción científica como una acción instrumental basada únicamente en el afán utilitarista de ampliar nuestro dominio del mundo, sin reflexionar sobre la resonancia de dicha actividad en la configuración de la propia subjetividad del investigador. Para el autor, la ciencia conlleva Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. autoconciencia, una mirada al mundo científico que religa las esferas técnicas de su producción (cientifismo), con las condiciones vitales del investigador (historicismo), especialmente en lo relacionado con la conciencia de sí, asunto central en la formación para la mayoría de edad. El tema de la autoconciencia será entonces un asunto central para la comprensión de la dinamización del conocimiento científico en la universidad. Las ideas ligadas al tema de la autoconciencia parten de una mirada comprehensiva, es decir, de la integración del mundo de las ideas asociado habitualmente a “simple” especulación metafísica, al mundo de las realidades concretas: vivencias, hechos y objetos. La aprehensión implicaría entonces, la incorporación de visiones de mundo que permiten ampliar la asignación de sentido y la creación de “estados de cosas”. El espíritu moderno se ve de esta forma objetivado en la relación dialéctica entre cierta razón teórica y razón práctica, enlace denominado por los autores de la teoría crítica como praxis. Hasta ahora se ha venido citando sin conceptualizar la expresión espíritu, el cual como es ya sabido da paso en las discusiones decimonónicas o del siglo XIX, sobre el tema de las ciencias, a los aportes epistemológicos de Dilthey articulados al principio de separación entre las ciencias naturales cuyos objetos de estudios son hechos físicos, y las llamadas por este autor ciencias del espíritu preocupadas por la comprensión de los “hechos” de cultura o vivencias humanas cargadas de sentido no reductibles a visiones mecanicistas y matematizantes importadas de las ciencias naturales. Es de anotar en este mismo sentido los aportes filosóficos de Hegel acerca de la expresión espíritu de la época, entendida como los conjuntos de visones de mundo que imprimen una determinada “identidad” a los pensamientos de sujetos históricos ubicadas en contexturas espacio – temporales concretas. (Jaspers, 1959, 415) Dicho poder de visión no es un dado genético – biológico, sino una formación genético – histórica que permite a través de diferentes y cada vez más complejos procesos de socialización e individuación ir configurando en los sujetos concretos (por ejemplo: maestros y alumnos), cierta autonomía o mayoría de edad, es decir, la capacidad de gobernarse a sí mismos. El citado proceso de formación encuentra, como espacio pedagógico privilegiado, la universidad, la cual desde la investigación, la formación y la enseñanza consigue tornar realidad existente el viejo mito de la mayoría de edad. Por ello: “La universidad es un establecimiento con objetivos reales, que, sin embargo, se alcanzan en un impulso de elevación del espíritu que trasciende toda realidad, para volver a ella con más claridad, seguridad e imperturbabilidad” (Jaspers, 1959, 393) La universidad es entendida de esta forma como el espacio pedagógico privilegiado para trascender las inmanencias de la vida cotidiana, de romper las jaulas de hierro que representan las rutinizaciones de la vida, y por ende, de desencantar los saberes cosificados que terminan por asumirse como manifestaciones “naturales”, retificados como dogmas. La idea de la universidad como escuela de la investigación en la cual la ciencia se entiende como una experiencia abridora de sentido y que por ende permite adquirir autoconciencia y poder de visión, implica entonces la búsqueda permanente de la verdad a través de la ciencia. De allí que para Jaspers “la ciencia es la tarea de la universidad. Pero la investigación y la enseñanza están al servicio de la formación de la vida espiritual como manifestación de la verdad” (Jaspers, 1959, 421). Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. Es de anotar que para este autor el tema de la verdad no se circunscribe a las nociones de la verdad como un saber absoluto e inmodificable, sino más bien, la idea de la verdad como una búsqueda que orienta y sugestiona temporalmente, pero que siempre habrá de producir nuevos interrogantes que susciten nuevos contextos de descubrimiento científico. Entender esta idea pasa por la reflexión de la conexión de la ciencia y de la universidad en tanto manifestaciones de la búsqueda humana de la verdad, con contextos vitales no científicos que operan como mundos de la vida en los cuales cobran significación cultural e histórica los ejercicios de indagación científica agenciados desde la universidad. Universidad y formas de vida La contextualización de la universidad requiere reconocerla como institución social y por ende construcción humana que parte de las formas de vida concretas en las cuales los sujetos entablan interrelaciones y configuran experiencias y significaciones, para luego y a través de una acción racional orientada por el desencantamiento, devolverse como un bumerang sobre dichas formas de vida, agenciando en ellas transformaciones, cambios que permitan desde los acuerdos comunicativos orientados por el interés de la emancipación, configurar mecanismos, procesos y acciones de cambio sobre realidades concretas (Jaspers, 1959, 422) Reconocer la comunicación como el basamento de la actividad humana, para este caso concreto de la ciencia, da paso a la vinculación de la comunicación técnica ejercida por los investigadores, y los contextos vitales en los cuales estos agencian su socialización, es decir, la reivindicación de la comunicación en la ciencia y por ende en la universidad abre las puertas para la comprensión de los horizontes de sentido desde los cuales los sujetos sin importar su rol o actividad desarrollan su accionar. La comunicación permite de este modo, entender los trasfondos socioculturales psicosociales que configuran el mundo de la vida de los investigadores y que por ende dinamizan su actividad científica, con lo cual la universidad se ve comprometida en su comprensión con la toma de consciencia de sus fundamentos culturales. “La universidad subsiste, como trasfondo del pensamiento, un fluidum de vida espiritual y una movilidad humana que no son nunca aprehensibles, y que tampoco pueden suscitarse o voluntariamente o por medio de una institución; subsiste una callada y personal fatalidad. Se establecen vínculos y relaciones humanas imprevisibles, que aparecen y desaparecen. La universidad se empobrece cuando no pulsa ya este trasfondo humano – espiritual; cuando ya no ocupa una materia para ellos extraña, más que los pedantes y los filisteos; y cuando ya no existe filosofía sino filología, cuando sólo hay praxis técnica y no más teoría, sólo infinitos hechos y ninguna idea” (Jaspers, 1959, 427) Las funciones de la universidad: investigación, formación y enseñanza Para Jaspers la universidad en la reconstrucción de su quehacer orientado hacia la investigación, la socialización de la ciencia y la contextualización sociocultural, ha de cumplir tres funciones sustantivas: investigación, formación y enseñanza (Jaspers, 1959, 424) Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. Investigación: para este autor la investigación asume la dimensión de la voluntad de saber, es decir, de la intención interna del ser humano de buscar nuevas formas de comprender y construir la realidad, para lo cual ha de contar con las siguientes características: a. Los ejercicios investigativos en el ámbito académico de la universidad propenden por el incremento de conocimientos relacionados con temas específicos de estudio que operan como campos de investigación, y el manejo de diferentes métodos de investigación que permiten incursionar en la problematización de la realidad, de allí que para Jaspers “el trabajo investigativo en sentido estricto consiste en el estudio y en el ejercicio, en la ampliación de la posesión del saber y en el dominio de los métodos” (Jaspers, 1959, 424) b. La investigación deviene en forma de vida, en tanto se “encarna” en los mundos de la vida de los sujetos investigadores, no siendo posible con ello la clásica separación entre investigación como oficio y vida cotidiana, “el investigador espiritual pertenece a aquellos “que siempre lo están rumiando”, que están totalmente compenetrados con su estudio. La separación de la vida en trabajo y diversión es no – espiritual. El modo de vivir es la condición de que se susciten las ocurrencias felices, y en especial de que se las tome en seriedad.” (Jaspers, 1959, 