Visita de Obama, provocación al pueblo argentino

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claves
Suplemento
de la politica internacional
MARZO 2016
El señor de los drones
A 40 años del
golpe militar
proyanqui
Visita de
Obama,
provocación
al pueblo
argentino
Eduardo Molina
E
s una obra maestra de la hipocresía: viene el “Nobel de la paz” con
más guerras e intervenciones en su
haber (Afganistán, Yemen, Irak, Libia,
Siria), la legalización de los “golpes constitucionales” en Honduras y Paraguay y
la renovación de sanciones a Venezuela.
Un “amigo de los derechos humanos”
que comanda miles de asesinatos con
drones en Yemen y otros países; que dejó
correr al “gatillo fácil” policial contra
los jóvenes negros en Estados Unidos;
que impulsa una estrategia “antidrogas” responsable de los miles de asesinatos bajo el terror estatal en México;
que mantiene el centro de torturas de
Guantánamo hasta la fecha, y así, podría
seguirse... Claro, de vez en cuando derrama algunas lágrimas por las víctimas
del sistema que él mismo preside.
Lo recibe en Buenos Aires Macri, que
ya le ha tendido ya una alfombra de
ofrendas: genuflexiones en Davos, entrega total a los buitres, cajoneado hasta el
más tímido reclamo por Malvinas (no sea
que ofenda a Inglaterra, el mayor aliado
de Washington), hostilidad a Venezuela,
todo tipo de gestos que comprometen
una mayor subordinación económica,
financiera y geopolítica al imperialismo.
Y la fecha elegida para que ambos
hablen de “democracia” y “derechos
humanos” añade una siniestra provocación a los trabajadores y el pueblo de
Argentina y de todo el Cono Sur: el 40°
aniversario del golpe militar promovido por Estados Unidos, un episodio del
ciclo de dictaduras contrarrevolucio-
narias de los ‘70 que asolaron Bolivia,
Chile, Uruguay, Brasil, Argentina. Cabe
recordar que aún en 1982, la dictadura
argentina colaboraba con el Pentágono
contra la revolución centroamericana.
El imperialismo busca
recuperar control en
América del Sur
Obama, que hace pocas semanas
celebró con el presidente Santos los 15
años del siniestro Plan Colombia, viene
a respaldar a Macri, su más reciente
aliado, un apoyo importante para el
avance de los intereses norteamericanos
en Sudamérica. Desde el El año pasado,
cuando Obama fue a la VII Cumbre de
las Américas en Panamá a ofrecer un
“nuevo diálogo” e inició el deshielo de
relaciones con Cuba. En esta ocasión, el
viaje de Obama que tendrá como primer destino a Cuba antes de llegar a la
Argentina se da en un escenario regional
diferente, que el presidente estadounidense tratará de aprovechar para sus fines políticos. , su gobierno se ha lanzando a aprovechar la crisis económica que
afecta a América latina y el descalabro
de los gobiernos autotitulados progresistas, para recuperar autoridad en la
región. Su estrategia apunta a avanzar en
las posiciones comerciales, financieras,
políticas y militares del imperialismo,
limitando la presencia china y dislocando las ilusiones en un “bloque sudamericano” capaz de regatear sus términos.
En este viaje busca compensar el paso
previo por Cuba con el apoyo a Macri,
como forma de contestar a los sectores
más duros de la política norteamericana,
que se oponen tanto a los acuerdos con
Cuba como con Irán, política que fue
apoyada por varios de los gobiernos autodenominados “progresistas” de la región
(como el de Lula/Dilma o el de Cristina
Kirchner). Pero se trata de diferencias
dentro de una misma política imperialista. El gobierno de Obama se ha lanzando
a aprovechar la crisis económica que
afecta a América latina para recuperar
autoridad en la región. Su estrategia
apunta al avance de los intereses imperialistas, en las posiciones comerciales,
financieras, políticas y militares, limitando la presencia china y dislocando
las ilusiones en un “bloque sudamericano” capaz de regatear sus términos.
