84 - Recursos para la Historia del Arte

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Enrique Valdearcos Guerrero
Historia del Arte
Noche estrellada, Vincent Van Gogh, Saint Rémy, 1889
Óleo sobre lienzo, 73 x 92 cm. Museo de Arte Moderno de Nueva York
Análisis: La luz
Es de destacar el tratamiento
de la luz de las estrellas como puntas
de luz envueltas en un halo luminoso
a su alrededor, obtenido con una de
las pinceladas más personales de la
historia de la pintura: un trazo a base
de espirales que dominan el cielo y
los cipreses de primer plano. Al
fondo se aprecia la silueta de un
pueblo con la larga aguja de la torre
de la iglesia presidiendo el conjunto.
Las líneas del contorno de los
edificios están marcadas con gruesos
trazos de tonos oscuros, igual que las
montañas.
Imagen en grande
Dos
enormes
espirales
nebulosas se envuelven una con otra,
mientras once estrellas sobre-dimensionadas atraviesan la noche con sus halos de luz. La luna, pintada de
color naranja en la parte superior derecha del lienzo, hace pensar en un sol radiante, y un ancho sendero
luminoso se extiende sobre la línea del horizonte.
La composición: Los colores llamativos y las líneas en espiral del cielo y del ciprés reproducen la
inestabilidad de su estado de ánimo y la necesidad de descargar esta frustración que le inundaba por
dentro. Todo esto forma parte de una estructura que también llama la atención; el cuadro se divide
claramente en dos partes, el cielo estrellado y el pueblo, presidido por la larga aguja que forma la torre de
la iglesia. Pero el gran ciprés que hay en primer plano rompe esta división, elevándose ondulante hasta
arriba del todo de la obra. Incluso las montañas serpentean y parecen unirse con el cielo. La línea del
horizonte está baja, dando el protagonismo al cielo. La presencia imponente del cipres a la izquierda
queda equilibrada por la de la luna, a la derecha.
El cielo agitado por estrellas incandescentes como fuertes llamaradas contrasta con el pueblo
inmutable y sereno dormido bajo ellas. El contraste entre la claridad y movimiento del cielo, con la
quietud y oscuridad del pueblo nos indica el poder de la naturaleza frente al hombre. El ciprés -un
elemento cargado de simbolismo que el artista había comenzado a utilizar en sus últimas representacionesocupa el primer plano, es la figura más oscura de la composición, y adopta una morfología flamígera
acorde con el fondo. Junto con la torre de la iglesia del pueblo, el árbol determina una relación de
repetición de formas que, en su carácter geométrico, aportan el elemento de estabilidad y firmeza que
sostiene la composición.
El pueblo, cuya serenidad contrasta con la virulencia del cielo, está representado con trazos rectos
y breves, con lo cual se acentúa la oposición con las curvas que dominan la parte superior del cuadro. De
la misma manera, las pequeñas luces de las casas son, al contrario que los astros, cuadradas y poco
brillantes. La luz no se manifiesta sino en las formas de la luna y las estrellas como sólidas irradiaciones.
De este modo, Van Gogh deja claro que el tema que supedita la obra está representado en el cielo y no en
la tierra. Este predominio ha sido representado por el artista también en la elección y distribución de
colores -azul, morado y amarillo, frecuentes en las obras realizadas por el artista durante la temporada
estival de 1889-, aplicando los más vivos en el cielo y utilizando tonos sombríos en el poblado.
Enrique Valdearcos Guerrero
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El color: El color morado junto a su complementario, el amarillo realzan la fuerza visionaria. Un negro
ciprés de dignas proporciones aplaca en primer plano la llamarada y equilibra los ritmos vertical –
horizontal. Los tonos que Van Gogh utiliza son comunes a todas las obras de esta primavera del 89:
malvas, morados y amarillos que muestran el estado de ánimo eufórico del artista. El aura luminosa que
envuelve la Luna, hace que ésta se confunda con un Sol.
Pincelada y contorno: La pincelada de Vincent en esta etapa seguía siendo pastosa y alargada, pero ya
había evolucionado hacia grandes espirales y remolinos, que intensificaban la sensación de dramatismo en
sus obras. Son pinceladas serpenteantes, arremolinadas, largas y espasmódicas, intensas como su alma
agitada. Los contornos, en la parte inferior, están marcados con una línea negra gruesa, como era
característico también en la obra de su compañero Gauguin. Las únicas líneas rectas son las de los tejados
de las casas al fondo.
Simbología: Representa la pequeñez del se humano frente a las fuerzas de la naturaleza. La agitación es
de espasmo. Hay una visión doble de sol y luna. El ámbito humano queda aplastado por el movimiento de
la bóveda celeste. Los astros están a punto de chocar, nos hallamos ante un eminente fin del mundo, ante
el mayor de los cataclismos. Por el significado podría enlazar el Romanticismo, en línea de un Friedrich,
también sirve de puente de unión con el Expresionismo posterior que participa de la concepción del
universo incidiendo en la pequeñez del hombre.
