POSICIÓN DE CORDES Y CRIPDES ANTE LA CRISIS ALIMENTARIA “Los precios de los alimentos se han disparado. La amenaza del hambre y la malnutrición es cada vez mayor. Millones de personas, las más vulnerables, están en peligro. Se necesita una respuesta urgente y eficaz.” “Este es el nuevo rostro del hambre, que afecta cada vez más a comunidades que anteriormente estaban protegidas.” “Sabemos lo que hay que hacer. Se necesitan voluntad política y recursos, asignados con eficacia y eficiencia.” Ban Ki-moon Si en nuestro país algunas comunidades, acompañadas por organizaciones de la sociedad civil, hubiesen formulado tales aseveraciones y, consecuentemente, demandado del Estado la pronta intervención, seguramente hubiesen sido hostigadas y señaladas como terroristas. Sin embargo, al ser formuladas por el Secretario General de las Naciones Unidas, ellas constituyen el reconocimiento expreso de que el modelo de desarrollo económico actual ha llevado a la humanidad al borde de una catástrofe alimentaria de envergadura planetaria. Variadas son las explicaciones que se han dado en relación a las causas de esta crisis: incremento en la demanda en la India y China, fenómenos climáticos, aumento de los precios del petróleo y más recientemente el aumento de producción de combustible a partir de productos de origen agrícola. Unos más otros menos, estos factores han contribuido a configurar la crisis alimentaria. No obstante, ésta solo puede ser cabalmente comprendida en el marco del desarrollo de la economía global, la cual se encuentra en los albores de una nueva crisis mundial; cuyas causas principales estarían en la sobreproducción de productos industriales, incluyendo los de alta tecnología y la subproducción y/o uso irracional de energéticos y alimentos, entre otros. En los últimos meses, se han escuchado, en nuestro país, muchas opiniones respecto a la crisis y la manera de enfrentarla. Lamentablemente, la mayoría de ellas están sesgadas por intereses electorales de quienes las pregonan y por tanto destaca, sobre todo, su carácter demagógico. Por otra parte, no se ha planteado una reflexión seria sobre las implicaciones que en la población salvadoreña ha tenido el modelo de desarrollo económico, impulsado por los gobiernos de ARENA, a “recomendación” de 1 organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo. Creemos que un balance serio del impacto de la aplicación de dicho modelo de desarrollo, ajuste estructural en el marco de las políticas neoliberales, en la población salvadoreña es una deuda pendiente. A las puertas de una crisis económica mundial, empeorada por la crisis alimentaria, la población debe saber cuáles son los beneficios obtenidos de: La enajenación del patrimonio de la nación (privatización de la banca, telecomunicaciones y distribución de la energía eléctrica) Mantenimiento de un patrón de acumulación basado en la sobreexplotación del trabajo que se beneficia del desempleo y se nutre de los bajos salarios, obligando, además, a centenares de miles de compatriotas a abandonar el país, en busca de oportunidades laborales. La renuncia a la soberanía monetaria y la consecuente imposibilidad de aplicar herramientas de política monetaria para incidir en la dinámica económica del país. El abandono de los sectores productivos agropecuarios, valiosos para la seguridad alimentaria de la población. Esto se vuelve más trascendente cuando organismos financieros internacionales han reconocido que el nivel global de ingresos de El Salvador (medido a través del PIB per cápita), genera los recursos suficientes para financiar su propio desarrollo y por tanto, no es sujeto de cooperación para el desarrollo. Para los salvadoreños esto tiene, además, otra interpretación: que el famoso “rebalse” a que se referían los promotores del modelo neoliberal ya debería estarse produciendo. En otras palabras, que todas y todos los salvadoreños deberíamos estar gozando de los beneficios económicos del modelo. Dada la naturaleza de la crisis mundial y las características del modelo de desarrollo del país, ésta debe ser enfrentada de manera integral y sobre la base de una revisión crítica de dicho modelo. Por una Estrategia de Desarrollo Alternativo y de Consenso Es el momento de que las y los salvadoreños alcancemos nuevos consensos y concibamos e impulsemos una estrategia integral de desarrollo alternativo, que ponga en el centro de todas las acciones al ser humano y su entorno natural. Es decir, el éxito en la ejecución de la misma deberá traducirse en una mejora real de la calidad de vida de toda la población y no únicamente a través de indicadores macroeconómicos que, en muchos de los casos, tienden a desfigurar la realidad. En tal sentido, consideramos que la estrategia a desarrollar debe comprender, entre otros, los siguientes fines: 2 1. Lograr que las y los salvadoreños tengan un nivel de vida adecuado que les permita disponer de alimentación, salud y educación de calidad. 