En los últimos años EE.UU. selló
acuerdos de “libre comercio” con Chile,
Perú y Colombia, el año pasado avanzó
en integrar al Tratado Trans Pacífico
(TTP) a los dos primeros, además de
México. Y a la vez, ha continuado
fortaleciendo el dispositivo militar en
la región (ver infografía), tanto como
la variada red de mecanismos de intervención en la “seguridad”, la justicia,
los servicios de inteligencia, etc., que
con el argumento de la “lucha contra el
narcotráfico y el terrorismo” mantiene a
través de la CIA, el FBI, la DEA, agencias
oficiales de “ayuda” como USAID y otras.
Ahora, presiona en una coyuntura
regional caracterizada por las fuertes
crisis económicas y políticas en Brasil
y Venezuela. Se trata de un punto de
inflexión en la ofensiva de la derecha
regional, con los intentos de la oposición venezolana de “salir de Maduro”,
mientras la derecha brasileña redobla
la presión contra el gobierno de Dillma
Roussef, gestora de un ajuste con despidos, inflación y privatizaciones que sin
embargo no conforma a una fracción
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viene de tapa
Visita de Obama,
provocación al
pueblo argentino
Obama en Acción
Por Juan Cruz Ferre
Política Interna
decisiva de la burguesía brasileña.
La mayor injerencia estadounidense
y el triunfo de Macri en Argentina,
alientan el giro político a derecha el
escenario regional. La gran burguesía
latinoamericana acaricia la idea de
librarse de los “populismos”, a los que
pese a sus esfuerzos, ve incapaces de
gestionar la crisis con la rapidez y
eficacia que el gran capital pretende.
Obama espera dejar como un éxito
de su estancia en la Casa Blanca, un
nuevo panorama de las relaciones con
América latina, mucho más favorable para el imperialismo que el que
encontró al asumir. Pasos como la distensión con Cuba, que le permite aparecer como “amigo” de la isla a ojos de
algunos sectores, están al servicio de
lograr la primacía de los intereses norteamericanos en el proceso de restauración capitalista en la isla: El apoyo al
“proceso de paz” en Colombia, como
forma de imponer una “rendición
negociada” a las FARC, removiendo
obstáculos de la época de la “guerra
fría”, están al servicio de este objetivo estratégico, al mismo tiempo
que consolidar al Estado colombiano
como un aliado clave en sus planes.
Fuera el imperialismo
de América Latina
Los gobiernos progresistas fueron
incapaces de enfrentar este avance. El
regateo desde UNASUR o CELAC terminó
siempre cediendo (golpe en Honduras
y Colombia, bases en Colombia, etc.).
Más bien, en mayor o menor medida
le otorgaron un crédito a cuenta de su
sonrisa, mientras abrían más las puertas
a las transnacionales norteamericanas
e imperialistas en general en la expoliación del petróleo (Vaca Muerta!), la gran
minería (Barrick Gold!) y el agrobusiness
(Monsanto!). Hoy, los progresistas en
crisis, desde el chavismo al PT lulista o el
kirchnerismo en Argentina que sostuvieron la ocupación de la ONU en Haití o
votaron leyes antiterroristas a pedido de
EEUU y que depositaron expectativas en
el supuesto rostro “amable” del imperialismo bajo Obama, hasta el chavismo o
Evo Morales, se muestran todavía más
incapaces de enfrentar el avance norteamericano, más allá de algunos regateos
y una retórica cada vez más deslavada,
lo que incluye a Evo y el propio Maduro,
a pesar de su la mayor confrontación diplomática de Evo y Maduro.
El avance norteamericano prepara
una mayor ofensiva capitalista, para
que la crisis económica la paguen los
trabajadores y el pueblo, abriendo
una nueva ronda de endeudamiento
externo, mayor entrega al capital extranjero y más estrecha subordinación
al imperialismo en todos los terrenos.
La lucha antiimperialista no
tiene fronteras, nos hermana con
los países del continente, y debe ser
tomada en sus propias manos por
las y los trabajadores y la juventud.
Es inseparable de la resistencia al
ajuste y los despidos, contra la represión y los recortes a las libertades
democráticas, contra la depredación
ambiental. Que la protesta se haga
sentir bien alto este 24 de marzo:
Repudio a la presencia de
Obama en Argentina!
