los grandes principios - CENTRO GIENNENSE DE ESTUDIOS

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Journal Spirite
Le
N°79 - ENERO - FEBRERO - MARZO 2010 - 5,00e
LA REVISTA DEL CÍRCULO ESPÍRITA ALLAN KARDEC DE NANCY - FRANCIA
los grandes principios
de la Filosofía espírita
SUMAIRIO
N° 79 - ENERO 2010
2
DOSSIER:
Los grandes principios de la Filosofía espírita
TRADUCCIÓN:
Ruth Neumann
LE JOURNAL SPIRITE
Director de publicación :
Jacques Peccatte
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Comición paritaria N° 0608 G 88981
N° ISSN 1152-9572
FOTOS E ILUSTRACIONES
Archivos CSAK
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
EDITORIAL :
Los grandes retos del espiritismo
5 DOSSIER :
Los grandes principios de la Filosofía espírita
6 El ciclo de Dios o el ciclo de la vida
12 Ética y moral
18 La noción de libre albedrío
20Justicia y caridad, conceptos esenciales
de la filosofía espírita
23 Los principios de la mediumnidad
29Espiritismo y cristianismo
33La génesis del mundo
36 Punto de vista sobre la pluralidad de los mundos
38La reencarnación y sa consecuencia: progresar
44 La turbación
47La muerte y el espiritismo
50 El periespíritu
56 MIRADA SOBRE...
Testimonios de psicometría
58 RENDEZ-VOUS
Programme des conférences
59 ANCIENS N° DU JOURNAL SPIRITE
60 SUSCRIPCIÓN: LE JOURNAL SPIRITE
DE LA PART DE TOUTE L'ÉQUIPE DU JOURNAL
SPIRITE, NOUS VOUS SOUHAITONS UNE TRÈS
BONNE ANNÉE 2010, REMPLIE DE PARTAGE,
D'AMOUR ET D'HUMANISME...
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EDITORIAL
por
JACQUES PECCATTE
LOS GRANDES RETOS
DEL ESPIRITISMO
Tenemos la costumbre de decir que el espiritismo
es un combate, lo cual discutíamos recientemente
con una pareja de amigos espíritas argentinos,
Antonio y Mirta Bruni, de paso por Francia, y que
vinieron a visitarnos. Antonio nos explicó entonces
que consideraba al espiritismo como un verdadero
desafío, con ese aire entendido que significa que
somos unos Quijotes en persecución de un ideal
que tan poco logramos compartir cuando salimos de
nuestros medios espíritas. Desafiamos a la religión, la
ciencia, la sociedad, el sentido común, incluso hasta
a la parapsicología en sus aspectos más reservados.
Esa noción de desafío me pareció muy justa, pues el
combate espírita es en efecto un llamado a una forma
de revolución de las mentalidades, dentro de una
conmoción de los conceptos comúnmente admitidos
a partir de la trasgresión del tabú de la muerte.
Un desafío a las religiones
Por supuesto los espíritas no son los primeros en haber
vuelto a poner en tela de juicio las creencias religiosas,
pues ya el materialismo filosófico y científico se había
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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posicionado en la historia del pensamiento humano
desde hace varios siglos, y sobre todo de manera más
insistente a partir de Diderot, seguido más tarde por Karl
Marx y otros filósofos ateos. La oposición materialista
ha tenido el mérito de ser clara, en la medida en que
su demostración filosófica no tenía ambigüedades.
En cambio, no sucede igual con el espiritismo que
se encuentra en la situación incómoda de ser una
filosofía que desarrolla conceptos espiritualistas, los
mismos de la religión, pero de manera diferente. La
existencia de Dios, sí, ¿pero se trata del mismo Dios?
La reencarnación, sí, pero no ya dentro de una visión
orientalista del karma y el nirvana final, incluso a veces
de la metempsicosis. Los fenómenos que desafían las
leyes naturales admitidas, sí, pero no los milagros… La
comunicación con otros seres, sí, pero no los ángeles
o los demonios Y se podría proseguir la larga lista
de todo lo que pertenece a la vez a lo religioso y al
espiritismo, pero bajo formas diferentes.
Allan Kardec aclaró todos estos puntos, definiendo
precisamente las diferencias a partir de la revelación
espírita. Se desmarcó del fenómeno religioso, dándole
a la palabra “religioso” un sentido más amplio dentro
de la trascendencia de todas las creencias reunidas
y reinterpretadas a la luz de la enseñanza de los
espíritus. ¿Se trataba simplemente de una cuestión
de términos, de semántica? ¿Era necesario abandonar
la palabra religioso? Las posiciones fueron diversas
en la historia del espiritismo, unos que hacen de la
doctrina espírita una nueva religión, otros que asumen
un carácter no confesional y por lo tanto laico, y es
esta última noción la que nosotros hemos adoptado
para evitar todo menosprecio. En forma general, la
religión corresponde a una fe a partir de una verdad
revelada que los seres humanos han acondicionado
a su gusto. El espiritismo corresponde más bien
a un conocimiento, consecuencia de múltiples
experiencias que convergen en resultados idénticos,
un conocimiento que se ha formado a partir de la
comunicación con el otro mundo y a partir de una
reflexión filosófica sobre las enseñanzas del más allá.
Así pues, el espiritismo perpetúa su diferencia esencial
dentro de un enfoque metafísico que no debe nada
a lo religioso, y es probable que el abismo siga
profundizándose, sobre todo frente a las religiones
devenidas en integristas, dentro de las desviaciones
que evidenciamos, las de los evangélicos derivadas del
protestantismo y las del fundamentalismo musulmán.
Sin duda hay menos problemas con el catolicismo que
ya no se opone sistemáticamente a la manifestación
de los espíritus de los difuntos…
Y luego, al margen de los fenómenos religiosos,
podemos incluir el desarrollo de las nuevas
espiritualidades derivadas del esoterismo, y allí, la
oposición sigue siendo fuerte en la medida en que
nos encontramos frente a modelos de pensamiento
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individualistas, desconectados del mundo real en busca
de una trascendencia ilusoria (desarrollo personal,
comunicación con los ángeles o seres de luz, etc.)
El espiritismo ante a la ciencia
El espiritismo está en la incómoda situación de asumir
su carácter científico, sin responder a ciertos criterios
requeridos por las ciencias duras, como por ejemplo la
capacidad de reproducir un fenómeno a discreción. Ya
existe desde hace mucho tiempo una oposición entre
las ciencias duras y las ciencias psicológicas o sociales,
lo que equivale prácticamente a la oposición entre
ciencias materialistas y ciencias que aceptan integrar
un factor espiritual. ¿Sería necesario entonces que la
inteligencia humana sea desconectada de la ciencia
aun cuando es gracias a esa inteligencia que se abordan
los temas científicos? ¿Será necesario entonces que el
sentimiento y la moral sean desconectados de todo
enfoque científico con el pretexto de que el estudio
de los fenómenos de la naturaleza puede prescindir de
toda apreciación y juicio de valor?
El materialista debe disociar todavía dos órdenes de
cosas, por un lado una verdad científica y por el otro
una pertenencia religiosa o filosófica desconectada de
las experiencias científicas, dicho de otra manera, una
convicción compartida en el plano del estudio de los
fenómenos naturales y otra no compartida sobre las
opciones religiosas o filosóficas de cada uno.
En el momento en que algunos vuelven a poner en
tela de juicio los principios mismos de la ciencia
clásica a partir de un nuevo enfoque, el de la física
cuántica, es preciso volver a exponer en detalle todos
los paradigmas antiguos para definir de allí los nuevos.
Se sabe que a nivel de la materia en sus estados más
ínfimos, no hay más que energía. Se sabe igualmente
que en ciertas experiencias esa energía reacciona ante
la presencia humana. Se llega a poner en evidencia
una fuerza espiritual que interacciona sobre la materia
para hacer científicamente la pregunta de Dios. Quizás
estemos en el alba de una nueva visión donde será
necesario establecer la indispensable unión entre
ciencia y espiritualidad…
Las cuestiones políticas y sociales
Según algunos, los espíritas se ocupan de lo que no les
incumbe puesto que se interesan por la marcha del
mundo en sus aspectos sociales y políticos, como si
estos temas no debieran interesar sino al vulgo, como
si la espiritualidad no tuviera que intervenir en todo
lo que concierne a la organización de la comunidad
humana. Cada uno debería permanecer en su papel:
el sacerdote se ocupa de la salvación de las almas, el
espírita se comunica con el más allá y el político se
ocupa de los asuntos del mundo… Habría pues que
disociar estas diferentes preocupaciones y considerar
que la evolución de las sociedades no interesa ni a los
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espíritus ni a los espíritas. ¿Cómo podríamos hablar
entonces de evolución y de emancipación de los
individuos, si hiciéramos abstracción de lo que nos
relaciona con los demás dentro del vínculo social y las
estructuras de nuestras sociedades?
Mientras el mundo siga perdiéndose en una
desenfrenada carrera hacia el lucro, en una competencia
que todavía pudiera engendrar conflictos, todo espírita
normalmente constituido no puede sino interrogarse
acerca del funcionamiento de sociedades en las
que la hermandad, la solidaridad y la justicia siguen
siendo palabras vacías. Los buenos sentimientos de
compasión no bastan. Hay que mirar bien al mundo
tal y como va, estudiar su funcionamiento económico
y sus estructuras políticas, para comprobar que las
relaciones internacionales siempre están fundadas en
el interés, la explotación y el dominio del más fuerte,
en detrimento de los pueblos más desprovistos que son
víctimas de una competencia material que pertenece
a los poderes del dinero.
Si en espiritismo, se debe invocar la moral personal,
también necesitamos hablar de moral colectiva para dar
un sentido a la palabra solidaridad, ya sea uno cristiano,
espírita o de alguna otra disciplina humanista. Algunos
desearían que los espíritas se quedaran en su estricto
campo de la comunicación con los muertos, sin extraer
de ello las menores consecuencias filosóficas y éticas,
lo cual les volvería a llevar a no ser más que simples
espiritualistas que viven con los muertos y se olvidan
de los vivos.
Aún sobre este punto, nos encontramos ante a un
desafío no resuelto: conjugar un ideal filosófico con
sus consecuencias sobre los asuntos del mundo.
Muchos no lo aceptan, estimando que cada uno debe
permanecer en su lugar. Pues bien, nuestro lugar sin
embargo, es el de todo ciudadano que escucha al
mundo, en medio de los espíritus encarnados que
se han organizado en sociedades y que desean una
evolución de la humanidad entera.
Espiritismo y parapsicología
Sin perder de vista que la
parapsicología nació de la
antigua metapsíquica, es
preciso saber remontarse a
los orígenes: en otros tiempos
se trataba de estudiar
experimentalmente
los
fenómenos de ectoplasmia
y de materializaciones, para
demostrar científicamente
la existencia de los espíritus
a través de sus manifestaciones. Eso fue realizado a
principios del siglo XX por numerosos investigadores
y especialmente por Gustave Geley, primer director
del Instituto Metapsíquico de París. Los precursores de
la parapsicología eran pues espíritas, por lo menos la
mayoría de ellos. El objeto de sus investigaciones estaba
relacionado con el espiritismo, en una continuidad
de búsqueda que se hacía más científica. ¿Quién se
acuerda todavía hoy de los orígenes? Los espíritas
sin duda alguna… pero los mismos parapsicólogos
fingen desconocer su propia historia. Su actividad
se inició hace un centenar de años, dentro de una
filiación espírita claramente definida. Actualmente,
ellos prefieren olvidar su propio pasado, considerando
al espiritismo como una hipótesis anticuada y seudo
religiosa. Sus antecesores trabajaron para poner en
evidencia al espíritu, estos (los de hoy) se han vuelto
hacia otras investigaciones, sobre las capacidades y
propiedades del espíritu humano, descuidando otro
mundo del que dicen que nunca se podrá probar su
existencia.
Así pues, el foso entre el espiritismo y la parapsicología
se ha profundizado progresivamente, hasta el punto
de que necesitamos tratar de reconstruir toda una
relación perdida entre gentes que ya no se comprenden
(apartando a ciertos investigadores calificados de
parapsicólogos que, en las investigaciones sobre
las NDE y la reencarnación —en la línea de Ian
Stevenson—, avanzan por la vía de un reconocimiento
del espíritu, para acercarse progresivamente a las tesis
espíritas).
Respecto a la parapsicología en general, estamos
todavía ante un reto, el de hacer renacer una
convergencia a partir de nuestra voluntad de reanudar
el diálogo y volver a abrir el debate. Trabajamos
en ello, pero hay que admitir que la tarea es difícil,
puesto que el espiritismo siempre es considerado
con condescendencia por parte de las y los que
reivindican un elitismo científico e intelectual alejado
de las investigaciones metapsíquicas de sus padres
fundadores.
Entonces, hay todavía grandes retos delante de
nosotros, y en todos los planos. El espiritismo sigue
estando marginado: por una parte arrastra todavía una
imagen deformada y por otra porta una utopía que
exige mucho en la transformación de las mentalidades.
Como filosofía, el espiritismo nos lleva a reflexionar
sobre todos los aspectos de la vida; ningún tema le es
ajeno puesto que se trata del sentido dado a nuestras
vidas encarnadas, tanto en el plano individual como
en el colectivo. La evolución individual es un asunto
que nos concierne a todos, pero no hay evolución que
pueda desconectar lo individual de lo colectivo, si esa
evolución responde al sentido primero del mensaje
cristiano íntimamente vinculado al mensaje espírita.
Qué significa “Amaos los unos a los otros”, si no es
sentirse implicado en una vida universal, la del más
allá de nuestros seres queridos difuntos y la de nuestra
humanidad de la que todos somos actores colectivos.
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5
DOSSIER
los grandes principios
de la Filosofía espírita
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6
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
ETIENNE BERTHAUT
EL CICLO
DE DIOS
O EL CICLO
DE LA VIDA
De una creación impulsada por
la divinidad, a una progresión
evolutiva hacia la divinidad,
para una comprensión absoluta
de la divinidad
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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“Amad toda la creación de Dios, en su conjunto, hasta el
mínimo polvo. Si amáis cada cosa, comprenderéis el misterio
de Dios en las cosas”. F. Dostoievski
El Libro de los Espíritus de Allan Kardec plantea los
principios esenciales del espiritismo sobre la base de
preguntas y respuestas intercambiadas con los espíritus en
sesiones espíritas y agrupados en un conjunto coherente
y estructurado para convertirse en lo que se llamó la
“doctrina espírita”. El pilar fundamental del espiritismo es la
existencia de una fuerza suprema y creadora, todopoderosa
y omnipresente, y origen de todas las cosas: Dios.
La noción de Dios
Antes de desarrollar la noción de un ciclo divino,
detengámonos un poco en esta fuerza suprema. A falta de
un chisme de mostrador al estilo de “¡Dios es el tipo más
célebre del mundo y sin embargo nadie lo ha visto nunca!”,
antes de preguntarse “quién es Dios”, sería necesario
interrogarse sobre “qué es Dios”. Como principio primero del
espiritismo, que por lo demás supera a todos los otros, y del
cual derivan estos últimos, esta idea de Dios lógicamente es
abordada desde la primera pregunta de la obra emblemática
de Allan Kardec (Libro Primero - Las Causas Primeras,
Capítulo Primero - Dios): Pregunta 1: “¿Qué es Dios?” –
Respuesta: “Dios es la inteligencia suprema, causa primera
de todas las cosas”. Un criterio de infinidad es atribuido
entonces a Dios: Pregunta: “¿Podría decirse que Dios es el
infinito?” – Respuesta: “Definición incompleta. Pobreza de
la lengua de los hombres que es insuficiente para definir
las cosas que están por encima de su inteligencia”. Muy
pronto, se ha planteado de entrada una limitación en la
incapacidad de nuestro lenguaje, nuestra inteligencia,
nuestra reflexión, o nuestro razonamiento, para aprehender
de manera directa la noción de la divinidad. Sin embargo,
puesto que a nuestro nivel Dios es indefinible, sigue siendo
posible ejercer ese mismo razonamiento yendo a buscar el
sentido de la divinidad en los “síntomas” de la divinidad, a
saber la armonía del universo, de las cosas y de la vida. De
allí, surge el postulado esencial del proceso de Allan Kardec:
“Todo efecto tiene una causa. Todo efecto inteligente tiene
una causa inteligente. El poder del efecto está en razón
del tamaño de la causa”. Se remonta entonces a la causa
original, es decir a Dios, por la observación de sus efectos.
Así prosiguen las primeras líneas de El Libro de los Espíritus:
Pregunta: “¿Dónde puede encontrarse la prueba de la
existencia de Dios?” – Respuesta: “En un axioma que aplicáis
a vuestras ciencias: no hay efecto sin causa. Buscad la causa
de todo lo que no es obra del hombre, y vuestra razón os
responderá”. Como lo recomiendan los espíritus, para llegar
a Dios, basta pues con volver los ojos hacia las obras de la
creación divina. El universo existe, tiene pues una causa.
Dudar de la existencia de Dios, sería negar que todo efecto
tiene una causa, y plantear que “nada” ha podido hacer
“algo”. Otra pregunta, otra respuesta: Pregunta: “¿Qué
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consecuencia puede extraerse del sentimiento intuitivo
que todos los hombres llevan en sí mismos de la existencia
de Dios?” – Respuesta: “Que Dios existe, pues, ¿de dónde le
vendría este sentimiento si no descansara en algo? Esto es
también una consecuencia del principio de que no hay efecto
sin causa”. La demostración lleva entonces a considerar que
todo lo que existe no puede ser fruto del azar, sino que
necesariamente tiene una causa primera. Realmente hay
una voluntad inteligente en la organización armoniosa y
estable de las cosas, desde lo infinitamente pequeño hasta
lo infinitamente grande. Con gran frecuencia, al cometer
el error de atribuir la formación primera de las cosas a las
propiedades íntimas de la materia, tomamos el efecto por la
causa, mientras que esas propiedades son ellas mismas un
efecto que debe tener una causa. Y atribuir esa formación
primera a algo fortuito y aleatorio, a la imagen del azar y la
necesidad, se convierte entonces en un contrasentido: ¡un
azar inteligente ya no es azar!
Los atributos de la divinidad
A partir de allí, Allan Kardec definió por deducción lógica y
razonando por lo absurdo todo un conjunto de atributos que
caracterizan la noción de Dios, cualidades necesarias que hay
que relacionar con el hecho de sus obras:
“Dios es ‘eterno’: si hubiera tenido un comienzo, habría salido
de la nada, o bien habría sido creado por un ser anterior.
Es así como de pariente en pariente nos remontamos al
infinito y a la eternidad.
Dios es ‘inmutable’: si él estuviera sujeto a cambios, las
leyes que rigen el universo no tendrían ninguna estabilidad.
Dios es ‘inmaterial’: es decir que su naturaleza difiere de
todo lo que llamamos materia, de otra manera no sería
inmutable, pues estaría sujeto a las transformaciones de
la materia.
Dios es ‘único’: si hubiera varios Dioses, no habría unidad
de puntos de vista, ni unidad de poder en la ordenación del
universo.
Dios es ‘todopoderoso’: porque es único. Si no tuviera el poder
soberano, habría algo más poderoso o tan poderoso como él.
No habría hecho todas las cosas, y las que no hubiera hecho
él serían obra de otro Dios.
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Dios es ‘soberanamente justo y bueno’: la sabiduría
providencial de las leyes divinas se revela tanto en las cosas
más pequeñas como en las más grandes, y esa sabiduría no
permite dudar ni de su justicia, ni de su bondad”.
Todo regresa y se remonta así a una causa primera, a la
fuente, es decir a Dios, definiendo de hecho un principio de
creación como característica esencial y visible de esa fuerza
divina en acción. Se habla entonces de paternidad divina en
las cosas creadas, de lo inerte a lo viviente, de lo material a lo
inmaterial, del mineral al espíritu, pasando por todas las leyes
llamadas naturales que rigen los movimientos de la vida y de
la materia bajo toda naturaleza y bajo cualquier forma que
sea. Detrás de cada cosa, hay pues un gran arquitecto como
lo sugiriera P. Teilhard de Chardin: “En cada partícula, en cada
átomo, en cada molécula, de las células de materia, viven
escondidas y obrando a espaldas de todos, la omnisciencia
del eterno y la omnipotencia del infinito”. Todo lo que revela
vida contiene un ápice de Dios, con la consecuencia del
sentimiento intuitivo de la existencia de Dios que todos
los hombres llevan en sí mismos, cualesquiera que sean las
culturas y las civilizaciones.
La creación divina: espíritu y materia
Dios se manifiesta pues, de manera permanente en todo el
universo a través de su creación que no tiene comienzo, ni
fin, ni límite finito. Esta creación concierne a dos elementos
generales esenciales del universo: el espíritu y la materia.
Ambos llevan en sí un carácter de unicidad y de eternidad,
resultado de un proceso espiritual nacido directamente de
Dios. Ambos siguen siendo consecuencia de una acción de
pensamiento, conducida y dirigida, de manera inmutable
y universal, fuera de todo azar y de todo accidente. Este
impulso creador emana de ese proceso divino y toma su
fuente de un deseo amoroso donde se transmite la idea,
la imagen, el pensamiento que se condensa para crear los
mundos, las cosas, las formas… Hay, pues, un punto de
partida, un comienzo en toda la creación de Dios, pero el
origen de cómo y cuándo fueron hechos el elemento espíritu
y el elemento materia, sigue siendo un misterio: en efecto,
la época y la forma de esa formación son desconocidos
sólo responde al principio de una voluntad divina. Por una
parte la materia es el resultado de un aglomerado atómico
engendrado por fuerzas gravitacionales cuya fuente es
espiritual. Ya sea mineral, vegetal u orgánica, ya sea inerte o
viva, esa materia responde a un principio atómico unitario
nacido de lo que la fuerza creadora ha querido que fuera.
No hay en la materia más que construcción elaborada
de un pensamiento inteligente. Cada elemento de base
está atravesado por la energía del pensamiento divino: en
cada partícula, de la molécula al átomo, del átomo a las
subdivisiones de la física cuántica, se revela una presencia
energética de naturaleza espiritual.
Por otra parte, en cuanto al espíritu, éste es definido en
El Libro de los Espíritus como el principio inteligente del
universo, pues la inteligencia, el pensamiento, es un atributo
esencial del espíritu. El individuo, que al principio no existe
como tal, también nació de un pensamiento divino, se
convirtió en un átomo espiritual para devenir finalmente
en espíritu. Se dice que Dios crea sin cesar espíritus de toda
naturaleza. En ese instante, cada espíritu es —se verá—
creado simple e ignorante como un material bruto que está
por definir, por definirse, pero que lleva en sí el carácter
de la individualidad. En la armonía infinita que caracteriza
la creación divina, esa misma armonía exige entonces
diferencias, a partir de las cuales sabrán encontrarse
diferentes formas, diferentes razones de ser, diferentes
naturalezas espirituales. Así pues, como consecuencia
los diferentes reinos han sido pensados y creados en la
fuente de Dios, que ha querido esas distinciones paralelas
sobre las cuales se establece esa misma armonía. Además,
aunque es incesante una correlación entre los dos, se pone
en evidencia una diferencia entre el mundo espírita (de
los espíritus) y el mundo material: el mundo espírita es
lo principal en el orden de las cosas, es el que preexiste y
sobrevive a todo.
Nota: La creación divina permite entonces distinguir
tres tipos de clases. Ya los seres inanimados formados de
materia sola, sin vitalidad ni inteligencia, son los cuerpos
brutos, la materia inerte. Luego los seres animados no
pensantes, formados de materia y dotados de vitalidad,
pero desprovistos de inteligencia, se incorporan aquí el
vegetal, el unicelular, incluso el mundo de los insectos. Y
finalmente los seres animados pensantes, formados de
materia, dotados de vitalidad y que tienen además un
principio inteligente que les da la facultad de pensar, son los
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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animales y los seres humanos o extraterrestres. Cuando en
este artículo hablamos de espíritu, como entidad pensante
y activa, es entonces exclusivamente en referencia a esta
última clase que se hace alusión por defecto, considerando
en particular los seres humanos que somos. La distinción
entre los animales y los seres humanos se hace entonces a
nivel de la inteligencia que los anima, que en los animales
está principalmente en forma de instinto: el instinto es
una inteligencia rudimentaria que difiere de la inteligencia
propiamente dicha en que sus manifestaciones son casi
siempre espontáneas, mientras que las de la inteligencia son
resultado de una combinación y de un acto deliberado que se
llama razón. El instinto varía entonces en sus manifestaciones
según las especies y sus necesidades. En los seres que tienen
conciencia y percepción de las cosas exteriores, se une a la
inteligencia, es decir a la voluntad y a la libertad.
El fluido universal,
vínculo entre espíritu y materia
En este estadio, aparece un tercer elemento fundamental
para la continuación de las cosas, el fluido. En efecto, el
espíritu no puede permanecer en el espacio solo, simple
e ignorante, y tiene necesidad de vincularse a la materia
bajo la forma de la encarnación. Para ello, es preciso un
intermediario entre el espíritu y la materia, ese intermediario
es llamado fluido universal. El espíritu va entonces a
penetrarlo para dar nacimiento a la materia periespiritual,
herramienta indispensable de la encarnación. Si no hay un
comienzo para la fuerza del amor, hay un comienzo a la
vida del espíritu, que entonces despierta gradualmente y
poco a poco toma su forma. Extrae entonces del fluido de la
vida su forma futura, que se hará puntual en las secuencias
de su encarnación. Así es la construcción de la periferia
del espíritu, es decir del periespíritu. El principio vital
toma pues su fuente del fluido universal. Éste es el mismo
para todos los seres orgánicos, pero modificado según las
especies; es además lo que les da movimiento y actividad,
y les distingue de la materia inerte, pues el movimiento
de la materia no es en sí mismo la vida: ella recibe ese
movimiento, no lo da. Allí hay aún un error fundamental de
la ciencia en la comprensión del misterio de la vida a través
de las investigaciones en biología, por ejemplo, donde una
vez más se confunde el efecto con la causa. Y esa ciencia
se estrella, todavía hoy, en cuanto a la explicación de lo
viviente… Por otra parte, ¿cómo podría hacerlo de otra
manera dentro de una visión esencialmente materialista
y mecanicista?
¿Qué nos explica El Libro de los Espíritus sobre este fluido
vital? Pregunta: ¿Habría así dos elementos generales del
universo: la materia y el espíritu?” – Respuesta: “Sí, y por
encima de todo eso Dios, el creador, el padre de todas
las cosas. Esas tres cosas son el principio de todo lo que
existe, la trinidad universal. Pero, al elemento material, hay
que añadir el fluido universal que desempeña el papel de
intermediario entre el espíritu y la materia propiamente
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
dicha, demasiado grosera para que el espíritu pueda tener
acción sobre ella. Aunque, desde cierto punto de vista, se
le pueda ubicar dentro del elemento material, se distingue
por sus propiedades especiales. Si realmente fuera
materia, no habría razón para que el espíritu no lo fuera
también. Está colocado entre el espíritu y la materia. Es
fluido, así como la materia es materia, susceptible, por sus
innumerables combinaciones con ella y bajo la acción del
espíritu, de producir una infinita variedad de cosas de las
que sólo conocéis una pequeña parte. Siendo este fluido
universal, o primitivo, o elemental, el agente que emplea el
espíritu, es el principio sin el cual la materia permanecería
en permanente estado de división y no adquiriría nunca
las propiedades que le da el peso”. Y como escribe Allan
Kardec más adelante: “La vida es un efecto producido por
la acción de un agente sobre la materia. Ese agente, sin la
materia, no es la vida, así como la materia no puede vivir
sin ese agente. Da la vida a todos los seres que lo absorben
y se le asimilan”. A partir de allí, y en particular para los
seres orgánicos, se pone en movimiento el principio de
la vida bajo todas sus formas y diferencias, tal como la
naturaleza nos la puede presentar ya en nuestro planeta.
Y si espíritu y materia parecen tan distintos, hace falta
la unión del espíritu y la materia por el fluido vital para
“hacer inteligente” a la materia y que esta vida, estas vidas,
adquieran entonces el sentido de la evolución. Ese instinto
de evolución, programado por la fuerza divina, impulsará
entonces al espíritu a descender hacia las vibraciones de la
materia. Esa individualidad, marcada con el sello de Dios,
se formará lenta y progresivamente, en el transcurso de las
sucesivas encarnaciones en la materia.
Nota: Como se definió anteriormente, para los seres
vivos no pensantes, como los insectos o los vegetales, el
principio de vida reposa también en esa misma noción de
fluido vital que anima una porción de materia, aunque la
noción de espíritu no se aplique a su situación por estar
ellos efectivamente desprovistos de inteligencia. Se habla
entonces de una manifestación psíquica primaria dentro
de un mecanismo calificado de semi-consciente, sin hablar
por ello de individualidad espiritual. Ese dinamo-psiquismo,
término creado por el Dr. G. Geley en 1914, es atravesado
entonces por la fuerza programadora de la divinidad para
crear formas de vida convenientes en el seno de esos reinos.
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Una necesidad evolutiva a través de la vida
Gracias al fluido universal, el espíritu emprenderá entonces,
a través de múltiples encarnaciones, un proceso evolutivo
que lleva en sí los atributos de la vida. De hecho, esta
evolución responde a la permanente llamada de la fuerza
paternal que, por su carácter atractivo, incita a toda la
creación impulsada a unirse a Dios. Así, los reinos avanzan
juntos en paralelo y prolongan su evolución en el mismo
sentido, el de la perfección divina en un punto omega donde
todas las naturalezas habrán de reunirse, cualesquiera
sean sus formas y modos de evolución. He aquí cómo
podríamos tratar de resumir, dentro de los límites de
nuestro lenguaje y de nuestra comprensión, la necesidad
de esta evolución global hacia Dios a partir de un impulso
creador que prosigue por un principio vital. La vida lleva
pues en sí la noción de construcción, de metamorfosis, de
trascendencia. Es para el espíritu el punto de partida de
una evolución de carácter reencarnacionista, donde de vida
en vida dentro del aprendizaje de lo bello, del bien, de la
verdad, de lo bueno, y con cierta libertad, sabrá unirse a esa
paternidad divina que lo ha creado.
Y un día, más allá de lo carnal, más allá de la vibración
periespiritual y material, el espíritu conocerá poco a poco
en su nueva grandeza el estado de no materia, pues ese
sigue siendo finalmente su origen, aun cuando la evolución
que le atrae hacia Dios le haya impuesto el contacto, la
unión, a la materia. Entonces la reencarnación ya no tendrá
razón de ser, pues se habrá unido a Dios por haberlo
comprendido. Entonces, de manera perpetua e infinita,
cuando los espíritus hayan alcanzado la pureza superior y
hayan trascendido la materia, vendrán otros a eclosionar
en el espacio, impulsados por el mismo soplo inmutable
de Dios para conocer el mismo camino. Así, reunidos en
la comprensión suprema de Dios, en el conocimiento
absoluto, participarán en la creación universal en un acto
de amor infinito. Lejos de un estado de beatitud, ellos
aportarán sus impulsos creadores, proyectando a su vez sus
pensamientos, sus imágenes, sus colores, sus formas y sus
materiales, participando en el equilibrio universal. De esta
proyección del pensamiento extraordinario nacido de la
pureza de los espíritus, nacerán entonces mundos nuevos.