2. La dignificación del trabajo y el uso óptimo de toda la energía productiva y creadora de la población salvadoreña 3. La protección y gestión territorial integral en armonía con su biodiversidad. Es lógico que una estrategia con tales fines rebase las formas actuales de gestión económica, política y social. Por tanto, se hace necesario un nuevo marco de gestión y participación social que permita reconstruir el tejido social del país, con nuevas prácticas y valores de convivencia social. Dicho marco debe caracterizarse por lo siguiente: La participación de la sociedad civil de manera organizada. Esto implica la creación de espacios de participación real, el fortalecimiento del liderazgo de sus organizaciones. El fomento de la solidaridad, en el ámbito nacional e internacional, en contraposición al individualismo mezquino que promueven quienes tienen un desmesurado interés por la obtención de beneficios económicos. Particularmente, creemos que debe avanzarse en la integración de los movimientos sociales de los países centroamericanos. El respeto pleno de los Derechos Humanos haciendo del movimiento social un contralor de las acciones del Estado y exigiendo que el gobierno cumpla con los preceptos constitucionales y los convenios internacionales. La crisis alimentaria va más allá de una escasez de productos o del incremento de precios (estacional o coyuntural). Esta crisis tiene que ver con la lógica de acumulación a nivel mundial y con la forma particular de cómo nuestro país se ha integra a la economía global, aplicando un programa de ajuste estructural en el marco de las políticas neoliberales, de forma dependiente. Tenemos la certeza que unos resultados positivos de la inserción del país al mundo globalizado, sólo pueden potenciarse en la medida que dicha inserción se fundamente en una matriz económica nacional fortalecida, sostenible y solidaria. Es decir, la estrategia debe comprender un conjunto de políticas y proyectos en la perspectiva de: 1. Fortalecer la base productiva para el mercado nacional, principalmente la producción de alimentos y la educación nutricional de la población. 2. Potenciar el posicionamiento competitivo del país en el contexto de la globalización. Invitamos, por tanto, a todas las fuerzas vivas del país a crear las condiciones para el consenso necesario para enfrentar la crisis global y particularmente, la crisis alimentaria que amenaza a nuestro país y a todo el planeta. 3 CRIPDES-CORDES Y LOS/AS PEQUEÑOS/AS PRODUCTORES/AS RURALES Desde hace 25 años las asociaciones CRIPDES y CORDES viene trabajando en la promoción del desarrollo económico-social autogestionario de las comunidades repobladas. Con el apoyo de organismos humanitarios, religiosos y la solidaridad internacional hemos ejecutado acciones de acompañamiento a las comunidades rurales y sub-urbanas, entre otros, en los ámbitos siguientes: Desarrollo de las actividades agropecuarias, mediante la aplicación de tecnologías que contribuyen a la conservación y mejoramiento del medio ambiente. Apoyo a la constitución y desarrollo de iniciativas empresariales, tanto asociativas como familiares. Apoyo financiero mediante la transferencia de recursos para la constitución de capitales semilla y la creación de instituciones cooperativas de ahorro y crédito. Fortalecimiento del tejido social en las comunidades repobladas y el empoderamiento de las mismas. Acompañamiento en las acciones reivindicativas que, en busca de una vida más digna, han sido llevadas adelante por las comunidades. En estas circunstancias, se ha podido constatar el impacto positivo que han tenido en la calidad de vida de las familias de los micro y pequeños productores rurales, el conjunto de acciones realizadas principalmente las vinculadas a lo que hemos denominado “Sistema Integral de Fincas Diversificadas Orgánicas”, el cual tiene las siguientes características: Es un sistema enfocado en el