No al acuerdo con los
buitres! No pago de la
deuda externa!
Fuera las bases militares
yanquis de América Latina!
Histórica
visita a Cuba
Cuando Barack Obama llegó a la presidencia de los Estados Unidos en 2009, millones de personas
abrigaban una esperanza de cambio. Su administración se caracterizó por una línea moderada que en
cuestiones particulares -como la reforma de salud- se enfrentó con el ala más conservadora del partido
republicano pero terminó cediendo. Hoy, cuando se acerca el fin de su segundo mandato, las ilusiones
de cambio se han evaporado y las desigualdades sociales y contradicciones políticas se exacerban en el
escenario poscrisis económica de 2008.
Política Exterior
Con una política exterior en algunos aspectos más moderada y dialoguista que la del partido
republicano, Obama retomó las relaciones con Cuba y se acercó ostensiblemente a Irán con la firma
del tratado nuclear, lo que provocó tensiones en la relación con Israel. Las líneas generales de la
política imperialista, sin embargo, mantuvieron su curso.
Apoyo a totalitarismos
regionales
30 millones sin
cobertura de salud
Reforma de salud
Obama no ha cambiado nada del apoyo explícito a
gobiernos totalitarios conservadores como el de Arabia
Saudí (su principal socio en Medio Oriente), que no tiene prurito en ejecutar a los disidentes internos, al de
Turquía que ha escalado su guerra interna contra el pueblo kurdo o al gobierno represor de Al Sisi en Egipto.
Anunciada con bombos y platillos durante la campaña
y finalmente implementada en 2014, la reforma de salud
de Obama está hecha a la medida de las corporaciones
del sector salud. Si bien tuvo un aumento de la cobertura
pública para los pobres (Medicaid), el grueso de los nuevos asegurados son debido a la “cláusula individual” que
obliga a todo individuo a contratar un seguro de salud
en el mercado. Aún así quedan 30 millones de personas
sin cobertura, además de los inmigrantes indocumentados, que están virtualmente fuera de las estadísticas.
Deuda estudiantil
U$S 35.000 deuda promedio
La educación superior sigue siendo muy costosa. El
mercado está dominado por universidades privadas,
pero incluso en las universidades públicas los costos hacen que gran parte de la población quede excluida o que
se gradúe con deudas cada vez mayores. La generación
que se graduó en 2015 batió récords históricos, con una
deuda promedio por estudiante de 35 mil dólares.
Tratado con Irán
Desigualdades en aumento
A pesar de haber gastado más de 3 billones de dólares en
estímulo financiero, los beneficiarios de este gasto público no
fueron los más necesitados: mientras que los salarios de los
trabajadores se han mantenido estancados, las retribuciones
de CEOs y el retorno a la inversión ha aumentado considerablemente. Como resultado, entre 2009 y 2012, los ingresos del
1% más rico creció 31%, mientras el resto de la población se
mantuvo estable. La tendencia continúa hasta la actualidad.
El acuerdo nuclear permite el enriquecimiento
de uranio solo a nivel de producción de energía y provisto por Rusia, eliminando cualquier posibilidad de
la fabricación de armas nucleares por parte de Irán.
El gobierno estadounidense se reserva el derecho
permanente a inspecciones y a imponer nuevamente sanciones en caso de no respetarse el acuerdo.
Racismo: 1.140 asesinados
por la policía en 2015
Ecología: 45.000 pozos
de fracking
A partir del boom del fracking en 2009, la producción de crudo en EEUU se ha duplicado, y el país ha experimentado una rápida transición de país dependiente de
petróleo y gas extranjero a país exportador. Todo esto, a
costa de más de mil episodios de contaminación del agua
potable, emisión de metano descontrolada y un aumento en el registro de sismos. Por otro lado, Obama empujó
para aprobar el proyecto del oleoducto Keystone XL pero
debió abandonarlo por la amplia oposición que generó.
