COMENTARIO DE TEXTO 1.− LOCALIZACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LA OBRA 1.1.1.− Autor

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COMENTARIO DE TEXTO
1.− LOCALIZACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LA OBRA
1.1.− AUTOR, OBRA, GÉNERO
1.1.1.− Autor
Isabel Allende (1942− ), novelista y periodista chilena nacida en Lima (Perú), ciudad donde su padre se
encontraba destinado como diplomático.
Asistió a diversos colegios privados y viajó por varios países antes de regresar a Santiago para concluir sus
estudios y trabajar en la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Posteriormente
emprendió otras actividades; como periodista, escribió artículos sobre temas sumamente polémicos y además
hizo cine y televisión.
Allende se exilió en 1973 y buscó refugio en Caracas, cuando su tío Salvador Allende, presidente de Chile,
fue derrocado durante el golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet Ugarte.
En el exilio escribió su primera novela La casa de los espíritus (1982), una crónica familiar ambientada en el
torbellino de cambios políticos y económicos acontecidos en Latinoamérica. La novela fue bien acogida por la
crítica, que vio en ella ciertos elementos propios del realismo mágico, una técnica literaria que consiste en
mezclar lo real con lo sobrenatural y cuyo principal exponente es el novelista colombiano galardonado con el
Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Esta novela fue llevada al cine por el director danés Bille
August.
Allende continuó su exploración sobre cuestiones personales y políticas en sus dos siguientes novelas De
amor y de sombra (1984) y Eva Luna (1987), y en la colección Cuentos de Eva Luna (1992). En 1991 publicó
El plan infinito, una obra inspirada en la vida William Gordon, su actual marido.
Ha sido una de las primeras novelistas latinoamericanas que ha alcanzado fama y reconocimiento a escala
mundial. Su exilio concluyó en 1988, cuando los chilenos derrotaron en las urnas a Pinochet y eligieron un
presidente democrático. En 1994 publicó Paula, un libro de recuerdos dedicado a su hija, y en 1997 Afrodita.
Cuentos, recetas y otros afrodisiacos, curioso ensayo en el que combina la gastronomía y la literatura. En 1999
volvió a la novela con Hija de la fortuna, una obra ambientada en el Oeste americano durante la época de la
fiebre del oro, y en 2000 con un relato situado en el Chile de fines del siglo XIX, Retrato en sepia.
1.1.2.− Obra
La ciudad de las Bestias: escrita en el 2002
1.1.3.− Género literario
Épica o narrativa: Porque es un tipo de enunciado y conjunto de procedimientos cuyo propósito es referir o
relatar una sucesión de hechos, cumplidos por un número variable de personajes, en un tiempo y un espacio
determinados. Sean verdaderos o falsos, los hechos deben organizarse en función del principio de la
verosimilitud. Importante, en tal sentido, es la perspectiva que adopte el narrador: la omnisciente, la de
observador o testigo, la de un personaje.
1.2.− TIPOS DE ESCRITO Y NATURALEZA DEL TEXTO
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1.2.1.− Tipos de escrito
Narración: Existen diversas formas de presentar ideas o acontecimientos. A los textos que cumplen con esta
función se les denomina textos expositivos. Cuando la finalidad del texto es contar o narrar acontecimientos
en los que intervienen personajes, tenemos un texto narrativo.
Los hechos o acontecimientos que componen el texto narrativo se desarrollan en un tiempo y en un espacio
que pueden ser reales o virtuales.
ELEMENTOS
Cuando un texto trata de acercar los hechos que se desarrollan en el tiempo, y predomina en él la narración
tenemos un texto narrativo.
El desarrollo temporal es, por tanto, un elemento que caracteriza a los textos narrativos.
Su estructura es de secuencia, en ella los hechos se presentan ordenadamente de acuerdo con dos criterios:
El tiempo en que se producen.
El orden en que se suceden.
En este tipo de estructura abundan los conectores temporales u ordinales para indicar la sucesión de los
acontecimientos.
Descripción: describir es relatar con palabras lo que se observa o se siente. Es una técnica literaria que se
utiliza cuando se quiere plasmar, como en una pintura, aquello que se ve. Es el modo que utilizamos para
presentar lingüísticamente, la realidad.
ELEMENTOS:
La precisión, la claridad y la vivacidad.
Describiendo una persona:
Primero la presentamos, o sea, decimos quién es; luego decimos cómo es, para esto es necesario destacar
algunos rasgos que caracterizan a la persona.
La descripción de personas puede ser de tres clases: Prosopografía, etopeya y retrato.
Describiendo un lugar o un ambiente:
Para describir un lugar hay que elegir detalles como luces, colores, sonidos, objetos, ..., que den la impresión
de realidad; se pueden describir lugares cerrados como habitaciones o lugares abiertos como plazas y campos.
Describiendo un objeto:
En la descripción de un objeto se dice qué es, cómo es y dónde está
Exposición: La palabra exponer remite, básicamente, a la idea de explicar algo o hablar e algo para que los
demás lo conozcan. Así pues, podemos definir la exposición como el tipo de discurso que tiene por objeto
transmitir información. El texto que cumple este objetivo se denomina texto expositivo.
Se utiliza para explicar un tema de estudio, para informar a alguien de nuestras ideas, para informar a alguien
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de nuestras ideas, para dar una noticia... Y también son textos expositivos los tratados científicos y técnicos,
los libros didácticos, los manuales de instrucciones, y todos aquellos textos cuya finalidad consiste en
informar sobre conceptos, sobre hechos o sobre la manera como se realiza un proceso.
Puesto que el texto expositivo busca informar y hacer comprensible la información, debe presentar los
contenidos de una forma clara y ordenada. Claridad, orden y objetividad son las principales características de
los textos expositivos.
ELEMENTOS
• Un tema preciso, claramente identificado y delimitado.
• Una estructura, es decir, una forma de organizar la información que se presenta en el texto.
• Un propósito establecido previamente por el emisor e interpretado posteriormente por el receptor.
• El emisor puede ser individual o colectivo; también puede ser particular o institucional.
• A veces, el receptor es un grupo de personas con características definidas, sin embargo, los textos
han de estar adaptados a la naturaleza y nivel de conocimientos de los receptores.
