Servicios Ecosistémicos y Ley del Bosque Nativo: No basta con

Anuncio
© AIFBN - Agrupacion de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
REVISTA Bosque Nativo 47: 3 - 9, 2010
ARTÍCULO TÉCNICO
Servicios Ecosistémicos y Ley del Bosque Nativo:
No basta con definirlos
Antonio Lara(1),(2), *, Rocio Urrutia(1),(2), Christian Little(2),(3), Andres Martínez(4)
(1)Instituto de Silvicultura, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Universidad Austral de Chile; (2) Fundación Centro de
los Bosques Nativos FORECOS; (3)Escuela de Graduados, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Universidad Austral de
Chile; (4)Parque Futangue y Fundación Lago Ranco.
*E-mail: [email protected]
Introducción
Las funciones del ecosistema que permiten satisfacer una
serie de necesidades humanas de manera directa e indirecta
son conocidas como servicios ecosistémicos, siendo éstos
cruciales para el desarrollo económico y el bienestar social
(Constanza et al. 1997, Daily 1997). En Chile, los bosques
nativos constituyen importantes productores de servicios ecosistémicos (también llamados servicios ambientales). Entre
estos servicios se incluyen la regulación y provisión de agua
en calidad y cantidad, la captura de carbono, la conservación
de suelos y de la diversidad biológica, y las oportunidades
para el turismo y la recreación (Lara et al. 2003a).
La visión histórica de los bosques como productores
de madera y leña ha limitado la valoración social de estos
ecosistemas. Lo anterior sumado a las políticas económicas
del país ha significado que el Estado haya concentrado esfuerzos en favorecer el crecimiento del sector forestal basado en
plantaciones de rápido crecimiento, descuidando el desarrollo de aquel sector asociado a los bosques nativos. Esto ha
conducido a una creciente degradación y pérdida de extensas
superficies de estos ecosistemas debido principalmente a la
sustitución por plantaciones forestales, así como también por
la habilitación agropecuaria, incendios e intervenciones sin
criterios silviculturales adecuados, desencadenando impactos
sociales y ambientales negativos (Lara et al. 2010). Por otra
parte, la inadecuada cuantificación y valoración económica de
los servicios ecosistémicos han provocado que, en la mayor
parte de los casos, éstos carezcan de un precio de mercado
que los haga comparables a otros bienes, y no hayan sido considerados en la toma de decisiones respecto al uso y manejo
del territorio, las cuencas o los bosques (Costanza et al. 1997,
Nahuelhual et al. 2007, Lucke 2008).
Sin embargo, el desarrollo del país también ha significado un incremento de la valoración social de los ecosistemas naturales. Las diversas demandas sociales son reflejo
de los cambios favorables en la valoración ambiental de los
bosques nativos y otros ecosistemas y sus servicios. Uno de
los ejemplos más notables de este proceso de cambio es el
establecimiento y desarrollo espontáneo y dinámico de más
de 500 áreas protegidas privadas, prácticamente sin apoyo
estatal, abarcando un total de 1,5 millones de hectáreas desde el año 1997 (Sepúlveda 2006). Estas áreas son propiedad
de personas, grupos de individuos, fundaciones vinculadas
a grandes empresas y grupos corporativos, e instituciones
privadas de conservación nacional e internacional (Lara et al.
2010). Otros ejemplos lo constituyen los procesos de certificación de las empresas forestales y la creciente valoración de
algunos servicios ecosistémicos, como la provisión de agua en
cantidad y calidad en cuencas hidrográficas donde los bosques
nativos juegan un rol clave. Este último ejemplo donde el agua
se torna un bien escaso y estratégico, requerido para satisfacer
diversos usos y actividades económicas (consumo humano,
agricultura, generación hidroeléctrica, acuicultura, conservación de ecosistemas acuáticos y otros), es particularmente
válido en la Región central y centro sur de Chile (Regiones
de Valparaíso a la Araucanía) .
A pesar de que existen estudios científicos que demuestran la relevancia de los servicios ecosistémicos del bosque nativo (ver recuadro), la Ley 20283 de Fomento y Recuperación del Bosque Nativo (en adelante, LBN) promulgada en
2008, no incorpora incentivos o regulaciones respecto a dichos
servicios. La única mención que hace la LBN al respecto, es
incluir entre sus definiciones a los servicios ambientales como
“aquellos que brindan los bosques nativos y las plantaciones
que inciden directamente en la protección y mejoramiento
del medio ambiente”.