Salario mínimo Federal
U$S 7,25 - Precarización
y bajos salarios
Desde que comenzó la gran recesión en 2008-9 se crearon
14 millones de puestos de trabajo, pero la mayoría de ellos fue
en sectores de bajos salarios. A pesar de la enorme presión
por aumentar el salario mínimo a 15 dólares/hora, sólo se han
aprobado algunos aumentos a nivel local y estatal. El salario
mínimo federal (nacional) se encuentra en U$S 7,25/hora.
Entre ellos, más de un 40% eran afroamericanos, aunque
representan sólo un 13% de la población general. Motivadas por
esta realidad, una ola de protestas recorre el país desde hace
2 años, comenzando en Ferguson y pasando por Baltimore y
Nueva York. La población negra también está sobrerrepresentada en las cárceles, donde constituyen el 37% de la población.
En cuanto a los ingresos, la diferencia es abrumadora: mientras que la media de ingreso de una familia blanca
era de 58 mil dólares anuales en 2007 y se redujo a 55
mil en 2013, en las familias no-blancas esta cifra disminuyó de 41 mil a 34 mil. La brecha racial aumentó ostensiblemente. Lo mismo ocurrió con un parámetro mucho
más demostrativo de las desigualdades: la riqueza.
Intervención en Asia
central y Medio Oriente
9.800 soldados todavía se mantienen en Afganistán,
14 años después de iniciada la ocupación para enfrentar a los talibán (grupos que EEUU armó en los ’80 para
enfrentar a la URSS). En el norte de Pakistán, Obama
profundizó la llamada “guerra de baja intensidad” con
ataques aéreos, gran parte con drones, que generaron un
extendido repudio por la gran cantidad de muertes civiles
que provocan. Esta política guerrerista ya dejó 150.000
muertos en ambos países desde 2001. CUADRO DRONES
1 millón y medio fueron los muertos en Irak por la invasión y ocupación militar estadounidense (2003-2011), según
los datos de la ONG Just Foreign Policy. EEUU también
interviene militarmente en otros países como Yemen como
parte de su “guerra contra el terrorismo”. Esta política hundió la región en una crisis humanitaria de proporciones históricas, expresada entre otras cosas en la crisis migratoria.
11 millones de desplazados sirios. La emergencia del
Ejército Islámico como fuerza contendiente y proto-gobierno es también una consecuencia de la política intervencionista. Desde 2014 Obama lanzó nuevas operaciones en
Irak y por primera vez en Siria que agravan la situación.
El terror de los drones
90% de las víctimas son
equivocadas
El Intercept publicó un informe en 2015 sobre los
ataques comandados por drones. La falta de precisión hace
que en el 90% de los casos, las víctimas no son el blanco
seleccionado. Cifras oficiales estiman en 3.852 las personas asesinadas por drones, 476 de los cuales eran civiles.
Se asume que las cifras reales son mucho mayores.
Inmigrantes : 2,5 millones
de deportados en 7 años
Guantánamo: Aún quedan
unos 100 detenidos
Obama anunció una orden ejecutiva en 2014 que otorgaría
residencia temporaria 4 millones de inmigrantes ingresados
como menores a EEUU, pero dejando por fuera 7 millones de indocumentados. Aún así, el decreto fue frenado por la oposición
de varios gobiernos estaduales. A pesar de esta supuesta apertura, Obama deportó más inmigrantes que cualquier presidente
en la historia de EEUU: 2,5 millones desde que asumió la presidencia en 2009. George W Bush deportó sólo 23% de esta cifra.
Obama prometió cerrar la cárcel de Guantánamo desde
su primera campaña presidencial. Sin embargo, luego de 8
años en el gobierno, el centro de detención mundialmente
célebre por los métodos de tortura y las inhumanas condiciones de los detenidos, está lejos de cerrarse. CON FOTO
Financiando el Sionismo
Estados Unidos financia el 20% del armamento
militar del Estado de Israel. Entre 2013 y 2015, Israel
recibió U$S 3.100 millones en ayuda militar. A esto hay
que sumarle unos U$S 2.200 millones anuales en ayuda económica en diversas formas. La gran mayoría de
este esfuerzo militar está dirigido a masacrar al pueblo
palestino y mantener la ocupación de su territorio.