Se ha comentado que esta obra quizá se refiera al episodio bíblico del Génesis (37,10) en el que
José tiene un sueño con once estrellas, el sol y la luna (en el cuadro ambos parecen unidos). Un
investigador español (José Navarro) ha demostrado que la constelación que aparece es la de Aries, visible
desde el sur de Francia en las noches del 14 al 19 de junio de 1890, que es cuando se estima que se pintó
el cuadro
Comentario: La obra en su contexto
Esta famosa escena resulta una de las más vigorosas y sugerentes realizadas por Vincent. En pocas
obras ha mostrado la naturaleza con tanta fuerza como aquí. Vincent se encuentra recluido en el sanatorio
de Saint-Rémy (Provenza) desde el mes de mayo de 1889, donde fue ingresado por sus ataques de
epilepsia y víctima de una profunda crisis depresiva que indicaba el carácter crónico de la enfermedad
mental que padecía un año antes de que se suicidara. Muestra en sus imágenes lo que contempla desde su
ventana. La noche le había atraído siempre - Café nocturno o La terraza del café - especialmente porque se
trataba de una luz diferente a la que se había empleado hasta esos momentos. A diferencia de las otras
obras, este paisaje no fue pintado al aire libre, sino desde la habitación del sanatorio, dónde sólo podía ver
el cielo a través de una pequeña ventana. En tan extrema situación, el genio holandés extrajo de su interior
esta escena, en la cual la naturaleza estalla, despliega su energía y exhibe todo su esplendor. A Van Gogh
le atraía especialmente la noche porque desplegaba una luz especial. Las estrellas y la luna daban vida a
un paisaje adormecido e inmóvil. En esta obra la noche cobra un sentido totalmente subjetivo.
El autor: El tesón y las ganas de trabajar - más de 800 cuadros en nueve años como pintor - que
demostrará Vincent a lo largo de su corta vida son encomiables y definen claramente la biografía de este
magnífico pintor neo-impresionista. Vincent Willem van Gogh nace en Groot Zunder (Holanda) el 30 de
marzo de 1853 en el seno de una familia de clase media. Su padre - Theodorus van Gogh - era un pastor
protestante y su madre - Anna Cornelia Carbentus - pertenecía a una importante familia de
encuadernadores.
Hasta los 30 años no tendrá vocación artística. Parece que su primera crisis psíquica fue motivada
por el rechazo sentimental de la hija de su patrona, la joven Ursula Layer, de quien se había enamorado
profundamente. En su estancia parisina conocerá a Toulouse-Lautrec, poniéndose en contacto con los
impresionistas. Este nuevo movimiento artístico sirve a Vincent de punto de partida, aunque piensa que
Millet ha hecho más por la pintura que Manet. Durante estos años realizará paisajes de las cercanías de su
casa o bodegones de flores. También inicia ciertos experimentos con el Puntillismo así como conoce a
Enrique Valdearcos Guerrero
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Degas, interesándose por la figura humana. Pero la atención de Vincent se centra en sus contactos con los
jóvenes Paul Signac y Émile Bernard, quienes consideran anticuado el Impresionismo. Ambos artistas
influirán mucho en la obra de Vincent, que empieza a pensar en la creación de una comunidad de artistas.
Las estampas japonesas supondrán también una importante influencia para el joven pintor. El contacto de
Vincent con Gauguin se inicia en el otoño de 1886. Entre ambos surgió un respeto mutuo, creciendo la
admiración de Van Gogh hacia Paul a medida que pasaba el tiempo, haciéndose cada vez más fuerte la
idea de constituir una sociedad de artistas en la que se compartieran gastos e ideas, ofreciéndose apoyo
mutuo. En febrero de 1888 Vincent se traslada al sur de Francia, a Arles e invitó a Gauguin a instalarse en
con él, aceptando éste trasladarse en octubre de ese año,
Cuando Gauguin llega la convivencia entre ambos artistas no es fluida y las discusiones cada vez
suben más de tono. El desenlace se produce la noche del 23 de diciembre de 1888. Después de haber
bebido mucho, discuten de nuevo y Vincent amenaza a su amigo con una navaja de afeitar. Gauguin,
asustado, se marcha al hotel y Vincent, arrepentido por el desenlace de la disputa, decide arrancarse el
lóbulo de su oreja derecha, entregándoselo a una prostituta para que lo lleve a Gauguin como señal de
arrepentimiento. Vincent es internado en el hospital y delira durante tres días. En febrero Vincent es
ingresado de nuevo en el hospital al cuidado del doctor Felix Rey ya que padece de insomnio y
alucinaciones. Las recaídas son cada vez más frecuentes y el propio Vincent desea ingresar en un
sanatorio, lo que ocurre el 8 de mayo. Voluntariamente, se marcha al sanatorio mental de Saint-Paul-deMausole, cerca de Saint-Rémy, a 27 kilómetros de Arles. ¿Cuál era la enfermedad de Vincent?
Exactamente desconocemos a qué se debían esas crisis y ataques, surgiendo múltiples hipótesis. La más
certera sería una inestabilidad psíquica de carácter congénito, acentuada por el abuso del alcohol.
Este encierro en Saint-Rémy le obliga a pintar lo que hay alrededor del hospital, tanto las
habitaciones, la naturaleza o los propios internos. Tras una conversación con Pissarro, Theo considera
conveniente que Vincent se instale en Auvers-sur-Oise, en el noroeste de París, al cuidado del doctor
Gachet, famoso homeópata relacionado con los impresionistas. A fines de diciembre de 1889 sufre un
nuevo ataque mientras está pintando e intenta tragarse las pinturas. El doctor Gachet le cuida
cariñosamente e incluso piensa que está curado, considerando que nunca más tendrá un ataque. Durante
los dos meses que vivió en Auvers pintó más de 80 cuadros, demostrando estar en pleno éxtasis creador.
Pero el 27 de julio sale al campo y se dispara con un revólver; regresa a su hogar y avisa a los señores
Ravoux para que soliciten un médico al no encontrarse bien. Reconoce haberse disparado y los doctores le
vendan la herida pero no extraen la bala. Enterado de la noticia, Theo parte para Auvers y pasa el día con
Vincent, fumando ambos en pipa. El 29 de julio de 1890 fallece el primer genio de la pintura
contemporánea. Curiosamente, su hermano Theo muere seis meses después en una casa de salud de
Utrecht. Desde 1914 ambos hermanos reposan juntos en el cementerio de Auvers-sur-Oise.
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