Dentro de este contexto, los objetivos de este artículo son: 1) proponer modificaciones a la LBN para que en
una nueva versión incorpore los servicios ecosistémicos; 2)
recomendar cambios en la actual tabla de valores a fin de que
ésta incorpore actividades y montos que pudieran aumentar y
promover el desarrollo de los servicios ecosistémicos, referidos a la provisión de agua y oportunidades para el turismo y la
recreación; y 3) proponer cambios en la política y legislación
chilenas, a fin de promover la conservación y recuperación
de los servicios ecosistémicos como uno de los principales
componentes de una estrategia de adaptación al cambio climático en Chile.
3
© AIFBN - Agrupacion de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
REVISTA Bosque Nativo 47: 3 - 9, 2010
Antecedentes técnicos sobre servicios ecosistémicos en Chile
A partir del año 2002 se ha producido un avance significativo en la investigación sobre los servicios ecosistémicos que proveen
los bosques nativos en Chile. El Ministerio de Planificación, a través de la Iniciativa Científica Milenio, ha financiado una parte
importante de la investigación realizada por el Núcleo Científico FORECOS de la Universidad Austral de Chile, entidad que
ha aportado con significativos avances referidos a la cuantificación y valoración económica de estos servicios (Nahuelhual et
al. 2007, Lara et al. 2009). El Ministerio de Agricultura y la Corporación de Fomento a la Producción (CORFO) también han
financiado investigación sobre el tema, otorgando fondos al Instituto Forestal (INFOR) para investigar específicamente acerca de
la factibilidad del pago por servicios ambientales referente a la producción de agua en la cuenca del Río Pudeto para la ciudad
de Ancud en Chiloé (http://www.serviciosambientales.cl/psa/servicios_ambientales.php).
Un estudio desarrollado por FORECOS sobre los servicios ecosistémicos del bosque nativo en seis cuencas de las
Comunas de Valdivia y Corral, documentó la relación entre la superficie de bosque nativo y la producción de agua. Este análisis
arrojó una correlación positiva entre el porcentaje de la cuenca cubierta por bosques nativos y el coeficiente de escorrentía anual
(caudal/precipitación, R 2 = 0,67, P<0,05), encontrándose además una relación inversa con la superficie de plantaciones (Lara
et al., 2009, Figura 1). Este valor de correlación entre la superficie de bosque nativo y escorrentía alcanzó su máximo para la
estación de verano (enero a marzo, R 2 = 0,76, P<0,05). Las ecuaciones lineales obtenidas mediante estas relaciones permitieron
desarrollar indicadores de producción de agua como servicio ecosistémico del bosque. Es así como un aumento del 10% en el
porcentaje de la cuenca cubierta por bosque nativo produciría un incremento del 14,1% en el caudal de verano. La situación inversa
de la misma magnitud también se produciría, es decir una reducción del caudal ante una disminución de la cubierta de bosque
nativo en dichas cuencas, es decir una reducción del caudal. Por otra parte, en el caso de las plantaciones, un incremento de su
superficie en un 10% produciría una disminución de los caudales de verano en un 20.4% (Lara et al. 2009). Estos resultados se
sustentan fundamentalmente en la alta demanda evapotranspirativa por parte de plantaciones de Eucalyptus spp. y Pinus spp.
(Calder et al. 1997, Scott & Lesch 1997, Farley et al. 2005, Jackson et al. 2005, Huber et al. 2008).
Por otra parte, en dos cuencas experimentales cubiertas de renovales de roble-raulí se encontró que el raleo aumentó el caudal
1200
1200
a
1000
Escorrentía (mm)
Escorrentía (mm)
1000
800
600
400
200
0
b
y = 0,2271x + 0,2725
2
R = 0,6732
0
30
60
Bosque nativo (%)
90
800
600
400
200
0
y = -0,2465x + 0,4717
2
R = 0,5973
0
30
60
90
Plantaciones (%)
Figura 1. a) Relación entre la escorrentía directa anual (expresado en mm, considerando una precipitación de 2000 mm) y la cubierta de bosque nativo (%) para seis cuencas de las Comunas de Valdivia y Corral.
b) Lo mismo para plantaciones de especies exóticas (%). Año hidrológico para cada valor de escorrentía es Abril a Marzo. Las
barras verticales representan los errores estándar (n= 4). Figura adaptada de Lara et al. (2009).
de verano en un 45% en una cuenca manejada, respecto a una sin intervención. Lo anterior demuestra la importancia de la silvicultura no sólo para producir madera, sino que también para el aumento del servicio ecosistémico producción de agua (Lara
et al., 2009).