1.2.2.− Naturaleza del texto, en general
Literario
1.3.− CONTEXTO GEOGRÁFICO − HISTÓRICO − LITERARIO
1.3.1.− Explicación del contexto geográfico
Amazonas (río), río que fluye por el norte de Sudamérica, en su mayor parte por Brasil; figura como el mayor
del mundo en términos de captación de agua, número de afluentes y volumen de agua que descarga, y con sus
6.275 km de longitud es el segundo río más largo del mundo, después del Nilo. Con sus cientos de afluentes,
el Amazonas recoge las aguas de una cuenca de más de seis millones de kilómetros cuadrados, la mitad de
Brasil y el resto repartida entre Perú, Ecuador, Bolivia y Venezuela. Se estima que el Amazonas descarga
entre 34 y 121 millones de litros de agua por segundo y deposita, diariamente, unos tres millones de toneladas
de sedimentos cerca de su desembocadura. Los aportes anuales del río suman una quinta parte de toda el agua
dulce que desemboca en los océanos en todo el mundo. La cantidad de agua y de sedimentos aportados es tan
enorme que la salinidad y el color del océano Atlántico se ven alterados hasta una distancia de unos 320 km
desde la boca del río.
1.3.2.− Explicación del contexto histórico:
Grupo étnico Gente de la Neblina
− Los Yanomami: De todas las etnias de la Amazonia venezolana, los yanomami son sin duda una de las más
estudiadas y conocidas. Yanomami, significa hombre, gente o especie. Quien no sea yanomami es nape, es
decir, "extraño, gente de cuidado, gente peligrosa". Con este término califican a los demás indígenas y a los
criollos.
En 1758, ya se sabía de la existencia de los yanomami en la Sierra Parima y en el Alto Orinoco. Para el
momento de los primeros contactos con los europeos, los yanomami se encontraban al parecer en un proceso
de crecimiento demográfico y de expansión geográfica, que los había llevado a explorar nuevos territorios,
como las riberas del Orinoco, el Padamo y el Mavaca. Pero en las zonas norte y oeste de su territorio, los
yanomami chocaron con los Ye'kuana, que lograron detener su avance.
Los yanomami que viven en Venezuela habitan entre la Sierra Parima y el Orinoco, particularmente las
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cuencas de los ríos Ocamo, Manaviche y Mavaca. Otros grupos de esta etnia viven en las zonas aledañas de
Brasil.
Al parecer los yanomami se han dedicado a la agricultura de conucos desde hace mucho tiempo, aunque no se
sabe a ciencia cierta cuando comenzó esta práctica. Fueron persistentemente descritos por los primeros
visitantes de la región como "cazadores−recolectores", pero la idea pudo provenir de una visión un tanto
romántica que los hacía aparecer como un pueblo desconocido y remoto.
La agricultura es un trabajo fundamentalmente masculino, sobre todo las tareas de limpieza, tala y quema. La
siembra y cosecha son actividades practicadas por ambos sexos, al igual que la recolección. Los hombres
trepan a los árboles para alcanzar frutos, insectos u otros alimentos, mientras las mujeres recogen y cargan lo
recolectado.
En sus conucos, los yanomami cultivan una gran variedad de plátanos y bananos, yuca amarga y dulce y otros
tubérculos. El comercio con los ye'kuana los provee de sebucanes y ralladores para procesar la yuca amarga.
Siembran también una serie de plantas con propósitos rituales, colorantes y alucinógenos.
Aunque a veces participan las mujeres, caza y pesca son actividades sobre todo masculinas. Los yanomami
distinguen dos tipos de cacería: una llamada rami, con la que aseguran las necesidades diarias de carne, y otra
llamada heniyomou, que realizan todos los varones de la comunidad cuando preparan una gran celebración o
quieren agradar a algunos huéspedes especiales.
Cuando el heniyomou se hace por un funeral, la cacería ritual se inicia en las primeras horas de la noche con
la entonación de una serie de cantos sencillos y poéticos llamados heri y danzas ejecutadas por adolescentes
de ambos sexos. El rito dura varias noches. Los jóvenes improvisan sus cantos en medio de una alegría
desbordante de risas y bromas obscenas.
En la celebración del rito mortuorio o reahu se acostumbra, aunque no es imprescindible, el consumo
colectivo de las cenizas de los muertos, previamente molidas en un mortero funerario. Mientras las mujeres
lloran, los hombres, parientes y amigos del difunto, se colocan en círculo para tomar una sopa de plátano en la
que se han mezclado las cenizas. Si el difunto ha sido muerto a manos de un enemigo, los hombres claman
venganza.
Durante las ceremonias es frecuente el consumo ritual de tabaco y yopo. Así entran en contacto con el mundo
sobrenatural, curan enfermedades y transmiten su memoria colectiva.
Los yanomami viven desnudos. Los hombres se atan el prepucio con un cordón de algodón que rodea la
cintura, para mantener el pene alzado y adherido al vientre. Más como prenda decorativa que de vestir, las
jóvenes utilizan guayucos de algodón.
Hombres y mujeres se cortan el pelo negro y lacio en forma redondeada y se tonsuran. Acostumbran pintarse
el cuerpo con una serie de colorantes. Para obtener el color rojo usan principalmente onoto, mientras que para
el morado mezclan onoto con una resina llamada caraña.
En las expediciones guerreras, los hombres se pintan de negro humo, color que simboliza la noche y la
muerte. Cuando una mujer está de luto deja de pintarse de rojo, y usa pintura negra sobre los pómulos durante
un año. Para algunas fiestas se untan la piel de arcilla blanca.
Los hombres se adornan con brazaletes multicolores confeccionados con el plumaje de algunos pájaros, como
el tucán, el paují, el gavilán y el loro. Se suelen hacer agujeros en los lóbulos de las orejas para ponerse trozos
de caña verada, plumas y flores. También se perforan el tabique nasal y la comisura de los labios y se colocan
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finos palillos de bambú.
Los adornos femeninos son de mayor sutileza, hechos con cogollos de palmeras, flores o manojos de hojas
perfumadas que introducen en cilindros vegetales colocados en los agujeros de las orejas.
Hilan algodón en usos rudimentarios. Tejen chinchorros de algodón en rústicos bastidores hechos con palos
clavados en el suelo. Durante los viajes en la selva, usan fibra descortezada de bejuco mamure para hacerse un
chinchorro, el marakami−toki, que después se desecha.
La cestería es realizada por las mujeres, que tejen guaturas, guapas y manares con bejuco mamure
descortezado. El tejido de la guatura, principal cesta de carga, suele ser un trenzado muy tupido.
A pesar de que en el pasado la alfarería fue una actividad importante en la cultura yanomami, ha desaparecido
casi por completo. Sólo en muy pocas comunidades se fabrica aún con arcilla blanca la típica hapoka, olla en
forma de campana, sin ningún tipo de decoración, asas o patas.