Tratados comerciales
Los tratados comerciales Transpacífico (TTP) y
Transatlántico (TTIP) buscan abrir las restricciones al comercio de países socios, para mejorar la penetración de
los productos estadounidenses. Negociados a las sombras
del escrutinio público, los tratados incluyen cláusulas que
priorizan los derechos de las corporaciones transnacionales
por encima de la legislación nacional de los distintos países.
Diego Dalai
E
n un hecho casi sin precedentes en la historia cubana (desde 1928) un presidente norteamericano visitará Cuba. El 21 y 22 de marzo Barack Obama se
entrevistará con Raúl Castro, esta vez en La Habana.
Después de haberse mostrado impotente la política de agresión, bloqueo económico y desestabilización que tanto republicanos como demócratas mantuvieron durante décadas,
Obama va a Cuba para consolidar y profundizar el camino de
reformas pro mercado que está impulsando el gobierno cubano. Con esta perspectiva de imponer la restauración capitalista, y para que los monopolios y empresarios yanquis no se
pierdan el negocio, es que la Casa Blanca, con la mediación del
Vaticano, emprendió el giro histórico en la política hacia Cuba.
El imperialismo va por Cuba
Luego de haberse retomado públicamente las relaciones diplomáticas, comenzado a flexibilizar el bloqueo económico, encuentros en foros internacionales y reapertura de embajadas, ahora
la visita de Obama es un salto en el llamado “deshielo” de las
relaciones entre La Habana y Washington. Las relaciones comerciales se vienen potenciando rápidamente, sobre todo en el área
del transporte ligado al turismo, pero también inicialmente en el
ámbito bancario y financiero y en el agro donde recientemente se
anunció la instalación de una ensambladora de tractores que le
venderá a los campesinos privados y cooperativas. Obama utilizará
la visita a Cuba para presionar al congreso estadounidense, hoy
en manos de los republicanos, para que se avance en el levantamiento del bloqueo comercial con la isla. Una demanda exigida
por las empresas agroalimenticias y de turismo, entre otras, que
ven a Cuba como un negocio millonario con un mercado de 11
millones de consumidores a pocos kilómetros de sus costas.
En un sentido similar Obama reflotó hace unos días el tema del
desmantelamiento de la cárcel de Guantanamo, que EE.UU. ocupa
ilegalmente en territorio cubano. El cierre de esta cárcel había sido
una promesa (incumplida) de su campaña en 2008, y ahora la usa
tanto para presionar a los republicanos en el congreso de EE.UU.,
como para llegar con “un regalo bajo el brazo” en su visita a Cuba.
EE.UU. ya permite a sus empresas invertir en la zona franca del
Puerto de Mariel y se especula con nuevos anuncios de más flexibilizaciones al bloqueo días antes de la llegada de Obama o durante
alguno de sus discursos en la isla. Todo este camino solo lleva a la
restauración del capitalismo y a que los monopolios y empresarios
norteamericanos (como de otros imperialismos) lleven nuevamente a Cuba bajo la órbita del mercado internacional para expoliar
sus recursos y explotar su mano de obra barata y calificada.
La economía cubana y las reformas pro capitalistas
Por su parte, el gobierno de Raúl Castro hace varios años
que ablandó su discurso contra EE.UU., para poner el énfasis
en “los cambios estructurales y de concepto” que debía encarar el país. Esto se materializó en las profundas reformas pro
mercado como las que promueve la nueva Ley de Inversiones
Extranjeras (2014) que abre la puerta al capital en toda la economía excepto “la salud, educación y fuerzas armadas”. Y entre
los grandes cambios también están “los subsidios y gratuidades” que vienen siendo drásticamente recortados junto a cientos de miles de despidos y el aumento de la edad jubilatoria.
En Cuba sigue primando la propiedad estatal sobre áreas clave de la economía como su sector industrial, servicios públicos
y el sector agrícola (ahora cedido en usufructo al sector privado
o cooperativo). Y en la áreas abiertas durante el periodo especial
de los ’90 como el turismo continúa la propiedad mixta con
mayoría estatal. El Estado, a través de la burocracia dirigente,
mantiene el control del comercio exterior y de la banca (sector
que se está abriendo a bancos extranjeros). Por eso seguimos
considerando a Cuba como un estado obrero burocratizado que
está en proceso de descomposición pero donde aun la ley del
mercado no puede funcionar libremente y todavía existen trabas
para que una clase capitalista local que pueda desarrollarse.
