Voces: PROCEDIMIENTO PENAL ~ DEFENSA EN JUICIO ~ CONSULTA DEL EXPEDIENTE ~ OPORTUNIDAD PROCESAL ~ DEFENSOR ~ DECLARACION INDAGATORIA ~ IMPUTADO ~ SECRETO DE SUMARIO Título: ¿En qué oportunidad procesal pueden ver las actuaciones el imputado y su defensor? Autor: Ledesma, Guillermo A. Publicado en: DJ2007-I, 1061 Fallo comentado: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, sala II (CNFedCrimyCorrec)(SalaII) ~ 2006/12/14 ~ DR. Lirman, Fernando Comentaremos en estas líneas un fallo de la sala II de la Cámara Federal de la Capital, que tuvimos el honor de integrar dos décadas atrás, que se refiere a la interpretación sistemática de algunos artículos del Código Procesal Penal de la Nación que parecen poner en pugna el derecho de defensa del imputado a través de la presentación a la que se refiere el art. 73, la oportunidad en que esa parte puede compulsar las actuaciones o extraer fotocopias (arts. 106 y 204, primera frase), y la facultad judicial de decretar el secreto del sumario para preservar medidas probatorias que, de ser conocidas por aquél o su defensor, podrían frustrarse en desmedro de la búsqueda de la verdad histórica que tiene por fin el proceso penal. No obstante que la cuestión ha sido debatida por la doctrina y a la jurisprudencia, entendemos que siempre se puede hacer un aporte más. Eso intentaremos. 1. El caso. El doctor Lirman fue designado por Mardyks para ejercer su defensa, extraer fotocopias de la causa —en la que claramente se lo imputaba de haber sido partícipe en la comisión de un delito—, y tomar vista de las actuaciones. A esa petición no hizo lugar el juzgado de primera instancia, pues siguiendo a D'Albora (1). Contra esa decisión el doctor Lirman interpuso recurso de apelación, el que fue denegado. Por tal motivo, recurrió en queja ante la Cámara citada. Esta hizo lugar al recurso y revocó el auto impugnado en todo cuanto decidía. 2. Los distintos criterios sobre el tema. Pusimos de relieve que la cuestión había sido objeto de discusión, con motivo de lo cual se pusieron de manifiesto diversas posiciones, que pueden calificarse de restrictivas, intermedias y amplias. a) Criterio restrictivo. Como lo hizo la resolución de primera instancia que se acaba de citar, la posición que llamamos restrictiva considera que antes de la declaración indagatoria el imputado o quien éste designe defensor, no tienen derecho a examinar las actuaciones u obtener fotocopias de ellas. En un caso en el que la defensa cuestionaba por inobservancia de normas procesales que el Código establece bajo pena de inadmisibilidad, caducidad o nulidad (art. 456, inc. 2, CPPN.) la falta de notificación de un peritaje de acuerdo a los previsto por el art. 258, CPPN., la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal consideró que esa notificación debía ser realizada "sólo a aquellos letrados que, habiendo sido propuestos como defensores del imputado, hayan aceptado el cargo en los términos del art. 106", pues "no resulta consecuente con la finalidad del descubrimiento de la verdad real que rige al proceso penal una interpretación de sus normas que presuponga informar al imputado de la realización de medidas probatorias con una antelación tal que le permita eliminar pruebas conducentes, o sustraerse a la acción de la justicia". Añadió el tribunal que contemporáneamente a la orden de realizar la pericia, el magistrado instructor había dispuesto también intervenciones telefónicas, cuyo conocimiento por parte de los imputados "habría sin lugar a dudas restado eficacia probatoria a la medida reseñada". Luego, en apoyo de esa interpretación, puso de manifiesto que era del caso "resaltar que el art. 204 dispone que el sumario será público para las partes y sus defensores, quienes lo podrán examinar, mas ello sólo después de la declaración indagatoria del imputado". Por fin, el tribunal enfatizó: "En nada empece a dicha conclusión lo establecido en los arts. 200 y 204, en cuanto disponen el derecho de asistir de las partes a ciertos actos procesales, y la imposibilidad de extender el secreto de sumario a actos definitivos