− Los bare: Bare significa, según algunos estudiosos, "compañero", mientras otros piensan que la palabra
podría derivar de bari, que significa "hombres blancos". Hablan una lengua que pertenece a la familia
lingüística arahuaca, y que el cruento proceso de aculturación ha hecho desaparecer casi por completo.
El territorio tribal bare se extendía desde Manaos, a todo lo largo del Medio y Alto Río Negro y el Brazo
Casiquiare, hasta algunas rancherías en el río Pacimoni. Situada en los límites del imperio español y
portugués, la región fue escenario de continuas migraciones y disputas.
Por algo más de un siglo después de la independencia de Venezuela, la administración política en la región del
Río Negro sólo existiá formalmente, y el vacío de poder fue llenado por caudillos que se beneficiaron con la
extracción del caucho.
En la actualidad, los bare están dispersos en la región del Casiquiare, en centros poblados criollos como
Puerto Ayacucho, San Fernando de Atabapo, Solano, San Carlos de Río Negro, Santa Rosa de Amanadona y
Santa Lucía.
Poco se conoce acerca de la vida económica, social y política de las etnias que en el pasado habitaron la
región del Río Negro. Es posible que compartieran con otros grupos de la región los mismos medios de
subsistencia, como la agricultura de conuco según el sistema de tala y quema, la recolección, la caza y la
pesca.
La mayoría de los trabajos agrícolas, salvo la tala, eran tareas femeninas. Las mujeres se ocupaban de sembrar
y cosechar yuca, hacer casabe y mañoco, atender los oficios domésticos, teñir y torcer fibras para tejer
chinchorros, y hacer la alfarería.
La caza poco frecuente, dada la escasez de mamíferos de gran tamaño en la región, era propiciada mediante
amuletos y fórmulas mágicas. Es probable que cazaran dantas, picures y lapas, además de algunas aves como
pavas, paujíes y gallinetas. Usaban cerbatanas, arcos, flechas y algunas armas introducidas por los europeos,
como rifles y machetes.
Hombres y mujeres vestían guayucos confeccionados con marima. Desde hace tiempo, los hombres han
adoptado el pantalón y las mujeres usan una falda larga.
Entre los objetos de la cultura material bare destacan los chinchorros tejidos con fibras de cumare, curagua y
moriche. Estas fibras deshilachadas y secadas al sol, eran teñidas de rojo, morado y amarillo. Los bare
fabricaban con chiquichique toda la cordelería necesaria para pescar.
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− Los baniwa: La lengua baniwa pertenece a la familia linguística arahuaca, y está íntimamente relacionada
con las de los bare, tsase, warekena y wakuénai, habladas por aproximadamente dos mil personas que se
encuentran dispersas entre Venezuela, Colombia y Brasil.
Al igual que cualquier otro grupo étnico de la región del Río Negro, los baniwa han sufrido a consecuencia de
la explotación cauchera que tuvo lugar a principios de este siglo.
Hoy en día, han disminuido en número y su cultura ha sido transformada. Los baniwa restantes viven en
Maroa, la capital del departamento Casiquiare en el estado Amazonas de Venezuela, así como cerca del Caño
Aquio y del Río Isana en Colombia. La violenta historia de esta región ha tenido como consecuencia la
migración de los baniwa hacia San Fernando de Atabapo, a San Carlos de Río Negro, a Santa Rosa, a Puerto
Ayacucho y al Río Xié en Brasil.
El progresivo abandono de la forma de vida tradicional ha provocado que los baniwa se hagan cada vez más
dependientes de los productos industriales. Actualmente, compran de los criollos alimentos tradicionales
como el mañoco y el casabe, generalmente a precios muy elevados.
Pero a pesar de que dichos alimentos conforman gran parte de su dieta alimenticia, los baniwa aún realizan
actividades de subsistencia. La caza y la recolección de alimentos, al igual que la pesca, son llevados a cabo
de acuerdo a los ciclos de lluvia y sequía. La mayoría de los niños acuden a escuelas criollas, lo cual dificulta
la coordinación de tales actividades con el año escolar.
Para la caza de monos y pájaros como el tucán, los baniwa construyen cerbatanas, arcos y flechas con puntas
de hueso. Dichos arcos y flechas también se emplean para la pesca, además de las nasas que se utilizan para
atrapar a los peces.
Sin embargo, debido a la desaparición de sus costumbres, gran parte de su cultura material ha sido alterada.
Aunque en el pasado fueron muy diestros en el arte de la cestería y la alfarería, muy poco de estos oficios, ha
sido transmitido a las nuevas generaciones.
Las escasas familias que aún se dedican a la cestería fabrican esteras, guapas, sebucanes, mapires, catumares y
sopladores; estos últimos son usados para avivar el fuego. Dichos objetos son hechos con fibras de tirite,
mamure, moriche y cucurito.
Las fibras de chiquichique se usan para hacer pequeñas escobas que emplean para dispersar la harina de yuca
cuando hacen el casabe. Por otro lado, aunque sí hilan algodón, los baniwa no fabrican sus propios
chinchorros; prefieren adquirirlos en Colombia.
Entre los instrumentos musicales que aún tocan, se encuentran los pitos yupurutú, fabricados con el tallo de
palma mabe, así como los bastones que usan para seguir el ritmo del baile durante el festival Dabacurí. Estos
son golpeados contra el suelo para producir un sonido parecido al del tambor.
No obstante los procesos de aculturación y asimilación, los baniwa no han perdido del todo su antigua
mitología. Su Creador Nápiruli (Iñápirrikúli) es una deidad que también es honrada por otros grupos
arahuacos del sur venezolano y colombiano. El sistema de creencias de los baniwa tiene mucho en común con
los de otros grupos tales como los tsase, los warekena, los wakuénai y los baré.
Al igual que los baré, los baniwa atribuyen a causas mágico−religiosas los cambios climáticos de humedad y
frío que ocurren en el suroeste del estado Amazonas. Los aparo, hombres de poca altura que cargan los
truenos y los relámpagos sobre sus espaldas, son los responsables del clima.
Los aparo son Mawali, es decir espíritus malignos. Estos pequeños hombres navegan las oscuras y turbulentas
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aguas de los ríos Guainía y Negro en minúsculas curiaras que no pueden ser vistas por los ojos humanos. De
esta forma traen la lluvia, el viento y la neblina. Navegan los ríos durante la estación lluviosa y si acaso son
vistos, voltean las curiaras de los humanos para hundir sus herramientas en el fondo del río.
A pesar del miedo que los aparo provocan a los baniwa, éstos siguen aventurándose hacia los ríos, tal como
hicieron sus antepasados, en busca de alimentos.