El Núcleo FORECOS también estudió la relación entre la abundancia de peces y la cobertura boscosa en buffers o
fajas ribereñas de distinto ancho y largo alrededor de los cursos de agua (Lara et al. 2009). Se encontró una correlación positiva
y significativa entre la abundancia relativa de truchas y la cubierta de bosque renoval, la que fue máxima en una faja de 60 m
de ancho x 1000 m de largo. Usando la ecuación de regresión y los valores medios de los resultados se desarrolló un indicador
para las oportunidades de pesca recreativa como servicio ecosistémico, estimándose que un 10% de aumento en la cobertura de
4
© AIFBN - Agrupacion de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
REVISTA Bosque Nativo 47: 3 - 9, 2010
bosque nativo renoval en la faja ribereña mencionada produciría un incremento de 14.6% en la abundancia de truchas (Lara et
al. 2009). Una relación inversa de la misma magnitud también se produciría Al disminuir el área de bosque nativo.
Es necesario destacar que los servicios ecosistémicos constituyen una línea de investigación en el Fondo de Investigación del Bosque Nativo y en la actualidad se están financiando tres proyectos que estudian la relación bosque-agua. Otro
estudio relevante es el que se está llevando a cabo en la Reserva Costera Valdiviana (Comuna de Corral) para evaluar el efecto
de la reconversión de plantaciones forestales a bosques nativos sobre la recuperación del servicio ecosistémico de producción
de agua (cantidad y calidad), y los plazos para dicha recuperación. Se trata de un estudio de largo plazo con un área inicial de
intervención de 50 ha realizado mediante la colaboración entre The Nature Conservancy (propietarios de la reserva), la Universidad Austral de Chile y la Empresa Forestal MASISA S.A (Little y Lara 2010 en prensa).
Finalmente destaca la ejecución de la primera iniciativa de pequeña escala de pago por servicios ambientales en Chile,
que se basa en la experiencia e investigación realizadas. Esta iniciativa, desarrollada en la localidad de Chaihuín, comuna de
Corral y tiene como objetivo principal contribuir al manejo sustentable de la cuenca abastecedora de agua potable. Entre sus
actividades destaca la creación de un fondo ambiental que garantice flujos de dinero para financiar acciones de conservación
en la cuenca. Su administración está a cargo del Comité de Agua Potable Rural de Chaihuín y la iniciativa corresponde a un
Programa de Pequeños Subsidios del GEF/PNUD.
Servicios Ecosistémicos y Ley de Fomento y Recuperación del Bosque Nativo (LBN)
Según se ha señalado, la única mención que hace la LBN
respecto a los servicio ecosistémicos es incluir la definición
de servicios ambientales sin abordarlos posteriormente. Otra
mención tangencial a los servicios ecosistémicos es cuando
define Productos no Madereros (PNM) como: “todos aquellos
bienes y servicios que no corresponden a recursos leñosos
o madera en pie y que existen o se pueden desarrollar al
interior de un bosque nativo a partir de las especies nativas
que lo componen. Se entenderá para estos efectos, y sin que
esta enumeración sea taxativa, bienes tales como: hongos;
plantas de usos alimenticios; frutos silvestres de árboles y
arbustos; especies vegetales de usos medicinales, químicos o
farmacológicos; fauna silvestre; fibras vegetales, y servicios
de turismo”. El incluir servicios (en este caso de turismo)
entre los PNM demuestra una falta de claridad conceptual y
de reconocimiento de los servicios ecosistémicos, generando
confusión.
Si la ley no incorporó los servicios ecosistémicos,
no fue por falta de conocimiento de los legisladores y del
Ejecutivo en relación a los servicios que provee el bosque
nativo. En efecto, en Julio de 2003 se realizó en Valdivia la
Reunión científica sobre Bosques Nativos, la cual generó un
documento con las principales recomendaciones de la comunidad científica respecto a la ley de bosque nativo, la que
fue presentada a las Comisiones Unidas de Medio Ambiente,
Agricultura y Bienes Nacionales que discutía la ley. Este documento también fue entregado al Ministro Secretario General
de la Presidencia y al Ministerio de Agricultura y contó con
el respaldo de las Sociedades de Ecología, Biología, Botánica
y Agronómica de Chile. Posteriormente, en Enero de 2004
el documento dio origen a un libro ampliamente difundido a
parlamentarios, autoridades de gobierno y a la opinión pública
(Lara et al. 2003). En la reunión de 2003 se creó un Comité
Científico que en forma constante hizo recomendaciones a
la ley de bosque nativo hasta su aprobación en el Senado en
Agosto de 2007.