425) c. El investigador adquiere conciencia intelectual en la medida en que es capaz de hacer extraño lo común, de antropologizar el mundo y por ende de democratizar la pregunta, “frente al fundamento del trabajo aplicado, y frente a la vida de las ideas, el hombre científico tiene una conciencia intelectual” (Jaspers, 1959, 426) La investigación es vista desde los aportes de Jaspers como un asunto vital para la dinamización del conocimiento y con ello de la legitimación constante de la universidad. Formación: la formación es entendida como el proceso mediante el cual el ser humano deviene en ser humano, es decir, proceso de humanización por el cual un determinado sujeto concreto se da la forma intelectual, moral y física que quiere a partir de los ideales de ser humano que circulan en una determina época, ideales que recogen los acervos de conocimientos socialmente construidos que permiten identificar los referentes desde los cuales los sujetos parten para ser quienes quieren ser. Para Jaspers: “Se llama formado a un hombre que lleva impresos los rasgos correspondientes a un determinado ideal histórico”. “Es común a los ideales de formación el sentido de la forma y del autodominio, y también el sentido de que, por el ejercicio, la formación debe transformarse en una segunda naturaleza, como si todo fuera innato y no adquirido” (Jaspers, 1959,417) La universidad estaría obligada a brindar las bases necesarias para que los sujetos concretos, de manera autónoma, decidan desde las ofertas que circulan en la universidad darse la forma que quieren, por ello “la formación es formación personal del individuo” (Jaspers, 1959, 418), no imposición de otros agentes sociales. Enseñanza: a diferencia de la formación, la enseñanza se centra más en las maneras como el maestro da a conocer un determinado saber, asumiendo la socialización de la ciencia como el centro de la enseñanza en la universidad. Para Jaspers las lecciones históricamente se han asumido como la forma privilegiada de enseñanza en las universidades. Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. Quizás la principal crítica que han recibido las lecciones como forma de enseñanza universitaria, radica en su carácter unilateral, en el cual el poseedor del conocimiento es el maestro y al estudiante parece quedarle sólo la condición de receptor de conocimiento, aspecto que incrementa en el contexto universitario ciertas relaciones de poder que se hacen inmunes a la crítica precisamente por el monopolio de la palabra. Sin embargo las lecciones asumen vital importancia en el ámbito universitario en cuanto exige del maestro una acción continua sobre sí mismo, es decir, implica una permamente reconstrucción de sus saberes con la intención de ir acorde con las demandas del conocimientos propias de su momentos histórico, para tal fin las lecciones habrán de acompañarse de la discusión o uso racional de la palabra por parte de todos los sujetos actuantes en el proceso educativo (Jaspers, 1959, 440) las discusiones serían entonces una forma de enseñanza que en la perspectiva de Jaspers, se puede entender como fundamental para la formación de un espíritu crítico, pues ¿cómo sería posible la formación para la mayoría de edad sin el ejercicio de la crítica y por ende de la discusión?. La discusión es desde esta visión la dinamización del juicio y por ello fuente de formación e investigación (Jaspers, 1959, 442) De manera general la enseñanza para Jaspers como función sustantiva de la universidad implica más que la pregunta por formas instrumentales de agenciar la socialización de conocimientos, la reflexión por las dinámicas que permitan en el maestro y estudiante movilizaciones cognitivas que den como producto la voluntad de formación y la incorporación de la investigación como una forma de vida. 1. Las funciones de investigación, formación y enseñanza en las universidades de américa latina del siglo xix y principios del xx En este segundo apartado se pretende relacionar los aportes conceptuales ya esbozados del filósofo e historiador alemán Karl Jaspers sobre el tema de la universidad, con algunos de los discursos de inauguración y manifiestos de universidades latinoamericanas de los siglos XIX y principios del XX, contexto de época en la cual se da con fuerza la búsqueda política de la formación