Así se cierra el círculo, y así prosigue y se perpetúa el ciclo
infinito de la vida, el ciclo de Dios.
Progreso de los espíritus
en diferentes grados de avance
En espera de ese estado supremo como fin último de las
encarnaciones sucesivas, la evolución aparece como un
desarrollo lento, muy lento, a menudo difícil y laborioso. El
camino hacia la conciencia divina es largo y sembrado de
numerosas trampas. A semejanza de nuestra vida terrenal,
con frecuencia se nos plantea esta legítima pregunta del
porqué de ese camino tan complicado y doloroso en la
materia. La respuesta sigue siendo un misterio, aun para los
espíritas, pero el hecho es que el sentido de la encarnación
deseada por Dios impone la exigencia de la materialidad
para comprender el amor, para vivir la armonía. Nosotros,
como espíritus hijos de Dios, debemos vivir los unos con
los otros, en contacto unos con otros, sabiendo también
distinguir unos de otros, para aprender a comprenderse y a
amarse. Por ser creados simples e ignorantes, no somos al
parecer lo suficientemente evolucionados en conocimiento
y moralidad para poder vivir en serenidad, en amor y
armonía, en el mundo invisible. Y como el libre albedrío es
el motor esencial de la evolución, nuestro espíritu realiza el
aprendizaje del bien, pero también del mal, ya sea víctima
o verdugo. Y en la falta de evolución, en la parte más baja
de la escala, es sobre todo el mal lo que desdichadamente
se expresa, como si éste pareciera “más fácil” que el bien.
Precisemos seguidamente que no se trata de ninguna
justificación del mal, sino más bien la simple aplicación de
la relación de causa a efecto debida a la inferioridad que
caracteriza este estado. De allí los sufrimientos, desdichas,
dificultades, desigualdades, injusticias… por añadidura con
la panoplia de los principales defectos del espíritu humano:
orgullo, egoísmo, falta de respeto, dominio, individualismo,
necedad, intolerancia, celos, ambición, codicia… En efecto,
aquí estamos, ¡en terreno bien conocido en la Tierra!
Entonces los espíritus no parecen todos iguales, por ser
diferentes según el grado de avance al cual han llegado de
manera individual. A semejanza de numerosos espíritus,
esos grados de avance son ilimitados porque no es
posible trazar líneas claras de demarcación, en la medida
en que la evolución se hace de manera muy progresiva
y lineal. Sin embargo, considerando las características
generales, pueden reducirse a tres categorías principales,
tal y como las presentó Allan Kardec: “En el primer rango
pueden colocarse los que han llegado a la perfección:
los espíritus puros. Los del segundo orden han llegado al
medio de la escala: el deseo del bien es su preocupación.
Los del último grado están todavía al pie de la escala: los
espíritus imperfectos. Se caracterizan por la ignorancia,
el deseo del mal y todas las malas pasiones que retardan
su avance”. Para pormenorizar un poco, los espíritus de la
última categoría se caracterizan por el predominio de la
materia sobre el espíritu y una propensión global al mal. La
ignorancia, el orgullo, el egoísmo son defectos extendidos.
Muchos ya no son esencialmente malos: en muchos de ellos
hay mucho más de ligereza, inconsecuencia y malicia que
de verdadera maldad. Unos no hacen ni bien ni mal y otros,
por el contrario, se complacen en el mal. Muchos tienen
la intuición de Dios, pero no lo comprenden, y entonces
sus conocimientos sobre las cosas del mundo invisible
siguen siendo limitados. El Libro de los Espíritus propuso en
su época cinco clases principales por orden más o menos
creciente: espíritus impuros, espíritus ligeros, espíritus
falsos sabios, espíritus neutros, y espíritus golpeadores y
perturbadores. En esta categoría, se encuentran los que
más comúnmente llamamos hoy en día espíritus malos,
espíritus que sufren y espíritus en turbación. Se inscribe
también todo un conjunto de espíritus conscientes que
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ya tienen algunas encarnaciones en su activo, pero que
no están lo suficientemente evolucionados como para ser
considerados de pleno derecho buenos espíritus. Debemos
estar tan cerca de ellos…
Los espíritus de la segunda categoría se caracterizan por el
predominio del espíritu sobre la materia y por el deseo del
bien: son los espíritus buenos. Sus cualidades y su poder para
hacer el bien están en razón del grado que han alcanzado:
unos tienen la ciencia, otros sabiduría y bondad, y los más
adelantados reúnen el saber y las cualidades morales.
Muchos ya comprenden a Dios y el infinito. Son felices
con el bien que hacen y el mal que impiden. El amor que
los une es para ellos fuente de una inefable felicidad que
no se altera ni por envidia, ni por remordimientos. Buenos
y bondadosos para con sus semejantes, no son movidos
por el orgullo, ni por el egoísmo, ni por la ambición, y no
experimentan ni odio, ni rencor, ni envidia, ni celos, y hacen
el bien por el bien mismo. Y siempre por orden creciente
en la sucesión de categorías de los espíritus imperfectos,
en El Libro de los Espíritus también fueron propuestos
cuatro grupos principales: espíritus benevolentes, espíritus
sabios, espíritus prudentes y espíritus superiores. En esta
categoría se encuentran, por ejemplo, todos los espíritus
buenos en sentido amplio, los espíritus guías y protectores,
así como los espíritus superiores ya cercanos a la pureza,
a semejanza de ciertos personajes conocidos de la
Historia venidos con un objetivo misionero para iluminar
a la humanidad. Los espíritus encarnados en la Tierra se
reparten así globalmente entre estas dos categorías,
espíritus buenos y espíritus llamados imperfectos, no
obstante con una mayoría evidente de estos últimos… En
cuanto al primer orden de los espíritus puros es una clase
única que reúne a todos los espíritus que han alcanzado
el grado supremo de la perfección. Por haber recorrido
todos los grados de la escala, alcanzado el punto omega
de la evolución y encontrado la fuerza causal, tienen una
superioridad intelectual y moral absoluta respecto a todos
los espíritus de las otras dos categorías. Y como hemos
visto más arriba, ya no están sometidos a los imperativos
de la reencarnación y tienen la vida eterna, participando
entonces en la creación en el seno de Dios.
“Trabajar más para progresar más”
Desde el impulso inicial, los espíritus no son por defecto
ni buenos ni malos: creados simples e ignorantes, son
vírgenes y neutros de toda inclinación, pero tienen la
libertad de manera intrínseca, la de hacer o no hacer, la de
seguir o no seguir, y la de progresar más o menos rápido
en función de las aptitudes, competencias, voluntades o
circunstancias. Esta noción de libre albedrío es un dato
importante en el cual siempre insisten mucho los espíritus
en las comunicaciones recibidas en sesión espírita. El libre
albedrío se desarrolla en la medida en que el espíritu
adquiere conciencia de sí mismo. Ya no habría libertad si la
elección fuera solicitada por una causa independiente de la
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voluntad del espíritu. La causa del bien o del mal no está
en él, está fuera de él, en las influencias a las cuales cede
en virtud de su libre voluntad. Somos pues responsables
de nosotros mismos y de nuestro propio avance. Lo que
va a caracterizar el progreso se halla entonces a nivel de
la comprensión, de la reflexión, de la toma de conciencia,
del aprendizaje de conocimientos o de valores por el solo
hecho de una voluntad propia.
Se puede hacer así la analogía con una escuela donde
cada clase corresponde a una encarnación: se puede
progresar rápido trabajando, también se puede repetir,
no se retrocede, pero cada vez se aprende algo que nos
construye y nos da la capacidad de ser cada vez más
libres. Al final, se habrá adquirido y poco importará la
forma en que se adquirió, cada clase superior se beneficia
finalmente con las adquisiciones precedentes sobre la
base de nuestro solo trabajo y esfuerzo personal. Como
lo resume El Libro de los Espíritus: “La sabiduría de Dios
está en la libertad que deja a cada uno elegir, pues cada
uno tiene el mérito de sus obras”. “Trabajar más para
progresar más”, he aquí en suma un adagio moderno
completamente circunstancial, ¡aunque aquí tratemos de
hablar de inteligencia y de moralidad…! A nuestro nivel el
camino todavía es largo, las palabras y las explicaciones
no bastan para expresar los designios divinos que
siguen siendo para nosotros misterios muy difícilmente
aprehensibles. Se intenta aproximarse a un exhaustividad
de la divinidad que lógicamente sólo es posible una vez
alcanzado el objetivo último. Pero finalmente se trata de
principios y hechos contenidos completos en un célebre
aforismo admirablemente sintetizado por Allan Kardec y
que nuestra razón de terrícolas es capaz de comprender:
“Nacer, morir, volver a renacer y progresar sin cesar: ¡tal
es la ley!”. Pues así es el ciclo de Dios.
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DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
PAT R I C I A S A L I BA
ÉTICA Y MORAL
«La supervivencia del alma debe penetrar progresivamente todas las conciencias
del planeta para que éste se transforme»
Por sus consecuencias morales el espiritismo, como filosofía, nos lleva a reflexionar sobre la condición
humana y por tanto sobre todas las grandes cuestiones sociales. A través de diversas comunicaciones, los
espíritus muestran sin cesar su preocupación por el devenir de una humanidad que olvida su origen divino,
que se olvida de amar y que sufre. Dominaciones de todo orden envilecen a los hombres, proyectando sobre
el planeta numerosas plagas destructivas. .
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LEY DEL PROGRESO
La ley del progreso es una condición de la naturaleza
humana. Obliga al hombre a reflexionar al contacto con
los demás porque él lleva en sí el sentido de su progreso.
Si bien humanos malos o leyes malas retrasan ese
progreso, sin embargo nadie puede oponerse a él. Las
revoluciones morales y sociales germinan a veces en el
transcurso de los siglos, pero siempre acaban por estallar
y provocar el cambio saludable. De vez en cuando, luces,
hombres más evolucionados muestran el camino. ¿Son
seguidos? No, pero esa luz que traen repercute tarde
o temprano. La frase de Jesús “Amaos los unos a los
otros” todavía resuena desde hace 2.000 años, y si no
aplicamos esta filosofía, es porque seguimos estando
en los comienzos de una verdadera comprensión del
lazo que debe unir a todos los hombres. Puesto que
el desarrollo del libre albedrío sigue al desarrollo de la
inteligencia y aumenta la responsabilidad de nuestros
actos, es fácil ver que no estamos allí para la mayoría de
los habitantes del planeta.
LEY DE IGUALDAD
¿Nos ha creado Dios con diferentes aptitudes?
En El Libro de los Espíritus puede leerse esta respuesta a
la pregunta 804:
“Dios ha creado a todos los espíritus iguales, pero cada uno
de ellos ha vivido más o menos tiempo y por consiguiente
ha adquirido más o menos aptitudes; la diferencia está
en el grado de su experiencia, y en su voluntad, que es
el libre albedrío: de allí que unos se perfeccionen más
rápidamente, lo cual proporciona aptitudes diversas.
Lo que no hace uno, lo hace el otro, es así como cada
uno tiene una tarea útil”. Es por la reencarnación, por las
múltiples experiencias que atravesamos, que mejoramos.
Esta doctrina de las vidas sucesivas explica la variedad
infinita de caracteres, condiciones y aptitudes. La
libertad y la responsabilidad de cada uno se acrecientan
de acuerdo a su confrontación con sus vidas, sus alegrías
y sus dolores. Que las cosas queden bien claras, la idea
reencarnacionista no justifica el mal, lo explica y da la
posibilidad a cada ser humano de transformarse hacia
el bien porque se vuelve consciente y actor de su propio
cambio. Hoy todos somos el resultado espiritual de
esa metamorfosis progresiva. Hemos hecho el mal en
nuestras existencias anteriores y si hoy es el bien el que
domina para ciertos hombres, es porque su conciencia
ha crecido. Vivir y reencarnar consiste en desarrollar el
sentimiento del amor, amar se aprende. Queda todavía
muchísimo por hacer para que cada ser humano piense
el bien, así como queda mucho por hacer para que cada
ser humano sea considerado, respetado y liberado de
las trabas culturales, religiosas o económicas. Todas las
desigualdades son obra de los hombres y solamente de
los hombres, ávidos de poder, henchidos de egoísmo
y de orgullo, atados a su pequeña evolución. Guerras,
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esclavitud, torturas y miseria son las consecuencias.
Bajo el pretexto de ideales de independencia, los
países han sido saqueados de sus riquezas, sometidos
a dictaduras durante las colonizaciones y todavía hoy
se doblegan bajo el yugo de los más fuertes. Más de
sesenta años después de la Declaración de los Derechos
del Hombre, donde se inscribe en su artículo primero
que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y en derechos; están dotados de razón y de
conciencia y deben actuar unos hacia los otros en un
espíritu de hermandad”, nuestro planeta expone sus 78
conflictos armados, sus mil millones de hambrientos,
sus 9 millones de niños que no alcanzarán la edad de
cinco años, sus mil millones de seres humanos carentes
de agua potable y su millón y medio de hombres
desamparados dependientes de la ayuda humanitaria
que se tenga a bien darles. Y Dios, a juicio de algunos
deja hacer o, peor aún, lo ha querido, justificando así
su inacción ante lo inadmisible. La indecencia de estas
cifras sin fin, ha hecho decir a Irène Kan, la secretaria
general de Amnesty International, que: “El mundo está
sentado sobre una bomba de tiempo social, política
y económica, alimentada por una crisis de derechos
humanos”. Inseguridad, injusticia, esclavitud, falta de
alimento y de agua, xenofobia, racismo y violencia,
afectan a millones de individuos.
Sin embargo, las leyes existen pero son inestables, ¿por
qué?
“En los tiempos de barbarie, son los más fuertes los que
han hecho las leyes, y las han hecho para ellos. Ha sido
necesario modificarlas a medida que los hombres han
ido comprendiendo mejor la justicia. Las leyes humanas
son más estables a medida que se acercan a la verdadera
justicia, es decir en la medida en que son hechas para
todos, y que se identifican con la ley natural (la que
contribuye al progreso de la humanidad)”. El Libro de los
Espíritus Nº 795.
LAS LEYES DE LIBERTAD
“Cuanto más inteligencia se tiene para comprender un
principio, menos excusable es no aplicarlo a sí mismo”.
(El Libro de los Espíritus Nº 828)
La esclavitud es el acto por el que un ser humano es
colocado bajo el poder absoluto de otro ser humano.
Es la privación y la negación de todas las libertades de
un individuo por otro, que tiene así derecho de vida
y muerte sobre él. Oficialmente abolida en todos los
países, hay sin embargo en el mundo 200 millones de
esclavos, de los cuales 30 millones de niños, trabajando
en la clandestinidad. Cada año, 4 millones de mujeres
y niñas son adquiridas y vendidas a un marido, un
proxeneta o un mercader de esclavos, sin contar los
millones de niños explotados como mano de obra. Todos
los países y todos los continentes tienen sus esclavos,
de guerra, de trabajo o de sexo. La economía es hoy
14
un vector de una nueva esclavitud. En Francia, hay 300
señalamientos anuales de esclavitud doméstica.
“Nadie será tenido en esclavitud ni en servidumbre; la
esclavitud y el tráfico de esclavos están prohibidos bajo
todas sus formas”. (Artículo IV de la Declaración de los
Derechos del Hombre)
Aquellos que practican, sostienen o facilitan la esclavitud
son responsables a todos los niveles. Con respecto al
pasado, las ideas se transforman poco a poco gracias a
individuos más conscientes que luchan para destruir los
prejuicios, como el racismo, la pobreza, la exclusión y
las injusticias. Entre todos los hombres debe nacer una
verdadera solidaridad. “El que saca provecho de la ley
de esclavitud es siempre culpable de una violación de
la ley de la naturaleza” (El Libro de los Espíritus Nº 830).
Espíritus más esclarecidos han venido a enseñar el
camino de la comprensión y de la apertura de las
conciencias, la Tierra ha conocido a Luther King, Gandhi,
Mandela, Kennedy, Louise Michel, Jaurès y otros, que
nunca se han desvinculado de sus justos combates
dirigidos hacia más justicia y humanidad. Nada se
resolverá jamás mientras el dinero sea a la base de
nuestras sociedades, y los tiburones de las finanzas se
enriquezcan sobre la espalda de los más frágiles y más
pobres, favoreciendo voluntariamente y con todos los
pretextos, las divisiones entre los hombres.
El egoísmo y el orgullo pertenecen todavía a la
naturaleza humana, pero es posible la transformación
con la condición de amar a los demás. Saludemos a los
y las que se han vuelto militantes, y son numerosos,
que hoy saben luchar a través de las organizaciones
humanitarias, defender los derechos de todos,
hombres, mujeres y niños, y exigir la justicia para todos,
denunciando de paso los destructores abusos de poder.
El espíritu Mahatma Gandhi, venido en sesión espírita
en mayo de 1990, evoca esa necesidad y ese deseo de
lucha: “Vengo a vosotros a saludar todas las resistencias,
vengo a vosotros a saludar todas las oposiciones contra
la tiranía, vengo a vosotros a saludar todas las luchas de
liberación, vengo en medio de todos vosotros a saludar
la esperanza, el deseo y el impulso de libertad que
habitan en tantas y tantas naturalezas encarnadas en el
planeta Tierra…”
EUTANASIA
Si el sentido moderno de la palabra eutanasia significa
provocar o apresurar la muerte de un individuo para
abreviar sus sufrimientos, se distingue la eutanasia
activa que permite provocar la muerte por la acción
de un tercero.
Esto es reprimido penalmente pues se considera como
un asesinato. En cuanto a la eutanasia pasiva, ésta
consiste en la detención de los tratamientos, para
abreviar la vida. Autorizada bajo condiciones desde
la ley de 2005, permite al médico limitar o detener
los tratamientos a una persona “fuera del estado de
expresar su voluntad”.
¿Puede uno decidir el instante de su muerte cuando
el dolor se vuelve insoportable y fuerza la idea de
morir? ¿Puede decidirse abreviar los sufrimientos del
prójimo cuando éste lo desea? ¿Es necesario autorizar
la eutanasia?
Si bien el 86,3% de los franceses son favorables cuando
se retoma el debate, la respuesta dada en El Libro de
los Espíritus en 1857 fue un NO categórico a toda
forma de eutanasia. En esa época no existía el furor
terapéutico. Hoy en día la evolución de las técnicas
médicas prolonga la vida, y con ella los sufrimientos. Es
por eso que respondiendo a esa misma pregunta, hace
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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unos años los espíritus matizaron sus palabras. Insisten
siempre en el hecho de que “nadie tiene derecho de
vida o muerte sobre su prójimo, ni por medio de la pena
capital, ni del aborto, ni de la eutanasia”. Pero precisan
también, respecto a este último término que, cuando en
el ámbito médico se sabe que la vida terminará pronto,
el esfuerzo terapéutico debe detenerse, el sufrimiento
debe cesar para evitar al espíritu ser prisionero de carnes
torturadas. Entonces sí, es más que necesario acallar los
dolores, sí es esencial rodear al que va a morir, darle
serenidad antes de la partida para el más allá, pero
no puede ser tolerada ninguna obcecación. Por otra
parte, ¿en nombre de qué legitimidad? Acompañar a
los moribundos con pensamientos sinceros y amorosos
facilita el tránsito y disminuye la turbación debida a los
intensos sufrimientos vividos. En el artículo 38 (artículo
R.4127-38 del Código de salud pública, comentarios
revisados en 2003) se lee: “El médico debe acompañar
al moribundo hasta sus últimos momentos, asegurar
por medio de cuidados y medidas apropiados la calidad
de una vida que se acaba, salvaguardar la dignidad del
enfermo y consolar a su entorno”.
Fue en 1999, cuando se votó por unanimidad en
el Parlamento de Francia la ley sobre el acceso a los
cuidados paliativos. Ésta afirma el derecho de toda
persona enferma cuyo estado lo requiera, a acceder
a cuidados paliativos cuyo objetivo sea aliviar, y a
beneficiarse de un acompañamiento tanto en el hospital
como en su domicilio. Esta ley responde a la dramática
comprobación de que miles de personas mueren cada
día en medio de sufrimientos no calmados, en soledad y
angustia; estos miles de personas simplemente esperan
y desean morir digna y humanamente. Las razones de
ese drama son múltiples: la falta de formación de los
médicos y del personal que atiende en tratamiento del
dolor, la falta de comunicación con los enfermos, la falta
de estructuras de cuidados paliativos en los hospitales,
la falta de psicólogos, la falta de apoyo a las familias, la
falta de escucha. El desarrollo de los cuidados paliativos
a la altura de las necesidades reales sin duda alguna
permitirá disminuir la demanda de provocar la muerte
o el suicidio.
Algunos, llevando el peso de sus sufrimientos y estando
lúcidos, prefieren darse muerte. Entonces, abreviar sus
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
dolores no puede ser condenable. La turbación que sigue
a una desencarnación después de pesados sufrimientos,
puede ser importante y larga, como la que sigue a una
muerte violenta.
He aquí el testimonio de un espíritu, que se dio muerte
para poner fin a sus sufrimientos, y que nos transmitió
este mensaje:
“Yo actué bien. A veces darse la muerte no es una
falta, todo lo contrario, pues no es preciso que la
vida se deteriore hasta convertirse en un infierno. He
sufrido demasiado en un cuerpo que sólo podía morir y
deteriorarse. Vengo a defender el suicidio del sufrimiento
y no el de la vida. No he abandonado mi vida, le he dado
otro sentido”.
El reconocimiento por parte del mundo médico de los
tres componentes del ser humano, a saber, espíritu,
cuerpo y periespíritu, llegará, para beneficio de nuestra
salud. Como dice el espíritu José Arigó: “No es concebible
para un espíritu reencarnado en el planeta Tierra, poder
pretender la reflexión, en un cuerpo enfermo, cansado,
alterado. Es preciso combatir el sufrimiento en todas
sus formas, es preciso tener la voluntad de considerar la
naturaleza espiritual del hombre. El materialismo médico
implica una terapia igualmente natural en detrimento
de vuestra envoltura carnal… El cuidado médico es una
función amorosa e inteligente en favor del cuerpo y del
espíritu”.
El acompañamiento de los moribundos en estas
circunstancias de conciencia y de respeto del espíritu
es un asunto primordial para todos los espíritas. Los que
han podido beneficiarse de este final de vida, rodeados
de espíritas, han podido dar testimonio de su tránsito sin
angustia. Louisa, después de largos años de trayectoria
espírita ha venido para dar testimonio de su muerte.
Su cuerpo sufría pero ella esperaba con serenidad su
felicidad futura:
“Si he sufrido, fue más en la espera que en el tránsito que
fue sólo felicidad y liberación. Yo esperaba esa liberación,
con la serenidad de un espírita que ha conocido el
espíritu y no lo ha abandonado nunca, por haberlo
recibido, comprendido y escuchado. Es lo que os deseo
a todos pues ese sentimiento sólo puede traducirse en
fuerza y en confianza. Era mi cuerpo el que sufría esas
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últimas semanas, y mi espíritu sufría por estar siempre
prisionero. Luego llegó el momento y en mi sueño la
libertad fue mía. Fue entonces cuando vi a mi hijo, mi
niño por el que tanto había llorado, mi guía convertido
en amor. Lo seguí por un túnel de luz, yo volaba,
repentinamente ligera abandonando el recuerdo de
este cuerpo y sus dolores”.
Tenemos la certeza de la vida después de la muerte
y hay que dispensar nuestro pensamiento amoroso
para acompañar a los espíritus, no a la muerte, sino
a la vida.
LEY DE IGUALDAD
“La verdad, la justicia y la compasión son a menudo
las únicas defensas contra el poder despiadado”.
Aung Suu Kyi
Es porque el hombre mezcla sus pasiones al sentimiento
natural que éste es alterado. La justicia consiste en
el respeto a los derechos de cada uno, “querer para
los otros lo que uno querría para sí mismo”. Nuestra
justicia es una justicia de clase, de raza, de moral
religiosa, de odio individual o colectivo, y no responde
al bien de la humanidad. ¿Por qué razones una mujer,
por haber nacido mujer, tendría derecho a una justicia
diferente, un trato diferente, una mirada diferente?
¿Quién puede legitimar el no acceso de las mujeres a
la instrucción, a la salud, al trabajo, a la libertad?
Para ser justa, ¿la ley humana debe consagrar la
igualdad de los derechos entre el hombre y la mujer?
He aquí la respuesta de los espíritus en la época de
Allan Kardec, por 1857, cuando la mujer tenía sobre
todo un papel en el hogar:
“Todo privilegio acordado a uno o a otro es contrario a la
justicia. La emancipación de la mujer sigue al progreso
de la civilización, su esclavitud marcha con la barbarie.
Los sexos sólo existen en la organización física pues los
espíritus pueden tomar uno u otro. No hay diferencia
entre ellos bajo esta relación y por consiguiente, deben
gozar de los mismos derechos”.
El renacimiento del derecho romano en occidente, las
religiones, las instituciones sociales y el abuso de la
fuerza, relegan a la mujer a la fila de los “sin alma”, luego
de los “incapaces” seguidos de las “brujas”. Hoy en día
ellas todavía son humilladas, golpeadas, esclavizadas,
víctimas silenciosas de la violencia perpetrada hasta
en su hogar. Los movimientos feministas en todas
partes del mundo han hecho mucho para que los
derechos humanos sean respetados y muchas mujeres
han pagado, y siguen pagando, con su vida, su valor y
su empeño en esta lucha justa. Hoy en día hay, ahora
y como siempre, 2 millones de jovencitas y niñas en
riesgo de sufrir mutilaciones genitales que apenas 9
países prohíben. El 25% de las mujeres son víctimas
de violencia sexual que involucra 20 millones de
abortos peligrosos. 79 países de este planeta no tienen
ninguna legislación sobre esta violencia. Sí, podemos
saludar a estos luchadores por la libertad como Aung
San Suu Kyi, dirigente de la Liga Nacional para la
Democracia (LND) el partido de oposición frente a la
junta militar, en Birmania. Premio Nobel de la paz en
1991, electa embajadora de conciencia de Amnesty
International desde julio de 2009, Aung San Suu Kyi
ha pasado 14 años de 20 en prisión, simplemente por
acometer la defensa de los derechos humanos en su
país, por desear la paz y la independencia de Birmania,
uno de los países más pobres donde son alistados,
entre otros, 70.000 niños soldados. Las sanciones
de la Unión Europea tienen poco efecto, sobre todo
cuando se sabe que el grupo Total está implantado en
ese país, sin caso de conciencia, afirmando que existe
una estrecha conexión entre desarrollo económico
y derechos del hombre. ¿Puede servirse al mismo
tiempo a Dios y a Mamon? Símbolo de esperanza
y de coraje, como muchas mujeres conocidas o
anónimas, Aung Sann Suu Kyi, figura emblemática de
la oposición a la dictadura militar, muestra el camino
de una humanidad por transformar.
De esas mujeres valientes, habla el más allá
en este homenaje recibido durante una sesión
espírita: “Sometidas, sí. Sometidas, incomprendidas,
martirizadas, olvidadas, apartadas, objeto de martirio,
de afrenta, de estupidez, de maldad, desacreditadas,
transformadas, figuradas. Hablo de la mujer, de su
historia sobre este pobre planeta. Hablo de la madre,
de su papel, hablo de todas aquellas que todavía,
en numerosos países siguen siendo lo que acabo de
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
17
mencionar. Pienso en todas esas mujeres cuyos hijos
les son quitados, martirizados, fusilados, torturados.
Pienso en todas esas mujeres que no tienen más
derecho que encorvar el espinazo y entregarse
al trabajo, sin decir palabra. Pienso en todas esas
mujeres que ni siquiera tienen el derecho a verter
una lágrima pues esa lágrima se convertiría en una
sospecha, sospecha peligrosa para las dictaduras que
siguen existiendo para desdicha de la humanidad y de
la pobre tierra. Pienso en la mujer que porta la vida,
que comprende esa vida, que conoce el sentimiento
de los hombres, pienso en la mujer maldita,
rechazada, ultrajada por fanatismos de toda índole y
con frecuencia en nombre de los dioses, si es que no
es en nombre de uno solo. Rezo por otra mujer, por la
mujer aceptada, reconocida, sublimada, por la mujer
que ya no es sólo una carne sufriente, portadora
del niño y desatendida por los hombres. Glorifico la
indispensable feminidad viviente, portadora de la vida
para el bien de todas las vidas y rezo con vosotros para
que el horrible silencio de la historia cese finalmente,
para que la verdad sea aún más enunciada, más
dicha, más gritada. Pienso en todas esas mujeres que
han trabajado en la tierra por la liberación de toda la
humanidad. Pienso también en todas esas mujeres
que, a veces, han dado hasta su vida por la causa de
la supervivencia de las almas, por las verdades de sus
contactos entre los hombres. Pensemos en la mujer,
en su vía crucis, en su liberación que lejos de ser
verdadera, de ser total, todavía está por nacer. Es una
lucha que está lejos de estar terminada”.
Tenemos ciertamente la sociedad que merecemos
pero tenemos también la posibilidad de participar
en su mejoramiento por nuestra libertad de
conciencia que es una de las características de la
verdadera civilización y del progreso. Mientras
el hombre siga viviendo a partir de su naturaleza
carnal, no será feliz ni encontrará justicia en sus
sociedades desiguales. Pero al aceptar su naturaleza
espiritual, su infinito, le invade una fuerza, su
voluntad se vuelve constructiva y real, y puede
actuar. Nuestro mundo es cruel, indiferente y
olvida esos sufrimientos disfrazándolos. Ya no existe
la información, el conocimiento desaparece, la
reflexión se escapa y el egoísmo triunfa igual que
el orgullo. Tantos hombres han luchado para que
fuéramos libres. Dejemos de dormir y de fijar nuestro
espíritu en pensamientos antiguos que nos vienen
bien, esperando una transformación que vendría
como por arte de magia. El espiritismo, dentro
de sus grandes principios referidos a los hechos
sociales, incluye la idea de una transformación
progresiva de la humanidad, prolongando la idea
cristiana en su origen, es decir el amor de Dios, y las
ideas humanistas tan brillantemente demostradas
en el siglo de las luces.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
E C O S
Amar se aprende
Para amar, hace falta comunicar, intercambiar,
borrar las fronteras ficticias que existen entre los
hombres por el interés de una parte muy pequeña
de ellos y para desdicha de la mayoría. Los hombres
no se hablan con frecuencia, no se comunican.
