Journal Spirite Le N°79 - ENERO - FEBRERO - MARZO 2010 - 5,00e LA REVISTA DEL CÍRCULO ESPÍRITA ALLAN KARDEC DE NANCY - FRANCIA los grandes principios de la Filosofía espírita SUMAIRIO N° 79 - ENERO 2010 2 DOSSIER: Los grandes principios de la Filosofía espírita TRADUCCIÓN: Ruth Neumann LE JOURNAL SPIRITE Director de publicación : Jacques Peccatte email : [email protected] Suscripciones : Jean-Claude Thirion 22, boulevard d'Haussonville 54000 Nancy Tél : 03 83 21 52 47 Sede social : Cercle Spirite Allan Kardec 3, rue Jules Ferry 54770 Dommartin sous Amance Tél : 03 83 35 60 54 Impreso: Apache Color - F-54000 Nancy Comición paritaria N° 0608 G 88981 N° ISSN 1152-9572 FOTOS E ILUSTRACIONES Archivos CSAK LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 EDITORIAL : Los grandes retos del espiritismo 5 DOSSIER : Los grandes principios de la Filosofía espírita 6 El ciclo de Dios o el ciclo de la vida 12 Ética y moral 18 La noción de libre albedrío 20Justicia y caridad, conceptos esenciales de la filosofía espírita 23 Los principios de la mediumnidad 29Espiritismo y cristianismo 33La génesis del mundo 36 Punto de vista sobre la pluralidad de los mundos 38La reencarnación y sa consecuencia: progresar 44 La turbación 47La muerte y el espiritismo 50 El periespíritu 56 MIRADA SOBRE... Testimonios de psicometría 58 RENDEZ-VOUS Programme des conférences 59 ANCIENS N° DU JOURNAL SPIRITE 60 SUSCRIPCIÓN: LE JOURNAL SPIRITE DE LA PART DE TOUTE L'ÉQUIPE DU JOURNAL SPIRITE, NOUS VOUS SOUHAITONS UNE TRÈS BONNE ANNÉE 2010, REMPLIE DE PARTAGE, D'AMOUR ET D'HUMANISME... 2 EDITORIAL por JACQUES PECCATTE LOS GRANDES RETOS DEL ESPIRITISMO Tenemos la costumbre de decir que el espiritismo es un combate, lo cual discutíamos recientemente con una pareja de amigos espíritas argentinos, Antonio y Mirta Bruni, de paso por Francia, y que vinieron a visitarnos. Antonio nos explicó entonces que consideraba al espiritismo como un verdadero desafío, con ese aire entendido que significa que somos unos Quijotes en persecución de un ideal que tan poco logramos compartir cuando salimos de nuestros medios espíritas. Desafiamos a la religión, la ciencia, la sociedad, el sentido común, incluso hasta a la parapsicología en sus aspectos más reservados. Esa noción de desafío me pareció muy justa, pues el combate espírita es en efecto un llamado a una forma de revolución de las mentalidades, dentro de una conmoción de los conceptos comúnmente admitidos a partir de la trasgresión del tabú de la muerte. Un desafío a las religiones Por supuesto los espíritas no son los primeros en haber vuelto a poner en tela de juicio las creencias religiosas, pues ya el materialismo filosófico y científico se había LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 3 posicionado en la historia del pensamiento humano desde hace varios siglos, y sobre todo de manera más insistente a partir de Diderot, seguido más tarde por Karl Marx y otros filósofos ateos. La oposición materialista ha tenido el mérito de ser clara, en la medida en que su demostración filosófica no tenía ambigüedades. En cambio, no sucede igual con el espiritismo que se encuentra en la situación incómoda de ser una filosofía que desarrolla conceptos espiritualistas, los mismos de la religión, pero de manera diferente. La existencia de Dios, sí, ¿pero se trata del mismo Dios? La reencarnación, sí, pero no ya dentro de una visión orientalista del karma y el nirvana final, incluso a veces de la metempsicosis. Los fenómenos que desafían las leyes naturales admitidas, sí, pero no los milagros… La comunicación con otros seres, sí, pero no los ángeles o los demonios Y se podría proseguir la larga lista de todo lo que pertenece a la vez a lo religioso y al espiritismo, pero bajo formas diferentes. Allan Kardec aclaró todos estos puntos, definiendo precisamente las diferencias a partir de la revelación espírita. Se desmarcó del fenómeno religioso, dándole a la palabra “religioso” un sentido más amplio dentro de la trascendencia de todas las creencias reunidas y reinterpretadas a la luz de la enseñanza de los espíritus. ¿Se trataba simplemente de una cuestión de términos, de semántica? ¿Era necesario abandonar la palabra religioso? Las posiciones fueron diversas en la historia del espiritismo, unos que hacen de la doctrina espírita una nueva religión, otros que asumen un carácter no confesional y por lo tanto laico, y es esta última noción la que nosotros hemos adoptado para evitar todo menosprecio. En forma general, la religión corresponde a una fe a partir de una verdad revelada que los seres humanos han acondicionado a su gusto. El espiritismo corresponde más bien a un conocimiento, consecuencia de múltiples experiencias que convergen en resultados idénticos, un conocimiento que se ha formado a partir de la comunicación con el otro mundo y a partir de una reflexión filosófica sobre las enseñanzas del más allá. Así pues, el espiritismo perpetúa su diferencia esencial dentro de un enfoque metafísico que no debe nada a lo religioso, y es probable que el abismo siga profundizándose, sobre todo frente a las religiones devenidas en integristas, dentro de las desviaciones que evidenciamos, las de los evangélicos derivadas del protestantismo y las del fundamentalismo musulmán. Sin duda hay menos problemas con el catolicismo que ya no se opone sistemáticamente a la manifestación de los espíritus de los difuntos… Y luego, al margen de los fenómenos religiosos, podemos incluir el desarrollo de las nuevas espiritualidades derivadas del esoterismo, y allí, la oposición sigue siendo fuerte en la medida en que nos encontramos frente a modelos de pensamiento LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 individualistas, desconectados del mundo real en busca de una trascendencia ilusoria (desarrollo personal, comunicación con los ángeles o seres de luz, etc.) El espiritismo ante a la ciencia El espiritismo está en la incómoda situación de asumir su carácter científico, sin responder a ciertos criterios requeridos por las ciencias duras, como por ejemplo la capacidad de reproducir un fenómeno a discreción. Ya existe desde hace mucho tiempo una oposición entre las ciencias duras y las ciencias psicológicas o sociales, lo que equivale prácticamente a la oposición entre ciencias materialistas y ciencias que aceptan integrar un factor espiritual. ¿Sería necesario entonces que la inteligencia humana sea desconectada de la ciencia aun cuando es gracias a esa inteligencia que se abordan los temas científicos? ¿Será necesario entonces que el sentimiento y la moral sean desconectados de todo enfoque científico con el pretexto de que el estudio de los fenómenos de la naturaleza puede prescindir de toda apreciación y juicio de valor? El materialista debe disociar todavía dos órdenes de cosas, por un lado una verdad científica y por el otro una pertenencia religiosa o filosófica desconectada de las experiencias científicas, dicho de otra manera, una convicción compartida en el plano del estudio de los fenómenos naturales y otra no compartida sobre las opciones religiosas o filosóficas de cada uno. En el momento en que algunos vuelven a poner en tela de juicio los principios mismos de la ciencia clásica a partir de un nuevo enfoque, el de la física cuántica, es preciso volver a exponer en detalle todos los paradigmas antiguos para definir de allí los nuevos. Se sabe que a nivel de la materia en sus estados más ínfimos, no hay más que energía. Se sabe igualmente que en ciertas experiencias esa energía reacciona ante la presencia humana. Se llega a poner en evidencia una fuerza espiritual que interacciona sobre la materia para hacer científicamente la pregunta de Dios. Quizás estemos en el alba de una nueva visión donde será necesario establecer la indispensable unión entre ciencia y espiritualidad… Las cuestiones políticas y sociales Según algunos, los espíritas se ocupan de lo que no les incumbe puesto que se interesan por la marcha del mundo en sus aspectos sociales y políticos, como si estos temas no debieran interesar sino al vulgo, como si la espiritualidad no tuviera que intervenir en todo lo que concierne a la organización de la comunidad humana. Cada uno debería permanecer en su papel: el sacerdote se ocupa de la salvación de las almas, el espírita se comunica con el más allá y el político se ocupa de los asuntos del mundo… Habría pues que disociar estas diferentes preocupaciones y considerar que la evolución de las sociedades no interesa ni a los 4 espíritus ni a los espíritas. ¿Cómo podríamos hablar entonces de evolución y de emancipación de los individuos, si hiciéramos abstracción de lo que nos relaciona con los demás dentro del vínculo social y las estructuras de nuestras sociedades? Mientras el mundo siga perdiéndose en una desenfrenada carrera hacia el lucro, en una competencia que todavía pudiera engendrar conflictos, todo espírita normalmente constituido no puede sino interrogarse acerca del funcionamiento de sociedades en las que la hermandad, la solidaridad y la justicia siguen siendo palabras vacías. Los buenos sentimientos de compasión no bastan. Hay que mirar bien al mundo tal y como va, estudiar su funcionamiento económico y sus estructuras políticas, para comprobar que las relaciones internacionales siempre están fundadas en el interés, la explotación y el dominio del más fuerte, en detrimento de los pueblos más desprovistos que son víctimas de una competencia material que pertenece a los poderes del dinero. Si en espiritismo, se debe invocar la moral personal, también necesitamos hablar de moral colectiva para dar un sentido a la palabra solidaridad, ya sea uno cristiano, espírita o de alguna otra disciplina humanista. Algunos desearían que los espíritas se quedaran en su estricto campo de la comunicación con los muertos, sin extraer de ello las menores consecuencias filosóficas y éticas, lo cual les volvería a llevar a no ser más que simples espiritualistas que viven con los muertos y se olvidan de los vivos. Aún sobre este punto, nos encontramos ante a un desafío no resuelto: conjugar un ideal filosófico con sus consecuencias sobre los asuntos del mundo. Muchos no lo aceptan, estimando que cada uno debe permanecer en su lugar. Pues bien, nuestro lugar sin embargo, es el de todo ciudadano que escucha al mundo, en medio de los espíritus encarnados que se han organizado en sociedades y que desean una evolución de la humanidad entera. Espiritismo y parapsicología Sin perder de vista que la parapsicología nació de la antigua metapsíquica, es preciso saber remontarse a los orígenes: en otros tiempos se trataba de estudiar experimentalmente los fenómenos de ectoplasmia y de materializaciones, para demostrar científicamente la existencia de los espíritus a través de sus manifestaciones. Eso fue realizado a principios del siglo XX por numerosos investigadores y especialmente por Gustave Geley, primer director del Instituto Metapsíquico de París. Los precursores de la parapsicología eran pues espíritas, por lo menos la mayoría de ellos. El objeto de sus investigaciones estaba relacionado con el espiritismo, en una continuidad de búsqueda que se hacía más científica. ¿Quién se acuerda todavía hoy de los orígenes? Los espíritas sin duda alguna… pero los mismos parapsicólogos fingen desconocer su propia historia. Su actividad se inició hace un centenar de años, dentro de una filiación espírita claramente definida. Actualmente, ellos prefieren olvidar su propio pasado, considerando al espiritismo como una hipótesis anticuada y seudo religiosa. Sus antecesores trabajaron para poner en evidencia al espíritu, estos (los de hoy) se han vuelto hacia otras investigaciones, sobre las capacidades y propiedades del espíritu humano, descuidando otro mundo del que dicen que nunca se podrá probar su existencia. Así pues, el foso entre el espiritismo y la parapsicología se ha profundizado progresivamente, hasta el punto de que necesitamos tratar de reconstruir toda una relación perdida entre gentes que ya no se comprenden (apartando a ciertos investigadores calificados de parapsicólogos que, en las investigaciones sobre las NDE y la reencarnación —en la línea de Ian Stevenson—, avanzan por la vía de un reconocimiento del espíritu, para acercarse progresivamente a las tesis espíritas). Respecto a la parapsicología en general, estamos todavía ante un reto, el de hacer renacer una convergencia a partir de nuestra voluntad de reanudar el diálogo y volver a abrir el debate. Trabajamos en ello, pero hay que admitir que la tarea es difícil, puesto que el espiritismo siempre es considerado con condescendencia por parte de las y los que reivindican un elitismo científico e intelectual alejado de las investigaciones metapsíquicas de sus padres fundadores. Entonces, hay todavía grandes retos delante de nosotros, y en todos los planos. El espiritismo sigue estando marginado: por una parte arrastra todavía una imagen deformada y por otra porta una utopía que exige mucho en la transformación de las mentalidades. Como filosofía, el espiritismo nos lleva a reflexionar sobre todos los aspectos de la vida; ningún tema le es ajeno puesto que se trata del sentido dado a nuestras vidas encarnadas, tanto en el plano individual como en el colectivo. La evolución individual es un asunto que nos concierne a todos, pero no hay evolución que pueda desconectar lo individual de lo colectivo, si esa evolución responde al sentido primero del mensaje cristiano íntimamente vinculado al mensaje espírita. Qué significa “Amaos los unos a los otros”, si no es sentirse implicado en una vida universal, la del más allá de nuestros seres queridos difuntos y la de nuestra humanidad de la que todos somos actores colectivos. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 5 DOSSIER los grandes principios de la Filosofía espírita LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 6 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por ETIENNE BERTHAUT EL CICLO DE DIOS O EL CICLO DE LA VIDA De una creación impulsada por la divinidad, a una progresión evolutiva hacia la divinidad, para una comprensión absoluta de la divinidad LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 7 “Amad toda la creación de Dios, en su conjunto, hasta el mínimo polvo. Si amáis cada cosa, comprenderéis el misterio de Dios en las cosas”. F. Dostoievski El Libro de los Espíritus de Allan Kardec plantea los principios esenciales del espiritismo sobre la base de preguntas y respuestas intercambiadas con los espíritus en sesiones espíritas y agrupados en un conjunto coherente y estructurado para convertirse en lo que se llamó la “doctrina espírita”. El pilar fundamental del espiritismo es la existencia de una fuerza suprema y creadora, todopoderosa y omnipresente, y origen de todas las cosas: Dios. La noción de Dios Antes de desarrollar la noción de un ciclo divino, detengámonos un poco en esta fuerza suprema. A falta de un chisme de mostrador al estilo de “¡Dios es el tipo más célebre del mundo y sin embargo nadie lo ha visto nunca!”, antes de preguntarse “quién es Dios”, sería necesario interrogarse sobre “qué es Dios”. Como principio primero del espiritismo, que por lo demás supera a todos los otros, y del cual derivan estos últimos, esta idea de Dios lógicamente es abordada desde la primera pregunta de la obra emblemática de Allan Kardec (Libro Primero - Las Causas Primeras, Capítulo Primero - Dios): Pregunta 1: “¿Qué es Dios?” – Respuesta: “Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas”. Un criterio de infinidad es atribuido entonces a Dios: Pregunta: “¿Podría decirse que Dios es el infinito?” – Respuesta: “Definición incompleta. Pobreza de la lengua de los hombres que es insuficiente para definir las cosas que están por encima de su inteligencia”. Muy pronto, se ha planteado de entrada una limitación en la incapacidad de nuestro lenguaje, nuestra inteligencia, nuestra reflexión, o nuestro razonamiento, para aprehender de manera directa la noción de la divinidad. Sin embargo, puesto que a nuestro nivel Dios es indefinible, sigue siendo posible ejercer ese mismo razonamiento yendo a buscar el sentido de la divinidad en los “síntomas” de la divinidad, a saber la armonía del universo, de las cosas y de la vida. De allí, surge el postulado esencial del proceso de Allan Kardec: “Todo efecto tiene una causa. Todo efecto inteligente tiene una causa inteligente. El poder del efecto está en razón del tamaño de la causa”. Se remonta entonces a la causa original, es decir a Dios, por la observación de sus efectos. Así prosiguen las primeras líneas de El Libro de los Espíritus: Pregunta: “¿Dónde puede encontrarse la prueba de la existencia de Dios?” – Respuesta: “En un axioma que aplicáis a vuestras ciencias: no hay efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no es obra del hombre, y vuestra razón os responderá”. Como lo recomiendan los espíritus, para llegar a Dios, basta pues con volver los ojos hacia las obras de la creación divina. El universo existe, tiene pues una causa. Dudar de la existencia de Dios, sería negar que todo efecto tiene una causa, y plantear que “nada” ha podido hacer “algo”. Otra pregunta, otra respuesta: Pregunta: “¿Qué LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 consecuencia puede extraerse del sentimiento intuitivo que todos los hombres llevan en sí mismos de la existencia de Dios?” – Respuesta: “Que Dios existe, pues, ¿de dónde le vendría este sentimiento si no descansara en algo? Esto es también una consecuencia del principio de que no hay efecto sin causa”. La demostración lleva entonces a considerar que todo lo que existe no puede ser fruto del azar, sino que necesariamente tiene una causa primera. Realmente hay una voluntad inteligente en la organización armoniosa y estable de las cosas, desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande. Con gran frecuencia, al cometer el error de atribuir la formación primera de las cosas a las propiedades íntimas de la materia, tomamos el efecto por la causa, mientras que esas propiedades son ellas mismas un efecto que debe tener una causa. Y atribuir esa formación primera a algo fortuito y aleatorio, a la imagen del azar y la necesidad, se convierte entonces en un contrasentido: ¡un azar inteligente ya no es azar! Los atributos de la divinidad A partir de allí, Allan Kardec definió por deducción lógica y razonando por lo absurdo todo un conjunto de atributos que caracterizan la noción de Dios, cualidades necesarias que hay que relacionar con el hecho de sus obras: “Dios es ‘eterno’: si hubiera tenido un comienzo, habría salido de la nada, o bien habría sido creado por un ser anterior. Es así como de pariente en pariente nos remontamos al infinito y a la eternidad. Dios es ‘inmutable’: si él estuviera sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían ninguna estabilidad. Dios es ‘inmaterial’: es decir que su naturaleza difiere de todo lo que llamamos materia, de otra manera no sería inmutable, pues estaría sujeto a las transformaciones de la materia. Dios es ‘único’: si hubiera varios Dioses, no habría unidad de puntos de vista, ni unidad de poder en la ordenación del universo. Dios es ‘todopoderoso’: porque es único. Si no tuviera el poder soberano, habría algo más poderoso o tan poderoso como él. No habría hecho todas las cosas, y las que no hubiera hecho él serían obra de otro Dios. 8 Dios es ‘soberanamente justo y bueno’: la sabiduría providencial de las leyes divinas se revela tanto en las cosas más pequeñas como en las más grandes, y esa sabiduría no permite dudar ni de su justicia, ni de su bondad”. Todo regresa y se remonta así a una causa primera, a la fuente, es decir a Dios, definiendo de hecho un principio de creación como característica esencial y visible de esa fuerza divina en acción. Se habla entonces de paternidad divina en las cosas creadas, de lo inerte a lo viviente, de lo material a lo inmaterial, del mineral al espíritu, pasando por todas las leyes llamadas naturales que rigen los movimientos de la vida y de la materia bajo toda naturaleza y bajo cualquier forma que sea. Detrás de cada cosa, hay pues un gran arquitecto como lo sugiriera P. Teilhard de Chardin: “En cada partícula, en cada átomo, en cada molécula, de las células de materia, viven escondidas y obrando a espaldas de todos, la omnisciencia del eterno y la omnipotencia del infinito”. Todo lo que revela vida contiene un ápice de Dios, con la consecuencia del sentimiento intuitivo de la existencia de Dios que todos los hombres llevan en sí mismos, cualesquiera que sean las culturas y las civilizaciones. La creación divina: espíritu y materia Dios se manifiesta pues, de manera permanente en todo el universo a través de su creación que no tiene comienzo, ni fin, ni límite finito. Esta creación concierne a dos elementos generales esenciales del universo: el espíritu y la materia. Ambos llevan en sí un carácter de unicidad y de eternidad, resultado de un proceso espiritual nacido directamente de Dios. Ambos siguen siendo consecuencia de una acción de pensamiento, conducida y dirigida, de manera inmutable y universal, fuera de todo azar y de todo accidente. Este impulso creador emana de ese proceso divino y toma su fuente de un deseo amoroso donde se transmite la idea, la imagen, el pensamiento que se condensa para crear los mundos, las cosas, las formas… Hay, pues, un punto de partida, un comienzo en toda la creación de Dios, pero el origen de cómo y cuándo fueron hechos el elemento espíritu y el elemento materia, sigue siendo un misterio: en efecto, la época y la forma de esa formación son desconocidos sólo responde al principio de una voluntad divina. Por una parte la materia es el resultado de un aglomerado atómico engendrado por fuerzas gravitacionales cuya fuente es espiritual. Ya sea mineral, vegetal u orgánica, ya sea inerte o viva, esa materia responde a un principio atómico unitario nacido de lo que la fuerza creadora ha querido que fuera. No hay en la materia más que construcción elaborada de un pensamiento inteligente. Cada elemento de base está atravesado por la energía del pensamiento divino: en cada partícula, de la molécula al átomo, del átomo a las subdivisiones de la física cuántica, se revela una presencia energética de naturaleza espiritual. Por otra parte, en cuanto al espíritu, éste es definido en El Libro de los Espíritus como el principio inteligente del universo, pues la inteligencia, el pensamiento, es un atributo esencial del espíritu. El individuo, que al principio no existe como tal, también nació de un pensamiento divino, se convirtió en un átomo espiritual para devenir finalmente en espíritu. Se dice que Dios crea sin cesar espíritus de toda naturaleza. En ese instante, cada espíritu es —se verá— creado simple e ignorante como un material bruto que está por definir, por definirse, pero que lleva en sí el carácter de la individualidad. En la armonía infinita que caracteriza la creación divina, esa misma armonía exige entonces diferencias, a partir de las cuales sabrán encontrarse diferentes formas, diferentes razones de ser, diferentes naturalezas espirituales. Así pues, como consecuencia los diferentes reinos han sido pensados y creados en la fuente de Dios, que ha querido esas distinciones paralelas sobre las cuales se establece esa misma armonía. Además, aunque es incesante una correlación entre los dos, se pone en evidencia una diferencia entre el mundo espírita (de los espíritus) y el mundo material: el mundo espírita es lo principal en el orden de las cosas, es el que preexiste y sobrevive a todo. Nota: La creación divina permite entonces distinguir tres tipos de clases. Ya los seres inanimados formados de materia sola, sin vitalidad ni inteligencia, son los cuerpos brutos, la materia inerte. Luego los seres animados no pensantes, formados de materia y dotados de vitalidad, pero desprovistos de inteligencia, se incorporan aquí el vegetal, el unicelular, incluso el mundo de los insectos. Y finalmente los seres animados pensantes, formados de materia, dotados de vitalidad y que tienen además un principio inteligente que les da la facultad de pensar, son los LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 9 animales y los seres humanos o extraterrestres. Cuando en este artículo hablamos de espíritu, como entidad pensante y activa, es entonces exclusivamente en referencia a esta última clase que se hace alusión por defecto, considerando en particular los seres humanos que somos. La distinción entre los animales y los seres humanos se hace entonces a nivel de la inteligencia que los anima, que en los animales está principalmente en forma de instinto: el instinto es una inteligencia rudimentaria que difiere de la inteligencia propiamente dicha en que sus manifestaciones son casi siempre espontáneas, mientras que las de la inteligencia son resultado de una combinación y de un acto deliberado que se llama razón. El instinto varía entonces en sus manifestaciones según las especies y sus necesidades. En los seres que tienen conciencia y percepción de las cosas exteriores, se une a la inteligencia, es decir a la voluntad y a la libertad. El fluido universal, vínculo entre espíritu y materia En este estadio, aparece un tercer elemento fundamental para la continuación de las cosas, el fluido. En efecto, el espíritu no puede permanecer en el espacio solo, simple e ignorante, y tiene necesidad de vincularse a la materia bajo la forma de la encarnación. Para ello, es preciso un intermediario entre el espíritu y la materia, ese intermediario es llamado fluido universal. El espíritu va entonces a penetrarlo para dar nacimiento a la materia periespiritual, herramienta indispensable de la encarnación. Si no hay un comienzo para la fuerza del amor, hay un comienzo a la vida del espíritu, que entonces despierta gradualmente y poco a poco toma su forma. Extrae entonces del fluido de la vida su forma futura, que se hará puntual en las secuencias de su encarnación. Así es la construcción de la periferia del espíritu, es decir del periespíritu. El principio vital toma pues su fuente del fluido universal. Éste es el mismo para todos los seres orgánicos, pero modificado según las especies; es además lo que les da movimiento y actividad, y les distingue de la materia inerte, pues el movimiento de la materia no es en sí mismo la vida: ella recibe ese movimiento, no lo da. Allí hay aún un error fundamental de la ciencia en la comprensión del misterio de la vida a través de las investigaciones en biología, por ejemplo, donde una vez más se confunde el efecto con la causa. Y esa ciencia se estrella, todavía hoy, en cuanto a la explicación de lo viviente… Por otra parte, ¿cómo podría hacerlo de otra manera dentro de una visión esencialmente materialista y mecanicista? ¿Qué nos explica El Libro de los Espíritus sobre este fluido vital? Pregunta: ¿Habría así dos elementos generales del universo: la materia y el espíritu?” – Respuesta: “Sí, y por encima de todo eso Dios, el creador, el padre de todas las cosas. Esas tres cosas son el principio de todo lo que existe, la trinidad universal. Pero, al elemento material, hay que añadir el fluido universal que desempeña el papel de intermediario entre el espíritu y la materia propiamente LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 dicha, demasiado grosera para que el espíritu pueda tener acción sobre ella. Aunque, desde cierto punto de vista, se le pueda ubicar dentro del elemento material, se distingue por sus propiedades especiales. Si realmente fuera materia, no habría razón para que el espíritu no lo fuera también. Está colocado entre el espíritu y la materia. Es fluido, así como la materia es materia, susceptible, por sus innumerables combinaciones con ella y bajo la acción del espíritu, de producir una infinita variedad de cosas de las que sólo conocéis una pequeña parte. Siendo este fluido universal, o primitivo, o elemental, el agente que emplea el espíritu, es el principio sin el cual la materia permanecería en permanente estado de división y no adquiriría nunca las propiedades que le da el peso”. Y como escribe Allan Kardec más adelante: “La vida es un efecto producido por la acción de un agente sobre la materia. Ese agente, sin la materia, no es la vida, así como la materia no puede vivir sin ese agente. Da la vida a todos los seres que lo absorben y se le asimilan”. A partir de allí, y en particular para los seres orgánicos, se pone en movimiento el principio de la vida bajo todas sus formas y diferencias, tal como la naturaleza nos la puede presentar ya en nuestro planeta. Y si espíritu y materia parecen tan distintos, hace falta la unión del espíritu y la materia por el fluido vital para “hacer inteligente” a la materia y que esta vida, estas vidas, adquieran entonces el sentido de la evolución. Ese instinto de evolución, programado por la fuerza divina, impulsará entonces al espíritu a descender hacia las vibraciones de la materia. Esa individualidad, marcada con el sello de Dios, se formará lenta y progresivamente, en el transcurso de las sucesivas encarnaciones en la materia. Nota: Como se definió anteriormente, para los seres vivos no pensantes, como los insectos o los vegetales, el principio de vida reposa también en esa misma noción de fluido vital que anima una porción de materia, aunque la noción de espíritu no se aplique a su situación por estar ellos efectivamente desprovistos de inteligencia. Se habla entonces de una manifestación psíquica primaria dentro de un mecanismo calificado de semi-consciente, sin hablar por ello de individualidad espiritual. Ese dinamo-psiquismo, término creado por el Dr. G. Geley en 1914, es atravesado entonces por la fuerza programadora de la divinidad para crear formas de vida convenientes en el seno de esos reinos. 