capítulo v actividad, paro e inactividad

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CAPÍTULO V
ACTIVIDAD, PARO E INACTIVIDAD
CAPTI'ULO V. ACTIVIDAD, PARO E INACTIVIDAD
INTRODUCCIÓN
La contrastación de estos parámetros, la actividad, el paro o la
inactividad, entre la sociedad rural y la urbana, pone de manifiesto las consecuencias de dos estructuras demográficas diferentes,
así como, también, dos formas de entender la relación con la actividad. Si en el mundo urbano hay una clara separación entre estos
tres conceptos, no es claro que esto sea así en el mundo rural. El
paso, por ejemplo, de la actividad a la inactividad en el mundo
rural es más formal que real, multiplicándose los casos de personas inactivas por jubilación o por invalidez que continúan ligadas
de alguna manera a algún tipo de trabajo; algo similar sucede con
las mujeres, catalogadas como amas de casa o inactivas, las cuales
realizan muchas veces una importante actividad laboral bajo la
denominación de ayudas familiares.
5.1. Aspectos generales
Los rurales tienen una tasa de actividad bastante más baja que
la de la población urbana, debido, primero, a que la población
rural está mucho más envejecida y tiene potencialmente una
población activa menor; y segundo, porque en el mundo rural es
mayor el número de personas jubiladas de forma anticipada, por
la dureza de las tareas del campoó9. Este factor negativo se com^ Además de la dureza del trabajo agrario que acorta la vida laboral del agricultor, hay un programa de la UE de jubilariones anticipadas que indemniza a los padres que transmiten de forma anticipada la propiedad a su hijos agricultores paza que ellos se pongan al frente de la explotación.
161
pensa con una menor presencia del paro, si bien es general que
esta lacra social afecta, también, a los más jóvenes. No olvidemos
que un número importante de jóvenes rurales realizan estudios de
bachiller, medios o superiores con la intención de emigrar o salir
del pueblo, y que muchas veces si se quedan es porque no les queda más remedio. Estas personas, aún cuando esporádicamente
pueden realizar algún trabajo en el campo (sobre todo como ayudas familiares), se consideran parados porque no trabajan en lo
que les gustaría trabajar, o porque su trabajo no tiene un carácter
continuo.
En el conjunto del país, del total de población activa (quince
millones), un tercio se ubica en municipios menores de diez mil
habitantes y una proporción parecida representan los parados
rurales. Los jubilados, sin embargo, se localizan en un cincuenta
por ciento en los municipios menores (véase cuadro 35). Esto da
una idea de la importancia del proceso de envejecimiento demográfico en la actividad laboral70.
Cuanto mayor es el hábitat al que se refieren los datos, mayor
es la tasa de actividad y mayor es también la tasa de paro (véase
cuadro 36).
Asimismo, la proporción de jubilados decrece en los municipios mayores y aumenta la importancia del colectivo de estudiantes y de amas de casa. Lo primero y lo segundo se explica en función del envejecimiento poblacional. La proporción de amas de
casa también, pero sólo en parte, ya que la situación laboral del
ama de casa no está muy clara y muchas veces, aunque supere la
edad de jubilación, se sigue declarando ama de casa.
'0 Sobre el par[icular, Paul Paillat ha realizado un interesante estudio en las comunas rurales de
Francia: VIEILLISSEMENT ET ACTIVITES LOCALES. Presses Universitaires de France, París
1991.
162
CUADRO 35
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN SEGÚN ACTIVIDAD,
PARO Y TIPO DE INACTIVIDAD
(Datos absolutos, en miles)
Tamaño
< 2.000 hab.
<10.000 hab.
>10.000 hab.
Activo
Parad.
1° Emp.
Jubil.
Estud.
S/Lab.
1.138,8
3.693,6
11.660,8
188,3
672,3
2.231,3
59,9
189,5
688,1
695,7
1.826,5
3.811,8
145,5
474,3
2.131,5
598,1
1.721,7
4.682,4
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
CUADRO 36
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN SEGÚN ACTIVIDAD,
PARO Y TIPO DE INACTIVIDAD
(Porcentajes horizontales)'t
Tamaño
< 2.000 hab.
<10.000 hab.
>10.000 hab.
T. Act. T. Paro
43,4
47,0
51,3
16,5
18,2
19,1
1° Emp.
Jubil.
Estud.
S/Lab.