Cuando se hablan, la mayoría de las veces es para
odiarse, para injuriarse en todas las formas y en
todos los tonos, nunca para reflexionar juntos,
para avanzar juntos o simplemente para amar.
Amarse quiere decir aceptar al otro más allá de
la representación que se pueda formar, más allá
de las barreras sociales y raciales. No escuchéis a
aquellos que enfrentan a los hombres unos a otros.
Si formulan esa oposición, es para su solo interés,
su solo beneficio. Escuchad las voces que claman
por más humanidad, más justicia, más tolerancia.
(Mensaje del Padre Pío)
Poema
Que el que ama lo haga sin esperar que
se lo pidan
Que el que da se abstenga de hacerlo saber
Que el que protege no sea un peso
Que el que protege a muchos, no se vuelva
un dictador
Que el que sabe no imponga su saber,
que lo comparta
Que el que duda no se pierda en la soledad
Que el que cree en nosotros se esfuerce en hacer
de su confianza un saber reflexionado
Que el que nos desprecia sea habitado
por más luz
Que el que escucha a su conciencia,
no la transforme en silencio
18
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
EMMANUELLE PÊCHEUR
LA NOCIÓN DE LIBRE ALBEDRÍO
En este artículo, abordaremos un principio esencial de la filosofía espírita, el del libre albedrío. Veremos cómo
es abordada esta noción fundamental en El Libro de los Espíritus de Allan Kardec, luego haremos el paralelo
con las palabras de hoy de los espíritus sobre el libre albedrío, es decir de los mensajes recibidos en sesión
espírita en nuestra asociación. Finalmente, concluiremos con una síntesis sobre el tema.
Definición del diccionario:
libre albedrío: poder disponer libremente, sin otra causa que la decisión de su voluntad.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
19
EL LIBRE ALBEDRÍO EN EL LIBRO DE LOS
ESPÍRITUS DE ALLAN KARDEC
MENSAJES RECIBIDOS
EN NUESTRA ASOCIACIÓN
He aquí lo que podemos leer en diferentes pasajes del
libro sobre este tema:
121 “¿Por qué ciertos espíritus han seguido la ruta
del bien, y otros la del mal?
¿No tienen su libre albedrío? Dios no ha creado espíritus
malos, los ha creado simples e ignorantes, es decir que
tienen aptitud tanto para el bien como para el mal; los
que son malos lo hacen por su voluntad”.
122 “¿Cómo pueden los espíritus, en su origen, tener
libertad de elección entre el bien y el mal cuando no
tienen conciencia de ellos mismos?”
“El libre albedrío se desarrolla en la medida en que el
espíritu adquiere conciencia de sí mismo. Ya no habría
libertad si la elección fuera hecha por una causa
independiente de la voluntad del espíritu. La causa no
está en él, está fuera de él, en las influencias a las cuales
cede en virtud de su libre voluntad”.
“Cuando Dios crea un espíritu, ¿conoce de antemano
el detalle de su evolución?”
“Eso no se puede… El conocimiento se establece sólo
respecto a lo que es y no respecto a lo que será…
El porvenir está por construir. Esa construcción os
pertenece, a vosotros solos, porque por la voluntad
del Padre sois seres completamente libres. Lo repito,
completamente libres…”
Libro de los Espíritus: Capítulo X
843 “¿Tiene el hombre libre albedrío de sus actos?”
“Puesto que tiene la libertad de pensar, tiene la de
actuar. Sin libre albedrío el hombre sería una máquina”.
844 “¿Goza el hombre del libre albedrío desde su
nacimiento?”
Hay libertad de actuar desde que hay voluntad de
hacer. En los primeros períodos de la vida la libertad es
casi nula; se desarrolla y cambia de propósito con las
facultades. El niño que tiene pensamientos en relación
con las necesidades de su edad, aplica su libre albedrío a
las cosas que le son necesarias”.
851 Existe una fatalidad en los acontecimientos
de la vida, según el sentido dado a esa palabra, es
decir, que todos los eventos están determinados
por adelantado, en ese caso, ¿dónde queda el libre
albedrío?”
“La fatalidad existe sólo por la elección que ha hecho el
espíritu al encarnar de sufrir tal o tal prueba; al elegirla,
se traza una suerte de destino que es consecuencia
misma de la posición en que se halla ubicado; hablo de
las pruebas físicas, porque en cuanto a las morales y las
tentaciones, el espíritu, que conserva su libre albedrío
sobre el bien y sobre el mal, es siempre dueño de ceder
o de resistir. Viéndolo flaquear un espíritu bueno puede
venir en su ayuda, pero no puede influir sobre él con
objeto de dominar su voluntad. Un espíritu malo, es
decir inferior, que le muestra y le exagera un peligro
físico, puede estremecerlo y asustarlo; pero la voluntad
del espíritu encarnado no queda por ello menos libre
de toda traba”.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
“…Cada uno de vosotros, posee de manera innata,
esa idea de perfección que hace que a cada instante,
tengáis la posibilidad de recordar ese libre albedrío,
esa posible elección a través de cada segundo, de cada
minuto, a través de esa cotidianidad que transcurre
desde hace muchos años para cada uno de vosotros…”
“…El espíritu propone para un hombre que dispone y
actúa según su estilo, libre en este mundo de la carne.
Esa libertad es el resultado de un acto de amor de un
Dios que ha querido distinguirse del objeto creado…”
“…Actualmente, amigos, este globo conoce el horror,
conoce el sufrimiento, conoce abominables ghetos
donde el individuo no puede pretender la libertad.
Amigos, no podemos herir o mofarnos de ese individuo,
afirmando que no sabe servirse de su libre albedrío,
pues su libre albedrío ha sido destruido por el hombre”.
CONCLUSIÓN
Vemos que esta noción de
libre albedrío es esencial para
comprender el espíritu en su
evolución. Porque hemos sido
creados como seres libres es que
tenemos siempre la elección entre
el bien y el mal. No hay necesidad
de trasladar a Dios, sino a nosotros
mismos, la responsabilidad de
lo que nos llega individual o
colectivamente. Se comprende
entonces que la evolución es
lenta y progresiva. El espíritu,
mediante su libre albedrío,
avanzará sólo por su aceptación,
su comprensión y su voluntad
propia. He aquí una consideración
que permite a todos y cada uno
tomar el destino en su mano y
aplicar el adagio que adquiere
aquí todo su sentido: “Ayúdate y
el Cielo te ayudará”.
20
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
CHRISTOPHE CHEVALIER
JUSTICIA Y CARIDAD,
CONCEPTOS ESENCIALES
DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
Alexandre Aksakoff
Con mucha regularidad oímos en los discursos de nuestros
políticos las palabras “justicia” o “justicia social”; discursos
que nos conciernen a todos, representativos de nuestras
cotidianidades y que tienen como objetivo demostrarnos
que nuestras sociedades cambian bajo la influencia y la
toma de conciencia de hombres y mujeres al servicio de
nuestras leyes y de nuestras instituciones. ¿Son utilizadas
esas palabras con buen criterio y, sobre todo, a conciencia
de su profundo significado, es decir: el compartir y el amor?
Trataremos de ver cómo pueden tener una aplicación
real en nuestras sociedades los dos grandes principios
fundamentales de justicia y caridad al alba del siglo XXI.
Detengámonos algunos instantes en El Libro de los
Espíritus. En su trabajo de codificación de la filosofía
espírita, Allan Kardec estudia el origen de la justicia y el
supuesto lugar del hombre en la sociedad. El Libro de los
Espíritus es la colección de respuestas del más allá sobre
las que se ha fundado el espiritismo; recogeremos algunas
afirmaciones como base de reflexión. A la pregunta “¿El
sentimiento de justicia está en la naturaleza o es el resultado
de ideas adquiridas?”, la respuesta dada no puede más
precisa, en la medida en que nos ilumina sobre varios
puntos. El primero es que el sentimiento de justicia está
en la naturaleza y que no es en absoluto consecuencia
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
21
del progreso moral que no hace sino desarrollarlo, y el
segundo es que el sentimiento de justicia está “en el
corazón del hombre”, es decir que es parte integrante
del hombre. ¿Qué quiere decir eso exactamente? Que
ese sentimiento es un componente de la naturaleza del
hombre, que está inscrito profundamente en él como
puede serlo el sentimiento de supervivencia, es en cierta
forma un reflejo. Es por eso que puede observarse en
ciertas civilizaciones menos desarrolladas en técnica y en
cultura que la nuestra, que las sociedades tienen principios
morales más justos que los nuestros. Escuchamos por allí
que cada persona que compone el tejido social de la tribu
tiene su lugar, su función, y que cada una es respetada
cualquiera que sea su edad. La justicia está pues en el
respeto de los derechos de cada uno. Esa es la definición
de justicia y es también el punto de vista de los espíritus.
Otra pregunta complementa y desarrolla lo que se acaba
de decir: ¿Qué determina esos derechos? Respuesta: “Lo
son por dos cosas: la ley humana y la ley natural. Habiendo
hecho los hombres leyes apropiadas a sus costumbres y a
su carácter, esas leyes han establecido derechos que han
podido variar con el progreso. Ved si vuestras leyes de hoy,
sin ser perfectas, consagran los mismos derechos que en la
Edad Media; en esa época esos derechos anticuados que
os parecen monstruosos parecían justos y naturales. El
derecho establecido por los hombres no siempre está pues
conforme a la justicia”. En efecto, lo que uno encuentra
justo es percibido por el otro como injusto. Además,
esas mismas leyes con frecuencia están mezcladas con
pasiones que alteran el sentimiento de justicia. La historia
de la humanidad nos ha demostrado que en cada una de
sus etapas, las leyes y los derechos han sido establecidos
con arreglo a las costumbres y los caracteres de las
diversas épocas. Tomemos algunos ejemplos.
LA JUSTICIA ESTÁ SOMETIDA A LA CONCIENCIA DEL
HOMBRE: “Desear para los otros lo que desearíais
para vosotros mismos” (Jesús)
Cuando apareció el hombre, la Tierra acogía espíritus del
génesis primitivo. Las condiciones de vida, la evolución
espiritual de sus habitantes de entonces, fueron el origen
de sociedades primarias, tanto en organización como
en moralidad: la ley del más fuerte se impuso por sí
misma, la fuerza física se aplicaba en detrimento del más
débil. Siendo igualmente la palingenesia (reencarnación
evolutiva) una ley natural, trae su cuota de progreso. En
el transcurso de los siglos, cambian las costumbres, el
hombre se humaniza e instaura leyes apropiadas a sus
hábitos y su carácter. El más fuerte ya no es el “Señor
músculo”, sino el que posee más bienes, tierras cultivables
y castillos en este caso. Estamos en la Edad Media y el
que tiene tierras es un señor. La población campesina está
al servicio de los que detentan la riqueza. Tener riqueza, es
tener poder; tener poder, es tener derecho de vida o muerte
sobre los que permiten ese poder. El filósofo Rousseau
LE JOURNAL SPIRITE N° 74 OCTOBRE 2008
resume muy bien la injusticia social afirmando que ésta
comenzó con el sentimiento de propiedad. Cuando el
hombre afirma: “Esto me pertenece” sin participar con
su trabajo honrado en la adquisición de su propiedad,
nace la injusticia. Hacia los años 1700 comienza el “Siglo
de las Luces” con su cuota de progresistas, filósofos,
humanistas y políticos nuevos basados en las premisas
de lo que planteará el siglo siguiente: los fundamentos
de la democracia. Las relaciones sociales cambian con la
evolución de las ciencias y las técnicas que ha repartido
las cartas: los terratenientes ya no son los señores, tienen
menos importancia. El que detenta la propiedad industrial
íntimamente vinculada a las finanzas se convierte en el
más fuerte. En Francia, la Revolución modificó un poco
la relación con la justicia: Al derrocar a la monarquía,
la burguesía detentaría el poder y la masa campesina,
convertida en ciudadana, quedaba a su servicio. Sin
embargo, se comprobaron progresos en materia de
nueva distribución de las tierras, nuevos derechos para
el hombre, movimientos ciudadanos progresistas en
materia de justicia y de igualdad. Se cita como ejemplo
el fin de la esclavitud en los Estados Unidos o la Comuna
de París en Francia, que lucha por una democracia activa
que hará decir a Karl Marx: “Esa es la primera insurrección
proletaria autónoma”.
A comienzos del siglo XX está en su apogeo la revolución
industrial. La masa campesina cede el lugar a la masa obrera
que, desde entonces, se convierte en autómata de lo que
se ha calificado de “progreso industrial”. Las sociedades
se modernizan, una pequeña parte de la humanidad tiene
derecho a la educación, a la atención médica y al trabajo
justo. La noción de respeto a los derechos de cada uno
adquiere consistencia y el sentimiento de justicia natural
para todos, puesto de relieve por la frase de Jesús “Desear
para los otros lo que desearíais para vosotros mismos”,
preocupa las conciencias. Este progreso humanista se
acompaña de una toma de conciencia caritativa al día
siguiente de la segunda guerra mundial. Demasiados
horrores, demasiadas muertes, el hombre tiene vergüenza
ante su capacidad de hacer el mal, la capacidad humana
de despedazarse y matarse unos a otros ha superado
ampliamente la de los animales. El horror llega al colmo
los días siguientes a los campos de concentración y el
“nunca más eso” despierta las conciencias. Pero eso no
concierne todavía más que a una parte demasiado
pequeña de la población mundial. Desde entonces ese
progreso moral se estanca. Todavía no podemos hablar
de justicia y menos aún de caridad. ¿Por qué?
LA JUSTICIA TIENE SU FUENTE EN LA CARIDAD
“Benevolencia para todo el mundo, indulgencia
para las imperfecciones de los otros, perdón de las
ofensas” (Jesús)
Tal es el comienzo de la respuesta de los espíritus a la
pregunta hecha por Allan Kardec: “¿Qué es la caridad?”. Y
22
he aquí el final: “El amor y la caridad son el complemento
de la ley de justicia, pues amar al prójimo, es hacerle todo
el bien que esté en nuestro poder y que desearíamos que
se nos hiciera”. No confundir con la idea de “dar limosna”
que está demasiado asimilada a la idea de caridad. La
limosna es degradante para el hombre tanto moral como
físicamente. La caridad es un sentimiento que abraza
todas las relaciones que mantenemos con nuestros
semejantes. Nos conduce a la indulgencia pues de ella
tenemos necesidad para nosotros mismos y nos impide
despreciar el infortunio. Cada día, podemos ver que sucede
lo contrario: que se presenta un rico y se despliegan para
él tesoros de decencia y deferencias. Que se presenta un
pobre y contribuimos, con nuestra indiferencia y nuestro
desprecio de su condición, a alejarlo un poco más de
su dignidad. El espíritu completa su respuesta diciendo:
“En una sociedad basada en la ley de Dios y la justicia, se
debe abastecer a la vida del débil sin humillación para
él. Ella debe asegurar la existencia de los que no pueden
trabajar, sin dejar su vida a merced del azar y de la buena
voluntad”. Si el espíritu no censura la limosna, censura
con frecuencia la forma en que se da, a menudo con
alarde, lo cual aniquila el beneficio del acto.
Hoy en día, ¿qué es de la caridad en el sentido noble
del término? Existen hombres y mujeres que saben o
que han sabido responder a este noble sentimiento.
Mencionemos a la hermana Emmanuelle que dedicó su
vida a los más humildes, a los más pobres. Enseñó el
amor, el compartir y la tolerancia a hombres y mujeres de
una cultura diferente a la nuestra y, sobre todo, devolvió
la dignidad a individuos que ya no tenían lugar en una
sociedad que los esconde y los desprecia. Los traperos
de El Cairo nunca olvidarán a esta mujer de buen humor
permanente y comunicador. Otro ejemplo es el abad
Pierre que toda su vida, libró también un difícil combate
en favor de los más desposeídos de Francia, ante una
sociedad de consumo que también abandona a los que
no tienen los medios para insertarse en ella. Todo el
mundo tiene en la memoria su intervención en las ondas
de radio durante el muy crudo invierno de 1954. Salvó
así numerosas vidas. Luego su prosiguió con la creación
de la asociación Emaús que aún hoy es una estructura
que viene en ayuda de los más pobres y maltratados
por la vida para que puedan “sobrevivir” con dignidad.
Con estos ejemplos estamos en la verdadera definición
de la caridad cristiana (y debemos rendirles homenaje),
recuperada actualmente por la asociación “Los Don
Quijote”. Ella se ocupa de los sin techo que siguen
muriendo por centenares cada año. Al alba del siglo XXI,
muchas asociaciones y ONG siguen trabajando por la
justicia, el compartir y la solidaridad. Ya sea que estén
en el campo de la lucha contra la exclusión, contra la
guerra y contra el hambre (por ejemplo la lucha de los
Restaurantes del Corazón, del Ejército de Salvación o de
Handicap Internacional, etc.) o que estén en el campo
del socorro a las víctimas (Médicos del Mundo, Cruz Roja
Francesa, Unicef, etc.), la lista es larga y no podríamos
rendirles homenaje a todas en lo que comportan de
procedencia y de humanidad. Sin embargo, uno no
puede dejar de interrogarse sobre la implicación y el
comportamiento de nuestros políticos y de nuestras
instituciones oficiales. Éstos no ocupan el terreno. Es
muy lamentable, en la medida en que nuestros dirigentes
detentan el poder para modificar leyes injustas, y tienen
los medios financieros para acompañar estos cambios
indispensables.
Fuera de los ejemplos citados más arriba, es de hacer
notar que hoy en día la caridad, es a menudo prostituida
y desviada de su sentido primero que está basado en la
generosidad de los sistemas benéficos. Éstos no tienen
por vocación cambiar la sociedad ni volverla más humana,
pero reemplazan a los dirigentes que tienen la carga
para que responda a las necesidades de todos. Todavía
estamos muy lejos. En tal contexto, la filosofía espírita
se vuelve de una desconcertante actualidad. Dentro de
su representación moral, el espiritismo denuncia todo
lo que perjudica al progreso humano y espiritual. Allan
Kardec, en su trabajo de codificación del espiritismo,
dio un profundo sentido a la palabra “caridad”, el de un
principio moral, de una invitación amorosa y fraternal.
La haría su divisa al decir: “Fuera de la caridad, no hay
salvación” queriendo decir que la caridad es un principio
de unión, de hermandad y de tolerancia que reúne a
los hombres en la ayuda mutua y la reciprocidad. Esto
sin recordar esta otra divisa que se encuentra sobre los
frontones de nuestras alcaldías: “Libertad, Igualdad,
Fraternidad”. Estos grandes principios nacieron con la
Revolución Francesa mientras que nuestras sociedades
llamadas púdicamente “de economía de mercado” son
siempre verdaderas apisonadoras que engendran los
peores males. Las guerras, las hambrunas, las nuevas
formas de esclavismo o de neocolonialismo conllevan
injusticias. No obstante, hoy en día mil millones de
personas mueren de hambre en nuestro planeta, creado
para acoger a todos estos habitantes, por poco que los
medios humanos y financieros estén dedicados a esta
prioridad. Es posible, debe ser deseado y decidido por
aquellos que los poseen.
La aplicación de la caridad y la justicia social es hoy más
que una emergencia, se ha convertido en la salvación
de la humanidad que lleva en sí la esperanza de un
planeta que sufre. Numerosos hombres y mujeres son
portavoces de esa esperanza. Los espíritus, lejos de ser
indiferentes a la miseria humana, actúan e insuflan
ideas pacíficas y de acercamiento de los pueblos a
estas personas de buena voluntad. Ciertos hombres de
poder, todavía poco numerosos, están cada vez más
conscientes de esta indispensable solidaridad dentro de
una voluntad de paz y de compartir.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
23
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
R É G I S B E RT H AU T
LOS PRINCIPIOS
DE LA MEDIUMNIDAD
Las primeras comunicaciones espíritas
Las primeras manifestaciones inteligentes tuvieron lugar
por medio de mesas que se levantaban y daban, con un
pie, un número determinado de golpes, respondiendo
de esa manera con un sí o un no. Se consiguieron luego
respuestas más acabadas por medio de las letras del
alfabeto. Este medio de correspondencia era largo e
incómodo. Los propios espíritus indicaron un método más
práctico para comunicarse, y se hizo con la ayuda de un
lápiz unido a una cestita o a una tablilla. El objeto al cual
se adapta el lápiz es sólo un instrumento, se reconoció que
en realidad no era más que una prolongación de la mano,
y el médium, tomando directamente el lápiz, comenzó
a escribir por un impulso involuntario y casi febril. Por
este medio, las comunicaciones se hicieron más rápidas,
más fáciles y más completas. Finalmente la experiencia
dio a conocer diversas otras variedades en la facultad
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
mediadora, y se supo que las comunicaciones podían
tener lugar igualmente por la palabra, el oído, la vista, el
tacto, etc., y hasta por la escritura directa de los espíritus,
es decir sin el concurso de la mano del médium ni del lápiz,
la neumatografía.
¿Qué es un médium?
Se llama mediumnidad al conjunto de facultades que
permiten al ser humano comunicarse con el más allá. El
médium goza de facultades, percepciones y sensaciones
que habitualmente son exclusividad de los espíritus
desencarnados. El médium es el vínculo entre los dos
planos vibratorios. Durante mucho tiempo se creyó
adecuado clasificar a los médiums en la categoría de
seres enfermos e histéricos, cuando toda extensión de las
percepciones del alma es una vía de conducción hacia una
vida más amplia y más elevada. Gracias a la mediumnidad
24
ha existido siempre un vínculo entre los dos mundos.
Por medio de las diferentes mediumnidades, los espíritus
superiores se esfuerzan en despertar el alma humana
aportándole un suplemento de espiritualidad donde se
suman conocimiento y sentimiento, fuerzas mayores de
la evolución espiritual.
El estudio y la aplicación de las facultades mediúmnicas
son de una importancia capital pues, según su empleo,
pueden ser una luz benéfica o un arma peligrosa que sirve
a los espíritus. Así, la mediumnidad, mucho más que una
simple práctica divertida de los salones, es una verdadera
ciencia y como toda ciencia su aplicación es dejada al
buen cuidado de la moral. Además, descubre leyes pero
éstas son todas particulares pues son espirituales, un
argumento que ha constreñido tanto al mundo científico
y materialista a lo largo de la historia del espiritismo.
De la importancia de los fluidos espirituales
Como todo medio de comunicación, la mediumnidad
es una herramienta que necesita energía para funcionar.
Estamos en el campo espiritual y las leyes que caracterizan
la mediumnidad son de orden fluídico y vibratorio, es
decir vinculadas directamente con la fuerza y calidad de
los pensamientos.
Ya Allan Kardec recomendaba la oración antes de toda
manifestación de espíritus. En efecto, las precauciones
siguen siendo indispensables y la primera de todas es la
protección de la sesión mediante el llamado a los espíritus
protectores. Así, para ser eficaz, la oración debe ser un
llamado ardiente, de expresión elevada para encauzar
los fluidos que permiten comunicarse a los espíritus
elevados. La unión de los pensamientos es primordial así
como su sinceridad.
LAS DIFERENTES MEDIUMNIDADES
La escritura automática
En el caso de la escritura automática, el médium deja a
disposición de los espíritus su mano que, bajo su impulso,
se desplaza sobre el papel y escribe las palabras que ellos
desean ver aparecer. La mano es teleguiada así hasta que
el mensaje sea expresado en su totalidad y termina con
una firma y la caída de la pluma sobre la hoja de papel.
Generalmente durante la escritura el médium no tiene
conciencia de lo que escribe. Puede suceder que oiga en
forma simultánea lo que su mano está escribiendo.
La escritura semiautomática
A la diferencia de la escritura automática, el médium oye
el mensaje del espíritu. Hay retranscripción del mensaje.
Con frecuencia, esta facultad evoluciona progresivamente
hacia una escritura automática.
La escritura intuitiva
El médium retranscribe lo que siente. Percibe una idea y no
frases ya constituidas. Este carácter intuitivo se encuentra
especialmente en las mediumnidades artísticas.
La clarividencia mediúmnica
El médium recibe por el pensamiento el mensaje de los
espíritus bajo la forma de una idea que debe volver a
expresar con su propio lenguaje, o bien a veces recibe y
repite las frases que el espíritu le transmite. Puede percibir
igualmente al espíritu que se hace reconocer por su
imagen.
La clariaudiencia
La mediumnidad por clariaudiencia es una facultad que
permite al médium oír las voces de los espíritus de dos
maneras diferentes. La primera por percepción auditiva
de una voz interior, la segunda directamente por el oído,
de una voz débil pero clara que el médium percibirá del
exterior.
La oui-ja
La oui-ja es una mediumnidad de carácter automático,
es decir que el médium no es dueño del desarrollo de la
sesión y se encuentra totalmente bajo la influencia del
espíritu. Su mano colocada sobre una tablilla, terminada
en una aguja, se desplazará sobre una superficie donde
están inscritas letras y cifras así como las palabras sí y
no. Letra por letra, el mensaje toma forma, es a menudo
bastante corto pues el dictado es más largo por este
medio, la tablilla desplazándose detrás de cada una de las
letras. El movimiento de la tablilla puede ser muy rápido,
hacen falta por consiguiente dos asistentes: una persona
que lee las letras indicadas y otra que las transcribe.
Como en toda sesión de espiritismo, el médium está
rodeado de espíritas, que con su presencia y su atención
dispensan sus fluidos, esa es la principal condición que
garantiza una buena comunicación.
La incorporación
Mediumnidad llamada total, le permite al espíritu
utilizar la totalidad del cuerpo físico del médium para
manifestarse. El espíritu del médium se exterioriza de su
propio cuerpo mientras que el espíritu desencarnado se
integra a esa envoltura vacante y así “se incorpora” según
el término. Este proceso da lugar a un trance que conlleva
ciertas modificaciones fisiológicas y especialmente una
fuerte aceleración cardiaca. Una vez que el espíritu se ha
incorporado, puede hablar encontrando sus entonaciones
propias, las que se le conocieron en vida. Puede desplazarse
y dirigirse hacia cada persona que asiste a la sesión.
Varios espíritus pueden sucederse a lo largo de una sesión
de incorporación. El último anuncia el fin de la sesión y
un magnetizador coloca sus manos sobre el corazón
del médium para regular su ritmo cardiaco. Al cabo de
algunos instantes, aparece un nuevo trance, es el espíritu
del médium que regresa. Tal sesión requiere vigilancia en
todo momento.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
25
El sueño magnético
Es un estado mediúmnico inducido por los pases
magnéticos longitudinales; el médium queda sumido en
un estado segundo que le permite percibir imágenes del
más allá. En el sueño magnético existen dos situaciones
diferentes; en el primer caso, el médium ve desarrollarse
como en una película, un episodio de vida anterior de una
persona, describiendo lo que ve con una voz monocorde
y débil. La segunda situación es el desplazamiento del
espíritu del médium, que va al encuentro de espíritus
desencarnados que desean hacer pasar un mensaje. El
médium describe lo que ve y retransmite las palabras
de los espíritus que percibe. Al final de esta sesión, es
despertado por medio de pases magnéticos rápidos,
llamados de despertar.
La ectoplasmia
El ectoplasma es una condensación uniforme de un
fluido, procedente del cuerpo del médium. En general es
de color blancuzco y la mayoría de las veces se libera por
el plexo pero igualmente por orificios como la nariz, las
orejas o la boca. El espíritu utiliza esta materia para darle
forma, tangibilidad. Con motivo de ciertos experimentos
ha sucedido que el médium adelgace hasta la mitad. Al
final de la sesión, la materia ectoplásmica así exteriorizada
se reintegra al cuerpo físico.
La xenoglosia
Mediumnidad políglota llamada “xenoglosia”.
Este término, inventado por Charles Richet (18501935) definía una mediumnidad por medio de la cual
los médiums hablan o escriben en lenguas extranjeras
desconocidas por ellos y por los asistentes a la sesión.
Se encuentran numerosos casos estudiados y relatados
por Ernest Bozzano en su libro La mediumnidad políglota.
Las artes mediúmnicas
En nuestra asociación, varios artistas médiums trabajan
en pintura, escultura, música y poesía, recibiendo la
influencia de los espíritus en creaciones deseadas por
el más allá. Según los casos, estas mediumnidades
son intuitivas o automáticas; como en la escritura, se
encuentran estos dos casos particulares.
Las mediumnidades terapéuticas
Bajo la influencia de un espíritu médico, el médium deja
ir sus manos sobre el cuerpo extendido del paciente.
El espíritu trabaja fluídica o magnéticamente con
gestos, imposiciones u otros movimientos que escapan
completamente al control del médium.
La escritura directa
Escritura que aparece espontáneamente sobre un papel
o una pizarra sin intermediario físico. El espíritu utiliza la
energía fluídica del médium que se encuentra cerca. Este
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
fenómeno fue certificado repetidas veces a principios
del siglo XX.
¿Puede hablarse de mediumnidad superior?
Tomemos el caso de las mediumnidades trabajadas en
el seno del Círculo Allan Kardec. Los espíritus utilizan a
voluntad una o varias formas de comunicación. Parece
entonces que lo invisible gusta de manifestarse de
diferentes maneras. Ciertos espíritus no se manifiestan
nunca por vía de escritura o de incorporación y prefieren
según su misión o función, elegir otro modo de entrar en
contacto. Es la razón por la que hay que estar muy atento
y respetuoso con todas las formas de mediumnidad,
sin establecer jerarquías, hablar a lo sumo, quizás, de
diferencias de mediumnidad.
Decir de una mediumnidad que es superior o inferior es
una insensatez. Los espíritus pueden entrar en contacto
bajo múltiples formas como la clarividencia mediúmnica,
la escritura, la oui-ja o la incorporación y es una multitud
de posibilidades que hay que saber aprovechar.
¿Todo el mundo puede ser médium?
Fue Allan Kardec quien puso en evidencia los múltiples
caracteres de la mediumnidad. En el transcurso de las
experiencias, estableció las primeras leyes generales
referentes al desarrollo, la práctica y las condiciones
necesarias para conseguir resultados convincentes;
estos principios fueron consignados en su obra El
Libro de los Médiums.
26
Mucho más que una herramienta práctica, él medía ya
los riesgos de la ignorancia, del orgullo y del egoísmo que
ha hecho fracasar a numerosos aprendices de médium.
Al no estar fijados estos principios, Allan Kardec
recordaba que el espiritismo evolucionaba con su tiempo
y sus descubrimientos. Trabajos ulteriores aportaron
informaciones complementarias en cuanto a un mejor
conocimiento de la mediumnidad.
El descubrimiento y la puesta en evidencia del
inconsciente por los trabajos de Sigmund Freud fueron
de gran importancia. Estos trabajos permitieron explicar
mejor la razón de numerosos mensajes anodinos,
inconsistentes y contradictorios. Sin embargo, Allan
Kardec ya había expresado el hecho de los eventuales
pensamientos parasitarios que emanan del propio
pensamiento del médium.
