LA PuERTA SANTA - Diocese of Oakland

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La Puerta Santa
Pbro. Alexander Castillo
Oficina de Liturgia
Diócesis de Oakland
Uno de los elementos visibles de la celebración de los Jubileos es la Puerta Santa. Este
signo tiene un significado verdaderamente profundo que los católicos debemos
explorar, entender y apreciar.
Debemos decir, en primer lugar, que la imagen de una puerta es muy familiar para
todos nosotros. La puerta de nuestra casa está siempre allí, esperando por nosotros,
como dándonos la bienvenida después de un duro día de trabajo o en la escuela. Esas
puertas nos reúnen con nuestra familia. Y a través de esas puertas nuestros parientes y
amigos entran en nuestro hogar, que es nuestro espacio más sagrado, para reunirse
con nosotros.
La puerta es también una imagen utilizada muchas
veces en la Sagrada Escritura. Las puertas marcadas
con la sangre de los corderos en el capítulo 12 del
Exodo, fueron, para el pueblo de Israel, un signo
de la liberación de se esclavitud en Egipto. En el
salmo 24, las “puertas antiguas” deben levantarse
para que entre el Señor de la Gloria. Aún más,
Jesús mismo dijo “Yo soy la puerta. El que entra a
través de mí será salvado, y vendrá y hallará
pasturas.” (Juan 10:9)
La Puerta Santa que se abre durante el Año Santo
resume todas estas imágenes, las de nuestra vida
cotidiana y las de la Biblia, permitiéndonos
experimentar la presencia de Dios que camina con
nosotros cada día y hace posible, para aquellos que
creen, pasar de la vida de este mundo a los gozos
eternos del cielo.
La Puerta Santa está conectada con otro elemento del Jubilo: la Peregrinación. El
Papa Francisco nos explica esto de una manera muy Hermosa: “La peregrinación es un
signo peculiar en el Año Santo, porque es imagen del camino que cada persona realiza
en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano es viator, un peregrino
que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada. También para llegar a la Puerta
Santa en Roma y en cualquier otro lugar, cada uno deberá realizar, de acuerdo con las
propias fuerzas, una peregrinación. Esto será un signo del hecho que también la
misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio. La
peregrinación, entonces, sea estímulo para la conversión: atravesando la Puerta Santa
nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser
misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros. (Misericordiae Vultus, 14).
Hacer una peregrinación y cruzar la Puerta Santa nos ayuda a reflexionar acerca de
nuestra identidad de peregrinos en este mundo, viajando hacia la vida eterna, y
también nos permite ganar indulgencias, que es otro elemento importante de nuestra fe,
que nos hace “experimentar la santidad de la Iglesia que participa a todos de los
beneficios de la redención de Cristo, para que el perdón sea extendido hasta las
extremas consecuencias a la cual llega el amor de Dios. (Misericordiae Vultus, 22)
El rito para abrir la Puerta Santa se realiza en la Iglesia desde el Siglo XVI. El Papa lo
hace en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, y cada Obispo en su propia Diócesis.
El Obispo Barber abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Cristo la Luz el Domingo 13
de Diciembre a las 10 de la mañana, y todos estamos invitados a participar ese día, y
también a peregrinar a la Catedral durante el Año Jubilar.
Aceptemos la invitación del Papa Francisco y celebremos este Jubileo Extraordinario
de la Misericordia con el corazón abierto, y seamos “misericordiosos como el Padre.”
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