31,9
28,2
30,8
46,9
43,9
34,5
9,8
11,4
19,2
40,3
41,4
42,3
Fuente: Censo 1991 ( Elaboración propia)
5.2. Actividad sectorial
Todo lo que hemos comentado en relación a la desagrización
del mundo rural se corrobora con la información que se detalla en
este apartado. Cada vez estamos más lejos de un mundo rural
exclusivamente agrario y cada día cobran más fuerza otras actividades que surgen como alternativa a la crisis de la actividad agraria, o como actividades complementarias. Hay otras razones que
impulsan el resurgir de una actividad no agraria, como el abarata" T.ACC= (Ac[ivos/Población de 16 años y más)*100.
T.PARO= ( Parados/Activos)*]00.
I°EMP= (Parados que buscan su primer empleo/Parados)*100.
1UBIL.= (lubilados y pensionistas/Inactivos)*100.
ESTUD= ( Estudiantes/[nactivos)*100.
S/LAB= (Sus labores/Inac[ivos)*100.
163
miento de costes por la abundante mano de obra, sobre todo
femenina, y el bajo valor del suelo; pero este segundo hecho todavía tiene un carácter marginal y sólo afecta de forma especial al
mundo rural próximo a las grandes ciudades.
Las dos ideas que es preciso resaltar son: primero, que el
mundo rural se define y diferencia frente al no rural por la
importancia y el peso específico del trabajo de la agricultura,
pese a la fuerte crisis de este sector durante los últimos años; y,
segundo, la importancia creciente de otras formas de actividad,
que vienen a equilibrar e, incluso, superar, a la propia actividad
agraria.
En el mundo rural había, según el Censo de 1991, algo menos
de un millón de trabajadores agrarios, cifra que se ha ido reduciendo en los últimos años7z. Esta cifra aún es importante, pues
ocupa a uno de cada tres activos rurales; algo más en los pueblos
más pequeños, y algo menos, en los más grandes.
En relación a este sector conviene tener claro dos hechos; primero, la importancia que aún tiene la agricultura para la pervivencia del mundo rural; y, segundo, el incremento, en términos
absolutos, que no en porcentajes, de la actividad agraria en el
mundo urbano. No conviene olvidar que los activos agrarios no
rurales suman más de medio millón de personas, y que ya afectan
al 37 por ciento de este grupo de activos. Por otro lado, los agricultores urbanos suelen estar mejor informados, tienen explotaciones más grandes, conocen y participan más en las organizaciones y tienen importantes conexiones con los órganos de decisión
de Bruselas. Con este comentario no se pretende quitar importancia a la actividad agraria del mundo rural, sino liberar a lo rural
de la fuerte dependencia de lo agrario y abrir otras perspectivas
de supervivencia para este medio. Las nuevas formas de ruralidad
pasan no sólo por nuevas formas de ocupación, sino, también, por
dar un nuevo contenido al trabajo de la agricultura, no necesariamente, como en el pasado, vinculado a la producción de alimentos. Como ha señalado el grupo de Bruges (EI País, 3 de abril de
1996), la agricultura tiene que aprovechar su potencial en la pro'z Los datos de la EPA rela[ivos al cuarto trimestre de 1998 dan una cifra de 1.265,8 activos y
1.029,5 ocupados, siendo la tendencia a disminuir [anto los activos como los ocupados.
164
ducción de bienes no materiales, así como en lo que se refiere a la
producción de "paisaje, medio ambiente, de agua, de equilibrio
territorial". En esta misma línea apuntan los Documentos de la
UE "EL FUTURO DEL MUNDO RURAL" ( Documento
7957/88, de agosto de 1988) y EVOLUCIÓN Y FUTURO DE
LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN ( Comisión de las Comunidades Europeas).
Un sector en aumento en el mundo rural ha sido la construcción. En contra de lo que a primera vista pudiera parecer, este
sector absorbe proporcionalmente más gente en el medio rural
que en el urbano (cuadro número 37). En el urbano este sector
supone un 10,8 por ciento, y en el rural el 13 ó el 14 por ciento,
según se trate de municipios más o menos rurales. En los pueblos
parece existir una demanda creciente de construcción derivada de
la mejora de las viviendas; de la recuperación de viviendas abandonadas, que se han convertido en habitables, de los nuevos
inquilinos rurales; de la creación de naves industriales para almacenaje y aparcamiento de maquinaria pesada; de la mejora de la
infraestructura vial y de la dotación de equipamientos de abastecimiento y saneamiento. El resultado ha sido un remozamiento de
los pueblos y la dinamización de un sector, que había quedado
anquilosado. Hay otra circunstancia más a añadir, y es la presencia en los pueblos de trabajadores de la construcción que se trasladan diaria o semanalmente a los centros urbanos más próximos
para realizar su trabajo, pero sin haber perdido su domicilio (Oliva Serrano, J. 1995).