e irreproducibles, pues tales disposiciones hacen referencia a los "defensores" de las partes, lo que conduce a sostener que ambas tienen como presupuesto la efectiva existencia de una defensa, en los términos que antes reseñáramos"(2). b) Posición intermedia. Una postura más amplia que la anterior es la que admite la intervención del imputado antes de la declaración indagatoria con la condición de que no se hubiera decretado el secreto del sumario. Así se ha dicho que "De la lectura de los arts. 106, 198 y 204, C.P.P., se desprende el derecho para la defensa de examinar las actuaciones, siempre que no se hubiera decretado el secreto del sumario. Pues la regla genérica para las partes, art. 104, 1ª parte, C.P.P., cede frente al derecho del defensor que la disposición legal expresa a continuación, remitiendo al art. 106 del texto legal citado. Sostener lo contrario implicaría adoptar el inequitativo principio, adverso a las más elementales normas constitucionales, de permitir la compulsa de las actuaciones al Ministerio Público 'en cualquier momento' y cercenar tal derecho a la defensa del imputado"(3). c) Criterio amplio. Encaran la cuestión con criterio amplio quienes sostienen que aun mediando secreto del sumario, el imputado y su defensor tienen acceso a las actuaciones. En este sentido, se ha expresado que "el © Thomson La Ley 1 examen de las actuaciones con anterioridad a la aceptación del cargo es posible aun durante la vigencia del secreto; (...) impedir la consulta, previa a la declaración indagatoria, torna letra muerta el art. 73, pues de no contarse con aquellos elementos que hacen a la imputación, mal puede alguien presentarse a aclarar los hechos e indicar la prueba que pueda resultar útil..."(4). Parece compartir esta posición, aunque no se refiere al secreto del sumario, un fallo en el que se expresa que "las posibilidades de intervenir en el desarrollo del proceso sería de imposible cumplimiento sin no se le otorgara el irrestricto acceso a las actuaciones al imputado y a su defensa (...) sostener lo contrario implicaría avalar la inequitativa circunstancia —contraria a los más elementales principios constitucionales— de permitir la compulsa de las actuaciones al fiscal en cualquier momento y cercenar tal derecho a la defensa del imputado...". (5). 3. Los fundamentos del fallo. El fallo que comentamos, luego de abrir la queja, considerar que el peticionario estaba efectivamente imputado en la causa y que para resolverla debía entrar a considerar la cuestión de fondo, contiene dos párrafos en los que se apoya la decisión de revocar la resolución de primera instancia, que se oponen entre sí, dificultando su interpretación, según se verá (6). Por el primero, se adopta el criterio amplio con una razonable limitación: no obstante el secreto sumarial debe permitirse al imputado y a su defensor acceder al conocimiento de los hechos que se le imputan a fin de ejercer el derecho que le acuerda el art. 73, CPPN, sin afectar la reserva de las actuaciones. Por el segundo, en cambio, se funda lo que se acaba de exponer en el hecho de que si se impidiera el examen de los actuados con anterioridad a la declaración indagatoria, el imputado y su defensor desconocerían los hechos respecto de los cuales deben efectuar su descargo, lo que tornaría en letra muerta lo normado en el art. 73. Sin embargo, ese examen no puede hacerse si el juez hubiera decretado el secreto del sumario mediante una resolución fundada. Se adopta, con esta forma de discurrir, la posición intermedia: las actuaciones pueden ser compulsadas antes de la indagatoria siempre que no se haya dispuesto el secreto sumarial. 