− Los puinave: Son una etnia minoritaria. No se sabe muy bien cuándo ni por cuales rutas llegaron a
Venezuela, provenientes de la región del Inírida en Colombia, para establecerse en las inmediaciones de
Guasuriapana y San Fernando de Atabapo.
No se ha determinado con claridad el origen de la lengua puinave. Algunos autores la consideran una lengua
independiente, mientras otros piensan que constituye el sustrato común de varias lenguas, o le encuentran
correspondencias con el tucano y el macú.
En el pasado, sus aldeas eran provisionales, pues se desplazaban de continuo dentro del territorio tribal. Hoy
en día, han adoptado la vivienda estable al estilo criollo, de planta cuadrada, techo de dos aguas y paredes de
bahareque. Cada aldea y su territorio pertenecen al grupo que la habita.
Se ha ido perdiendo también su rica tradición religiosa. Para la celebración del ritual Yurupary, que incluía
una flagelación, fabricaban unos látigos hechos con una vara flexible, a cuyos extremos pegaban con peramán
una cuerda de curagua. Este rito requería de una laboriosa preparación y un amplio abastecimiento de comida
y bebida, como el pai, elaborado con casabe y ñame fermentados, o el yaraque, hecho con casabe y agua.
Como otros grupos étnicos de la región, los puinave practican la agricultura de tala y quema, hecha de acuerdo
con los períodos de sequía y lluvia, reduciendo al mínimo los desequilibrios ecológicos. Aunque la yuca
amarga es el cultivo principal, en los conucos siembran productos secundarios.
Para no agotar la fertilidad del suelo, las tierras son ocupadas sólo unos pocos años y luego se abandonan. Al
no usar cercas ni otras divisorias, la selva recupera lentamente su territorio, devolviendo a la tierra sus
nutrientes. La producción agrícola se destina al autoconsumo y eventualmente a la venta. Una mujer puede
producir, trabajando intensamente durante un mes, cuarenta mapires de mañoco para vender.
La pesca se realiza durante todo el año. En la estación seca se hace en caños de poca profundidad, utilizando
anzuelos, arpones, arco y flechas. En el período lluvioso, que requiere mayor eficiencia, usan ingeniosas
trampas, nasas y cacures tejidos, que colocan en la boca de los caños y rebalses. El uso del barbasco y otras
plantas que adormecen a los peces es una actividad festiva en la que también intervienen las mujeres y los
niños.
La cacería ribereña se practica en algunas épocas del año para atrapar lapas y picures. Para cazar, usan
cerbatanas a las que acoplan una mira hecha con el colmillo de algún animal. Envenenan los dardos con
curare, que guardan con cuidado en pequeños recipientes de barro que no deben ser vistos por extraños.
También cazan con escopetas, lo que les hace depender de las municiones compradas a los criollos.
La solidaridad caracteriza muchas actividades de subsistencia puinave. Los excedentes de la caza y la pesca
son compartidos para satisfacer equitativamente las necesidades de alimentación del grupo. Pero la adopción
de actividades económicas no tradicionales ha modificado estos principios de solidaridad y ayuda mutua.
En este proceso ha incidido el sistema de "avances" introducido por los comerciantes dedicados a actividades
extractivas. A manera de crédito, anticipan mercancías a los indígenas, que éstos pagan con el trabajo de
extracción. Este sistema derrumba la economía indígena. Rompe las relaciones de intercambio interétnico,
modifica el tiempo y calendario tradicional del trabajo, a la vez que sobrexplota al hombre y los recursos
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naturales.
Por su apariencia personal, indumentaria y manejo del castellano, los puinave se asemejan a los criollos del
Apure, Bolívar o Amazonas, regiones donde la interacción cultural entre criollos e indígenas ha sido intensa.
Los hombres, sin excepción, usan camisa y pantalón, y las mujeres, vestidos de algodón de colores.
Muchos de sus objetos domésticos son también de procedencia criolla. El chinchorro es quizá su utensilio
doméstico más importante. Se teje con fibras de moriche o cumare en telares rústicos, en los que también se
fabrican bandas tejidas para cargar niños.
Aunque la cerámica tradicional ha sido casi por completo sustituida por envases de plástico y aluminio,
todavía es posible encontrar algunas ollas antiguas de cerámica hermosamente pintadas con motivos
antropomorfos y zoomorfos. También tallan en madera bancos o taburetes que destinan a la venta.
− Los warekena: Significa nietos del picure, animal sagrado del cual se consideran descendientes. Esta etnia
se desprendió de un grupo social más amplio conformado por los tariana, bare, tsase y wakuénai, lo cual se
evidencia en la extraordinaria similitud lingüística y cultural que guarda con ellos. Pertenecen a un tronco
lingüístico común, el arahuaco.
Esto se evidencia en la facilidad que tiene el warekena para aprender otras lenguas y no sólo del grupo
arahuaco. Por lo general, además de tres o cuatro lenguas indígenas, dominan el castellano, el portugués y el
yeral, una lingua franca de la región que mezcla castellano, portugués y varias lenguas indígenas del grupo
arahuaco. La lengua warekena está hoy casi extinta y los warekena han adoptado la lengua de los baniwa,
grupo con el que comparten muchos rasgos culturales.
La población warekena habita principalmente en la comunidad de Wayanapi o Guzmán Blanco, a orillas del
Guainía−Río Negro y en algunos sitios del caño San Miguel o Itini−Wini. Sin embargo, muchas familias
emigraron hacia el Orinoco, el Atabapo y Puerto Ayacucho, como consecuencia del proceso de colonización y
de la cruenta explotación cauchera de los años 1913 a 1948.
Una larga historia de contactos con caucheros, esclavistas, comerciantes y colonos en general hizo estragos en
su cultura. Entre los warekena capturados como esclavos para trabajar en la explotación cauchera hubo
numerosos shamanes, depositarios de los secretos de su cultura, que al morir se llevaron consigo la memoria
de sus prácticas y ceremonias sagradas.
En la actualidad, los warekena acuden a los shamanes de sus vecinos wakuénai en el Guainía, y ello ha
permitido un renacimiento de sus ceremonias y rituales. Desde hace poco han vuelto a celebrar ritos de
iniciación de jóvenes warekena, en los cuales se retoman las enseñanzas de Nápiruli. De acuerdo con sus
creencias, Nápiruli les transmitió la esencia del ser warekena y les enseñó las técnicas, los diseños y los
colores de la cestería y la alfarería.
Según su tradición, la arcilla utilizada en la confección de ollas y recipientes fue depositada en los ríos por el
héroe cultural Mjupe Numana. La alfarería warekena guarda así una íntima relación con creencias
mágico−religiosas que reglamentan su fabricación.