de un espíritu autónomo en los latinoamericanos, reto y compromiso asumido por nuestras universidades. Para llevar a cabo este cometido se tomarán algunas ideas de los siguientes documentos históricos: En relación con la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia se citan textos de los siguientes documentos: ¿Qué es la universidad?, documento presentado en 1867 en la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia; la renuncia de Manuel Ancízar, Rector de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia; el informe del Rector, Miguel Plata A.: la universidad durante la guerra (1877); Memorias de E. Rothlisberguer profesor de filosofía de la universidad en 1898. Con respecto a la Universidad de Chile se estudia el Discurso inaugural de dicha universidad presentado por el doctor Andrés Bello en 1843. Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. En el caso de la Universidad de México, se tematizan algunas de las ideas expuestas en el Discurso de inauguración de dicha universidad por parte del doctor Justo Sierra en 1910. Por último, se traen a colación algunos aportes del Manifiesto de Córdoba, por parte de los estudiantes de la Universidad de Córdoba en 1918. Estos textos representan las visiones de la época sobre el tema de la universidad y la formación para una mayoría de edad, y por ello serán extraídas de ellos algunas citas relacionadas con las funciones sustantivas presentadas por Karl Jaspers para reconocer la idea de la universidad acorde con el espíritu de la época moderna. Para tal fin se desarrollarán a continuación tres ítems que relacionan las ideas de Jaspers sobre universidad y comentarios de cada uno de los textos y universidades citadas que representan en el contexto latinoamericano dichas ideas. Investigación: como ya se expuso desde los referentes de Jaspers, la idea de la investigación como función sustantiva de la universidad ha de fusionar tres dimensiones: el conocer temas y métodos de investigación, la investigación como una forma de vida y la conciencia intelectual del investigador; veamos ahora como estas dimensiones ya se encontraban presentes en las ideas de universidad en la América Latina del siglo XIX y principios del XX. Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia (1867 – 1880): Manuel Ancizar, Ernst Rothlisberger: “Cuando no fuera por este inapreciable beneficio político de entonar los ya bastantes relajados vínculos de unión nacional, mediante la hermandad de letras formada entre jóvenes de todos los Estados, la Universidad se haría recomendable porque sólo en el centro intelectual que ocupa se puede encontrar y reunir un cuerpo de profesores competentes que den sólida instrucción a los alumnos en todos los ramos de la profesión que elijan, auxiliados por bibliotecas, laboratorios y gabinetes que no halarían en otra parte; y sólo un instituto extenso y, es menester creerlo, perdurable puede ofrecer ocupación y medios de existencia a los que se dediquen al profesorado, estimulándose a profundizar materias especiales y perfeccionar cada vez más su enseñanza” (Rothlisberger, 1986,234) Ya en esta idea de la investigación en la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, se veía la importancia para la época de la necesaria y continua profundización académica de los maestros para poder ir acorde con los designios de los nuevos tiempos, para lo cual los lugares de investigación se hacía espacios pedagógicos – científicos de vital importancia para la vida universitaria y su compromiso patriótico. Universidad de Chile (1843): Andrés Bello “La universidad fomentará, no sólo el estudio de las lenguas, sino de las literaturas extranjeras. Pero no sé si me engaño. La opinión de aquellos que creen que debemos recibir los resultados sintéticos de la ilustración europea, dispensándonos del examen de sus títulos, dispensándonos del proceder analítico, único medio de adquirir verdaderos conocimientos, no encontrará muchos sufragios en la universidad. Respetando, como respeto las opiniones ajenas, y reservándome sólo el derecho de discutirlas, confieso que tan poco propio me parecería para alimentar el entendimiento, para Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. educarle y acostumbrarle a pensar por sí, al atenernos a las conclusiones morales y políticas de