10 Una necesidad evolutiva a través de la vida Gracias al fluido universal, el espíritu emprenderá entonces, a través de múltiples encarnaciones, un proceso evolutivo que lleva en sí los atributos de la vida. De hecho, esta evolución responde a la permanente llamada de la fuerza paternal que, por su carácter atractivo, incita a toda la creación impulsada a unirse a Dios. Así, los reinos avanzan juntos en paralelo y prolongan su evolución en el mismo sentido, el de la perfección divina en un punto omega donde todas las naturalezas habrán de reunirse, cualesquiera sean sus formas y modos de evolución. He aquí cómo podríamos tratar de resumir, dentro de los límites de nuestro lenguaje y de nuestra comprensión, la necesidad de esta evolución global hacia Dios a partir de un impulso creador que prosigue por un principio vital. La vida lleva pues en sí la noción de construcción, de metamorfosis, de trascendencia. Es para el espíritu el punto de partida de una evolución de carácter reencarnacionista, donde de vida en vida dentro del aprendizaje de lo bello, del bien, de la verdad, de lo bueno, y con cierta libertad, sabrá unirse a esa paternidad divina que lo ha creado. Y un día, más allá de lo carnal, más allá de la vibración periespiritual y material, el espíritu conocerá poco a poco en su nueva grandeza el estado de no materia, pues ese sigue siendo finalmente su origen, aun cuando la evolución que le atrae hacia Dios le haya impuesto el contacto, la unión, a la materia. Entonces la reencarnación ya no tendrá razón de ser, pues se habrá unido a Dios por haberlo comprendido. Entonces, de manera perpetua e infinita, cuando los espíritus hayan alcanzado la pureza superior y hayan trascendido la materia, vendrán otros a eclosionar en el espacio, impulsados por el mismo soplo inmutable de Dios para conocer el mismo camino. Así, reunidos en la comprensión suprema de Dios, en el conocimiento absoluto, participarán en la creación universal en un acto de amor infinito. Lejos de un estado de beatitud, ellos aportarán sus impulsos creadores, proyectando a su vez sus pensamientos, sus imágenes, sus colores, sus formas y sus materiales, participando en el equilibrio universal. De esta proyección del pensamiento extraordinario nacido de la pureza de los espíritus, nacerán entonces mundos nuevos. Así se cierra el círculo, y así prosigue y se perpetúa el ciclo infinito de la vida, el ciclo de Dios. Progreso de los espíritus en diferentes grados de avance En espera de ese estado supremo como fin último de las encarnaciones sucesivas, la evolución aparece como un desarrollo lento, muy lento, a menudo difícil y laborioso. El camino hacia la conciencia divina es largo y sembrado de numerosas trampas. A semejanza de nuestra vida terrenal, con frecuencia se nos plantea esta legítima pregunta del porqué de ese camino tan complicado y doloroso en la materia. La respuesta sigue siendo un misterio, aun para los espíritas, pero el hecho es que el sentido de la encarnación deseada por Dios impone la exigencia de la materialidad para comprender el amor, para vivir la armonía. Nosotros, como espíritus hijos de Dios, debemos vivir los unos con los otros, en contacto unos con otros, sabiendo también distinguir unos de otros, para aprender a comprenderse y a amarse. Por ser creados simples e ignorantes, no somos al parecer lo suficientemente evolucionados en conocimiento y moralidad para poder vivir en serenidad, en amor y armonía, en el mundo invisible. Y como el libre albedrío es el motor esencial de la evolución, nuestro espíritu realiza el aprendizaje del bien, pero también del mal, ya sea víctima o verdugo. Y en la falta de evolución, en la parte más baja de la escala, es sobre todo el mal lo que desdichadamente se expresa, como si éste pareciera “más fácil” que el bien. Precisemos seguidamente que no se trata de ninguna justificación del mal, sino más bien la simple aplicación de la relación de causa a efecto debida a la inferioridad que caracteriza este estado. De allí los sufrimientos, desdichas, dificultades, desigualdades, injusticias… por añadidura con la panoplia de los principales defectos del espíritu humano: orgullo, egoísmo, falta de respeto, dominio, individualismo, necedad, intolerancia, celos, ambición, codicia… En efecto, aquí estamos, ¡en terreno bien conocido en la Tierra! Entonces los espíritus no parecen todos iguales, por ser diferentes según el grado de avance al cual han llegado de manera individual. A semejanza de numerosos espíritus, esos grados de avance son ilimitados porque no es posible trazar líneas claras de demarcación, en la medida en que la evolución se hace de manera muy progresiva y lineal. Sin embargo, considerando las características generales, pueden reducirse a tres categorías principales, tal y como las presentó Allan Kardec: “En el primer rango pueden colocarse los que han llegado a la perfección: los espíritus puros. Los del segundo orden han llegado al medio de la escala: el deseo del bien es su preocupación. Los del último grado están todavía al pie de la escala: los espíritus imperfectos. Se caracterizan por la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones que retardan su avance”. Para pormenorizar un poco, los espíritus de la última categoría se caracterizan por el predominio de la materia sobre el espíritu y una propensión global al mal. La ignorancia, el orgullo, el egoísmo son defectos extendidos. Muchos ya no son esencialmente malos: en muchos de ellos hay mucho más de ligereza, inconsecuencia y malicia que de verdadera maldad. Unos no hacen ni bien ni mal y otros, por el contrario, se complacen en el mal. Muchos tienen la intuición de Dios, pero no lo comprenden, y entonces sus conocimientos sobre las cosas del mundo invisible siguen siendo limitados. El Libro de los Espíritus propuso en su época cinco clases principales por orden más o menos creciente: espíritus impuros, espíritus ligeros, espíritus falsos sabios, espíritus neutros, y espíritus golpeadores y perturbadores. En esta categoría, se encuentran los que más comúnmente llamamos hoy en día espíritus malos, espíritus que sufren y espíritus en turbación. Se inscribe también todo un conjunto de espíritus conscientes que LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 11 ya tienen algunas encarnaciones en su activo, pero que no están lo suficientemente evolucionados como para ser considerados de pleno derecho buenos espíritus. Debemos estar tan cerca de ellos… Los espíritus de la segunda categoría se caracterizan por el predominio del espíritu sobre la materia y por el deseo del bien: son los espíritus buenos. Sus cualidades y su poder para hacer el bien están en razón del grado que han alcanzado: unos tienen la ciencia, otros sabiduría y bondad, y los más adelantados reúnen el saber y las cualidades morales. Muchos ya comprenden a Dios y el infinito. Son felices con el bien que hacen y el mal que impiden. El amor que los une es para ellos fuente de una inefable felicidad que no se altera ni por envidia, ni por remordimientos. Buenos y bondadosos para con sus semejantes, no son movidos por el orgullo, ni por el egoísmo, ni por la ambición, y no experimentan ni odio, ni rencor, ni envidia, ni celos, y hacen el bien por el bien mismo. Y siempre por orden creciente en la sucesión de categorías de los espíritus imperfectos, en El Libro de los Espíritus también fueron propuestos cuatro grupos principales: espíritus benevolentes, espíritus sabios, espíritus prudentes y espíritus superiores. En esta categoría se encuentran, por ejemplo, todos los espíritus buenos en sentido amplio, los espíritus guías y protectores, así como los espíritus superiores ya cercanos a la pureza, a semejanza de ciertos personajes conocidos de la Historia venidos con un objetivo misionero para iluminar a la humanidad. Los espíritus encarnados en la Tierra se reparten así globalmente entre estas dos categorías, espíritus buenos y espíritus llamados imperfectos, no obstante con una mayoría evidente de estos últimos… En cuanto al primer orden de los espíritus puros es una clase única que reúne a todos los espíritus que han alcanzado el grado supremo de la perfección. Por haber recorrido todos los grados de la escala, alcanzado el punto omega de la evolución y encontrado la fuerza causal, tienen una superioridad intelectual y moral absoluta respecto a todos los espíritus de las otras dos categorías. Y como hemos visto más arriba, ya no están sometidos a los imperativos de la reencarnación y tienen la vida eterna, participando entonces en la creación en el seno de Dios. “Trabajar más para progresar más” Desde el impulso inicial, los espíritus no son por defecto ni buenos ni malos: creados simples e ignorantes, son vírgenes y neutros de toda inclinación, pero tienen la libertad de manera intrínseca, la de hacer o no hacer, la de seguir o no seguir, y la de progresar más o menos rápido en función de las aptitudes, competencias, voluntades o circunstancias. Esta noción de libre albedrío es un dato importante en el cual siempre insisten mucho los espíritus en las comunicaciones recibidas en sesión espírita. El libre albedrío se desarrolla en la medida en que el espíritu adquiere conciencia de sí mismo. Ya no habría libertad si la elección fuera solicitada por una causa independiente de la LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 voluntad del espíritu. La causa del bien o del mal no está en él, está fuera de él, en las influencias a las cuales cede en virtud de su libre voluntad. Somos pues responsables de nosotros mismos y de nuestro propio avance. Lo que va a caracterizar el progreso se halla entonces a nivel de la comprensión, de la reflexión, de la toma de conciencia, del aprendizaje de conocimientos o de valores por el solo hecho de una voluntad propia. Se puede hacer así la analogía con una escuela donde cada clase corresponde a una encarnación: se puede progresar rápido trabajando, también se puede repetir, no se retrocede, pero cada vez se aprende algo que nos construye y nos da la capacidad de ser cada vez más libres. Al final, se habrá adquirido y poco importará la forma en que se adquirió, cada clase superior se beneficia finalmente con las adquisiciones precedentes sobre la base de nuestro solo trabajo y esfuerzo personal. Como lo resume El Libro de los Espíritus: “La sabiduría de Dios está en la libertad que deja a cada uno elegir, pues cada uno tiene el mérito de sus obras”. “Trabajar más para progresar más”, he aquí en suma un adagio moderno completamente circunstancial, ¡aunque aquí tratemos de hablar de inteligencia y de moralidad…! A nuestro nivel el camino todavía es largo, las palabras y las explicaciones no bastan para expresar los designios divinos que siguen siendo para nosotros misterios muy difícilmente aprehensibles. Se intenta aproximarse a un exhaustividad de la divinidad que lógicamente sólo es posible una vez alcanzado el objetivo último. Pero finalmente se trata de principios y hechos contenidos completos en un célebre aforismo admirablemente sintetizado por Allan Kardec y que nuestra razón de terrícolas es capaz de comprender: “Nacer, morir, volver a renacer y progresar sin cesar: ¡tal es la ley!”. Pues así es el ciclo de Dios. 12 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por PAT R I C I A S A L I BA ÉTICA Y MORAL «La supervivencia del alma debe penetrar progresivamente todas las conciencias del planeta para que éste se transforme» Por sus consecuencias morales el espiritismo, como filosofía, nos lleva a reflexionar sobre la condición humana y por tanto sobre todas las grandes cuestiones sociales. A través de diversas comunicaciones, los espíritus muestran sin cesar su preocupación por el devenir de una humanidad que olvida su origen divino, que se olvida de amar y que sufre. Dominaciones de todo orden envilecen a los hombres, proyectando sobre el planeta numerosas plagas destructivas. . LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 13 LEY DEL PROGRESO La ley del progreso es una condición de la naturaleza humana. Obliga al hombre a reflexionar al contacto con los demás porque él lleva en sí el sentido de su progreso. Si bien humanos malos o leyes malas retrasan ese progreso, sin embargo nadie puede oponerse a él. Las revoluciones morales y sociales germinan a veces en el transcurso de los siglos, pero siempre acaban por estallar y provocar el cambio saludable. De vez en cuando, luces, hombres más evolucionados muestran el camino. ¿Son seguidos? No, pero esa luz que traen repercute tarde o temprano. La frase de Jesús “Amaos los unos a los otros” todavía resuena desde hace 2.000 años, y si no aplicamos esta filosofía, es porque seguimos estando en los comienzos de una verdadera comprensión del lazo que debe unir a todos los hombres. Puesto que el desarrollo del libre albedrío sigue al desarrollo de la inteligencia y aumenta la responsabilidad de nuestros actos, es fácil ver que no estamos allí para la mayoría de los habitantes del planeta. LEY DE IGUALDAD ¿Nos ha creado Dios con diferentes aptitudes? En El Libro de los Espíritus puede leerse esta respuesta a la pregunta 804: “Dios ha creado a todos los espíritus iguales, pero cada uno de ellos ha vivido más o menos tiempo y por consiguiente ha adquirido más o menos aptitudes; la diferencia está en el grado de su experiencia, y en su voluntad, que es el libre albedrío: de allí que unos se perfeccionen más rápidamente, lo cual proporciona aptitudes diversas. Lo que no hace uno, lo hace el otro, es así como cada uno tiene una tarea útil”. Es por la reencarnación, por las múltiples experiencias que atravesamos, que mejoramos. Esta doctrina de las vidas sucesivas explica la variedad infinita de caracteres, condiciones y aptitudes. La libertad y la responsabilidad de cada uno se acrecientan de acuerdo a su confrontación con sus vidas, sus alegrías y sus dolores. Que las cosas queden bien claras, la idea reencarnacionista no justifica el mal, lo explica y da la posibilidad a cada ser humano de transformarse hacia el bien porque se vuelve consciente y actor de su propio cambio. Hoy todos somos el resultado espiritual de esa metamorfosis progresiva. Hemos hecho el mal en nuestras existencias anteriores y si hoy es el bien el que domina para ciertos hombres, es porque su conciencia ha crecido. Vivir y reencarnar consiste en desarrollar el sentimiento del amor, amar se aprende. Queda todavía muchísimo por hacer para que cada ser humano piense el bien, así como queda mucho por hacer para que cada ser humano sea considerado, respetado y liberado de las trabas culturales, religiosas o económicas. Todas las desigualdades son obra de los hombres y solamente de los hombres, ávidos de poder, henchidos de egoísmo y de orgullo, atados a su pequeña evolución. Guerras, LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 esclavitud, torturas y miseria son las consecuencias. Bajo el pretexto de ideales de independencia, los países han sido saqueados de sus riquezas, sometidos a dictaduras durante las colonizaciones y todavía hoy se doblegan bajo el yugo de los más fuertes. Más de sesenta años después de la Declaración de los Derechos del Hombre, donde se inscribe en su artículo primero que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos; están dotados de razón y de conciencia y deben actuar unos hacia los otros en un espíritu de hermandad”, nuestro planeta expone sus 78 conflictos armados, sus mil millones de hambrientos, sus 9 millones de niños que no alcanzarán la edad de cinco años, sus mil millones de seres humanos carentes de agua potable y su millón y medio de hombres desamparados dependientes de la ayuda humanitaria que se tenga a bien darles. Y Dios, a juicio de algunos deja hacer o, peor aún, lo ha querido, justificando así su inacción ante lo inadmisible. La indecencia de estas cifras sin fin, ha hecho decir a Irène Kan, la secretaria general de Amnesty International, que: “El mundo está sentado sobre una bomba de tiempo social, política y económica, alimentada por una crisis de derechos humanos”. Inseguridad, injusticia, esclavitud, falta de alimento y de agua, xenofobia, racismo y violencia, afectan a millones de individuos. Sin embargo, las leyes existen pero son inestables, ¿por qué? “En los tiempos de barbarie, son los más fuertes los que han hecho las leyes, y las han hecho para ellos. Ha sido necesario modificarlas a medida que los hombres han ido comprendiendo mejor la justicia. Las leyes humanas son más estables a medida que se acercan a la verdadera justicia, es decir en la medida en que son hechas para todos, y que se identifican con la ley natural (la que contribuye al progreso de la humanidad)”. El Libro de los Espíritus Nº 795. LAS LEYES DE LIBERTAD “Cuanto más inteligencia se tiene para comprender un principio, menos excusable es no aplicarlo a sí mismo”. (El Libro de los Espíritus Nº 828) La esclavitud es el acto por el que un ser humano es colocado bajo el poder absoluto de otro ser humano. Es la privación y la negación de todas las libertades de un individuo por otro, que tiene así derecho de vida y muerte sobre él. Oficialmente abolida en todos los países, hay sin embargo en el mundo 200 millones de esclavos, de los cuales 30 millones de niños, trabajando en la clandestinidad. Cada año, 4 millones de mujeres y niñas son adquiridas y vendidas a un marido, un proxeneta o un mercader de esclavos, sin contar los millones de niños explotados como mano de obra. Todos los países y todos los continentes tienen sus esclavos, de guerra, de trabajo o de sexo. La economía es hoy 14 un vector de una nueva esclavitud. En Francia, hay 300 señalamientos anuales de esclavitud doméstica. “Nadie será tenido en esclavitud ni en servidumbre; la esclavitud y el tráfico de esclavos están prohibidos bajo todas sus formas”. (Artículo IV de la Declaración de los Derechos del Hombre) Aquellos que practican, sostienen o facilitan la esclavitud son responsables a todos los niveles. Con respecto al pasado, las ideas se transforman poco a poco gracias a individuos más conscientes que luchan para destruir los prejuicios, como el racismo, la pobreza, la exclusión y las injusticias. Entre todos los hombres debe nacer una verdadera solidaridad. “El que saca provecho de la ley de esclavitud es siempre culpable de una violación de la ley de la naturaleza” (El Libro de los Espíritus Nº 830). Espíritus más esclarecidos han venido a enseñar el camino de la comprensión y de la apertura de las conciencias, la Tierra ha conocido a Luther King, Gandhi, Mandela, Kennedy, Louise Michel, Jaurès y otros, que nunca se han desvinculado de sus justos combates dirigidos hacia más justicia y humanidad. Nada se resolverá jamás mientras el dinero sea a la base de nuestras sociedades, y los tiburones de las finanzas se enriquezcan sobre la espalda de los más frágiles y más pobres, favoreciendo voluntariamente y con todos los pretextos, las divisiones entre los hombres. El egoísmo y el orgullo pertenecen todavía a la naturaleza humana, pero es posible la transformación con la condición de amar a los demás. Saludemos a los y las que se han vuelto militantes, y son numerosos, que hoy saben luchar a través de las organizaciones humanitarias, defender los derechos de todos, hombres, mujeres y niños, y exigir la justicia para todos, denunciando de paso los destructores abusos de poder. El espíritu Mahatma Gandhi, venido en sesión espírita en mayo de 1990, evoca esa necesidad y ese deseo de lucha: “Vengo a vosotros a saludar todas las resistencias, vengo a vosotros a saludar todas las oposiciones contra la tiranía, vengo a vosotros a saludar todas las luchas de liberación, vengo en medio de todos vosotros a saludar la esperanza, el deseo y el impulso de libertad que habitan en tantas y tantas naturalezas encarnadas en el planeta Tierra…” EUTANASIA Si el sentido moderno de la palabra eutanasia significa provocar o apresurar la muerte de un individuo para abreviar sus sufrimientos, se distingue la eutanasia activa que permite provocar la muerte por la acción de un tercero. Esto es reprimido penalmente pues se considera como un asesinato. En cuanto a la eutanasia pasiva, ésta consiste en la detención de los tratamientos, para abreviar la vida. Autorizada bajo condiciones desde la ley de 2005, permite al médico limitar o detener los tratamientos a una persona “fuera del estado de expresar su voluntad”. ¿Puede uno decidir el instante de su muerte cuando el dolor se vuelve insoportable y fuerza la idea de morir? ¿Puede decidirse abreviar los sufrimientos del prójimo cuando éste lo desea? ¿Es necesario autorizar la eutanasia? Si bien el 86,3% de los franceses son favorables cuando se retoma el debate, la respuesta dada en El Libro de los Espíritus en 1857 fue un NO categórico a toda forma de eutanasia. En esa época no existía el furor terapéutico. Hoy en día la evolución de las técnicas médicas prolonga la vida, y con ella los sufrimientos. Es por eso que respondiendo a esa misma pregunta, hace LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 15 unos años los espíritus matizaron sus palabras. Insisten siempre en el hecho de que “nadie tiene derecho de vida o muerte sobre su prójimo, ni por medio de la pena capital, ni del aborto, ni de la eutanasia”. Pero precisan también, respecto a este último término que, cuando en el ámbito médico se sabe que la vida terminará pronto, el esfuerzo terapéutico debe detenerse, el sufrimiento debe cesar para evitar al espíritu ser prisionero de carnes torturadas. Entonces sí, es más que necesario acallar los dolores, sí es esencial rodear al que va a morir, darle serenidad antes de la partida para el más allá, pero no puede ser tolerada ninguna obcecación. Por otra parte, ¿en nombre de qué legitimidad? Acompañar a los moribundos con pensamientos sinceros y amorosos facilita el tránsito y disminuye la turbación debida a los intensos sufrimientos vividos. En el artículo 38 (artículo R.4127-38 del Código de salud pública, comentarios revisados en 2003) se lee: “El médico debe acompañar al moribundo hasta sus últimos momentos, asegurar por medio de cuidados y medidas apropiados la calidad de una vida que se acaba, salvaguardar la dignidad del enfermo y consolar a su entorno”. Fue en 1999, cuando se votó por unanimidad en el Parlamento de Francia la ley sobre el acceso a los cuidados paliativos. Ésta afirma el derecho de toda persona enferma cuyo estado lo requiera, a acceder a cuidados paliativos cuyo objetivo sea aliviar, y a beneficiarse de un acompañamiento tanto en el hospital como en su domicilio. Esta ley responde a la dramática comprobación de que miles de personas mueren cada día en medio de sufrimientos no calmados, en soledad y angustia; estos miles de personas simplemente esperan y desean morir digna y humanamente. Las razones de ese drama son múltiples: la falta de formación de los médicos y del personal que atiende en tratamiento del dolor, la falta de comunicación con los enfermos, la falta de estructuras de cuidados paliativos en los hospitales, la falta de psicólogos, la falta de apoyo a las familias, la falta de escucha. El desarrollo de los cuidados paliativos a la altura de las necesidades reales sin duda alguna permitirá disminuir la demanda de provocar la muerte o el suicidio. Algunos, llevando el peso de sus sufrimientos y estando lúcidos, prefieren darse muerte. Entonces, abreviar sus LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 dolores no puede ser condenable. La turbación que sigue a una desencarnación después de pesados sufrimientos, puede ser importante y larga, como la que sigue a una muerte violenta. He aquí el testimonio de un espíritu, que se dio muerte para poner fin a sus sufrimientos, y que nos transmitió este mensaje: “Yo actué bien. A veces darse la muerte no es una falta, todo lo contrario, pues no es preciso que la vida se deteriore hasta convertirse en un infierno. He sufrido demasiado en un cuerpo que sólo podía morir y deteriorarse. Vengo a defender el suicidio del sufrimiento y no el de la vida. No he abandonado mi vida, le he dado otro sentido”. El reconocimiento por parte del mundo médico de los tres componentes del ser humano, a saber, espíritu, cuerpo y periespíritu, llegará, para beneficio de nuestra salud. Como dice el espíritu José Arigó: “No es concebible para un espíritu reencarnado en el planeta Tierra, poder pretender la reflexión, en un cuerpo enfermo, cansado, alterado. Es preciso combatir el sufrimiento en todas sus formas, es preciso tener la voluntad de considerar la naturaleza espiritual del hombre. El materialismo médico implica una terapia igualmente natural en detrimento de vuestra envoltura carnal… El cuidado médico es una función amorosa e inteligente en favor del cuerpo y del espíritu”. El acompañamiento de los moribundos en estas circunstancias de conciencia y de respeto del espíritu es un asunto primordial para todos los espíritas. Los que han podido beneficiarse de este final de vida, rodeados de espíritas, han podido dar testimonio de su tránsito sin angustia. Louisa, después de largos años de trayectoria espírita ha venido para dar testimonio de su muerte. Su cuerpo sufría pero ella esperaba con serenidad su felicidad futura: “Si he sufrido, fue más en la espera que en el tránsito que fue sólo felicidad y liberación. Yo esperaba esa liberación, con la serenidad de un espírita que ha conocido el espíritu y no lo ha abandonado nunca, por haberlo recibido, comprendido y escuchado. Es lo que os deseo a todos pues ese sentimiento sólo puede traducirse en fuerza y en confianza. Era mi cuerpo el que sufría esas 16 últimas semanas, y mi espíritu sufría por estar siempre prisionero. Luego llegó el momento y en mi sueño la libertad fue mía. Fue entonces cuando vi a mi hijo, mi niño por el que tanto había llorado, mi guía convertido en amor. Lo seguí por un túnel de luz, yo volaba, repentinamente ligera abandonando el recuerdo de este cuerpo y sus dolores”. Tenemos la certeza de la vida después de la muerte y hay que dispensar nuestro pensamiento amoroso para acompañar a los espíritus, no a la muerte, sino a la vida. LEY DE IGUALDAD “La verdad, la justicia y la compasión son a menudo las únicas defensas contra el poder despiadado”. Aung Suu Kyi Es porque el hombre mezcla sus pasiones al sentimiento natural que éste es alterado. La justicia consiste en el respeto a los derechos de cada uno, “querer para los otros lo que uno querría para sí mismo”. Nuestra justicia es una justicia de clase, de raza, de moral religiosa, de odio individual o colectivo, y no responde al bien de la humanidad. ¿Por qué razones una mujer, por haber nacido mujer, tendría derecho a una justicia diferente, un trato diferente, una mirada diferente? ¿Quién puede legitimar el no acceso de las mujeres a la instrucción, a la salud, al trabajo, a la libertad? Para ser justa, ¿la ley humana debe consagrar la igualdad de los derechos entre el hombre y la mujer? He aquí la respuesta de los espíritus en la época de Allan Kardec, por 1857, cuando la mujer tenía sobre todo un papel en el hogar: “Todo privilegio acordado a uno o a otro es contrario a la justicia. La emancipación de la mujer sigue al progreso de la civilización, su esclavitud marcha con la barbarie. Los sexos sólo existen en la organización física pues los espíritus pueden tomar uno u otro. No hay diferencia entre ellos bajo esta relación y por consiguiente, deben gozar de los mismos derechos”. El renacimiento del derecho romano en occidente, las religiones, las instituciones sociales y el abuso de la fuerza, relegan a la mujer a la fila de los “sin alma”, luego de los “incapaces” seguidos de las “brujas”. Hoy en día ellas todavía son humilladas, golpeadas, esclavizadas, víctimas silenciosas de la violencia perpetrada hasta en su hogar. Los movimientos feministas en todas partes del mundo han hecho mucho para que los derechos humanos sean respetados y muchas mujeres han pagado, y siguen pagando, con su vida, su valor y su empeño en esta lucha justa. Hoy en día hay, ahora y como siempre, 2 millones de jovencitas y niñas en riesgo de sufrir mutilaciones genitales que apenas 9 países prohíben. El 25% de las mujeres son víctimas de violencia sexual que involucra 20 millones de abortos peligrosos. 79 países de este planeta no tienen ninguna legislación sobre esta violencia. Sí, podemos saludar a estos luchadores por la libertad como Aung San Suu Kyi, dirigente de la Liga Nacional para la Democracia (LND) el partido de oposición frente a la junta militar, en Birmania. Premio Nobel de la paz en 1991, electa embajadora de conciencia de Amnesty International desde julio de 2009, Aung San Suu Kyi ha pasado 14 años de 20 en prisión, simplemente por acometer la defensa de los derechos humanos en su país, por desear la paz y la independencia de Birmania, uno de los países más pobres donde son alistados, entre otros, 70.000 niños soldados. Las sanciones de la Unión Europea tienen poco efecto, sobre todo cuando se sabe que el grupo Total está implantado en ese país, sin caso de conciencia, afirmando que existe una estrecha conexión entre desarrollo económico y derechos del hombre. ¿Puede servirse al mismo tiempo a Dios y a Mamon? Símbolo de esperanza y de coraje, como muchas mujeres conocidas o anónimas, Aung Sann Suu Kyi, figura emblemática de la oposición a la dictadura militar, muestra el camino de una humanidad por transformar. De esas mujeres valientes, habla el más allá en este homenaje recibido durante una sesión espírita: “Sometidas, sí. Sometidas, incomprendidas, martirizadas, olvidadas, apartadas, objeto de martirio, de afrenta, de estupidez, de maldad, desacreditadas, transformadas, figuradas. Hablo de la mujer, de su historia sobre este pobre planeta. Hablo de la madre, de su papel, hablo de todas aquellas que todavía, en numerosos países siguen siendo lo que acabo de LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 17 mencionar. Pienso en todas esas mujeres cuyos hijos les son quitados, martirizados, fusilados, torturados. Pienso en todas esas mujeres que no tienen más derecho que encorvar el espinazo y entregarse al trabajo, sin decir palabra. Pienso en todas esas mujeres que ni siquiera tienen el derecho a verter una lágrima pues esa lágrima se convertiría en una sospecha, sospecha peligrosa para las dictaduras que siguen existiendo para desdicha de la humanidad y de la pobre tierra. Pienso en la mujer que porta la vida, que comprende esa vida, que conoce el sentimiento de los hombres, pienso en la mujer maldita, rechazada, ultrajada por fanatismos de toda índole y con frecuencia en nombre de los dioses, si es que no es en nombre de uno solo. Rezo por otra mujer, por la mujer aceptada, reconocida, sublimada, por la mujer que ya no es sólo una carne sufriente, portadora del niño y desatendida por los hombres. Glorifico la indispensable feminidad viviente, portadora de la vida para el bien de todas las vidas y rezo con vosotros para que el horrible silencio de la historia cese finalmente, para que la verdad sea aún más enunciada, más dicha, más gritada. Pienso en todas esas mujeres que han trabajado en la tierra por la liberación de toda la humanidad. Pienso también en todas esas mujeres que, a veces, han dado hasta su vida por la causa de la supervivencia de las almas, por las verdades de sus contactos entre los hombres. Pensemos en la mujer, en su vía crucis, en su liberación que lejos de ser verdadera, de ser total, todavía está por nacer. Es una lucha que está lejos de estar terminada”. Tenemos ciertamente la sociedad que merecemos pero tenemos también la posibilidad de participar en su mejoramiento por nuestra libertad de conciencia que es una de las características de la verdadera civilización y del progreso. Mientras el hombre siga viviendo a partir de su naturaleza carnal, no será feliz ni encontrará justicia en sus sociedades desiguales. Pero al aceptar su naturaleza espiritual, su infinito, le invade una fuerza, su voluntad se vuelve constructiva y real, y puede actuar. Nuestro mundo es cruel, indiferente y olvida esos sufrimientos disfrazándolos. Ya no existe la información, el conocimiento desaparece, la reflexión se escapa y el egoísmo triunfa igual que el orgullo. Tantos hombres han luchado para que fuéramos libres. Dejemos de dormir y de fijar nuestro espíritu en pensamientos antiguos que nos vienen bien, esperando una transformación que vendría como por arte de magia. El espiritismo, dentro de sus grandes principios referidos a los hechos sociales, incluye la idea de una transformación progresiva de la humanidad, prolongando la idea cristiana en su origen, es decir el amor de Dios, y las ideas humanistas tan brillantemente demostradas en el siglo de las luces. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 E C O S Amar se aprende Para amar, hace falta comunicar, intercambiar, borrar las fronteras ficticias que existen entre los hombres por el interés de una parte muy pequeña de ellos y para desdicha de la mayoría. Los hombres no se hablan con frecuencia, no se comunican. Cuando se hablan, la mayoría de las veces es para odiarse, para injuriarse en todas las formas y en todos los tonos, nunca para reflexionar juntos, para avanzar juntos o simplemente para amar. Amarse quiere decir aceptar al otro más allá de la representación que se pueda formar, más allá de las barreras sociales y raciales. No escuchéis a aquellos que enfrentan a los hombres unos a otros. Si formulan esa oposición, es para su solo interés, su solo beneficio. Escuchad las voces que claman por más humanidad, más justicia, más tolerancia. (Mensaje del Padre Pío) Poema Que el que ama lo haga sin esperar que se lo pidan Que el que da se abstenga de hacerlo saber Que el que protege no sea un peso Que el que protege a muchos, no se vuelva un dictador Que el que sabe no imponga su saber, que lo comparta Que el que duda no se pierda en la soledad Que el que cree en nosotros se esfuerce en hacer de su confianza un saber reflexionado Que el que nos desprecia sea habitado por más luz Que el que escucha a su conciencia, no la transforme en silencio 18 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por EMMANUELLE PÊCHEUR LA NOCIÓN DE LIBRE ALBEDRÍO En este artículo, abordaremos un principio esencial de la filosofía espírita, el del libre albedrío. Veremos cómo es abordada esta noción fundamental en El Libro de los Espíritus de Allan Kardec, luego haremos el paralelo con las palabras de hoy de los espíritus sobre el libre albedrío, es decir de los mensajes recibidos en sesión espírita en nuestra asociación. Finalmente, concluiremos con una síntesis sobre el tema. Definición del diccionario: libre albedrío: poder disponer libremente, sin otra causa que la decisión de su voluntad. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 19 EL LIBRE ALBEDRÍO EN EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS DE ALLAN KARDEC MENSAJES RECIBIDOS EN NUESTRA ASOCIACIÓN He aquí lo que podemos leer en diferentes pasajes del libro sobre este tema: 121 “¿Por qué ciertos espíritus han seguido la ruta del bien, y otros la del mal? ¿No tienen su libre albedrío? Dios no ha creado espíritus malos, los ha creado simples e ignorantes, es decir que tienen aptitud tanto para el bien como para el mal; los que son malos lo hacen por su voluntad”. 122 “¿Cómo pueden los espíritus, en su origen, tener libertad de elección entre el bien y el mal cuando no tienen conciencia de ellos mismos?” “El libre albedrío se desarrolla en la medida en que el espíritu adquiere conciencia de sí mismo. Ya no habría libertad si la elección fuera hecha por una causa independiente de la voluntad del espíritu. La causa no está en él, está fuera de él, en las influencias a las cuales cede en virtud de su libre voluntad”. “Cuando Dios crea un espíritu, ¿conoce de antemano el detalle de su evolución?” “Eso no se puede… El conocimiento se establece sólo respecto a lo que es y no respecto a lo que será… El porvenir está por construir. Esa construcción os pertenece, a vosotros solos, porque por la voluntad del Padre sois seres completamente libres. Lo repito, completamente libres…” Libro de los Espíritus: Capítulo X 843 “¿Tiene el hombre libre albedrío de sus actos?” “Puesto que tiene la libertad de pensar, tiene la de actuar. Sin libre albedrío el hombre sería una máquina”. 844 “¿Goza el hombre del libre albedrío desde su nacimiento?” Hay libertad de actuar desde que hay voluntad de hacer. En los primeros períodos de la vida la libertad es casi nula; se desarrolla y cambia de propósito con las facultades. El niño que tiene pensamientos en relación con las necesidades de su edad, aplica su libre albedrío a las cosas que le son necesarias”. 851 Existe una fatalidad en los acontecimientos de la vida, según el sentido dado a esa palabra, es decir, que todos los eventos están determinados por adelantado, en ese caso, ¿dónde queda el libre albedrío?” “La fatalidad existe sólo por la elección que ha hecho el espíritu al encarnar de sufrir tal o tal prueba; al elegirla, se traza una suerte de destino que es consecuencia misma de la posición en que se halla ubicado; hablo de las pruebas físicas, porque en cuanto a las morales y las tentaciones, el espíritu, que conserva su libre albedrío sobre el bien y sobre el mal, es siempre dueño de ceder o de resistir. Viéndolo flaquear un espíritu bueno puede venir en su ayuda, pero no puede influir sobre él con objeto de dominar su voluntad. Un espíritu malo, es decir inferior, que le muestra y le exagera un peligro físico, puede estremecerlo y asustarlo; pero la voluntad del espíritu encarnado no queda por ello menos libre de toda traba”. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 “…Cada uno de vosotros, posee de manera innata, esa idea de perfección que hace que a cada instante, tengáis la posibilidad de recordar ese libre albedrío, esa posible elección a través de cada segundo, de cada minuto, a través de esa cotidianidad que transcurre desde hace muchos años para cada uno de vosotros…” “…El espíritu propone para un hombre que dispone y actúa según su estilo, libre en este mundo de la carne. Esa libertad es el resultado de un acto de amor de un Dios que ha querido distinguirse del objeto creado…” “…Actualmente, amigos, este globo conoce el horror, conoce el sufrimiento, conoce abominables ghetos donde el individuo no puede pretender la libertad. Amigos, no podemos herir o mofarnos de ese individuo, afirmando que no sabe servirse de su libre albedrío, pues su libre albedrío ha sido destruido por el hombre”. CONCLUSIÓN Vemos que esta noción de libre albedrío es esencial para comprender el espíritu en su evolución. Porque hemos sido creados como seres libres es que tenemos siempre la elección entre el bien y el mal. No hay necesidad de trasladar a Dios, sino a nosotros mismos, la responsabilidad de lo que nos llega individual o colectivamente. Se comprende entonces que la evolución es lenta y progresiva. El espíritu, mediante su libre albedrío, avanzará sólo por su aceptación, su comprensión y su voluntad propia. He aquí una consideración que permite a todos y cada uno tomar el destino en su mano y aplicar el adagio que adquiere aquí todo su sentido: “Ayúdate y el Cielo te ayudará”. 20 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por CHRISTOPHE CHEVALIER JUSTICIA Y CARIDAD, CONCEPTOS ESENCIALES DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA Alexandre Aksakoff Con mucha regularidad oímos en los discursos de nuestros políticos las palabras “justicia” o “justicia social”; discursos que nos conciernen a todos, representativos de nuestras cotidianidades y que tienen como objetivo demostrarnos que nuestras sociedades cambian bajo la influencia y la toma de conciencia de hombres y mujeres al servicio de nuestras leyes y de nuestras instituciones. ¿Son utilizadas esas palabras con buen criterio y, sobre todo, a conciencia de su profundo significado, es decir: el compartir y el amor? Trataremos de ver cómo pueden tener una aplicación real en nuestras sociedades los dos grandes principios fundamentales de justicia y caridad al alba del siglo XXI. Detengámonos algunos instantes en El Libro de los Espíritus. En su trabajo de codificación de la filosofía espírita, Allan Kardec estudia el origen de la justicia y el supuesto lugar del hombre en la sociedad. El Libro de los Espíritus es la colección de respuestas del más allá sobre las que se ha fundado el espiritismo; recogeremos algunas afirmaciones como base de reflexión. A la pregunta “¿El sentimiento de justicia está en la naturaleza o es el resultado de ideas adquiridas?”, la respuesta dada no puede más precisa, en la medida en que nos ilumina sobre varios puntos. El primero es que el sentimiento de justicia está en la naturaleza y que no es en absoluto consecuencia LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 21 del progreso moral que no hace sino desarrollarlo, y el segundo es que el sentimiento de justicia está “en el corazón del hombre”, es decir que es parte integrante del hombre. ¿Qué quiere decir eso exactamente? Que ese sentimiento es un componente de la naturaleza del hombre, que está inscrito profundamente en él como puede serlo el sentimiento de supervivencia, es en cierta forma un reflejo. Es por eso que puede observarse en ciertas civilizaciones menos desarrolladas en técnica y en cultura que la nuestra, que las sociedades tienen principios morales más justos que los nuestros. Escuchamos por allí que cada persona que compone el tejido social de la tribu tiene su lugar, su función, y que cada una es respetada cualquiera que sea su edad. La justicia está pues en el respeto de los derechos de cada uno. Esa es la definición de justicia y es también el punto de vista de los espíritus. Otra pregunta complementa y desarrolla lo que se acaba de decir: ¿Qué determina esos derechos? Respuesta: “Lo son por dos cosas: la ley humana y la ley natural. Habiendo hecho los hombres leyes apropiadas a sus costumbres y a su carácter, esas leyes han establecido derechos que han podido variar con el progreso. Ved si vuestras leyes de hoy, sin ser perfectas, consagran los mismos derechos que en la Edad Media; en esa época esos derechos anticuados que os parecen monstruosos parecían justos y naturales. El derecho establecido por los hombres no siempre está pues conforme a la justicia”. En efecto, lo que uno encuentra justo es percibido por el otro como injusto. Además, esas mismas leyes con frecuencia están mezcladas con pasiones que alteran el sentimiento de justicia. La historia de la humanidad nos ha demostrado que en cada una de sus etapas, las leyes y los derechos han sido establecidos con arreglo a las costumbres y los caracteres de las diversas épocas. Tomemos algunos ejemplos. LA JUSTICIA ESTÁ SOMETIDA A LA CONCIENCIA DEL HOMBRE: “Desear para los otros lo que desearíais para vosotros mismos” (Jesús) Cuando apareció el hombre, la Tierra acogía espíritus del génesis primitivo. Las condiciones de vida, la evolución espiritual de sus habitantes de entonces, fueron el origen de sociedades primarias, tanto en organización como en moralidad: la ley del más fuerte se impuso por sí misma, la fuerza física se aplicaba en detrimento del más débil. Siendo igualmente la palingenesia (reencarnación evolutiva) una ley natural, trae su cuota de progreso. En el transcurso de los siglos, cambian las costumbres, el hombre se humaniza e instaura leyes apropiadas a sus hábitos y su carácter. El más fuerte ya no es el “Señor músculo”, sino el que posee más bienes, tierras cultivables y castillos en este caso. Estamos en la Edad Media y el que tiene tierras es un señor. La población campesina está al servicio de los que detentan la riqueza. Tener riqueza, es tener poder; tener poder, es tener derecho de vida o muerte sobre los que permiten ese poder. El filósofo Rousseau LE JOURNAL SPIRITE N° 74 OCTOBRE 2008 resume muy bien la injusticia social afirmando que ésta comenzó con el sentimiento de propiedad. Cuando el hombre afirma: “Esto me pertenece” sin participar con su trabajo honrado en la adquisición de su propiedad, nace la injusticia. Hacia los años 1700 comienza el “Siglo de las Luces” con su cuota de progresistas, filósofos, humanistas y políticos nuevos basados en las premisas de lo que planteará el siglo siguiente: los fundamentos de la democracia. Las relaciones sociales cambian con la evolución de las ciencias y las técnicas que ha repartido las cartas: los terratenientes ya no son los señores, tienen menos importancia. El que detenta la propiedad industrial íntimamente vinculada a las finanzas se convierte en el más fuerte. En Francia, la Revolución modificó un poco la relación con la justicia: Al derrocar a la monarquía, la burguesía detentaría el poder y la masa campesina, convertida en ciudadana, quedaba a su servicio. Sin embargo, se comprobaron progresos en materia de nueva distribución de las tierras, nuevos derechos para el hombre, movimientos ciudadanos progresistas en materia de justicia y de igualdad. Se cita como ejemplo el fin de la esclavitud en los Estados Unidos o la Comuna de París en Francia, que lucha por una democracia activa que hará decir a Karl Marx: “Esa es la primera insurrección proletaria autónoma”. A comienzos del siglo XX está en su apogeo la revolución industrial. La masa campesina cede el lugar a la masa obrera que, desde entonces, se convierte en autómata de lo que se ha calificado de “progreso industrial”. Las sociedades se modernizan, una pequeña parte de la humanidad tiene derecho a la educación, a la atención médica y al trabajo justo. La noción de respeto a los derechos de cada uno adquiere consistencia y el sentimiento de justicia natural para todos, puesto de relieve por la frase de Jesús “Desear para los otros lo que desearíais para vosotros mismos”, preocupa las conciencias. Este progreso humanista se acompaña de una toma de conciencia caritativa al día siguiente de la segunda guerra mundial. Demasiados horrores, demasiadas muertes, el hombre tiene vergüenza ante su capacidad de hacer el mal, la capacidad humana de despedazarse y matarse unos a otros ha superado ampliamente la de los animales. El horror llega al colmo los días siguientes a los campos de concentración y el “nunca más eso” despierta las conciencias. Pero eso no concierne todavía más que a una parte demasiado pequeña de la población mundial. Desde entonces ese progreso moral se estanca. Todavía no podemos hablar de justicia y menos aún de caridad. ¿Por qué? LA JUSTICIA TIENE SU FUENTE EN LA CARIDAD “Benevolencia para todo el mundo, indulgencia para las imperfecciones de los otros, perdón de las ofensas” (Jesús) Tal es el comienzo de la respuesta de los espíritus a la pregunta hecha por Allan Kardec: “¿Qué es la caridad?”. Y 22 he aquí el final: “El amor y la caridad son el complemento de la ley de justicia, pues amar al prójimo, es hacerle todo el bien que esté en nuestro poder y que desearíamos que se nos hiciera”. No confundir con la idea de “dar limosna” que está demasiado asimilada a la idea de caridad. La limosna es degradante para el hombre tanto moral como físicamente. La caridad es un sentimiento que abraza todas las relaciones que mantenemos con nuestros semejantes. Nos conduce a la indulgencia pues de ella tenemos necesidad para nosotros mismos y nos impide despreciar el infortunio. Cada día, podemos ver que sucede lo contrario: que se presenta un rico y se despliegan para él tesoros de decencia y deferencias. Que se presenta un pobre y contribuimos, con nuestra indiferencia y nuestro desprecio de su condición, a alejarlo un poco más de su dignidad. El espíritu completa su respuesta diciendo: “En una sociedad basada en la ley de Dios y la justicia, se debe abastecer a la vida del débil sin humillación para él. Ella debe asegurar la existencia de los que no pueden trabajar, sin dejar su vida a merced del azar y de la buena voluntad”. Si el espíritu no censura la limosna, censura con frecuencia la forma en que se da, a menudo con alarde, lo cual aniquila el beneficio del acto. Hoy en día, ¿qué es de la caridad en el sentido noble del término? Existen hombres y mujeres que saben o que han sabido responder a este noble sentimiento. Mencionemos a la hermana Emmanuelle que dedicó su vida a los más humildes, a los más pobres. Enseñó el amor, el compartir y la tolerancia a hombres y mujeres de una cultura diferente a la nuestra y, sobre todo, devolvió la dignidad a individuos que ya no tenían lugar en una sociedad que los esconde y los desprecia. Los traperos de El Cairo nunca olvidarán a esta mujer de buen humor permanente y comunicador. Otro ejemplo es el abad Pierre que toda su vida, libró también un difícil combate en favor de los más desposeídos de Francia, ante una sociedad de consumo que también abandona a los que no tienen los medios para insertarse en ella. Todo el mundo tiene en la memoria su intervención en las ondas de radio durante el muy crudo invierno de 1954. Salvó así numerosas vidas. Luego su prosiguió con la creación de la asociación Emaús que aún hoy es una estructura que viene en ayuda de los más pobres y maltratados por la vida para que puedan “sobrevivir” con dignidad. Con estos ejemplos estamos en la verdadera definición de la caridad cristiana (y debemos rendirles homenaje), recuperada actualmente por la asociación “Los Don Quijote”. Ella se ocupa de los sin techo que siguen muriendo por centenares cada año. Al alba del siglo XXI, muchas asociaciones y ONG siguen trabajando por la justicia, el compartir y la solidaridad. Ya sea que estén en el campo de la lucha contra la exclusión, contra la guerra y contra el hambre (por ejemplo la lucha de los Restaurantes del Corazón, del Ejército de Salvación o de Handicap Internacional, etc.) o que estén en el campo del socorro a las víctimas (Médicos del Mundo, Cruz Roja Francesa, Unicef, etc.), la lista es larga y no podríamos rendirles homenaje a todas en lo que comportan de procedencia y de humanidad. Sin embargo, uno no puede dejar de interrogarse sobre la implicación y el comportamiento de nuestros políticos y de nuestras instituciones oficiales. Éstos no ocupan el terreno. Es muy lamentable, en la medida en que nuestros dirigentes detentan el poder para modificar leyes injustas, y tienen los medios financieros para acompañar estos cambios indispensables. Fuera de los ejemplos citados más arriba, es de hacer notar que hoy en día la caridad, es a menudo prostituida y desviada de su sentido primero que está basado en la generosidad de los sistemas benéficos. Éstos no tienen por vocación cambiar la sociedad ni volverla más humana, pero reemplazan a los dirigentes que tienen la carga para que responda a las necesidades de todos. Todavía estamos muy lejos. En tal contexto, la filosofía espírita se vuelve de una desconcertante actualidad. Dentro de su representación moral, el espiritismo denuncia todo lo que perjudica al progreso humano y espiritual. Allan Kardec, en su trabajo de codificación del espiritismo, dio un profundo sentido a la palabra “caridad”, el de un principio moral, de una invitación amorosa y fraternal. La haría su divisa al decir: “Fuera de la caridad, no hay salvación” queriendo decir que la caridad es un principio de unión, de hermandad y de tolerancia que reúne a los hombres en la ayuda mutua y la reciprocidad. Esto sin recordar esta otra divisa que se encuentra sobre los frontones de nuestras alcaldías: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Estos grandes principios nacieron con la Revolución Francesa mientras que nuestras sociedades llamadas púdicamente “de economía de mercado” son siempre verdaderas apisonadoras que engendran los peores males. Las guerras, las hambrunas, las nuevas formas de esclavismo o de neocolonialismo conllevan injusticias. No obstante, hoy en día mil millones de personas mueren de hambre en nuestro planeta, creado para acoger a todos estos habitantes, por poco que los medios humanos y financieros estén dedicados a esta prioridad. Es posible, debe ser deseado y decidido por aquellos que los poseen. La aplicación de la caridad y la justicia social es hoy más que una emergencia, se ha convertido en la salvación de la humanidad que lleva en sí la esperanza de un planeta que sufre. Numerosos hombres y mujeres son portavoces de esa esperanza. Los espíritus, lejos de ser indiferentes a la miseria humana, actúan e insuflan ideas pacíficas y de acercamiento de los pueblos a estas personas de buena voluntad. Ciertos hombres de poder, todavía poco numerosos, están cada vez más conscientes de esta indispensable solidaridad dentro de una voluntad de paz y de compartir. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 23 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por R É G I S B E RT H AU T LOS PRINCIPIOS DE LA MEDIUMNIDAD Las primeras comunicaciones espíritas Las primeras manifestaciones inteligentes tuvieron lugar por medio de mesas que se levantaban y daban, con un pie, un número determinado de golpes, respondiendo de esa manera con un sí o un no. Se consiguieron luego respuestas más acabadas por medio de las letras del alfabeto. Este medio de correspondencia era largo e incómodo. Los propios espíritus indicaron un método más práctico para comunicarse, y se hizo con la ayuda de un lápiz unido a una cestita o a una tablilla. El objeto al cual se adapta el lápiz es sólo un instrumento, se reconoció que en realidad no era más que una prolongación de la mano, y el médium, tomando directamente el lápiz, comenzó a escribir por un impulso involuntario y casi febril. Por este medio, las comunicaciones se hicieron más rápidas, más fáciles y más completas. Finalmente la experiencia dio a conocer diversas otras variedades en la facultad LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 mediadora, y se supo que las comunicaciones podían tener lugar igualmente por la palabra, el oído, la vista, el tacto, etc., y hasta por la escritura directa de los espíritus, es decir sin el concurso de la mano del médium ni del lápiz, la neumatografía. ¿Qué es un médium? Se llama mediumnidad al conjunto de facultades que permiten al ser humano comunicarse con el más allá. El médium goza de facultades, percepciones y sensaciones que habitualmente son exclusividad de los espíritus desencarnados. El médium es el vínculo entre los dos planos vibratorios. Durante mucho tiempo se creyó adecuado clasificar a los médiums en la categoría de seres enfermos e histéricos, cuando toda extensión de las percepciones del alma es una vía de conducción hacia una vida más amplia y más elevada. Gracias a la mediumnidad 24 ha existido siempre un vínculo entre los dos mundos. Por medio de las diferentes mediumnidades, los espíritus superiores se esfuerzan en despertar el alma humana aportándole un suplemento de espiritualidad donde se suman conocimiento y sentimiento, fuerzas mayores de la evolución espiritual. El estudio y la aplicación de las facultades mediúmnicas son de una importancia capital pues, según su empleo, pueden ser una luz benéfica o un arma peligrosa que sirve a los espíritus. Así, la mediumnidad, mucho más que una simple práctica divertida de los salones, es una verdadera ciencia y como toda ciencia su aplicación es dejada al buen cuidado de la moral. Además, descubre leyes pero éstas son todas particulares pues son espirituales, un argumento que ha constreñido tanto al mundo científico y materialista a lo largo de la historia del espiritismo. De la importancia de los fluidos espirituales Como todo medio de comunicación, la mediumnidad es una herramienta que necesita energía para funcionar. Estamos en el campo espiritual y las leyes que caracterizan la mediumnidad son de orden fluídico y vibratorio, es decir vinculadas directamente con la fuerza y calidad de los pensamientos. Ya Allan Kardec recomendaba la oración antes de toda manifestación de espíritus. En efecto, las precauciones siguen siendo indispensables y la primera de todas es la protección de la sesión mediante el llamado a los espíritus protectores. Así, para ser eficaz, la oración debe ser un llamado ardiente, de expresión elevada para encauzar los fluidos que permiten comunicarse a los espíritus elevados. La unión de los pensamientos es primordial así como su sinceridad. LAS DIFERENTES MEDIUMNIDADES La escritura automática En el caso de la escritura automática, el médium deja a disposición de los espíritus su mano que, bajo su impulso, se desplaza sobre el papel y escribe las palabras que ellos desean ver aparecer. La mano es teleguiada así hasta que el mensaje sea expresado en su totalidad y termina con una firma y la caída de la pluma sobre la hoja de papel. Generalmente durante la escritura el médium no tiene conciencia de lo que escribe. Puede suceder que oiga en forma simultánea lo que su mano está escribiendo. La escritura semiautomática A la diferencia de la escritura automática, el médium oye el mensaje del espíritu. Hay retranscripción del mensaje. Con frecuencia, esta facultad evoluciona progresivamente hacia una escritura automática. La escritura intuitiva El médium retranscribe lo que siente. Percibe una idea y no frases ya constituidas. Este carácter intuitivo se encuentra especialmente en las mediumnidades artísticas. La clarividencia mediúmnica El médium recibe por el pensamiento el mensaje de los espíritus bajo la forma de una idea que debe volver a expresar con su propio lenguaje, o bien a veces recibe y repite las frases que el espíritu le transmite. Puede percibir igualmente al espíritu que se hace reconocer por su imagen. La clariaudiencia La mediumnidad por clariaudiencia es una facultad que permite al médium oír las voces de los espíritus de dos maneras diferentes. La primera por percepción auditiva de una voz interior, la segunda directamente por el oído, de una voz débil pero clara que el médium percibirá del exterior. La oui-ja La oui-ja es una mediumnidad de carácter automático, es decir que el médium no es dueño del desarrollo de la sesión y se encuentra totalmente bajo la influencia del espíritu. Su mano colocada sobre una tablilla, terminada en una aguja, se desplazará sobre una superficie donde están inscritas letras y cifras así como las palabras sí y no. Letra por letra, el mensaje toma forma, es a menudo bastante corto pues el dictado es más largo por este medio, la tablilla desplazándose detrás de cada una de las letras. El movimiento de la tablilla puede ser muy rápido, hacen falta por consiguiente dos asistentes: una persona que lee las letras indicadas y otra que las transcribe. Como en toda sesión de espiritismo, el médium está rodeado de espíritas, que con su presencia y su atención dispensan sus fluidos, esa es la principal condición que garantiza una buena comunicación. La incorporación Mediumnidad llamada total, le permite al espíritu utilizar la totalidad del cuerpo físico del médium para manifestarse. El espíritu del médium se exterioriza de su propio cuerpo mientras que el espíritu desencarnado se integra a esa envoltura vacante y así “se incorpora” según el término. Este proceso da lugar a un trance que conlleva ciertas modificaciones fisiológicas y especialmente una fuerte aceleración cardiaca. Una vez que el espíritu se ha incorporado, puede hablar encontrando sus entonaciones propias, las que se le conocieron en vida. Puede desplazarse y dirigirse hacia cada persona que asiste a la sesión. Varios espíritus pueden sucederse a lo largo de una sesión de incorporación. El último anuncia el fin de la sesión y un magnetizador coloca sus manos sobre el corazón del médium para regular su ritmo cardiaco. Al cabo de algunos instantes, aparece un nuevo trance, es el espíritu del médium que regresa. Tal sesión requiere vigilancia en todo momento. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 25 El sueño magnético Es un estado mediúmnico inducido por los pases magnéticos longitudinales; el médium queda sumido en un estado segundo que le permite percibir imágenes del más allá. En el sueño magnético existen dos situaciones diferentes; en el primer caso, el médium ve desarrollarse como en una película, un episodio de vida anterior de una persona, describiendo lo que ve con una voz monocorde y débil. La segunda situación es el desplazamiento del espíritu del médium, que va al encuentro de espíritus desencarnados que desean hacer pasar un mensaje. El médium describe lo que ve y retransmite las palabras de los espíritus que percibe. Al final de esta sesión, es despertado por medio de pases magnéticos rápidos, llamados de despertar. La ectoplasmia El ectoplasma es una condensación uniforme de un fluido, procedente del cuerpo del médium. En general es de color blancuzco y la mayoría de las veces se libera por el plexo pero igualmente por orificios como la nariz, las orejas o la boca. El espíritu utiliza esta materia para darle forma, tangibilidad. Con motivo de ciertos experimentos ha sucedido que el médium adelgace hasta la mitad. Al final de la sesión, la materia ectoplásmica así exteriorizada se reintegra al cuerpo físico. La xenoglosia Mediumnidad políglota llamada “xenoglosia”. Este término, inventado por Charles Richet (18501935) definía una mediumnidad por medio de la cual los médiums hablan o escriben en lenguas extranjeras desconocidas por ellos y por los asistentes a la sesión. Se encuentran numerosos casos estudiados y relatados por Ernest Bozzano en su libro La mediumnidad políglota. Las artes mediúmnicas En nuestra asociación, varios artistas médiums trabajan en pintura, escultura, música y poesía, recibiendo la influencia de los espíritus en creaciones deseadas por el más allá. Según los casos, estas mediumnidades son intuitivas o automáticas; como en la escritura, se encuentran estos dos casos particulares. Las mediumnidades terapéuticas Bajo la influencia de un espíritu médico, el médium deja ir sus manos sobre el cuerpo extendido del paciente. El espíritu trabaja fluídica o magnéticamente con gestos, imposiciones u otros movimientos que escapan completamente al control del médium. La escritura directa Escritura que aparece espontáneamente sobre un papel o una pizarra sin intermediario físico. El espíritu utiliza la energía fluídica del médium que se encuentra cerca. Este LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 fenómeno fue certificado repetidas veces a principios del siglo XX. ¿Puede hablarse de mediumnidad superior? Tomemos el caso de las mediumnidades trabajadas en el seno del Círculo Allan Kardec. Los espíritus utilizan a voluntad una o varias formas de comunicación. Parece entonces que lo invisible gusta de manifestarse de diferentes maneras. Ciertos espíritus no se manifiestan nunca por vía de escritura o de incorporación y prefieren según su misión o función, elegir otro modo de entrar en contacto. Es la razón por la que hay que estar muy atento y respetuoso con todas las formas de mediumnidad, sin establecer jerarquías, hablar a lo sumo, quizás, de diferencias de mediumnidad. Decir de una mediumnidad que es superior o inferior es una insensatez. Los espíritus pueden entrar en contacto bajo múltiples formas como la clarividencia mediúmnica, la escritura, la oui-ja o la incorporación y es una multitud de posibilidades que hay que saber aprovechar. ¿Todo el mundo puede ser médium? Fue Allan Kardec quien puso en evidencia los múltiples caracteres de la mediumnidad. En el transcurso de las experiencias, estableció las primeras leyes generales referentes al desarrollo, la práctica y las condiciones necesarias para conseguir resultados convincentes; estos principios fueron consignados en su obra El Libro de los Médiums. 