4. El fallo que comentamos y las normas procesales aplicables. a) En este tema, como en otros muchos, el pésimo Código Procesal nacional vigente es, al menos, contradictorio. De ahí que el interrogante formulado al principio de esta nota no puede ser resuelto sin tener por no escrita alguna de las reglas que en pugna, las que, en lo pertinente, enunciamos a continuación: a) La primera frase del art. 2° dice: "Toda disposición legal que coarte la libertad personal, que limite el ejercicio de un derecho atribuido por este Código, o que establezca sanciones procesales, deberá ser interpretada restrictivamente"; b) el art. 72 expresa: "Los derechos que este Código acuerda al imputado, podrá hacerlos valer hasta la terminación del proceso, cualquier persona que sea detenida o indicada de cualquier forma como partícipe de un hecho delictuoso"; c) El art. 73 dice: "La persona a quien se le imputare la comisión de un delito por el que se está instruyendo causa tiene derecho, aun cuando no hubiere sido indagada, a presentarse al tribunal, personalmente con su abogado defensor, aclarando los hechos e indicando las pruebas que, a su juicio, puedan ser útiles"; d) la primera parte del segundo párrafo del art. 106 determina: "El defensor tendrá derecho a examinar los autos antes de aceptar el cargo, salvo el caso de secreto de sumario"; c) el primer párrafo del art. 204 establece: "El sumario será público para las partes y sus defensores, que lo podrán examinar después de la indagatoria, dejando a salvo el derecho establecido en el segundo párrafo del art. 106. Pero el juez podrá ordenar el secreto por resolución fundada, siempre que la publicidad ponga en peligro el descubrimiento de la verdad, exceptuándose los actos definitivos e irreproducibles, que nunca serán secretos para aquellos". b) Los tres primeros artículos tienen entre sí una incontrastable armonía, por lo que entendemos que deben prevalecer sobre cualquier disposición en contrario, procurando que la interpretación a la que se arribe preserve todas las reglas que no se les opongan en forma manifiesta. c) A su vez, la segunda parte del primer parágrafo del art. 204, CPPN, establece una excepción al principio de la publicidad que, si se usa con mesura, es razonable. En ciertos casos, se autoriza al juez, por limitado lapso, con prórrogas también acotadas (art. 204, 2° párr.), a dictar el secreto sumarial para impedir que la publicidad ponga en peligro el descubrimiento de la verdad. Verdad histórica que es el fin del proceso. d) En relación con lo expresado, el art. 106, segundo párrafo, tiene su lógica. El defensor puede examinar las actuaciones antes de aceptar el cargo, salvo que en ellas se hubiera decretado el secreto del sumario. Así lo interpretamos porque el examen previo sólo tiene por objeto decidir si aquél acepta o no su designación y, por tanto, debe prevalecer, por su mayor entidad, la razón por la que se dictó el secreto, según se puso de manifiesto en el párrafo anterior. e) En cambio, la primera frase del art. 204 no sólo se contradice a sí misma, sino que también se opone a lo preceptuado en el resto de las disposiciones analizadas precedentemente. Decimos que se contradice a sí misma porque si, de acuerdo con ella, las partes y sus defensores pueden examinar el sumario sólo después de la indagatoria, no se entiende cómo puede dejar a salvo, a renglón seguido, el "derecho establecido en el segundo párrafo del art. 106", el que acuerda al defensor la facultad de examinar los autos antes de aceptar el cargo. En definitiva, el abogado propuesto por el imputado para su asistencia, sin aceptar el cargo, tiene la facultad de examinar el expediente antes —quizá, según el estado de la pesquisa, mucho antes— en tanto que el imputado y el abogado que lo defiende efectivamente sólo puede hacerlo después de la indagatoria, la que suele tener lugar cuando la pesquisa se encuentra prácticamente agotada, en desmedro del principio de defensa en juicio (7). © Thomson La Ley 2 También afirmamos que la disposición con la que principia el art. 204 está en entredicho con los arts. 2°, 106, 72 y 73, CPPN, los que, por tal motivo, lo desplazan, tornándolo inaplicable. Ello es así, porque como se ha señalado reiteradamente, es impensable que el imputado y su defensor expliquen los hechos y propongan prueba, como lo prescribe el art. 73, sin compulsar las actuaciones con anterioridad a esa presentación espontánea. Por lo demás, la interpretación restrictiva que impone el art. 2° a la limitación del