La alfarería se hace con la técnica de enrollado y alisado de cintas de arcilla. Las vasijas, una vez quemadas,
se decoran con una papilla de barro suave mezclada con resinas vegetales que las hace impermeables.
Desafortunadamente, como sucede con otros grupos de la región, la alfarería warekena comienza a
desaparecer remplazada por ollas y otros utensilios de plástico y aluminio.
De la cestería tradicional se conserva el tejido de objetos utilitarios, como guapas y manares, usados para el
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procesamiento de la yuca amarga. También es frecuente la fabricación de cestas de carga.
Con la fibra de chiquichique, fabrican escobas usadas en tareas domésticas y otras de menor tamaño, que
utilizan para esparcir la harina de yuca sobre el budare, durante el proceso de elaboración del casabe y el
mañoco.
La extracción del chiquichique ha dado lugar a un cambio en la economía de autoconsumo de los warekena,
quienes se han vuelto cada vez más dependientes de los comerciantes criollos. Estos han implantado en la
región las fórmulas del trabajo asalariado.
Muchas transacciones se hacen, además, según el sistema de avances. Los indígenas entregan conos de fibra a
comerciantes y tenderos, quienes "adelantan" productos industriales: motores fuera de borda, telas, alimentos
enlatados, anzuelos, municiones, azúcar, café, sal, leche en polvo, aguardiente y jabón. Estos bienes se cargan
a una cuenta interminable que los indígenas no logran saldar, y que los endeuda de por vida.
Para cubrir las apremiantes necesidades de subsistencia, dedican el poco tiempo libre que deja la actividad
extractiva a la agricultura de tala y quema. Los conucos warekena, similares a los de otros grupos étnicos de la
región, se ubican en las cercanías del caño San Miguel.
Durante la temporada seca, los warekena se dedican a la pesca, utilizando trampas llamadas cacures y redes
tejidas con fibra cumare fabricadas por ellos mismos. Y aunque menos reconocidos que los ye'kuana, los
warekena también son buenos navegantes y fabricantes de curiaras.
− Los yaborana: Aunque se les conoce también como maquiritare, de'cuana, mainongkong o mayongong,
este pueblo se llama a sí mismo ye'kuana, que significa "gente de curiara", de ye, madera, cu, agua, y ana,
gente.
Su talento para la navegación permitió a los ye'kuana establecerse en un amplio territorio fluvial. Habitan las
orillas y los márgenes de una serie de ríos tributarios del Orinoco que abarcan unos 30,000 kilómetros
cuadrados del territorio actual de los Estados Bolívar y Amazonas.
El contacto de los ye'kuana con los europeos en el Alto Orinoco se produjo relativamente tarde en la historia
de la conquista de la América española, a partir de la segunda mitad del siglo dieciocho. A la par de la
colonización, se inició la exploración científica, y gran parte del conocimiento más antiguo de que
disponemos sobre los ye'kuana proviene directa e indirectamente de estos contactos colonizadores y
científicos.
Para los ye'kuana la cultura material está estrechamente vinculada a la vida sagrada. Los utensilios que usan
para la navegación, la caza y la pesca, la agricultura o los rituales, también son expresión de su compleja
organización social.
Aparte de su obvio significado práctico, la construcción de la casa comunal, llamada atta, tiene un significado
sagrado. En el pasado, la construcción del atta era una experiencia ritual que las familias extensas ye'kuana
celebraban con comida, bebida y música. Los atta son circulares y de techo cónico y, vistos a la distancia,
parecen una gran cesta cubierta de hojas de palma tejidas.
El espacio del atta está íntimamente relacionado con la estructura del cosmos. Vincula la tierra con el mundo
superior y con el inframundo. Edificar un atta equivale simbólicamente a volver a crear la gran casa cósmica,
como lo hizo Wanadi, el Creador.
Cada elemento de la construcción representa un elemento cósmico: por ejemplo, el pilar central es el árbol de
la vida que une los tres mundos, las vigas que sostienen el techo se llaman estelares, y el horcón que las
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mantiene unidas tiene siempre la misma orientación y se llama la vía láctea.
La madera que se usa es la del dahaak, el árbol sagrado, y cada atta tiene un espacio central y una puerta que
da hacia el oriente. Antiguamente, según la creencia de que cada nuevo día es un triunfo de la deidad del sol,
se realizaba una ceremonia al amanecer − que ahora sólo se conserva en la memoria de los más ancianos −
acompañada de danzas y de la música de las trompetas sagradas.
Los ye'kuanas son excelentes tejedores de cestas. Las guapa son cestas que se fabrican, como el atta, desde el
centro hacia los bordes. Los diseños varían según el tejedor, pero siempre se caracterizan por una geometría
compleja. Algunos representan animales sagrados como la anaconda, el mono, los picures, los báquiros o la
rana, que aparecen como personajes en sus mitos
Los ye'kuanas han comerciado con sus cestas desde el siglo dieciocho. Hoy en día venden y distribuyen
directamente sus propios productos. La cestería es por lo general una ocupación masculina, pero las mujeres
ye'kuana también han convertido las wuwa, las cestas de carga tradicionalmente tejidas por ellas y cuya forma
semeja un reloj de arena, en una artesanía comercial de gran calidad estética.
Además de las que hacen para el comercio, los ye'kuana usan diversos tipos de cestas para la preparación y el
consumo de la yuca amarga, alimento básico de su dieta. Las mujeres cargan la yuca desde los conucos en
catumares. Después de rallarla, la pulpa obtenida se prensa en un sebucán para extraerle el líquido venenoso.
Por último, y antes de ir al fuego, la harina se cierne en un manare.
Otros objetos de cestería son los estuches llamados petacas, los sopladores para avivar el fuego o voltear la
torta de casabe, las nasas para atrapar peces.
Desde niños, los hombres aprenden a tejer, observando a los mayores. Primero aprenden a reconocer los
materiales que se usan y luego a preparar los tintes. Tejen sus primeras cestas como por juego, pero bajo el
cuidado de los adultos. Las técnicas y los diseños que requieren de mayor experiencia, los van aprendiendo a
lo largo de la vida.
Las fibras usadas para la cestería no siempre se consiguen en zonas aledañas. Cada fibra se escoge según la
función de la cesta. El sebucán, por ejemplo, se hace con fibras lo suficientemente fuertes para aguantar el
peso de la pulpa de la yuca amarga y poder exprimirla.