26 Mucho más que una herramienta práctica, él medía ya los riesgos de la ignorancia, del orgullo y del egoísmo que ha hecho fracasar a numerosos aprendices de médium. Al no estar fijados estos principios, Allan Kardec recordaba que el espiritismo evolucionaba con su tiempo y sus descubrimientos. Trabajos ulteriores aportaron informaciones complementarias en cuanto a un mejor conocimiento de la mediumnidad. El descubrimiento y la puesta en evidencia del inconsciente por los trabajos de Sigmund Freud fueron de gran importancia. Estos trabajos permitieron explicar mejor la razón de numerosos mensajes anodinos, inconsistentes y contradictorios. Sin embargo, Allan Kardec ya había expresado el hecho de los eventuales pensamientos parasitarios que emanan del propio pensamiento del médium. En las primeras fases del desarrollo, no es raro que un médium obtenga mensajes subconscientes. Ello será la expresión de una sobrecarga de angustias, de sus incertidumbres, de sus deseos inhibidos… En ciertas obras, se ha escrito que toda persona puede ser médium. Con frecuencia se agrega que existen numerosas y diferentes sensibilidades. En El Libro de los Médiums, encontramos como ejemplo de esta clase de respuesta: “Son esas comunicaciones de cada hombre con su espíritu familiar, que hace de todos los hombres médiums, médiums desconocidos hoy, pero que se manifestarán más tarde, y que se derramarán como un océano sin límites para rechazar la incredulidad y la ignorancia”. En efecto, al leer este pasaje, sería grande el riesgo de pensar que todos estaríamos dispuestos en esta vida a recibir a los espíritus. Para ser más precisos, hablaríamos de una relación natural entre los dos mundos, una relación de influencia de los espíritus sobre los seres humanos, pero no se trata propiamente de hablar de mediumnidad. En el uso común hay que considerar esta definición como atribuida a los que poseen una facultad mediúmnica suficientemente definida, que se traduce en efectos patentes y de cierta intensidad. Es de hacer notar, además, que esta facultad no se revela en todos de la misma manera; los médiums tienen generalmente una aptitud especial para tal o cual orden de fenómenos, lo que hace que haya tantas variedades como clases de manifestaciones. Las principales son: los médiums de efectos físicos, los médiums sensitivos, auditivos, parlantes, videntes, sonámbulos, sanadores, neumatógrafos, escribientes o psicógrafos. Existe así el canal mediúmnico en ciertas personas más sensibles, más receptivas. Ese canal debe abrirse progresivamente a la influencia del más allá a través del necesario desarrollo mediúmnico. Sin embargo, antes de vivir en un mundo donde la mediumnidad sea natural y bien encuadrada dentro de estructuras adecuadas, antes de vivir en una sociedad donde se vaya a la escuela de mediumnidad, hay que permanecer prudentes y pocas estructuras favorecen la buena realización de las facultades. Ser médium es con frecuencia una predisposición que corresponde a una misión decidida en el más allá antes de la reencarnación, pero esa no es una condición absoluta, como se explica en el siguiente mensaje: “Un espírita que pertenece a un grupo espírita puede, por voluntad de los espíritus, por voluntad de su guía, ser elegido para desarrollar una función mediúmnica sin haber considerado esa misma función antes de su regreso a la tierra. Evidentemente el desarrollo mediúmnico será entonces más lento, más largo y más difícil. Entonces, si tal elección es establecida por el mundo de los espíritus, es porque el guía, o los guías habrán más que vislumbrado en la persona designada una sensibilidad particular que permite un desarrollo mediúmnico…” Las condiciones experimentales del desarrollo El desarrollo de una facultad es lento y progresivo. Sin embargo, el proceso no es idéntico para cada uno y no reviste de manera automática el carácter de la constancia. Lo que no existe en condiciones experimentales, es la aparición repentina de la apertura de las vías mediúmnicas. La metamorfosis es pues progresiva y lenta para algunos, más rápida para otros. El elegido para desarrollar sus capacidades psíquicas puede dudar a veces de los resultados; el candidato a la tarea puede ser inducido a pensar que no pasa nada, cuando en verdad toda meditación, toda reflexión, toda exhortación a sesiones experimentales participa automáticamente en el desarrollo de las facultades. La condición primordial, si no pudiera haber sino una, sería saber rodear bien a los médiums durante sus trabajos de experimentación. La mediumnidad es un bien precioso que adquiere su sentido en el objetivo que logra alcanzar en pro del compartir, un compartir del espíritu de carácter evolutivo. Una invitación al desarrollo de una mediumnidad es siempre algo difícil, a veces el temor a lo desconocido requiere de los consejos de los espíritus para guiar mejor la realización de las misiones. Algunas veces es necesario orientar un trabajo preparatorio individual, como le fue indicado a un médium artista en este mensaje: “A veces es necesario encontrar silencio, a veces es necesario ocultar la luz del día, en verdad será necesario recibirnos en calma y relajación, apártate de toda humanidad, estírate, permanece en la oscuridad y medita”. Según este mensaje, el médium artista no necesita estar rodeado por un grupo espírita. En efecto, desde un punto de vista fluídico, la mediumnidad artística no presenta las mismas características en su desarrollo. Así se expresaba sobre este asunto el espíritu Pablo Picasso: “La pintura mediúmnica debe encontrar su lugar en el mundo de las artes, al mismo nivel que todas las formas de expresión artística. El pintor médium es, también, testigo de la supervivencia del espíritu; y, más que eso, es testigo de la eternidad del fenómeno creativo. En LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 27 el más allá, pensamos las formas y los colores, nuestro pensamiento atraviesa el espacio para llegar al hombre según el siguiente modo vibratorio: si decido pintar un payaso, en primer lugar pensaré en el payaso. Entonces me aparecerá en todos los detalles de su traje, su maquillaje, y su expresión cómica o trágica. En ese preciso momento de mi creación, me traslado con mi vehículo periespritual a la habitación donde soy esperado por el médium, llevando conmigo la imagen de mi payaso. Para llegar al médium, para guiar su mano, deberé actuar sobre su doble con la fuerza de mi deseo. Empleo entonces la telepatía para desencadenar una vibración sobre el cuerpo etérico del médium, vibración que será trasladada a su cuerpo físico, última etapa del proceso creativo. Mentalmente el médium sabrá lo que debe hacer, automáticamente elegirá las formas y los colores deseados, sentimentalmente, recibirá la expresión que deseo dar al personaje. En ningún momento debo apartarme de la habitación donde trabaja el médium. En general, el pintor médium debe trabajar solo. Sentirá así, más allá del automatismo que lo guía, la presencia afectiva del artista invisible…” Los riesgos de la mediumnidad El ejercicio de toda facultad mediúmnica ocasiona un gasto flúidico, circunstancia que acarrea un cierto estado de fatiga. Se aconseja entonces un descanso para reparar el déficit energético ocasionado. También hay riesgos desde un punto de vista moral, pues la práctica de la mediumnidad exige mucho tacto para desbaratar los ardides de los espíritus embusteros. El recogimiento es una condición sin la cual no se puede tener trato con los espíritus serios; las invocaciones hechas con irreflexión y bromeando son una verdadera profanación que abre fácilmente el acceso a espíritus animados de malas intenciones. Pueden sobrevenir consecuencias como la obsesión. Ese es uno de los mayores escollos de la mediumnidad. Los motivos varían según el carácter del espíritu. Pueden ser espíritus que sufren, espíritus que quieren causar mal. La característica principal de la obsesión es la exclusividad de las comunicaciones con un espíritu. En esta relación hay un vínculo de dominante a dominado y el médium se convierte en el receptor exclusivo de un espíritu. En cuanto a la posesión, es un asedio que paraliza la voluntad del que la sufre, y le hace actuar a pesar suyo. El médium es completamente subyugado por el espíritu posesor. La posesión puede actuar tanto sobre el aspecto psíquico como sobre el físico. Las pruebas En primer lugar, existió el ilustre sabio inglés William Crookes, conocido por su descubrimiento de la materia radiante y quien durante tres años, consiguió en su casa materializaciones del espíritu de Katie King, en condiciones rigurosas de control. Oliver Lodge, rector de la universidad de Birmingham, miembro de la Academia LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 Real escribió: “Personalmente he sido llevado a la certeza de la existencia futura, por pruebas que se apoyan sobre una base puramente científica”. Frédéric Myers, profesor de Cambridge, refiriéndose a la médium Sra. Thomson, escribió: “Creo que la mayoría de estos mensajes proviene de espíritus que se sirven temporalmente del organismo de los médiums para dárnoslos”. El célebre profesor Lombroso, de Turín, declaró: “Los casos de casas encantadas en las que, a lo largo de los años, se producen apariciones o ruidos que concuerdan con el relato de muertes trágicas, y observadas fuera de la presencia de médiums, argumenta en favor de la acción de los fallecidos”. William James, rector de la universidad de Harvard, en Nueva York, mantuvo la verosimilitud de las comunicaciones de los difuntos en su estudio aparecido en 1909 en los Proceedings. Escribió que: “Estos fenómenos dan la impresión irresistible de que es realmente la personalidad con sus propias características la que conversa”. Así, durante el fin del siglo XIX y comienzos del XX, y en todos los países, el fenómeno espírita fue objeto de frecuentes investigaciones, emprendidas y dirigidas por comisiones científicas. Eruditos escépticos y profesores célebres, pertenecientes a todas las grandes universidades del mundo, sometieron esos hechos a un examen riguroso y profundo. Su intención era, en primer lugar, arrojar luz sobre lo que creían era el resultado de mistificaciones. Pero todos, después de muchas experiencias, tuvieron 28 que doblegarse ante la realidad de los hechos. Para citar sólo otro ejemplo, el doctor Richard Hodgson, fallecido en diciembre de 1906, se comunicaba con su amigo J. Hyslop, profesor de la universidad de Columbia, entrando en minuciosos detalles respecto a los experimentos y trabajos de la sociedad de investigaciones psíquicas, de las que había sido presidente en su sección americana. Las comunicaciones eran transmitidas a través de médiums que no se conocían y se confirmaban unos con otros. En 1892, la médium Eusapia Paladino actuaba en Milán en circunstancias rigurosamente científicas, con actas firmadas por la mano de diecisiete nombres: Schiaparelli, director del observatorio astronómico de Milán; Aksakoff, consejero de Estado ruso; Brofferio y Gerosa profesores de la universidad Ermaroca; y G. Finzi, doctores en física; Charles Richet, profesor de la facultad de medicina de París, director de la Revue Scientifique; Lombroso, profesor de la facultad de medicina. Estas actas comprobaban la producción de los fenómenos siguientes, obtenidos en la oscuridad, los pies y las manos de la médium era sostenidos constantemente por dos de los asistentes: “Transporte de objetos diversos sin contacto: sillas, instrumentos de música etc.; impresiones de dedos en arcilla; apariciones de manos sobre un fondo luminoso, apariciones de luces fosforescentes; elevación de la médium sobre la mesa; desplazamiento de sillas con las personas que las ocupaban; caricias percibidas por los asistentes”. En un discurso pronunciado el 30 de enero de 1908 en la Sociedad de investigaciones psíquicas de Londres, sir Oliver Lodge habló de los mensajes obtenidos por ciertos médiums por medio de la escritura automática: “La ‘correspondencia cruzada’, es decir la recepción de una parte de comunicación por un médium y de la otra parte por otro médium, cada una de las partes no puede ser comprendida sin la ayuda de la otra, es una buena prueba de que una misma inteligencia actúa sobre los dos automatistas. Si además, el mensaje tiene la característica de una persona fallecida y como tal es recibido por observadores que no la conocían íntimamente, se puede ver la prueba de la persistencia de la actividad intelectual de esa persona…” He aquí la reproducción de otra acta elaborada el 13 de enero de 1899: “Doce personas estaban reunidas en casa del Sr. David plaza des Corps Saints, nueve en Avignon, para su sesión semanal de espiritismo. Después de un momento de recogimiento, se vio a la médium, Sra. Gallas, en estado de trance, volverse hacia el abad Grimaud y hablarle en el lenguaje de signos empleado por algunos sordomudos. Su locuacidad mímica era tal que se le rogó al espíritu que se comunicara más lentamente, lo cual hizo enseguida. Por una precaución cuya importancia se apreciaría, el abad Grimaud no hizo sino mencionar las letras a medida que eran transmitidas por la médium. Como cada letra aislada no significa nada, era imposible, aunque se hubiera querido, interpretar el pensamiento del espíritu; y fue sólo al finalizar la comunicación que ésta fue comprendida, siendo hecha la lectura por uno de los dos miembros del grupo encargado de transcribir los caracteres. Además, la médium empleó un doble método: el que enuncia todas las letras de una palabra, para indicar su ortografía, única forma sensible para los ojos, y el que enuncia la articulación, sin tener en cuenta la forma gráfica, método cuyo inventor fue el Sr. Fourcade”. La naturaleza de los mensajes Los mensajes recibidos en el seno del Círculo Allan Kardec abarcan una multitud de temas. Si el espiritismo es una escuela, es una escuela del espíritu, que invita al conocimiento y al sentimiento. Es así como, por ejemplo, los mensajes sobre historia, política y ciencias van junto a los mensajes de poesía, arte como la pintura, la música y la escultura, pero también el acercamiento entre un guía y su protegido. El alimento espiritual vale tanto como el del cuerpo y se compone de una variedad indispensable de mensajes que equilibran nuestra naturaleza profunda y necesitada de una reflexión individual y colectiva. Por ejemplo, el simple hecho de recibir una información sobre la historia implica dos cosas, la primera se refiere a la profundización de esa parte histórica para ubicarla mejor en el tiempo y establecer un vínculo con el presente. La segunda razón se refiere más bien al respeto con relación al espíritu que viene a manifestarse. El espíritu Michel Ney vino a dar testimonio de este deber de conocimiento: “…Amigos míos, sé que desde hace años los espíritus os visitan y han venido a este lugar para haceros numerosas revelaciones, compartir con vosotros sentimientos extraordinarios, un poder que no lo es menos. Cuando pienso en todos esos espíritus, pienso en lo que han sido antes. Pienso en sus anterioridades terrenales, pienso en su pasado, pienso en su historia. Para muchos espíritus que vienen a visitaros, se trata efectivamente de hablar de historia… El que desconoce la historia no puede comprender ciertos mensajes de los invisibles por la sencilla razón de que no conoce la naturaleza del personaje que se manifiesta al grupo. No basta con leer una firma, es preciso saber comprender su pleno y completo significado. Muchos espíritus han venido hasta vosotros por haber desempeñado un papel esencial en el pasado de la tierra. Cualquiera que haya sido su función, cualesquiera hayan sido las comarcas donde estos espíritus vivieron antes, es preciso tener preocupación por la historia para comprender sus palabras. La historia es una herramienta científica que debe permitir a todos aprehender mejor el presente, fijarlo mejor, comprenderlo mejor, pero también preparar mejor el porvenir LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 29 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por JEAN-LOUIS PETIT ESPIRITISMO Y CRISTIANISMO Al proclamarse “Genio del Cristianismo”, el vizconde de Chateaubriand pagaba a su manera su óbolo a la Iglesia católica universal, que le propuso también como modelo a toda la humanidad. Sin duda, como él, siempre se puede entusiasmarse con la hermosura intacta del Evangelio de Jesús que, 2.000 años después de su aparición sigue proponiendo auténticos valores de civilización al mundo entero. “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?” Jesús respondió: “Amaréis al Señor vuestro Dios con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma y vuestro espíritu, ese es el mayor y el primer LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 mandamiento. Y he aquí el segundo que es semejante a este: Amaréis a vuestro prójimo como a vosotros mismos. Toda la ley y los profetas están encerrados en estos dos mandamientos”. (Evangelio según san Mateo) Los espíritas, estamos de acuerdo con este “esencial”, igual que el mundo cristiano. Mientras éste nos ofrece ejemplos de vida como el de Francisco de Asís que abandonó todo para dar las gracias a Dios hasta en el canto de las aves, nosotros nos reconocemos en una vida que se calca sobre la palabra de Jesús. El Padre Pío, la pequeña Thérèse de Lisieux, Juan XXIII y tantos otros son también modelos de cristiandad. 30 Dios y la ciencia Por eso, esa obstinación por procesar a Galileo y quemar a Giordano Bruno, no justifica a la “Santa Iglesia católica, apostólica y romana”, aunque ella se proclame en Roma, por Pedro y la línea de sus sucesores, hija de Jesús e instrumento de Dios. Su obstinación pasada en declarar auténtica una historia bíblica que finalmente reconoce como mitología, la ha opuesto cada vez más al mundo científico. Ahora bien, los textos sagrados hablan por medio de imágenes de las relaciones de Dios con los hombres. Sin embargo, una lectura terca y obtusa lleva a las Iglesias, todavía hoy, a vilipendiar a Darwin y a rechazar la tesis, finalmente admitida por Roma, de la evolución de las especies. Ese no ha sido el caso del mundo espírita que muy pronto abrazó las tesis evolucionistas. En enero de 1868, La Génesis de Allan Kardec marcó esa primera ruptura: “La doctrina espírita es el resultado de la enseñanza colectiva y concordante de los espíritus. La ciencia está llamada a constituir la Génesis según las leyes de la naturaleza”, escribió Kardec en la página de presentación. La evolución constante de las ciencias descalabra regularmente los edificios de creencias y postulados de “derecho divino”, lo cual no impide al catolicismo mantener todavía el dogma de la infalibilidad papal. ¿Se puede uno realmente sentir a gusto con las enseñanzas de esta Iglesia que se quiere universal, cuando se leen las declaraciones de Benedicto XVI, sobre la píldora, el preservativo y el aborto, aun en caso de violación? Al racionalismo científico le es fácil demoler el conjunto del edificio teológico poniendo el acento sobre las historias inverosímiles que, por ejemplo, justifican el pecado original por la falta de Adán y Eva. ¿Qué hay verdaderamente convincente, sobre todo para un moderno matemático en proclamar la supervivencia por la resurrección de los cuerpos, cuando todo en este mundo proclama la inevitable degradación de toda materia muerta? De allí a negar el espíritu y la chispa divina, no hay más que un paso alegremente franqueado por la moda moderna del ateísmo, que se ríe abiertmente de la “inmaculada concepción” y la transubstanciación, ese milagro permanente al alcance de todo sacerdote, que consistiría en la transformación del pan y el vino en cuerpo y sangre de Jesucristo, hijo de Dios y segunda parte de la Santísima Trinidad. Sin embargo, para los espíritas, el Espíritu Santo es otra historia que estamos dispuestos a discutir.a Frente al materialismo triunfante, a la ausencia de reglas morales de una civilización que privilegia el consumo a ultranza, y por tanto la búsqueda del dinero y el poder que abren camino al edén de placeres sin fin, nosotros nos unimos sin problemas al campo de los que predican que el hombre no es nada sin su espiritualidad. En eso, el espiritismo “no viene a destruir la ley cristiana, sino a cumplirla. No enseña nada contrario a lo que enseña el Cristo, sino que lo desarrolla, lo completa y lo explica” (Allan Kardec El Evangelio según el Espiritismo). El Evangelio El espiritismo no lucha en un eterno combate contra la ciencia para preservar los dogmas. Quita el polvo al Evangelio, lo despoja de los mitos y los “credos” que con frecuencia no son más que construcciones doctrinales de la Iglesia. “No hay fe más inquebrantable que la que puede mirar la razón frente a todas las edades de la humanidad”, proclama Allan Kardec en el encabezado de su libro Qué es el Espiritismo. Todo descubrimiento científico cuestiona el estado de las creencias en curso, sin lesionar al espiritismo que desde siempre ha cuestionado, por ejemplo, la noción de “milagros”, incluidos los de Jesús. Médium potente, Jesús era también magnetizador e hipnotizador antes de que esta noción fuera conocida, y disponía de los consejos esclarecidos de espíritus del más allá. El despertar de Lázaro, sin duda un retorno a la conciencia de un hombre en catalepsia; las bodas de Caná, sin duda un fenómeno de hipnosis colectiva. No hay ninguna necesidad de milagro para reconocer la grandeza de la misión del hombre que no necesita ser Dios para dejarnos un mensaje incomparable, tanto por el ejemplo personal como por el mensaje: “En Verdad, os digo, el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Colocada en la contraportada del libro de Karine Chateigner, Ecce Homo, esta frase de Jesús sigue estando más que nunca de actualidad. “Sin duda me ha hecho falta descubrir el espíritu para volver a descubrir al hombre”, escribe Karine. “Impresionante en fuerza, grandeza y amor, cuando se manifiesta a los hombres que él espera, simplemente para seguir amándolos, sus palabras de sabiduría y su incesante llamado al Padre son invitaciones al Amor”. Siguiendo así el ejemplo de los Templarios que habían comprendido la grandeza de un Jesús profeta pero hombre, Allan Kardec y sus allegados separaron entonces el inestimable aporte de Jesús, de su filiación divina, proclamada siempre por la Iglesia. Durante toda su vida, este espíritu superior recordó que “el que le envió es más grande que él”. Es y se sabe profeta y se une a la extensa cohorte de enviados de Dios, que a lo largo de los siglos han recibido la misión de civilizar y evangelizar. Cuando invoca al Padre, es por supuesto a nuestro Padre, realmente el de todos nosotros. Posición de la Iglesia Esta noción de espíritus que, desde el más allá, continúan siguiendo a los hombres y de vez en cuando los solicitan, sigue siendo la espina irritante del espiritismo para las Iglesias, cualesquiera que éstas sean. Desde siempre, el hombre sabe que detrás del cuerpo mortal se esconde una realidad inmortal que sobrevive en otra dimensión. Desde la más remota antigüedad, sabe también que las fronteras entre los dos mundos son porosas; y desde siempre consulta a los médiums que tienen la capacidad de recibir a los LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 31 espíritus de los muertos. La empresa es peligrosa pues las manifestaciones del más allá no siempre son benévolas. Desde Moisés, que había prohibido esa práctica, las Iglesias difícilmente admiten la realidad de las comunicaciones del más allá, excepto las que resultan de los Evangelios o de la vida de los Santos. Las apariciones de María o de Jesús, cuando se producen, son admitidas casi a regañadientes por una Iglesia que prefiere infinitamente conservar su papel de mediador natural entre Dios y los hombres, así como entre el más allá y el mundo de los vivos. De ahora en adelante, la Iglesia católica admite que estas manifestaciones podrían existir. Uno de sus miembros, el Padre Brune, ha desarrollado un estudio muy largo de las formas de mensajes recibidos, especialmente mensajes grabados en cintas magnéticas vírgenes que rodaban en una habitación aparentemente vacía. ¡No obstante el Padre Brune guarda siempre prudente distancia con el espiritismo! Es muy difícil deshacerse de la enseñanza recibida… Es preciso decir también que estos mensajes recibidos perturban un tanto el misal. ¡Hasta parecería que no existen el cielo y el infierno! “La doctrina espírita cambia completamente la forma de plantearse el porvenir; la vida futura ya no es una hipótesis, sino una realidad… El mundo espiritual nos LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 aparece en toda su realidad práctica; y no son los hombres quienes lo han descubierto por el esfuerzo de una concepción ingeniosa, son los propios habitantes de ese mundo los que vienen a describirnos su situación; los vemos en todos los grados de la escala espiritual, en todas las fases de felicidad y desgracia; asistimos a todas las peripecias de la vida de ultratumba. Allí está para los espíritas la causa de la calma con que consideran la muerte, de la serenidad de sus últimos instantes en la tierra. Lo que los sostiene, no es solamente la esperanza, es la certeza”. (Allan Kardec: El Cielo y el Infierno). Podría decirse, con una brizna de perfidia, desde luego, que esa inquietud por la muerte ha sido por mucho tiempo el negocio de las Iglesias que no han dudado en vender sus indulgencias a los pecadores enloquecidos por la idea del infierno. Finalmente, estos testimonios recibidos en directo desde el más allá, hablan todos de “reencarnación” y no de resurrección, como tercamente proclama siempre el dogma católico. Venida desde el fondo de los tiempos, esta realidad fue recogida por Allan Kardec, después de la revelación de los espíritus, bajo una forma muy expresiva: “Nacer, morir, volver a nacer y progresar sin cesar, esa es la ley”. (Prefacio de Que es el Espiritismo, reproducido sobre la tumba de Allan Kardec en el cementerio del Père Lachaise). Desde hace 32 tiempo el hinduismo, el budismo, Platón y la escuela de Pitágoras han propagado ampliamente esta idea “vieja como el mundo” (Karine Chateigner, El Nuevo Libro de los Espíritus). En la Tercera Revelación, aportada por los propios espíritus, toma lugar con el espiritismo una idea despojada de la obsesión hindú de renacer vegetal o animal. Los primeros cristianos, como Jesús, todavía creían en la reencarnación. El “noli me tangere” (No me toques) de la aparición de Jesús a María Magdalena muestra perfectamente una aparición espectral, y no el renacimiento del cuerpo de Jesús. Es siempre la Iglesia la que ha decretado la supresión de esta noción básica de la humanidad (en 533 en el concilio de Constantinopla), en pro de una resurrección aplazada hasta el fin de los tiempos. “La reencarnación implicaba una libertad demasiado grande para el hombre sobre este globo, para que la sociedad hubiera podido admitirla un solo instante más. El hecho, más que religioso, se convertía entonces de necesidad social en la medida en que una jerarquía humana de pretexto divino tendía a imponerse” (testimonio de los espíritus citados por Karine Chateigner en la misma obra). Si se le devuelve más tiempo al hombre que descubre más o menos su eternidad, este concepto no elimina — lejos de eso— su responsabilidad. Si el hombre elige su camino, incluido pasar por el mal y luego, eventualmente, por la negación de Dios, si ya no existe esa evaluación de las almas y ese infierno que lo amenaza sobre la base de una sola existencia, queda la responsabilidad de cada uno de nosotros frente a todas estas existencias y cada uno de nuestros actos. “El espíritu progresa sin cesar. No temáis, cualesquiera que sean el principio y la forma, el castigo sobre esta tierra, o en otra parte. Temed más a la responsabilidad de vuestros actos”. (Karine Chateigner, misma obra) Jesús mismo vino a dar testimonio de esta noción de reencarnación: “No hay malos espíritus que perduran, hay sólo almas que transformar”. Puesto que Jesús no ha desaparecido ni se ha desinteresado de la suerte de los hombres; sigue amándolos y a ayudándolos a través de numerosos mensajes que dan testimonio, desde El Libro de los Espíritus, de Kardec, de la continuidad entre la segunda revelación, la del Cristo, y la tercera, que Kardec supo transcribir y popularizar. Finalmente, cómo concebir que entre los miles de millones de planetas conocidos o desconocidos de la creación, nuestro globo sea el único que se considera capaz de inspirar la vida al creador, y lo que es más, ¡de llevarlo a encarnarse en un hijo sacrificado ignominiosamente a la necedad humana para tratar de redimirla! Era necesario cierto coraje, en 1854, para proclamar un camino de vidas ya cumplidas para luego retomarlas en otros planetas. A partir de los fenómenos de “platillos voladores” y los descubrimientos de los científicos herederos del gran Flammarion se vuelve más que creíble esta afirmación de la pluralidad de los planetas habitados y de su solidaridad. Múltiples testimonios nos describen esos otros mundos, y nos certifican nuestra progresión palingenésica hacia otras vidas, en esos otros mundos, con frecuencia más evolucionados. A menudo hace falta pues, la fe del carbonero de Brassens para conciliar la imagen del cristianismo y la realidad de sus Iglesias, que todas han sido tentadas por un integrismo sangriento, que se dice en nombre del Amor. Hasta Lutero, hasta Calvino que sin embargo empezaron bien “protestando” contra la riqueza del clero y el perdón de los pecados por las indulgencias, hasta ellos han dejado masacrar a los campesinos que se sublevaron en su nombre contra la opresión y la altivez de los poderosos. La Alianza del sable y el hisopo sigue siendo una realidad que nos indigna. Es difícil olvidar el silencio del Papa ante los campos de concentración durante el período 40-45, o hasta la actitud de la Iglesia de España que aceptó sacar brillo a las botas de Franco. Por desgracia la Santa Inquisición contradijo ampliamente durante muchos siglos el mensaje de amor inicial, en pro de apetitos de poder demasiado humanos como para relacionarnos con Dios. Durante mucho tiempo pues, espíritas e Iglesias han hecho muy mala pareja, hasta el punto de que los primeros espíritas fueron excomulgados; en cuanto a los libros de Kardec, fueron públicamente quemados en un acto de fe poco católico por el obispo de Barcelona. Por lo tanto, para nosotros los espíritas, creer en Dios no es sólo una cuestión de fe, sino una respuesta de sentido común al gran enigma de la vida. Los descubrimientos más recientes muestran que la diferencia entre lo inanimado y lo viviente, es una carga de vida al nivel más elemental de los constituyentes del átomo. La carga de amor, la chispa de vida no es una hermosa historia final para hacer olvidar el horror de la muerte y el frío de la nada. Y lo que es más, nosotros sabemos desde siempre que esa nada no existe. Desde siempre, desde el otro lado, los muertos tratan de llamar nuestra atención, y no sería sino por amor, para borrar el terrible miedo al vacío final. Desde siempre, las reglas del juego nos han sido recordadas por los profetas encargados de hacer progresar a la humanidad. Jesús sigue siendo, después de Moisés, Buda, Mahoma y tantos otros el más portador de sentido: “Amaos los unos a los otros”; qué puede ser más simple, y sin embargo… Y sin embargo, en nuestro mundo, que desde entonces, desde Jesús, tiene el amor en herencia; cada seis segundos un niño muere de hambre. Y sin embargo, mucho tiempo después del clarín del armisticio del 11 de noviembre de 1918, nuestro mundo sufre todavía las convulsiones de la guerra, las violaciones y las violencias, las denegaciones de justicia, etc. No tenemos la intención de administrar solos esta herencia del Cristo; sabemos que en las comunidades de fieles o entre los agnósticos hay disponible un enorme potencial de fe y de amor. La Tercera revelación, es pues esa posibilidad de hacer coincidir a todos juntos en nuestras oraciones, pero también en nuestros actos y nuestras expectativas. Allí de nuevo, dejamos la palabra final al propio espíritu de Jesús: “Y que la lucha por la transformación social de este mundo, lleve finalmente un nombre: Cristianismo. Es que no hay otro”. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 33 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por CÉLINE PÊCHEUR LA GÉNESIS DEL MUNDO Desde siempre, el ser humano se ha interrogado sobre sus orígenes: de dónde viene, cómo y por qué se ha desarrollado la vida sobre la Tierra, cómo fue creada esa misma tierra, ¿es este el único planeta habitado en el universo…? Preguntas que suscitan tantas respuestas como polémicas. Hay numerosas teorías, aventuradas a veces o hasta tan complejas o irracionales que no es fácil aceptarlas. Allan Kardec, en su Libro de los Espíritus, ha suministrado las respuestas del más allá sobre la génesis del hombre y de la Tierra, la pluralidad de los mundos y las relaciones existentes con el mundo de los espíritus y la creación divina. Extractos de El Libro de los Espíritus: ¿Cómo creó Dios el universo? “Para servirme de una expresión: con su Voluntad. Nada pinta mejor esa voluntad todopoderosa que estas hermosas palabras del Génesis: Dios dijo: Hágase la luz: y la luz fue hecha”. Pero, claro está que no podemos medir y comprender el funcionamiento ni la voluntad divina en lo que concierne a la creación de un mundo. No podemos sino entrever su voluntad y su amor en el impulso y la fuerza dados. Respecto a la formación material de un mundo: LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 ¿Los cometas serían, como se piensa, un comienzo de condensación de la materia y mundos en vías de formación? “Eso es exacto, pero lo que es absurdo, es creer en su influencia. Quiero decir, esa influencia que se les atribuye vulgarmente; pues todos los cuerpos celestes tienen su parte de influencia en ciertos fenómenos físicos”. Pero evidentemente, no hay que olvidar el impulso y la voluntad divina durante esta creación así como la ayuda de espíritus superiores. ¿Dónde estaban los elementos orgánicos antes de la formación de la tierra? “Se encontraban, por así decirlo, en estado de fluido en el espacio, en medio de los espíritus, o en otros planetas, esperando la creación de la tierra para empezar una nueva existencia sobre un globo nuevo”. La duración de un mundo: ¿Un mundo completamente formado puede desaparecer, y la materia que lo compone ser diseminada de nuevo en el espacio? 34 “Sí, Dios renueva los mundos como renueva a los seres vivos”. Tampoco hay que olvidar que nosotros no somos sino arrendatarios de estos mundos, y que por nuestra negligencia y falta de respeto ante esta creación, nuestra falta de interés y de cuidado, este mundo puede desaparecer. Es preciso, pues, tomar conciencia de esta creación divina y sobre todo, por nuestra voluntad, aprender a conservarla. Sobre la pluralidad de los mundos: ¿Todos los globos que circulan en el espacio están habitados? “Sí, y el hombre de la tierra está lejos de ser, como cree, el primero en inteligencia, bondad y perfección. Hay sin embargo hombres que se creen muy fuertes, que se imaginan que este pequeño globo tiene solo el privilegio de tener seres razonables. ¡Orgullo y vanidad! Creen que Dios ha creado el universo para ellos solos”. “Creer a los seres vivos limitados sólo al punto que habitamos en el universo, sería poner en duda la sabiduría de Dios que no ha hecho nada inútil; ha debido asignar a estos mundos un fin más serio que el de recrear nuestra vista. Por otra parte, nada ni en la posición, ni en el volumen, ni en la constitución física de la tierra, puede hacer suponer razonablemente que ella sola tiene el privilegio de estar habitada con exclusión de tantos miles de mundos semejantes. Dios ha poblado los mundos de seres vivos que, todos, concurren al objetivo final de la Providencia”. A veces el hombre tiende a creer que es el único en haber tenido la gracia de Dios en la creación. Qué orgullo, qué vanidad creerse los únicos poseedores de vida en un globo. Si se consideran las maravillas de la naturaleza y de la vida, sería una lástima limitarse a nuestro pequeño mundo, no ver la hermosura de la creación entera y sobre todo no tratar de protegerla y preservarla. A veces el hombre también tiene miedo a considerar la vida sobre otras esferas, pues teniendo una naturaleza destructora le cuesta trabajo concebir y pensar que los habitantes de otras esferas nos superen en tecnología, por supuesto, pero también y sobre todo por su evolución espiritual, y que una visita extraterrestre no tendría por finalidad la destrucción y la invasión sino que podría ser simplemente un llamado, una ayuda para comprender mejor y para preservar mejor y salvar nuestro planeta. En el universo, muchos planetas están habitados, unos son menos evolucionados que el nuestro, otros están todavía a nuestro nivel y otros nos superan. Preguntas sobre la evolución de los espíritus: ¿Los espíritus son buenos o malos por naturaleza, o bien son los mismos espíritus que mejoran? “Los mismos espíritus que mejoran: Al mejorar, pasan de un orden inferior a uno superior”. Entre los espíritus, ¿unos han sido creados buenos y otros malos? “Dios ha creado a todos los espíritus simples e ignorantes, es decir sin ciencia. Y le ha dado a cada uno una misión a fin de ilustrarlos y hacerlos llegar progresivamente a la perfección por el conocimiento de la verdad y para unirse a él. La felicidad eterna y sin mezcla es para ellos esa perfección”. El espíritu es creado simple e ignorante, y por las vidas sucesivas en la carne y su evolución espiritual en el más allá, aprende y comprende progresivamente, se modifica, se perfecciona y progresa. No hay tiempo determinado, cada espíritu avanza a su propio ritmo, asignándose él mismo, en el transcurso de sus reencarnaciones, diversas misiones, diversos caminos a seguir para comprender mejor, aprender a amar, a crecer y por tanto evolucionar siempre. Algunas preguntas/respuestas de El Libro de los Espíritus sobre la evolución del espíritu: ¿Según esto, los espíritus en su origen parecerían ser como los niños, ignorantes y sin experiencia, pero adquieren poco a poco los conocimientos que les faltan recorriendo las diferentes fases de la vida? “Sí, la comparación es exacta; el niño rebelde permanece ignorante e imperfecto; aprovecha más o menos según su docilidad; pero la vida del hombre tiene un término, y la de los espíritus se extiende en el infinito. Puesto que en la vida social, todos los hombres pueden llegar a los primeros cargos, cabría preguntarse por qué el soberano de un país no hace generales a cada uno de sus soldados; por qué todos los empleados subalternos no son empleados superiores; por qué todos los alumnos no son maestros. Ahora bien, entre la vida social y la vida espiritual hay la diferencia de que la primera es limitads y no siempre permite escalar todos los grados, mientras que la segunda es indefinida, y deja a cada uno la posibilidad de elevarse hasta el rango supremo”. ¿Todos los espíritus pasan por el escalafón del mal para llegar al bien? “No por el escalafón del mal, sino por el de la ignorancia”. ¿Por qué ciertos espíritus han seguido la ruta del bien, y otros la del mal? “¿No tienen su libre albedrío? Dios no ha creado espíritus malos; los ha creado simples e ignorantes, es decir, teniendo tanta aptitud para el bien como para el mal; los que son malos lo hacen por su voluntad. La evolución es pues un ciclo natural, y sobre todo una voluntad individual de avance para vivir siempre mejor, comprender mejor para tender hacia el avance, hacia la luz divina, hacia la voluntad divina que nos dio el impulso de salida”. ¿Cómo pueden los espíritus en su origen, cuando no tienen conciencia de ellos mismos, tener libertad de elección entre el bien y el mal? ¿Hay en ellos un principio, una tendencia cualquiera, que les lleve más por un camino que por otro? LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 35 “El libre albedrío se desarrolla en la medida en que el espíritu adquiere conciencia de sí mismo. si la elección fuera hecha por una causa independiente de la voluntad del espíritu ya no habría libertad. La causa no está en él, está fuera de él, en las influencias a las cuales cede en virtud de su libre voluntad. Ese es el gran mito de la caída del hombre y del pecado original: unos cedieron a la tentación, otros resistieron”. ¿Los espíritus son creados iguales en facultades intelectuales? “Son creados iguales, pero al no saber de dónde vienen, es preciso que el libre albedrío siga su curso”. Progresan más o menos rápidamente tanto en inteligencia como en moralidad”. ¿Qué definición puede darse de los espíritus? “Puede decirse que los espíritus son los seres inteligentes de la creación. Pueblan el universo fuera del mundo material”. ¿Los espíritus son seres distintos de la Divinidad, o serían sólo emanaciones o porciones de la Divinidad, llamados por esta razón, hijos o niños de Dios? “Dios mío, es su obra, absolutamente como un hombre que hace una máquina; esa máquina es obra del hombre y no es él. Sabes que cuando el hombre hace una cosa hermosa, útil, la llama su hija, su creación. ¡Pues bien! Pasa lo mismo con Dios: somos sus hijos, porque somos su obra”. ¿De dónde provienen las diferencias físicas y morales que distinguen las variedades de razas de hombres en la tierra? “El clima, la vida y las costumbres. Es igual que dos hijos de la misma madre que, criados uno lejos del otro y de manera diferente, no se parecerán en nada en lo moral”. ¿Apareció el hombre en varios puntos del globo? “Sí, y en diversas épocas, y esa es una de las causas de la diversidad de razas; luego los hombres, al dispersarse por diferentes climas y unirse con otras razas, han formado nuevos tipos”. En estas dos últimas preguntas, el espíritu viene a abordar las diferencias físicas de las razas que pueblan nuestro planeta, pues sólo el clima, los lugares y las costumbres hacen diferencias; para el resto, el objetivo sigue siendo el mismo, la evolución, la transformación y al final el reencuentro con nuestro creador por la pureza de nuestros espíritus. Pero el camino es todavía muy largo; entonces, progresivamente, aprendamos ya en esta vida a crecer, a abrirnos más a la hermosura de la naturaleza y al respeto de todas las formas de vida, con una reflexión y un aprendizaje incesantes para que nuestro espíritu siga su avance hacia esa bella y dulce luz de la evolución divina. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 POESÍA Mi música, mi ritmo Mi canto, mi danza Oh cuántos artificios Agotan mi cuerpo afinado He borrado mi negritud Para no parecerme A ese padre venido del sur, Su tiranía me ha apagado Mis orígenes de ébano Por el gris blanco en mis venas Mi cólera, mi desesperación Mi turbación, mi pesadilla No he sabido resistir Al canto de las sumas plateadas Me han matado y yo participé En ese fin macabro programado Por mala publicidad a la leyenda Para al final devenir en ceniza Ya no soy la estrella Pues las veo, las verdaderas que brillan Mil fuegos en el amor como velas Del barco de los hombres hacia esta isla Donde reina un Dios mucho más grande Gracias por vuestro sentimiento, por este alimento Que me ha impulsado fuera de los reprimidos y de mí ¡El amor no siempre está allí donde se cree! Michael JACKSON 36 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por IG O R M A N O U C H I A N PUNTO DE VISTA SOBRE LA PLURALIDAD DE LOS MUNDOS Alexandre Aksakoff El universo que podemos observar desde la tierra remite sin cesar a la cuestión del infinito. ¿Las estrellas que centellean son soles para otros mundos habitados? La ciencia humana aporta respuestas sobre la constitución de los cuerpos celestes, sobre el mecanismo orbital del movimiento de los planetas, pero nada sobre la realidad de otras vidas. Faltan entonces disidentes del mundo científico oficial para entender las certezas casi evidentes de la vida extraterrestre. En el más allá, los espíritus viven en un espacio paralelo, bordean el conjunto de los mundos y las atmósferas que rodean a esos mismos mundos. Para admitir esta realidad, hace falta reconocer de entrada la existencia de un Dios, de una fuerza ordenadora y rectora para aceptar de modo más global, la idea de que el infinito no existe únicamente para la materia y para el espacio sino igualmente para la vida bajo todas sus formas. He aquí extracto de un mensaje del espíritu Paul Langevin que aporta su punto de vista sobre lo que debería ser la verdadera ciencia: “El comienzo del universo no existe. Los astrofísicos establecen una génesis de lo que llaman el big-bang, haciendo creer al público que antes no existía nada. Este es un absurdo que es preciso denunciar. En efecto, el universo no tiene ni comienzo ni fin, y este del que hablan los LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 37 hombres está limitado a su propia observación. Quien se atreva a afirmar que el universo tiene límites reniega de la noción de infinito y no puede, por consiguiente, cumplir con las exigencias de la verdadera ciencia. Ser científico, es ante todo reconocer que el hombre sólo sabe pocas cosas, no dentro de un vasto universo, sino de un universo sin fin. Ser científico, es admitir que es necesario aprender todavía, sin escuelas, sin definiciones, sin prejuicios, sin definiciones materialistas. Ser científico, es admitir que no hay límites al milagro de la vida y, por consiguiente, no lanzar el anatema al que cree en el espíritu, al que está más cerca de la verdad por haber sobrepasado la materia. Ser científico, en el sentido noble del término, tiende más a un estado de ánimo que al nivel de conocimientos. El conocimiento es una herramienta, no es el saber total. El amor, aliado de la inteligencia es más fuerte que todas las facultades de la tierra reunidas”. He aquí pues un enfoque diferente de la “Ciencia” que puede ser aceptado por todos los hombres de reflexión, pues renuncia al ateísmo y al determinismo. El universo contiene los elementos de la creación universal, es la prueba observable y filosófica de que un poder sobrepasa los límites del espacio y el tiempo, creados de manera continua. La relatividad de las distancias que relacionan un planeta con otro demuestra que más allá de la materia, existe una dimensión espiritual de la vida. La escrita aquí por el espíritu Gabriel Delanne en un mensaje recibido en sesión espírita: “El tiempo es relativo. El espíritu Albert Einstein supo descubrirlo y enseñarlo en el globo terráqueo. Me parece, sin embargo, que el espíritu Albert Einstein olvidó lo esencial, a saber, vuestra conciencia; a saber, vuestro espíritu. Más allá de la teoría del desplazamiento y del espacio tiempo, es necesario añadir entonces a la medida relativa del tiempo o de los tiempos la apreciación de cada uno. Ya, sobre ese globo, más allá de las convenciones horarias, para cada uno de vosotros, el tiempo no tiene el mismo significado. Cada espíritu individualmente no puede interpretar el mismo tiempo. En eso hay una relatividad muy grande sobre otros planetas y Dios, evidentemente, en el mundo invisible. Una cierta forma de tiempo existe sin embargo en el estado desencarnado. Si sabéis considerar que vivís en el más allá con vuestra envoltura periespiritual, si sabéis considerar que esa misma envoltura periespiritual es de naturaleza semimaterial, entonces debéis considerar que el espíritu, continúa sirviéndose de ese mismo vector en los mundos etéricos, experimentando una cierta forma de tiempo. Ese tiempo está más o menos regido según la evolución de los espíritus. Un espíritu en turbación seguirá viviendo el tiempo como lo vivís actualmente en la materia pues considera que vive todavía dentro de esa misma materia. La evolución del espíritu consiste, por consiguiente, en controlar el tiempo para terminar por sobrepasarlo. Llegamos así al estado de perfección”. El estado de perfección, es el objetivo de toda evolución, LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 así el espíritu progresa en la sucesión de vidas dentro del proceso de la reencarnación, pero no puede contenerse únicamente en el sistema terrestre como lugar de recepción. En efecto, la evolución prosigue en otras esferas, otros planetas que, según su estado dentro de la escala de la evolución, permiten al espíritu que reencarna recibir los elementos faltantes para perfeccionarse tanto en moral como en inteligencia. Entonces cuando se observa el cielo estrellado, el sol, hay en esa mirada la proyección de uno mismo hacia otros destinos. El porvenir no está escrito en los astros, pero desde la noche de los tiempos el hombre sabe acogerse a ese espectáculo natural para tratar de comprender un poco mejor de dónde viene, quién es y a dónde va. La evidencia de que no estamos solos en el universo, de que la tierra no puede ser el único planeta que esté habitado, que hay otros corazones que vibran de acuerdo a un mismo Dios, que en todos los tiempos han tenido lugar contactos entre terrícolas y gentes de las estrellas, debe llevar a la reflexión dentro de una amplia realidad que abarque tanto el infinito como la eternidad. Allan Kardec en La Génesis según el Espiritismo dice esto: “Entonces no veis nada, alrededor de cada uno de los soles del espacio, de los sistemas semejantes a vuestro sistema planetario; no veis sobre esos planetas desconocidos ninguno de los tres reinos de la naturaleza que brillan alrededor de vosotros; pero pensad que, así como ningún rostro de hombre se parece a otro rostro en todo el género humano, igualmente una diversidad prodigiosa, inimaginable, ha sido derramada en las moradas etéreas que vagan por los espacios”. La diversidad es pues ley en la creación universal. El progreso engendra el ardor pacífico, la solidaridad entre los seres, la búsqueda en favor de todos en la aplicación primera del sentimiento de amor. Finalmente, el mensaje de Jesús es un mensaje universal. Amar a su prójimo como a uno mismo sobrepasa la condición terrenal y se aplica tanto al mundo de los espíritus como al mundo extraterrestre encarnado en otros lugares del espacio inter sideral. Sin embargo, es preciso hacer notar, y esto no es una revelación, que ciertos miembros de nuestra sociedad (militares, científicos, políticos, civiles…) conocen la existencia de planetas habitados, pero a fin de conservar un poder “facticio”, callan estas informaciones. Pero nada detendrá la marcha de la evolución en el acercamiento de las vidas, en la comunicación entre los seres cualquiera que sea la distancia que los separa. “Si esos astros que se armonizan en sus vastos sistemas están habitados por inteligencias, no es por seres desconocidos unos de otros, sino más bien por seres marcados en la frente por el mismo destino, que deben encontrarse momentáneamente siguiendo sus funciones de vida, y reunirse de acuerdo a sus mutuas simpatías; esa es la gran familia de los espíritus que pueblan las tierras celestes”. (Allan Kardec: La Génesis según el Espiritismo) 38 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por ISA B E L L E C H E VA L I E R LA REENCARNACIÓN Y SA CONSECUENCIA: PROGRESAR LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 39 ¿Cómo definiríais la evolución? La evolución es un fenómeno que tiene el carácter de la lentitud y de la dificultad. La evolución es un parto difícil y doloroso de la conciencia divina. Para alcanzar ese estado, para alcanzar esa conciencia, todo el camino, también largo y difícil, está salpicado de numerosas trampas, tanto en el estado encarnado como en el desencarnado, tanto en la Tierra como en el más allá del mundo de los espíritus. Extracto de El Nuevo Libro de los Espíritus. Principio determinante de la filosofía espírita, la reencarnación tiene su fuente en la teoría de las vidas sucesivas que se encuentra en todas las civilizaciones y en muchas religiones. Este concepto, definido en el siglo XIX bajo la palabra “reencarnación”, es una de las tres piedras angulares del espiritismo junto con la existencia de Dios y la comunicación post-mortem. Para comprender el desarrollo evolutivo del espíritu, Allan Kardec se rindió ante la evidencia de que necesitaba profundizar su realidad, su proceso, su objetivo y su finalidad. Es lo que vamos a intentar reconstruir retomando paso a paso la historia del concepto de la reencarnación a través los milenios y especialmente de los dos últimos siglos desde la codificación del espiritismo hasta hoy. LA TEORÍA DE LAS VIDAS SUCESIVAS A TRAVÉS DEL MUNDO Y LOS MILENIOS El concepto de las vidas sucesivas tiene sus orígenes en varios pueblos diferentes, partidarios de conceptos sociales más o menos semejantes pero que tienen todos un punto en común: la presencia de lo inmaterial que evoluciona a través de los seres vivos. El principio del renacimiento de las almas está presente desde hace más de 5.000 años en los textos dejados en herencia a las generaciones futuras. Desde los jeroglíficos egipcios hasta las tesis filosóficas de la antigüedad, la reencarnación se ha impuesto como concepto ineludible en respuesta a las preguntas recurrentes de los filósofos: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? La teoría de las vidas sucesivas ha tomado cuerpo gracias a múltiples hipótesis y definiciones filosóficas; así Pitágoras (580-497 a.C.) formulaba la teoría de la multiplicidad de las vidas evolutivas, la de la unicidad de Dios y de la pluralidad de los mundos. Sócrates (469-399 a.C.) profetizaba: “Los vivos nacen sólo de los muertos”, lo que significaba que los recién nacidos son las almas que han tomado un traje nuevo, después de haber dejado el usado. Platón (427347 a.C.) afirmaba: “El alma es más vieja que el cuerpo y las almas renacen sin cesar para regresar a la vida actual”. Tomaba su fuente de inspiración de la mirada que fijaba en la naturaleza donde veía a la vida suceder a la muerte, ciclo universal regulado por las estaciones. Para Plotino, filósofo egipcio (205-270 d.C.) la evolución del principio inteligente se realizaba paulatinamente gracias a las vidas sucesivas para alcanzar el punto Omega que es Dios. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 Ovidio, filósofo romano (43 a.C.-17 d.C.) evocaba la idea de la pluralidad de los mundos y del acceso a mundos superiores para las almas purificadas, mientras que Virgilio, otro filósofo romano (70-19 a.C.) creía en la necesidad de un retorno a la carne, después de un paso por el mundo del éter, para seguir aprendiendo. Los galos, nuestros antepasados, practicaban la religión de los druidas y creían en la unidad de Dios y en las vidas sucesivas. En Judea, la pluralidad de existencias es evocada de manera velada, se habla de resurrección de los cuerpos mientras que la idea de la pluralidad de las vidas sigue siendo una teoría secreta compartida por las elites hebreas que tienen acceso a los libros sagrados. El Talmud (selección de derecho civil y religioso) dice: “El alma de Abel pasó al cuerpo de Seth y de allí al de Moisés”. El Zohar (colección de comentarios sobre la Torá, ley de Moisés fundador del Judaísmo) indica textualmente: “Todas las almas son sometidas a las pruebas de la reencarnación”. Leyendo la Biblia se puede constatar que se multiplican los actos de fe en la reencarnación. Elías se identifica con Juan Bautista. Antes del nacimiento de Juan Bautista, el profeta Zacarías proclamó: “Vivirá en el espíritu de Elías”. Es Jesús quien más aportará al concepto de la reencarnación y la vida futura afirmando esto: “En verdad, en verdad, os digo, es Elías mismo. En verdad os digo, entre los hijos de mujer, no se ha levantado uno más grande que Juan Bautista y si queréis comprender: es el mismo Elías que había de venir”. Entonces para él, Juan el Bautista era sin lugar a dudas el profeta Elías reencarnado. Juan cita otra afirmación de Jesús aún más explícita: “En verdad, en verdad”, dice Jesús a Nicodemo, “te digo: ¡nadie puede ver el reino de Dios, a menos que nazca de nuevo!”. Nicodemo, fariseo defensor de Moisés, que parecía querer probar a Jesús le dijo: “¿Cómo puede nacer un hombre cuando es viejo?” Jesús le respondió: “¿Cómo, tú que eres maestro en Israel, puedes desconocer estas cosas? A menos que renazca de agua y espíritu, nadie puede entrar en el reino de Dios”. De agua y espíritu… Alusión, al parecer, al líquido amniótico en el cual flota el embrión en el vientre de su madre hasta el nacimiento. Indudablemente, a imagen de Jesús, los primeros cristianos eran reencarnacionistas. En Oriente, muchas religiones han incluido la teoría de la reencarnación en sus creencias, especialmente el hinduismo, el jainismo y el budismo. Durante cerca de cinco siglos, el Cristianismo llamado “Cristianismo antiguo” admitía esta idea y se pronunciaba en favor de la existencia de las vidas futuras. Orígenes, uno de los primeros Padres de la Iglesia (185-253 d.C. nacido en Alejandría) suscribía también esta noción. Hablaba de la preexistencia y de la supervivencia de las almas en otros cuerpos para progresar con cada encarnación. Gregorio de Nicea (nacido en Turquía, 331-394 d.C.) otro Padre de la Iglesia, pensaba que era necesario regresar a la carne, numerosas veces, para sanar y purificar su alma, pues ésta estaba lejos de la perfección. Estas doctrinas no 40 podían convenir a los altos dignatarios de la Iglesia que veía en estas afirmaciones demasiada libertad para el alma humana para volver al Padre. Esta tesis invalidaba completamente los dogmas del Juicio Final y los castigos eternos. Para hablar con propiedad, el concepto de reencarnación fue voluntariamente censurado y declarado herético por razones políticas a partir de 553, durante el Concilio de Constantinopla. Desde el siglo VI en Occidente, los principios de la reencarnación hicieron referencia a la resurrección de la carne más que a la supervivencia del alma y cualquiera que afirmara lo contrario era víctima de anatema. Añadamos a nuestro estudio el Islam que, a través del Alcorán, trata claramente de la reencarnación en este pasaje: “Y Alá os ha hecho crecer como un brote de la tierra, y luego, os vuelve a enviar, luego os hará nacer de nuevo, una nueva venida al mundo”. Durante la época de la Edad Media, predominó el oscurantismo. La doctrina de las vidas sucesivas fue combatida fuertemente por la Iglesia y sus representantes más extremos, los Inquisidores. Finalmente, la vuelta al mundo no estaría completa si omitiéramos señalar que el principio de las vidas sucesivas estuvo igualmente difundido en ciertas comarcas de América del Norte y del Sur, en la época de los incas, de los mayas y de los aztecas, y todavía hoy, en ciertos pueblos de la Amazonia y del Gran Norte, como los esquimales. De los tiempos modernos hasta hoy Los tiempos modernos se extienden desde el siglo XV al XVIII, durante los cuales triunfaron los valores de la modernidad (el progreso, la comunicación, la razón) mientras que el período anterior, la Edad Media, se considera tradicionalmente como una época oscura. El período moderno incluye el “Siglo de las Luces 17151815”, siglo que toma su nombre del movimiento intelectual, cultural y científico que marcó la Europa de una nueva era. Francia vio emerger los filósofos de las luces tales como Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Diderot y d’Alembert que contribuyeron a dar al mundo una visión más moderna y tolerante. De 1564 a 1850, el concepto de reencarnación sufrió sucesivamente un período de negativa, un período de hipótesis y un período de estudio para asentar una definición común a todas las civilizaciones. Desde 1564, la teoría de las vidas sucesivas evolutivas del alma fue desviada de su significado para tomar prestadas dos teorías principales diferentes: la “trasmigración” y la “metempsicosis”. Uno se da cuenta de que no se trata exactamente de la misma cosa. La “trasmigración” significa que la misma alma va a animar sucesivamente seres muy distintos mientras que la “metempsicosis” calcada sobre el término griego, se emplea sobre todo para la encarnación del alma de un hombre en el cuerpo de un animal. Por mucho tiempo fue el término más antiguo y más utilizado y muy pronto todos estos vocablos adquirieron un significado negativo o ridículo. En Occidente, se ha llegado a la solución más simple: “Se tiene sólo una vida, se muere sólo una vez”. El fin de los tiempos modernos en Francia estuvo marcado por la Revolución Francesa en pro de un nuevo período llamado “contemporáneo” que perdura todavía hoy. Los conceptos de la vida después de la muerte y de las vidas sucesivas evolutivas (la palingenesia) encuentran cada vez más eco en los salones de la burguesía francesa y en los textos de los escritores, especialmente con alusiones de Victor Hugo, Alexandre Dumas u Honorato de Balzac. El concepto de las vidas sucesivas persiste a través de los siglos, y para salir de una noción peyorativa, a mediados del siglo XIX aparece la palabra “reencarnación”. Se creó para sustituir a la metempsicosis-castigo una concepción positiva de la evolución humana, tal y como se encuentra en diversos autores como Charles Fourier, Jean Reynaud, Pierre Leroux, George Sand o Allan Kardec. En adelante, se hablará sobre todo de reencarnaciones sucesivas en las vidas humanas. En 1982 en los U.S.A., un sondeo reveló que el 25% de los norteamericanos cree en la reencarnación. En Gran Bretaña, del 18% en 1972, se pasó al 28% en 1982. Según un sondeo de 1990, 24% de los franceses cree en la reencarnación, de los cuales el 34% son católicos practicantes regulares (fuente: Les Valeurs des Français, PUF 1994). Que un tercio de los católicos practicantes regulares (también el 32% de los polacos) crea en la reencarnación en contra de la doctrina oficial es simplemente dejarnos perplejos y nos hace lamentar no tener el porcentaje para el clero católico. PROCESO, METAS Y FINALIDAD DE LA REENCARNACIÓN Nacer, morir, volver a renacer y progresar sin cesar, tal es la Ley (Allan Kardec) Fue en 1857 cuando Allan Kardec publicó El Libro de los Espíritus en el cual exponía todas las razones filosóficas que le llevaron a admitir la teoría de las vidas sucesivas, y es a él, principalmente, que se debe la propagación de esta gran idea en los países de lengua latina. Recogeremos ahora el avance de este punto de vista espírita apoyándonos en los estudios adelantados por Allan Kardec en su tiempo con El Libro de los Espíritus y en los de hoy, con El Nuevo Libro de los Espíritus de Karine Chateigner. Antes de catalogar las preguntas que explican los fundamentos de nuestra génesis, debemos incluir rápidamente su proceso. Es en el libro La Génesis, los milagros y las predicciones de Allan Kardec que tenemos nuestras primeras respuestas en cuanto a nuestro origen espiritual y el proceso anímico que une el todo, revelando la existencia del periespíritu. “Siendo la materia el objeto de trabajo del espíritu para el desarrollo de sus facultades, era necesario que pudiera actuar sobre ella, convirtiéndose a la vez en el fin y el instrumento del trabajo. El cuerpo es, pues, al mismo LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 41 tiempo la envoltura y el instrumento del espíritu, y en la medida en que éste adquiere nuevas aptitudes, se reviste de una envoltura apropiada al nuevo género de trabajo que debe cumplir. Para ser más exactos, es preciso decir que es