Todos pensábamos que con motivo de la emigración la industria rural se había desmantelado, pero la información del Censo
del 91 nos hace ver que, hoy. por hoy, es un sector muy importante, tanto en términos absolutos, trabajan en él casi tantas personas
como lo hacen en la agricultura, como en datos relativos. Parece
ser que la recuperación de la industria rural está motivada por
dos hechos; uno de carácter endógeno, que se relaciona con la
recuperación/adaptación del artesanado rural (Aguilar Criado, E,
1995) y otras actividades que tienen una base natural en el mundo
rural, y otra, de carácter exógeno, consecuencia de los procesos
de difusión o de desconcentración de la actividad industrial (cua-
165
dros número 37 y 38). El desarrollo endógeno parece tener un
carácter familiar y es limitado en cuanto a inversiones y infraestructura; y el exógeno, tiene que ver con producciones que
requieren grandes extensiones de terreno, como la industria del
mueble u otras industrias. Faltan estudios que aclaren esta cuestión y den una idea pormenorizada de estos procesos y sus tendencias futuras.
El sector terciario es probablemente el que más se ha desarrollado y el que absorbe más mano de obra. Iguala en puestos
de trabajo a la agricultura, en los municipios de menos de 2.000
habitantes, y la supera en los menores de 10.000 habitantes.
Alguien pudiera atribuir el extraordinario desarrollo de este
sector al turismo rural y a las subvenciones llegadas de Bruselas. Sin pretender minimizar la importancia de estas ayudas,
entiendo que la terciarización rural se ha producido con
anterioridad a estas políticas y en zonas en donde apenas han
llegado las subvenciones. La burocratización de la vida municipal, la extensión de la red bancaria, el acercamiento de servicios a los consumidores y la oferta de ciertos productos especializados están desarrollando un sector que puede ir a más en los
próximos años (García Sanz, B. 1994, 212). No hay que olvidar
la importancia de la población flotante, que es ya una realidad,
y puede serlo aún más en los próximos años. Este grupo puede
ser un consumidor privilegiado de productos elaborados en este
medio.
CUADRO 37
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN ACTIVA POR SECTORES
DE PRODUCCIÓN
(Datos absolutos, en miles)
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Sector I
Sector II
Construc.
Sector III
372,1
958,5
577,8
216,0
798,6
2.858,1
145,8
500,0
1.177,7
344,9
1.246,9
6.359,0
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
166
CUADR038
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN ACTIVA POR SECTORES
DE PRODUCCIÓN
(Porcentajes horizontales)
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Sector I
Sector II
Construc.
Sector III
34,5
27,3
5,3
20,0
22,8
26,0
13,5
14,3
10,7
32,0
35,6
58,0
Fuen[e: Censo 1991 (Elaboración propia)
5.3. Actividad por género
Como han señalado recientes trabajos (V-Mazariegos y otros,
1991; 1993; Bericat Alastuey E. y Camarero Rojas M, 1994; Sampedro R, 1996; García Bartolomé J.M, 1994) la mujer rural está
muy sobrecargada desde el punto de vista de la actividad, aunque
esta situación no se recoja de forma fidedigna en las estadísticas.
Se encarga de las tareas de la casa, es un puntal básico como ayuda familiar en los trabajos de la agricultura, atiende al cuidado de
las personas mayores, realiza trabajos eventuales vinculados a
tareas puntuales dentro de la agricultura y, a veces, está al frente
de un negocio, un bar o una tienda, en la que no siempre figura
como titular.
Pero no es esta la situación que miden las estadísticas oficiales,
sino la vinculación a un trabajo remunerado.
Desde esta perspectiva, hay que señalar que, tanto los hombres como las mujeres rurales son menos activos que los urbanos.
La diferencia por género es, si cabe, mucho mayor en la mujer
rural que en el hombre rural. Por cada 100 mujeres rurales son
activas entre 24/28, en cambio, en la sociedad urbana, la tasa de
actividad femenina es del 35 por ciento. En los hombres las diferencias se acortan, oscilando entre 62/66 de activos en el mundo
rural, hasta e168 por ciento en la sociedad urbana.
