— 343 — Jurisprudencia extrangera Sobre servidumbres al En muchos contratos de venta de terrenos por lotes se impone no edificar más que ajustándose a de adquirente la obligación de terminado tipo o modelo, con el fin de que resulte uniforme y armó barriada que se ha de formar. También es frecuente cláusulas que prohiban el futuro establecimiento de clí nica la colonia o consignar nicas, casas de salud, gabijietes dentales y otros que puedan per turbar el esplendor, calma y agradable visión que se pretende para el conjunto de las edificaciones proyectadas. En vista de semejantes convenciones, cabe desde luego pregun tar si la carga que se constituye es inherente al terreno, o si es sólo una obligación personal. Si, por tanto, debe estudiarse en el tratado de ios derechos reales o en el referente al derecho obligacional. La Corte de Casación de Eoma se ha pronunciado en diferentes favor de la doctrina que admite el carácter real de la carga, pero para apoyar su opinión recurre a muy distintos argu mentos. decisiones a una sentencia de 28 de junio de 1930 se apoya el Tribunal concepto de limitaciones convencionales recíprocas del dominio, en virtud de las cuales, bajo la forma de carga real, una vez que se hace pública, obliga activa y pasivamente a todos los titulares de la propiedad de los diferentes terrenos. Este aspecto de la cuestión fué ampliamente estudiado en Italia por Entero (Foro Ital., 1929, pág. 916). En en el Mas, en otra sentencia de 13 de Mayo de 1927 se había dicho que cuestión constituyen una verdadera y propia servidum las cargas bre a favor del terreno que queda en la propiedad del vendedor. Otros Tribunales italianos han venido a sostener la doctrina con en traria y, por tanto, nie.gan toda trascendencia real a los p^actos que (Corte de Apelación de Eoma, 10 de Enero de 1929, etc.). En sentir del profesor de Turín, M. Ful vio Maroi, la carga im estudiamos puesta puesto a un que fundo para acrecentar el valor económico de los demás, aumentan sus atributos de comodidad, puede muy bien se constituir el como normal, contenido de una servidumbre. Es que la voluntad de las preciso considerar partes entiende dar vida verdadera servidumbre que puede denominarse servitus non a una aedifi- — 344 — candi, o servitus prospectus, o quizás servidumbre altius non toUendi (en el caso de que las villas no deban tener más que cierto número de pisos), con la particularidad de que la servidumbre asume el carácter de recíproco. Así se explica fácilmente que los adquirentes de un lote de te rreno, con fecha anterior, puedan imponer el respeto de la carga a los poseedores de lotes adquiridos con posterioridad. Si se admite, con Paoplucci, que una sociedad, propietaria de una vasta zona de terreno, puede imponer una servidumbre general sobre toda la superficie, cuando vende el primer lote, y exige la transcrip ción de la carga a favor del terreno que conserva la sociedad vende dora, es indudable que normalmente puede ser transferido este dere cho al vender los demás lotes, y que, por tanto, puede ser ejercitado traigan causa de la repetida sociedad. (Eevue tri. Droit civil, 1931, pág. 1.005). por todos los que F. Menéndez Pidal. (De la Revista G. de Legislación y Jurisprudencia — Madrid).