MILITARES RETIRADOS, CADA VEZ CON MENOS DERECHOS __________________________________________________________________________________________________________________ En AMARTE, y demás asociaciones de militares de carácter reivindicativo, es decir, de las que defienden y promocionan los derechos y legítimos intereses profesionales, económicos y sociales de todos los militares en las distintas situaciones de actividad y reserva, y de los militares retirados y de sus causahabientes, ocurre lo que debe ocurrir: que cada día –en el ejercicio del derecho fundamental de asociación- unos militares se dan de alta y otros se dan de baja en la asociación, ya sea personalmente o por carta o cualquier medio de telecomunicación. Nadie tiene que dar explicaciones sobre su decisión, pero unos las dan sin pedírselas y a otros (particularmente si han sido muy activos y participativos durante el tiempo en que han sido socios) se les pide –a título informativo y si a bien lo tienen- por parte de algún miembros de la Junta Directiva, por si acaso se ha producido algún hecho o circunstancia que la Asociación deba corregir o enmendar. Pues bien, la causa más frecuente de las bajas suele expresarse aproximadamente en los siguientes términos: “Es que yo acabo de pasar a retirado, me han fijado la pensión, he empezado a cobrarla y cada año me la actualizarán con arreglo al IPC. Ya no tengo problemas, ni derechos que defender, ya no tiene sentido estar asociado.” Desde AMARTE, y las otras asociaciones, no nos cansamos de repetir a esos amigos y compañeros que, si esa es la verdadera causa de su baja, están muy equivocados, que los militares retirados también tienen problemas, que el retiro (o jubilación) no es una especie de liberación que todo lo salva o garantiza. Que las pensiones están regidas por una Ley que todos los años sufre cambios por la vía rápida, insegura e inconstitucional de la Ley de Presupuestos, que los funcionarios (civiles y militares), no se libran del pago de las medicinas (30 % de su precio con carácter vitalicio), que sus derechos económicos y sociales no tienen ninguna garantía absoluta, que incluso hay derechos profesionales que hay que seguir defendiendo (por ejemplo los ascensos honoríficos e incluso efectivos), etc., etc. Algunos de esos socios recapacitan y deciden continuar asociados; otros al cabo de un año o dos vuelven a asociarse. Las asociaciones, sin reprocharles nada, vuelven a recibir a esos amigos y compañeros con los brazos abiertos. Todos los militares, en actividad, reserva o retiro, y sus viudas/os u otros causahabientes son imprescindibles en las asociaciones. Todos, con solo ser socios, están contribuyendo a que los problemas existentes se vayan resolviendo (“hoy por ti, mañana por mí, pasado por mi viuda/o”. “Hoy por los activos, mañana por los reservistas, pasado por los retirados, o viceversa”. “Hoy por la tropa, mañana por los suboficiales, pasado por los oficiales, o al revés”). Todos, con solo ser socios, están evitando que el Estado, la Administración Militar, Defensa, vayan poco a poco minando, regateando, reduciendo o suprimiendo los derechos conseguidos y los legítimos intereses (o expectativas de derechos) pretendidos. Y como para muestra vale un botón, vamos a referir algunas de las cosas que están pasando con los retirados. Para ello vamos a recordar que es lo que decía la Ley 17/1999 (por no remontarnos más atrás) sobre los retirados y que es lo que dice la vigente Ley 39/2007, de la carrera militar: Ley 17/1999, art. 145.4.- “Los militares profesionales retirados disfrutarán de los derechos pasivos determinados en la legislación de Clases Pasivas del Estado, mantendrán los asistenciales y de otro orden reconocidos en las leyes, podrán usar el uniforme en actos militares y sociales solemnes y dejarán de estar sujetos al régimen general de derechos y obligaciones del personal de las Fuerzas Armadas y a las leyes penales y disciplinarias militares”. Ley 39/2007, art. 115.- “Los militares de carrera al pasar a retiro cesarán definitivamente en la relación de servicios profesionales con las Fuerzas Armadas y dejarán de estar sujetos al régimen general de derechos y deberes del personal de las Fuerzas Armadas y a las leyes penales y disciplinarias militares. Tendrán la consideración de militar retirado, en la que disfrutarán de los derechos pasivos determinados en la legislación de Clases Pasivas del Estado y mantendrán los asistenciales en el ámbito del Régimen de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas” (ISFAS). ... MILITARES RETIRADOS, CADA VEZ CON MENOS DERECHOS_______ La redacción de ambos preceptos parece la misma, pero no es idéntica ni siquiera similar en sus consecuencias. Hay matices nuevos