La ley en su versión actual no considera acciones que
promuevan los servicios ecosistémicos tales como aumento
de las oportunidades de recreación, conservación de suelo y
agua, e incremento del abastecimiento de agua para consumo
humano y otras actividades productivas, entre otras. Por otra
parte, las bonificaciones a la plantación con especies nativas
están concebidas entre las actividades bonificables para producción de madera y PNM o en los bosques de preservación,
definidos como aquellos en que están presentes especies vegetales en las categorías de conservación.
Modificaciones a la ley de Bosque Nativo
Un aspecto favorable de la LBN es que ésta puede modificarse
cada tres años a fin de mejorar su eficacia. Según el análisis
efectuado aquí, la ley requiere modificaciones que tiendan a
mejorar el logro de su objetivo principal definido en el Artículo 1º como “la protección, la recuperación y el mejoramiento
de los bosques nativos, con el fin de asegurar la sustentabilidad forestal y la política ambiental”. Debido a la importancia
de los servicios ecosistémicos para la sociedad, se propone
modificar el Artículo 1° de manera que incluya el conservar
y recuperar los servicios ecosistémicos del bosque nativo.
Estas modificaciones deben propiciar el posicionamiento de los bosques nativos como uno de los ecosistemas
naturales más relevantes para la provisión de bienes y servicios a la sociedad y como un ecosistema crucial para la
adaptación a los cambios climáticos proyectados para nuestro
país. La actual ley, si bien es un avance importante para la
conservación de los bosques, no otorga bonificaciones para
que los propietarios lleven a cabo acciones orientadas a mantener, incrementar o recuperar la producción de servicios
ecosistémicos.
Una modificación de fondo a considerar en la ley,
es la separación clara de las definiciones de PNM y servicios
ecosistémicos. En el primer caso, este concepto debiera considerar sólo los bienes o productos (como su nombre lo indica)
que se obtienen de un bosque distintos a la madera, pero que
no son servicios. Una vez establecida esta diferenciación, se
debiera incorporar bonificaciones a acciones de manejo, conservación y recuperación de bosques dirigidas específicamente
a la producción de servicios ecosistémicos (ej. la conservación
y recuperación de bosques de protección situados cerca de
los cursos de agua). Esto permitiría consolidar el apoyo a la
conservación de los bosques, por ser ecosistemas que tienen
5
REVISTA Bosque Nativo 47: 3 - 9, 2010
© AIFBN - Agrupacion de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
un alto valor, más allá de su importancia como generadores de
“productos”. Por otra parte, debieran incluirse explícitamente
acciones a bonificar en los bosques de protección, ya que hoy
están excluidos de los incentivos.
En este mismo contexto, un aspecto importante a
considerar es la incorporación del concepto de restauración,
es decir, bonificar las acciones tendientes a recuperar atributos
de estructura y funcionamiento de los ecosistemas que se han
deteriorado o perdido y por lo tanto promover la recuperación
de determinados servicios ecosistémicos (ej. Provisión de agua
en calidad y cantidad). Estos incentivos deben incorporar el
apoyo a la restauración pasiva, método consistente en dejar
que la sucesión ecológica opere sin la necesidad de plantar,
excluyendo el ganado y no interviniendo las áreas en recuperación. Este método que ha demostrado ser exitoso en Chile
se promovería con bonificaciones de parte del Estado para
acciones de cercado y un pago anual para cubrir parte de los
costos de protección (ej: guardabosque). Estas bonificaciones
requerirían que el propietario presente un plan de restauración
que garantice el compromiso y éxito de la restauración en el
largo plazo, y que además fuera fiscalizado por CONAF. Estos
incentivos anuales corresponderían a un pago por el servicio
ecosistémico de producción de agua y de conservación de la
biodiversidad, la cual se vería incrementada, debido a la recuperación de la composición y la estructura de los bosques. Los
montos a pagar deberán ser objeto de un estudio específico.
La propuesta de restauración pasiva (sólo exclusión
de ganado mediante cercado sin plantación) es especialmente
válida para las zonas de protección, particularmente en los
predios de pequeños propietarios, que en general están sometidos a una alta presión de pastoreo que impacta negativamente
la vegetación de las riberas e impide su recuperación. La zona
de protección de ribera, debiera considerar no sólo el ancho
indicado por el Reglamento de Conservación de Suelos, Agua
y Humedales (5 a 10 metros en la actual versión en discusión),
sino que además los propietarios voluntariamente puedan
incluir fajas de hasta 50 metros a cada lado de los cursos de
agua.