La composición de la actividad es también muy diferente; los
activos rurales están muy agrarizados frente a los urbanos que se
decantan hacia el sector terciario e industrial. También, los acti-
167
vos rurales trabajan más en la construcción que los urbanos. Esta
tendencia es, también, extrapolable a la mujer rural, con la salvedad de que tiene una presencia mayor en el sector industrial que
la urbana.
La razón de masculinidad por sectores y hábitat es un exponente del carácter diferencial de la actividad; en conjunto, trabajan menos mujeres rurales que urbanas, pero la presencia femenina rural es, proporcionalmente, más numerosa en la agricultura y
en la industria, y menos en la construcción y en los servicios; por
contra, la población activa femenina urbana es más numerosa en
los servicios y en el sector de la construcción (cuadros número
39.1, 39.2, 40.1, 40.2 y 41).
Ahora bien, la estructura de la actividad masculina rural está
bastante equilibrada, siendo el sector agrario el que, en conjunto,
ocupa a un número mayor de varones. Le sigue en importancia el
terciario, la industria rural y la construcción. El trabajo de la
mujer se orienta de forma más clara hacia el sector terciario y hay
un cierto equilibrio entre las mujeres que trabajan en las industrias rurales y las que lo hacen en la agricultura.
Una comparación de la actividad por género señala una clara
masculinización de la actividad agraria y una relativa feminización de la actividad terciaria. En efecto, de los activos agrarios, el
75 por ciento son hombres y sólo el 25 por ciento mujeres; en
cambio, en el sector terciario las proporciones se reparten entre
el 57 por ciento para los hombres y el 43 por ciento para las
mujeres. Hay que significar que en este sector trabajan más de
medio millón de mujeres, más del doble de las que lo hacen en la
agricultura, y más del 50 por ciento de las mujeres que trabajan.
Otro tanto sucede con el trabajo de la industria rural, el cual da
ocupación a tantas mujeres como la agricultura. Esto debe hacer
pensar que el futuro de la mujer rural va a estar cada vez menos
vinculado a la agricultura y va a depender cada vez más de los
otros sectores de actividad, sobre todo del terciario y de la industria rural.
168
CUADRO 39.1
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN MASCULINA ACTIVA
POR SECTORES DE PRODUCCIÓN
(Datos absolutos, en miles)
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Sector I
Sector II
Construc.
Sector III
305,2
715,7
426,0
155,3
568,0
2.106,8
142,5
487,7
1.121,7
194,2
715,3
3.577,9
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
CUADRO 39.2
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN MASCULINA ACTIVA
POR SECTORES DE PRODUCCIÓN
(Porcentajes horizontales)
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Sector I
Sector II
Construc.
Sector III
38,3
28,8
5,9
19,5
22,8
29,1
17,9
19,6
15,5
24,3
28,8
49,5
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
CUADRO 40.1
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN FEMENINA ACTIVA
POR SECTORES DE PRODUCCIÓN
(Datos absolutos, en miles)
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Sector I
Sector II
Construc.
Sector llI
66,9
242,8
151,7
60,7
230,6
751,3
3,3
12,3
56,0
150,7
531,6
2.781,1
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
169
CUADRO 40.2
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN FEMENINA ACTIVA
POR SECTORES DE PRODUCCIÓN
(Porcentajes horizontales)
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Sector I
Sector II
Construc.
Sector III
23,8
23,8
4,1
21,5
22,7
20,0
1,2
1,2
1,5
53,5
52,3
74,4
Fuente: Censo ]991 (Elaboración propia)
CUADRO 41
ESPAÑA 1991: RAZÓN DE MASCULINIDAD" DE LA
POBLACIÓN ACTIVA POR SECTORES DE PRODUCCIÓN
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Sec.I
Sec.II
Const.
456
295
281
256
246
280
4.162
3.976
2.003
Sec.III
129
135
129
Total
283
244
193
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
5.4. Actividad por situación profesional
La situación profesional diferencia y separa de forma clara a
los activos urbanos y a los rurales. En la sociedad rural la situación profesional se decanta de forma mayoritaria hacia el trabajo como autónomo (30 por ciento) y en la sociedad urbana hacia
el trabajo como asalariado (52 por ciento). En una y otra, hay
también diferencias en cuanto al número de empresarios74,
mayor en la sociedad urbana que en la rural (4 por ciento frente
a 5 por ciento), y de miembros de cooperativas y ayudas familia" (Población activa masculinalpoblación activa femenina)*100.