En las primeras fases del desarrollo, no es raro que un
médium obtenga mensajes subconscientes. Ello será
la expresión de una sobrecarga de angustias, de sus
incertidumbres, de sus deseos inhibidos…
En ciertas obras, se ha escrito que toda persona puede
ser médium. Con frecuencia se agrega que existen
numerosas y diferentes sensibilidades.
En El Libro de los Médiums, encontramos como ejemplo
de esta clase de respuesta:
“Son esas comunicaciones de cada hombre con su espíritu
familiar, que hace de todos los hombres médiums,
médiums desconocidos hoy, pero que se manifestarán
más tarde, y que se derramarán como un océano sin
límites para rechazar la incredulidad y la ignorancia”.
En efecto, al leer este pasaje, sería grande el riesgo de
pensar que todos estaríamos dispuestos en esta vida a
recibir a los espíritus. Para ser más precisos, hablaríamos
de una relación natural entre los dos mundos, una
relación de influencia de los espíritus sobre los seres
humanos, pero no se trata propiamente de hablar de
mediumnidad. En el uso común hay que considerar esta
definición como atribuida a los que poseen una facultad
mediúmnica suficientemente definida, que se traduce en
efectos patentes y de cierta intensidad.
Es de hacer notar, además, que esta facultad no se revela
en todos de la misma manera; los médiums tienen
generalmente una aptitud especial para tal o cual orden
de fenómenos, lo que hace que haya tantas variedades
como clases de manifestaciones. Las principales son:
los médiums de efectos físicos, los médiums sensitivos,
auditivos, parlantes, videntes, sonámbulos, sanadores,
neumatógrafos, escribientes o psicógrafos. Existe así el
canal mediúmnico en ciertas personas más sensibles,
más receptivas. Ese canal debe abrirse progresivamente a
la influencia del más allá a través del necesario desarrollo
mediúmnico. Sin embargo, antes de vivir en un mundo
donde la mediumnidad sea natural y bien encuadrada
dentro de estructuras adecuadas, antes de vivir en una
sociedad donde se vaya a la escuela de mediumnidad,
hay que permanecer prudentes y pocas estructuras
favorecen la buena realización de las facultades.
Ser médium es con frecuencia una predisposición que
corresponde a una misión decidida en el más allá antes
de la reencarnación, pero esa no es una condición
absoluta, como se explica en el siguiente mensaje: “Un
espírita que pertenece a un grupo espírita puede, por
voluntad de los espíritus, por voluntad de su guía, ser
elegido para desarrollar una función mediúmnica sin
haber considerado esa misma función antes de su regreso
a la tierra. Evidentemente el desarrollo mediúmnico será
entonces más lento, más largo y más difícil. Entonces, si
tal elección es establecida por el mundo de los espíritus,
es porque el guía, o los guías habrán más que vislumbrado
en la persona designada una sensibilidad particular que
permite un desarrollo mediúmnico…”
Las condiciones experimentales del desarrollo
El desarrollo de una facultad es lento y progresivo. Sin
embargo, el proceso no es idéntico para cada uno y no
reviste de manera automática el carácter de la constancia.
Lo que no existe en condiciones experimentales,
es la aparición repentina de la apertura de las vías
mediúmnicas. La metamorfosis es pues progresiva y
lenta para algunos, más rápida para otros. El elegido
para desarrollar sus capacidades psíquicas puede dudar a
veces de los resultados; el candidato a la tarea puede ser
inducido a pensar que no pasa nada, cuando en verdad
toda meditación, toda reflexión, toda exhortación a
sesiones experimentales participa automáticamente en
el desarrollo de las facultades.
La condición primordial, si no pudiera haber sino una,
sería saber rodear bien a los médiums durante sus
trabajos de experimentación. La mediumnidad es un bien
precioso que adquiere su sentido en el objetivo que logra
alcanzar en pro del compartir, un compartir del espíritu
de carácter evolutivo.
Una invitación al desarrollo de una mediumnidad es
siempre algo difícil, a veces el temor a lo desconocido
requiere de los consejos de los espíritus para guiar mejor
la realización de las misiones. Algunas veces es necesario
orientar un trabajo preparatorio individual, como le
fue indicado a un médium artista en este mensaje: “A
veces es necesario encontrar silencio, a veces es necesario
ocultar la luz del día, en verdad será necesario recibirnos
en calma y relajación, apártate de toda humanidad,
estírate, permanece en la oscuridad y medita”.
Según este mensaje, el médium artista no necesita
estar rodeado por un grupo espírita. En efecto, desde
un punto de vista fluídico, la mediumnidad artística no
presenta las mismas características en su desarrollo. Así
se expresaba sobre este asunto el espíritu Pablo Picasso:
“La pintura mediúmnica debe encontrar su lugar en el
mundo de las artes, al mismo nivel que todas las formas
de expresión artística. El pintor médium es, también,
testigo de la supervivencia del espíritu; y, más que eso,
es testigo de la eternidad del fenómeno creativo. En
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
27
el más allá, pensamos las formas y los colores, nuestro
pensamiento atraviesa el espacio para llegar al hombre
según el siguiente modo vibratorio: si decido pintar un
payaso, en primer lugar pensaré en el payaso. Entonces me
aparecerá en todos los detalles de su traje, su maquillaje,
y su expresión cómica o trágica. En ese preciso momento
de mi creación, me traslado con mi vehículo periespritual
a la habitación donde soy esperado por el médium,
llevando conmigo la imagen de mi payaso. Para llegar al
médium, para guiar su mano, deberé actuar sobre su doble
con la fuerza de mi deseo. Empleo entonces la telepatía
para desencadenar una vibración sobre el cuerpo etérico
del médium, vibración que será trasladada a su cuerpo
físico, última etapa del proceso creativo. Mentalmente el
médium sabrá lo que debe hacer, automáticamente elegirá
las formas y los colores deseados, sentimentalmente,
recibirá la expresión que deseo dar al personaje. En ningún
momento debo apartarme de la habitación donde trabaja
el médium. En general, el pintor médium debe trabajar
solo. Sentirá así, más allá del automatismo que lo guía, la
presencia afectiva del artista invisible…”
Los riesgos de la mediumnidad
El ejercicio de toda facultad mediúmnica ocasiona un
gasto flúidico, circunstancia que acarrea un cierto estado
de fatiga. Se aconseja entonces un descanso para reparar
el déficit energético ocasionado.
También hay riesgos desde un punto de vista moral, pues
la práctica de la mediumnidad exige mucho tacto para
desbaratar los ardides de los espíritus embusteros. El
recogimiento es una condición sin la cual no se puede
tener trato con los espíritus serios; las invocaciones
hechas con irreflexión y bromeando son una verdadera
profanación que abre fácilmente el acceso a espíritus
animados de malas intenciones.
Pueden sobrevenir consecuencias como la obsesión. Ese
es uno de los mayores escollos de la mediumnidad. Los
motivos varían según el carácter del espíritu. Pueden ser
espíritus que sufren, espíritus que quieren causar mal. La
característica principal de la obsesión es la exclusividad
de las comunicaciones con un espíritu. En esta relación
hay un vínculo de dominante a dominado y el médium
se convierte en el receptor exclusivo de un espíritu.
En cuanto a la posesión, es un asedio que paraliza la
voluntad del que la sufre, y le hace actuar a pesar suyo.
El médium es completamente subyugado por el espíritu
posesor. La posesión puede actuar tanto sobre el aspecto
psíquico como sobre el físico.
Las pruebas
En primer lugar, existió el ilustre sabio inglés William
Crookes, conocido por su descubrimiento de la materia
radiante y quien durante tres años, consiguió en su
casa materializaciones del espíritu de Katie King, en
condiciones rigurosas de control. Oliver Lodge, rector de
la universidad de Birmingham, miembro de la Academia
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
Real escribió: “Personalmente he sido llevado a la certeza
de la existencia futura, por pruebas que se apoyan sobre
una base puramente científica”. Frédéric Myers, profesor
de Cambridge, refiriéndose a la médium Sra. Thomson,
escribió: “Creo que la mayoría de estos mensajes proviene
de espíritus que se sirven temporalmente del organismo
de los médiums para dárnoslos”.
El célebre profesor Lombroso, de Turín, declaró: “Los casos
de casas encantadas en las que, a lo largo de los años,
se producen apariciones o ruidos que concuerdan con
el relato de muertes trágicas, y observadas fuera de la
presencia de médiums, argumenta en favor de la acción
de los fallecidos”. William James, rector de la universidad
de Harvard, en Nueva York, mantuvo la verosimilitud
de las comunicaciones de los difuntos en su estudio
aparecido en 1909 en los Proceedings. Escribió que:
“Estos fenómenos dan la impresión irresistible de que es
realmente la personalidad con sus propias características
la que conversa”.
Así, durante el fin del siglo XIX y comienzos del XX, y
en todos los países, el fenómeno espírita fue objeto de
frecuentes investigaciones, emprendidas y dirigidas por
comisiones científicas. Eruditos escépticos y profesores
célebres, pertenecientes a todas las grandes universidades
del mundo, sometieron esos hechos a un examen riguroso
y profundo. Su intención era, en primer lugar, arrojar luz
sobre lo que creían era el resultado de mistificaciones.
Pero todos, después de muchas experiencias, tuvieron
28
que doblegarse ante la realidad de los hechos. Para citar
sólo otro ejemplo, el doctor Richard Hodgson, fallecido
en diciembre de 1906, se comunicaba con su amigo J.
Hyslop, profesor de la universidad de Columbia, entrando
en minuciosos detalles respecto a los experimentos y
trabajos de la sociedad de investigaciones psíquicas, de
las que había sido presidente en su sección americana. Las
comunicaciones eran transmitidas a través de médiums
que no se conocían y se confirmaban unos con otros.
En 1892, la médium Eusapia Paladino actuaba en Milán
en circunstancias rigurosamente científicas, con actas
firmadas por la mano de diecisiete nombres: Schiaparelli,
director del observatorio astronómico de Milán; Aksakoff,
consejero de Estado ruso; Brofferio y Gerosa profesores
de la universidad Ermaroca; y G. Finzi, doctores en física;
Charles Richet, profesor de la facultad de medicina
de París, director de la Revue Scientifique; Lombroso,
profesor de la facultad de medicina.
Estas actas comprobaban la producción de los fenómenos
siguientes, obtenidos en la oscuridad, los pies y las manos
de la médium era sostenidos constantemente por dos de
los asistentes:
“Transporte de objetos diversos sin contacto: sillas,
instrumentos de música etc.; impresiones de dedos en
arcilla; apariciones de manos sobre un fondo luminoso,
apariciones de luces fosforescentes; elevación de la
médium sobre la mesa; desplazamiento de sillas con las
personas que las ocupaban; caricias percibidas por los
asistentes”.
En un discurso pronunciado el 30 de enero de 1908 en
la Sociedad de investigaciones psíquicas de Londres,
sir Oliver Lodge habló de los mensajes obtenidos por
ciertos médiums por medio de la escritura automática:
“La ‘correspondencia cruzada’, es decir la recepción de
una parte de comunicación por un médium y de la otra
parte por otro médium, cada una de las partes no puede
ser comprendida sin la ayuda de la otra, es una buena
prueba de que una misma inteligencia actúa sobre los dos
automatistas. Si además, el mensaje tiene la característica
de una persona fallecida y como tal es recibido por
observadores que no la conocían íntimamente, se puede
ver la prueba de la persistencia de la actividad intelectual
de esa persona…”
He aquí la reproducción de otra acta elaborada el 13
de enero de 1899: “Doce personas estaban reunidas
en casa del Sr. David plaza des Corps Saints, nueve en
Avignon, para su sesión semanal de espiritismo. Después
de un momento de recogimiento, se vio a la médium,
Sra. Gallas, en estado de trance, volverse hacia el abad
Grimaud y hablarle en el lenguaje de signos empleado
por algunos sordomudos. Su locuacidad mímica era
tal que se le rogó al espíritu que se comunicara más
lentamente, lo cual hizo enseguida. Por una precaución
cuya importancia se apreciaría, el abad Grimaud no hizo
sino mencionar las letras a medida que eran transmitidas
por la médium. Como cada letra aislada no significa
nada, era imposible, aunque se hubiera querido,
interpretar el pensamiento del espíritu; y fue sólo al
finalizar la comunicación que ésta fue comprendida,
siendo hecha la lectura por uno de los dos miembros
del grupo encargado de transcribir los caracteres.
Además, la médium empleó un doble método: el que
enuncia todas las letras de una palabra, para indicar su
ortografía, única forma sensible para los ojos, y el que
enuncia la articulación, sin tener en cuenta la forma
gráfica, método cuyo inventor fue el Sr. Fourcade”.
La naturaleza de los mensajes
Los mensajes recibidos en el seno del Círculo Allan
Kardec abarcan una multitud de temas. Si el espiritismo
es una escuela, es una escuela del espíritu, que invita
al conocimiento y al sentimiento. Es así como, por
ejemplo, los mensajes sobre historia, política y ciencias
van junto a los mensajes de poesía, arte como la pintura,
la música y la escultura, pero también el acercamiento
entre un guía y su protegido. El alimento espiritual vale
tanto como el del cuerpo y se compone de una variedad
indispensable de mensajes que equilibran nuestra
naturaleza profunda y necesitada de una reflexión
individual y colectiva. Por ejemplo, el simple hecho
de recibir una información sobre la historia implica
dos cosas, la primera se refiere a la profundización de
esa parte histórica para ubicarla mejor en el tiempo y
establecer un vínculo con el presente. La segunda razón
se refiere más bien al respeto con relación al espíritu que
viene a manifestarse. El espíritu Michel Ney vino a dar
testimonio de este deber de conocimiento:
“…Amigos míos, sé que desde hace años los espíritus
os visitan y han venido a este lugar para haceros
numerosas revelaciones, compartir con vosotros
sentimientos extraordinarios, un poder que no lo es
menos. Cuando pienso en todos esos espíritus, pienso
en lo que han sido antes. Pienso en sus anterioridades
terrenales, pienso en su pasado, pienso en su historia.
Para muchos espíritus que vienen a visitaros, se trata
efectivamente de hablar de historia… El que desconoce
la historia no puede comprender ciertos mensajes de
los invisibles por la sencilla razón de que no conoce la
naturaleza del personaje que se manifiesta al grupo. No
basta con leer una firma, es preciso saber comprender
su pleno y completo significado. Muchos espíritus han
venido hasta vosotros por haber desempeñado un papel
esencial en el pasado de la tierra. Cualquiera que haya
sido su función, cualesquiera hayan sido las comarcas
donde estos espíritus vivieron antes, es preciso tener
preocupación por la historia para comprender sus
palabras. La historia es una herramienta científica que
debe permitir a todos aprehender mejor el presente,
fijarlo mejor, comprenderlo mejor, pero también
preparar mejor el porvenir
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
29
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
JEAN-LOUIS PETIT
ESPIRITISMO Y
CRISTIANISMO
Al proclamarse “Genio del Cristianismo”, el vizconde
de Chateaubriand pagaba a su manera su óbolo a
la Iglesia católica universal, que le propuso también
como modelo a toda la humanidad. Sin duda, como
él, siempre se puede entusiasmarse con la hermosura
intacta del Evangelio de Jesús que, 2.000 años después
de su aparición sigue proponiendo auténticos valores de
civilización al mundo entero.
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de
la ley?” Jesús respondió: “Amaréis al Señor vuestro
Dios con todo vuestro corazón, con toda vuestra
alma y vuestro espíritu, ese es el mayor y el primer
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
mandamiento. Y he aquí el segundo que es semejante
a este: Amaréis a vuestro prójimo como a vosotros
mismos. Toda la ley y los profetas están encerrados en
estos dos mandamientos”. (Evangelio según san Mateo)
Los espíritas, estamos de acuerdo con este “esencial”,
igual que el mundo cristiano. Mientras éste nos ofrece
ejemplos de vida como el de Francisco de Asís que
abandonó todo para dar las gracias a Dios hasta en el
canto de las aves, nosotros nos reconocemos en una
vida que se calca sobre la palabra de Jesús. El Padre Pío,
la pequeña Thérèse de Lisieux, Juan XXIII y tantos otros
son también modelos de cristiandad.
30
Dios y la ciencia
Por eso, esa obstinación por procesar a Galileo y quemar
a Giordano Bruno, no justifica a la “Santa Iglesia católica,
apostólica y romana”, aunque ella se proclame en Roma,
por Pedro y la línea de sus sucesores, hija de Jesús e
instrumento de Dios. Su obstinación pasada en declarar
auténtica una historia bíblica que finalmente reconoce
como mitología, la ha opuesto cada vez más al mundo
científico. Ahora bien, los textos sagrados hablan por
medio de imágenes de las relaciones de Dios con los
hombres. Sin embargo, una lectura terca y obtusa lleva a
las Iglesias, todavía hoy, a vilipendiar a Darwin y a rechazar
la tesis, finalmente admitida por Roma, de la evolución
de las especies. Ese no ha sido el caso del mundo espírita
que muy pronto abrazó las tesis evolucionistas. En enero
de 1868, La Génesis de Allan Kardec marcó esa primera
ruptura: “La doctrina espírita es el resultado de la enseñanza
colectiva y concordante de los espíritus. La ciencia está
llamada a constituir la Génesis según las leyes de la
naturaleza”, escribió Kardec en la página de presentación.
La evolución constante de las ciencias descalabra
regularmente los edificios de creencias y postulados
de “derecho divino”, lo cual no impide al catolicismo
mantener todavía el dogma de la infalibilidad papal. ¿Se
puede uno realmente sentir a gusto con las enseñanzas
de esta Iglesia que se quiere universal, cuando se leen
las declaraciones de Benedicto XVI, sobre la píldora, el
preservativo y el aborto, aun en caso de violación?
Al racionalismo científico le es fácil demoler el conjunto
del edificio teológico poniendo el acento sobre las
historias inverosímiles que, por ejemplo, justifican el
pecado original por la falta de Adán y Eva. ¿Qué hay
verdaderamente convincente, sobre todo para un
moderno matemático en proclamar la supervivencia
por la resurrección de los cuerpos, cuando todo en este
mundo proclama la inevitable degradación de toda
materia muerta? De allí a negar el espíritu y la chispa
divina, no hay más que un paso alegremente franqueado
por la moda moderna del ateísmo, que se ríe abiertmente
de la “inmaculada concepción” y la transubstanciación,
ese milagro permanente al alcance de todo sacerdote,
que consistiría en la transformación del pan y el vino
en cuerpo y sangre de Jesucristo, hijo de Dios y segunda
parte de la Santísima Trinidad. Sin embargo, para los
espíritas, el Espíritu Santo es otra historia que estamos
dispuestos a discutir.a
Frente al materialismo triunfante, a la ausencia de reglas
morales de una civilización que privilegia el consumo a
ultranza, y por tanto la búsqueda del dinero y el poder
que abren camino al edén de placeres sin fin, nosotros
nos unimos sin problemas al campo de los que predican
que el hombre no es nada sin su espiritualidad. En eso,
el espiritismo “no viene a destruir la ley cristiana, sino a
cumplirla. No enseña nada contrario a lo que enseña el
Cristo, sino que lo desarrolla, lo completa y lo explica”
(Allan Kardec El Evangelio según el Espiritismo).
El Evangelio
El espiritismo no lucha en un eterno combate contra
la ciencia para preservar los dogmas. Quita el polvo al
Evangelio, lo despoja de los mitos y los “credos” que con
frecuencia no son más que construcciones doctrinales de
la Iglesia. “No hay fe más inquebrantable que la que puede
mirar la razón frente a todas las edades de la humanidad”,
proclama Allan Kardec en el encabezado de su libro Qué
es el Espiritismo. Todo descubrimiento científico
cuestiona el estado de las creencias en curso, sin lesionar
al espiritismo que desde siempre ha cuestionado, por
ejemplo, la noción de “milagros”, incluidos los de Jesús.
Médium potente, Jesús era también magnetizador e
hipnotizador antes de que esta noción fuera conocida,
y disponía de los consejos esclarecidos de espíritus del
más allá. El despertar de Lázaro, sin duda un retorno a
la conciencia de un hombre en catalepsia; las bodas de
Caná, sin duda un fenómeno de hipnosis colectiva. No
hay ninguna necesidad de milagro para reconocer la
grandeza de la misión del hombre que no necesita ser
Dios para dejarnos un mensaje incomparable, tanto por
el ejemplo personal como por el mensaje: “En Verdad,
os digo, el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras
no pasarán”. Colocada en la contraportada del libro de
Karine Chateigner, Ecce Homo, esta frase de Jesús sigue
estando más que nunca de actualidad. “Sin duda me ha
hecho falta descubrir el espíritu para volver a descubrir
al hombre”, escribe Karine. “Impresionante en fuerza,
grandeza y amor, cuando se manifiesta a los hombres
que él espera, simplemente para seguir amándolos, sus
palabras de sabiduría y su incesante llamado al Padre son
invitaciones al Amor”.
Siguiendo así el ejemplo de los Templarios que habían
comprendido la grandeza de un Jesús profeta pero
hombre, Allan Kardec y sus allegados separaron
entonces el inestimable aporte de Jesús, de su filiación
divina, proclamada siempre por la Iglesia. Durante toda
su vida, este espíritu superior recordó que “el que le
envió es más grande que él”. Es y se sabe profeta y se
une a la extensa cohorte de enviados de Dios, que a lo
largo de los siglos han recibido la misión de civilizar y
evangelizar. Cuando invoca al Padre, es por supuesto a
nuestro Padre, realmente el de todos nosotros.
Posición de la Iglesia
Esta noción de espíritus que, desde el más allá, continúan
siguiendo a los hombres y de vez en cuando los solicitan,
sigue siendo la espina irritante del espiritismo para las
Iglesias, cualesquiera que éstas sean.
Desde siempre, el hombre sabe que detrás del
cuerpo mortal se esconde una realidad inmortal que
sobrevive en otra dimensión. Desde la más remota
antigüedad, sabe también que las fronteras entre los
dos mundos son porosas; y desde siempre consulta a
los médiums que tienen la capacidad de recibir a los
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
31
espíritus de los muertos. La empresa es peligrosa
pues las manifestaciones del más allá no siempre son
benévolas. Desde Moisés, que había prohibido esa
práctica, las Iglesias difícilmente admiten la realidad
de las comunicaciones del más allá, excepto las que
resultan de los Evangelios o de la vida de los Santos. Las
apariciones de María o de Jesús, cuando se producen,
son admitidas casi a regañadientes por una Iglesia que
prefiere infinitamente conservar su papel de mediador
natural entre Dios y los hombres, así como entre el más
allá y el mundo de los vivos.
De ahora en adelante, la Iglesia católica admite que estas
manifestaciones podrían existir. Uno de sus miembros, el
Padre Brune, ha desarrollado un estudio muy largo de las
formas de mensajes recibidos, especialmente mensajes
grabados en cintas magnéticas vírgenes que rodaban en
una habitación aparentemente vacía. ¡No obstante el
Padre Brune guarda siempre prudente distancia con el
espiritismo! Es muy difícil deshacerse de la enseñanza
recibida…
Es preciso decir también que estos mensajes recibidos
perturban un tanto el misal. ¡Hasta parecería que no
existen el cielo y el infierno!
“La doctrina espírita cambia completamente la forma
de plantearse el porvenir; la vida futura ya no es una
hipótesis, sino una realidad… El mundo espiritual nos
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
aparece en toda su realidad práctica; y no son los
hombres quienes lo han descubierto por el esfuerzo de
una concepción ingeniosa, son los propios habitantes
de ese mundo los que vienen a describirnos su situación;
los vemos en todos los grados de la escala espiritual, en
todas las fases de felicidad y desgracia; asistimos a todas
las peripecias de la vida de ultratumba. Allí está para
los espíritas la causa de la calma con que consideran la
muerte, de la serenidad de sus últimos instantes en la
tierra. Lo que los sostiene, no es solamente la esperanza,
es la certeza”. (Allan Kardec: El Cielo y el Infierno).
Podría decirse, con una brizna de perfidia, desde luego,
que esa inquietud por la muerte ha sido por mucho
tiempo el negocio de las Iglesias que no han dudado en
vender sus indulgencias a los pecadores enloquecidos
por la idea del infierno.
Finalmente, estos testimonios recibidos en directo
desde el más allá, hablan todos de “reencarnación”
y no de resurrección, como tercamente proclama
siempre el dogma católico. Venida desde el fondo
de los tiempos, esta realidad fue recogida por Allan
Kardec, después de la revelación de los espíritus, bajo
una forma muy expresiva: “Nacer, morir, volver a nacer
y progresar sin cesar, esa es la ley”. (Prefacio de Que
es el Espiritismo, reproducido sobre la tumba de Allan
Kardec en el cementerio del Père Lachaise). Desde hace
32
tiempo el hinduismo, el budismo, Platón y la escuela de
Pitágoras han propagado ampliamente esta idea “vieja
como el mundo” (Karine Chateigner, El Nuevo Libro
de los Espíritus). En la Tercera Revelación, aportada por
los propios espíritus, toma lugar con el espiritismo una
idea despojada de la obsesión hindú de renacer vegetal
o animal. Los primeros cristianos, como Jesús, todavía
creían en la reencarnación. El “noli me tangere” (No
me toques) de la aparición de Jesús a María Magdalena
muestra perfectamente una aparición espectral, y no el
renacimiento del cuerpo de Jesús. Es siempre la Iglesia la
que ha decretado la supresión de esta noción básica de
la humanidad (en 533 en el concilio de Constantinopla),
en pro de una resurrección aplazada hasta el fin de
los tiempos. “La reencarnación implicaba una libertad
demasiado grande para el hombre sobre este globo, para
que la sociedad hubiera podido admitirla un solo instante
más. El hecho, más que religioso, se convertía entonces de
necesidad social en la medida en que una jerarquía humana
de pretexto divino tendía a imponerse” (testimonio de los
espíritus citados por Karine Chateigner en la misma obra).
Si se le devuelve más tiempo al hombre que descubre
más o menos su eternidad, este concepto no elimina —
lejos de eso— su responsabilidad. Si el hombre elige su
camino, incluido pasar por el mal y luego, eventualmente,
por la negación de Dios, si ya no existe esa evaluación de
las almas y ese infierno que lo amenaza sobre la base
de una sola existencia, queda la responsabilidad de cada
uno de nosotros frente a todas estas existencias y cada
uno de nuestros actos. “El espíritu progresa sin cesar. No
temáis, cualesquiera que sean el principio y la forma, el
castigo sobre esta tierra, o en otra parte. Temed más a la
responsabilidad de vuestros actos”. (Karine Chateigner,
misma obra) Jesús mismo vino a dar testimonio de esta
noción de reencarnación: “No hay malos espíritus que
perduran, hay sólo almas que transformar”.
Puesto que Jesús no ha desaparecido ni se ha desinteresado
de la suerte de los hombres; sigue amándolos y a
ayudándolos a través de numerosos mensajes que dan
testimonio, desde El Libro de los Espíritus, de Kardec, de
la continuidad entre la segunda revelación, la del Cristo, y
la tercera, que Kardec supo transcribir y popularizar.
Finalmente, cómo concebir que entre los miles de millones
de planetas conocidos o desconocidos de la creación,
nuestro globo sea el único que se considera capaz de
inspirar la vida al creador, y lo que es más, ¡de llevarlo a
encarnarse en un hijo sacrificado ignominiosamente a la
necedad humana para tratar de redimirla! Era necesario
cierto coraje, en 1854, para proclamar un camino de vidas
ya cumplidas para luego retomarlas en otros planetas.
A partir de los fenómenos de “platillos voladores” y los
descubrimientos de los científicos herederos del gran
Flammarion se vuelve más que creíble esta afirmación de
la pluralidad de los planetas habitados y de su solidaridad.
Múltiples testimonios nos describen esos otros mundos, y nos
certifican nuestra progresión palingenésica hacia otras vidas,
en esos otros mundos, con frecuencia más evolucionados.
A menudo hace falta pues, la fe del carbonero de Brassens
para conciliar la imagen del cristianismo y la realidad
de sus Iglesias, que todas han sido tentadas por un
integrismo sangriento, que se dice en nombre del Amor.
Hasta Lutero, hasta Calvino que sin embargo empezaron
bien “protestando” contra la riqueza del clero y el perdón
de los pecados por las indulgencias, hasta ellos han
dejado masacrar a los campesinos que se sublevaron en
su nombre contra la opresión y la altivez de los poderosos.
La Alianza del sable y el hisopo sigue siendo una realidad
que nos indigna. Es difícil olvidar el silencio del Papa ante
los campos de concentración durante el período 40-45,
o hasta la actitud de la Iglesia de España que aceptó
sacar brillo a las botas de Franco. Por desgracia la Santa
Inquisición contradijo ampliamente durante muchos siglos
el mensaje de amor inicial, en pro de apetitos de poder
demasiado humanos como para relacionarnos con Dios.
Durante mucho tiempo pues, espíritas e Iglesias han
hecho muy mala pareja, hasta el punto de que los
primeros espíritas fueron excomulgados; en cuanto a los
libros de Kardec, fueron públicamente quemados en un
acto de fe poco católico por el obispo de Barcelona.
Por lo tanto, para nosotros los espíritas, creer en Dios no
es sólo una cuestión de fe, sino una respuesta de sentido
común al gran enigma de la vida. Los descubrimientos más
recientes muestran que la diferencia entre lo inanimado y
lo viviente, es una carga de vida al nivel más elemental de
los constituyentes del átomo. La carga de amor, la chispa
de vida no es una hermosa historia final para hacer olvidar
el horror de la muerte y el frío de la nada. Y lo que es más,
nosotros sabemos desde siempre que esa nada no existe.
Desde siempre, desde el otro lado, los muertos tratan de
llamar nuestra atención, y no sería sino por amor, para
borrar el terrible miedo al vacío final. Desde siempre, las
reglas del juego nos han sido recordadas por los profetas
encargados de hacer progresar a la humanidad. Jesús sigue
siendo, después de Moisés, Buda, Mahoma y tantos otros
el más portador de sentido: “Amaos los unos a los otros”;
qué puede ser más simple, y sin embargo…
Y sin embargo, en nuestro mundo, que desde entonces,
desde Jesús, tiene el amor en herencia; cada seis segundos
un niño muere de hambre. Y sin embargo, mucho tiempo
después del clarín del armisticio del 11 de noviembre de
1918, nuestro mundo sufre todavía las convulsiones de la
guerra, las violaciones y las violencias, las denegaciones de
justicia, etc. No tenemos la intención de administrar solos
esta herencia del Cristo; sabemos que en las comunidades
de fieles o entre los agnósticos hay disponible un enorme
potencial de fe y de amor. La Tercera revelación, es pues
esa posibilidad de hacer coincidir a todos juntos en
nuestras oraciones, pero también en nuestros actos y
nuestras expectativas. Allí de nuevo, dejamos la palabra
final al propio espíritu de Jesús: “Y que la lucha por la
transformación social de este mundo, lleve finalmente un
nombre: Cristianismo. Es que no hay otro”.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
33
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
CÉLINE PÊCHEUR
LA GÉNESIS DEL MUNDO
Desde siempre, el ser humano se ha interrogado sobre sus
orígenes: de dónde viene, cómo y por qué se ha desarrollado
la vida sobre la Tierra, cómo fue creada esa misma tierra,
¿es este el único planeta habitado en el universo…?