Herder, por ejemplo, sin el estudio de la historia antigua y moderna, como el adoptar los teoremas de Euclides sin el previo trabajo intelectual de demostración” (Bello,1986,283) En las ideas de Andrés Bello ya se deja clara la importancia para la universidad latinoamericana de un pensamiento crítico que apropiara los desarrollos académicos occidentales a las realidades concretas de nuestros pueblos, de allí que la investigación en cuanto forma de vida y conciencia intelectual represente para nuestros investigadores la asimilación crítica del saber europeo y con ello poner de presente que hemos merecido y correspondido la Independencia. Universidad de México (1910): Justo Sierra “Cuando el joven sea hombre, es preciso que la Universidad o lo lance a la lucha por la existencia en un campo social superior, o lo levante a las excelsitudes de la investigación científica; pero sin olvidar nunca que toda contemplación debe ser el preámbulo de la acción; que no es lícito al universitario pensar exclusivamente para sí mismo, y que, si se pueden olvidar en las puertas del laboratorio al espíritu y a la materia, como Claudio Bernard decía, no podremos moralmente olvidarnos nunca ni de la humanidad ni de la patria (Sierra,1986,293) Para Justo Sierra el tema de la investigación ya representaba el afán por llevar a la praxis trasformadora los avances de la ciencia, la función de la investigación y la conciencia social estarán integradas al interés central de reivindicar nuestra mayoría de edad, es decir, nuestra capacidad de gobernarnos a nosotros mismos desde el ideal de patria. Sobre el tema de la función sustantiva de la investigación en las universidades latinoamericanas del XIX y principios del XX, se puede concluir provisionalmente que para éstas la investigación era el motor del cambio social, dinámica de producción de conocimientos que desde la universidad cumplieran con el llamado ilustrado de la mayoría de edad a partir del compromiso con la independencia de la patria. Formación: en las ideas de Jaspers la formación era entendida como la capacidad de los sujetos de darse su propia forma, es decir, que la formación es formarse, con lo cual la voluntad de darse forma sería la base de dicha función sustantiva de la universidad, la cual no depende exclusivamente de la agencia “externa” de la institución universitaria, sino en complemento, de la agencia interna de los sujetos en proceso de formación que apropian de lo brindado por la universidad lo que se necesita para darse la forma que se quieren dar. Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia (1867 – 1880): Manuel Ancizar, Ernst Rothlisberger: “Nuestra universidad debe ser un foco permanente de luz, que difunda hasta en las últimas capas sociales, hasta en las más oscuras aldeas de la República, los conocimientos sólidos y profundos, no sólo de las ciencias puramente especulativas, sino de todos los descubrimientos industriales. Ella, además de formar el corazón del alumno, de apagar el fuego de sus malas pasiones, de cultivar con esmero sus buenos sentimientos, y de nutrir su inteligencia con la verdadera ciencia, debe enseñarle a utilizar nuestra riqueza nativa, dando a nuestras atrasadas industrias la vida, que viene de la Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. ciencia, y la fuerza y perfección, que provienen tan solo de la aplicación de las máquinas. De este modo, en vez de semiereuditos y semiletrados, que son peores que los ignorantes, tendremos verdaderos sabios que conduzcan con tino los intereses públicos, que dirijan con habilidad las obras materiales; que penetren los secretos de la naturaleza; que conozcan su belleza y sus recursos, y sepan curar nuestras dolencias; en vez de proletarios reducidos a la condición de animales de trabajo, tendremos hombres, elevados al rango de dueños y señores de la materia; en vez de desgraciados artesanos, presas del hambre o de los vicios, trabajando bajo las leyes empíricas de la rutina, tendremos artesanos instruidos, cuyas obras puedan sostener la competencia extranjera, porque han sido elaboradas por medios mecánicos perfectos, inspirados por la ciencia; en lugar de los niños ignorantes que enviarán al Instituto nuestros pueblos, se les devolverán jóvenes de instrucción sólida y de sabía educación; hombres útiles, moralizados