ejercicio de un derecho, en este caso el de defensa en juicio, de jerarquía constitucional (art. 18, C.N. y tratados internacionales concordantes), avala esta forma de resolver la cuestión. Pues, la contraria —sólo compulsar las actuaciones luego de la declaración indagatoria— está lejos de configurar una hermenéutica restringida sino que, por el contrario, es amplia, de manera tal que contraría el principio sentando por esa regla interpretativa. f) Sin embargo, lo antedicho no cierra la cuestión. f.1) Consideramos justificable la disposición del art. 204 en cuanto admite que el juez, por resolución fundada, dicte el secreto del sumario siempre que la publicidad ponga en peligro el descubrimiento de la verdad, en la medida que esa facultad se ejerza con mesura. Empero, frente a este instituto que tiende a preservar la eficaz producción de ciertas pruebas, se alza el derecho del imputado y su defensor a conocer cuáles son los hechos atribuidos para poder responderlos y presentar prueba de descargo (art. 73). Es aquí dónde cabe preguntarse cuál es la solución adecuada. Estimamos que es necesario que ella preserve ambos derechos: el juez está facultado para dictar el secreto del sumario y el imputado y su abogado tienen el derecho de imponerse de su contenido sin afectar esa reserva. En consecuencia, para hacer compatibles en la práctica esas facultades contrapuestas, debe admitirse que el juzgado o la fiscalía que intervienen en la pesquisa cercenen aquellas piezas de la causa que, conocidas por aquellas partes, podrían perjudicar la búsqueda de la verdad al facilitar la destrucción o desaparición de pruebas pretéritas o frustrar la producción de otras por realizar. Tal sería el caso, por ejemplo, de pedidos o decretos de allanamiento, de secuestro de correspondencia, de escuchas telefónicas, de la orden de detención de otros imputados, etcétera. f.2) Esta interpretación parece estar esbozada en el fallo que comentamos: "... este tribunal ha sostenido en reiteradas oportunidades al considerar la interacción de los arts. 106 y 204 del Código Procesal Penal de la Nación que de la interpretación aislada de este último artículo '... y con preeminencia sobre otras normas pertinentes, surgiría en este cuerdo de leyes una reserva de las actuaciones para la defensa aún más estricta que el propio secreto sumarial y aunque, de acuerdo a la jurisprudencia de esta Cámara al respecto, en tal ocasión se manda compatibilizar tal medida con el derecho de defensa debiendo facilitarse a la parte aquellas piezas que resulten imprescindibles para ejercer su ministerio sin perjudicar la reserva dispuesta'". Y, pese a la claridad del parágrafo que se acaba de reproducir, dijimos que de acuerdo con nuestro modo de pensar "parece estar esbozado" en el fallo que comentamos, porque en el párrafo siguiente se lee: "El fundamento de tal criterio resulta que '... no puede pasarse por alto que si se impidiera tal consulta de los actuados previa a la declaración indagatoria sin que se hubiera decretado por medio de una resolución fundada el juez el secreto de las actuaciones, se tornaría en letra muerta lo normado en el art. 73. Ello así, ya que de no poder contarse con aquellos elementos que hacen a la imputación que se le dirigen, mal puede alguien presentarse a aclarar los hechos e indicar aquellas pruebas que a su juicio pueden resultar útiles'". La redacción del fallo es poco feliz, aunque, como el sumario no estaba en estado de secreto, su parte dispositiva dejó en claro que se revocaba la decisión del tribunal a quo en todo lo que decidía, considerando que los actuados podían ser examinados y extraerse fotocopias de ellos por parte del imputado y su defensor antes de la indagatoria. Pensamos que el criterio de la Cámara es el enunciado en el primer párrafo. Sin embargo, los argumentos opuestos que tiene con el segundo, repetidos en otros (8), debería ser aclarada en el futuro. g) En conclusión. Estimamos que la interpretación sistemática de la parte pertinente de los arts. 2°, 72, 73, 106 y 204 del Código Procesal nacional, debe llevar a