Preguntas que suscitan tantas respuestas como polémicas.
Hay numerosas teorías, aventuradas a veces o hasta tan
complejas o irracionales que no es fácil aceptarlas.
Allan Kardec, en su Libro de los Espíritus, ha suministrado las
respuestas del más allá sobre la génesis del hombre y de la
Tierra, la pluralidad de los mundos y las relaciones existentes
con el mundo de los espíritus y la creación divina.
Extractos de El Libro de los Espíritus:
¿Cómo creó Dios el universo?
“Para servirme de una expresión: con su Voluntad. Nada pinta
mejor esa voluntad todopoderosa que estas hermosas palabras
del Génesis: Dios dijo: Hágase la luz: y la luz fue hecha”.
Pero, claro está que no podemos medir y comprender el
funcionamiento ni la voluntad divina en lo que concierne
a la creación de un mundo. No podemos sino entrever su
voluntad y su amor en el impulso y la fuerza dados.
Respecto a la formación material de un mundo:
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
¿Los cometas serían, como se piensa, un comienzo de
condensación de la materia y mundos en vías de formación?
“Eso es exacto, pero lo que es absurdo, es creer en su influencia.
Quiero decir, esa influencia que se les atribuye vulgarmente;
pues todos los cuerpos celestes tienen su parte de influencia en
ciertos fenómenos físicos”.
Pero evidentemente, no hay que olvidar el impulso y la voluntad
divina durante esta creación así como la ayuda de espíritus
superiores.
¿Dónde estaban los elementos orgánicos antes de la
formación de la tierra?
“Se encontraban, por así decirlo, en estado de fluido en el
espacio, en medio de los espíritus, o en otros planetas, esperando
la creación de la tierra para empezar una nueva existencia sobre
un globo nuevo”.
La duración de un mundo:
¿Un mundo completamente formado puede desaparecer,
y la materia que lo compone ser diseminada de nuevo en
el espacio?
34
“Sí, Dios renueva los mundos como renueva a los seres
vivos”.
Tampoco hay que olvidar que nosotros no somos sino
arrendatarios de estos mundos, y que por nuestra negligencia
y falta de respeto ante esta creación, nuestra falta de interés
y de cuidado, este mundo puede desaparecer. Es preciso, pues,
tomar conciencia de esta creación divina y sobre todo, por
nuestra voluntad, aprender a conservarla.
Sobre la pluralidad de los mundos:
¿Todos los globos que circulan en el espacio están
habitados?
“Sí, y el hombre de la tierra está lejos de ser, como cree, el primero
en inteligencia, bondad y perfección. Hay sin embargo hombres
que se creen muy fuertes, que se imaginan que este pequeño
globo tiene solo el privilegio de tener seres razonables. ¡Orgullo
y vanidad! Creen que Dios ha creado el universo para ellos solos”.
“Creer a los seres vivos limitados sólo al punto que habitamos
en el universo, sería poner en duda la sabiduría de Dios que no
ha hecho nada inútil; ha debido asignar a estos mundos un fin
más serio que el de recrear nuestra vista. Por otra parte, nada ni
en la posición, ni en el volumen, ni en la constitución física de la
tierra, puede hacer suponer razonablemente que ella sola tiene
el privilegio de estar habitada con exclusión de tantos miles de
mundos semejantes. Dios ha poblado los mundos de seres vivos
que, todos, concurren al objetivo final de la Providencia”.
A veces el hombre tiende a creer que es el único en haber tenido
la gracia de Dios en la creación. Qué orgullo, qué vanidad creerse
los únicos poseedores de vida en un globo. Si se consideran las
maravillas de la naturaleza y de la vida, sería una lástima limitarse
a nuestro pequeño mundo, no ver la hermosura de la creación
entera y sobre todo no tratar de protegerla y preservarla. A veces
el hombre también tiene miedo a considerar la vida sobre otras
esferas, pues teniendo una naturaleza destructora le cuesta
trabajo concebir y pensar que los habitantes de otras esferas nos
superen en tecnología, por supuesto, pero también y sobre todo
por su evolución espiritual, y que una visita extraterrestre no
tendría por finalidad la destrucción y la invasión sino que podría
ser simplemente un llamado, una ayuda para comprender
mejor y para preservar mejor y salvar nuestro planeta. En el
universo, muchos planetas están habitados, unos son menos
evolucionados que el nuestro, otros están todavía a nuestro
nivel y otros nos superan.
Preguntas sobre la evolución de los espíritus:
¿Los espíritus son buenos o malos por naturaleza, o bien
son los mismos espíritus que mejoran?
“Los mismos espíritus que mejoran: Al mejorar, pasan de un
orden inferior a uno superior”.
Entre los espíritus, ¿unos han sido creados buenos y
otros malos?
“Dios ha creado a todos los espíritus simples e ignorantes, es
decir sin ciencia. Y le ha dado a cada uno una misión a fin de
ilustrarlos y hacerlos llegar progresivamente a la perfección
por el conocimiento de la verdad y para unirse a él. La felicidad
eterna y sin mezcla es para ellos esa perfección”.
El espíritu es creado simple e ignorante, y por las vidas sucesivas
en la carne y su evolución espiritual en el más allá, aprende
y comprende progresivamente, se modifica, se perfecciona y
progresa. No hay tiempo determinado, cada espíritu avanza a
su propio ritmo, asignándose él mismo, en el transcurso de sus
reencarnaciones, diversas misiones, diversos caminos a seguir
para comprender mejor, aprender a amar, a crecer y por tanto
evolucionar siempre.
Algunas preguntas/respuestas de El Libro de los Espíritus sobre
la evolución del espíritu:
¿Según esto, los espíritus en su origen parecerían ser como
los niños, ignorantes y sin experiencia, pero adquieren
poco a poco los conocimientos que les faltan recorriendo
las diferentes fases de la vida?
“Sí, la comparación es exacta; el niño rebelde permanece
ignorante e imperfecto; aprovecha más o menos según su
docilidad; pero la vida del hombre tiene un término, y la de los
espíritus se extiende en el infinito.
Puesto que en la vida social, todos los hombres pueden
llegar a los primeros cargos, cabría preguntarse por qué el
soberano de un país no hace generales a cada uno de sus
soldados; por qué todos los empleados subalternos no son
empleados superiores; por qué todos los alumnos no son
maestros. Ahora bien, entre la vida social y la vida espiritual
hay la diferencia de que la primera es limitads y no siempre
permite escalar todos los grados, mientras que la segunda
es indefinida, y deja a cada uno la posibilidad de elevarse
hasta el rango supremo”.
¿Todos los espíritus pasan por el escalafón del mal para
llegar al bien?
“No por el escalafón del mal, sino por el de la ignorancia”.
¿Por qué ciertos espíritus han seguido la ruta del bien, y
otros la del mal?
“¿No tienen su libre albedrío? Dios no ha creado espíritus
malos; los ha creado simples e ignorantes, es decir, teniendo
tanta aptitud para el bien como para el mal; los que son
malos lo hacen por su voluntad. La evolución es pues un ciclo
natural, y sobre todo una voluntad individual de avance para
vivir siempre mejor, comprender mejor para tender hacia el
avance, hacia la luz divina, hacia la voluntad divina que nos dio
el impulso de salida”.
¿Cómo pueden los espíritus en su origen, cuando no
tienen conciencia de ellos mismos, tener libertad de
elección entre el bien y el mal? ¿Hay en ellos un principio,
una tendencia cualquiera, que les lleve más por un camino
que por otro?
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
35
“El libre albedrío se desarrolla en la medida en que el
espíritu adquiere conciencia de sí mismo. si la elección
fuera hecha por una causa independiente de la voluntad
del espíritu ya no habría libertad. La causa no está en él,
está fuera de él, en las influencias a las cuales cede en
virtud de su libre voluntad. Ese es el gran mito de la caída
del hombre y del pecado original: unos cedieron a la
tentación, otros resistieron”.
¿Los espíritus son creados iguales en facultades
intelectuales?
“Son creados iguales, pero al no saber de dónde vienen,
es preciso que el libre albedrío siga su curso”. Progresan
más o menos rápidamente tanto en inteligencia como en
moralidad”.
¿Qué definición puede darse de los espíritus?
“Puede decirse que los espíritus son los seres inteligentes
de la creación. Pueblan el universo fuera del mundo
material”.
¿Los espíritus son seres distintos de la Divinidad, o
serían sólo emanaciones o porciones de la Divinidad,
llamados por esta razón, hijos o niños de Dios?
“Dios mío, es su obra, absolutamente como un hombre que
hace una máquina; esa máquina es obra del hombre y no
es él. Sabes que cuando el hombre hace una cosa hermosa,
útil, la llama su hija, su creación. ¡Pues bien! Pasa lo mismo
con Dios: somos sus hijos, porque somos su obra”.
¿De dónde provienen las diferencias físicas y morales
que distinguen las variedades de razas de hombres en
la tierra?
“El clima, la vida y las costumbres. Es igual que dos hijos de
la misma madre que, criados uno lejos del otro y de manera
diferente, no se parecerán en nada en lo moral”.
¿Apareció el hombre en varios puntos del globo?
“Sí, y en diversas épocas, y esa es una de las causas de la
diversidad de razas; luego los hombres, al dispersarse por
diferentes climas y unirse con otras razas, han formado
nuevos tipos”.
En estas dos últimas preguntas, el espíritu viene a
abordar las diferencias físicas de las razas que pueblan
nuestro planeta, pues sólo el clima, los lugares y las
costumbres hacen diferencias; para el resto, el objetivo
sigue siendo el mismo, la evolución, la transformación
y al final el reencuentro con nuestro creador por la
pureza de nuestros espíritus. Pero el camino es todavía
muy largo; entonces, progresivamente, aprendamos ya
en esta vida a crecer, a abrirnos más a la hermosura de
la naturaleza y al respeto de todas las formas de vida,
con una reflexión y un aprendizaje incesantes para que
nuestro espíritu siga su avance hacia esa bella y dulce luz
de la evolución divina.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
POESÍA
Mi música, mi ritmo
Mi canto, mi danza
Oh cuántos artificios
Agotan mi cuerpo afinado
He borrado mi negritud
Para no parecerme
A ese padre venido del sur,
Su tiranía me ha apagado
Mis orígenes de ébano
Por el gris blanco en mis venas
Mi cólera, mi desesperación
Mi turbación, mi pesadilla
No he sabido resistir
Al canto de las sumas plateadas
Me han matado y yo participé
En ese fin macabro programado
Por mala publicidad a la leyenda
Para al final devenir en ceniza
Ya no soy la estrella
Pues las veo, las verdaderas que brillan
Mil fuegos en el amor como velas
Del barco de los hombres hacia esta isla
Donde reina un Dios mucho más grande
Gracias por vuestro sentimiento, por este alimento
Que me ha impulsado fuera de los reprimidos y de mí
¡El amor no siempre está allí donde se cree!
Michael JACKSON
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DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
IG O R M A N O U C H I A N
PUNTO DE VISTA SOBRE
LA PLURALIDAD DE LOS MUNDOS
Alexandre Aksakoff
El universo que podemos observar desde la tierra remite
sin cesar a la cuestión del infinito. ¿Las estrellas que
centellean son soles para otros mundos habitados? La
ciencia humana aporta respuestas sobre la constitución
de los cuerpos celestes, sobre el mecanismo orbital del
movimiento de los planetas, pero nada sobre la realidad
de otras vidas. Faltan entonces disidentes del mundo
científico oficial para entender las certezas casi evidentes
de la vida extraterrestre. En el más allá, los espíritus viven
en un espacio paralelo, bordean el conjunto de los mundos
y las atmósferas que rodean a esos mismos mundos. Para
admitir esta realidad, hace falta reconocer de entrada la
existencia de un Dios, de una fuerza ordenadora y rectora
para aceptar de modo más global, la idea de que el infinito
no existe únicamente para la materia y para el espacio
sino igualmente para la vida bajo todas sus formas. He
aquí extracto de un mensaje del espíritu Paul Langevin
que aporta su punto de vista sobre lo que debería ser la
verdadera ciencia:
“El comienzo del universo no existe. Los astrofísicos
establecen una génesis de lo que llaman el big-bang,
haciendo creer al público que antes no existía nada. Este es
un absurdo que es preciso denunciar. En efecto, el universo
no tiene ni comienzo ni fin, y este del que hablan los
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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hombres está limitado a su propia observación. Quien se
atreva a afirmar que el universo tiene límites reniega de la
noción de infinito y no puede, por consiguiente, cumplir
con las exigencias de la verdadera ciencia. Ser científico,
es ante todo reconocer que el hombre sólo sabe pocas
cosas, no dentro de un vasto universo, sino de un universo
sin fin. Ser científico, es admitir que es necesario aprender
todavía, sin escuelas, sin definiciones, sin prejuicios, sin
definiciones materialistas. Ser científico, es admitir que
no hay límites al milagro de la vida y, por consiguiente,
no lanzar el anatema al que cree en el espíritu, al que está
más cerca de la verdad por haber sobrepasado la materia.
Ser científico, en el sentido noble del término, tiende más
a un estado de ánimo que al nivel de conocimientos. El
conocimiento es una herramienta, no es el saber total. El
amor, aliado de la inteligencia es más fuerte que todas las
facultades de la tierra reunidas”.
He aquí pues un enfoque diferente de la “Ciencia” que
puede ser aceptado por todos los hombres de reflexión,
pues renuncia al ateísmo y al determinismo. El universo
contiene los elementos de la creación universal, es
la prueba observable y filosófica de que un poder
sobrepasa los límites del espacio y el tiempo, creados
de manera continua. La relatividad de las distancias que
relacionan un planeta con otro demuestra que más allá
de la materia, existe una dimensión espiritual de la vida.
La escrita aquí por el espíritu Gabriel Delanne en un
mensaje recibido en sesión espírita:
“El tiempo es relativo. El espíritu Albert Einstein supo
descubrirlo y enseñarlo en el globo terráqueo. Me
parece, sin embargo, que el espíritu Albert Einstein olvidó
lo esencial, a saber, vuestra conciencia; a saber, vuestro
espíritu. Más allá de la teoría del desplazamiento y del
espacio tiempo, es necesario añadir entonces a la medida
relativa del tiempo o de los tiempos la apreciación de cada
uno. Ya, sobre ese globo, más allá de las convenciones
horarias, para cada uno de vosotros, el tiempo no tiene
el mismo significado. Cada espíritu individualmente
no puede interpretar el mismo tiempo. En eso hay una
relatividad muy grande sobre otros planetas y Dios,
evidentemente, en el mundo invisible. Una cierta forma
de tiempo existe sin embargo en el estado desencarnado.
Si sabéis considerar que vivís en el más allá con vuestra
envoltura periespiritual, si sabéis considerar que esa
misma envoltura periespiritual es de naturaleza semimaterial, entonces debéis considerar que el espíritu,
continúa sirviéndose de ese mismo vector en los mundos
etéricos, experimentando una cierta forma de tiempo.
Ese tiempo está más o menos regido según la evolución
de los espíritus. Un espíritu en turbación seguirá viviendo
el tiempo como lo vivís actualmente en la materia pues
considera que vive todavía dentro de esa misma materia.
La evolución del espíritu consiste, por consiguiente, en
controlar el tiempo para terminar por sobrepasarlo.
Llegamos así al estado de perfección”.
El estado de perfección, es el objetivo de toda evolución,
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
así el espíritu progresa en la sucesión de vidas dentro
del proceso de la reencarnación, pero no puede
contenerse únicamente en el sistema terrestre como
lugar de recepción. En efecto, la evolución prosigue
en otras esferas, otros planetas que, según su estado
dentro de la escala de la evolución, permiten al espíritu
que reencarna recibir los elementos faltantes para
perfeccionarse tanto en moral como en inteligencia.
Entonces cuando se observa el cielo estrellado, el sol, hay
en esa mirada la proyección de uno mismo hacia otros
destinos. El porvenir no está escrito en los astros, pero
desde la noche de los tiempos el hombre sabe acogerse
a ese espectáculo natural para tratar de comprender un
poco mejor de dónde viene, quién es y a dónde va. La
evidencia de que no estamos solos en el universo, de que
la tierra no puede ser el único planeta que esté habitado,
que hay otros corazones que vibran de acuerdo a un
mismo Dios, que en todos los tiempos han tenido lugar
contactos entre terrícolas y gentes de las estrellas, debe
llevar a la reflexión dentro de una amplia realidad que
abarque tanto el infinito como la eternidad. Allan Kardec
en La Génesis según el Espiritismo dice esto:
“Entonces no veis nada, alrededor de cada uno de los soles
del espacio, de los sistemas semejantes a vuestro sistema
planetario; no veis sobre esos planetas desconocidos
ninguno de los tres reinos de la naturaleza que brillan
alrededor de vosotros; pero pensad que, así como ningún
rostro de hombre se parece a otro rostro en todo el
género humano, igualmente una diversidad prodigiosa,
inimaginable, ha sido derramada en las moradas etéreas
que vagan por los espacios”.
La diversidad es pues ley en la creación universal. El
progreso engendra el ardor pacífico, la solidaridad entre
los seres, la búsqueda en favor de todos en la aplicación
primera del sentimiento de amor. Finalmente, el
mensaje de Jesús es un mensaje universal. Amar a su
prójimo como a uno mismo sobrepasa la condición
terrenal y se aplica tanto al mundo de los espíritus
como al mundo extraterrestre encarnado en otros
lugares del espacio inter sideral. Sin embargo, es preciso
hacer notar, y esto no es una revelación, que ciertos
miembros de nuestra sociedad (militares, científicos,
políticos, civiles…) conocen la existencia de planetas
habitados, pero a fin de conservar un poder “facticio”,
callan estas informaciones. Pero nada detendrá la
marcha de la evolución en el acercamiento de las vidas,
en la comunicación entre los seres cualquiera que sea la
distancia que los separa.
“Si esos astros que se armonizan en sus vastos sistemas
están habitados por inteligencias, no es por seres
desconocidos unos de otros, sino más bien por seres
marcados en la frente por el mismo destino, que deben
encontrarse momentáneamente siguiendo sus funciones
de vida, y reunirse de acuerdo a sus mutuas simpatías; esa
es la gran familia de los espíritus que pueblan las tierras
celestes”. (Allan Kardec: La Génesis según el Espiritismo)
38
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
ISA B E L L E C H E VA L I E R
LA REENCARNACIÓN Y SA CONSECUENCIA:
PROGRESAR
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
39
¿Cómo definiríais la evolución?
La evolución es un fenómeno que tiene el carácter de la
lentitud y de la dificultad. La evolución es un parto difícil y
doloroso de la conciencia divina. Para alcanzar ese estado,
para alcanzar esa conciencia, todo el camino, también
largo y difícil, está salpicado de numerosas trampas, tanto
en el estado encarnado como en el desencarnado, tanto
en la Tierra como en el más allá del mundo de los espíritus.
Extracto de El Nuevo Libro de los Espíritus.
Principio determinante de la filosofía espírita, la
reencarnación tiene su fuente en la teoría de las vidas
sucesivas que se encuentra en todas las civilizaciones y en
muchas religiones. Este concepto, definido en el siglo XIX
bajo la palabra “reencarnación”, es una de las tres piedras
angulares del espiritismo junto con la existencia de Dios
y la comunicación post-mortem. Para comprender el
desarrollo evolutivo del espíritu, Allan Kardec se rindió
ante la evidencia de que necesitaba profundizar su
realidad, su proceso, su objetivo y su finalidad. Es lo que
vamos a intentar reconstruir retomando paso a paso la
historia del concepto de la reencarnación a través los
milenios y especialmente de los dos últimos siglos desde
la codificación del espiritismo hasta hoy.
LA TEORÍA DE LAS VIDAS SUCESIVAS A TRAVÉS DEL
MUNDO Y LOS MILENIOS
El concepto de las vidas sucesivas tiene sus orígenes
en varios pueblos diferentes, partidarios de conceptos
sociales más o menos semejantes pero que tienen todos
un punto en común: la presencia de lo inmaterial que
evoluciona a través de los seres vivos. El principio del
renacimiento de las almas está presente desde hace más
de 5.000 años en los textos dejados en herencia a las
generaciones futuras. Desde los jeroglíficos egipcios hasta
las tesis filosóficas de la antigüedad, la reencarnación se
ha impuesto como concepto ineludible en respuesta a las
preguntas recurrentes de los filósofos: ¿Quiénes somos?
¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? La teoría de las
vidas sucesivas ha tomado cuerpo gracias a múltiples
hipótesis y definiciones filosóficas; así Pitágoras (580-497
a.C.) formulaba la teoría de la multiplicidad de las vidas
evolutivas, la de la unicidad de Dios y de la pluralidad de
los mundos. Sócrates (469-399 a.C.) profetizaba: “Los
vivos nacen sólo de los muertos”, lo que significaba que
los recién nacidos son las almas que han tomado un traje
nuevo, después de haber dejado el usado. Platón (427347 a.C.) afirmaba: “El alma es más vieja que el cuerpo y
las almas renacen sin cesar para regresar a la vida actual”.
Tomaba su fuente de inspiración de la mirada que fijaba
en la naturaleza donde veía a la vida suceder a la muerte,
ciclo universal regulado por las estaciones. Para Plotino,
filósofo egipcio (205-270 d.C.) la evolución del principio
inteligente se realizaba paulatinamente gracias a las vidas
sucesivas para alcanzar el punto Omega que es Dios.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
Ovidio, filósofo romano (43 a.C.-17 d.C.) evocaba la idea
de la pluralidad de los mundos y del acceso a mundos
superiores para las almas purificadas, mientras que Virgilio,
otro filósofo romano (70-19 a.C.) creía en la necesidad de
un retorno a la carne, después de un paso por el mundo
del éter, para seguir aprendiendo. Los galos, nuestros
antepasados, practicaban la religión de los druidas y creían
en la unidad de Dios y en las vidas sucesivas.
En Judea, la pluralidad de existencias es evocada de
manera velada, se habla de resurrección de los cuerpos
mientras que la idea de la pluralidad de las vidas sigue
siendo una teoría secreta compartida por las elites
hebreas que tienen acceso a los libros sagrados. El Talmud
(selección de derecho civil y religioso) dice: “El alma de
Abel pasó al cuerpo de Seth y de allí al de Moisés”. El Zohar
(colección de comentarios sobre la Torá, ley de Moisés
fundador del Judaísmo) indica textualmente: “Todas las
almas son sometidas a las pruebas de la reencarnación”.
Leyendo la Biblia se puede constatar que se multiplican
los actos de fe en la reencarnación. Elías se identifica con
Juan Bautista. Antes del nacimiento de Juan Bautista, el
profeta Zacarías proclamó: “Vivirá en el espíritu de Elías”. Es
Jesús quien más aportará al concepto de la reencarnación
y la vida futura afirmando esto: “En verdad, en verdad,
os digo, es Elías mismo. En verdad os digo, entre los hijos
de mujer, no se ha levantado uno más grande que Juan
Bautista y si queréis comprender: es el mismo Elías que
había de venir”. Entonces para él, Juan el Bautista era
sin lugar a dudas el profeta Elías reencarnado. Juan cita
otra afirmación de Jesús aún más explícita: “En verdad, en
verdad”, dice Jesús a Nicodemo, “te digo: ¡nadie puede ver
el reino de Dios, a menos que nazca de nuevo!”. Nicodemo,
fariseo defensor de Moisés, que parecía querer probar a
Jesús le dijo: “¿Cómo puede nacer un hombre cuando es
viejo?” Jesús le respondió: “¿Cómo, tú que eres maestro
en Israel, puedes desconocer estas cosas? A menos que
renazca de agua y espíritu, nadie puede entrar en el reino
de Dios”. De agua y espíritu… Alusión, al parecer, al líquido
amniótico en el cual flota el embrión en el vientre de su
madre hasta el nacimiento. Indudablemente, a imagen
de Jesús, los primeros cristianos eran reencarnacionistas.
En Oriente, muchas religiones han incluido la teoría
de la reencarnación en sus creencias, especialmente
el hinduismo, el jainismo y el budismo. Durante cerca
de cinco siglos, el Cristianismo llamado “Cristianismo
antiguo” admitía esta idea y se pronunciaba en favor de
la existencia de las vidas futuras. Orígenes, uno de los
primeros Padres de la Iglesia (185-253 d.C. nacido en
Alejandría) suscribía también esta noción. Hablaba de la
preexistencia y de la supervivencia de las almas en otros
cuerpos para progresar con cada encarnación. Gregorio
de Nicea (nacido en Turquía, 331-394 d.C.) otro Padre de
la Iglesia, pensaba que era necesario regresar a la carne,
numerosas veces, para sanar y purificar su alma, pues
ésta estaba lejos de la perfección. Estas doctrinas no
40
podían convenir a los altos dignatarios de la Iglesia que
veía en estas afirmaciones demasiada libertad para el
alma humana para volver al Padre. Esta tesis invalidaba
completamente los dogmas del Juicio Final y los castigos
eternos. Para hablar con propiedad, el concepto de
reencarnación fue voluntariamente censurado y declarado
herético por razones políticas a partir de 553, durante el
Concilio de Constantinopla. Desde el siglo VI en Occidente,
los principios de la reencarnación hicieron referencia a la
resurrección de la carne más que a la supervivencia del
alma y cualquiera que afirmara lo contrario era víctima
de anatema. Añadamos a nuestro estudio el Islam que, a
través del Alcorán, trata claramente de la reencarnación
en este pasaje: “Y Alá os ha hecho crecer como un brote
de la tierra, y luego, os vuelve a enviar, luego os hará nacer
de nuevo, una nueva venida al mundo”. Durante la época
de la Edad Media, predominó el oscurantismo. La doctrina
de las vidas sucesivas fue combatida fuertemente
por la Iglesia y sus representantes más extremos, los
Inquisidores. Finalmente, la vuelta al mundo no estaría
completa si omitiéramos señalar que el principio de las
vidas sucesivas estuvo igualmente difundido en ciertas
comarcas de América del Norte y del Sur, en la época de
los incas, de los mayas y de los aztecas, y todavía hoy, en
ciertos pueblos de la Amazonia y del Gran Norte, como
los esquimales.
De los tiempos modernos hasta hoy
Los tiempos modernos se extienden desde el siglo XV
al XVIII, durante los cuales triunfaron los valores de la
modernidad (el progreso, la comunicación, la razón)
mientras que el período anterior, la Edad Media, se
considera tradicionalmente como una época oscura. El
período moderno incluye el “Siglo de las Luces 17151815”, siglo que toma su nombre del movimiento
intelectual, cultural y científico que marcó la Europa de
una nueva era. Francia vio emerger los filósofos de las
luces tales como Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Diderot
y d’Alembert que contribuyeron a dar al mundo una visión
más moderna y tolerante.
De 1564 a 1850, el concepto de reencarnación sufrió
sucesivamente un período de negativa, un período de
hipótesis y un período de estudio para asentar una definición
común a todas las civilizaciones. Desde 1564, la teoría de
las vidas sucesivas evolutivas del alma fue desviada de su
significado para tomar prestadas dos teorías principales
diferentes: la “trasmigración” y la “metempsicosis”. Uno
se da cuenta de que no se trata exactamente de la misma
cosa. La “trasmigración” significa que la misma alma va a
animar sucesivamente seres muy distintos mientras que
la “metempsicosis” calcada sobre el término griego, se
emplea sobre todo para la encarnación del alma de un
hombre en el cuerpo de un animal. Por mucho tiempo
fue el término más antiguo y más utilizado y muy pronto
todos estos vocablos adquirieron un significado negativo
o ridículo. En Occidente, se ha llegado a la solución más
simple: “Se tiene sólo una vida, se muere sólo una vez”. El
fin de los tiempos modernos en Francia estuvo marcado
por la Revolución Francesa en pro de un nuevo período
llamado “contemporáneo” que perdura todavía hoy. Los
conceptos de la vida después de la muerte y de las vidas
sucesivas evolutivas (la palingenesia) encuentran cada vez
más eco en los salones de la burguesía francesa y en los
textos de los escritores, especialmente con alusiones de
Victor Hugo, Alexandre Dumas u Honorato de Balzac. El
concepto de las vidas sucesivas persiste a través de los
siglos, y para salir de una noción peyorativa, a mediados
del siglo XIX aparece la palabra “reencarnación”. Se creó
para sustituir a la metempsicosis-castigo una concepción
positiva de la evolución humana, tal y como se encuentra
en diversos autores como Charles Fourier, Jean Reynaud,
Pierre Leroux, George Sand o Allan Kardec. En adelante, se
hablará sobre todo de reencarnaciones sucesivas en las
vidas humanas.
En 1982 en los U.S.A., un sondeo reveló que el 25% de
los norteamericanos cree en la reencarnación. En Gran
Bretaña, del 18% en 1972, se pasó al 28% en 1982.
Según un sondeo de 1990, 24% de los franceses cree
en la reencarnación, de los cuales el 34% son católicos
practicantes regulares (fuente: Les Valeurs des Français, PUF
1994). Que un tercio de los católicos practicantes regulares
(también el 32% de los polacos) crea en la reencarnación
en contra de la doctrina oficial es simplemente dejarnos
perplejos y nos hace lamentar no tener el porcentaje para
el clero católico.
PROCESO, METAS Y FINALIDAD
DE LA REENCARNACIÓN
Nacer, morir, volver a renacer y progresar sin cesar, tal es la
Ley (Allan Kardec)
Fue en 1857 cuando Allan Kardec publicó El Libro de los
Espíritus en el cual exponía todas las razones filosóficas que
le llevaron a admitir la teoría de las vidas sucesivas, y es a
él, principalmente, que se debe la propagación de esta gran
idea en los países de lengua latina. Recogeremos ahora el
avance de este punto de vista espírita apoyándonos en los
estudios adelantados por Allan Kardec en su tiempo con
El Libro de los Espíritus y en los de hoy, con El Nuevo Libro
de los Espíritus de Karine Chateigner. Antes de catalogar
las preguntas que explican los fundamentos de nuestra
génesis, debemos incluir rápidamente su proceso. Es en
el libro La Génesis, los milagros y las predicciones de Allan
Kardec que tenemos nuestras primeras respuestas en
cuanto a nuestro origen espiritual y el proceso anímico
que une el todo, revelando la existencia del periespíritu.