de carácter restrictivo, cuando lo propio en un “Estado Social y Democrático de Derecho” sería que los derechos sociales o asistenciales fueran cada vez más amplios. Por una parte, es cierto, ambos preceptos mantienen que los militares retirados “disfrutarán de los derechos pasivos determinados en la legislación de Clases Pasivas del Estado”, pero de una legislación de Clases Pasivas que no es permanente ni cerrada, sino que está sometida a los continuos cambios anuales de las Leyes de Presupuestos, como muy bien se ha encargado de demostrar la que entró en vigor el 01-01-2009 con gravísimas consecuencias que ya están sufriendo los retirados a partir de esa fecha. Por otra parte los militares de carrera que pasan al retiro ya no tienen la “condición” de militares retirados, que les corresponde por derecho propio, por su propia naturaleza, sino que simplemente tienen la “consideración” de militares retirados. Es un matiz importantísimo. La “consideración” solo se concede al que no tiene la “condición”. Así por ejemplo, se otorga la “consideración de Suboficial de las FAS” a los miembros de la Escala de Cabos y Guardias del Cuerpo de la Gª. Civil, que tienen la “condición” propia de Guardias o Cabos. La condición de militar retirado era determinante para mantener los derechos “asistenciales y de otro orden reconocidos en las leyes” (en todas las leyes, en toda la normativa sobre esa materia). La “consideración de militar retirado” solo permite mantener “los derechos asistenciales en el ámbito del ISFAS”. ¿Cuáles han sido los efectos de tales matices legislativos?. Pues veamos un ejemplo: En los años 2007 y anteriores (e incluso en 2008, seguramente porque la convocatoria estaba redactada con anterioridad), se publicaron las Órdenes Ministeriales de aplicación del Plan de Acción Social del Ejército de Tierra (por importe de 1.747.800 euros) de 5.699 Ayudas al Estudio para los hijos de militares. En ellas se establecía que los titulares del derecho eran los “Oficiales y Suboficiales de carrera y Tropa Permanente del ET, que se encuentren ... en servicio activo, servicios especiales (...), excedencia voluntaria (...), suspensión de empleo, suspensión de funciones y reserva, así como los que se encuentren en la situación de retiro.” ¿Pero que ha ocurrido en 2009 (BOD de 8 de abril)?. Pues que la correspondiente Orden Ministerial (firmada por el MAPER F. Bastarreche, por delegación de la Ministra) ha convocado 5.409 Ayudas al Estudio (por importe de 1.705.800 euros) para hijos de militares, cuyos titulares del derecho son los “Oficiales y Suboficiales de carrera, la Tropa permanente (a la que no llaman “Tropa de carrera” como les reconoce la ley 39/2007), en situaciones de servicios activo, suspenso de funciones (...), reserva y excedencia por razón de violencia de género (...).” Desaparecen como titulares del derecho de percibir ayudas para los estudios, los militares retirados, que también tienen hijos con edades inferiores a 25 años, aunque estén retirados por edad, pero particularmente los retirados por inutilidad permanente en acto de servicio o por patologías o accidentes comunes, y que tienen tanta necesidad o más que los militares en actividad o reserva de percibir esas ayudas. El INVIFAS, recordemos, también excluyó desde el principio, y sigue excluyendo actualmente, a los militares retirados (y a los procedentes de RT) del derecho a participar en los concursos de adquisición de la propiedad de viviendas militares vacías. La Ley de Presupuestos para el 2009 ha introducido importantes cambios en la legislación de Clases Pasivas. Los que están pasando a retiro por edad no percibirán la pensión de Clases Pasivas si desempeñan cualquier trabajo en la empresa privada o por cuenta propia, siempre que estén dados de alta y cotizando a la Seguridad Social (que tienen que estarlo para poder ejercer legalmente tales actividades, y cotizando sin derecho –en la mayoría de los casos- a prestaciones ni pensión). La percepción de pensión de Clases Pasivas solo era incompatible con la percepción de retribuciones de las Administraciones, y así seguirá siendo para los retirados antes del 01-01-2009 (aunque el texto del proyecto pretendía que el cambio legislativo tuviera carácter retroactivo). Por otra parte, los retirados por inutilidad permanente para la profesión militar, pero no para toda profesión u oficio, percibirán el 75 % de la pensión legal (si trabajan en la empresa privada o por cuenta propia) y solo el 55 % si pasaron a retiro forzoso antes de cumplir 20 años de servicio. Las pocas huérfanas que quedan, anteriores a 1985, que llevan percibiendo su ridícula pensión de orfandad desde hace 24 años, la perderán si realizan cualquier trabajo remunerado.