prescindir de la primera oración del último en cuanto expresa "El sumario será público para las partes y sus defensores, que lo podrán examinar después de la indagatoria, dejando a salvo el derecho establecido en el segundo párrafo del art. 106". En primer lugar, porque se contradice a sí mismo en cuanto establece que el examen de las actuaciones sólo podrá llevarse a cabo por las partes y sus defensores con posterioridad a la indagatoria, no obstante lo cual deja a salvo la facultad de hacerlo al defensor propuesto antes de la aceptación del cargo. Es decir que, quien todavía no es parte en el proceso, tiene mejor derecho que el imputado y su defensor, que sí lo son. En segundo término, porque está en pugna con las otras reglas procesales a las que nos referimos, las que armonizan entre sí y, además, porque no se concibe que las partes citadas "aclaren los hechos e indiquen pruebas que puedan ser útiles" (art. 73) o concurran a prestar declaración indagatoria, sin conocer los hechos que se atribuyen como delictivos. En consecuencia, el sumario puede ser consultado por todas las partes con anterioridad a la indagatoria y desde su iniciación (9). Para que esa consulta no ponga en peligro el descubrimiento de la verdad, si se decretó el secreto del sumario, el juez o el fiscal permitirán el examen del sumario o la obtención de fotocopias, prescindiendo de las piezas que puedan conducir a la supresión de la prueba existente, frustrar la producción de otras pendientes o permitir que algún imputado se ponga fuera del alcance de la justicia. © Thomson La Ley 3 Especial para La Ley. Derechos reservados (ley 11.723) (1) "Código Procesal Penal Comentado", Buenos Aires, 1999, p. 363, consideró, por aplicación restrictiva del art. 204, que la petición no podía prosperar porque el imputado todavía no había prestado declaración indagatoria. (2) Expte. 3529, "Lambert, Juan y otra", del 11/12/2002; llegaron a la misma solución, entre otros, la Sala III del mismo tribunal, causa 5119, "Arévalo, José del Valle s/recurso de casación", del 14/4/2005; la C.C.C., Sala 6, causa "Sommariva", del 19/7/94, JA, 1997-IV-síntesis, LexisNexis —sumarios— 03/08/2004; la Sala 4, "Falottico, Adriana", del 19/2/98; y el voto en disidencia del doctor Navarro en la causa "R., S.", Sala 1, del 21/5/2001. (3) Por todos, C.C.C., Sala 1ª, "Maradei, Marcelo", del 26/8/98; también, la misma sala, causa "Casvin, Julio", del 28/8/97, JA, 2000-III-síntesis; Sala 7, "Bejm, Pablo J. y otro", del 7/3/94, JA 1997-IV-síntesis; Sala 4ª, "Ming, Teh Huang", del 9/10/2000; Sala 5ª, causa 21.621, "Marmo, Silvana A.", del 29/5/2003, con la peculiaridad de que se negó el acceso al sumario al defensor propuesto que no aceptó el cargo, haciendo primar la previsión del art. 204, CPPN sobre lo establecido en el 2° párrafo del art. 106. (4) CFCC, Sala II, f. 47.995, ED, 30/6/97, cit. por GOROSTIAGA, Manuel J., en un serio trabajo sobre el tema: "El secreto y la publicidad del sumario en el Código Procesal Penal de la Nación", publicado en "Garantías constitucionales en la investigación penal", Editores del Puerto, Buenos Aires, 2006, p. 238; no he podido encontrar ese fallo. (5) CCC, Sala 1, causa 7372, "Casvin, Julio", del 28/8/97, trascripto por LA ROSA, Mariano R., "La defensa del imputado como presupuesto del proceso penal, en "Garantías constitucionales y nulidades procesales", Rubinzal-Culzoni, 2001, t. II, p. 93 y tomado por GOROSTIAGA, op. cit., p. 240. (6) Infra, 4., f. 2. (7) Conf. opinión de POCIELLO ARGERICH, Rodolfo, en las cuartas jornadas de derecho procesal penal celebradas en la U.C.A. el 4 de noviembre de 2004, cit. por GOROSTIAGA, op. cit., p. 241, quien comparte su opinión. (8) Causas: 12.461, "Doctor Novak s/solicitud de examinar actuaciones", del 15/8/96; "De la Rúa, Fernando, s/extracción de fotocopias", del 3/12/2002; 22.549, "Band, Edgardo D. s/queja", del 7/6/2005. (9) Confr. art. 279, que en otra muestra de la desprolijidad del codificador se refiere a "la persona contra la cual se hubiera iniciado o 'esté por iniciarse' un proceso...". © Thomson La Ley 4