“Siendo la materia el objeto de trabajo del espíritu para
el desarrollo de sus facultades, era necesario que pudiera
actuar sobre ella, convirtiéndose a la vez en el fin y el
instrumento del trabajo. El cuerpo es, pues, al mismo
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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tiempo la envoltura y el instrumento del espíritu, y en la
medida en que éste adquiere nuevas aptitudes, se reviste
de una envoltura apropiada al nuevo género de trabajo que
debe cumplir. Para ser más exactos, es preciso decir que es
el espíritu mismo el que forma su envoltura y la ajusta a sus
nuevas necesidades a medida que progresa: la perfecciona,
desarrolla y completa el organismo a medida que
experimenta la necesidad de manifestar nuevas facultades;
en una palabra, la pone a la altura de su inteligencia. El
espíritu, por su esencia espiritual, es un ser indefinido,
abstracto que no puede tener una acción directa sobre la
materia; necesitaba un intermediario. Ese intermediario
está en la envoltura fluídica que es, en cierta forma, parte
integrante del espíritu, envoltura semi-material, es decir
que tiene de la materia por su origen y de la espiritualidad
por su naturaleza etérea; como toda materia, es extraída
del fluido cósmico universal, que en esta circunstancia sufre
una modificación especial. Esta envoltura, denominada
periespíritu, de un ser abstracto, hace del espíritu un ser
concreto, definido, perceptible por el pensamiento; lo
vuelve apto para actuar sobre la materia tangible, así como
sobre todos los fluidos imponderables, que son, como se
sabe, los motores más poderosos. El fluido periespiritual es
pues el vínculo entre el espíritu y la materia”.
El principio de la reencarnación es una consecuencia
necesaria de la ley del progreso
Ahora que hemos aprehendido el proceso físico y la
implicación del espíritu que conduce a la palingenesia,
veamos las preguntas hechas a los espíritus y las respuestas
obtenidas en sesión en los siglos XIX y XX, que nos explican
y completan el objetivo y la finalidad de esta ley natural.
Este resumen de preguntas y respuestas agrupa cuatro
temas principales presentados con frecuencia por nuestro
público en conferencias o en nuestro foro Internet.
NUEVAS ENCARNACIONES
Libro de los Espíritus:
¿La reencarnación es entonces una necesidad de la
vida espírita, como la muerte es una necesidad de la
vida corporal? Seguramente, es así.
¿Todos los espíritus se preocupan por su reencarnación? Los hay que ni siquiera piensan en ella, ni la
comprenden; eso depende de su naturaleza más o menos
avanzada.
¿El momento de la encarnación va acompañado por
una turbación semejante a la que tiene lugar a la
salida del cuerpo? Mucho más grande y sobre todo más
larga. En la muerte, el espíritu sale de la esclavitud; en el
nacimiento, vuelve a ella.
La incertidumbre en que se encuentra el espíritu sobre
la eventualidad del éxito de las pruebas que sufrirá en
la vida, ¿es para él una causa de ansiedad antes de su
encarnación? Una ansiedad muy grande, pues las pruebas
de su existencia lo retrasarán o lo adelantarán según las
soporte bien o mal.
¿En el momento de su reencarnación, el espíritu está
acompañado por otros espíritus de sus amigos que
vienen a asistir a su partida del mundo espírita, como
vienen a recibirlo cuando regresa? Eso depende de la
esfera en que habita el espíritu. Si está en las esferas donde
reina el afecto, los espíritus que lo quieren lo acompañan
hasta el último momento, la alientan, y con frecuencia
hasta lo siguen en la vida.
Los espíritus amigos que nos siguen en la vida, ¿son los
que vemos a veces en sueños, que nos muestran afecto,
y que se nos presentan con rasgos desconocidos? Muy
a menudo son ellos; vienen a visitaros, así como vosotros
vais a ver a un prisionero tras las rejas.
Nuevo Libro de los Espíritus:
¿Se elige la reencarnación? Es preciso hacer una
distinción entre los espíritus en turbación y los espíritus
conscientes. El hecho de un regreso consciente, de un
nacimiento consciente, sigue siendo la decisión esencial
del espíritu que reencarna dentro de la continuidad de su
evolución. El espíritu decide, y la encarnación no es un
hecho del azar. Le corresponderá entonces a ese espíritu,
de acuerdo con su anterioridad elegir el lugar donde la
evolución podrá desarrollarse lo mejor posible. El espíritu
regresará en el seno de una familia donde sabrá encontrar
el apoyo necesario para su evolución. La reencarnación
se opera bajo dos formas, reencarnación consciente o
reencarnación instintiva.
¿Qué diferencia estas dos formas? La reencarnación
consciente responde a un espíritu que desea el regreso
a la carne y que tiene la elección de ese regreso. La
reencarnación instintiva responde a un espíritu que no
reflexiona, que no domina su regreso al mundo físico,
lo cual quiere decir entonces que no elige, su estado
corresponde al estado de turbación.
¿Qué ocurre si el hombre no sigue el camino que se
había trazado? Para estos hombres y mujeres, la vida se
vuelve banal, a veces angustiosa, a menudo triste y de vez
en cuando trágica al final.
¿Cómo ocurre la reencarnación de espíritus inconscientes, de espíritus en turbación? Dentro de la pesadez
espiritual, el espíritu vuelve a caer en la carne de manera
instintiva.
¿Cómo establece el espíritu consciente la elección de
su retorno? En primer lugar, el espíritu está en contacto
con su guía. Está en contacto con su pasado, con el
conjunto de sus anterioridades. Para efectuar una elección
futura es importante entonces que sea completamente
protegido por el guía y por las entidades que rodean a ese
espíritu en lo invisible.
¿El espíritu está feliz con ese regreso? El espíritu
que reencarna es conducido progresivamente hasta las
puertas de la materia, antes de penetrar de nuevo en el
mundo físico. En general el espíritu está sereno, feliz por
42
ese retorno, pero cuando comienza el mecanismo del
regreso a la carne, entonces una nueva angustia empieza
a nacer en él.
¿A qué se debe esa angustia? El espíritu regresa
hacia la carne, llevado por su materia periespiritual. En
las cercanías de las vibraciones del mundo físico, este
vector registra entonces el conjunto de los datos de este
mundo. Y si se trata de un regreso al planeta Tierra, las
angustias que forman la carga esencial de este planeta
vienen a chocar contra el que, de regreso, espera avanzar.
Se asusta, se angustia.
¿El guía puede apaciguar esta angustia? El guía
siempre está allí, presente, cerca de él. Le habla, lo
tranquiliza, pero pronto las vibraciones físicas son tales
que el espíritu no escucha más las palabras de su guía. Es
entonces el instante de la concepción.
VIDAS ANTERIORES
L.E.: ¿Por qué el espíritu encarnado pierde el recuerdo
de su pasado? El hombre no puede ni debe saberlo todo;
Dios en su sabiduría lo quiere así. Sin el velo que le cubre
ciertas cosas, el hombre quedaría deslumbrado, como el
que pasa sin transición de la oscuridad a la luz.
¿Cómo puede el hombre ser responsable de acciones
y redimir faltas de las que no tiene recuerdo?
¿Cómo puede aprovechar la experiencia adquirida
en existencias caídas en el olvido? En cada nueva
existencia, el hombre tiene más inteligencia y puede
distinguir mejor el bien y el mal. ¿Dónde estaría el
mérito, si recordara todo el pasado? Cuando el espíritu
llega al más allá, toda su vida pasada se desarrolla
delante de él; ve las faltas que ha cometido y que son
la causa de su sufrimiento, y lo que hubiera podido
impedir que las cometiera; comprende que la posición
que se le da es justa, y busca entonces la existencia que
pueda reparar la que acaba de terminar. Busca pruebas
análogas a estas por las que ha pasado o luchas que
cree apropiadas para su avance, y pide a los espíritus
que le son superiores que le ayuden en esta nueva tarea
que emprende. Pues sabe que el espíritu que le será
asignado como guía en esta nueva existencia tratará
de hacerle reparar sus faltas, dándole una especie de
intuición de las que ha cometido. Esa misma intuición
es el pensamiento, el deseo criminal que os llega a
veces y al cual resistís instintivamente, atribuyendo la
mayoría del tiempo vuestra resistencia a los principios
que habéis recibido de vuestros padres, mientras que
es la voz de la conciencia que os habla y esa voz es el
recuerdo del pasado, voz que os advierte de no volver
a caer en las faltas que ya habéis cometido. El espíritu
que ha entrado en esta nueva existencia, si sufre estas
pruebas con ánimo y resiste, se eleva y asciende en la
jerarquía de los espíritus, cuando regresa con ellos.
N.L.E.: ¿Qué influencia tienen nuestras vidas anteriores si no las recordamos? Con sus marcas en
vuestro carácter, vuestras vidas anteriores afirman aquí
o allá las tendencias, las afinidades, las aspiraciones, los
gustos particulares y diferentes. Vuestras vidas anteriores
han definido progresivamente vuestra naturaleza sentimental, así como vuestra naturaleza intelectual.
¿Las aptitudes adquiridas en otras vidas permanecen
adquiridas? Sí, permanecen adquiridas, pero sin embargo,
pueden desaparecer de una vida a otra, estar como en un
sueño, cuando el espíritu desea adquirir otras.
SEXUALIDAD
L.E: ¿Los espíritus tienen sexo? No como lo entendéis,
pues los sexos dependen de la organización. Hay entre
ellos amor y simpatía, pero basados en la similitud de
sentimientos.
¿El espíritu que ha animado el cuerpo de un hombre
puede, en una nueva existencia, animar el de una
mujer y viceversa? Sí, son los mismos espíritus que
animan a los hombres y las mujeres. Cuando se es espíritu, ¿se prefiere ser encarnado en
el cuerpo de un hombre o de una mujer? Eso importa
poco al espíritu. Depende de las pruebas que deba sufrir.
Comentarios de Allan Kardec: Los espíritus encarnan
hombres o mujeres, porque no tienen sexo; como deben
progresar en todo, cada sexo, como cada posición social,
les ofrece pruebas y deberes especiales y la ocasión de
adquirir experiencia. El que siempre fuera hombre no
sabría sino lo que saben los hombres.
El Nuevo Libro de los Espíritus retomando esta base de
reflexión, trae el siguiente complemento de información:
N.L.E.: ¿Se pasa sistemáticamente por los dos sexos?
En efecto, para que el espíritu encuentre su integridad, es
preciso que pase por experiencias sexuadas diferentes.
En cuanto al número, éste no tiene consecuencias, pues
a nivel espiritual no existe un término a la evolución,
de polaridad diferente. Una polaridad que, sin embargo,
puede dominar durante vuestra evolución en la Tierra
o en el más allá. Pero en verdad esa polaridad sólo
es provisional, simplemente necesaria para conocer
estados de conciencia y sentimientos diferentes. El día
en que el espíritu alcanza su paroxismo, el día en que el
espíritu alcanza su finalidad, ya no hay más dominación,
no hay más polaridad, no hay más sexualidad. Es
simplemente espíritu.
¿El hecho de haber vivido más vidas de mujeres
o de hombres influye en el comportamiento? La
reencarnación está íntimamente vinculada al fenómeno
sexual. Tras de vosotros tenéis el pasado de vuestras
anterioridades y en vuestro estadio evolutivo existe
una dominante sexual, masculina o femenina. Es
entonces cuando para algunos se viven nuevas formas
de sexualidad. Sobre estas formas de sexualidad múltiple,
no haremos ningún juicio moral, sino precisamente
conocimiento y confianza, ayuda y amor. Qué importa
entonces la forma, si está regida por el amor.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
43
LA FINALIDAD: LA PUREZA
L.E: ¿El número de existencias corporales es
limitado, o el espíritu reencarna a perpetuidad?
En cada nueva existencia, el espíritu da un paso en el
camino del progreso; cuando se ha despojado de todas
sus impurezas, ya no necesita las pruebas de la vida
corporal.
¿El número de encarnaciones es el mismo para
todos los espíritus? No, el que avanza rápido evita
pruebas. Sin embargo, estas encarnaciones sucesivas
siempre son muy numerosas, pues el progreso es casi
infinito.
¿Nuestras diferentes existencias corporales se
cumplen todas en la tierra? No, no todas, sino en
diferentes mundos: la de este mundo no es ni la primera
ni la última, y es una de las más materiales y alejadas
de la perfección.
En cada nueva existencia corporal, ¿el alma pasa
de un mundo a otro, o puede cumplir varias en el
mismo globo, especialmente en la Tierra? Puede
volver a vivir muchas veces en el mismo globo, si no
está bastante adelantada como para pasar a un mundo
superior.
¿Hay una ventaja en volver a vivir en la tierra?
Ninguna ventaja en particular, a menos que tenga una
misión; entonces avanza, allí como en otra parte.
¿No sería más feliz si se quedara como espíritu? No,
no: se quedaría estacionario, y se quiere avanzar hacia
Dios.
¿Hay mundos donde el espíritu, que no necesita
habitar un cuerpo material, no tiene más envoltura
que el periespíritu? Sí, y esa envoltura se vuelve tan
etérea que para vosotros es como si no existiera; ese es
entonces el estado de los espíritus puros.
¿Parece resultar de allí que no hay una demarcación absoluta entre el estado de las últimas encarnaciones y el del espíritu puro? Esa demarcación no
existe; la diferencia se borra poco a poco volviéndose
insensible como la noche que se desvanece ante las
primeras claridades del día.
¿En qué se convierte el espíritu después de su
última encarnación? En espíritu bienaventurado; es
espíritu puro.
Las respuestas complementarias provenientes de El
Nuevo Libro de los Espíritus serán la conclusión de este
artículo.
N.L.E.: ¿Por qué es necesaria la vida en la materia,
y hasta indispensable para la evolución? Vuestros
espíritus no están lo suficientemente evolucionados
para poder vivir en serenidad, en amor y en armonía en
el mundo invisible. Vivís en la Tierra los unos con los
otros, a la vez también sabéis distinguir unos de otros.
Aprendéis a comprenderos, a amaros. Ese es todo el
sentido de la encarnación deseada por Dios.
¿Cuáles son los motores de la evolución? El conocimiento y la moral, dicho de otra manera, el amor.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
POESÍA
El hombrecito verde
Era un hombrecito verde
Que no tenía miedo a la Tierra
Una luz en el cielo de la noche
De sangre de otra parte y de esperanza
Silbaba sobre los volcanes azules
Sobre su estrella, en la oquedad del cielo
Nadaba en el río rojo
Esperando que el mundo cambiara
Era un hombrecito verde
Que decidió viajar
Un Hermano que quería ver la Tierra
Que intentó volar
De madrugada por el Prado
Se posó en el rocío
Pero vino un ave gris
Y entonces él desapareció
Era un hombrecito verde
Que creía en los buenos sentimientos
Un hombrecito que en la Tierra
Se ha vuelto a marchar en el viento
Georges BRASSENS
44
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
MAR I E - N O Ë L L E C O U RT I O L
LA TURBACIÓN
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
45
En El Libro de los Espíritus de Allan Kardec que contiene
los principios fundamentales de la doctrina espírita
sobre la inmortalidad del alma, se aborda el paso de
la vida al fallecimiento pues éste es inherente a cada
espíritu que pasa del estado físico al estado espiritual.
Es lo que se llama turbación.
He aquí lo que podemos leer en El Libro de los Espíritus
de Allan Kardec: “En el momento de la muerte, primero
todo es confuso; el alma necesita algún tiempo para
reconocerse; está como aturdida, y en el estado de
un hombre que sale de un profundo sueño y busca
darse cuenta de su situación. La lucidez de las ideas
y la memoria del pasado le vuelven a medida que
se borra la influencia de la materia de la que acaba
de desprenderse, y se disipa la suerte de niebla que
oscurece sus pensamientos.
La duración de la turbación que sigue a la muerte es muy
variable; puede ser de algunas horas, así como de varios
meses y hasta de muchos años. La menos larga es la de
aquellos que en vida se han identificado con su estado
futuro, porque entonces comprenden inmediatamente
su posición.
La turbación presenta circunstancias particulares
según el carácter de los individuos y sobre todo según
el tipo de muerte. En las muertes violentas, por suicidio,
suplicio, accidente, apoplejía, heridas, etc., el espíritu
está sorprendido, asombrado, y no cree estar muerto;
lo sostiene con obstinación; sin embargo ve su cuerpo,
sabe que es el suyo, y no comprende que esté separado
de él; se acerca a las personas a las que tiene cariño, les
habla y no entiende por qué no le oyen. Esta ilusión dura
hasta el desprendimiento completo del periespíritu;
sólo entonces el espíritu se reconoce y comprende que
ya no forma parte de los vivos.
Este fenómeno se explica fácilmente. Sorprendido de
improviso por la muerte, el espíritu queda aturdido
por el brusco cambio que se ha operado en él; para
él, la muerte es todavía sinónimo de destrucción, de
aniquilamiento; ahora bien, como piensa, ve y oye, a su
parecer no está muerto; lo que aumenta su ilusión, es
que se ve un cuerpo semejante al anterior por la forma,
pero cuya naturaleza etérea aún no ha tenido tiempo
de estudiar; lo cree sólido y compacto como el primero;
y cuando se le llama la atención sobre ese punto, se
asombra al no poderse palpar.
Este fenómeno es análogo al de los sonámbulos
incipientes que no creen que estén dormidos. Para
ellos, el sueño es sinónimo de suspensión de las
facultades; ahora bien, como piensan libremente y ven,
consideran que no están dormidos. Ciertos espíritus
presentan esta particularidad, aun cuando la muerte
no les haya llegado inopinadamente; pero está siempre
más generalizada entre los que, aun estando enfermos,
no pensaban en morir. Se ve entonces el singular
espectáculo de un espíritu que asiste a su entierro
como al de un extraño, y habla de él como de algo que
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
no le incumbe, hasta el momento en que comprende
la verdad.
La turbación que sigue a la muerte no tiene nada de
penoso para el hombre de bien; es tranquila y en todo
semejante a la que acompaña un despertar apacible.
Para aquel cuya conciencia no es pura, está llena de
ansiedad y de angustias que aumentan a medida que
se reconoce.
En los casos de muerte colectiva, se ha observado que
todos los que perecen al mismo tiempo no siempre
se vuelven a ver inmediatamente. En la turbación que
sigue a la muerte, cada uno va por su lado, o no se
preocupa sino de los que le interesan”.
Comprobamos pues que este cambio de estado induce
inexorablemente la turbación del espíritu que, después
de todo, es sólo pasajera. Pero hay muchos espíritus
que por diversas razones permanecen largo tiempo en
turbación. El traumatismo ocasionado por la forma
de desencarnación como una muerte violenta por
accidente, un crimen, un suicidio, la guerra, etc., puede
llevar a un espíritu a permanecer en un sufrimiento
psicológico y físico que correspondería a sus últimos
instantes vividos antes de la desencarnación.
Hay otra circunstancia que puede sumergir igualmente
a un espíritu en ese estado de turbación. El apego a
sus bienes materiales le lleva a buscar sus referencias
terrenales y a permanecer en su entorno pasado, es
lo que explica las manifestaciones fantasmales y de
desplazamientos de objetos en los casos de casas
encantadas.
A través de las múltiples preguntas hechas a los
espíritus, recogidas y ordenadas por Allan Kardec,
nos enteramos de que la turbación puede durar
desde algunas horas hasta varios años, que no hay en
absoluto un límite asignado al estado de erraticidad,
pero que aun cuando pueda prolongarse muchísimo
tiempo, tampoco es perpetuo. Tarde o temprano, el
espíritu volverá a empezar una nueva existencia que
le permita proseguir el curso de su evolución.
Algunos de estos espíritus no tienen conciencia de
su desencarnación. Piensan que todavía están vivos.
Desgraciadamente, esa ilusión puede prolongarse
en el tiempo, aunque el tiempo en el más allá de la
materia ya no tiene la misma consistencia. Su más
allá corresponderá entonces a sus pensamientos y
se expresará de manera imaginaria en sus propias
proyecciones mentales. En los casos de muertes
violentas, el tiempo para estos espíritus se detiene y se
convierte para ellos en un eterno presente. El choque
brutal que ha conllevado la sorpresa engendrará
miedos, angustias y sufrimientos. El planeta Tierra es
una esfera inferior y los espíritus que la dejan, en su
gran mayoría no pueden conocer la serenidad y la paz
cuando llegan al mundo de lo invisible.
La conciencia espírita comprometida hoy en día en
46
la liberación del bajo astral de su turbación y de su
maldad, permitirá así a la humanidad librarse de una
parte de sus males, a estos espíritus cobrar conciencia
de su estado espiritual y en consecuencia a muchos
hombres en la Tierra no sufrir más de ciertos
daños procedentes de lo invisible. Ciertos espíritus
pueden estar conscientes de su muerte, pero siguen
perturbados y perdidos, porque no encuentran en el
más allá lo que se les había enseñado o inculcado. Su
más allá no corresponde a la imagen que se habían
hecho y entonces eso provoca en ellos la turbación.
Podemos decir que en la mayoría de esos casos,
el guía espiritual no puede llegar hasta el espíritu
turbado de su protegido, que no lo percibe, no lo
oye o, por temor, rehúsa escucharle. El espíritu que
se queda en el entorno humano, está entonces cerca
de nuestras vibraciones materiales; son pues los
fluidos humanos, los pensamientos y las oraciones
humanas, los que lo liberan de su entorpecimiento
para impulsarlo hacia su más allá. Desde siempre el
espiritismo ha demostrado que todas las oraciones,
cualquiera que sea su naturaleza religiosa, todos los
buenos pensamientos sinceros, son otros tantos
fluidos dirigidos hacia los desencarnados del astral,
y eso para beneficio de ellos. Eso quiere decir pues,
que todos los hombres y mujeres del planeta Tierra
y que no son espíritas, pero sin embargo creen sinceramente en la vida más allá de la muerte, envían
buenos pensamientos a sus muertos. Esos pensamientos no pueden menos que llegar a esas almas
en dificultad, y hacerles el mayor bien.
Hoy en día, dentro de nuestro trabajo espírita,
enseñamos a quien quiera escuchar, que la cadena
fluídica es una acción de amor que debería poder
realizarse para todo fallecido en un último acompañamiento espiritual al momento de la inhumación.
Podemos ayudar pues a nuestros queridos difuntos
haciendo cadenas de pensamiento, llamadas en
lenguaje espírita cadenas fluídicas.
La cadena fluídica consiste en emitir un pensamiento,
una oración colectiva hacia un pariente recientemente fallecido, para ayudarlo a franquear el paso
representado por un túnel que lo conducirá en el
más allá hacia su guía y hacia aquellos que ha conocido y amado, y que le han precedido en la muerte.
Enfrentado a la muerte, ante el fallecimiento de un
pariente, hay una acción simple y determinante al
alcance de todos. Cualquiera que desee actuar por
el pensamiento, puede formar una cadena fluídica
rodeándose de por lo menos dos personas. Tomándose de las manos, los miembros del grupo forman
un círculo y piensan en la liberación del alma del
fallecido durante unos cuatro a cinco minutos, y uno
de los participantes rompe de golpe la cadena. Una
música apropiada puede acompañar también esta
oración para mantener el recogimiento. Se debe
pensar con fervor en el impulso del espíritu hacia su
más allá, en su encuentro con su guía espiritual. Esta
acción puede ser repetida dos o tres veces los días
que siguen. Evidentemente los participantes deben
ser informados de algunas nociones sobre la turbación, y también deben cumplir ese acto de pensamiento con toda sinceridad.
Además, la sesión de liberación permitirá ayudar a un
espíritu o a un grupo de espíritus a alcanzar el más allá,
para proseguir un camino de vida en plena conciencia
y con toda serenidad. A través de un médium, sensible
a las vibraciones de la turbación o del mal, el espíritu
lo envolverá y así expresará, por su intermedio, sus
dolores, sus heridas y sus arrepentimientos. La fuerza
de pensamiento de los participantes y el diálogo de
amor que se mantendrá con él, le permitirán tomar
conciencia progresivamente de su estado, si se trata
de un espíritu en turbación, o de tomar conciencia de
sus faltas, si se trata de un espíritu perverso.
Al final de la sesión, el espíritu, cualquiera que sea,
abandonará el cuerpo mediúmnico más ligero, más
sereno y así podrá llegar hasta su guía espiritual
que lo aguarda y lo espera. Comienza entonces
para todos esos espíritus una nueva perspectiva que
hasta entonces desconocían. A partir de allí podrán
considerar un regreso a la materia para proseguir así
su evolución teniendo plena conciencia de su libre
albedrío que podrán ejercer y hacer así las elecciones
apropiadas a sus deseos para su futura vida.
La comunicación espírita también ha permitido
comprender mejor y analizar mejor lo que podía ser
la turbación. Ciertos espíritus se han manifestado en
sesión espírita y nos han participado lo que vivían
y sentían. Lo más frecuente es que su turbación
corresponda a los traumatizantes últimos instantes
vividos o hasta a su estado de ánimo.
Para cerrar estas palabras, concluiremos citando este
breve texto, extraído del libro de Karine Chateigner El
Nuevo Libro de los Espíritus:
“¿Estos espíritus son ayudados, tocados por los
espíritus superiores, por sus guías?
Eso es muy difícil, pues todas esas almas en turbación
están allí, presentes, cerca de vuestros cuerpos, cerca
de vuestro mundo, cerca de vuestra vida. Cuando
esos espíritus mueren, se quedan en el mismo lugar.
Simplemente han cambiado de habitación. Vosotros
estáis en una habitación, y ellos están en una habitación
que está justo al lado de la vuestra.
Nosotros somos el ‘cielo’, estamos por encima de esa
circunstancia. Todas esas entidades están más cerca
de vosotros que de nosotros, de nosotros que las
llamamos sin cesar, sin ser escuchados, sin embargo.
El mal de lo invisible es la manifestación directa del
estado evolutivo de la Tierra”.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
MICHELLE MULLER
LA MUERTE Y EL ESPIRITISMO
Con frecuencia es luego de la pérdida dolorosa de un
ser querido cuando surgen las interrogantes sobre la
muerte. Y la ayuda de una religión o de una filosofía no
basta para romper el muro de silencio. Sobre este punto,
la filosofía espírita, experimentada y codificada por
Allan Kardec, brinda respuestas a nuestras preguntas en
cuanto a la aceptación de la partida de un ser querido y
las formas de actuar.
COMPORTAMIENTO ANTE LA MUERTE
Ante la muerte de otro, somos impotentes y al mismo
tiempo advertidos de nuestra propia muerte por venir. No
sabemos cómo reaccionar cuando desaparece un pariente
o un amigo, sabiendo que toda relación o contacto físico
se han vuelto imposibles para siempre. El dolor es aún más
intenso durante la ceremonia mortuoria del entierro del ser
querido, como por ejemplo en nuestras tristes ceremonias
religiosas. Esos rituales existen desde la prehistoria, pero
se diferencian de una región a otra. Aquí, se depositan
alimentos o flores perfumadas en un lugar de la casa, allá
flores o grandes caracoles sobre la tumba y en varios países
del sur, se acompaña al difunto a su última morada con
alegría y buen humor, luego es servida una copiosa comida
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
durante la cual se dedican al difunto risas y canciones.
Estas costumbres varían según las etnias impregnadas de
una cultura religiosa o tradicional, a partir de la cual los
hombres siempre se han hecho, y se hacen todavía, la
pregunta del después de la vida o del después de la muerte.
Es por eso que, según la educación recibida en ciertas
regiones, se hacen ofrendas y honores al fallecido a fin
de que no merodee alrededor de la casa o para ayudarle
a regresar a lo eterno. En efecto, desde la llegada de los
primeros hombres, el ser humano siempre se ha interrogado
sobre la perspectiva de la existencia de una vida después de
la muerte, porque el hombre en su condición física, tiene
deseo de eternidad. Intuitivamente, sabe que es algo más
que un cuerpo, siempre ha presentido que era espíritu.
En nuestros momentos de soledad o cuando vamos a
depositar flores sobre la tumba del ser querido, conversamos
con él en la esperanza de que sea feliz. Igualmente,
cuando se elogia en la televisión la memoria de un artista
desaparecido, el animador se expresa como si el cantante
o el actor nos vieran. ¿No hay entonces en nosotros la idea
de una vida después de la muerte? Pero poco a poco, con
el pasar del tiempo, esta idea se vuelve incierta. Platón
que, en vida, tenía la certeza de una existencia después de
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la muerte, del espíritu y de su reencarnación, ha venido a
aportar su reflexión:
“En la expectativa por resolver los problemas fundamentales
planteados, con toda legitimidad por su naturaleza
espiritual, respecto a los misterios de la creación, el
intelecto humano siempre ha tropezado en sus búsquedas
dentro de una confusión total, con una serie de preguntas
todas tan enigmáticas respecto a las otras, que la mayoría
queda sin respuesta. Desde su llegada al globo terráqueo,
el hombre tiene el sentimiento de su devenir espiritual.
El de las cavernas ya lo había presentido y adivinado en el
culto acordado a la muerte. La naturaleza espiritual del ser
humano que fue pensada por la fuerza divina, amorosa y
creadora, sabe recordar en su instinto de vida, el sentido de
esta vida al tamaño de su eternidad. No existe período en la
historia del hombre sobre el globo terráqueo que no evoque
en un momento u otro la reflexión metafísica del espíritu
encarnado en la materia. La llamada divina está contenida
en nuestras células físicas, la llamada divina está contenida
en nuestras naturalezas carnales porque somos hijos de
Dios. Los espíritus se han multiplicado y, en su llegada al
planeta, han ocupado progresivamente los suelos, se han
desarrollado, se han organizado, se han convertido en razas
por los climas, se han convertido en naciones. La angustia
metafísica ha proseguido su obra, y la interrogante de la
muerte se le ha seguido planteando al hombre a través de los
milenios existenciales, contenido sustancial de la evolución
terrena. Entonces las creencias han sido las primeras
respuestas a la angustia metafísica. Nacieron entonces
las representaciones de la angustia, las representaciones
metafóricas de la sempiterna interrogante del ser humano
temeroso ante la muerte, ante esa detención total, brusca
y repentina de los sentidos físicos que parece paralizar
los cuerpos para la eternidad, y que trae temor al que no
sabe. Ellos aún no sabían, eran los recién llegados a este
globo, necesitaban el soporte de la imagen, necesitaban
el soporte de la creencia y de proyectar la sombra de la
muerte sobre una pantalla de imaginerías popularizadas
en el seno de nuestra historia. Más que de filosofía, tenían
necesidad de más mitos y religiones. Así aparecieron las
primeras creencias, cercanas a los elementos del universo,
cercanas al viento, cercanas al agua, cercanas a las
tormentas, cercanas al fuego y, para cada uno de estos
elementos, era necesario inventar un poder supremo, un
comando directivo, un Dios para cada cosa; el mundo
antiguo es la expresión directa de ello. Así nacieron sobre
este globo, las religiones politeístas. En su tiempo tuvieron
razón de ser, respondían a las interrogantes del momento”.