Otro objeto vinculado a la preparación de la yuca amarga es el rallador. Su fabricación tradicional requiere un
largo proceso, ya que se tienen que incrustar pequeñas astillas de piedra puntiagudas en una tabla preparada
para ello, según un refinado dibujo geométrico. Las astillas se fijan a la superficie de madera con una resina
negra llamada peramán. Los extremos de la superficie son luego decorados con dibujos rojos y negros.
Anteriormente, los ralladores ye'kuana eran una mercancía de gran valor distribuida en toda la región. Hoy en
día, la técnica suele ser más rudimentaria y algunas veces se usa hojalata en vez de astillas de piedra.
La dieta ye'kuana es variada. Además del alimento principal que es la yuca, los ye'kuana atrapan pájaros como
el paují y el tucán, cuyas plumas se usan también como adorno. Cazan una gran variedad de mamíferos y
peces con arcos, flechas y cerbatanas, y también pescan con barbasco, planta narcótica que adormece a los
peces. Recolectan una gran variedad de frutas y plantas, así como miel y algunas larvas de insectos que se
comen crudas o cocinadas.
El trabajo se divide según el género. A los hombres les corresponde todo lo que pertenece al mundo sagrado,
así como cazar, pescar, desbrozar los conucos, construir las curiaras, las casas y fabricar las cestas y los
objetos ceremoniales.
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Las mujeres desempeñan un papel económico y simbólico importante. Relacionadas con la fertilidad, realizan
un intenso trabajo físico, pues se dedican a la siembra, a todas las tareas destinadas a mantener la
productividad de los conucos y a transportar las grandes cestas con los productos de la cosecha.
Presente en todos los aspectos de la vida, el sentido estético de los ye'kuana se evidencia también en el adorno
del cuerpo, incluyendo el cuidado del pelo. En el pasado, hombres y mujeres se depilaban o se afeitaban con
navajas de bambú, las cejas, las pestañas, las axilas, el vello púbico y la barba. Se adornaban los lóbulos de las
orejas con zarcillos de metal y con grandes piezas de bambú con plumas de colores.
Un importante adorno ceremonial masculino es el ansa, un murciélago sagrado tallado en madera, del cual
penden tucanes disecados. Se usa sobre la espalda en combinación con un collar de dientes de pecarí. Entre
los objetos rituales están también los bancos, maracas y bastones sonajeros de los shamanes. Estos objetos,
que antes representaban exclusivamente el poder shamánico, se fabrican ahora también con fines comerciales.
Para el rito de iniciación que marca el paso de las niñas a la adolescencia, las mujeres fabrican el muwaaju, un
guayuco tejido con hilos de algodón y cuentas de cristal de color rojo, azul y blanco. Con un telar
rudimentario o una estructura simple de madera, tejen también chinchorros y guanepes, bandas de tela usadas
para cargar a los niños pequeños.
La fabricación de las curiaras tiene una importancia central para los ye'kuana. Su identidad y su modo de vida
está muy ligado al sistema fluvial. La curiara se fabrica con el tronco de un árbol gigantesco. Una vez talado
el árbol apropiado, el interior del tronco se vacía hasta obtener la forma oval característica. La parte exterior
se lija y se pule con hachas de metal y machetes, hasta que el casco esté completamente liso y parejo.
El interior de la curiara se ensancha dilatando la madera con fuego. Poco a poco, en un proceso lento y
minucioso, se van quemando pequeñas partes, en las cuales se encajan piezas de madera para evitar que se
estreche al enfriarse. Luego se colocan asientos de tablas, y está lista para ser lanzada al río. Los remos que
impulsan la curiara se tallan en madera dura. Algunas veces se decoran con dibujos rojos y negros.
Cuando las curiaras han cumplido su vida útil como embarcaciones, se usan para almacenar la pulpa fresca de
la yuca rallada, para lavar la ropa, o para almacenar las bebidas fermentadas que se consumen durante las
fiestas y rituales. Paso a paso, la curiara vuelve a la naturaleza, y completa su ciclo de vida.
1.3.3.− Contexto literario de Isabel Allende
• Caracteristicas de esta época:
− La temática gira alrededorde problemas existenciales como la soledad, la falta de comunicación, la muerte y
el sentido sagrado del cuerpo.
− En el aspecto técnico reelaboran y elevan a su máxima perfección los procedimientos anteriores. Por
ejemplo, al monólogo interior le añaden la descripción de sueños y alucinaciones, o complican las estructuras
novelísticas con muchos personajes diferentes, acciones paralelas, etc.
− Su lenguaje se distingue por el afán de experimentar creando aliteraciones y onomatopeyas, por su
anticonvencionalismo −desorden de la expresión− y por incorporar palabras y recursos tomados del folclore y
las culturas indígenas.
− Recrean el realismo mágico, inaugurado por Alejo carpententeir, que es característico de la idiosincrasia
americana. Consiste en profundizar en ciertos aspectos de la realidad que se perciben como como mágicos o
maravillosos, borrado los límites entre lo real y lo imaginario.
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• Autores significativos de esta tendencia son: Ernesto Sábato, Ju-lio
Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Maria
Vargas Llosa. Los dos últimos resultan muy conocidos y populares,
razón por la cual vamos a ocupamos de ellos más extensamente.
. Gabriel García Márquez. Autor nacido en Arataca, Colombia, en 1928, es una de las figuras clave de la
actual narrativa hispa-noamericana. Ejerció como periodista, al principio, publicando artículos, crónicas y
cuentos en distintos diarios de su país. Aun-que ya había escrito algunas obras anteriores como La hojaras-ca
y El coronel no tiene quien le escriba, Cien años de sole-dad le consagró como autor excepcional, cuya
técnica narrativa revolucionó la novela contemporánea. Los valores más impor-tantes de esta obra son:
− Combinación de realidad y fantasía propia del realismo mágico. − Lenguaje fluido y abundante, cargado de
humor y fina ironía. − Mezcla de lo local hispanoamericano con valores universales.
− En Cien años de soledad se narran dos historias paralelas: la de un
pueblo típico −Macondo− y la de la familia Buendía.
La magnífica labor creativa de García Márquez, que ha continuado en obras posteriores como El otoño del
patriarca y El amor en los tiempos del có-lera, fue reconocida con la concesión del premio Nobel en 1982.
. Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) se dio a conocer en España con su obra La ciudad y los perros,
ganadora de un premio literario en 1962. En ella se observan técnicas narrativas muy personales que se harán
más evidentes en Conversaciones en La Catedral. Sus temas favoritos son la crítica social y la corrupción de
los poderes estatales. Como caracterís-ticas de su estilo citaremos la independencia estética y una cuidadosa
ela_ boración técnica.