Sin embargo, las conquistas sociales están siendo destruidas por
la política de la burocracia que trata de negociar con el imperialismo su lugar en la restauración capitalista. Hay que defenderlas
peleando por liquidar ya e incondicionalmente el bloqueo imperialista y por la devolución inmediata de la base de Guantánamo.
Al mismo tiempo, mientras la burocracia gobernante se
asocia a los monopolios y empresarios extranjeros, los trabajadores no tienen libertad de sindicalización ni derecho a
huelga para pelear por sus reivindicaciones. Está prohibida la
organización política por fuera del Partido Comunista, incluso para los que defienden las conquistas de la revolución.
Es más necesario que nunca una revolución política que tire
abajo a la burocracia y sus privilegios, acabe con el régimen
de partido único e imponga un verdadero gobierno de los trabajadores y el pueblo autoorganizado y autodetermindo. Esto
solo será posible enfrentando al imperialismo y proponiéndose como parte de la lucha de sus pueblos hermanos de todo
el continente por liberarse de la explotación capitalista.
A comienzos del siglo, el
Cono Sur latinoamericano
vivió una extendida
ola de levantamientos
populares que derrotaron
a los odiados gobiernos
neoliberales de la década
anterior. Ecuador en
1997, 2000 y 2005.
Argentina en 2001 y
2002. Venezuela en 2002
contra el golpe de estado
en abril y el paro petrolero
en diciembre. Bolivia, el
proceso más profundo, en
2000, 2003 y 2005.
Los gobiernos pos neoliberales y
el imperialismo norteamericano
Diego Dalai
Juan Andrés Gallardo
Estos procesos, hegemonizados por
corrientes reformistas, indigenistas o
“nacionalistas”, terminaron con la instalación de gobiernos llamados “posneoliberales”: los de tinte más nacionalista,
como Evo Morales, Hugo Chávez (asumido
en 1998) o Rafael Correa. Un caso intermedio, el de Argentina con Kirchner en
2003. Y los de perfil más “centroizquierdista”, como en Brasil con la asunción
de Lula en 2003, Uruguay con Tabaré
Vázquez en 2005 y finalmente Paraguay
con Fernando Lugo en 2008, también
fueron parte de esta tendencia aunque
no llegaron a situaciones de estallidos
generales. En Centroamérica, se vieron
los casos de Nicaragua (con el retorno
al gobierno de Daniel Ortega y el FSLN),
El Salvador (el FMLN), y Honduras con
el gobierno de Manuel Zelaya en 2006.
Con matices y diferencias, se caracterizaron en general por una retórica
nacional y popular, contra el neoliberalismo y los aspectos más humillantes de la
subordinación al imperialismo. Algunas
medidas elementales de “defensa nacional” como la nacionalización de empresas
importantes (aunque pagando indemnizaciones), sumada a políticas devaluatorias y una incipiente sustitución de
importaciones, permitieron a los estados
recuperar cierto control de los recursos
nacionales y del aparato productivo
para paliar la desocupación masiva o la
pobreza extrema. El boom de las materias
primas y el auge exportador posibilitaron
la masificación de planes sociales y subsidios al mismo tiempo que se garantizaba
una alta tasa de ganancia para las grandes empresas nacionales y extranjeras.
En este marco de gobiernos de
contención y desvío, para impedir el
desarrollo de la movilización de masas
y cerrar las profundas crisis políticas
abiertas, se produjeron roces y hasta
confrontaciones con el imperialismo
norteamericano. El punto más alto
fue la IV Cumbre de las Américas en
Mar del Plata en 2005. La presencia
de George W. Bush fue ampliamente
repudiada y salió derrotado su proyecto de imponer el ALCA que tendía a
liquidar las economías locales a favor
de los grandes monopolios yanquis.