En la misma línea, debiera incorporarse normativa
para establecer sistemas de pago por los servicios ecosistémicos, de modo de contar con un marco regulatorio para esta
actividad. Dicha normativa debiera ser la base para el pago
por parte del Estado a los propietarios que realicen acciones
para proveer servicios ecosistémicos. Además serviría como
modelo y promovería el establecimiento de estándares y procedimientos para el pago de tales servicios entre propietarios
de bosques como proveedores y usuarios de dichos servicios
(por ejemplo empresas sanitarias).
Otra modificación importante se refiere al aumento
en la asignación de recursos para las actividades bonificables,
de tal manera que éstas constituyan un real incentivo para que
los propietarios manejen, conserven y recuperen sus bosques
nativos. Otra propuesta, es que el monto máximo de las bonificaciones debiera ser fijado anualmente por CONAF y no
ser parte de la ley como es en la actualidad. Este mecanismo
es el que ha operado para el D.L. 701 desde 1974, generando
rigidez y reduciendo la efectividad de la LBN. Dado el valor
de los bosques nativos para la conservación y la producción de
PNM y servicios ecosistémicos, no se justifica la asignación
de valores máximos a bonificar, que son el doble en el caso de
manejo para producción de madera (10 UTM), comparados
con las 5 UTM para actividades en bosques de preservación
y para la obtención de productos no madereros. Como referencia los valores actuales a bonificar por el DL 701 para
plantaciones de especies nativas son superiores a $524.000/
ha (equivalente a 14, 1 UTM).
En el actual escenario en que se discute una nueva
Ley de Fomento Forestal con el fin de dar continuidad a las bonificaciones a la forestación (al terminarse el plazo del DL 701
el año 2011), debiera haber un cambio fuerte en los objetivos y
prioridades de las bonificaciones a las plantaciones. Durante
36 años las bonificaciones han beneficiado fundamentalmente
a las empresas forestales para la expansión de las plantaciones
de pinos y eucaliptos enfocadas en la producción de madera,
generando una serie de impactos ambientales y sociales negativos. En esta nueva etapa, el cuerpo legal que de continuidad
al DL 701 debe significar un real beneficio para pequeños
y medianos propietarios. No se justifica seguir bonificando
a las grandes empresas, ya que éstas igual mantendrán sus
tasas anuales de plantaciones sin este beneficio. Los incentivos debieran focalizarse en promover las plantaciones de
especies nativas, con montos ajustados a los costos reales que
son muy superiores a los que actualmente refleja la tabla de
costos. También debieran incluirse incentivos especiales a las
plantaciones con especies nativas para aumentar o recuperar
la provisión de agua y otros servicios ecosistémicos. También
es muy recomendable incorporar bonificaciones específicas
para reconvertir plantaciones de especies exóticas a bosques
nativos, a fin de dar heterogeneidad al paisaje y fomentar la
recuperación de servicios ecosistémicos tales como provisión
de agua, conservación de suelos y biodiversidad y oportunidades de turismo y recreación.
6
Propuesta de Modificaciones a la tabla de valores
de la LBN y tabla de costos del D.L. 701
La actual tabla de valores no considera acciones que promuevan los servicios ecosistémicos. Tampoco incluye bonificaciones específicas para la conservación y restauración de bosques
existentes en áreas cercanas a las riberas de los cursos de agua
que la ley incluye entre los “bosques de protección”. Estas
acciones tendrían el máximo impacto en la recuperación de
los servicios ecosistémicos de producción de agua (cantidad
y calidad) y conservación de suelos.
En el corto plazo y mientras no se ejecuten los cambios propuestos a la ley, es posible hacer modificaciones a la
tabla de valores existente, a fin de favorecer la provisión de
servicios ecosistémicos. Otros cambios a la tabla de costos
del D.L. 701 tendrían un efecto similar.
Incrementar los montos para plantación suplementaria con especies propias del tipo forestal
para producción de PNM y de madera
Actualmente, los montos a bonificar por la LBN, tanto para
la producción de madera como de PNM, son de 3,60 a 3,94
© AIFBN - Agrupacion de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
UTM/ha ($133,900 a $146.568/ha) para plantaciones suplementarias de 300 plantas/ha. Este monto representa un 69% y
un 76% del monto bonificado(1) para 400 plantas/ha si es que
un propietario se acoge al DL 701 en las Regiones IX, XIV y
X, salvo Provincia de Palena donde se asignan $191.984/ha.