por el trabajo; elevados por sus conocimientos, ricos por los gérmenes de producción que llevan en sus cabezas, amigos de la paz y del orden, porque de ellos depende el empleo libre y fructuoso de su ciencia, y firmes baluartes de la República, por que a ella deben su bienestar actual y su verdadera regeneración” (Rothlisberger, 1986,263) La idea de formación que se encuentra presente en este escrito se articula al ideal de la ilustración, de llevar luz (razón) a todas partes, la luz sería la base sólida de la formación y con ella los sujetos formados podrán comprender su entorno para transformarlo, en otras palabras, la formación sería la garantía que los sujetos educados pueden agenciar transformaciones al medio y sobre sí mismos. Universidad de Chile (1843): Andrés Bello “La universidad estudiará también las especialidades de la sociedad chilena bajo el punto de vista económico, que no presenta problemas menos vastos, ni de menos arriesgada resolución. La universidad examinará los resultados de la estadística chilena, contribuirá a formarla y leerá en sus guarismos la expresión de nuestros intereses materiales. Porque en éste, como en los otros ramos, el programa de la universidad es enteramente chileno: si toma prestadas a la Europa las deducciones de la ciencia, es para aplicarla a Chile. Todas las sendas en que se propone dirigir las investigaciones de sus miembros, el estudio de sus alumnos, convergen a un centro: la patria” (Bello,1986,280 – 281) Para Andrés Bello, la formación se cimienta sobre la idea del reconocimiento de lo que es propio, de la toma de consciencia de lo que se posee para desde allí realizar adelantos o modificaciones que conlleven desde una perspectiva de formación ciudadana, el compromiso con el progreso de la patria. Manifiesto de Córdoba (1918) “La universidad reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho de darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director, a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando” (Cordoba,1986,308) Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. Para los estudiantes de Córdoba la formación se relaciona con el ejercicio de la soberanía, es decir, de la autodeterminación a la luz del principio intersubjetivo de la participación democrática. En términos generales, para nuestras primeras universidades ya era claro desde sus ideales de formación, que la universidad debía brindar elementos intelectuales, morales y físicos para que los sujetos se dieran la forma que requería la época, es decir, la forma a partir del ideal de ser humano de este contexto de época, configurado por: la actividad mental y física, el compromiso con la patria y la capacidad de autodeterminarse. Enseñanza: para Jaspers la enseñanza se centra más en asuntos de metódica, es decir, en procedimientos de enseñanza que permitan la socialización de un determinado saber, tema pedagógico que incumbe a la universidad en tanto manifestación máxima de la escuela. Es de aclarar que el tema no se reduce simplemente a materiales didácticos de apoyo, sino al desarrollo de acciones comunicativas que permitan la construcción de conocimientos, y a la configuración de espacios pedagógicos que encarnen el ideal moderno de educación para la mayoría de edad. Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia (1867 – 1880): Manuel Ancizar, Ernst Rothlisberger: “La inteligencia humana, tan activa, tan insaciable y penetrante, es de tal naturaleza, que no puede adquirir conocimientos sino paso a paso, ni los adquiere sólidos sino procediendo de lo elemental a lo complejo. Pero si el método, es decir, la fácil y clara comunicación de la ciencia es preciso para la enseñanza de cada ramo de nuestros conocimientos, lo es también para acertar a enlazarlos de manera que por un ejercicio continuo y progresivo de la inteligencia, se llegue, partiendo de los rudimentos más simples del saber, hasta la altura de las profesiones científicas” (Rothlisberger,1986, 231) El tema de la enseñanza es referido en este escrito al asunto del método, el cual para la época se encontraba anclado a las posturas pedagógicas de autores como Comenio que planteaban ya desde el siglo XVII, la importancia de adelantar ejercicios educativos centrados en el paso de saberes simples hacia saberes complejos. Universidad de México (1910): Justo Sierra “La acción educadora de la Universidad resultará entonces de su acción científica, haciendo venir a ella grupos selectos de la intelectualidad mexicana y cultivando intensamente en ellos el amor puro de la verdad, el tesón de la labor cotidiana para encontrarla, la persuasión de que el interés de la ciencia y el interés de la patria deben sumarse en el alma de todo estudiante mexicano, creará tipos de caracteres destinados a coronar, a poner el sello a la obra magna de la educación popular que la escuela y la familia, la gran escuela del ejemplo, cimientan maravillosamente cuando obran de acuerdo” (Sierra,1986,291- 292) Para Justo Sierra el tema de la enseñanza pasa por la adopción de la acción científica comprometida con la transformación social, la cual emerge de la vinculación del amor por la verdad, la labor cotidiana y el interés por la patria. Vol.5 No.2, 2005 –Versión Digital Facultad de Educación- Universidad de Antioquia. Medellín, Col. Para nuestras primeras universidades la función sustantiva universitaria de la enseñanza, no se reduce sólo a un asunto de técnicas y materiales para la socialización de conocimientos, ya en ellos este tema alcanzaba la luz pedagógica de la pregunta por los métodos de enseñanza, la primacía de los saberes complejos que operarán como abridores de sentido y el compromiso de la enseñanza con el contexto social, asuntos que trascienden miradas reduccionistas que aún hoy pretenden centrar el tema de la enseñanza en la pregunta por la tecnología educativa, dejando por fuera la cuestión de fondo sobre qué es lo que se enseña y por qué se enseña. Conclusión Es importante destacar que en las universidades latinoamericanas del siglo XIX y principios del XX preexistían como formas de construcción y apropiación de saberes modernos, las ideas que sobre universidad consigue exponer el alemán Karl Jaspers a comienzos del siglo XX, lo cual no sólo permite reconocer la historicidad de las producciones del pensamiento latinoamericano, sino además, preguntarnos por nuestros actuales compromisos con la construcción de conocimientos que sin desconocer nuestras realidades concretas, pueda dialogar con las tradiciones occidentales del pensamiento. Para tal fin, el espíritu crítico, investigativo y formativo de la universidad, compartido por latinoamericanos y alemanes, da paso a la obligatoria y retante significación del maestro universitario acorde con las exigencias de dicha visión de universidad, por ello, el maestro desde estas perspectivas ha de ser un ser poseedor de conocimiento dispuesto a socializarlo desde ejercicios de discusión, un ser investigador y por ende promotor de la dinamización del conocimiento como una forma de vida, un ser crítico y práxico en relación con la realidad social y que tiende desde su experiencia personal a irradiar la voluntad por formarse en sus estudiantes. El maestro es desde esta perspectiva un agente activo que permite la legitimación de la universidad desde su propia vivencia. En los actuales momentos históricos, donde parece cobrar cada vez mayor vigencia la idea de la “crisis de la modernidad”, la búsqueda de alternativas recae en la necesaria reconstrucción de memorias y mentalidades que permitan procesos de identificación y resignificación de visiones de mundo (reconstrucciones de los mundos de la vida), que en el caso concreto de las universidades latinoamericanas dé como resultado ejercicios de investigación que permitan recontar la historia, no como acto folclórico de remembranza, sino como acción de recuperación de aquello que aún tiene algo que decir (como horizonte de sentido), en la comprensión de nuestra cotidianidad. Bibliografía ANCÍZAR, Manuel. Renuncia de Manuel Ancízar. En: Revista Argumentos, Número 14 / 15 y 16/ 17. Bogotá 1986. BELLO, Andrés. Discurso de inauguración de la Universidad de Chile (1843). En: Revista Argumentos, Número 14 / 15 y 16/ 17. Bogotá 1986. JASPERS, Karl. La idea de la universidad (1946). 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De cómo la idea de universidad de Karl Jaspers preexistía en la América Latina del Siglo XIX y principios del XX. Uni-pluri/versidad Vol.6 No.2, 2006. Universidad de Antioquia. Medellín. Col. Versión Digital. http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/unip/issue/current