PAPEL DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA ANTE LA MUERTE
Esta filosofía es un compartir del espíritu con el ser
humano. El objetivo es iluminar nuestras conciencias
para comprender mejor la razón de ciertas dificultades
de la vida y reaccionar en consecuencia. Con intervención
de diferentes médiums Allan Kardec hizo a los espíritus
desencarnados diversas preguntas respecto al misterioso
fenómeno de la muerte. He aquí algunos ejemplos:
El temor a la muerte es para mucha gente causa de
perplejidad. ¿De dónde viene ese temor puesto que
tiene el porvenir por delante?
“Es un error que tenga ese temor; pero, ¡qué vas a hacer! Se
trata de persuadirla en su juventud de que hay un infierno
y un paraíso, pero que lo más seguro es que irá al infierno,
porque se le dice que lo que está en la naturaleza es un
pecado mortal para el alma: entonces, cuando crece, si
tiene algo de juicio, no puede admitir eso, y se vuelve atea
o materialista; así es como se la lleva a creer que fuera de
la vida presente, no hay más nada. En cuanto a los que han
persistido en sus creencias de la infancia, temen a ese fuego
eterno que debe quemarlos sin aniquilarlos”.
Si la muerte nos debe llevar a una vida mejor, que nos
libera de los males de esta, y que siendo así es más de
desear que de temer, ¿por qué el hombre le tiene un
horror instintivo que hace que le tema?
“El hombre debe tratar de prolongar su vida para cumplir
su tarea; es por eso que Dios le ha dado el instinto de
conservación y ese instinto lo sostiene en las pruebas; sin
él se dejaría llevar demasiado a menudo por el desaliento.
La voz secreta que le hace rechazar la muerte le dice que
todavía puede hacer algo para avanzar. Cuando un peligro
lo amenaza, es una advertencia. Para que saque el mejor
provecho de la tregua que Dios le otorga; pero con más
frecuencia da las gracias a su estrella que a su creador”.
La pérdida de las personas que nos son queridas, ¿no
es algo que nos causa un pesar, tanto más legítimo por
cuanto esta pérdida es irreparable e independiente de
nuestra voluntad?
“Esta causa de pesar alcanza tanto al rico como al pobre;
es una prueba y la ley común; pero es un consuelo poder
comunicarse con vuestros amigos por los medios que
poseéis, a la espera de tener otros más directos y más
accesibles a vuestros sentidos”.
¿Cómo afectan los dolores inconsolables de los
supervivientes a los espíritus que son objeto de ellos?
“El espíritu es sensible al recuerdo y a las tristezas de
aquellos a los que ha amado, pero un dolor incesante y poco
razonable le afecta penosamente; porque ve en ese dolor
excesivo, una falta de fe en el porvenir y de confianza en
Dios y, por consiguiente, un obstáculo al avance y, quizás, a
su reencuentro”.
Debemos entender entonces que el espíritu que ha
encontrado su más allá, está profundamente entristecido
por la incomprensión de sus parientes en cuanto a la
separación, lo cual se añade a su turbación natural antes de
reunirse con su guía en la serenidad. En realidad, la persona
que fallece puede encontrarse en una turbación donde no
está consciente de su nuevo estado, se halla en un estado
disminuido como al salir de un desvanecimiento. Quiere
comunicarse con sus parientes, pero éstos no le responden,
ni la miran. Poco a poco, toma conciencia de que está
muerta y que no puede reintegrarse a su cuerpo sin vida.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
49
La duración de la turbación que sigue a la muerte es muy
variable, puede ser de algunas horas, como de varios meses
y hasta de varios años, según el estado de conciencia de la
persona antes de su muerte y las circunstancias del deceso.
El conocimiento de las realidades espíritas ejerce una
influencia importante en cuanto a la salida de la turbación,
de acuerdo a la toma de conciencia que tuvo lugar durante
esa misma existencia.
Nosotros, los seres humanos, podemos abreviar la
turbación de los que nos dejan, con un impulso de
pensamiento solidario, por la fuerza de un sentimiento
que libera y da libertad al espíritu. Esa oración puede ser
individual, pero también colectiva según el procedimiento
de la cadena fluídica, que recomendamos a todos, espíritas
o no espíritas. Consiste en transmitir nuestro pensamiento
y nuestro amor a la persona recién fallecida. Al menos tres
personas se toman de las manos formando un círculo, en
un recogimiento de amor y compartir hacia el espíritu que
sufre. Cada uno puede encontrar su fórmula y su modo de
rezar, por ejemplo, se puede pensar en el espíritu diciendo
esto: “Ve hacia el túnel, al extremo del cual hay una luz,
avanza, no tengas miedo, serás acogido por los que has
amado y por tu guía espiritual que has conocido. No sufrirás
más, serás inundado de alegría y de amor”. Este pensamiento
se hace mentalmente durante tres minutos, acompañado
eventualmente por un soporte musical. Un asistente
dará la señal de inicio de la cadena fluídica y la detendrá
después de algunos minutos, rompiendo rápidamente el
círculo soltando las manos. Se aconseja repetir el acto en
los días que siguen para asegurarse de su mejor resultado.
Recordemos que es alentado también para toda defunción,
el espíritu sentirá la fuerza y el amor que lo impulsarán más
rápido hacia la luz.
El espíritu Jojo, un gran amigo de Jacques Brel, expresó así
su alegría al descubrir el más allá y a su guía:
“Cuando llegas al final del túnel, no sabes exactamente
lo que ocurrirá. Ves claramente personas que se acercan.
Reconoces algunas de ellas, amigos o parientes. Están
rodeadas por un halo blancuzco que delimita sus cuerpos.
Avanzas con cierta angustia, tienes miedo de caer en el
vacío, sientes desconfianza, no sabes y te preguntas si estás
soñando, y luego llega el momento de la conciencia. Es
un despertar brutal, en dos palabras, estoy muerto pero
vivo. Entonces comprendes todo, te despejas totalmente,
el tiempo ya no existe. Las vidas anteriores brotan como
géiseres de conciencia y si tienes amor en el corazón, es
una fiesta. La desconfianza cede el paso a la alegría, a la
confianza sobre todo cuando viene el amigo tendiendo los
brazos, riendo y diciéndote: ‘Ves, es simple’, es justo, basta
con dejarse llevar por él, él te guía y con él marchas sobre las
nubes descubriendo el más allá”.
Por medio de la oración, podemos ayudar a los muertos
y también a los vivos, amigos o parientes que sufren en
la vida presente de un problema psicológico o físico. Esta
“petición” no es un “Padrenuestro” o un “Ave María”, sino
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
nuestro propio pensamiento dirigido hacia la persona
querida. Debe ser positivo y constructivo según la necesidad
de la persona. Piensen en mejoría, restablecimiento,
alegría, serenidad, curación. Un espíritu que fue sacerdote
dio su nueva definición de oración: “La oración no es una
expectativa, sino una acción del espíritu responsable que
da su amor. La oración no es un recitativo sino un verbo que
lleva su función hacia quien tiene más necesidad de ella. La
oración no consiste en implorar a Dios con aire falsamente
contrito y rostro contraído de dolor. La oración es una
alegría, una función inherente al espíritu, una telepatía del
alma. La palabra prostituida por los hombres ha perdido su
sentido primero. Rezad, sí, rezad, amigos míos, con todas
vuestras fuerzas, es decir con todo vuestro deseo de aportar
al otro lo que espera de vosotros. Dios no es responsable —
vosotros sois libres— y es por ello que vuestra oración es un
acto de amor que no exige su intercesión”.
En efecto, la cadena y la oración son una forma de telepatía
que llega directamente a la persona involucrada y el flujo
de pensamiento se concreta por el siguiente proceso
explicado por el espíritu José Arigó, quien fue médium
sanador brasileño:
“El fluido es ante todo el resultado de vuestro pensamiento.
Pensáis bien y obtenéis buen fluido. Pensáis mal y obtenéis
mal fluido. El fluido creado por vuestro propio pensamiento
ejercerá una salida extra-corporal. Se desprenderá, se
liberará progresivamente de vuestro cuerpo físico. En cuanto
el pensamiento, en cuanto el fluido se despega del cuerpo
físico, entonces ya no se habla más de fluido sino de vibración.
El pensamiento exteriorizado se convierte en una vibración.
El carácter de esta vibración es la forma ondulatoria. La
forma ondulatoria, tal como un trazo en forma de curva,
se prolonga también en el espacio, a partir de lo que habéis
pensado, a partir de vuestra reflexión espiritual. Cuando
la vibración alcance a aquel, a aquellos, o a los elementos
hacia los que va dirigido, entonces se convierte en un efluvio.
Lo que quiere decir que el pensamiento es un fluido cuando
pertenece al cuerpo, que se convierte en vibración cuando se
exterioriza del cuerpo y que se convierte en efluvio cuando
alcanza otro cuerpo o un elemento inerte de la materia. Es
muy importante saber establecer estas diferencias dentro del
vocabulario por cuanto el vocabulario es el único vehículo
de vuestra reflexión en el seno de vuestro mundo físico, un
vehículo a veces muy difícil a manipular, un vehículo que a
veces traiciona el pensamiento, tanto más por cuanto vivís
en países diferentes, bajo climas diferentes, que sois a pesar
de vosotros hijos de una cultura, de una historia, y que la
diferencia de lenguaje confiere todavía más dificultad a
la manifestación de vuestros pensamientos respectivos o
globales”.
A la luz del espiritismo, podemos comprender la muerte
con menos temor, y aceptar más serenamente la partida
de nuestros seres queridos fallecidos. Por el pensamiento,
podemos aportarles ayuda con la alegría de saberlos felices,
sin sufrimiento físico y con la perspectiva de encontrar
felicidad en el más allá o en una vida futura.
50
DOSSIER
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA ESPÍRITA
por
JO C E LY N E C H A R L E S
EL PERIESPÍRITU
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
51
El cuerpo etérico o “doble astral” es conocido desde hace
mucho tiempo por los iniciados y los ocultistas. Allan Kardec
puso en evidencia la existencia del periespíritu gracias a
las manifestaciones de los espíritus. Las investigaciones
de los pioneros del espiritismo, los mensajes recibidos
de los espíritus y los testimonios de los médiums, han
permitido comprender mejor la existencia y el papel de
este elemento. Recordemos la definición espírita del ser
humano compuesto de tres partes:
—El espíritu: parte inmaterial, inmutable, eterna, portadora
del sentimiento, del intelecto, que representa la
personalidad, parte que no se destruye nunca y que
sobrevive a la muerte.
—La parte tangible, palpable que responde a las leyes
biológicas de la materia: el cuerpo físico, perecedero y
que depende del espíritu que lo habita.
—Entre el cuerpo y el espíritu existe un cuerpo intermediario,
un doble fluídico que se llama periespíritu (en la periferia
del espíritu).
Nacimiento del ser
Después de haber sido impulsado por Dios, el espíritu
abreva del fluido universal para dar nacimiento a la materia
periespiritual. Este fluido universal es una energía vital que
recorre el universo, un océano de energía compuesto de
miles de millones de partículas energéticas. Es fuente de
toda forma de vida, moldea y alimenta al periespíritu así
como el aire alimenta al cuerpo material del hombre. El
espíritu es pues el origen de la materia. Por la programación
de sus partículas, el fluido universal, da nacimiento
enseguida a nuestro periespíritu, que nos acompañará
a lo largo de nuestra lenta evolución en conocimiento y
sentimiento.
“La vida es resultado de una explosión. Esta explosión
corresponde a una fuente de pensamiento que contiene a
la vez inteligencia y sentimiento, inteligencia y sentimiento
universales, que el hombre intuye pero no comprende. Es lo
que en general denomina Dios”. (Mensaje de M. Planck)
“El doble que forma la materia periespiritual existe
permanentemente en la infinidad del universo. Existe pues una
sustancia doble de la materia. Cuando el espíritu, impulsado
por el Creador llega al universo, toma esta sustancia para
formar su doble, doble equilibrante para la necesidad de sus
encarnaciones sucesivas por venir. Este plasma invisible, esta
materia invisible y sin embargo existente, este substratum
de la materia, forma efectivamente lo que se convertirá
en el vector del espíritu, su vehículo en el seno de la carne,
compuesta en su estructura por miles de millones de células;
encarna en el cuerpo, se desparrama en la materia y le da
luego su forma aparente y tangible”. (Mensaje de Puységur)
La composición del periespíritu
El periespíritu pesa una decena de gramos, o sea un peso casi
equivalente a dos terrones de azúcar. Está compuesto de:
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—2 gr. de manganeso
—2 gr. de níquel
—3 gr. de radio subatómico de emanación radioactiva
—3 gr. de fluido de base D7. El fluido de base D7 es una
subdivisión del estado de la materia en siete partes:
protones -neutrones -electrones -deuterio -tritio
-la programación espiritual de Dios en la partícula
periespiritual que activa el conjunto para dar la carga al
átomo y la potencialidad inteligente del espíritu que se
integra allí.
El periespíritu está formado por semi-materia, en
consecuencia puede ser pesado. Esto se ha hecho desde
hace muchos años, especialmente en los años 1970, por
un grupo de estudios en la URSS, y cuyo objetivo oficial era
estudiar los fenómenos paranormales que se inscriben en
una estructura definida llamada “psicotrónica”.
En esta estructura, médicos y científicos se dedicaron
a los casos de enfermos, en fase terminal, haciendo
poco antes la defunción de éstos una relación
pormenorizada de todos los fenómenos vitales a través
del electroencefalograma, la toma de temperatura y del
peso exacto al gramo. En lo que se refiere a la variación
de peso, los hechos establecieron que, después del deceso
de las personas controladas, se verificaba una pérdida
de un valor aproximado de 10 gramos. Y hasta hoy,
ninguna explicación distinta de la del desprendimiento,
la exteriorización del espíritu por intermedio de su vector
semi-material, explica realmente esta comprobación.
El cordón de plata
El vínculo fluídico que enlaza el cuerpo físico con el
periespíritu tiene un color plateado. Es por eso que se habla
de “cordón de plata”. Sin embargo, no hay que imaginárselo
como un cordón o una cuerda, como podría representarse
en nuestra concepción física. Se trata ante todo de una
energía que pertenece esencialmente al periespíritu en su
acoplamiento vital al cuerpo. Este vínculo se rompe en el
momento de la muerte y el espíritu transportado por su
periespíritu regresa entonces el más allá.
El aura
El aura es la emanación vibratoria del periespíritu y se
expresa en forma luminosa. Puede tener diferentes colores
que tienen un significado. Su color y su aspecto pueden
cambiar durante la vida. En los años 1940 los esposos
Kirlian obtuvieron fotografías del aura.
El periespíritu es el vehículo del espíritu en la materia
Permite las encarnaciones. El espíritu reencarna en el
momento de la concepción. Con su presencia el espíritu
provoca la fecundación del óvulo por el espermatozoide,
entonces el periespíritu se retrae y penetra el óvulo gracias
al espermatozoide, y así se redistribuye progresivamente,
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creando un vínculo íntimo con cada célula viva por
intermedio del ADN. En este estadio, el espíritu pierde poco
a poco la conciencia y sigue haciendo vibrar instintivamente
la materia viva que se convertirá en su cuerpo físico. Este
proceso es posible solamente gracias al periespíritu que
organiza las células. Es la estructura fluídica del cuerpo y
sirve de molde para las encarnaciones. Sin el periespíritu, el
resultado de la fecundación sería una excrecencia sin forma
y sin órganos cuyas células estarían en multiplicación
anárquica. El periespíritu es también el doble de los órganos.
El doble de una mano no es solamente el doble de su
superficie, sino también el doble de su estructura interna, el
doble de sus células.
“La plasticidad del material extraído del universo infinito
permitirá al espíritu encarnar su presencia por la magia
del amor. Allí están, padres en potencia, que todavía no
saben, que aún no han adivinado, pero el espíritu, empieza
ya a comprender. Se retrae en el interior del material
etérico y periespiritual, se convierte en el punto sensible
y minúsculo que se integra en el interior del elemento
físico a la disposición de su intento. Se hunde, penetra,
se ablanda, para una vez más, como en la impulsión
original, despertarse lentamente y desparramarse dentro
de la misma plasticidad semi-material y dar forma a lo
que se convertirá en su forma, simplemente para vivir su
encarnación…”. (Mensaje de Léon Denis)
El aporte vibratorio del mundo en el cual tiene lugar la
encarnación
La reencarnación no es solamente un proceso terrestre.
Todos los planetas no tienen el mismo nivel vibratorio, por
lo que el periespíritu debe avenirse a condiciones diferentes
cuando encarna en un nuevo planeta. Para armonizar su
periespíritu, el espíritu utilizará la materia cercana, el fluido
que le rodea, para adaptar su doble periespiritual, para
integrar esta nueva materia más o menos densa, diferente
a la que conoció anteriormente. Al pasar de un mundo a
otro, el espíritu cambia de envoltorio, como nosotros nos
cambiamos de traje.
GENÉTICA FÍSICA Y ESPIRITUAL
Según las realidades del espíritu, del periespíritu y del
cuerpo físico, pueden considerarse tres clases de genética
como sigue:
La genética física
Es la de los padres biológicos, reproduce los caracteres
hereditarios que todos podemos comprobar, es decir,
parecido morfológico con los padres, pero no explica el
carácter y la personalidad del niño. La frase empleada con
tanta frecuencia: “tiene el mismo carácter que su padre o
su madre” no es exacta, pues si un niño se parece a sus
padres moralmente, intelectualmente o por su carácter, es
debido principalmente a la ley de las afinidades que impulsa
a los individuos de la misma categoría a encontrarse en
existencias comunes, y también al fenómeno de mimetismo
en los aparentes parecidos del carácter.
La genética espiritual
Es la del espíritu, la que representa todo lo que constituye
su identidad, sus rasgos de carácter, su inteligencia, sus
sentimientos. Es el conjunto de una personalidad forjada
en las vidas anteriores.
La genética periespiritual
La genética periespiritual hace intervenir la memoria del
periespíritu. El periespíritu registra todo lo que pasa en todas
las vidas y conserva todas las adquisiciones anteriores.
Explicación de los sosías.
“Considerando que la materia periespiritual preexiste a la
materia orgánica, más allá de la herencia genética, el cuerpo
que se va a modelar presentará cierta semejanza con la vida
pasada, semejanza marcada por el doble del espíritu que
reencarna. Si existen los sosías, y los verdaderos son muy
poco numerosos, afirmo que en otra vida han pertenecido
a una misma familia, que eran gemelos, que el tiempo los
ha separado en su respectiva evolución, pero que la marca
de sus dobles imprimió su huella en su nuevo cuerpo. Toda
persona que es sosías de otra individualidad, extraña a ella
misma, no tiene ningún parecido con los miembros de su
familia actual”. (Mensaje)
Memoria periespiritual y traumatismos
Una muerte brutal y violenta acarrea un traumatismo,
resultado de las heridas físicas debidas a la conmoción
que ha sufrido el cuerpo, a la cual se suman el susto y
el pavor sentidos. Toda esta carga de sensaciones y de
sentimientos integra el periespíritu (por estar las células
periespirituales imbricadas en las células materiales) que
sufre entonces una alteración a nivel de sus células semimateriales y memoriza el traumatismo. Cuando el espíritu
reencarna, puede transportar ese conjunto emocional
y traumático que puede repercutir en su nuevo cuerpo
y afectar inconscientemente sus funciones psíquicas.
Esto explica una parte de los casos de malformaciones
de toda naturaleza, en el nacimiento, incluso de ciertos
desórdenes mentales. Al estar una persona sometida a
las tres formas de genética, es probable que el espíritu
que regresa tenga que sufrir múltiples insuficiencias.
Además, hasta que no sea borrado, un traumatismo
puede trasmitirse a lo largo de muchas vidas.
En ciertos casos de muerte por fuego, el periespíritu puede
ser destruido total o parcialmente. Eso puede ocurrir cuando
el espíritu con su periespíritu no ha abandonado su cuerpo
en el momento de la intervención del fuego. Un individuo
puede hacer resurgir ese traumatismo en otra vida y sufrir
lo que se llama una combustión espontánea, es decir
provocar en el interior de su cuerpo una combustión total
o parcial de su envoltura carnal a una temperatura cercana
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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a los 1.500-2.000 grados. El periespíritu libera entonces una
fuerza de energía memorizante, capaz de hacer quemar el
cuerpo físico en la medida en que la causa del traumatismo
esté impresa en el interior de las células.
Un periespíritu deteriorado necesitará cuidados especiales
en el más allá, para la reconstrucción de sus células. Los
espíritus aportarán energía para la regeneración a fin
de que el espíritu recupere la integridad de su envoltura
periespiritual. Todos estos traumatismos no son
sistemáticos y de igual importancia, pues es el espíritu el
que en primer lugar registra e imprime el traumatismo de
acuerdo a su sensibilidad. El daño del periespíritu es pues a
menudo el resultado de una doble conmoción, la vivida por
el espíritu y luego la registrada por el periespíritu.
“Todo cuerpo afectado registra la herida a nivel de su doble,
su periespíritu. Si hay desencarnación, el traumatismo es
llevado por el espíritu al más allá. El periespíritu dañado,
vehículo de la conciencia desencarnada, difícilmente va a
alcanzar el más allá”. (Mensaje)
El periespíritu y la medicina
Cuando sea reconocida la realidad del periespíritu,
entonces el mundo médico habrá comprendido que más
allá de la carne, el espíritu organiza la materia, y que el
efecto físico de la enfermedad tiene por causa un trastorno
periespiritual. El estado vibratorio del periespíritu está
en relación directa con la evolución del espíritu y del
mundo que habita. Por ejemplo, será posible explicar el
efecto del magnetismo que actúa sobre nuestras células
periespirituales para sanar el cuerpo físico.
“Se pueden curar los dolores debidos a miembros fantasmas
(consecuencia de una amputación). Incluso de les debe
curar. Estos dolores son el resultado de la capacidad de
registro de las células del cuerpo etérico. Todos vosotros
sabéis que el traumatismo puede ser trasladado al mundo
de los espíritus con motivo de la desencarnación. También
puede ser trasladado al mundo humano con motivo de
la reencarnación y convertirse así en objeto de una nueva
enfermedad. Aliviar el dolor del órgano ausente a nivel de
la zona periespiritual correspondiente a ese órgano, servirá
para evitar el eventual traumatismo que sería causado por su
ablación previa. La ayuda a aportar en ese campo es la ayuda
magnética. El magnetizador impondrá sus manos alrededor
de la zona del órgano que ya no existe. Pensará con todas sus
fuerzas en la forma de ese órgano y su regeneración. Esta es
una primera etapa en la terapia, pero también sabéis que por
la evolución de su naturaleza, el espíritu humano llegará un
día, por protogénesis, a reconstruir el órgano en su totalidad,
es decir a despertar las células del cuerpo etérico para que
produzcan un nuevo efecto carnal y físico”. (Mensaje)
La evolución, el fin del periespíritu
De reencarnación en reencarnación, el espíritu evoluciona
en la vida física, almacena y registra todas sus experiencias.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
Durante las primeras encarnaciones en la materia, el
espíritu no tiene conciencia de lo que vive, no tiene la
fuerza suficiente para integrar la carga traumática de los
mundos brutales, pesados y primitivos en los que encarna.
Hay una sucesión de rechazos vinculados a sus temores y
a su ignorancia. El que palia estos choques sucesivos es el
periespíritu por su función memorizante. En cierta forma
se convierte en la banda registradora del espíritu sobre
la que se almacenan todas las experiencias de las vidas.
El periespíritu es una memoria secundaria impresa por el
espíritu que, en el transcurso de la evolución asume cada
vez mejor esta memoria inconscientemente rechazada.
La memoria periespiritual va a integrar la memoria del
espíritu y así, el periespíritu se eteriza. El espíritu tendrá
cada vez menos necesidad de esta función memoria del
periespíritu que desaparecerá completamente al finalizar
el ciclo de las reencarnaciones.
El periespíritu y la mediumnidad
Durante el sueño magnético, el periespíritu del médium se
desprende parcial o totalmente de su cuerpo. Igualmente
la clarividencia mediúmnica es un estado particular que
se expresa por el comienzo de una salida astral que no es
completa. En el momento mismo en que se desarrolla la
clarividencia, el clarividente está un poco fuera de su cuerpo
físico, aunque permanece muy cerca. En la medida en que
la clarividencia involucra una salida astral, periespiritual,
no puede ser un estado permanente. En la incorporación,
el espíritu del médium acompañado por su periespíritu es
expulsado, permitiendo así al espíritu trasportado por el
periespíritu del espíritu que desea manifestarse, animar el
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cuerpo del médium que ha quedado libre.
La mediumnidad necesita una combinación fluídica
entre el periespíritu del médium y el del espíritu que se
manifiesta, indispensable para actuar sobre la materia
cercana, actuar sobre el cuerpo del médium completo o
solamente sobre una parte de él (la mano para la escritura
automática, por ejemplo). El periespíritu tiene la facultad de
adaptarse a diferentes vibraciones. Esta es una propiedad
indispensable para los espíritus evolucionados, provistos
de un periespíritu mucho más etéreo que el nuestro y que
debe adaptarse a la densidad de nuestro entorno material.
El espíritu extraerá entonces la energía de los fluidos de
los participantes, que dan la nota vibratoria ambiente y la
fuerza de la manifestación. Luego, utilizará la energía del
periespíritu del médium, en una combinación periespiritual
apropiada para enlazar naturalmente nuestros dos mundos.
En el caso de una mediumnidad de ectoplasma, la
sustancia ectoplásmica es extirpada del cuerpo del
médium por el espíritu que aplica las leyes de los fluidos
y las leyes de la mediumnidad. El espíritu utiliza la energía
vital del médium y todas las energías periespirituales y
fuerzas de pensamiento cercanas, que fusiona con su
propio periespíritu, para exteriorizar esa materia blancuzca
y viscosa por los orificios del cuerpo del médium (nariz,
boca, orejas, ombligo…). Luego, el espíritu construirá un
cuerpo, un brazo o una parte de rostro, con el ectoplasma
exteriorizado puesto a su disposición.
Cuando los espíritus llegan al estado de pureza, el
periespíritu desaparece; y por esa razón ya no pueden
manifestarse mediúmnicmente. Lo cual no impide que
espíritus de muy grande evolución pero que no han
franqueado ese estadio (puede ser voluntariamente para
poder comunicarse) se manifiesten.
El periespíritu y las apariciones
Las apariciones fantasmales son apariciones de los
periespíritus de espíritus, más o menos tangibles y palpables.
Un fantasma aparece, utilizando de manera consciente
o inconsciente los fluidos de la materia, las fuerzas y las
energías cercanas. Eso requiere la presencia de un médium,
a veces sin que éste lo sepa y también a veces a espaldas
del espíritu mismo en su turbación inconsciente.
La bilocación es una forma de aparición fantasmal sólo que
se refiere a personas vivas. La bilocación es la capacidad
de aparecer en dos puntos diferentes. Preocupaciones
inconscientes del espíritu provocan la exteriorización
parcial del periespíritu. Este último seguirá la fuerza del
pensamiento y su extensión más allá del cuerpo. Se
comprueba que cuanto más tangible es la aparición, más
el cuerpo físico está amorfo y hasta aturdido. Cuanto más
importante sea la exteriorización, más abandonará el cuerpo
el periespíritu y el dominio sobre ese mismo cuerpo será
difícil. La bilocación corresponde a una exteriorización de
la conciencia transportada por el periespíritu parcialmente
libre, que se hace visible fuera del cuerpo. La mayoría de
los casos observados ocurre en períodos marcados por la
enfermedad, el sufrimiento o la proximidad de la muerte.
Su forma en el más allá
El periespíritu toma la forma que el espíritu desea, para
hacerse reconocer por los otros espíritus. Lo mismo
sucede con su ropa. Un grupo de espíritus que se vuelven
a encontrar con un mismo espíritu, conocido en épocas
diferentes, verá el espíritu correspondiente al que conoció
antaño. No se trata de modificación del periespíritu del
espíritu que se mira, sino que se trata de una modificación
de la conciencia de los espíritus que lo observan.
El viaje astral
Practicado de modo consciente, el viaje astral consiste en
salir de su cuerpo físico y evolucionar con su periespíritu.
Existen técnicas y nosotros las desaconsejamos. Una
desincorporación provocada artificialmente presenta el
riesgo de posesión y de dificultades de regreso. Es mejor
contentarse con la desincorporación inconsciente que se
realiza naturalmente. El desdoblamiento llamado “natural”
puede aparecer durante comas, desmayos, anestesias,
caídas, traumatismos, accidentes, enfermedades, hipnosis,
mediumnidad, NDE y más simplemente durante el
sueño y el ensueño. A lo largo de nuestro sueño, nuestro
espíritu con su periespíritu se libera naturalmente durante
un período de unas dos horas no consecutivas, dejando
descansar la envoltura carnal. Este viaje no presenta
ningún inconveniente pues el cuerpo que está en reposo
ya no tiene toda su vitalidad y por tanto no puede ser
utilizado por una presencia extraña. La desincorporación
nocturna permite recargarse en el más allá, encontrarse
con su guía y con otros espíritus. Así, cada noche los
espíritus humanos parten para el más allá al encuentro
de los espíritus de desencarnados o de encarnados que
también están desincorporados. Un hombre cuyo espíritu
y periespíritu no escaparan nunca de su cuerpo moriría por
falta de fluido, el hombre necesita el fluido cósmico para
equilibrar su encarnación.
El periespíritu del magnetizador
El periespíritu de un magnetizador está dotado de una
carga energética suplementaria que le confiere un peso
de alrededor de 20 gramos. Durante la creación, después
del impulso divino, el espíritu del futuro magnetizador es
doblemente revestido de fluido universal. El magnetismo
es energía vital. El magnetizador que dispensa su
magnetismo equilibra su periespíritu en el principio de
los vasos comunicantes: el que tiene más energía vital
la redistribuye al que tiene menos. El magnetizador se
recarga de energía de manera instintiva, natural, en el
fluido universal. Cuanto más magnetiza un magnetizador,
mejor se siente. Un magnetizador que se ignora, puede
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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sufrir de vez en cuando un desequilibrio periespiritual, por el
excedente de energía que no es exteriorizada.
El periespíritu del psicómetra
Este periespíritu tiene la propiedad de ser más inervado, más
interiorizado e imbricado en el cuerpo físico. Por el tacto de un objeto,
el psicómetra podrá volver a hacer manifestarse la memoria gracias
a su periespíritu mejor integrado a la materia viviente, y por ello más
sensible a las percepciones por el tacto directo de un material.
Posibilidades del periespíritu
He aquí algunos ejemplos de las posibilidades y del papel de nuestro
doble astral. Se habla con frecuencia del instinto de conservación,
comprobándose que, en situación de peligro, éste puede decuplicar
las fuerzas.