el espíritu mismo el que forma su envoltura y la ajusta a sus nuevas necesidades a medida que progresa: la perfecciona, desarrolla y completa el organismo a medida que experimenta la necesidad de manifestar nuevas facultades; en una palabra, la pone a la altura de su inteligencia. El espíritu, por su esencia espiritual, es un ser indefinido, abstracto que no puede tener una acción directa sobre la materia; necesitaba un intermediario. Ese intermediario está en la envoltura fluídica que es, en cierta forma, parte integrante del espíritu, envoltura semi-material, es decir que tiene de la materia por su origen y de la espiritualidad por su naturaleza etérea; como toda materia, es extraída del fluido cósmico universal, que en esta circunstancia sufre una modificación especial. Esta envoltura, denominada periespíritu, de un ser abstracto, hace del espíritu un ser concreto, definido, perceptible por el pensamiento; lo vuelve apto para actuar sobre la materia tangible, así como sobre todos los fluidos imponderables, que son, como se sabe, los motores más poderosos. El fluido periespiritual es pues el vínculo entre el espíritu y la materia”. El principio de la reencarnación es una consecuencia necesaria de la ley del progreso Ahora que hemos aprehendido el proceso físico y la implicación del espíritu que conduce a la palingenesia, veamos las preguntas hechas a los espíritus y las respuestas obtenidas en sesión en los siglos XIX y XX, que nos explican y completan el objetivo y la finalidad de esta ley natural. Este resumen de preguntas y respuestas agrupa cuatro temas principales presentados con frecuencia por nuestro público en conferencias o en nuestro foro Internet. NUEVAS ENCARNACIONES Libro de los Espíritus: ¿La reencarnación es entonces una necesidad de la vida espírita, como la muerte es una necesidad de la vida corporal? Seguramente, es así. ¿Todos los espíritus se preocupan por su reencarnación? Los hay que ni siquiera piensan en ella, ni la comprenden; eso depende de su naturaleza más o menos avanzada. ¿El momento de la encarnación va acompañado por una turbación semejante a la que tiene lugar a la salida del cuerpo? Mucho más grande y sobre todo más larga. En la muerte, el espíritu sale de la esclavitud; en el nacimiento, vuelve a ella. La incertidumbre en que se encuentra el espíritu sobre la eventualidad del éxito de las pruebas que sufrirá en la vida, ¿es para él una causa de ansiedad antes de su encarnación? Una ansiedad muy grande, pues las pruebas de su existencia lo retrasarán o lo adelantarán según las soporte bien o mal. ¿En el momento de su reencarnación, el espíritu está acompañado por otros espíritus de sus amigos que vienen a asistir a su partida del mundo espírita, como vienen a recibirlo cuando regresa? Eso depende de la esfera en que habita el espíritu. Si está en las esferas donde reina el afecto, los espíritus que lo quieren lo acompañan hasta el último momento, la alientan, y con frecuencia hasta lo siguen en la vida. Los espíritus amigos que nos siguen en la vida, ¿son los que vemos a veces en sueños, que nos muestran afecto, y que se nos presentan con rasgos desconocidos? Muy a menudo son ellos; vienen a visitaros, así como vosotros vais a ver a un prisionero tras las rejas. Nuevo Libro de los Espíritus: ¿Se elige la reencarnación? Es preciso hacer una distinción entre los espíritus en turbación y los espíritus conscientes. El hecho de un regreso consciente, de un nacimiento consciente, sigue siendo la decisión esencial del espíritu que reencarna dentro de la continuidad de su evolución. El espíritu decide, y la encarnación no es un hecho del azar. Le corresponderá entonces a ese espíritu, de acuerdo con su anterioridad elegir el lugar donde la evolución podrá desarrollarse lo mejor posible. El espíritu regresará en el seno de una familia donde sabrá encontrar el apoyo necesario para su evolución. La reencarnación se opera bajo dos formas, reencarnación consciente o reencarnación instintiva. ¿Qué diferencia estas dos formas? La reencarnación consciente responde a un espíritu que desea el regreso a la carne y que tiene la elección de ese regreso. La reencarnación instintiva responde a un espíritu que no reflexiona, que no domina su regreso al mundo físico, lo cual quiere decir entonces que no elige, su estado corresponde al estado de turbación. ¿Qué ocurre si el hombre no sigue el camino que se había trazado? Para estos hombres y mujeres, la vida se vuelve banal, a veces angustiosa, a menudo triste y de vez en cuando trágica al final. ¿Cómo ocurre la reencarnación de espíritus inconscientes, de espíritus en turbación? Dentro de la pesadez espiritual, el espíritu vuelve a caer en la carne de manera instintiva. ¿Cómo establece el espíritu consciente la elección de su retorno? En primer lugar, el espíritu está en contacto con su guía. Está en contacto con su pasado, con el conjunto de sus anterioridades. Para efectuar una elección futura es importante entonces que sea completamente protegido por el guía y por las entidades que rodean a ese espíritu en lo invisible. ¿El espíritu está feliz con ese regreso? El espíritu que reencarna es conducido progresivamente hasta las puertas de la materia, antes de penetrar de nuevo en el mundo físico. En general el espíritu está sereno, feliz por 42 ese retorno, pero cuando comienza el mecanismo del regreso a la carne, entonces una nueva angustia empieza a nacer en él. ¿A qué se debe esa angustia? El espíritu regresa hacia la carne, llevado por su materia periespiritual. En las cercanías de las vibraciones del mundo físico, este vector registra entonces el conjunto de los datos de este mundo. Y si se trata de un regreso al planeta Tierra, las angustias que forman la carga esencial de este planeta vienen a chocar contra el que, de regreso, espera avanzar. Se asusta, se angustia. ¿El guía puede apaciguar esta angustia? El guía siempre está allí, presente, cerca de él. Le habla, lo tranquiliza, pero pronto las vibraciones físicas son tales que el espíritu no escucha más las palabras de su guía. Es entonces el instante de la concepción. VIDAS ANTERIORES L.E.: ¿Por qué el espíritu encarnado pierde el recuerdo de su pasado? El hombre no puede ni debe saberlo todo; Dios en su sabiduría lo quiere así. Sin el velo que le cubre ciertas cosas, el hombre quedaría deslumbrado, como el que pasa sin transición de la oscuridad a la luz. ¿Cómo puede el hombre ser responsable de acciones y redimir faltas de las que no tiene recuerdo? ¿Cómo puede aprovechar la experiencia adquirida en existencias caídas en el olvido? En cada nueva existencia, el hombre tiene más inteligencia y puede distinguir mejor el bien y el mal. ¿Dónde estaría el mérito, si recordara todo el pasado? Cuando el espíritu llega al más allá, toda su vida pasada se desarrolla delante de él; ve las faltas que ha cometido y que son la causa de su sufrimiento, y lo que hubiera podido impedir que las cometiera; comprende que la posición que se le da es justa, y busca entonces la existencia que pueda reparar la que acaba de terminar. Busca pruebas análogas a estas por las que ha pasado o luchas que cree apropiadas para su avance, y pide a los espíritus que le son superiores que le ayuden en esta nueva tarea que emprende. Pues sabe que el espíritu que le será asignado como guía en esta nueva existencia tratará de hacerle reparar sus faltas, dándole una especie de intuición de las que ha cometido. Esa misma intuición es el pensamiento, el deseo criminal que os llega a veces y al cual resistís instintivamente, atribuyendo la mayoría del tiempo vuestra resistencia a los principios que habéis recibido de vuestros padres, mientras que es la voz de la conciencia que os habla y esa voz es el recuerdo del pasado, voz que os advierte de no volver a caer en las faltas que ya habéis cometido. El espíritu que ha entrado en esta nueva existencia, si sufre estas pruebas con ánimo y resiste, se eleva y asciende en la jerarquía de los espíritus, cuando regresa con ellos. N.L.E.: ¿Qué influencia tienen nuestras vidas anteriores si no las recordamos? Con sus marcas en vuestro carácter, vuestras vidas anteriores afirman aquí o allá las tendencias, las afinidades, las aspiraciones, los gustos particulares y diferentes. Vuestras vidas anteriores han definido progresivamente vuestra naturaleza sentimental, así como vuestra naturaleza intelectual. ¿Las aptitudes adquiridas en otras vidas permanecen adquiridas? Sí, permanecen adquiridas, pero sin embargo, pueden desaparecer de una vida a otra, estar como en un sueño, cuando el espíritu desea adquirir otras. SEXUALIDAD L.E: ¿Los espíritus tienen sexo? No como lo entendéis, pues los sexos dependen de la organización. Hay entre ellos amor y simpatía, pero basados en la similitud de sentimientos. ¿El espíritu que ha animado el cuerpo de un hombre puede, en una nueva existencia, animar el de una mujer y viceversa? Sí, son los mismos espíritus que animan a los hombres y las mujeres. Cuando se es espíritu, ¿se prefiere ser encarnado en el cuerpo de un hombre o de una mujer? Eso importa poco al espíritu. Depende de las pruebas que deba sufrir. Comentarios de Allan Kardec: Los espíritus encarnan hombres o mujeres, porque no tienen sexo; como deben progresar en todo, cada sexo, como cada posición social, les ofrece pruebas y deberes especiales y la ocasión de adquirir experiencia. El que siempre fuera hombre no sabría sino lo que saben los hombres. El Nuevo Libro de los Espíritus retomando esta base de reflexión, trae el siguiente complemento de información: N.L.E.: ¿Se pasa sistemáticamente por los dos sexos? En efecto, para que el espíritu encuentre su integridad, es preciso que pase por experiencias sexuadas diferentes. En cuanto al número, éste no tiene consecuencias, pues a nivel espiritual no existe un término a la evolución, de polaridad diferente. Una polaridad que, sin embargo, puede dominar durante vuestra evolución en la Tierra o en el más allá. Pero en verdad esa polaridad sólo es provisional, simplemente necesaria para conocer estados de conciencia y sentimientos diferentes. El día en que el espíritu alcanza su paroxismo, el día en que el espíritu alcanza su finalidad, ya no hay más dominación, no hay más polaridad, no hay más sexualidad. Es simplemente espíritu. ¿El hecho de haber vivido más vidas de mujeres o de hombres influye en el comportamiento? La reencarnación está íntimamente vinculada al fenómeno sexual. Tras de vosotros tenéis el pasado de vuestras anterioridades y en vuestro estadio evolutivo existe una dominante sexual, masculina o femenina. Es entonces cuando para algunos se viven nuevas formas de sexualidad. Sobre estas formas de sexualidad múltiple, no haremos ningún juicio moral, sino precisamente conocimiento y confianza, ayuda y amor. Qué importa entonces la forma, si está regida por el amor. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 43 LA FINALIDAD: LA PUREZA L.E: ¿El número de existencias corporales es limitado, o el espíritu reencarna a perpetuidad? En cada nueva existencia, el espíritu da un paso en el camino del progreso; cuando se ha despojado de todas sus impurezas, ya no necesita las pruebas de la vida corporal. ¿El número de encarnaciones es el mismo para todos los espíritus? No, el que avanza rápido evita pruebas. Sin embargo, estas encarnaciones sucesivas siempre son muy numerosas, pues el progreso es casi infinito. ¿Nuestras diferentes existencias corporales se cumplen todas en la tierra? No, no todas, sino en diferentes mundos: la de este mundo no es ni la primera ni la última, y es una de las más materiales y alejadas de la perfección. En cada nueva existencia corporal, ¿el alma pasa de un mundo a otro, o puede cumplir varias en el mismo globo, especialmente en la Tierra? Puede volver a vivir muchas veces en el mismo globo, si no está bastante adelantada como para pasar a un mundo superior. ¿Hay una ventaja en volver a vivir en la tierra? Ninguna ventaja en particular, a menos que tenga una misión; entonces avanza, allí como en otra parte. ¿No sería más feliz si se quedara como espíritu? No, no: se quedaría estacionario, y se quiere avanzar hacia Dios. ¿Hay mundos donde el espíritu, que no necesita habitar un cuerpo material, no tiene más envoltura que el periespíritu? Sí, y esa envoltura se vuelve tan etérea que para vosotros es como si no existiera; ese es entonces el estado de los espíritus puros. ¿Parece resultar de allí que no hay una demarcación absoluta entre el estado de las últimas encarnaciones y el del espíritu puro? Esa demarcación no existe; la diferencia se borra poco a poco volviéndose insensible como la noche que se desvanece ante las primeras claridades del día. ¿En qué se convierte el espíritu después de su última encarnación? En espíritu bienaventurado; es espíritu puro. Las respuestas complementarias provenientes de El Nuevo Libro de los Espíritus serán la conclusión de este artículo. N.L.E.: ¿Por qué es necesaria la vida en la materia, y hasta indispensable para la evolución? Vuestros espíritus no están lo suficientemente evolucionados para poder vivir en serenidad, en amor y en armonía en el mundo invisible. Vivís en la Tierra los unos con los otros, a la vez también sabéis distinguir unos de otros. Aprendéis a comprenderos, a amaros. Ese es todo el sentido de la encarnación deseada por Dios. ¿Cuáles son los motores de la evolución? El conocimiento y la moral, dicho de otra manera, el amor. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 POESÍA El hombrecito verde Era un hombrecito verde Que no tenía miedo a la Tierra Una luz en el cielo de la noche De sangre de otra parte y de esperanza Silbaba sobre los volcanes azules Sobre su estrella, en la oquedad del cielo Nadaba en el río rojo Esperando que el mundo cambiara Era un hombrecito verde Que decidió viajar Un Hermano que quería ver la Tierra Que intentó volar De madrugada por el Prado Se posó en el rocío Pero vino un ave gris Y entonces él desapareció Era un hombrecito verde Que creía en los buenos sentimientos Un hombrecito que en la Tierra Se ha vuelto a marchar en el viento Georges BRASSENS 44 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por MAR I E - N O Ë L L E C O U RT I O L LA TURBACIÓN LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 45 En El Libro de los Espíritus de Allan Kardec que contiene los principios fundamentales de la doctrina espírita sobre la inmortalidad del alma, se aborda el paso de la vida al fallecimiento pues éste es inherente a cada espíritu que pasa del estado físico al estado espiritual. Es lo que se llama turbación. He aquí lo que podemos leer en El Libro de los Espíritus de Allan Kardec: “En el momento de la muerte, primero todo es confuso; el alma necesita algún tiempo para reconocerse; está como aturdida, y en el estado de un hombre que sale de un profundo sueño y busca darse cuenta de su situación. La lucidez de las ideas y la memoria del pasado le vuelven a medida que se borra la influencia de la materia de la que acaba de desprenderse, y se disipa la suerte de niebla que oscurece sus pensamientos. La duración de la turbación que sigue a la muerte es muy variable; puede ser de algunas horas, así como de varios meses y hasta de muchos años. La menos larga es la de aquellos que en vida se han identificado con su estado futuro, porque entonces comprenden inmediatamente su posición. La turbación presenta circunstancias particulares según el carácter de los individuos y sobre todo según el tipo de muerte. En las muertes violentas, por suicidio, suplicio, accidente, apoplejía, heridas, etc., el espíritu está sorprendido, asombrado, y no cree estar muerto; lo sostiene con obstinación; sin embargo ve su cuerpo, sabe que es el suyo, y no comprende que esté separado de él; se acerca a las personas a las que tiene cariño, les habla y no entiende por qué no le oyen. Esta ilusión dura hasta el desprendimiento completo del periespíritu; sólo entonces el espíritu se reconoce y comprende que ya no forma parte de los vivos. Este fenómeno se explica fácilmente. Sorprendido de improviso por la muerte, el espíritu queda aturdido por el brusco cambio que se ha operado en él; para él, la muerte es todavía sinónimo de destrucción, de aniquilamiento; ahora bien, como piensa, ve y oye, a su parecer no está muerto; lo que aumenta su ilusión, es que se ve un cuerpo semejante al anterior por la forma, pero cuya naturaleza etérea aún no ha tenido tiempo de estudiar; lo cree sólido y compacto como el primero; y cuando se le llama la atención sobre ese punto, se asombra al no poderse palpar. Este fenómeno es análogo al de los sonámbulos incipientes que no creen que estén dormidos. Para ellos, el sueño es sinónimo de suspensión de las facultades; ahora bien, como piensan libremente y ven, consideran que no están dormidos. Ciertos espíritus presentan esta particularidad, aun cuando la muerte no les haya llegado inopinadamente; pero está siempre más generalizada entre los que, aun estando enfermos, no pensaban en morir. Se ve entonces el singular espectáculo de un espíritu que asiste a su entierro como al de un extraño, y habla de él como de algo que LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 no le incumbe, hasta el momento en que comprende la verdad. La turbación que sigue a la muerte no tiene nada de penoso para el hombre de bien; es tranquila y en todo semejante a la que acompaña un despertar apacible. Para aquel cuya conciencia no es pura, está llena de ansiedad y de angustias que aumentan a medida que se reconoce. En los casos de muerte colectiva, se ha observado que todos los que perecen al mismo tiempo no siempre se vuelven a ver inmediatamente. En la turbación que sigue a la muerte, cada uno va por su lado, o no se preocupa sino de los que le interesan”. Comprobamos pues que este cambio de estado induce inexorablemente la turbación del espíritu que, después de todo, es sólo pasajera. Pero hay muchos espíritus que por diversas razones permanecen largo tiempo en turbación. El traumatismo ocasionado por la forma de desencarnación como una muerte violenta por accidente, un crimen, un suicidio, la guerra, etc., puede llevar a un espíritu a permanecer en un sufrimiento psicológico y físico que correspondería a sus últimos instantes vividos antes de la desencarnación. Hay otra circunstancia que puede sumergir igualmente a un espíritu en ese estado de turbación. El apego a sus bienes materiales le lleva a buscar sus referencias terrenales y a permanecer en su entorno pasado, es lo que explica las manifestaciones fantasmales y de desplazamientos de objetos en los casos de casas encantadas. A través de las múltiples preguntas hechas a los espíritus, recogidas y ordenadas por Allan Kardec, nos enteramos de que la turbación puede durar desde algunas horas hasta varios años, que no hay en absoluto un límite asignado al estado de erraticidad, pero que aun cuando pueda prolongarse muchísimo tiempo, tampoco es perpetuo. Tarde o temprano, el espíritu volverá a empezar una nueva existencia que le permita proseguir el curso de su evolución. Algunos de estos espíritus no tienen conciencia de su desencarnación. Piensan que todavía están vivos. Desgraciadamente, esa ilusión puede prolongarse en el tiempo, aunque el tiempo en el más allá de la materia ya no tiene la misma consistencia. Su más allá corresponderá entonces a sus pensamientos y se expresará de manera imaginaria en sus propias proyecciones mentales. En los casos de muertes violentas, el tiempo para estos espíritus se detiene y se convierte para ellos en un eterno presente. El choque brutal que ha conllevado la sorpresa engendrará miedos, angustias y sufrimientos. El planeta Tierra es una esfera inferior y los espíritus que la dejan, en su gran mayoría no pueden conocer la serenidad y la paz cuando llegan al mundo de lo invisible. La conciencia espírita comprometida hoy en día en 46 la liberación del bajo astral de su turbación y de su maldad, permitirá así a la humanidad librarse de una parte de sus males, a estos espíritus cobrar conciencia de su estado espiritual y en consecuencia a muchos hombres en la Tierra no sufrir más de ciertos daños procedentes de lo invisible. Ciertos espíritus pueden estar conscientes de su muerte, pero siguen perturbados y perdidos, porque no encuentran en el más allá lo que se les había enseñado o inculcado. Su más allá no corresponde a la imagen que se habían hecho y entonces eso provoca en ellos la turbación. Podemos decir que en la mayoría de esos casos, el guía espiritual no puede llegar hasta el espíritu turbado de su protegido, que no lo percibe, no lo oye o, por temor, rehúsa escucharle. El espíritu que se queda en el entorno humano, está entonces cerca de nuestras vibraciones materiales; son pues los fluidos humanos, los pensamientos y las oraciones humanas, los que lo liberan de su entorpecimiento para impulsarlo hacia su más allá. Desde siempre el espiritismo ha demostrado que todas las oraciones, cualquiera que sea su naturaleza religiosa, todos los buenos pensamientos sinceros, son otros tantos fluidos dirigidos hacia los desencarnados del astral, y eso para beneficio de ellos. Eso quiere decir pues, que todos los hombres y mujeres del planeta Tierra y que no son espíritas, pero sin embargo creen sinceramente en la vida más allá de la muerte, envían buenos pensamientos a sus muertos. Esos pensamientos no pueden menos que llegar a esas almas en dificultad, y hacerles el mayor bien. Hoy en día, dentro de nuestro trabajo espírita, enseñamos a quien quiera escuchar, que la cadena fluídica es una acción de amor que debería poder realizarse para todo fallecido en un último acompañamiento espiritual al momento de la inhumación. Podemos ayudar pues a nuestros queridos difuntos haciendo cadenas de pensamiento, llamadas en lenguaje espírita cadenas fluídicas. La cadena fluídica consiste en emitir un pensamiento, una oración colectiva hacia un pariente recientemente fallecido, para ayudarlo a franquear el paso representado por un túnel que lo conducirá en el más allá hacia su guía y hacia aquellos que ha conocido y amado, y que le han precedido en la muerte. Enfrentado a la muerte, ante el fallecimiento de un pariente, hay una acción simple y determinante al alcance de todos. Cualquiera que desee actuar por el pensamiento, puede formar una cadena fluídica rodeándose de por lo menos dos personas. Tomándose de las manos, los miembros del grupo forman un círculo y piensan en la liberación del alma del fallecido durante unos cuatro a cinco minutos, y uno de los participantes rompe de golpe la cadena. Una música apropiada puede acompañar también esta oración para mantener el recogimiento. Se debe pensar con fervor en el impulso del espíritu hacia su más allá, en su encuentro con su guía espiritual. Esta acción puede ser repetida dos o tres veces los días que siguen. Evidentemente los participantes deben ser informados de algunas nociones sobre la turbación, y también deben cumplir ese acto de pensamiento con toda sinceridad. Además, la sesión de liberación permitirá ayudar a un espíritu o a un grupo de espíritus a alcanzar el más allá, para proseguir un camino de vida en plena conciencia y con toda serenidad. A través de un médium, sensible a las vibraciones de la turbación o del mal, el espíritu lo envolverá y así expresará, por su intermedio, sus dolores, sus heridas y sus arrepentimientos. La fuerza de pensamiento de los participantes y el diálogo de amor que se mantendrá con él, le permitirán tomar conciencia progresivamente de su estado, si se trata de un espíritu en turbación, o de tomar conciencia de sus faltas, si se trata de un espíritu perverso. Al final de la sesión, el espíritu, cualquiera que sea, abandonará el cuerpo mediúmnico más ligero, más sereno y así podrá llegar hasta su guía espiritual que lo aguarda y lo espera. Comienza entonces para todos esos espíritus una nueva perspectiva que hasta entonces desconocían. A partir de allí podrán considerar un regreso a la materia para proseguir así su evolución teniendo plena conciencia de su libre albedrío que podrán ejercer y hacer así las elecciones apropiadas a sus deseos para su futura vida. La comunicación espírita también ha permitido comprender mejor y analizar mejor lo que podía ser la turbación. Ciertos espíritus se han manifestado en sesión espírita y nos han participado lo que vivían y sentían. Lo más frecuente es que su turbación corresponda a los traumatizantes últimos instantes vividos o hasta a su estado de ánimo. Para cerrar estas palabras, concluiremos citando este breve texto, extraído del libro de Karine Chateigner El Nuevo Libro de los Espíritus: “¿Estos espíritus son ayudados, tocados por los espíritus superiores, por sus guías? Eso es muy difícil, pues todas esas almas en turbación están allí, presentes, cerca de vuestros cuerpos, cerca de vuestro mundo, cerca de vuestra vida. Cuando esos espíritus mueren, se quedan en el mismo lugar. Simplemente han cambiado de habitación. Vosotros estáis en una habitación, y ellos están en una habitación que está justo al lado de la vuestra. Nosotros somos el ‘cielo’, estamos por encima de esa circunstancia. Todas esas entidades están más cerca de vosotros que de nosotros, de nosotros que las llamamos sin cesar, sin ser escuchados, sin embargo. El mal de lo invisible es la manifestación directa del estado evolutivo de la Tierra”. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 47 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por MICHELLE MULLER LA MUERTE Y EL ESPIRITISMO Con frecuencia es luego de la pérdida dolorosa de un ser querido cuando surgen las interrogantes sobre la muerte. Y la ayuda de una religión o de una filosofía no basta para romper el muro de silencio. Sobre este punto, la filosofía espírita, experimentada y codificada por Allan Kardec, brinda respuestas a nuestras preguntas en cuanto a la aceptación de la partida de un ser querido y las formas de actuar. COMPORTAMIENTO ANTE LA MUERTE Ante la muerte de otro, somos impotentes y al mismo tiempo advertidos de nuestra propia muerte por venir. No sabemos cómo reaccionar cuando desaparece un pariente o un amigo, sabiendo que toda relación o contacto físico se han vuelto imposibles para siempre. El dolor es aún más intenso durante la ceremonia mortuoria del entierro del ser querido, como por ejemplo en nuestras tristes ceremonias religiosas. Esos rituales existen desde la prehistoria, pero se diferencian de una región a otra. Aquí, se depositan alimentos o flores perfumadas en un lugar de la casa, allá flores o grandes caracoles sobre la tumba y en varios países del sur, se acompaña al difunto a su última morada con alegría y buen humor, luego es servida una copiosa comida LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 durante la cual se dedican al difunto risas y canciones. Estas costumbres varían según las etnias impregnadas de una cultura religiosa o tradicional, a partir de la cual los hombres siempre se han hecho, y se hacen todavía, la pregunta del después de la vida o del después de la muerte. Es por eso que, según la educación recibida en ciertas regiones, se hacen ofrendas y honores al fallecido a fin de que no merodee alrededor de la casa o para ayudarle a regresar a lo eterno. En efecto, desde la llegada de los primeros hombres, el ser humano siempre se ha interrogado sobre la perspectiva de la existencia de una vida después de la muerte, porque el hombre en su condición física, tiene deseo de eternidad. Intuitivamente, sabe que es algo más que un cuerpo, siempre ha presentido que era espíritu. En nuestros momentos de soledad o cuando vamos a depositar flores sobre la tumba del ser querido, conversamos con él en la esperanza de que sea feliz. Igualmente, cuando se elogia en la televisión la memoria de un artista desaparecido, el animador se expresa como si el cantante o el actor nos vieran. ¿No hay entonces en nosotros la idea de una vida después de la muerte? Pero poco a poco, con el pasar del tiempo, esta idea se vuelve incierta. Platón que, en vida, tenía la certeza de una existencia después de 48 la muerte, del espíritu y de su reencarnación, ha venido a aportar su reflexión: “En la expectativa por resolver los problemas fundamentales planteados, con toda legitimidad por su naturaleza espiritual, respecto a los misterios de la creación, el intelecto humano siempre ha tropezado en sus búsquedas dentro de una confusión total, con una serie de preguntas todas tan enigmáticas respecto a las otras, que la mayoría queda sin respuesta. Desde su llegada al globo terráqueo, el hombre tiene el sentimiento de su devenir espiritual. El de las cavernas ya lo había presentido y adivinado en el culto acordado a la muerte. La naturaleza espiritual del ser humano que fue pensada por la fuerza divina, amorosa y creadora, sabe recordar en su instinto de vida, el sentido de esta vida al tamaño de su eternidad. No existe período en la historia del hombre sobre el globo terráqueo que no evoque en un momento u otro la reflexión metafísica del espíritu encarnado en la materia. La llamada divina está contenida en nuestras células físicas, la llamada divina está contenida en nuestras naturalezas carnales porque somos hijos de Dios. Los espíritus se han multiplicado y, en su llegada al planeta, han ocupado progresivamente los suelos, se han desarrollado, se han organizado, se han convertido en razas por los climas, se han convertido en naciones. La angustia metafísica ha proseguido su obra, y la interrogante de la muerte se le ha seguido planteando al hombre a través de los milenios existenciales, contenido sustancial de la evolución terrena. Entonces las creencias han sido las primeras respuestas a la angustia metafísica. Nacieron entonces las representaciones de la angustia, las representaciones metafóricas de la sempiterna interrogante del ser humano temeroso ante la muerte, ante esa detención total, brusca y repentina de los sentidos físicos que parece paralizar los cuerpos para la eternidad, y que trae temor al que no sabe. Ellos aún no sabían, eran los recién llegados a este globo, necesitaban el soporte de la imagen, necesitaban el soporte de la creencia y de proyectar la sombra de la muerte sobre una pantalla de imaginerías popularizadas en el seno de nuestra historia. Más que de filosofía, tenían necesidad de más mitos y religiones. Así aparecieron las primeras creencias, cercanas a los elementos del universo, cercanas al viento, cercanas al agua, cercanas a las tormentas, cercanas al fuego y, para cada uno de estos elementos, era necesario inventar un poder supremo, un comando directivo, un Dios para cada cosa; el mundo antiguo es la expresión directa de ello. Así nacieron sobre este globo, las religiones politeístas. En su tiempo tuvieron razón de ser, respondían a las interrogantes del momento”. PAPEL DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA ANTE LA MUERTE Esta filosofía es un compartir del espíritu con el ser humano. El objetivo es iluminar nuestras conciencias para comprender mejor la razón de ciertas dificultades de la vida y reaccionar en consecuencia. Con intervención de diferentes médiums Allan Kardec hizo a los espíritus desencarnados diversas preguntas respecto al misterioso fenómeno de la muerte. He aquí algunos ejemplos: El temor a la muerte es para mucha gente causa de perplejidad. ¿De dónde viene ese temor puesto que tiene el porvenir por delante? “Es un error que tenga ese temor; pero, ¡qué vas a hacer! Se trata de persuadirla en su juventud de que hay un infierno y un paraíso, pero que lo más seguro es que irá al infierno, porque se le dice que lo que está en la naturaleza es un pecado mortal para el alma: entonces, cuando crece, si tiene algo de juicio, no puede admitir eso, y se vuelve atea o materialista; así es como se la lleva a creer que fuera de la vida presente, no hay más nada. En cuanto a los que han persistido en sus creencias de la infancia, temen a ese fuego eterno que debe quemarlos sin aniquilarlos”. Si la muerte nos debe llevar a una vida mejor, que nos libera de los males de esta, y que siendo así es más de desear que de temer, ¿por qué el hombre le tiene un horror instintivo que hace que le tema? “El hombre debe tratar de prolongar su vida para cumplir su tarea; es por eso que Dios le ha dado el instinto de conservación y ese instinto lo sostiene en las pruebas; sin él se dejaría llevar demasiado a menudo por el desaliento. La voz secreta que le hace rechazar la muerte le dice que todavía puede hacer algo para avanzar. Cuando un peligro lo amenaza, es una advertencia. Para que saque el mejor provecho de la tregua que Dios le otorga; pero con más frecuencia da las gracias a su estrella que a su creador”. La pérdida de las personas que nos son queridas, ¿no es algo que nos causa un pesar, tanto más legítimo por cuanto esta pérdida es irreparable e independiente de nuestra voluntad? “Esta causa de pesar alcanza tanto al rico como al pobre; es una prueba y la ley común; pero es un consuelo poder comunicarse con vuestros amigos por los medios que poseéis, a la espera de tener otros más directos y más accesibles a vuestros sentidos”. ¿Cómo afectan los dolores inconsolables de los supervivientes a los espíritus que son objeto de ellos? “El espíritu es sensible al recuerdo y a las tristezas de aquellos a los que ha amado, pero un dolor incesante y poco razonable le afecta penosamente; porque ve en ese dolor excesivo, una falta de fe en el porvenir y de confianza en Dios y, por consiguiente, un obstáculo al avance y, quizás, a su reencuentro”. Debemos entender entonces que el espíritu que ha encontrado su más allá, está profundamente entristecido por la incomprensión de sus parientes en cuanto a la separación, lo cual se añade a su turbación natural antes de reunirse con su guía en la serenidad. En realidad, la persona que fallece puede encontrarse en una turbación donde no está consciente de su nuevo estado, se halla en un estado disminuido como al salir de un desvanecimiento. Quiere comunicarse con sus parientes, pero éstos no le responden, ni la miran. Poco a poco, toma conciencia de que está muerta y que no puede reintegrarse a su cuerpo sin vida. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 49 La duración de la turbación que sigue a la muerte es muy variable, puede ser de algunas horas, como de varios meses y hasta de varios años, según el estado de conciencia de la persona antes de su muerte y las circunstancias del deceso. El conocimiento de las realidades espíritas ejerce una influencia importante en cuanto a la salida de la turbación, de acuerdo a la toma de conciencia que tuvo lugar durante esa misma existencia. Nosotros, los seres humanos, podemos abreviar la turbación de los que nos dejan, con un impulso de pensamiento solidario, por la fuerza de un sentimiento que libera y da libertad al espíritu. Esa oración puede ser individual, pero también colectiva según el procedimiento de la cadena fluídica, que recomendamos a todos, espíritas o no espíritas. Consiste en transmitir nuestro pensamiento y nuestro amor a la persona recién fallecida. Al menos tres personas se toman de las manos formando un círculo, en un recogimiento de amor y compartir hacia el espíritu que sufre. Cada uno puede encontrar su fórmula y su modo de rezar, por ejemplo, se puede pensar en el espíritu diciendo esto: “Ve hacia el túnel, al extremo del cual hay una luz, avanza, no tengas miedo, serás acogido por los que has amado y por tu guía espiritual que has conocido. No sufrirás más, serás inundado de alegría y de amor”. Este pensamiento se hace mentalmente durante tres minutos, acompañado eventualmente por un soporte musical. Un asistente dará la señal de inicio de la cadena fluídica y la detendrá después de algunos minutos, rompiendo rápidamente el círculo soltando las manos. Se aconseja repetir el acto en los días que siguen para asegurarse de su mejor resultado. Recordemos que es alentado también para toda defunción, el espíritu sentirá la fuerza y el amor que lo impulsarán más rápido hacia la luz. El espíritu Jojo, un gran amigo de Jacques Brel, expresó así su alegría al descubrir el más allá y a su guía: “Cuando llegas al final del túnel, no sabes exactamente lo que ocurrirá. Ves claramente personas que se acercan. Reconoces algunas de ellas, amigos o parientes. Están rodeadas por un halo blancuzco que delimita sus cuerpos. Avanzas con cierta angustia, tienes miedo de caer en el vacío, sientes desconfianza, no sabes y te preguntas si estás soñando, y luego llega el momento de la conciencia. Es un despertar brutal, en dos palabras, estoy muerto pero vivo. Entonces comprendes todo, te despejas totalmente, el tiempo ya no existe. Las vidas anteriores brotan como géiseres de conciencia y si tienes amor en el corazón, es una fiesta. La desconfianza cede el paso a la alegría, a la confianza sobre todo cuando viene el amigo tendiendo los brazos, riendo y diciéndote: ‘Ves, es simple’, es justo, basta con dejarse llevar por él, él te guía y con él marchas sobre las nubes descubriendo el más allá”. Por medio de la oración, podemos ayudar a los muertos y también a los vivos, amigos o parientes que sufren en la vida presente de un problema psicológico o físico. Esta “petición” no es un “Padrenuestro” o un “Ave María”, sino LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 nuestro propio pensamiento dirigido hacia la persona querida. Debe ser positivo y constructivo según la necesidad de la persona. Piensen en mejoría, restablecimiento, alegría, serenidad, curación. Un espíritu que fue sacerdote dio su nueva definición de oración: “La oración no es una expectativa, sino una acción del espíritu responsable que da su amor. La oración no es un recitativo sino un verbo que lleva su función hacia quien tiene más necesidad de ella. La oración no consiste en implorar a Dios con aire falsamente contrito y rostro contraído de dolor. La oración es una alegría, una función inherente al espíritu, una telepatía del alma. La palabra prostituida por los hombres ha perdido su sentido primero. Rezad, sí, rezad, amigos míos, con todas vuestras fuerzas, es decir con todo vuestro deseo de aportar al otro lo que espera de vosotros. Dios no es responsable — vosotros sois libres— y es por ello que vuestra oración es un acto de amor que no exige su intercesión”. En efecto, la cadena y la oración son una forma de telepatía que llega directamente a la persona involucrada y el flujo de pensamiento se concreta por el siguiente proceso explicado por el espíritu José Arigó, quien fue médium sanador brasileño: “El fluido es ante todo el resultado de vuestro pensamiento. Pensáis bien y obtenéis buen fluido. Pensáis mal y obtenéis mal fluido. El fluido creado por vuestro propio pensamiento ejercerá una salida extra-corporal. Se desprenderá, se liberará progresivamente de vuestro cuerpo físico. En cuanto el pensamiento, en cuanto el fluido se despega del cuerpo físico, entonces ya no se habla más de fluido sino de vibración. El pensamiento exteriorizado se convierte en una vibración. El carácter de esta vibración es la forma ondulatoria. La forma ondulatoria, tal como un trazo en forma de curva, se prolonga también en el espacio, a partir de lo que habéis pensado, a partir de vuestra reflexión espiritual. Cuando la vibración alcance a aquel, a aquellos, o a los elementos hacia los que va dirigido, entonces se convierte en un efluvio. Lo que quiere decir que el pensamiento es un fluido cuando pertenece al cuerpo, que se convierte en vibración cuando se exterioriza del cuerpo y que se convierte en efluvio cuando alcanza otro cuerpo o un elemento inerte de la materia. Es muy importante saber establecer estas diferencias dentro del vocabulario por cuanto el vocabulario es el único vehículo de vuestra reflexión en el seno de vuestro mundo físico, un vehículo a veces muy difícil a manipular, un vehículo que a veces traiciona el pensamiento, tanto más por cuanto vivís en países diferentes, bajo climas diferentes, que sois a pesar de vosotros hijos de una cultura, de una historia, y que la diferencia de lenguaje confiere todavía más dificultad a la manifestación de vuestros pensamientos respectivos o globales”. A la luz del espiritismo, podemos comprender la muerte con menos temor, y aceptar más serenamente la partida de nuestros seres queridos fallecidos. Por el pensamiento, podemos aportarles ayuda con la alegría de saberlos felices, sin sufrimiento físico y con la perspectiva de encontrar felicidad en el más allá o en una vida futura. 50 DOSSIER LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA por JO C E LY N E C H A R L E S EL PERIESPÍRITU LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 51 El cuerpo etérico o “doble astral” es conocido desde hace mucho tiempo por los iniciados y los ocultistas. Allan Kardec puso en evidencia la existencia del periespíritu gracias a las manifestaciones de los espíritus. Las investigaciones de los pioneros del espiritismo, los mensajes recibidos de los espíritus y los testimonios de los médiums, han permitido comprender mejor la existencia y el papel de este elemento. Recordemos la definición espírita del ser humano compuesto de tres partes: —El espíritu: parte inmaterial, inmutable, eterna, portadora del sentimiento, del intelecto, que representa la personalidad, parte que no se destruye nunca y que sobrevive a la muerte. —La parte tangible, palpable que responde a las leyes biológicas de la materia: el cuerpo físico, perecedero y que depende del espíritu que lo habita. —Entre el cuerpo y el espíritu existe un cuerpo intermediario, un doble fluídico que se llama periespíritu (en la periferia del espíritu). Nacimiento del ser Después de haber sido impulsado por Dios, el espíritu abreva del fluido universal para dar nacimiento a la materia periespiritual. Este fluido universal es una energía vital que recorre el universo, un océano de energía compuesto de miles de millones de partículas energéticas. Es fuente de toda forma de vida, moldea y alimenta al periespíritu así como el aire alimenta al cuerpo material del hombre. El espíritu es pues el origen de la materia. Por la programación de sus partículas, el fluido universal, da nacimiento enseguida a nuestro periespíritu, que nos acompañará a lo largo de nuestra lenta evolución en conocimiento y sentimiento. “La vida es resultado de una explosión. Esta explosión corresponde a una fuente de pensamiento que contiene a la vez inteligencia y sentimiento, inteligencia y sentimiento universales, que el hombre intuye pero no comprende. Es lo que en general denomina Dios”. (Mensaje de M. Planck) “El doble que forma la materia periespiritual existe permanentemente en la infinidad del universo. Existe pues una sustancia doble de la materia. Cuando el espíritu, impulsado por el Creador llega al universo, toma esta sustancia para formar su doble, doble equilibrante para la necesidad de sus encarnaciones sucesivas por venir. Este plasma invisible, esta materia invisible y sin embargo existente, este substratum de la materia, forma efectivamente lo que se convertirá en el vector del espíritu, su vehículo en el seno de la carne, compuesta en su estructura por miles de millones de células; encarna en el cuerpo, se desparrama en la materia y le da luego su forma aparente y tangible”. (Mensaje de Puységur) La composición del periespíritu El periespíritu pesa una decena de gramos, o sea un peso casi equivalente a dos terrones de azúcar. Está compuesto de: LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 —2 gr. de manganeso —2 gr. de níquel —3 gr. de radio subatómico de emanación radioactiva —3 gr. de fluido de base D7. El fluido de base D7 es una subdivisión del estado de la materia en siete partes: protones -neutrones -electrones -deuterio -tritio -la programación espiritual de Dios en la partícula periespiritual que activa el conjunto para dar la carga al átomo y la potencialidad inteligente del espíritu que se integra allí. El periespíritu está formado por semi-materia, en consecuencia puede ser pesado. Esto se ha hecho desde hace muchos años, especialmente en los años 1970, por un grupo de estudios en la URSS, y cuyo objetivo oficial era estudiar los fenómenos paranormales que se inscriben en una estructura definida llamada “psicotrónica”. En esta estructura, médicos y científicos se dedicaron a los casos de enfermos, en fase terminal, haciendo poco antes la defunción de éstos una relación pormenorizada de todos los fenómenos vitales a través del electroencefalograma, la toma de temperatura y del peso exacto al gramo. En lo que se refiere a la variación de peso, los hechos establecieron que, después del deceso de las personas controladas, se verificaba una pérdida de un valor aproximado de 10 gramos. Y hasta hoy, ninguna explicación distinta de la del desprendimiento, la exteriorización del espíritu por intermedio de su vector semi-material, explica realmente esta comprobación. El cordón de plata El vínculo fluídico que enlaza el cuerpo físico con el periespíritu tiene un color plateado. Es por eso que se habla de “cordón de plata”. Sin embargo, no hay que imaginárselo como un cordón o una cuerda, como podría representarse en nuestra concepción física. Se trata ante todo de una energía que pertenece esencialmente al periespíritu en su acoplamiento vital al cuerpo. Este vínculo se rompe en el momento de la muerte y el espíritu transportado por su periespíritu regresa entonces el más allá. El aura El aura es la emanación vibratoria del periespíritu y se expresa en forma luminosa. Puede tener diferentes colores que tienen un significado. Su color y su aspecto pueden cambiar durante la vida. En los años 1940 los esposos Kirlian obtuvieron fotografías del aura. El periespíritu es el vehículo del espíritu en la materia Permite las encarnaciones. El espíritu reencarna en el momento de la concepción. Con su presencia el espíritu provoca la fecundación del óvulo por el espermatozoide, entonces el periespíritu se retrae y penetra el óvulo gracias al espermatozoide, y así se redistribuye progresivamente, 52 creando un vínculo íntimo con cada célula viva por intermedio del ADN. En este estadio, el espíritu pierde poco a poco la conciencia y sigue haciendo vibrar instintivamente la materia viva que se convertirá en su cuerpo físico. Este proceso es posible solamente gracias al periespíritu que organiza las células. Es la estructura fluídica del cuerpo y sirve de molde para las encarnaciones. Sin el periespíritu, el resultado de la fecundación sería una excrecencia sin forma y sin órganos cuyas células estarían en multiplicación anárquica. El periespíritu es también el doble de los órganos. El doble de una mano no es solamente el doble de su superficie, sino también el doble de su estructura interna, el doble de sus células. “La plasticidad del material extraído del universo infinito permitirá al espíritu encarnar su presencia por la magia del amor. Allí están, padres en potencia, que todavía no saben, que aún no han adivinado, pero el espíritu, empieza ya a comprender. Se retrae en el interior del material etérico y periespiritual, se convierte en el punto sensible y minúsculo que se integra en el interior del elemento físico a la disposición de su intento. Se hunde, penetra, se ablanda, para una vez más, como en la impulsión original, despertarse lentamente y desparramarse dentro de la misma plasticidad semi-material y dar forma a lo que se convertirá en su forma, simplemente para vivir su encarnación…”. (Mensaje de Léon Denis) El aporte vibratorio del mundo en el cual tiene lugar la encarnación La reencarnación no es solamente un proceso terrestre. Todos los planetas no tienen el mismo nivel vibratorio, por lo que el periespíritu debe avenirse a condiciones diferentes cuando encarna en un nuevo planeta. Para armonizar su periespíritu, el espíritu utilizará la materia cercana, el fluido que le rodea, para adaptar su doble periespiritual, para integrar esta nueva materia más o menos densa, diferente a la que conoció anteriormente. Al pasar de un mundo a otro, el espíritu cambia de envoltorio, como nosotros nos cambiamos de traje. GENÉTICA FÍSICA Y ESPIRITUAL Según las realidades del espíritu, del periespíritu y del cuerpo físico, pueden considerarse tres clases de genética como sigue: La genética física Es la de los padres biológicos, reproduce los caracteres hereditarios que todos podemos comprobar, es decir, parecido morfológico con los padres, pero no explica el carácter y la personalidad del niño. La frase empleada con tanta frecuencia: “tiene el mismo carácter que su padre o su madre” no es exacta, pues si un niño se parece a sus padres moralmente, intelectualmente o por su carácter, es debido principalmente a la ley de las afinidades que impulsa a los individuos de la misma categoría a encontrarse en existencias comunes, y también al fenómeno de mimetismo en los aparentes parecidos del carácter. La genética espiritual Es la del espíritu, la que representa todo lo que constituye su identidad, sus rasgos de carácter, su inteligencia, sus sentimientos. Es el conjunto de una personalidad forjada en las vidas anteriores. La genética periespiritual La genética periespiritual hace intervenir la memoria del periespíritu. El periespíritu registra todo lo que pasa en todas las vidas y conserva todas las adquisiciones anteriores. Explicación de los sosías. “Considerando que la materia periespiritual preexiste a la materia orgánica, más allá de la herencia genética, el cuerpo que se va a modelar presentará cierta semejanza con la vida pasada, semejanza marcada por el doble del espíritu que reencarna. Si existen los sosías, y los verdaderos son muy poco numerosos, afirmo que en otra vida han pertenecido a una misma familia, que eran gemelos, que el tiempo los ha separado en su respectiva evolución, pero que la marca de sus dobles imprimió su huella en su nuevo cuerpo. Toda persona que es sosías de otra individualidad, extraña a ella misma, no tiene ningún parecido con los miembros de su familia actual”. (Mensaje) Memoria periespiritual y traumatismos Una muerte brutal y violenta acarrea un traumatismo, resultado de las heridas físicas debidas a la conmoción que ha sufrido el cuerpo, a la cual se suman el susto y el pavor sentidos. Toda esta carga de sensaciones y de sentimientos integra el periespíritu (por estar las células periespirituales imbricadas en las células materiales) que sufre entonces una alteración a nivel de sus células semimateriales y memoriza el traumatismo. Cuando el espíritu reencarna, puede transportar ese conjunto emocional y traumático que puede repercutir en su nuevo cuerpo y afectar inconscientemente sus funciones psíquicas. Esto explica una parte de los casos de malformaciones de toda naturaleza, en el nacimiento, incluso de ciertos desórdenes mentales. Al estar una persona sometida a las tres formas de genética, es probable que el espíritu que regresa tenga que sufrir múltiples insuficiencias. Además, hasta que no sea borrado, un traumatismo puede trasmitirse a lo largo de muchas vidas. En ciertos casos de muerte por fuego, el periespíritu puede ser destruido total o parcialmente. Eso puede ocurrir cuando el espíritu con su periespíritu no ha abandonado su cuerpo en el momento de la intervención del fuego. Un individuo puede hacer resurgir ese traumatismo en otra vida y sufrir lo que se llama una combustión espontánea, es decir provocar en el interior de su cuerpo una combustión total o parcial de su envoltura carnal a una temperatura cercana LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 53 a los 1.500-2.000 grados. El periespíritu libera entonces una fuerza de energía memorizante, capaz de hacer quemar el cuerpo físico en la medida en que la causa del traumatismo esté impresa en el interior de las células. Un periespíritu deteriorado necesitará cuidados especiales en el más allá, para la reconstrucción de sus células. Los espíritus aportarán energía para la regeneración a fin de que el espíritu recupere la integridad de su envoltura periespiritual. Todos estos traumatismos no son sistemáticos y de igual importancia, pues es el espíritu el que en primer lugar registra e imprime el traumatismo de acuerdo a su sensibilidad. El daño del periespíritu es pues a menudo el resultado de una doble conmoción, la vivida por el espíritu y luego la registrada por el periespíritu. “Todo cuerpo afectado registra la herida a nivel de su doble, su periespíritu. Si hay desencarnación, el traumatismo es llevado por el espíritu al más allá. El periespíritu dañado, vehículo de la conciencia desencarnada, difícilmente va a alcanzar el más allá”. (Mensaje) El periespíritu y la medicina Cuando sea reconocida la realidad del periespíritu, entonces el mundo médico habrá comprendido que más allá de la carne, el espíritu organiza la materia, y que el efecto físico de la enfermedad tiene por causa un trastorno periespiritual. El estado vibratorio del periespíritu está en relación directa con la evolución del espíritu y del mundo que habita. Por ejemplo, será posible explicar el efecto del magnetismo que actúa sobre nuestras células periespirituales para sanar el cuerpo físico. “Se pueden curar los dolores debidos a miembros fantasmas (consecuencia de una amputación). Incluso de les debe curar. Estos dolores son el resultado de la capacidad de registro de las células del cuerpo etérico. Todos vosotros sabéis que el traumatismo puede ser trasladado al mundo de los espíritus con motivo de la desencarnación. También puede ser trasladado al mundo humano con motivo de la reencarnación y convertirse así en objeto de una nueva enfermedad. Aliviar el dolor del órgano ausente a nivel de la zona periespiritual correspondiente a ese órgano, servirá para evitar el eventual traumatismo que sería causado por su ablación previa. La ayuda a aportar en ese campo es la ayuda magnética. El magnetizador impondrá sus manos alrededor de la zona del órgano que ya no existe. Pensará con todas sus fuerzas en la forma de ese órgano y su regeneración. Esta es una primera etapa en la terapia, pero también sabéis que por la evolución de su naturaleza, el espíritu humano llegará un día, por protogénesis, a reconstruir el órgano en su totalidad, es decir a despertar las células del cuerpo etérico para que produzcan un nuevo efecto carnal y físico”. (Mensaje) La evolución, el fin del periespíritu De reencarnación en reencarnación, el espíritu evoluciona en la vida física, almacena y registra todas sus experiencias. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 Durante las primeras encarnaciones en la materia, el espíritu no tiene conciencia de lo que vive, no tiene la fuerza suficiente para integrar la carga traumática de los mundos brutales, pesados y primitivos en los que encarna. Hay una sucesión de rechazos vinculados a sus temores y a su ignorancia. El que palia estos choques sucesivos es el periespíritu por su función memorizante. En cierta forma se convierte en la banda registradora del espíritu sobre la que se almacenan todas las experiencias de las vidas. El periespíritu es una memoria secundaria impresa por el espíritu que, en el transcurso de la evolución asume cada vez mejor esta memoria inconscientemente rechazada. La memoria periespiritual va a integrar la memoria del espíritu y así, el periespíritu se eteriza. El espíritu tendrá cada vez menos necesidad de esta función memoria del periespíritu que desaparecerá completamente al finalizar el ciclo de las reencarnaciones. El periespíritu y la mediumnidad Durante el sueño magnético, el periespíritu del médium se desprende parcial o totalmente de su cuerpo. Igualmente la clarividencia mediúmnica es un estado particular que se expresa por el comienzo de una salida astral que no es completa. En el momento mismo en que se desarrolla la clarividencia, el clarividente está un poco fuera de su cuerpo físico, aunque permanece muy cerca. En la medida en que la clarividencia involucra una salida astral, periespiritual, no puede ser un estado permanente. En la incorporación, el espíritu del médium acompañado por su periespíritu es expulsado, permitiendo así al espíritu trasportado por el periespíritu del espíritu que desea manifestarse, animar el 54 cuerpo del médium que ha quedado libre. La mediumnidad necesita una combinación fluídica entre el periespíritu del médium y el del espíritu que se manifiesta, indispensable para actuar sobre la materia cercana, actuar sobre el cuerpo del médium completo o solamente sobre una parte de él (la mano para la escritura automática, por ejemplo). El periespíritu tiene la facultad de adaptarse a diferentes vibraciones. Esta es una propiedad indispensable para los espíritus evolucionados, provistos de un periespíritu mucho más etéreo que el nuestro y que debe adaptarse a la densidad de nuestro entorno material. El espíritu extraerá entonces la energía de los fluidos de los participantes, que dan la nota vibratoria ambiente y la fuerza de la manifestación. Luego, utilizará la energía del periespíritu del médium, en una combinación periespiritual apropiada para enlazar naturalmente nuestros dos mundos. En el caso de una mediumnidad de ectoplasma, la sustancia ectoplásmica es extirpada del cuerpo del médium por el espíritu que aplica las leyes de los fluidos y las leyes de la mediumnidad. El espíritu utiliza la energía vital del médium y todas las energías periespirituales y fuerzas de pensamiento cercanas, que fusiona con su propio periespíritu, para exteriorizar esa materia blancuzca y viscosa por los orificios del cuerpo del médium (nariz, boca, orejas, ombligo…). Luego, el espíritu construirá un cuerpo, un brazo o una parte de rostro, con el ectoplasma exteriorizado puesto a su disposición. Cuando los espíritus llegan al estado de pureza, el periespíritu desaparece; y por esa razón ya no pueden manifestarse mediúmnicmente. Lo cual no impide que espíritus de muy grande evolución pero que no han franqueado ese estadio (puede ser voluntariamente para poder comunicarse) se manifiesten. El periespíritu y las apariciones Las apariciones fantasmales son apariciones de los periespíritus de espíritus, más o menos tangibles y palpables. Un fantasma aparece, utilizando de manera consciente o inconsciente los fluidos de la materia, las fuerzas y las energías cercanas. Eso requiere la presencia de un médium, a veces sin que éste lo sepa y también a veces a espaldas del espíritu mismo en su turbación inconsciente. La bilocación es una forma de aparición fantasmal sólo que se refiere a personas vivas. La bilocación es la capacidad de aparecer en dos puntos diferentes. Preocupaciones inconscientes del espíritu provocan la exteriorización parcial del periespíritu. Este último seguirá la fuerza del pensamiento y su extensión más allá del cuerpo. Se comprueba que cuanto más tangible es la aparición, más el cuerpo físico está amorfo y hasta aturdido. Cuanto más importante sea la exteriorización, más abandonará el cuerpo el periespíritu y el dominio sobre ese mismo cuerpo será difícil. La bilocación corresponde a una exteriorización de la conciencia transportada por el periespíritu parcialmente libre, que se hace visible fuera del cuerpo. La mayoría de los casos observados ocurre en períodos marcados por la enfermedad, el sufrimiento o la proximidad de la muerte. Su forma en el más allá El periespíritu toma la forma que el espíritu desea, para hacerse reconocer por los otros espíritus. Lo mismo sucede con su ropa. Un grupo de espíritus que se vuelven a encontrar con un mismo espíritu, conocido en épocas diferentes, verá el espíritu correspondiente al que conoció antaño. No se trata de modificación del periespíritu del espíritu que se mira, sino que se trata de una modificación de la conciencia de los espíritus que lo observan. El viaje astral Practicado de modo consciente, el viaje astral consiste en salir de su cuerpo físico y evolucionar con su periespíritu. Existen técnicas y nosotros las desaconsejamos. Una desincorporación provocada artificialmente presenta el riesgo de posesión y de dificultades de regreso. Es mejor contentarse con la desincorporación inconsciente que se realiza naturalmente. El desdoblamiento llamado “natural” puede aparecer durante comas, desmayos, anestesias, caídas, traumatismos, accidentes, enfermedades, hipnosis, mediumnidad, NDE y más simplemente durante el sueño y el ensueño. A lo largo de nuestro sueño, nuestro espíritu con su periespíritu se libera naturalmente durante un período de unas dos horas no consecutivas, dejando descansar la envoltura carnal. Este viaje no presenta ningún inconveniente pues el cuerpo que está en reposo ya no tiene toda su vitalidad y por tanto no puede ser utilizado por una presencia extraña. La desincorporación nocturna permite recargarse en el más allá, encontrarse con su guía y con otros espíritus. Así, cada noche los espíritus humanos parten para el más allá al encuentro de los espíritus de desencarnados o de encarnados que también están desincorporados. Un hombre cuyo espíritu y periespíritu no escaparan nunca de su cuerpo moriría por falta de fluido, el hombre necesita el fluido cósmico para equilibrar su encarnación. El periespíritu del magnetizador El periespíritu de un magnetizador está dotado de una carga energética suplementaria que le confiere un peso de alrededor de 20 gramos. Durante la creación, después del impulso divino, el espíritu del futuro magnetizador es doblemente revestido de fluido universal. El magnetismo es energía vital. El magnetizador que dispensa su magnetismo equilibra su periespíritu en el principio de los vasos comunicantes: el que tiene más energía vital la redistribuye al que tiene menos. El magnetizador se recarga de energía de manera instintiva, natural, en el fluido universal. Cuanto más magnetiza un magnetizador, mejor se siente. Un magnetizador que se ignora, puede LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 55 sufrir de vez en cuando un desequilibrio periespiritual, por el excedente de energía que no es exteriorizada. El periespíritu del psicómetra Este periespíritu tiene la propiedad de ser más inervado, más interiorizado e imbricado en el cuerpo físico. Por el tacto de un objeto, el psicómetra podrá volver a hacer manifestarse la memoria gracias a su periespíritu mejor integrado a la materia viviente, y por ello más sensible a las percepciones por el tacto directo de un material. Posibilidades del periespíritu He aquí algunos ejemplos de las posibilidades y del papel de nuestro doble astral. Se habla con frecuencia del instinto de conservación, comprobándose que, en situación de peligro, éste puede decuplicar las fuerzas. “La razón de ello es periespiritual. El periespíritu registra todas las agresiones procedentes del exterior, cualesquiera sean su naturaleza y origen. Este registro acarrea automáticamente una contracción y una retracción del periespíritu. A su vez, esta contracción acarrea una gran expansión. El doble etérico manifiesta todo el poder de su elasticidad en el interior del organismo vivo. Los nervios, los músculos y los huesos son brutalmente penetrados por esta repentina expansión del doble, lo cual le da, durante breves instantes, una fuerza particular al ser humano que ha recibido anteriormente la agresión…” (Mensaje) Otro ejemplo es el papel del periespíritu en la levitación: “Cuando un ser humano le pide a su envoltura carnal que se eleve en el espacio, le pide simultáneamente a su periespíritu que actúe sobre el plano celular para aligerar el peso de su cuerpo. ¿Cómo puede un ser humano aligerar el peso de su envoltura física, de modo que pueda elevarse en el espacio, a pesar del peso? En el caso de esta voluntad, el sujeto está suficientemente consciente de la existencia de su periespíritu para ordenarle que transforme momentáneamente la naturaleza de su cuerpo físico. Eso quiere decir reducir el pulso cardiaco a veinte latidos por minuto, y transformar completamente el metabolismo a partir de una voluntad pensada por el espíritu. Eso quiere decir un conjunto de cambios establecidos a nivel de las partículas de las células periespirituales que van a actuar directamente sobre las células físicas para aligerarlas provisionalmente. Los torbellinos del átomo, de la partícula y de las células responderán a una resonancia pensada y reflexionada. El movimiento vital del átomo a nivel de su forma, en la manera en que se desplaza, se acelerará en ese mismo torbellino y el sujeto podrá elevarse en el espacio. Esta forma de levitación deseada por el espíritu del ser encarnado no debe confundirse con la levitación mediúmnica, tal como la recibida antaño por el célebre Daniel Dunglas Home, quien no provocaba el fenómeno por sí mismo. Eran espíritus desencarnados los que actuaban mediante el pensamiento sobre el periespíritu del médium para elevarlo en el espacio, con miras a demostrar, a probarle a la asistencia, las capacidades del espíritu”. (Mensaje de Gabriel Delanne) Hemos visto que el periespíritu tiene una importancia capital. Cuando el periespíritu sea reconocido, entonces se abrirán a los hombres nuevas perspectivas médicas, espirituales y morales. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 E C O S ¿Hacia un reconocimiento de la existencia del periespíritu? La existencia del periespíritu ya fue evocada por Claude Bernard (1813-1878), médico y fisiólogo, considerado como el fundador de la medicina experimental. Escribió en su obra Investigaciones sobre los problemas de la fisiología: “Hay como un diseño preestablecido de cada ser y de cada órgano, de modo que si, considerado aisladamente, cada fenómeno del organismo depende de las fuerzas generales de la naturaleza, parece revelar un vínculo especial, parece dirigido por alguna condición invisible en la ruta que sigue, en el orden que los encadena”. El periespíritu ha sido fotografiado. Se trata del procedimiento llamado efecto Kirlian, descubierto casualmente en 1939, por el técnico ruso Semyon Kirlian y su esposa Valentina Kirlian. Los clisés Kirlian muestran un halo luminoso parecido a un aura de colores variados, de alrededor de 1 a 3 cm., alrededor de objetos o de seres vivos. Han surgido diversas teorías; basadas sobre datos físicos como el efecto Corona, la ionización del aire, la humedad de los cuerpos, la energía del cuerpo sutil, etc. Cada una de esas teorías es incompleta para justificar la totalidad de los fenómenos comprobados. El periespíritu se ha pesado. Su existencia ha sido probada múltiples veces, ya sea en la antigua Unión Soviético, en Inglaterra y en los Estados Unidos. Pero tomar en cuenta la existencia del periespíritu trastornaría las concepciones materialistas con el reconocimiento de la existencia del alma. 56 MIRADA SOBRE por J E A N - P I E R R E L AT TA N Z I O E T R É G I S B E RT H AU T TESTIMONIOS DE PSICOMETRÍA A través de tres testimonios, abordaremos diferentes temas como la historia, el estado de ánimo de una persona en un momento preciso de su vida y la psicología humana. Una cruz de guerra traída por Régis Bertaud el 14 de marzo de 2007 Régis nos habla de su abuelo: “Durante la segunda guerra mundial, mi abuelo ingresó en la Resistencia a los 16 años, y a los 17 se alistó en el ejército, después de haber falsificado sus papeles de identidad. No lo conocí realmente y sin embargo, fue él quien se ocupó de mí hasta mis 4 años. Su atención respecto a mí y su paciencia me hicieron pensar que ese hombre era bueno e inclinado hacia el amor. Entonces, para conocer mejor a mi abuelo, de vez en cuando interrogaba a mi abuela que no regateaba hablar de él. Siempre he estado muy orgulloso de lo que hizo; se unió a la Resistencia a una edad en que los jóvenes de hoy apenas empiezan a conocer la vida. En esa época, Gilbert, mi abuelo, no tenía demasiada elección. Su familia, comunista y rebelde, fue acosada y él tuvo que tomar una decisión: huir o luchar. Pienso que el amor por la libertad y por su patria los impulsó, a él y a su hermano Pierre, a comprometerse y unirse a la Resistencia. Tuvieron actos de valentía, como tantos anónimos que participaron en la desaceleración de la expansión del enemigo. Pierre fue detenido por la Gestapo cuando distribuía octavillas de propaganda. Deportado, encarcelado durante tres años y torturado, fue decapitado en 1943. He leído la carta que había escrito a su familia antes de su ejecución, una carta tan terrible que todavía hoy, cuando pienso en ella, no puedo evitar sentir un nudo en el estómago. Mi abuela me decía con frecuencia, hablando de Gilbert, que había recibido esquirlas de obús en el brazo; que era una huella indeleble y dolorosa que le hizo sufrir el resto de su vida. Mi abuelo falleció a los 50 años; era una tarde, y el teléfono sonó para anunciar la terrible noticia. Fue a esa edad cuando aprendí lo que es la muerte y la imposibilidad de hacer volver a los que se ama. Lo que más lamento hoy, es no haber tenido tiempo de compartir más cosas con él y haberlo conocido mejor. Conocer mejor, comprender mejor, he aquí las motivaciones nobles, las motivaciones a las cuales el Círculo Allan Kardec ha sabido responder por medio de la psicometría. Algunos miembros de la asociación han desarrollado esta facultad durante más de cinco años antes de volverse operativos. Volverse operativo significa que tienen una sensibilidad suficientemente desarrollada para que las informaciones recibidas sean correctas. La psicometría es la facultad de entrar en comunicación con la materia. ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo se puede no confundirla con la videncia o la telepatía? El principio de la psicometría es el repliegue del periespíritu en el interior del cuerpo. El periespíritu es el agente que coordina el alma con el cuerpo físico. A partir de la física cuántica, se sabe que la materia es el resultado de un aglomerado de granos energéticos; cada partícula que compone la estructura del conjunto periespiritual es una partícula pensante y activa. El periespíritu es un cuerpo energético compuesto de mil millones de partículas pensantes, que, a nivel de la unidad no pueden pensar por sí mismas pero que se convierten en la inteligencia dentro del aglomerado que da nacimiento al cuerpo. No hay manifestación inteligente posible dentro del mundo físico sin la existencia de estos cuerpos energéticos, tanto a nivel de la naturaleza humana como de la naturaleza animal, vegetal y mineral. Así, antes de participar en esta sesión, tuve el cuidado de pedirle a mi abuela los pocos objetos que quedaban de mi abuelo. Le pedí así una carta, una medalla y una libreta militar. Este último objeto documentaba los lugares donde el soldado había combatido. En ese documento estaba escrito Tripolitania. Tripolitana es una región de Libia. La sesión comienza en la forma siguiente: Ese día estamos instalados alrededor de una mesa en número de seis y disponemos algunos objetos delante de nosotros. Durante ese tiempo, el psicómetra, Jean-Pierre, se prepara en una habitación LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 57 vecina; no sabe pues, cuando se instala, de quién son estos objetos ni de dónde proceden. Jean-Pierre está concentrado, se quita los lentes y se pasa la mano por el rostro; percibimos ya la seriedad de la sesión y por nuestra parte actuamos dirigiendo nuestros pensamientos hacia su guía que le permitirá cumplir su misión lo mejor posible. Nuestros pensamientos son los fluidos necesarios para toda actividad espiritual. El fluido, es como el agua que hace girar la rueda del molino. Jean Pierre mira los objetos, toma su tiempo, parece buscar una suerte de afinidad, de atracción, y para ello toma algunos de los objetos en sus manos, les da vueltas, los aprieta, luego los devuelve y recomienza con otro. Hace ya más de cinco minutos que empezó la sesión y el objeto aún no ha sido elegido. Entre el conjunto dispuesto se encuentra la cruz de guerra de mi abuelo. Debo confesar que deseaba vivamente que tomara el objeto, era mi primera experiencia; y egoístamente quería una revelación, conocer un poco mejor a mi abuelo. ¿Existe el azar? Paul Eluard decía que no hay azar, no hay más que citas y esa noche la cruz de guerra de Gilbert tenía cita con la mano de Jean-Pierre. Después de haberle dado vueltas y apretarla con precaución, colocó sus dos manos, una por debajo y la otra por encima. Y esperamos durante un tiempo que no sabría estimar. Luego, lentamente con voz lejana, JeanPierre comenzó la psicometría: “Veo a un hombre a punto de ser felicitado. Se le coloca esta medalla. Sonríe pero es una sonrisa de circunstancia. Él está en otra parte, en sus pensamientos. Más que tristeza, siente amargura. Piensa en lo que ha vivido. Está en desacuerdo con lo que ha hecho. Se niega a decir la verdad. No hay día en que no piense en ese pasado. Desde esos acontecimientos, rechaza las religiones, rechaza a los extremistas. Trata de ayudar, de dar, quiere redimirse. Ahora veo una escena de ese pasado. Hay disparos de fusil y también ruido de obuses, de granadas. Veo hombres acostados, que se protegen, hombres con miedo, que disparan en todas direcciones. Veo hombres muertos. Veo mujeres, niños en una aldea. No es una aldea de aquí. Están vestidos como en el país del Mediterráneo, del Magreb. Se avergüenza de haber matado inocentes, lo ha hecho para salvar su vida, lo ha aceptado por los demás no por él. También lo veo llorar”. Después de esta revelación, lloré, pues descubrí a mi abuelo, su estado de ánimo y debo decir que no voy a juzgar lo que hizo pues era la guerra y, por otra parte, ¿quién podría atreverse a juzgar estos actos? Si lloré fue más porque descubrí el sufrimiento de un hombre de bien, que vivió todo el resto de su vida con ese pesado fardo que le impuso un mundo inhumano. Tripolitania, es un hecho, está inscrito en la libreta militar y las esquirlas de obús en su brazo hablan por sí mismas. Desde entonces, pienso en él en forma diferente, trato de enviarle mis pensamientos, esperando que haya podido encontrar un más allá apacible y pueda tener, por qué no, un nuevo regreso para una vida que le deseo mejor y más grata. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 Psicometría del 10 de octubre de 2003 sobre una piedra traída por Rita: Una piedra de la abadía de TOMAR en Portugal. “Tengo la impresión de estar en la montaña. Domino toda una llanura muy verde. Tengo la impresión de estar en pleno comienzo del combate. Veo hombres alineados con arcos, corazas y cascos de hierro, en unas tres filas. Luego, hay otras personas con espadas y hachas, que están listas para luchar. Al lado de esta altura, todo ha sido preparado para rechazarlas. Hay montones de piedras, pero también tirachinas, catapultas y arqueros. Veo también personas que calientan aceite. Tengo la impresión de estar en la Edad Media, en tiempos de la guerra de los Cien años, guerras de religión… no, más bien de las Cruzadas. Las veo atacar, avanzan sin darse cuenta de que arriesgan su vida. Hay mucha sangre de cada lado. Los defensores han organizado muy bien las cosas. Las arrastran aparentando replegarse, pero después de una pequeña colina les espera un ejército más fuerte. Los agresores van a ser masacrados, y los pocos supervivientes serán decapitados y descuartizados. Eso va a ser una masacre. Lo extraño es que este lugar estaba poco poblado antaño y era poco conocido. Ahora está más insertado en una ciudad, pero aquí era el sitio histórico. Tengo la impresión de que en esta ciudad hay algo en altura. Veo una torre”. He aquí el testimonio de Rita: “En 2003, fui invitada por Jean-Pierre Lattanzio, era la primera vez que asistía a esta clarividencia sobre las piedras. Estando algunos años antes de vacaciones en Portugal, más precisamente en Tomar, recogí una piedra en una abadía que había visitado, piedra que ha servido para la psicometría. Jean-Pierre ha puesto en contexto y para mi gran sorpresa, Abbaye de TOMAR au Portugal. 58 corresponde perfectamente a la ciudad en referencia, pero en otra época, pues actualmente es un lugar muy turístico. Quedé muy impresionada con esta psicometría al comprobar que la vida está impregnada en cualquier piedra, y puede descubrirnos muchas cosas en numerosos campos. Luego, he tenido otras psicometrías sobre piedras de diferentes países y cada vez, he tenido siempre la misma admiración”. Luego de investigar sobre la historia de la ciudad de Tomar y de su abadía, hemos podido resaltar numerosos puntos concordantes (templarios, torre…) descubrimos que Tomar fue el cuartel general de los Templarios en Portugal en el siglo XII y entre los más significativos monumentos de los Templarios en Europa, todavía se puede ver el castillo de Tomar. Tomar cobró importancia sobre todo en el siglo XV, cuando la ciudad se convirtió en el centro de la expansión portuguesa bajo el reinado de Enrique el Navegante. Además, la Capilla de Tomar con sus ocho pilares centrales, inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén, fue edificada en la segunda mitad del siglo por los caballeros del Temple. Cuando el castillo se convirtió en sede de la orden del Cristo, sufrió numerosas modificaciones. RENDEZ-VOUS REGION FRANCHE-COMTE n Besançon Tél 03 81 62 29 27 / 03 81 51 25 33 • Samedi 16 janvier : "Communiquer avec l'au -delà" • Samedi 27 Février : "La vie extra terrestre" • Samedi 10 avril : "Spiritisme et santé" • Samedi 29 mai : "Messages de l'au-delà " Relais des Vallières à Besançon Planoise n Belfort / Montbéliard Tél 03 84 46 21 44 e-mail : [email protected] • Samedi 16 janvier : L’au-delà et le monde animal • Samedi 27 février : Spiritisme et santé • Samedi 10 avril : La vie extra-terrestre • Samedi 29 mai : Communiquer avec l’au-delà Hôtel «La Louisiane» ZAC des Prés - 90400 ANDELNANS REGION ALSACE-LORRAINE n Nancy Tél 03 83 51 37 56 / 03 83 40 25 36 e-mail : [email protected] • Samedi 30 janvier : 14h00 : qu’est-ce que la mort ?/15h30 : L’origine des maladies • Samedi 27 mars à 14h00 : Songes et rêves prémonitoires 15h30 : Mythes et légendes En après-midi de 14h00 à 18h00 Hôtel IBIS - Quai sainte Catherine, 42 rue du XXe Corps PARIS He aquí ahora otra psicometría hecha el 1 de mayo de 2003, sobre una pulsera que perteneció a la cuñada fallecida de Violeta: “Siento la cólera de una persona que no soporta su vida, que está llena de preguntas. Una persona que quisiera descubrir, aprender, encontrar y hasta crear, pero que siempre está frente a dificultades debidas a su vida, que la obliga a hacer cosas que no quiere. Ella quisiera la libertad de pensar. Quisiera poder no responder preguntas. A veces, se crea un mundo ideal para huir. Quisiera dar a muchas personas pero lo hace mal, entonces juega. No comprendo, o entonces soy yo quien debe delirar, veo a Italia, llena de ciudades italianas. Ya no comprendo, tengo la impresión de que es un país que la atrae…”. Violeta nos dice: “Efectivamente, mi cuñada tuvo dificultades de orden psicológico, debidas a una total falta de comprensión por parte de su esposo, ser egoísta, violento, de temperamento celoso y poco abierto a la cultura, al conocimiento, muy intolerante. En lo que concierne a Italia, uno de sus últimos viajes, ella apreciaba mucho a ese país, su cultura, su rico pasado y la hermosura de sus paisajes. Esta psicometría realizada por JeanPierre me parece muy acertada y exacta”. n Paris Tél : 09 50 30 56 18 - e-mail : [email protected] • Les samedis 6 février / 13 mars / 10 avril / 15 mai / 19 juin de 14h à 18h : Thèmes à définir Librairie „Les cent ciels“ - 12 av. Jean Aicard - 75011 Paris Métros : Ménilmontant ou Saint-Maur REGION MIDI PYRENEES n Montpellier Tél 04 67 36 65 22 - e-mail : [email protected] Renseignements : Mirès Confort : 04 .67 .58 .09 .61 Fabienne Touzet : 04.67.36.65.22 Samedi 23 janvier à 15h30 : «La réincarnation» Hôtel Ibis, échangeur Béziers-est, av. du viguier, Béziers. n Toulouse Tél : 05 34 42 08 02 (soir) - 06 24 92 22 01 e-mail : [email protected] Date & thème à définir Site : www.spiritisme-toulouse.com POUR PLUS D’INFORMATIONS Pour les indications actualisées concernant nos conférences, connectez-vous sur le site www.spiritisme.com (rubrique «conférences»). Vous y trouverez également quelques actualités et en particulier notre forum de questions-réponses qui vit au rythme d’interventions quotidiennes. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 Le journal spirite : D'anciennes revues sont encore disponibles, dont voici les principaux thèmes abordés. Les numéros marqués d'un astérisque (*) font l'objet d'une promotion. Anciens numéros épuisés : n° 1 au n° 19 20* Fantômes d’Ecosse - La photographie transcendentale - L’histoire du Cercle Allan Kardec (4) - Eléphant Man - Edgar Cayce - Rosemary Brown 21* Les stars en parlent - La quatrième dimension L’histoire du Cercle Allan Kardec‑(5) - Eusapia Paladino Padre Pio : un médium au cœur de l’église 22* Spiritisme et politique - La Xénoglossie L’histoire du Cercle Allan Kardec (6) - Sissi spirite - Padre Pio : un médium au cœur de l’église (2e partie) 23* Médias ; j’y crois, j’y crois pas - L’histoire du Cercle (7) - Portrait : Eléonore Piper - Témoignages passés : le fantôme des vivants Correspondances croisées 24* Max Ernst et l’énigme de l’Arizona - L’histoire du Cercle Allan Kardec (8) - Louis II de Bavière était-il médium ? - Forums à Nancy et Besançon La combustion spontanée 25* Entretien avec le professeur Jean Dierkens L’histoire du Cercle Allan Kardec‑(9) - La vie et l’œuvre de Gabriel Delanne Le Yéti, mythe ou réalité 26* Victor Hugo spirite - La réincarnation - Le maître Philippe de Lyon Daniel Dunglas Home, un médium extraordinaire - Le docteur Gustave Geley 27* Entretien avec Jean-Pierre Girard - La catastrophe du R101 - William Crookes - Le docteur Papus - La vie des esprits dans l’au-delà - Matthew Manning, son histoire 28* Le somnambulisme naturel - Entretien avec Gaston Debever - Le spiritisme face à la science Spiritisme et religion - La musique de l’invisible Charles Richet 29* Le magnétisme, une énergie d’avenir Entretien avec Marie-Capdecomme - Les philosophes - Quand les sirènes font surface - Rencontre spirite, à propos du Brésil 30* Celtisme et druidisme - L’homme et la bête Le new-age ou le bric-à-brac spirituel - L’architecture et les ondes de formes - Jean-Marie Vianney, curé d’Ars, médium. 31* Dossier : Le rêve - Le sixième sens - C’est quoi le spiritisme ? - Histoire du magnétisme et de ses précurseurs - Sir Arthur Conan Doyle 32* Les légendes sont-elles une réalité‑: les esprits répondent - A propos de la mondialisation - La raie géante - Vie et légende de Bouddha Alchimie, le grand secret 33* Maisons hantées et fantômes - L’expression artistique de l’au-delà Justice et peine de mort L’électron, une particule divisible et intelligente La réincarnation 34* Phénomènes OVNIS - Le secret de Fatima Les forces de la pensée La vie de Nostradamus - Le Père Lachaise - La psychométrie 35* L’inquisition d’hier et d’aujourd’hui Rencontres spirites au Vénézuéla L’atome spirituel - Jean Meyer, le bienfaiteur du spiritisme 36* Les artistes de l'au-delà - Jeanne D'Arc a-t-elle été brûlée ? - Les maladies mentales à travers l'histoire - La combustion spontanée - La psychométrie 37* L’IMI, Institut Métapsychique International Prémonitions et pressentiments - Le fantôme des vivants démontre l’existence de l’âme L’ectoplasmie 38* Le Brésil, une terre de spiritualité - Napoléon a-t-il été empoisonné ? Voyage en Roumanie Histoire de comètes - Poésie spirite 39* Christianisme et spiritisme - Entretien à propos de la clairvoyance - Le voyage astral - La faim dans le monde - Poésie spirite 40* Les grandes énigmes du monde - La médiumnité opprimée - Entretien avec Karine Chateigner La méthode Coué ou l’imagination au pouvoir 41* Magnétiseurs et Guériseurs - A propos des greffes - Entretien avec Adrien Piersanti l’Hypnose Poésies spirites 42*Dossier : la réincarnation - Entretien avec Virgil, magnétiseur et hypnotiseur spirite Expériences de psychométrie - Sclérose en plaque 43* Dossier : la clairvoyance - Peut-on prédire l’avenir ? - Médias et paranormal - Télépathie Psychométrie - Napoléon III et le spiritisme Peine de mort. 44* Dossier : la médiumnité - Raspoutine, le moine aventurier - Entretien avec Bernadette Chevalley : le magnétisme sur les animaux - L’Egypte. 45* Dossier : le phénomène OVNI - Les maladies oubliées - Entretien avec Marie-Noëlle Courtiol - La phytothérapie spirite - Mère Térésa 46* Dossier : Les fantômes - Le médium Jean Gusik - Psychométrie Sigmund Freud - La réincarnation Non à la peine de mort - La troisième révélation. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 47* Dossier : les forces de la pensée - Clairvoyance sur vies antérieures - La vie de Gabriel Delanne 1ère partie - Réflexion sur les rêves. 48* Dossier : les précurseurs du spiritisme - Interview de Rosemary Brown Soins magnétiques : témoignages - Violence et répression 49* Dossier : N D E, Expérience de mort imminente - Le visage du monde - Esprits et sentiments - Rufina Noeggerath - Les propriétés du périsprit 50* Dossier : Etre spirite aujourd’hui - Chico Xavier, médium - Croiset, clairvoyant - Manipulations génétiques : Le clonage. 51* Dossier : Les constructions énygmatiques - Entretien avec Karine sur“Le Nouveau Livre des Esprits” - L’art d’hier et d’aujourd’hui - Les pluies d’animaux - Enquête sur le monde invisible 52* Dossier : Paranormal et cinéma - A propos du sentiment religieux Télépathie : le psychisme végétal - Les monstres marins - Les sphères du Costa Rica - En quête de longévité 53* Dossier : Allan Kardec, le fondateur du spiritisme - Science : Les maladies de l’antériorité - Histoire : Le musée du spiritisme - Etrange : Le concert de Jean Romier - Lectures conseillées : Les cercles dans les blés 54* Dossier : Le spiritisme et la science - La jeune fille électrique Entretien‑avec Joël Francheteau sur la psychokinésie - Eric Raulet, chercheur français - Quand le spiritisme donne un droit de réponse Histoires magiques de l’histoire de France‑. 55* Dossier : Spiritisme et médecine - Disparition partielle d’un médium - Zoom sur la majorité silencieuse - La vie de Nostradamus - Le druidisme Padré Pio, un médium devenu saint - Enquête sur le monde invisible 56* Dossier : La quatrième dimension - Entretien sur la poésie avec Igor Manouchian - Léonard de Vinci, l’étincelle du génie - Zoom sur la majorité silencieuse : Les femmes prix Nobel - La santé holistique - Exposition de sculptures médiumniques en Angleterre. 57* Dossier : La médiumnité au féminin - Sculptures médiumniques à Michelham Priory - Zoom sur la majorité silencieuse : Les femmes prix Nobel (2) - Le spiritisme et la laïcité 58* Dossier : Bicentenaire de la Naissance d’Allan Kardec - La xénoglossie George Sand - La conscience - Entretien : Le cercle Allan Kardec a 30 ans Une maison hantée en Lorraine - Crop circles en Italie 59* Dossier : Avons-nous plusieurs vies ? : la réincarnation - Phénomènes inexpliqués en Sicile - Expérience de psychométrie - Forum à Oslo Spiritisme et société 60* Dossier : La vie des esprits dans l’au-delà. - Elisabeth Kubler-Ross, ou les derniers instants de la vie - Pascal Fortuny et la clairvoyance - La raison de la déraison 61 Dossier : Les artistes médiums - Centenaire de la mort de Louise Michel - À découvrir : L'univers d'Edgar Cayces 62 Dossier : Qu'est-ce qu'un médium ? - Clairvoyants célèbres : Gérard Croiset et Madame Fraya - À découvrir : Secrets et légendes de la France mystérieuse - Témoignage spirite 63 Dossier : Spiritisme et société - Entretien avec Karine Chateigner Antenne spirite de Norvège : Forum alternatif Oslo 2005 - Poésies spirites 64 Dossier : La clairvoyance - Les rêves célèbres de l’histoire - Il était une fois…,une histoire vraie - Le rêve - Les preuves de la survie. 65 Dossier : Matérialisation et ectoplasmie - Origin'Art : Exposition artistique du Cercle Allan Kardec - Poésies spirites 66 Dossier : La psychométrie - Le somnambulisme naturel et magnétique EMI-NDE, une nouvelle orientation - Fouilles archéologique dirigées depuis l'au-delà - Le bonheur est-il utopique ? - Faut-il toujours croire en Uri Geller ? 67 Dossier : Le guide - Hommage spirite : Au revoir Ségolène - L'incroyable clairvoyant et psychomètre Peter Hurkos - Les Templiers à la lumière du spiritisme - Esclavage, colonialisme, "le passé n'est donc jamais mort" ? 68 Dossier : Les écrivains inspirés par l'au-delà - La genèse de l'homme : entre esprit et matière - Entretien avec Jean-Jacques Charbonier médecin anesthésiste 69 Dossier : Spiritisme et religion : les premières croyances, les dogmes,.… L'univers : L'avant Big Bang - Hommage : Au revoir Jeanne et Louisa 70 Dossier : Fantômes et poltergeist - Les cercles de cultures : messages intergalactiques ? - Les fantômes de la télévision - Les maisons hantées Bateaux, trains, avions : manifestations fantomatiques - Enquête au pays des maisons hantées et des chasseurs de fantômes. 71 Dossier : La combustion spontanée du corps humain - Hommage : Au revoir Gaston - Quand la mort n'est pas une fin… - Histoire : Allan Kardec, du druidisme au spiritisme - Histoire : La lévitation - La tribune de 59 60 l'au-delà - Presse-Opinions-Actualités : La place des femmes au sein de la société - En quête de spiritualité. 72 Dossier : La vie extra-terrestre - Spiritisme et ufologie - L’affaire Roswell Entretien avec Stéphane Alix - Les OVNIs dans l’art - L’affaire UMMO Des exoplanètes à la pluralité des mondes - Témoignages - OVNI et science - Rencontre du 2e type - Les fresques non identifiées. 73 Dossier : Les Arts médiumniques - Connaissance : Le cerveau, cet inconnu - Phénomènes : Le paranormal et la guerre - Messages : Messages de l'au-delà - De l'au-delà : La musique céleste. 74 Dossier : Regard sur le monde - Entre ciel et terre, spirite et médium : entretien avec Karine Chateigner - Témoignage : les séances de délivrance - Le cercle Allan Kardec : la force pensée au quotidien. 75 Dossier : Les facultés psychiques - Editorial : Le nouveau visage de l'Amérique - Témoins : Né pour apprendre à être libre. 76 Dossier : Rêves et prémonitions - Editorial : les conditionnements religieux et culturels - Regard sur : Emmanuel Swedenborg, précurseur moderne du spiritisme. 77 Dossier : Les vie successives - Editorial : Le Journal Spirite : 20e année de parution - Regards sur : Résultats de psychométrie. 78 Dossier : Les médiums et la science - Editorial : 2012 et les faux prophètes - Regard sur : le stress et les maladie. ATTENTION ! Pour vos commandes d'anciens numéros, vous bénéficiez d'une remise en choisissant un ou plusieurs lots de 5 revues marquées d'une astérisque (voir liste ci-dessous) : le lots de 5 revues (du n°20 au n°60) est vendu 15 euros (frais de port compris) Photocopiez ou découpez ce bon d’abonnement SUSCRIPCIÓN: LE JOURNAL SPIRITE 1 1MES LE JOURNAL SPIRITE N° 79 JANVIER 2010 COORDONNÉES Mlle Mme M. Nom, Prénom : (Cochez SVP) Adresse Code postal Ville Pays Téléphone e-mail @ L'abonnement annuel est de 24 € (port compris) Dom-Tom et Etranger 26 € (port compris) (Etranger règlement par mandat-poste) Paiement par carte bancaire sur le site Internet "spiritisme.com" (paiement sécurisé) Paiement par chèque bancaire ou postal : à l'ordre du "Cercle Allan Kardec" Je retoune le coupon à l'adresse suivante : Jean-Claude THIRION - 22, bld d’Haussonville - 54000 NANCY signature Pour tous renseignements concernant les commandes, tél : 03 83 21 52 47 ou e-mail : [email protected] 2 JE CHOISIS MON MODE DE RÈGLEMENT chèque bancaire 3 chèque postal (Cochez SVP) JE COCHE LA (LES) CASE (S) DE (S) NUMÉRO (S) QUI M'INTÉRESSE (ENT) 20* 35* 50* 65 4 ou 21* 36* 51* 66 22* 37* 52* 67 23* 38* 53* 68 24* 39* 54* 69 25* 40* 55* 70 26* 41* 56* 71 27* 42* 57* 72 28* 43* 58* 73 29* 44* 59* 74 30* 45* 60* 75 31* 46* 61 76 32* 47* 62 77 33* 48* 34* 49* 63 78 64 MA COMMANDE OUI, je souscris un abonnement annuel au Journal Spirite (Cochez SVP) OUI, je désire recevoir les numéros cochés ci-dessus (Cochez SVP) nombre de lot (s) de 5 revues x 15 euros (port compris par lot) soit un total de : OUI, je désire recevoir les revues à l'unité € (Cochez SVP) numéro (s) x 6 euros (port compris par revue) soit un total de : € TOTAL DE MA COMMANDE : € LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010 A lire sans attendre... 27,00 e * L’unité, frais d’envoi inclus Toujours disponibles 35,00 e * L’unité, frais d’envoi inclus 37,00 e * L’unité, frais d’envoi inclus Dans la continuité de ses deux premiers ouvrages, Le nouveau Livre des Esprits et Ecce Homo, Karine Chateigner poursuit son travail d’écriture avec Entre terre et ciel : spirite et médium , nouveau récit qui relate certains évènements d’une histoire spirite et médiumnique vécue au sein du cercle Allan Kardec. Karine y décrit son parcours, sa rencontre avec les esprits et la découverte de sa médiumnité. Les manifestations spirites décrites et analysées dans ce récit concernent des messages reçus, des phénomènes de hantise, de poltergeist ou de matérialisation, ainsi que tout ce qui relève des différentes médiumnités exercées au Cercle Allan Kardec (clairvoyance, écriture automatique, oui-ja, incorporation). Du vécu, rien que du vécu... mais aussi l’imprégnation spirituelle de ce vécu qui n’est pas seulement la marque de manifestations étranges ou extraordinaires, mais la compréhension de phénomènes post mortem, qui s’inscrivent dans le cadre d’une communication spirite plus que centenaire, selon la volonté d’esprits désincarnés désireux de transmettre aux humains le sens de la vie universelle. Depuis maintenant 26 années, Karine Chateigner au contact des morts a trouvé le sens de la vie et témoigne encore une fois par ce récit de la vie des esprits qui s’adressent aux humains dans l’extraordinaire de leurs manifestations. Un livre à ne pas manquer, pour comprendre la mort qui ouvre sur des horizons insoupçonnés… Pour toute commande : Jean-Claude Thirion** 22, bd d’Haussonville - 54000 NANCY - tel : 03 83 21 52 47 * Prix de l’ouvrage et envoi en France Métropolitaine. Pour les Dom-Tom et l’étranger, nous consulter. ** Chèque à mettre à l’ordre de «Karine Chateigner»