Estimaciones de los costos de plantación en la Provincia de Ranco (900 plantas/ha) para la recuperación de áreas
cubiertas por colihue y maqui con escasa regeneración de
especies nativas resultantes de la eliminación o degradación
severa del bosque nativo pre-existente, señalan costos de un
total de $765.000/ha desglosados de la siguiente manera: Roce:
$200.000/ha, fajeo y ordenamiento de residuos: $ 200.000/
ha; plantación: $140.000/ha; costo de plantas (Roble, Coihue,
Laurel) $225.000/ha. Estas plantaciones requieren limpias
durante los primeros 3 a 4 años, con un costo estimado de
80.000$/ha cada una, las que son fundamentales para asegurar
el éxito de la plantación. La experiencia en muchos predios
donde se han efectuado plantaciones para recuperación de
bosque nativo, demuestra que sin estas labores de limpia y
seguimiento cuidadoso de las plantaciones, los esfuerzos e
inversión iniciales se pierden, ya que la competencia de quilas, colihues, maquis y otra vegetación arbustiva, impide que
prospere la plantación. El monto a bonificar por el DL 701 es
de $314.686 por ha, para 927 plantas nativas de cepellón en las
regiones analizadas, lo cual representa aproximadamente entre un 40 y 50% del costo estimado en otras situaciones, como
por ejemplo en los predios Futangue (Provincia de Ranco) y
San Pablo de Tregua (Provincia de Panguipulli). La tabla de
valores de la LBN no considera plantaciones de esta densidad
para la recuperación de bosques.
REVISTA Bosque Nativo 47: 3 - 9, 2010
Incorporar bonificaciones para recuperación de
bosques de protección
Según lo señalado, un defecto conceptual de la LBN, es que
no incorpora ni privilegia las bonificaciones a las plantaciones en las zonas de protección ribereña, defecto que debiera
ser subsanado. Sin embargo, en el caso del DL 701, la tabla
de valores debiera ser modificada para incorporar mayores
montos a las plantaciones con especies nativas en fajas ribereñas (buffers), cuando éstas se encuentren desprovistas de
vegetación arbórea o en una condición de degradación. Esto
constituye una situación muy frecuente en las Regiones V a
X. Sin embargo, en ningún caso se debería bonificar el fajeo
o corta de quilas y otras especies arbustivas para el establecimiento de plantaciones en estas zonas de protección de riberas.
Construcción de senderos en áreas protegidas
privadas
La experiencia, tanto en las áreas protegidas del SNASPE
como en las áreas protegidas privadas, muestra que el contar
con una infraestructura básica, como por ejemplo senderos de
tránsito peatonal, es indispensable para realizar actividades
recreativas y además satisfacer una serie de otros objetivos,
como los de vigilancia y protección, conservación, investigación y educación. La aspiración de incorporar la construcción
de senderos a la tabla de valores, ha sido expresada en el
Consejo Consultivo del Alerce y el Consejo Consultivo del
Cuadro 1. Estimación de costos de construcción de senderos por metro lineal y por hectárea en función del tamaño
del área protegida.
Área protegida
Longitud de senderos Costo base de Costo máximo total Costo total de Costo total de
(m lineales/ha)
construcción de construcción
construcción construcción
($/ m lineal) (1,2)
($/ha)
(UTM
($/m lineal)
$/ha) (3)
 100 ha
Promedio 50 ha
40
400.000
10,8
100 – 1.000
Promedio 750
25
250.000
6,7
1.000 - 5.000
Promedio
3.000 ha
15
150.000
4,0
5.000
Promedio
10.000 ha
10
100.000
2,7
4000
10000
(1)
Incluye costo base de $4.000 por m lineal para un ancho de 0,8 a 1,0 m, más diferentes combinaciones de infraestructura, tales como escaleras, puentes, miradores con un costo estimado de:
Escaleras: $ 5.000 / m lineal
Pasarelas: $ 12.000 / m lineal
Puentes: $ 55.000 / m lineal
(2)
El rango de costo total va de $4.000 cuando no se requiere infraestructura a $10.000 dependiendo de la cantidad
y tipo de infraestructura.
(3)
Valor de la UTM= $37.200
(1)El porcentaje indicado está referido al 75% del valor en la tabla de costos del DL 701.
7
REVISTA Bosque Nativo 47: 3 - 9, 2010
© AIFBN - Agrupacion de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
Bosque Nativo por representantes de pequeños propietarios
y de las áreas protegidas privadas. El servicio de turismo es
reconocido explícitamente entre los PNM en la ley de bosque
nativo, y por lo tanto la construcción de senderos para promover esta actividad, podría incluirse entre las actividades
bonificables.
La estimación de costos y diseño de estas bonificaciones hechas en esta propuesta, se fundamentan en la experiencia y conocimiento de los estándares y costos para la
construcción de senderos que se han realizado en diversas
áreas protegidas de diferente tamaño. El Cuadro Nº1 muestra
la longitud de senderos recomendada, la cual disminuye al
aumentar el tamaño de las áreas protegidas. Las estimaciones
se realizaron a partir de la información de costos y estándares
desarrollados para la Reserva Nasampulli, el Parque Futangue
y el Parque Pumalín (Sr. José Suarez, comunicación personal).