El nuevo inquilino de
la Casa Blanca
La llegada de Obama al gobierno, junto
al inicio de los efectos de la crisis económica en 2009, encontró a la mayoría de
estos gobiernos sembrando expectativas
en la nueva administración. En la Cumbre
de las Américas en Trinidad y Tobago,
hubo un clima de “distención” entre los
gobiernos posneoliberales y el de Obama,
al que saludaron como una esperanza
de cambio. Obama prometió iniciar un
cambio en las relaciones con Cuba y dijo
que no apoyaría ningún intento golpista
en la región. A cambio, ni Chávez ni Evo
Morales denunciaron el Plan Colombia,
la agobiante deuda externa o la ocupación de Haití (que continúa hasta hoy).
Tan solo unos meses después un golpe
cívico militar derrocaba al gobierno de
Zelaya y los gobiernos posneoliberales
fueron completamente impotentes para
dar una respuesta. Lo mismo ocurrió
con el golpe institucional contra Lugo
en Paraguay. Aunque las relaciones con
EEUU, que estuvo detrás de estos golpes,
se enfrió, el daño ya estaba hecho. Los
gobiernos pos neoliberales empezaban un
camino declinante, mientras que EEUU
empezó a recobrar peso en la región.
Primero fortaleciendo los lazos con países
del pacífico como México, Colombia, Perú
y Chile; luego avanzando en una política
de restauración capitalista en Cuba y
en la actualidad apoyando abiertamente las variantes de derecha que surgen
ante la decadencia de estos gobiernos.
Estados Unidos militariza Latinoamérica
Cuba
(Guantánamo)
Honduras
3 bases
El Salvador
[email protected]
@IzquierdaDiario
Haití (MINUSTAH)
Aruba, Reina Beatriz
Curazao, Hato Rey
Costa Rica
Panamá
12 bases
Colombia
7 bases
Perú
3 bases
Fracaso del “progresismo”
A pesar de la orientación “nacional”
de los gobiernos posneoliberales, y aún
con las diferencias que existieron entre
ellos, nunca atacaron las bases profundas de la dominación imperialista. No
se dejó de pagar la deuda externa, uno
de los principales lazos que nos ata al
imperialismo, por el contrario se pagó
mucho más que en otros períodos. Solo
en Argentina entre 2010 y 2015 se pagaron más de 30 mil millones de dólares.
Tampoco se acabó con la Misión de la
ONU en Haití (Minustah), un verdadero
ejército de ocupación de distintos países
de América Latina, a pedido de EEUU.
Los gobiernos de Argentina y Brasil
votaron leyes antiterroristas, también a
pedido de EEUU, que hoy son usadas por
deuda externa, la nacionalización de los
grandes capitales extranjeros sin indemnización porque en todos estos años y
a lo largo de la historia se han llevado
muchísimo más de lo que invirtieron,
y poniendo estos recursos al servicio
de los trabajadores y el pueblo pobre.
Medidas de este tipo solo las puede
llevar adelante un gobierno obrero y
popular en la perspectiva de poner
en pie una Federación de Repúblicas
Socialistas de América latina, objetivo
estratégico que dependerá no solo en
la movilización revolucionaria de las
masas latinoamericanas sino de las
decenas de millones de explotados y
oprimidos, desde las minorías raciales
hasta los trabajadores blancos, en el propio corazón del imperialismo yanqui.
gobiernos como el de Macri para avanzar
en la represión (algo que ya había iniciado el gobierno de Cristina Kirchner).
En definitiva los gobiernos “populistas” y “progresistas” sudamericanos
nunca fueron más allá de un reparto un
poco más favorable de la riqueza nacional
y una readecuación de los términos de
la dominación imperialista. Hoy vemos,
por ejemplo en Argentina con el retorno
de la derecha al gobierno, lo endeble
y parciales que fueron los cambios en
la relación entre el imperialismo y los
países dependientes cuando el Macri
se apresta a hipotecar nuevamente al
país para pagar a los fondos buitres.
Una verdadera liberación nacional
solo se puede conseguir con medidas
como el no pago de la fraudulenta
Paraguay
2 bases
Chile
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Aguayo
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