“La razón de ello es periespiritual. El periespíritu registra todas las
agresiones procedentes del exterior, cualesquiera sean su naturaleza
y origen. Este registro acarrea automáticamente una contracción y
una retracción del periespíritu. A su vez, esta contracción acarrea
una gran expansión. El doble etérico manifiesta todo el poder de su
elasticidad en el interior del organismo vivo. Los nervios, los músculos
y los huesos son brutalmente penetrados por esta repentina
expansión del doble, lo cual le da, durante breves instantes, una
fuerza particular al ser humano que ha recibido anteriormente la
agresión…” (Mensaje)
Otro ejemplo es el papel del periespíritu en la levitación:
“Cuando un ser humano le pide a su envoltura carnal que se eleve
en el espacio, le pide simultáneamente a su periespíritu que actúe
sobre el plano celular para aligerar el peso de su cuerpo. ¿Cómo
puede un ser humano aligerar el peso de su envoltura física, de
modo que pueda elevarse en el espacio, a pesar del peso? En el
caso de esta voluntad, el sujeto está suficientemente consciente
de la existencia de su periespíritu para ordenarle que transforme
momentáneamente la naturaleza de su cuerpo físico. Eso quiere decir
reducir el pulso cardiaco a veinte latidos por minuto, y transformar
completamente el metabolismo a partir de una voluntad pensada
por el espíritu. Eso quiere decir un conjunto de cambios establecidos
a nivel de las partículas de las células periespirituales que van
a actuar directamente sobre las células físicas para aligerarlas
provisionalmente. Los torbellinos del átomo, de la partícula y de las
células responderán a una resonancia pensada y reflexionada. El
movimiento vital del átomo a nivel de su forma, en la manera en
que se desplaza, se acelerará en ese mismo torbellino y el sujeto
podrá elevarse en el espacio. Esta forma de levitación deseada
por el espíritu del ser encarnado no debe confundirse con la
levitación mediúmnica, tal como la recibida antaño por el célebre
Daniel Dunglas Home, quien no provocaba el fenómeno por sí
mismo. Eran espíritus desencarnados los que actuaban mediante
el pensamiento sobre el periespíritu del médium para elevarlo en
el espacio, con miras a demostrar, a probarle a la asistencia, las
capacidades del espíritu”. (Mensaje de Gabriel Delanne)
Hemos visto que el periespíritu tiene una importancia capital.
Cuando el periespíritu sea reconocido, entonces se abrirán a los
hombres nuevas perspectivas médicas, espirituales y morales.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
E C O S
¿Hacia un reconocimiento de
la existencia del periespíritu?
La existencia del periespíritu ya fue evocada
por Claude Bernard (1813-1878), médico
y fisiólogo, considerado como el fundador
de la medicina experimental. Escribió en su
obra Investigaciones sobre los problemas de la
fisiología: “Hay como un diseño preestablecido
de cada ser y de cada órgano, de modo que si,
considerado aisladamente, cada fenómeno del
organismo depende de las fuerzas generales de
la naturaleza, parece revelar un vínculo especial,
parece dirigido por alguna condición invisible en
la ruta que sigue, en el orden que los encadena”.
El periespíritu ha sido fotografiado. Se trata
del procedimiento llamado efecto Kirlian,
descubierto casualmente en 1939, por el
técnico ruso Semyon Kirlian y su esposa
Valentina Kirlian. Los clisés Kirlian muestran un
halo luminoso parecido a un aura de colores
variados, de alrededor de 1 a 3 cm., alrededor
de objetos o de seres vivos. Han surgido
diversas teorías; basadas sobre datos físicos
como el efecto Corona, la ionización del aire, la
humedad de los cuerpos, la energía del cuerpo
sutil, etc.
Cada una de esas teorías es incompleta
para justificar la totalidad de los fenómenos
comprobados. El periespíritu se ha pesado.
Su existencia ha sido probada múltiples
veces, ya sea en la antigua Unión Soviético,
en Inglaterra y en los Estados Unidos. Pero
tomar en cuenta la existencia del periespíritu
trastornaría las concepciones materialistas con
el reconocimiento de la existencia del alma.
56
MIRADA SOBRE
por
J E A N - P I E R R E L AT TA N Z I O
E T R É G I S B E RT H AU T
TESTIMONIOS DE PSICOMETRÍA
A través de tres testimonios, abordaremos diferentes temas como la historia,
el estado de ánimo de una persona en un
momento preciso de su vida y la psicología humana.
Una cruz de guerra traída por Régis Bertaud el
14 de marzo de 2007
Régis nos habla de su abuelo:
“Durante la segunda guerra mundial, mi abuelo
ingresó en la Resistencia a los 16 años, y a los
17 se alistó en el ejército, después de haber
falsificado sus papeles de identidad.
No lo conocí realmente y sin embargo, fue
él quien se ocupó de mí hasta mis 4 años.
Su atención respecto a mí y su paciencia
me hicieron pensar que ese hombre era
bueno e inclinado hacia el amor.
Entonces, para conocer mejor a mi abuelo, de vez
en cuando interrogaba a mi abuela que no regateaba hablar
de él. Siempre he estado muy orgulloso de lo que hizo; se unió
a la Resistencia a una edad en que los jóvenes de hoy apenas
empiezan a conocer la vida.
En esa época, Gilbert, mi abuelo, no tenía demasiada elección.
Su familia, comunista y rebelde, fue acosada y él tuvo que
tomar una decisión: huir o luchar. Pienso que el amor por la
libertad y por su patria los impulsó, a él y a su hermano Pierre,
a comprometerse y unirse a la Resistencia. Tuvieron actos
de valentía, como tantos anónimos que participaron en la
desaceleración de la expansión del enemigo.
Pierre fue detenido por la Gestapo cuando distribuía octavillas
de propaganda. Deportado, encarcelado durante tres años y
torturado, fue decapitado en 1943. He leído la carta que había
escrito a su familia antes de su ejecución, una carta tan terrible
que todavía hoy, cuando pienso en ella, no puedo evitar sentir
un nudo en el estómago.
Mi abuela me decía con frecuencia, hablando de Gilbert, que
había recibido esquirlas de obús en el brazo; que era una huella
indeleble y dolorosa que le hizo sufrir el resto de su vida. Mi
abuelo falleció a los 50 años; era una tarde, y el teléfono sonó
para anunciar la terrible noticia. Fue a esa edad cuando aprendí
lo que es la muerte y la imposibilidad de hacer volver a los que
se ama. Lo que más lamento hoy, es no haber tenido tiempo
de compartir más cosas con él y haberlo conocido mejor.
Conocer mejor, comprender mejor, he aquí las motivaciones
nobles, las motivaciones a las cuales el Círculo Allan Kardec
ha sabido responder por medio de la psicometría. Algunos
miembros de la asociación han desarrollado esta facultad
durante más de cinco años antes de volverse operativos.
Volverse operativo significa que tienen una sensibilidad
suficientemente desarrollada para que las informaciones
recibidas sean correctas. La psicometría es la facultad de
entrar en comunicación con la materia. ¿Cómo es posible eso?
¿Cómo se puede no confundirla con la videncia o la telepatía?
El principio de la psicometría es el repliegue del periespíritu en
el interior del cuerpo. El periespíritu es el agente que coordina
el alma con el cuerpo físico. A partir de la física cuántica, se
sabe que la materia es el resultado de un aglomerado de
granos energéticos; cada partícula que compone la estructura
del conjunto periespiritual es una partícula pensante y activa.
El periespíritu es un cuerpo energético compuesto de mil
millones de partículas pensantes, que, a nivel de la unidad
no pueden pensar por sí mismas pero que se convierten en
la inteligencia dentro del aglomerado que da nacimiento al
cuerpo. No hay manifestación inteligente posible dentro del
mundo físico sin la existencia de estos cuerpos energéticos,
tanto a nivel de la naturaleza humana como de la naturaleza
animal, vegetal y mineral.
Así, antes de participar en esta sesión, tuve el cuidado de
pedirle a mi abuela los pocos objetos que quedaban de mi
abuelo. Le pedí así una carta, una medalla y una libreta militar.
Este último objeto documentaba los lugares donde el soldado
había combatido. En ese documento estaba escrito Tripolitania.
Tripolitana es una región de Libia.
La sesión comienza en la forma siguiente: Ese día estamos
instalados alrededor de una mesa en número de seis y
disponemos algunos objetos delante de nosotros. Durante ese
tiempo, el psicómetra, Jean-Pierre, se prepara en una habitación
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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vecina; no sabe pues, cuando se instala, de quién son estos
objetos ni de dónde proceden. Jean-Pierre está concentrado, se
quita los lentes y se pasa la mano por el rostro; percibimos ya la
seriedad de la sesión y por nuestra parte actuamos dirigiendo
nuestros pensamientos hacia su guía que le permitirá cumplir
su misión lo mejor posible.
Nuestros pensamientos son los fluidos necesarios para toda
actividad espiritual. El fluido, es como el agua que hace girar la
rueda del molino. Jean Pierre mira los objetos, toma su tiempo,
parece buscar una suerte de afinidad, de atracción, y para ello
toma algunos de los objetos en sus manos, les da vueltas, los
aprieta, luego los devuelve y recomienza con otro. Hace ya
más de cinco minutos que empezó la sesión y el objeto aún
no ha sido elegido. Entre el conjunto dispuesto se encuentra
la cruz de guerra de mi abuelo. Debo confesar que deseaba
vivamente que tomara el objeto, era mi primera experiencia;
y egoístamente quería una revelación, conocer un poco mejor
a mi abuelo.
¿Existe el azar? Paul Eluard decía que no hay azar, no hay más
que citas y esa noche la cruz de guerra de Gilbert tenía cita
con la mano de Jean-Pierre. Después de haberle dado vueltas
y apretarla con precaución, colocó sus dos manos, una por
debajo y la otra por encima. Y esperamos durante un tiempo
que no sabría estimar. Luego, lentamente con voz lejana, JeanPierre comenzó la psicometría:
“Veo a un hombre a punto de ser felicitado. Se le coloca esta
medalla. Sonríe pero es una sonrisa de circunstancia. Él está
en otra parte, en sus pensamientos. Más que tristeza, siente
amargura. Piensa en lo que ha vivido. Está en desacuerdo con
lo que ha hecho. Se niega a decir la verdad. No hay día en que
no piense en ese pasado. Desde esos acontecimientos, rechaza
las religiones, rechaza a los extremistas. Trata de ayudar, de dar,
quiere redimirse.
Ahora veo una escena de ese pasado. Hay disparos de fusil y
también ruido de obuses, de granadas. Veo hombres acostados,
que se protegen, hombres con miedo, que disparan en todas
direcciones. Veo hombres muertos. Veo mujeres, niños en una
aldea. No es una aldea de aquí. Están vestidos como en el país
del Mediterráneo, del Magreb. Se avergüenza de haber matado
inocentes, lo ha hecho para salvar su vida, lo ha aceptado por
los demás no por él. También lo veo llorar”.
Después de esta revelación, lloré, pues descubrí a mi abuelo, su
estado de ánimo y debo decir que no voy a juzgar lo que hizo
pues era la guerra y, por otra parte, ¿quién podría atreverse
a juzgar estos actos? Si lloré fue más porque descubrí el
sufrimiento de un hombre de bien, que vivió todo el resto de su
vida con ese pesado fardo que le impuso un mundo inhumano.
Tripolitania, es un hecho, está inscrito en la libreta militar y
las esquirlas de obús en su brazo hablan por sí mismas. Desde
entonces, pienso en él en forma diferente, trato de enviarle mis
pensamientos, esperando que haya podido encontrar un más
allá apacible y pueda tener, por qué no, un nuevo regreso para
una vida que le deseo mejor y más grata. LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
Psicometría del 10 de octubre de 2003 sobre una piedra traída
por Rita: Una piedra de la abadía de TOMAR en Portugal.
“Tengo la impresión de estar en la montaña. Domino toda
una llanura muy verde. Tengo la impresión de estar en pleno
comienzo del combate. Veo hombres alineados con arcos,
corazas y cascos de hierro, en unas tres filas. Luego, hay otras
personas con espadas y hachas, que están listas para luchar. Al
lado de esta altura, todo ha sido preparado para rechazarlas.
Hay montones de piedras, pero también tirachinas, catapultas y
arqueros. Veo también personas que calientan aceite. Tengo la
impresión de estar en la Edad Media, en tiempos de la guerra de
los Cien años, guerras de religión… no, más bien de las Cruzadas.
Las veo atacar, avanzan sin darse cuenta de que arriesgan
su vida. Hay mucha sangre de cada lado. Los defensores han
organizado muy bien las cosas. Las arrastran aparentando
replegarse, pero después de una pequeña colina les espera un
ejército más fuerte. Los agresores van a ser masacrados, y los
pocos supervivientes serán decapitados y descuartizados. Eso
va a ser una masacre.
Lo extraño es que este lugar estaba poco poblado antaño y era
poco conocido. Ahora está más insertado en una ciudad, pero
aquí era el sitio histórico. Tengo la impresión de que en esta
ciudad hay algo en altura. Veo una torre”.
He aquí el testimonio de Rita:
“En 2003, fui invitada por Jean-Pierre Lattanzio, era la primera
vez que asistía a esta clarividencia sobre las piedras.
Estando algunos años antes de vacaciones en Portugal, más
precisamente en Tomar, recogí una piedra en una abadía que
había visitado, piedra que ha servido para la psicometría.
Jean-Pierre ha puesto en contexto y para mi gran sorpresa,
Abbaye de TOMAR au Portugal.
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corresponde perfectamente a la ciudad en referencia, pero en
otra época, pues actualmente es un lugar muy turístico. Quedé
muy impresionada con esta psicometría al comprobar que la
vida está impregnada en cualquier piedra, y puede descubrirnos
muchas cosas en numerosos campos. Luego, he tenido otras
psicometrías sobre piedras de diferentes países y cada vez, he
tenido siempre la misma admiración”.
Luego de investigar sobre la historia de la ciudad de Tomar
y de su abadía, hemos podido resaltar numerosos puntos
concordantes (templarios, torre…) descubrimos que Tomar fue
el cuartel general de los Templarios en Portugal en el siglo XII
y entre los más significativos monumentos de los Templarios
en Europa, todavía se puede ver el castillo de Tomar. Tomar
cobró importancia sobre todo en el siglo XV, cuando la ciudad
se convirtió en el centro de la expansión portuguesa bajo el
reinado de Enrique el Navegante. Además, la Capilla de Tomar
con sus ocho pilares centrales, inspirada en el Santo Sepulcro
de Jerusalén, fue edificada en la segunda mitad del siglo por
los caballeros del Temple. Cuando el castillo se convirtió en
sede de la orden del Cristo, sufrió numerosas modificaciones.
RENDEZ-VOUS
REGION FRANCHE-COMTE
n Besançon
Tél 03 81 62 29 27 / 03 81 51 25 33
• Samedi 16 janvier : "Communiquer avec l'au -delà"
• Samedi 27 Février : "La vie extra terrestre"
• Samedi 10 avril : "Spiritisme et santé"
• Samedi 29 mai : "Messages de l'au-delà "
Relais des Vallières à Besançon Planoise
n Belfort / Montbéliard
Tél 03 84 46 21 44
e-mail : [email protected]
• Samedi 16 janvier : L’au-delà et le monde animal
• Samedi 27 février : Spiritisme et santé
• Samedi 10 avril : La vie extra-terrestre
• Samedi 29 mai : Communiquer avec l’au-delà
Hôtel «La Louisiane» ZAC des Prés - 90400 ANDELNANS
REGION ALSACE-LORRAINE
n Nancy
Tél 03 83 51 37 56 / 03 83 40 25 36
e-mail : [email protected]
• Samedi 30 janvier :
14h00 : qu’est-ce que la mort ?/15h30 : L’origine des maladies
• Samedi 27 mars à 14h00 : Songes et rêves prémonitoires
15h30 : Mythes et légendes
En après-midi de 14h00 à 18h00
Hôtel IBIS - Quai sainte Catherine, 42 rue du XXe Corps
PARIS
He aquí ahora otra psicometría hecha el 1 de mayo de 2003,
sobre una pulsera que perteneció a la cuñada fallecida de
Violeta:
“Siento la cólera de una persona que no soporta su vida, que
está llena de preguntas. Una persona que quisiera descubrir,
aprender, encontrar y hasta crear, pero que siempre está frente
a dificultades debidas a su vida, que la obliga a hacer cosas que
no quiere.
Ella quisiera la libertad de pensar. Quisiera poder no responder
preguntas. A veces, se crea un mundo ideal para huir. Quisiera
dar a muchas personas pero lo hace mal, entonces juega.
No comprendo, o entonces soy yo quien debe delirar, veo a
Italia, llena de ciudades italianas. Ya no comprendo, tengo la
impresión de que es un país que la atrae…”.
Violeta nos dice:
“Efectivamente, mi cuñada tuvo dificultades de orden
psicológico, debidas a una total falta de comprensión por parte
de su esposo, ser egoísta, violento, de temperamento celoso y
poco abierto a la cultura, al conocimiento, muy intolerante.
En lo que concierne a Italia, uno de sus últimos viajes, ella
apreciaba mucho a ese país, su cultura, su rico pasado y la
hermosura de sus paisajes. Esta psicometría realizada por JeanPierre me parece muy acertada y exacta”.
n Paris
Tél : 09 50 30 56 18 - e-mail : [email protected]
• Les samedis 6 février / 13 mars / 10 avril / 15 mai / 19 juin
de 14h à 18h :
Thèmes à définir
Librairie „Les cent ciels“ - 12 av. Jean Aicard - 75011 Paris
Métros : Ménilmontant ou Saint-Maur
REGION MIDI PYRENEES
n Montpellier
Tél 04 67 36 65 22 - e-mail : [email protected]
Renseignements : Mirès Confort : 04 .67 .58 .09 .61
Fabienne Touzet : 04.67.36.65.22
Samedi 23 janvier à 15h30 : «La réincarnation»
Hôtel Ibis, échangeur Béziers-est, av. du viguier, Béziers.
n Toulouse
Tél : 05 34 42 08 02 (soir) - 06 24 92 22 01
e-mail : [email protected]
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LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
Le journal spirite :
D'anciennes revues sont encore disponibles, dont voici les principaux thèmes abordés. Les numéros marqués
d'un astérisque (*) font l'objet d'une promotion. Anciens numéros épuisés : n° 1 au n° 19
20* Fantômes d’Ecosse - La photographie transcendentale - L’histoire du
Cercle Allan Kardec (4) - Eléphant Man - Edgar Cayce - Rosemary Brown
21* Les stars en parlent - La quatrième dimension
L’histoire du Cercle Allan Kardec‑(5) - Eusapia Paladino Padre Pio : un
médium au cœur de l’église
22* Spiritisme et politique - La Xénoglossie
L’histoire du Cercle Allan Kardec (6) - Sissi spirite - Padre Pio : un médium
au cœur de l’église (2e partie)
23* Médias ; j’y crois, j’y crois pas - L’histoire du Cercle (7) - Portrait :
Eléonore Piper - Témoignages passés : le fantôme des vivants Correspondances croisées
24* Max Ernst et l’énigme de l’Arizona - L’histoire du Cercle Allan Kardec
(8) - Louis II de Bavière était-il médium ? - Forums à Nancy et Besançon
La combustion spontanée
25* Entretien avec le professeur Jean Dierkens
L’histoire du Cercle Allan Kardec‑(9) - La vie et l’œuvre de Gabriel Delanne
Le Yéti, mythe ou réalité
26* Victor Hugo spirite - La réincarnation - Le maître Philippe de Lyon Daniel Dunglas Home, un médium extraordinaire - Le docteur Gustave
Geley
27* Entretien avec Jean-Pierre Girard - La catastrophe du R101 - William
Crookes - Le docteur Papus - La vie des esprits dans l’au-delà - Matthew
Manning, son histoire
28* Le somnambulisme naturel - Entretien avec Gaston Debever - Le
spiritisme face à la science Spiritisme et religion - La musique de l’invisible
Charles Richet
29* Le magnétisme, une énergie d’avenir
Entretien avec Marie-Capdecomme - Les philosophes - Quand les sirènes
font surface - Rencontre spirite, à propos du Brésil
30* Celtisme et druidisme - L’homme et la bête
Le new-age ou le bric-à-brac spirituel - L’architecture et les ondes de
formes - Jean-Marie Vianney, curé d’Ars, médium.
31* Dossier : Le rêve - Le sixième sens - C’est quoi le spiritisme ? - Histoire
du magnétisme et de ses précurseurs - Sir Arthur Conan Doyle
32* Les légendes sont-elles une réalité‑: les esprits répondent - A propos
de la mondialisation - La raie géante - Vie et légende de Bouddha Alchimie, le grand secret
33* Maisons hantées et fantômes - L’expression artistique de l’au-delà Justice et peine de mort L’électron, une particule divisible et intelligente
La réincarnation
34* Phénomènes OVNIS - Le secret de Fatima Les forces de la pensée La vie de Nostradamus - Le Père Lachaise - La psychométrie
35* L’inquisition d’hier et d’aujourd’hui Rencontres spirites au Vénézuéla L’atome spirituel - Jean Meyer, le bienfaiteur du spiritisme
36* Les artistes de l'au-delà - Jeanne D'Arc a-t-elle été brûlée ? - Les
maladies mentales à travers l'histoire - La combustion spontanée - La
psychométrie
37* L’IMI, Institut Métapsychique International Prémonitions et pressentiments - Le fantôme des vivants démontre l’existence de l’âme
L’ectoplasmie
38* Le Brésil, une terre de spiritualité - Napoléon a-t-il été empoisonné ?
Voyage en Roumanie Histoire de comètes - Poésie spirite
39* Christianisme et spiritisme - Entretien à propos de la clairvoyance - Le
voyage astral - La faim dans le monde - Poésie spirite
40* Les grandes énigmes du monde - La médiumnité opprimée - Entretien
avec Karine Chateigner La méthode Coué ou l’imagination au pouvoir
41* Magnétiseurs et Guériseurs - A propos des greffes - Entretien avec
Adrien Piersanti l’Hypnose Poésies spirites
42*Dossier : la réincarnation - Entretien avec Virgil, magnétiseur et hypnotiseur spirite Expériences de psychométrie - Sclérose en plaque
43* Dossier : la clairvoyance - Peut-on prédire l’avenir ? - Médias et paranormal - Télépathie Psychométrie - Napoléon III et le spiritisme Peine de
mort.
44* Dossier : la médiumnité - Raspoutine, le moine aventurier - Entretien
avec Bernadette Chevalley : le magnétisme sur les animaux - L’Egypte.
45* Dossier : le phénomène OVNI - Les maladies oubliées - Entretien avec
Marie-Noëlle Courtiol - La phytothérapie spirite - Mère Térésa
46* Dossier : Les fantômes - Le médium Jean Gusik - Psychométrie Sigmund Freud - La réincarnation Non à la peine de mort - La troisième
révélation.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
47* Dossier : les forces de la pensée - Clairvoyance sur vies antérieures - La
vie de Gabriel Delanne 1ère partie - Réflexion sur les rêves.
48* Dossier : les précurseurs du spiritisme - Interview de Rosemary Brown
Soins magnétiques : témoignages - Violence et répression
49* Dossier : N D E, Expérience de mort imminente - Le visage du monde
- Esprits et sentiments - Rufina Noeggerath - Les propriétés du périsprit
50* Dossier : Etre spirite aujourd’hui - Chico Xavier, médium - Croiset,
clairvoyant - Manipulations génétiques : Le clonage.
51* Dossier : Les constructions énygmatiques - Entretien avec Karine
sur“Le Nouveau Livre des Esprits” - L’art d’hier et d’aujourd’hui - Les pluies
d’animaux - Enquête sur le monde invisible
52* Dossier : Paranormal et cinéma - A propos du sentiment religieux Télépathie : le psychisme végétal - Les monstres marins - Les sphères du
Costa Rica - En quête de longévité
53* Dossier : Allan Kardec, le fondateur du spiritisme - Science : Les
maladies de l’antériorité - Histoire : Le musée du spiritisme - Etrange : Le
concert de Jean Romier - Lectures conseillées : Les cercles dans les blés
54* Dossier : Le spiritisme et la science - La jeune fille électrique Entretien‑avec Joël Francheteau sur la psychokinésie - Eric Raulet,
chercheur français - Quand le spiritisme donne un droit de réponse Histoires magiques de l’histoire de France‑.
55* Dossier : Spiritisme et médecine - Disparition partielle d’un médium
- Zoom sur la majorité silencieuse - La vie de Nostradamus - Le druidisme
Padré Pio, un médium devenu saint - Enquête sur le monde invisible
56* Dossier : La quatrième dimension - Entretien sur la poésie avec Igor
Manouchian - Léonard de Vinci, l’étincelle du génie - Zoom sur la majorité
silencieuse : Les femmes prix Nobel - La santé holistique - Exposition de
sculptures médiumniques en Angleterre.
57* Dossier : La médiumnité au féminin - Sculptures médiumniques à
Michelham Priory - Zoom sur la majorité silencieuse : Les femmes prix
Nobel (2) - Le spiritisme et la laïcité
58* Dossier : Bicentenaire de la Naissance d’Allan Kardec - La xénoglossie
George Sand - La conscience - Entretien : Le cercle Allan Kardec a 30 ans
Une maison hantée en Lorraine - Crop circles en Italie
59* Dossier : Avons-nous plusieurs vies ? : la réincarnation - Phénomènes
inexpliqués en Sicile - Expérience de psychométrie - Forum à Oslo
Spiritisme et société
60* Dossier : La vie des esprits dans l’au-delà. - Elisabeth Kubler-Ross, ou
les derniers instants de la vie - Pascal Fortuny et la clairvoyance - La raison
de la déraison
61 Dossier : Les artistes médiums - Centenaire de la mort de Louise
Michel - À découvrir : L'univers d'Edgar Cayces
62 Dossier : Qu'est-ce qu'un médium ? - Clairvoyants célèbres : Gérard
Croiset et Madame Fraya - À découvrir : Secrets et légendes de la France
mystérieuse - Témoignage spirite
63 Dossier : Spiritisme et société - Entretien avec Karine Chateigner
Antenne spirite de Norvège : Forum alternatif Oslo 2005 - Poésies spirites
64 Dossier : La clairvoyance - Les rêves célèbres de l’histoire - Il était une
fois…,une histoire vraie - Le rêve - Les preuves de la survie.
65 Dossier : Matérialisation et ectoplasmie - Origin'Art : Exposition artistique du Cercle Allan Kardec - Poésies spirites
66 Dossier : La psychométrie - Le somnambulisme naturel et magnétique
EMI-NDE, une nouvelle orientation - Fouilles archéologique dirigées
depuis l'au-delà - Le bonheur est-il utopique ? - Faut-il toujours croire
en Uri Geller ?
67 Dossier : Le guide - Hommage spirite : Au revoir Ségolène - L'incroyable
clairvoyant et psychomètre Peter Hurkos - Les Templiers à la lumière du
spiritisme - Esclavage, colonialisme, "le passé n'est donc jamais mort" ?
68 Dossier : Les écrivains inspirés par l'au-delà - La genèse de l'homme :
entre esprit et matière - Entretien avec Jean-Jacques Charbonier médecin
anesthésiste
69 Dossier : Spiritisme et religion : les premières croyances, les dogmes,.… L'univers : L'avant Big Bang - Hommage : Au revoir Jeanne et Louisa
70 Dossier : Fantômes et poltergeist - Les cercles de cultures : messages
intergalactiques ? - Les fantômes de la télévision - Les maisons hantées Bateaux, trains, avions : manifestations fantomatiques - Enquête au pays
des maisons hantées et des chasseurs de fantômes.
71 Dossier : La combustion spontanée du corps humain - Hommage :
Au revoir Gaston - Quand la mort n'est pas une fin… - Histoire : Allan
Kardec, du druidisme au spiritisme - Histoire : La lévitation - La tribune de
59
60
l'au-delà - Presse-Opinions-Actualités : La place des femmes au sein de la
société - En quête de spiritualité.
72 Dossier : La vie extra-terrestre - Spiritisme et ufologie - L’affaire Roswell
Entretien avec Stéphane Alix - Les OVNIs dans l’art - L’affaire UMMO
Des exoplanètes à la pluralité des mondes - Témoignages - OVNI et
science - Rencontre du 2e type - Les fresques non identifiées.
73 Dossier : Les Arts médiumniques - Connaissance : Le cerveau, cet
inconnu - Phénomènes : Le paranormal et la guerre - Messages : Messages
de l'au-delà - De l'au-delà : La musique céleste.
74 Dossier : Regard sur le monde - Entre ciel et terre, spirite et médium :
entretien avec Karine Chateigner - Témoignage : les séances de délivrance -
Le cercle Allan Kardec : la force pensée au quotidien.
75 Dossier : Les facultés psychiques - Editorial : Le nouveau visage de
l'Amérique - Témoins : Né pour apprendre à être libre.
76 Dossier : Rêves et prémonitions - Editorial : les conditionnements
religieux et culturels - Regard sur : Emmanuel Swedenborg, précurseur
moderne du spiritisme.
77 Dossier : Les vie successives - Editorial : Le Journal Spirite : 20e année de
parution - Regards sur : Résultats de psychométrie.
78 Dossier : Les médiums et la science - Editorial : 2012 et les faux
prophètes - Regard sur : le stress et les maladie.
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LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010
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Dans la continuité de ses deux
premiers ouvrages, Le nouveau
Livre des Esprits et Ecce Homo,
Karine Chateigner poursuit son travail d’écriture avec
Entre terre et ciel : spirite et médium , nouveau récit qui
relate certains évènements d’une histoire spirite et
médiumnique vécue au sein du cercle Allan Kardec.
Karine y décrit son parcours, sa rencontre avec
les esprits et la découverte de sa médiumnité.
Les manifestations spirites décrites et analysées
dans ce récit concernent des messages reçus,
des phénomènes de hantise, de poltergeist
ou de matérialisation, ainsi que tout ce qui
relève des différentes médiumnités exercées
au Cercle Allan Kardec (clairvoyance, écriture
automatique, oui-ja, incorporation).
Du vécu, rien que du vécu... mais aussi
l’imprégnation spirituelle de ce vécu
qui n’est pas seulement la marque de
manifestations étranges ou extraordinaires,
mais la compréhension de phénomènes
post mortem, qui s’inscrivent dans le cadre
d’une communication spirite plus que centenaire, selon
la volonté d’esprits désincarnés désireux de transmettre
aux humains le sens de la vie universelle.
Depuis maintenant 26 années, Karine Chateigner au
contact des morts a trouvé le sens de la vie et témoigne
encore une fois par ce récit de la vie des esprits qui
s’adressent aux humains dans l’extraordinaire de leurs
manifestations.
Un livre à ne pas manquer, pour comprendre la mort
qui ouvre sur des horizons insoupçonnés…
Pour toute commande : Jean-Claude Thirion**
22, bd d’Haussonville - 54000 NANCY - tel : 03 83 21 52 47
* Prix de l’ouvrage et envoi en France Métropolitaine. Pour les Dom-Tom et l’étranger, nous consulter.
** Chèque à mettre à l’ordre de «Karine Chateigner»
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