Los costos reflejados en el cuadro 1 debieran ser
tomados como la base para la incorporación de la construcción de senderos entre las actividades bonificables para la
producción de PNM. Los propietarios que quisieran postular
a las bonificaciones para la construcción de senderos, debieran presentar un plan de manejo para predios que incluyan
áreas de bosques protegidos o predios completos destinados
a la conservación, como por ejemplo los del sistema de áreas
protegidas privadas. Estos planes deberán explicitar las actividades de turismo a realizar y la justificación de los senderos
a construir, así como la infraestructura propuesta. En base a
estos antecedentes, CONAF podría priorizar las solicitudes
de bonificación, para aceptarlas o rechazarlas dentro del mecanismo de concurso con que opera la LBN.
del bosque nativo, como una medida de adaptación al cambio
climático, se ve enfatizada además por el incremento del riesgo de ocurrencia de incendios en los escenarios futuros. Al
respecto, debieran hacerse esfuerzos adicionales en esta línea
en paisajes constituidos por extensas y continuas plantaciones
forestales, donde los escasos fragmentos de bosques nativos
están confinados a las áreas cercanas a los cursos de agua.
Ejemplos de esta situación son muy comunes en la Cordillera
de la Costa de la VII, VIII y IX Regiones, donde las plantaciones reducen los caudales y empeoran la calidad del agua,
impactando la calidad de vida y las actividades productivas de
la población rural. Para recuperar el servicio ecosistémico de
producción de agua, se requeriría establecer plantaciones de
especies nativas, reduciendo la proporción en que hoy están
cubiertas por plantaciones. La valoración creciente del agua,
como un bien escaso y su demanda creciente para diferentes
usos, hace necesario avanzar hacia un diseño y manejo del
paisaje que busque satisfacer simultáneamente una demanda
por agua y por madera de las plantaciones.
El proceso requerido de transformación del paisaje
forestal es de tal magnitud que debiera ser uno de los temas
fundamentales a tratar dentro de la Estrategia Nacional de
Adaptación al Cambio Climático en Chile. El diseño y puesta
en marcha de esta transformación requiere claramente de
un nivel de colaboración público-privada sin precedentes,
donde el agua y otros servicios ecosistémicos de los bosques nativos deben ser valorados en su justa medida, ya que
satisfacen necesidades irremplazables de la sociedad. Este
cambio requiere inversión pública y privada incluyendo las
bonificaciones de la LBN y otros instrumentos. Este proceso
de cambio de paisajes que producen únicamente madera de
plantaciones a paisajes para producir madera, agua y otros
servicios ecosistémicos, requiere la participación de todos
los actores sociales involucrados, así como de un proceso
de investigación, transferencia tecnológica y difusión que
lo acompañe. No obstante, y a pesar de sus complejidades,
en el país existen experiencias relevantes de iniciativas de
conservación, estando entre las más notables el mencionado
establecimiento y desarrollo de las áreas protegidas privadas
y la certificación de las plantaciones, que ha determinado
que a la fecha existan más de 1.650.000 ha certificadas (80%
por CERTFOR, Lara et al., 2010). Este proceso ha ocurrido
principalmente por iniciativa de las empresas forestales ante
la demanda de los consumidores. Un factor que sin duda favorecerá las modificaciones del uso del suelo y del paisaje para
una producción combinada y compatible de madera y otros
servicios ecosistémicos, son las modificaciones que requieren
hacer los dos grandes conglomerados de empresas forestales
de Chile (Arauco y CMPC) a fin de lograr su certificación
por FSC, proceso que ya se ha iniciado.
Como conclusión final, podemos afirmar que en Chile
existe experiencia, creciente voluntad y un grado progresivo
de acuerdo entre los actores para avanzar hacia el desarrollo de
un paisaje y sistemas de manejo de cuencas y manejo forestal
que aumenten la provisión de servicios ecosistémicos y la
compatibilice con la producción de madera. Es probable que
en un plazo más corto de lo que imaginamos, (4-6 años), nos
Una visión de futuro: Servicios ecosistémicos de
los bosques nativos y cambio climático
Los estudios de proyección climática para Chile encargados por CONAMA, indican que se producirá un aumento de
temperaturas en todas las Regiones de entre 2º y 4º C a fines
del siglo XXI, en un escenario de cambio climático severo.