núcleo familiar y en el aprovechamiento de su potencial de trabajo y de sus recursos naturales, donde la unidad productiva está constituida por pequeñas parcelas, las cuales son cultivadas de manera diversificada. Está orientado a lograr la seguridad alimentaria y mejorar la dieta de las familias productoras y a la generación de excedentes de producción para su comercialización en los mercados locales y/o nacionales. Los procesos productivos fomentan la agricultura orgánica. Generación de sinergias mediante la asociatividad y el establecimiento de cadenas productivas (empresas agroindustriales, comercializadoras, etc.) que agregan valor a la producción agropecuaria y generan trabajo en las comunidades. Este Sistema ha demostrado tener, entre otras, las siguientes ventajas: 4 Capacidad para generar auto empleo familiar y dinamizar la actividad económica a nivel comunal y rural. La diversificación productiva permite a las familias disponer de una dieta más variada y dedicar una proporción mayor de su producción al autoconsumo y que los mercados locales se benefician con una oferta más amplia de productos agropecuarios a precios justos. Como resultado de la diversificación, los productores se encuentran en una mejor posición respecto a los riesgos climáticos y de mercado. Aún cuando se trata de pequeñas parcelas, el sistema permite planificar la producción tomando en cuenta objetivos a corto, mediano y largo plazo. Tomando en cuenta las características y ventajas que ha demostrado tener este sistema, CORDES y CRIPDES proponemos que uno de los componentes de la estrategia sea el “Fortalecimiento de los micro y pequeños productores agropecuarios, mediante la expansión y calificación del Sistema Integrado de Fincas Diversificadas Orgánicas”. Esto requiere que el Estado, a través de los gobiernos locales y del gobierno central, así como la cooperación internacional destinen recursos para el establecimiento y ejecución de políticas y proyectos destinados a: 1. Crear un Fondo de Inversión, que permita apoyar la capitalización inicial de las familias y la creación de empresas asociativas para la transformación y/o comercialización de la producción de los micro y pequeños productores agropecuarios, con transferencias monetarias y/o créditos bajo condiciones adecuadas. 2. Crear y fortalecer mecanismos apropiados para brindar a los micro y pequeños productores rurales, asistencia técnica en la aplicación de tecnologías adecuadas, la planificación de la producción y la comercialización de sus excedentes. En este punto debe considerarse el fortalecimiento de los equipos técnicos de las organizaciones no gubernamentales de desarrollo que operan con las comunidades rurales. 3. Promover la investigación tecnológica y la divulgación de técnicas productivas adecuadas al sector y que armonicen con el medio ambiente. Las instituciones de gobierno como el CENTA deberán liderar estas acciones, pero es preciso integrar a las universidades del país, a otros centros especializados (públicos o privados) y a los equipos técnicos de las organizaciones no gubernamentales de desarrollo. 4. Crear los mecanismos y apoyos necesarios para dinamizar los mercados locales a fin de facilitar la comercialización de los excedentes de producción generados 5. Crear los mecanismos adecuados para lograr las certificaciones necesarias de las empresas asociativas, cuya producción tenga potencial de exportación. 5 6. Estimular la organización social y productiva de las comunidades rurales y apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que promueven el desarrollo de dichas comunidades. Reconocemos que los micro y pequeños productores rurales constituyen únicamente, una parte del sector agropecuario. En tal sentido, el fortalecimiento de la base productiva agropecuaria del país, principalmente la producción de alimentos, comprende otros sectores. De igual manera, reconocemos que la estrategia no sería integral si no incorpora las expectativas y aportes de los sectores urbanos del país. Por tanto, llamamos e invitamos a todas las fuerzas sociales y políticas del país a participar en la definición de la estrategia de desarrollo alternativo. Hacemos un llamado especial al Gobierno de la República a destinar los recursos necesarios para que la crisis alimentaria que se avecina no afecte severamente a la población, especialmente a los sectores más vulnerables del país. San Salvador, junio de 2008 6