Ernesto Sábato (1911− ), novelista y ensayista argentino, cuya obra se caracteriza por un profundo contenido
intelectual sobre la difícil separación entre las nociones del bien y del mal, y por un estilo brillante e
inquietante.
. Ernesto Sábato Nació en Rojas (Buenos Aires) en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Se
licenció en Física y Matemáticas en la Universidad de La Plata; después de doctorarse en 1938, viajó a París
para trabajar en los laboratorios Joliot−Curie. Entró en contacto con el surrealismo, experiencia transcendente
en su vida ya que decidió adentrarse en los territorios más oscuros del arte apoyándose en el lenguaje del
inconsciente y en los métodos del psicoanálisis. Regresó a Argentina en 1940 como profesor de la
Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1945 publicó unos artículos en el periódico La Nación atacando el
régimen de Perón, por lo que se vio forzado a abandonar la enseñanza.
. Julio Cortázar (1914−1984), escritor argentino que fue un renovador del género narrativo, especialmente
del cuento breve, tanto en la estructura como en el uso del lenguaje. Aunque nació en Bruselas, vivió en París
la mayor parte de su vida ciudad en la que murió y en 1981 se nacionalizó francés, como protesta ante la toma
del poder de las diferentes juntas militares en Argentina, es un autor argentino plenamente integrado en la
literatura hispanoamericana.
. Carlos Fuentes (1928− ), escritor mexicano, cosmopolita y polígloto, es uno de los grandes narradores y
pensadores de su país.
Nacido en la ciudad de México, se educó en diversos países americanos a causa de la profesión diplomática de
su padre. Estudió en Suiza y Estados Unidos, aunque la carrera de abogado la realizó en la Universidad
Nacional Autónoma de México, donde conoció al profesor exiliado español Manuel Pedroso, que ejerció una
gran influencia en su vocación literaria. Empezó a publicar en la revista Medio Siglo con sus compañeros de
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generación, Salvador Elizondo, Flores Olea, González Pedrero y Sergio Pitol. Fundó y dirigió con Emanuel
Carballo la Revista Mexicana de Literatura (1955−1958) y fue codirector con Luis Villoro, Francisco López
Cámara y Jaime García Terrés de El Espectador (1959−1960), una importante revista política.
2.− ANÁLISIS DE LA OBRA
2.1.− EL PUNTO DE VISTA
⋅ Tipo de narrador.
− Omnisciente
⋅ Características de este narrador
− Expone comenta las actuaciones de los personajes y los acontecimientos que se van desarrollando en la
narración.
− Se interna en los personajes y les cuenta a los lectores los pensamientos más íntimos que cruzan por sus
mentes.
− Domina la totalidad de la narración, parece saber lo que va a ocurrir en el futuro y lo que ocurrió en el
pasado.
− Utiliza la tercera persona del singular.
2.2.− ESPACIOS DE LA OBRA
⋅ La partida
− California, es el lugar de nacimiento del protagonista, Alexander Cold, allí vive felizmente gran parte de su
vida junto con sus hermanas Nicole Cold y Andrea Cold; su padre y su madre John Cold y Lisa Cold. Aquí es
donde empieza la aventura, debido a que su madre está enferma de cáncer y debe ir a una clínica de Texas con
el acompañamiento de su padre, dejan a las hermanas de Alex con la abuela materna y al propio Alex con su
abuela paterna, Kate Cold, junto con ella sucederán grandes aventuras.
⋅ Lugar de tránsito
− Nueva York, es el lugar por donde Alex tiene que pasar antes de ir al Amazonas, ya que va con su abuela y
esta vive allí. Este lugar es exclusivamente de tránsito, por lo que no le ocurren muchas cosas, lo único que
habría que destacar de su paso por esta ciudad es que tiene que ir solo a casa de su abuela porque esta no va a
recogerle al aeropuerto como estaba previsto.
⋅ Lugar final
− Amazonas, en este lugar ocurren todos los hechos del libro, exceptuando los primeros capítulos, por ello es
muy importante. Alex va al Amazonas porque debe quedarse con su abuela, y esta viaja mucho y tenía el viaje
planificado por lo que no podía dejarlo. A Alex no le gustaba nada la idea de ir con su abuela paterna y menos
la de tener que ir a un sitio tan raro, es decir, tan diferente de lo que él estaba acostumbrado. Al principio no le
gusta nada el lugar, debido a su clima tan húmedo, sus continuas lluvias y a la gran cantidad de insectos y
animales que hay en esa grandísima zona; pero al final le gusta mucho el lugar y se va acostumbrando a sus
fenómenos meteorológicos y su abundante fauna y flora.
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⋅ Metáforas de la vida
− Sí, son lugares que pueden simbolizar etapas de la vida, como son la niñez, la adolescencia, la madurez y la
senectud. O simplemente cursos dentro de la adolescencia, que como todo el mundo sabe es una época muy
difícil en la que se cambia mucho.
2.3.− EXPLICACIÓN DEL CONTENIDO
⋅ Argumento / resumen de la obra:
Alexander Cold, es un muchacho americano de 15 años a quien sus padres deciden enviar a Nueva York a
casa de su abuela Kate mientras su madre, enferma de cáncer, se somete a tratamiento. Aunque al principio a
Alex le parece horrible la idea, cuando llega a Nueva York se entera de que su abuela, una escritora intrépida
que trabaja para una revista de viajes, le tiene preparada una sorpresa: viajarán juntos a la selva amazónica,
entre Brasil y Venezuela.
Los dos formarán parte de una expedición para buscar a una criatura gigante de la que no se sabe nada, ya que
desprende un olor tan penetrante que desmaya o paraliza a todo aquel que tiene cerca. La aventura llevará a la
abuela y al nieto a un mundo sorprendente en el que convivirán con toda una galería de personajes, desde
Nadia Santos, una chica brasileña de 12 años que puede hablar con los animales y sabe mucho de la
naturaleza, a un centenario chamán indígena que conoce los secretos de la medicina y de las tradiciones, y a
una tribu de indios que viven como en la Edad de Piedra y dominan el arte de hacerse casi invisibles.
El universo ya conocido de Isabel Allende se amplía en "La Ciudad de las Bestias" con nuevos elementos de
realismo mágico, aventura y naturaleza. Los jóvenes protagonistas, Nadia y Alexander, se internan en la
inexplorada selva amazónica llevando de la mano al lector en un viaje sin pausa por un territorio misterioso
donde se borran los límites entre la realidad y el sueño, donde hombres y dioses se confunden, donde los
espíritus andan de la mano con los vivos.