Por otra parte, en la zona centro-sur y sur de Chile (31ºS
a los 45ºS) se proyecta una disminución de generalizada de
precipitaciones, la que podría ser del orden de 40% en verano. Finalmente, la región Austral podría verse afectada por
disminuciones de hasta un 25% en la precipitación de verano
(CONAMA 2006).
Este escenario de reducción de las precipitaciones
señala la necesidad de diseñar, financiar y poner en marcha
estrategias de adaptación que aseguren el bienestar social.
El destacado rol de los Bosques Nativos para la producción
de agua en cantidad y calidad a escala de cuencas, especialmente en verano, debe conducir a reforzar una política que
promueva su conservación y recuperación, bajo el concepto
de restauración ecológica. Ello, es especialmente válido frente
a las presiones por continuar expandiendo las plantaciones de
especies exóticas y la carencia de una política e incentivos eficaces para detener la pérdida y degradación del bosque nativo.
Esta situación podría llevar a un escenario aún más crítico de
restricción hídrica en cuanto a calidad y cantidad. La urgencia
de llevar a cabo una política de conservación y recuperación
8
© AIFBN - Agrupacion de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
sorprendamos con los avances logrados. Sin embargo, se requiere de una política e inversión pública adecuadamente y focalizada de una magnitud suficiente que acompañe y colabore
con las iniciativas de propietarios, empresas y organizaciones
no gubernamentales. La colaboración público-privada será un
requisito indispensable para enfrentar con éxito el desafío de
lograr transformar el paisaje, de tal manera que éste satisfaga
una demanda social creciente de servicios ecosistémicos ante
un escenario climático cada vez más desfavorable.
Referencias
Calder IR,. Rosier PT, Prasanna KT, Parameswarappa S. 1997.
Eucalyptus water use greater than rainfall input a possible explanation from southern India Hydrological & Earth System. Science
1: 249-256.
Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA). 2006. Estudio
de la variabilidad
climática en Chile para el siglo XXI. Informe Final. CONAMA,
Santiago, Chile.
Costanza R, D’ Arge R, De Groot R, Farber S, et al. 1997. The
value of the world’s ecosystem services and natural capital. Nature
387: 253-260
Farley K, Jobbágy E, Jackson R. 2005. Effect of Afforestation on
Water Yield: a global Synthesis with Implications for Policy. Global
Change Biology 11: 1565–1576.
Huber A, Iroumé A, Bathurst J. 2008. Effect of Pinus radiate plantation on water balance in Chile. Hydrological Processes 22: 142-148
Jackson RB, Jobbagy EG, Avissar R, Roy SB, et al. 2005. Trading
water for carbon with biological carbon sequestration. Science 210:
1944 - 1947
REVISTA Bosque Nativo 47: 3 - 9, 2010
Lara A, Soto D, Armesto J, Donoso P, et al. 2003. Componentes
científicos clave para una política nacional sobre usos, servicios y
conservación de los bosques nativos Chilenos. Universidad Austral
de Chile. Valdivia.
Lara A, Little C, Urrutia R, Mc Phee J, et al. Assessment of ecosystem services as an opportunity for the conservation and management
of native forests in Chile. Forest Ecology and Management. 258:
415-424.
Little C. Lara A. 2010. Restauración ecológica para aumentar la provisión de agua como un servicio ecosistémico en cuencas forestales
del centro-sur de Chile. Bosque (3), en prensa.
Sepúlveda C. 2006. ¿Cuánto hemos avanzado en conservación privada? www.parquesparachile.cl, December 27, 2006.
Lara A, Reyes R, Urrutia R. 2010. Bosques Nativos en: Informe País,
Estado del Medio Ambiente en Chile 2008. Instituto de Asuntos
Públicos. Centro de Análisis de Políticas Públicas. Universidad de
Chile. Santiago, Chile, pp 126-171.
Lucke S. 2008. Approaches to ecosystem service assessment in forest
ecosystems. En Grant F, Young J, Harrison P, Sykes M, Skourtos M,
Rounsevell M, Kluvánková- Oravská T, Settele J, Musche M, Anton
C, Watt A. Eds. Ecosystem Services and Drivers of Biodiversity
Change. Report of the RUBICODE electronic conference.
Nahuelhual L, Donoso P, Lara A, Núñez D, et al. 2007. Valuing
ecosystem services of Chilean temperate rainforests. Environment,
Development and Sustainability 9: 481-499.
Scott D, Lesch W. 1997. Streamflow responses to afforestation with
Eucalyptus grandis and Pinus patula and to felling in the Mokobulaan experimental catchments. South Africa. Journal of Hydrology
199: 360-377.
9
Descargar