'0 Se aplica la categoría censal de empresario, tanto al rural como al urbano, porque en ambos
casos se contrata trabajo asalariado, pero las figuras parecen bastante diferentes, al menos en cuanto
al número de trabajadores que se contratan y a la relación que se establece entre ellos.
170
res, mayor en la sociedad rural (2,3 por ciento) que en la urbana
(1 por ciento). E1 carácter eventual del trabajo asalariado es
ligeramente mayor en la sociedad rural que en la urbana, aunque debido a motivos diferentes; en la sociedad rural la eventualidad es, más que nada, una nota del propio carácter del trabajo
agrícola, que es por naturaleza estacional y eventual, como la
vendimia, la recolección de frutas y hortalizas, la recolección de
la aceituna etc. En cambio en la sociedad urbana se mezcla el
carácter de eventualidad de determinados trabajos, como por
ejemplo el de los servicios en zonas de veraneo, o la construcción, con otros de naturaleza fija, pero que no son ofrecidos
como tales por el deseo de los empresarios de no aumentar de
forma incontrolada las plantillas de sus empresas (cuadro número 42).
Un hecho más a añadir al perfil anterior es el predominio
entre los rurales de trabajadores autónomos, tanto en la agricultura como en los otros sectores de actividad, y el bajo porcentaje de
personal técnico y de cuadros medios. En las ciudades disminuyen
los autónomos y aumentan los trabajadores por cuenta ajena, así
como se incrementa, también, la presencia de técnicos y de cuadros medios (cuadro número 43).
CUADRO 42
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN ACTIVA SEGÚN STl'UACIÓN
PROFESIONAL75
Porcentajes horizontales
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Empres.
Autóno.
Coop.
Ay/Fam.
Trab.
Fijos
Trab.
Event
3,7
4,5
4,8
29,5
21,7
9,1
1,2
1,2
0,9
2,3
2,4
0,9
31,8
33,8
52,3
30,4
35,4
29,8
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
15 la suma de los porcentajes no da 100 porque se ha excluido de la tabla la categoría "Otros".
l71
CUADRO 43
ESPAÑA 1991: POBLACIÓN ACTIVA SEGÚN CONDICIÓN
SOCIOECONÓMICA76
Porcentajes horizontales
Tamaño
< 2.000 hab.
< 10.000 hab.
> 10.000 hab.
Agric.
C/Propia
Agric.
C/Ajena
21,18
13,48
1,59
12,25
12,77
3,32
Empr.
Técnicos
No Agr.
14,13
14,82
13,28
6,41
6,61
13,95
Cuadros
Medios
8,88
10,21
23,41
Fuente: Censo 1991 (Elaboración propia)
5.5. A modo de conclusión
EI envejecimiento del mundo rural ha provocado una fuerte
distorsión de la actividad que se ha traducido en una menor tasa
de actividad y en un incremento considerable de personas dependientes e inactivas. Estos procesos han afectado sobre todo a la
agricultura que ha visto reducida su importancia absoluta y relativa no sólo en el cómputo sectorial de la actividad, sino, también,
en la estructura ocupacional del mundo rural. Sin negar la relación, todavía existente, entre actividad agraria y ruralidad, se ha
demostrado que ésta es cada vez menos importante, cobrando
cada vez más fuerza los otros sectores de actividad como el terciario, la industria rural y la construcción.
La creciente desagrización rural ha afectado sobre todo a las
mujeres y a los jóvenes que, o bien han emigrado, o bien se han
ido ubicando en otros sectores de actividad; las mujeres en el terciario, y los jóvenes en la construcción y la industria rural. La
agricultura, por contra, es una actividad de hombres y de personas maduras.
Los rurales propenden a realizar trabajos como autónomos,
hecho que se generaliza en el trabajo agrario, pero que se extiende, también, aunque en menor medida, a los otros sectores de
J6 La suma de los porcentajes no da 100 porque se han excluido de la tabla las categorías "Resto
del personal" y "O[ros".
172
actividad. Abundan, también, las ayudas familiares y los trabajos
eventuales, actividades ambas muy vinculadas a determinadas
tareas y a ciertos períodos del año.
173
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