⋅ Idea principal ( o dominante):
− Un muchacho de ciudad va hacer un expedición, con su abuela, a la selva. En su viaje descubre la parte,
maravillosa de la selva amazónica, y en ella la parte oscura del hombre. Allí va en busca de la bestia, pero en
realidad, es el tema central de la obra, se puede decir que es la protección de la naturaleza, y los daños que el
hombre causa en ella.
2.4.− LOS PERSONAJES
⋅ El heroe:
Alexander Cold:
− Psicológicamente: Es un chico incrédulo, ya que es engañado casi siempre, también defensor de sus ideas.
Es muy sarcástico con su abuela. Es un poco picaron, ya que en un principio se fijaba exclusivamente en los
senos de las mujeres desnudas, incluso llega a fijarse en su abuela.Es muy valiente, ya que se dedica a la
escalada. Le llaman Jaguar, ya que es su animal totémico.
− Físicamente: Es bajo, según dice él es que no a realizado aún el cambio de niño a adolescente, por ello
tampoco tiene pelos en la barba como casi todos sus amigos. Para Nadia es atractivo y simpático.
⋅ Personajes femeninos:
Nadia Santos:
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− Psicológicamente: Es una persona valiente, su única fovia es la altura, no se asusta fácilmente ya que ha
vivido mucho tiempo entre animales. Es simpática y diferente a las demás como dice Alex ya que ninguna
chica que conoce seria capaza de estar ten serena en situaciones como las que vivien.
− Físicamente: Cabello crespo y alborotado, desteñido por el sol, los ojos y la piel color miel. Es una niña de
12 años, por lo que no tiene curvas, pensamiento de Alex, como las chicas que Alex conoce. Pero aún así a
Alex le atrae su físico y su forma de ser.
Lisa Cold:
− Psicológicamente: Deprimida, hundida, desalentada, etc; todo es debido a la enfermedad, se siente
impotente ya que ve que no puede hacer nada de lo que hacia antes y que puede morir en cualquier momento.
− Físicamente: Demacrada, muy delgada debido a la enfermedad y alta.
Kate Cold:
− Psicológicamente: Es lista, da consejos muy sabios, es una mujer de pocas palabras y de medidas extremas.
Parece que se lleva mal con Alex, pero en el fondo le quiere, desea hacerle escarmentar para que aprenda de
sus acciones.
− Físicamente: Alta, ambejecida, es una persona mayor y por lo tanto tiene arrugas, pero como dice Alex en la
obra atractiva para su edad y a su manera.
Omaya Torres:
− Psicológicamente: Es una persona modesta, lista, elocuente y sobre todo muy tranquila, no es alterable
fácilmente.
− Físicamente: Bella mulata de unos treinta y cinco años, con cabello negro, piel color ámbar, y ojos verdes
almendrados de gato. Gran belleza, destacable sus senos.
⋅ Personajes masculinos:
César Santos:
− Psicológicamente: Inteligente, bondadoso, buen padre, su mujer murió, por lo que necesita una madre para
su hija, y esa mujer el quiere que sea la doctora Omaya Torres.
− Físicamente: hombre alto, con un perfil afilado de pájaro, facciones viriles y expresión abierta, la piel
curtida por la intemperie y una melena oscura amarrada en una cola en la nuca.
Karakawe:
− Psicológicamente: Era un hombre hosco y lacónico, solo contestaba con una o dos palabras cuando alguien
le hacía una pregunta ineludible. Respetaba sus viejas tradiciones. Hombre misterioso y maligno.
− Físicamente: Hombre de piel oscura, fuerte y robusto. Es indígena, pero lleva muchos años entre los
hombres blancos.
Ludovic Leblanc:
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− Psicológicamente: Precavido, mala memoria para los nombres femeninos, es todo lo contrario a una persona
valiente y además una persona embustera, debido a que ha escrito un libro sobre cosas que la gente que esta
con él duda mucho que lo haya hecho ya que es cobarde.
− Físicamente: Era un hombrecillo de unos cincuenta años, bajo, flaco, nervioso, con un gesto permanente de
desprecio o de crueldad en los labios y unos ojos hundidos de ratón.
Mauro Carías:
− Psicológicamente: Es despiadado, ya que como dice Nadia, su corazón lo lleva metido en una bolsa; es
avaricioso y ambicioso.
− Físicamente: Apuesto, bronceado, manos cuidadas, dientes blanquísimos, vestido con fina ropa deportiva.
El padre Valdomero:
− Psicológicamente: Buena persona tiene demasiada bondad. Lo tratan por loco, no solo por el hecho de que
es cura y bebe mucho alcohol sino porque dice haber visto a la Bestia.
− Físicamente: alto y fornido, con unas tremendas espaldas de leñador y el cabello blanco.
3.− TEMAS DE REFLEXIÓN
3.1.− PERSONAJES MAS EVOLUTIVOS
Yo pienso que los personajes que más evolucionan a lo largo de la obra son Alex y Nadia.
Alex porque al principio de la obra es mucho más superficial, vergonzoso, niño, etc; y a lo largo de la obra da
un cambio muy grande de su situación inicial al final es mucho más atrevido, hombre (no solo por el hecho de
que en la tribu le hicieran el rito de los mayores).
Nadia porque se hace mucho más valiente, sobre todo vence su gran y único miedo que es la altura.
3.2.− TOLERANCIA
Por parte de los buenos, que son Kate Cold, Omayra Torres, Nadia Santos, Cesar Santos, Alex Cold, la
TOLERANCIA que tienen hacía las tribus indígenas, es buena, pero los personajes malos Ariosto, Leblanc,
Mario Carias, no. Ya que no tiene ningún respeto hacia ellos, y los tratan como animales y salvajes, que en
realidad son totalmente lo contrario, personas y tranquilos.
3.3.− CRISIS ECOLÓGICA
⋅ ¿Hay modo de evitar esta situación?
Hay un modo, pero viendo como es el mundo, pienso yo que será muy difícil. Ya que se basa en que todos
respetemos la naturaleza, con sus beneficios y sus contras. Ya que sin la naturaleza, no podríamos vivir. Por
eso debemos respetar las tribus vírgenes que viven en ellas y sus culturas. Cada uno se debe proponer, hacer
algo para el bienestar de todos, contribuyendo a respetar la naturaleza.
⋅ ¿Qué se puede hacer en los casos en que los intereses inmediatos de la
especies animales o vegetales?
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Lo que se puede hacer, es que la raza humana evolucione sin tener que reforzarse de la naturaleza, como, la
tala de árboles, matar animales en extinción, para obtener pieles, u otros productos manufacturados
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